jueves, 28 de abril de 2011

Breve elogio del fútbol [en la redacción]

Las páginas de primera edición y algunas fotos sacadas de la línea para ver cuál es la mejor para lo que queremos transmitir

Ver el fútbol entre las cuatro paredes de la redacción tiene algo especial, ya lo comentamos aquí y aquí. Evidentemente no es como verlo en el propio campo, ni siquiera verlo en tu casa rodeado de tus amigos y unas cervecitas bien frescas. Pero verlo con los compañeros tiene su aquél. Sobre todo si se respira la atmósfera de un partido que las crónicas calificarán de histórico y que quedará grabado en tu retina para bien o para mal.

Y tiene algo especial porque luego hay que intentar trasladar lo que has visto en las pantallas a las páginas del periódico. Con la máxima fidelidad posible y con el máximo ritmo e impacto posible. Aunque el partido sea taaaaannnnn aburrido como el de ayer. Pero en el papel hay que darlo todo.

Las páginas de segunda edición. En la cuarta página teníamos dos posibilidades.

Por eso, al escuchar el pitido del árbitro, ya hay que girarse hacia la pantalla y consultar la línea de las fotos de las agencias y nuestros fotógrafos para intentar buscar la foto perfecta para el hueco que habíamos premaquetado para la primera edición. Ya se sabe, hay que cerrar pronto que las furgonetas no esperan, por eso hay que dejar un par de versiones premaquetadas. Aunque si la foto no encaja, se cambia la maqueta y listo.

Y para segunda edición, aportar un poco más, sumar un pase extra para que el lector reciba la mejor información posible, como si hubiera estado en el propio campo. Pero con el plus del punto reflexivo que aporta la prensa escrita.

Al final de la noche, breve reunión para ver cómo ha quedado la sección. De izquierda a derecha: Mario (Diseño), Chiqui (Documentación), Manolo (Diseño), Fernando (Deportes), Esther (M2) y Luisfer (M2). Hasta los compañeros de otras secciones se pasaban para ver el resultado.

Una vez terminado el trabajo, basta verlo todo junto para ver si la sección, al contrario que el propio partido, tiene el ritmo necesario para enganchar al lector. Y parece que sí. Trabajo conseguido, somos un equipo. ¡Viva el fútbol!

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