miércoles, 18 de julio de 2007

TIMES versus HELVETICA

Hay un periódico en España que dice ser independiente en la mañana y otro que proclama ser del siglo XXI. A veces cuentan la misma noticia y la ilustran con la misma fotografía y entonces sólo podemos diferenciarlos por el tipo de letra que utilizan porque la estructura de sus páginas en formato tabloide a cinco columnas es similar. Y a veces contando la misma noticia parecen estar contando cada uno cosas distintas. Hay dos periódicos que compiten en este país y, con ellos, entintando de negros sus titulares, dos tipos de letra que también han entrando en singular combate: Times, del que hablamos el otro día, y Helvética, del que algo diremos hoy.

Son los tipos de mayor éxito en cada uno de los dos grandes bloques en los que se dividen las tipografías. Times dentro de las letras con rasgo (serif o remates en sus bordes) y Helvética entre las denominadas de palo seco (sans serif –sin remates–). Tomando como punto de partida un tipo anterior de finales del siglo XIX, Berthold Akzidenz Grotesk (Berlín, 1896), el tipógrafo suizo Max Miedinger la desarrolló en 1957 para la casa "Haas" con el nombre inicial de Neue Haas Grotesk, nueva grotesca de Haas, puesto que en alemán se llama grotescas a las letras de palo. En 1961 la Fundición Stempel adquiere la Fundición Haas, rebautiza su letra grotesca con el nombre latino de Suiza, Helvética, y con la ayuda involuntaria del éxito que por los años 70 tiene el diseño centroeuropeo, el tipo se convierte en lo que es hoy. Un éxito absoluto. La letra Arial que incluye Microsoft en Windows y en todas sus aplicaciones es una helvética ligeramente retocada en 1982 por Monotype, aunque no estoy seguro de que ellos estén de acuerdo con esto, claro. También Arial luce los elegantes trazos helvéticos en los muy estupendos Macs.
Podríamos asociar una de ellas con el clasicismo, la británico romana Times de nuestro querido Stanley Morison, y a su rival en la prensa española con el modernismo racionalista germánico, heredera esta Helvética de las vanguardias centroeuropeas de principios del siglo XX, cuyo paradigma es el tipo Futura diseñada por el mítico Paul Renner en 1927. Pero ahora no parecen muy preocupadas por el pasado estas orgullosas tipografías. Ven pasar modas a su alrededor, indiferentes, sabiendo que ellas parecen tener garantizado el futuro instaladas como están en los titulares de los dos principales periódicos. La Helvética gritando escándalos políticos, golpeando contundente en negrita al Gobierno, y la Times queriendo argumentar en negrita también que no pasa nada, descalificando con mesura y supuesto fair play a la oposición.


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