lunes, 8 de febrero de 2010

Diseñario 2.0 (XIX)

Si los miembros del muy secreto comité de expertos de encajabaja encargados del Diseñario fuesen capaces de salir de su retiro para echar un vistazo a la difícil situación económica que vivimos, a la que esta semana todo el mundo mundial parece haberse puesto de acuerdo para hundir un poquito más con la ayuda inestimable del Gobierno y la "constructiva" oposición, (genial, una vez más, la viñeta del genial Ricardo el pasado martes, 2 de febrero) seguramente llegarían a la sabia conclusión, sabios como son, de que este país está necesitando un gobierno de concentración en el que participen todos, o al menos un gran acuerdo de todas las fuerzas políticas, sindicatos, empresarios... de todos y cada uno de los ciudadanos juntos, sin importar la ideología de cada uno, para sacar esto adelante... pero mucho nos tememos que no vamos a lograr ni siquiera que se pongan de acuerdo para salir a echar ese vistazo y tengamos que contentarnos con las entregas semanales de esta obra suya, nuestra y vuestra, colectiva, irreverente y abierta, sobre el diseño periodístico y la prensa en general.





Elzevir. Familia de prestigiosos impresores y editores de los Países Bajos, cuya actividad transcurrió entre 1580 y 1712. En el siglo XVII, cuando fallece el fundador Luis Elzevir (originario de Lovaina, pero que estableció la imprenta en Leyden, Holanda) deja el negocio a sus nueve hijos que lo extienden con sucursales en La Haya, Utrech y Amsterdam. En 1620 obtuvieron el título de Impresores de la Universidad y entre 1622 y 1652 alcanzaron su máximo esplendor. Aunque al parecer las técnicas comerciales de estos señores combinaban ediciones en pequeño formato precursoras del ahora llamado libro de bolsillo con técnicas que pasaban por alto cualquier consideración ética con tal de vender (cambiar las portadas de los libros para hacer pasar por nuevos ediciones sobrantes, o hacer modificaciones mínimas para burlar a la SGAE de turno, por ejemplo), los libros editados por ellos entonces son apreciadísimos por su calidad y reciben el nombre de elzevirianos o elzevirios.
Además, con el nombre de elzeviriano se denomina todo un estilo de tipos de letra herederos de los que diseñó Van Dyck para los Elzevir en este siglo XVII. Tipos de ojo medio elevado, de amplios contrastes y remates robustos que se alejaban de la caligrafía manual mucho más que sus antecesores renacentistas italianos y luego franceses.
Como elzevirianos (o de estilo antiguo) se llama a los números del tamaño del texto en minúsculas, elegante y refinada manera de componerlos en libros con aire clásico, en vez de con la acostumbrada altura de las mayúsculas como hacemos en la mayor parte de los impresos, incluidos nuestros descuidados periódicos.

Embargo. Embargo: Palabra de múltiples significados en el mundo de la prensa.
1. Sensación fisico/mental que te invade en el momento de hacer una página digna de mención o, como se dice en estos casos, cojonuda. Se puede reconocer a un ser embargado por la emoción de una maqueta bien hecha, cuando parece asomar una lagrimillla por uno de sus ojos o su sonrisa ilumina su cara. Al contrario que un embargo económico, que viene de sopetón, sin aviso y como un bofetón en la cara, este embargo maquetil va creciendo poco a poco a medida que la página es concebida... También se puede reconocer a un ser embargado por alzar los brazos por sorpresa y exclamar "¡Sí!" La gente de alrededor le mira extraño, pero cuando ven la maqueta también resultan embargados... por la emoción, insistimos.
2. Retraso en la difusión de la portada de un periódico. El motivo suele ser evitar romper una exclusiva. Imagínate que se te olvida embargar la portada y la competencia se entera, gracias al típico locutor radiofónico, del temazo que llevas al día siguiente. Si no se embarga esa portada, se puede producir la tercera acepción de embargo (ver punto siguiente).
También se pueden embargar noticias de agencias, que las mandan por la línea con la advertencia de que no se pueden publicar hasta una determinada fecha. Casi siempre se respeta este embargo, aunque siempre hay alguno que, tras pretender publicarla, dice... "Ah, no había visto que está embargada."
3. Retención en la nómina o incautación de bienes por parte de los acreedores del deudor al no poder hacer frente a una deuda. A esta situación se puede llegar por muchas vías, una de ellas la anteriormente citada (la de no respetar el embargo de una portada=bronca=despido=embargo).
La otra, viene derivada del cuasi embargo que provoca acabar una maqueta y que justo en el último momento se caiga el sistema. La reacción inmediata es rabia e incredulidad, que puede derivar en la destrucción del costosísimo equipo empleado. Y de ahí, al embargo, puede haber un paso.
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Empacar. O empaquetar. Hacer paquetes, claro. De periódicos. Aproximadamente de 25 ejemplares cada paquete. Esos paquetes que habréis visto lanzar desde furgonetas a los quioscos en alguna película americana. Se hacen en la propia rotativa y para los no iniciados resultan extremadamente difíciles de abrir porque los periodicos van envueltos con dos durísimas cintas de plástico que sólo se pueden cortar con unas tijeras que nunca están a mano y porque se desconoce el secreto de cómo se abren. Tan fácil. Sin ninguna herramienta ni accesorio. Con las manos. Pero, eso sí, conocimiento secreto que sólo se puede adquirir con años de trabajo en la prensa...


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.

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