lunes, 15 de noviembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLIII)

Cuando hablamos de obra infinita lo hacemos sin contar los puentes y fiestas de guardar que los misteriosos, caprichosos y escurridizos miembros del Comité de expertos encargados de la redacción del Diseñario se toman cada vez con más frecuencia y descaro. Por lo tanto, infinita y más allá, mucho más allá. Pero todo sea por la labor científica, periodística, divulgativa y lúdica de quienes nos ofrecen hoy una nueva entrega de esta obra colectiva, irreverente y abierta a vuestra partipación sobre el diseño periodístico y la prensa en general. E infinita, casi se me olvida. Especialmente apenados en esta semana, en la que nos ha dejado el más grande de los directores españoles, absolutamente imprescindible e inolvidable. Su obra, también infinita, nos acompañará siempre... Todavía nos parece oírle, con su hilo de voz: "Hay que girar la palomilla hacia la dereeechaaaa..."




Planillo. Disposición esquemática y ordenada de todas las páginas de un periódico, desde la portada hasta la contra pasando por todas las secciones y las páginas de publicidad. También se conoce como planilla y en algunos lugares de latinoamérica, como Argentina, se denomina "alzado".
El planillo general se subdivide en uno para cada sección, en el que se pueden ver las páginas que conforman dicha sección, qué publicidad llevan y a qué folio (página) están asignadas. Además, sirve para indicar el estado de las páginas (maquetada, corregida, entregada, enviada, etc.) o el tipo de página (color, B/N). Con esto, cualquiera que vea el este esquema puede saber el estado de la publicación o de su sección de un vistazo.
Sin embargo, tiene menos credibilidad que los bonos de deuda "garantizados" de algunos países, una vez unos y otra vez otros, y cambia más que la política de privacidad de Facebook. Puede pasar de ser tu mejor amigo, porque tienes muchas páginas y espacio para contar las cosas bien y ordenadamente, a ser tu peor enemigo porque la publicidad ha hecho que lo que antes tenías que contar en 6 páginas ahora lo tienes que hacer en 3 y media. Y seguramente a última hora de la tarde, por supuesto.
En la mayoría de los casos, los planillos sirven a los redactores como primera aproximación al diseño de las páginas... y son precisamente eso, una aproximación (poco aproximada, por cierto), porque no es lo mismo maquetar en un espacio de cuatro centímetos que en un página completa. Y claro, todo lo que cabe en un planillo no siempre cabe en la página real... por mucho que se empeñen algunos.

Pleca. ¿Sabéis esa raya vertical que existe en vuestro teclado y que nunca, repito, nunca, habéis usado? Sí, hombre, esa raya que está partida en dos en la tecla, en la pulsación del uno, y que misteriosamente cuando la pulsas sale entera en la pantalla, sin partir? Pues resulta queridos nuestros, que eso es una pleca. Porque una pleca es una raya vertical, sí, vertical. Que suele usarse para separar distintas ideas en una sola línea, como dos versos o dos acepciones en un diccionario. Por eso nunca la has usado. Porque editar diccionarios es un arte en desuso y porque si ya es difícil poner en pie un verso, imaginad dos dentro de la misma línea...
En los periódicos, en los libros, en las publicaciones impresas, existe otro tipo de raya, al que se le conoce como pleca. Esta raya es horizontal, y suele usarse al final de un texto, para separar una llamada, o una anotación a pie de página, o a veces, un texto de otro. A esta raya, y en realidad al texto que le acompaña, se le conoce como pleca, aunque pleca, lo que se dice pleca... sólo es la rayita de marras.
En las plecas se hacen aclaraciones, se firman artículos en los que han participado más de un autor y se suelen contar unos breves datos biográficos de los autores de un texto. Si por ejemplo tenemos una opinión que firma el director de comunicación de una conocida multinacional americana, al final de ese texto suele aparecer una rayita horizontal, acompañada del texto: "Fulanito de tal es director de comunicación de una conocida multinacional americana..." para información del lector y regocijo del firmante, al que generalmente suele gustar sacar a pasear su cargo.
Las plecas, complejísimas de elaboración, porque no es nada fácil escribir un breve texto bajo una rayita fina, resultan un desafío hercúleo para los redactores de un periódico, a los que muchas veces supera la proporción colosal de la tarea. De hecho, en las redacciones se cuentan leyendas de unos redactores que sabían poner plecas ellos sólos, de los que se llegaron a componer cantatas y elegías y que un día, sin previo aviso, desaparecieron...
Los que quedaron no saben. Ni sabrán, visto lo visto. Cuando tienen que poner una rayita fina, finísima, y luego un textito de tres palabras a punto y aparte palidecen, transpiran, murmuran en lenguas muertas. Los muertos recobran la vida y los que nunca callan enmudecen por su incapacidad. No son capaces siquiera de copiarla de otra página, cuando muchos han hecho carreras exitosas a base de copiar de otros, de todos. El 'Control C, Control V' no sirve para una pleca, si fuera tan fácil no harían falta secciones de diseño...
Y entonces, descuelgan el teléfono, y con un tono exageradamente amable, ese que sólo puede utilizar alguien consciente de su mediocridad, te piden, por favor, que si les puedes poner una pleca al final de su texto. Y como los maquetas somos muy canallas, les decimos que hay un estilo para eso, sólo por oírles tartamudear espantados. Y luego les diremos que si pulsan dos veces sobre tal icono les saldrá la pleca sola y completa, pero para ese momento el redactor ya habrá roto a llorar, implorando clemencia... Incluso les ofreceremos la posibilidad de que se la copien una de otra página, sólo por estirar el disfrute de la situación, ese ridículo momento en el que una persona con estudios superiores haría cualquier cosas que le pidiéramos, con tal de no enfrentarse a la terrible labor de colocar una pleca, una simple rayita seguida de un textito, tan corto como debiera serlo esta propia definición, al final del texto.

Plumilla. Redactor. Quienes escriben en los periódicos, televisiones, radios y demás inventos digitales textos propios o editan textos de otros, o de las agencias. Conviene recordar, y repetir más que de vez en cuando, aquello que nos enseña el maestro de periodistas en general, y de maquetas en especial, Pedro Pérez, acerca de que "en un periódico trabajan periodistas; unos escriben, y son redactores (o plumillas, añadimos nosotros aquí, en voz baja para seguir escuchando a Pedro), otros hacen fotos y son fotógrafos, otros hacen infografías y les llamamos infógrafos o infografistas, y los hay que maquetan las páginas, y son maquetadores. Todos son periodistas, especializados cada uno en distintos elementos del mensaje informativo que elabora un periódico".
Aclarado el ámbito de actuación del plumilla, nos podemos adentrar en el más peliagudo asunto del posible carácter peyorativo, neutro, o incluso positivo y hasta cariñoso de la expresión plumilla, cuyo origen no consideramos necesario explicar por lo obvio que resulta. Y es que se trata de un apelativo que se ha utilizado con todas esas intenciones, aunque para nosotros predomine la última, tiernos como somos.
Se ha utilizado. Efectivamente, plumilla empieza a resultar casi un anacronismo. Cada vez se escucha menos en un periódico, es hasta un poco chocante o pasado de moda desde el punto de vista estético sonoro oírlo, un tanto ridículo en un medio digital en el que hablar de un "plumilla multimedia" (dispuestos a hacer casi todo a cambio de casi nada) es un absoluto contrasentido ya que, recordemos el comienzo de esta voz, un plumilla sólo escribe; lo que no es poca cosa, sobre todo si se hace bien.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.

2 comentarios:

  1. ¿Pero "pleca" no es lo que tienen los irlandeses en la cara, lo muy plecosos? :P

    Ahora en serio, me ha encantado la recopilación. Muy instructiva.

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  2. Jojojo... muy bueno el artículo. Por cierto, yo sí he usado las plecas, aunque no sabía que se llamaban así!! :)

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