Trabajar en un periódico pequeño no es fácil. Falta de medios técnicos, poco personal, presupuesto muy reducido, etcétera, etcétera. Sin embargo, desde los periódicos pequeños, aquellos que pueblan los kioscos de multitud de provincias españolas, se puede hacer un magnífico trabajo. Si no, que se lo digan a Lola Gómez, responsable de Diseño del Heraldo de Soria y habitual ganadora de premios de la SND.
Hablar de Lola Gómez es hablar de Maquetación y Diseño periodístico con mayúsculas. Ha participado en multitud de proyectos editoriales, desde la que ha llevado a cabo una labor muy fructífera. En 1986 se incorporó al extinto Diario 16, desde donde pasó, como tanto otros, a participar en la fundación de El Mundo en 1989, donde trabajó en el departamento de diseño del diario y del Magazine. Ocho años después, deja Madrid y viaja hasta las frías tierras castellanas para incorporarse al Heraldo de Soria como diseñadora de Suplementos. Actualmente ocupa la dirección de Arte del Heraldo. Trabajando para ese pequeño periódico ha sido galardonada en dos ocasiones por la SND y en cinco (de seis ediciones) por los ÑH, capítulo español de la Society of Newspaper Design.
De lo grande a lo pequeño, de lo pequeño a lo grande.
Mis comienzos en esta profesión fueron en Diario 16. Allí se dibujaba la maqueta con un lápiz rojo, otro negro y con un tipómetro transparente, y en los textos se contaban matrices para después hacer una regla de tres. Conocí la mesa de luz y los primeros ordenadores donde se componían las galeradas que más tarde iban a talleres.
Después, en su fundación, pasé a formar parte de la plantilla de El Mundo. El periódico nacía y yo, como maquetadora, crecía con él. Estrenamos los primeros ordenadores con Edicomp 4000, aquellas maquetas donde se visualizaban las cajas pero no los textos… Era de locos visto desde ahora. Un día, Carmelo Caderot, el director de Arte, se fió de mí y me dejó maquetar el Magazine de la primera época. Este suplemento no se hacía con el Edicomp, sino en maqueta de papel, tirando de la fotocopiadora y de la ampliadora de laboratorio de fotografía. Y allí, al cabo de poco tiempo, me pusieron un Mac delante.
Los que no han conocido todo eso no se pueden imaginar lo que sentí cuando hice mi primera maqueta en aquella pantalla. ¡Se podía hacer de todo y lo que era aún mejor: lo veías! (Parezco una abuela, pero no hace tanto tiempo de eso).
Y hasta hoy.
1. NO HAY EXCUSA
Fui de lo grande a lo pequeño. Pero si ahora comparo los medios técnicos que tenía entonces con los que tengo ahora en la redacción de Heraldo de Soria, el abismo es evidente. El saldo actual, a favor. En este momento, todos los periódicos españoles disponen de la tecnología suficiente como para desarrollar un buen diseño cuidado y de calidad, incluidos los pequeños. Así que eso no es obstáculo para no poder hacer un buen trabajo. No hay excusa. Aunque a veces, tampoco presupuesto.
2. DE TODO UN POCO
El problema llega cuando descubres que el funcionamiento del equipo de diseño es atípico comparado con diarios más grandes. No sólo se realiza trabajo de maquetación con sus respectivos suplementos, sino que además han de llevarse a cabo tareas de producción, control de planillo y publicidad -que también se diseña en la propia sección-, esquelas, anuncios por palabras, parte de la labor fotográfica, como es el tratamiento de las imágenes y el envío de los PDFs a la rotativa (que en nuestro caso, se encuentra en Zaragoza) y todo eso a cargo de cinco personas.
3. NUNCA PASA (CASI) NADA
Por si eso fuera poco, en una ciudad pequeña pasan muy pocas cosas, y todo lo que ocurre es cíclico. Año tras año se repiten por las mismas fechas idénticos acontecimientos, algo que obliga a mis compañeros redactores a echarle mucha imaginación para no repetirse. Aprovechan cada acontecimiento, por mínimo que sea, para hacer algo especial, y nosotros desde maquetación hacemos lo propio, procurando que cada día el lector se encuentre con una sorpresa visual, con un guiño, con un nuevo regalo. Ahí es donde hay que agudizar el ingenio. No hay tecnología que valga.
4. PERO A VECES, SÍ PASA
Y el día que ocurre algo importante… Ese día sabes que la mitad del periódico va a ir de eso. Entonces llegan los del departamento de publicidad y te colocan en las páginas de apertura, empezando en la 2, unos módulos a lo largo de toda la cobertura. Por supuesto, no se puede decir que no, que de eso vivimos. Ese día nos estiramos y damos más páginas a color de lo habitual porque el tema lo merece, y podemos saltar a 24 o incluso a 32 si hay además un suplemento. Lo habitual son 8 o 16 y hay que intentar que el color quede bien distribuido a lo largo del periódico, aprovechándolo en las páginas que tengan las mejores imágenes.
5. EL FACTOR HUMANO
Un periódico se hace entre todos. Nosotros no somos muchos (alrededor de una treintena) y la mayoría aporta ideas que tenemos en cuenta en la sección.
¿Qué maquetador no agradece que le den un titular de antemano, una palabra, una sugerencia? La chispa que nos haga ir, un día más, de lo pequeño a lo grande.
(El diseño de Heraldo de Soria tiene como base el de Heraldo de Aragón, grupo del que forma parte. Cuando Heraldo de Aragón fue rediseñado por Javier Errea y pasó a formato tabloide, Heraldo de Soria lo adoptó, salvo con unos pequeños cambios que Javier realizó para adaptarlo a las necesidades lógicas de un periódico más pequeño.)
Genial. Un trabajo excelente de diseño sin pretextos. olé y olé.
ResponderEliminarMuy buen Post (ya os tengo en favoritos)
Magnífico artículo, muy bien ilustrado. Toda una lección de diseño periodístico de un periódico supuestamente "pequeño".
ResponderEliminarEnhorabuena
Lola, tu trabajo es genial, esté donde esté, saludos
ResponderEliminarDiseño en caja alta, felicidades Lola. Hoy el ego de Ricardo Salvador habrá subido unas décimas porque no se equivocó cuando te dió el primer empujoncito.
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