Parece que están de moda, las rayas. A alguno se le debió ocurrir que les sientan bien a las páginas vestirse con rayas, y así lo hacen todas las que quieren estar a la última. Como también parece preocupación actual más la forma que la función en ese debate eterno entre la apariencia, la estética, y entre el uso o la función de los objetos, sobre todo si pertenecen al ámbito de lo visual. Claro que todo tiene un límite, hasta el número de rayas que caben en una página, y como las modas tienen por costumbre el ser efímeras hay ya quien se muestra cansado, por ejemplo, de los rayados rediseños del exitoso Casses.
Esta es una doble página en la que resulta difícil encontrar alguna raya, o filete si queremos ponernos profesionales, que cumpla con alguna función REAL. Pero como ya decíamos que entre forma y función, o estética frente a funcionalismo, todo parece haberse quedado en la forma, pues sólo escuchamos juicios del tipo de si esta página "queda bien" o "no queda bien". A no ser que alguno considere que adornar es una función... ¿Adornan las rayas? En caso afirmativo, ¿es eso cumplir una función? No, no lo es.
Pero nosotros a veces disimulamos y hacemos creer que sí, que nuestras rayitas adornan porque en la prensa de hoy la prioridad de algunos redactores jefe y responsables de la información da la impresión de estar más bien dirigida hacia el adorno, lo superfluo y accesorio. A que sus páginas, informen o no, "queden bien" como primer objetivo. Y les ponemos rayas...
.... que en este caso SÍ cumplen una función: separar dos temas que están relacionados, pero que son piezas distintas. Se trata de una página en la que dispusimos un reportaje sobre el horripilante caso descubierto en Austria esta semana acerca del "monstruo" que secuestró a su hija durante 24 años en el sótano de su propia casa, donde abusó sexualmente de ella con el resultado de siete hijos-nietos, además de los siete que tuvo con su esposa, que por lo visto no sabía nada. El reportaje está ilustrado con una foto en la que un manifestante se pregunta cómo pueden suceder estas cosas; y en la parte inferior hay un artículo de opinión del psicólogo Javier Urra acompañado de un gráfico que muestra las posibles secuelas que sufrirá Elisabeth, la hija y víctima.
Si os fijáis bien, el artículo inferior está enmarcado por rayas a izquierda y derecha. Cuando las ponemos se muestran muy contentos y nos dicen que "qué bien queda así", pero en realidad no lo hacemos por eso, lo hacemos para que no se confundan los textos del artículo superior con el del inferior. No podemos separarlos con una raya horizontal porque eso indicaría que son temas distintos y no es el caso. Así que utilizamos esas dos rayas verticales, esas tan monas, porque modifican el ancho de las columnas inferiores impidiendo así que el lector confunda los textos y continúe su lectura por ellos como si pertenecieran al mismo artículo. Por eso quedan bien las rayas, porque cumplen una función de una manera elegante. Unir forma y función es el difícil objetivo. Sin esas rayas, ni "queda bien", ni separamos los textos como podéis ver:
Y lo hacemos solo con DOS rayas. Las estrictamente necesarias. Pero como ya decíamos, llegan tiempos contrarrevolucionarios y es posible que las rayas dejen de estar de moda en las siguientes pasarelas pagineras. Entonces las páginas "quedarán bien" sin rayas, e incluso se eliminarán de donde sean necesarias... porque repetimos que lo triunfante es la forma y no la función. En el último caso que os mostramos, la página pertenece al nuevo suplemento Mercados que acompaña al diario El Mundo los domingos y que está concebido sin ninguna raya. Y tuvimos problemas. Nos vimos obligados a utilizar más blanco del habitual para separar noticias del mismo tema superiores e inferiores cuando las columnas coinciden y fotos y títulos no ayudan a separar... pero no es lo mismo, ¿verdad?
Tendremos que esperar a que cambie también la moda que prima la forma sobre la función para evitarnos problemas de este tipo, aunque mucho nos tememos que ese cambio resultará más difícil, porque sobre lo "bien que quedan" las cosas todo el mundo cree saber, mientras que para encontrar soluciones estéticas que se adapten a la función para la que se diseñan hay que saber realmente.
Esta es una doble página en la que resulta difícil encontrar alguna raya, o filete si queremos ponernos profesionales, que cumpla con alguna función REAL. Pero como ya decíamos que entre forma y función, o estética frente a funcionalismo, todo parece haberse quedado en la forma, pues sólo escuchamos juicios del tipo de si esta página "queda bien" o "no queda bien". A no ser que alguno considere que adornar es una función... ¿Adornan las rayas? En caso afirmativo, ¿es eso cumplir una función? No, no lo es.
Pero nosotros a veces disimulamos y hacemos creer que sí, que nuestras rayitas adornan porque en la prensa de hoy la prioridad de algunos redactores jefe y responsables de la información da la impresión de estar más bien dirigida hacia el adorno, lo superfluo y accesorio. A que sus páginas, informen o no, "queden bien" como primer objetivo. Y les ponemos rayas...
.... que en este caso SÍ cumplen una función: separar dos temas que están relacionados, pero que son piezas distintas. Se trata de una página en la que dispusimos un reportaje sobre el horripilante caso descubierto en Austria esta semana acerca del "monstruo" que secuestró a su hija durante 24 años en el sótano de su propia casa, donde abusó sexualmente de ella con el resultado de siete hijos-nietos, además de los siete que tuvo con su esposa, que por lo visto no sabía nada. El reportaje está ilustrado con una foto en la que un manifestante se pregunta cómo pueden suceder estas cosas; y en la parte inferior hay un artículo de opinión del psicólogo Javier Urra acompañado de un gráfico que muestra las posibles secuelas que sufrirá Elisabeth, la hija y víctima.
Si os fijáis bien, el artículo inferior está enmarcado por rayas a izquierda y derecha. Cuando las ponemos se muestran muy contentos y nos dicen que "qué bien queda así", pero en realidad no lo hacemos por eso, lo hacemos para que no se confundan los textos del artículo superior con el del inferior. No podemos separarlos con una raya horizontal porque eso indicaría que son temas distintos y no es el caso. Así que utilizamos esas dos rayas verticales, esas tan monas, porque modifican el ancho de las columnas inferiores impidiendo así que el lector confunda los textos y continúe su lectura por ellos como si pertenecieran al mismo artículo. Por eso quedan bien las rayas, porque cumplen una función de una manera elegante. Unir forma y función es el difícil objetivo. Sin esas rayas, ni "queda bien", ni separamos los textos como podéis ver:
Y lo hacemos solo con DOS rayas. Las estrictamente necesarias. Pero como ya decíamos, llegan tiempos contrarrevolucionarios y es posible que las rayas dejen de estar de moda en las siguientes pasarelas pagineras. Entonces las páginas "quedarán bien" sin rayas, e incluso se eliminarán de donde sean necesarias... porque repetimos que lo triunfante es la forma y no la función. En el último caso que os mostramos, la página pertenece al nuevo suplemento Mercados que acompaña al diario El Mundo los domingos y que está concebido sin ninguna raya. Y tuvimos problemas. Nos vimos obligados a utilizar más blanco del habitual para separar noticias del mismo tema superiores e inferiores cuando las columnas coinciden y fotos y títulos no ayudan a separar... pero no es lo mismo, ¿verdad?
Tendremos que esperar a que cambie también la moda que prima la forma sobre la función para evitarnos problemas de este tipo, aunque mucho nos tememos que ese cambio resultará más difícil, porque sobre lo "bien que quedan" las cosas todo el mundo cree saber, mientras que para encontrar soluciones estéticas que se adapten a la función para la que se diseñan hay que saber realmente.
Bien por la reflexiones, especialmente esa sobre forma y función. Si tan solo supieran que lo que "queda bien" es porque sirve para algo...
ResponderEliminarYo sigo estando rayá...
ResponderEliminarComo en todo, ni en exceso ni en defecto. Lo malo es que solo tenemos ejemplos de ambos extremos. la prensa 'tradicional' ha terminado aburriendo a los lectores simplemente por no querer incluir distintas tipografías, rayas, iconos, etcétera, para aligerar la lectura. Nos cuentas que incluso les cuesta aún en determinados suplementos que se autorice el uso de las rayas. Es una prueba. ¿El exceso? Bueno, de momento estaré de acuerdo con él si sirve como medida aperturista.
ResponderEliminarBueno, en realidad no se trata de aligerar la lectura, como señalas, porque los textos (el tema, la noticia, cómo está escrito) deben ser lo suficientemente buenos como para que los lectores los lean (textos cortos y ligeros parecen fórmulas para no lectores, o para niños, más bien). Se trata de cumplir una función, servir para algo (en el ejemplo separar dos temas), no para adornar. Y la función nunca lo es por exceso o por defecto, sencillamente es. Aunque admito que "aligerar" puede ser una función o al menos es discutible. A mí la prensa tradicional me aburre, o no, por sus contenidos, no por las rayas que lleve (la de calidad suele llevar las necesarias) y el suplemento que comento, sin rayas, no es nada tradicional, es el ULTIMO que se ha lanzado en El Mundo y es así, porque posiblemente ahora haya comenzado la moda sin rayas como reacción a la moda rayada, ninguna de las cuales, por cierto, me parecen en absoluto aperturistas o tradicionalistas. Sólo oscilan, ahora una, ahora otra... y vuelta a empezar.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y un saludo
Discrepo, Mario, porque partes de una premisa que no comparto: que lo que tan solo adorna es prescindible. Yo creo que ornamentar también es una función necesaria, y si te pasas de minimalista te quedas en nadista.
ResponderEliminarPero, vaya, cada cual...
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