lunes, 23 de febrero de 2009

Diseñario (XLIX)

No se crean que el comité de expertos encargado de la redacción del Diseñario lo forma un grupo homogéneo, sin disparidades de criterio, en el que las tareas se reparten por igual y la vida apartada que llevan discurre como en el anhelado país de Jauja. Como en cualquier grupo humano, existen algunas disfunciones y no todos viven en el agobio del inexorable plazo de entrega. A pesar de eso, y de que las diferencias se solventan entre caballeros, es decir, a tiros y con padrinos de por medio, la sangre aún no ha llegado al río y eso les permite ofrecernos una nueva entrega, fieles a su cita semanal, de esta su obra sobre el diseño periodístico y la prensa, de carácter colectivo, irreverente y abierta a vuestra participación.




Tipografía. "La tipografía puede definirse como el arte de disponer correctamente el material de imprimir de acuerdo con un propósito específico: el de colocar las letras, repartir el espacio y organizar los tipos con vistas a prestar al lector la máxima ayuda para la comprensión del texto. La tipografía es el medio eficaz para conseguir un fin esencialmente utilitario y sólo accidentalmente estético, ya que el goce visual de las formas constituye rara vez la aspiración principal del lector”, así de contundente e incontestable define la tipografía el insigne Stanley Morison, a quien os presentamos aquí hace muy poco, en la voz correspondiente al tipo de letra Times, del que fue coautor. Ante definición tan redonda, incluida en la Encyclopaedia Britanica en Londres y Chicago en 1929 en la entrada de “tipografía”, y que sigue apareciendo hasta el día de hoy, poco más podemos, y sobre todo nos atrevemos a añadir. Tan sólo señalar que el término tipografía se utiliza en la prensa y las artes gráficas para definir distintas cosas: la primera es la tipografía entendida de manera general, tal y como la definió Morison, que englobaría el diseño completo de una publicación con la adecuada elección de los tipos de letra; la segunda se referiría al arte de diseñar los tipos de letra exclusivamente; y la tercera es un empleo tal vez incorrecto, pero muy frecuente, que es el de llamar tipografía al conjunto de tipos de letra de una publicación, e incluso a un tipo de letra concreto, así utilizamos una "tipografía" determinada, Times o Helvética por ejemplo, en vez de utilizar un "tipo de letra", como deberíamos decir. Pero queda más fino, y supuestamente profesional, decir eso de "yo prefiero esta (o aquella) tipografía".

Tipógrafo. Dibujante de letras. Gútemberg, Jenson, Aldo Manuzio, Garamond, Caslon, Baskerville, Didot, Bodoni, Stanley Morison, Eric Gill, Paul Renner, Max Miedinger, Jan Tschichold... todos estos nombres (y muchísimos más, claro) deberían ir en negrita, según determina nuestro libro de estilo, pero ya dijimos que la negrita servía para destacar una palabra. Si lo utilizamos para todas, entonces no destacamos ninguna y sólo creamos una mancha negra, difícil de leer, inaceptable para cualquier tipógrafo.

Tipómetro. Artilugio de medición (en cíceros, puntos, milímetros, picas, etc.) similar a una regla que algunos aseguran haber visto habitualmente en las redacciones de los periódicos hace unos años. Ahora, como el lince, es una especie en extinción y se cuentan con las manos de los dedos los periodistas que tienen uno en su poder, el cual guardan bajo siete llaves como si se tratara de la fórmula para el elixir de la eterna juventud. Sin embargo en las facultades de periodismo (por lo menos en algunas) su existencia ha proliferado gracias al micro hábitat de modernidad que impera en estos templos del conocimiento. Su origen se lo debemos a un tal Martín Domingo Fertel (francés él) y con él podemos medir el tamaño (cuerpo) de las letras (cuando son grandes), la interlínea, la dimensión de las columnas, etc.

Título. Esencia de noticia. Primer nivel de lectura. El elemento textual de mayor cuerpo y "peso" tipográfico de cuantos componen una noticia, por eso lo reconoceréis.

Track. Si no tenemos nada que ver con el mundo del diseño, lo primero que nos viene a la cabeza al ver la palabra "track" son los primeros reproductores de CD que te iban cantando "track 1", "track 2"... según iba avanzando el CD. En este contexto era la "pista" que se estaba reproduciendo.
En el campo en el que nos movemos, primero tenemos que explicar que cada vez que un diseñador crea una publicación se plantea el tipo de letra que quiere para su texto. Por ejemplo, para el párrafo general va a elegir una familia Times, un cuerpo 9 y una interlínea 10. Considera que ésta es su elección, pero el espacio que hay entre las letras ("A" y "V", "I" y "L") es demasiado ancho. Entonces manipula las condiciones de párrafo y las condiciones de texto para juntar o separar las letras, números y signos de puntuación que quiera. Una vez hecho todo esto, tiene su letra perfectamente definida.
Entonces llega el redactor y empieza a escribir. Y escribe. Y escribe. Y de repente le sobran 20 líneas. Y utiliza el "truco" que algún maqueta simpático le ha enseñado: comprimir el track (antiguamente, cambiar el set). Juntar las letras. Y, sin tener ningún reparo, le aplica una compresión que más que juntar las letras, las funde. Y así, ni corto ni perezoso, entrega su página con todo, todo, lo que el quería contar... aunque apenas se pueda leer.
Cuando utilizamos el track, modificamos lo que quería como texto el diseñador de esa publicación. Estrechamos el espacio entre letras de los títulos, los sumarios, los pies, TODO. Utilizado con cuidado es una buena manera de ganar texto, pero siempre dentro de unos parámetros que, incluso, también te marca en ocasiones el creador del texto. En las últimas versiones de casi todos los programas de maquetación se les aplica un límite máximo y mínimo para que no se supere.


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.
Diseñario (XLV): silueta-subtítulo.
Diseñario (XLVI): sumario-suplemento.
Diseñario (XLVII): tabla-teletipo.
Diseñario (XLVIII): texto-tipo.

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