miércoles, 16 de abril de 2008

Romper las reglas

Aprovechamos uno de nuestros casos prácticos para presentar (un poco tarde, ya lo sé) el suplemento económico que El Mundo distribuye los domingos. Impreso en papel salmón, Mercados, nombre del suplemento, cuenta con cerca de 80 páginas de información económica, incluyendo las típicas páginas de anuncios laborales y las tablas con los indicadores financieros más importantes.

Pero volvemos al caso práctico. En el tema de apertura, una página doble (triple en ocasiones, más la portada, claro) se nos planteó un problema con un gráfico. No por el contenido sino por la forma con la que el departamento de infografía había decidido plantearlo. La forma era la siguiente:


Lo único que condicionaba el gráfico era que tenía que ir en la segunda página del tema porque la primera va ocupada (casi) siempre por una foto y un titular a 5 columnas. Por lo tanto tendría que ir con la continuación del texto. Pero se nos planteaba un problema: si colocábamos el gráfico de esa manera, el ritmo de lectura se rompía. Es decir, al ir las páginas enfrentadas (son las páginas 2 y 3) el salto de texto entre una y otra se interrumpía con el gráfico y eso no favorecía la legibilidad del tema. La página quedaría (y quedó) de la siguiente manera:


La infografía cortaba el ritmo de lectura y cabeceaba con la foto de la izquierda. Así no podía ir, pero no tenía fácil solución. Me explico. Había que cambiar todo de orden, ponerlo todo a la derecha, es decir, las barras más grandes al lado de la columna de opinión que había en la salida de la página y trasladar las pequeñas a la izquierda. De esta forma conseguíamos, además, que separaran la información de la opinión. El gráfico tendría que ser así:


Perfecto, era viable, pero no nos venía nada bien, la verdad. ¿Por qué? Porque deja un blanco en la página inconcebible cuya única solución era un absoluto disparate: dejaba una columna totalmente aislada. Así era la "no-solución":


Se nos ocurrió intentar cambiar el gráfico y poner la columna grande a la derecha del todo, para que así no dejara el blanco y separara más claramente la información de la columna de opinión. Pero eso era imposible. La columna grande representa los datos de 2007 y la mediana los datos de 2008. Poner los datos de 2007 a la derecha de los de 2008 no era la mejor solución porque nuestro orden de lectura (al contario que en la escritura árabe) es de izquierda a derecha e interpretaríamos los datos al revés, es decir, los de 2007 como los de 2008 y viceversa. Por lo tanto, la mejor opción que teníamos era imposible de llevar a cabo. Y no nos quedaba más remedio que incumplir la regla de no interrumpir el ritmo de lectura, sobre todo de manera tan descarada. Pero, a veces, hay que saltarse las reglas. Para eso dicen que están...

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