Decía Murphy, en su primera ley, que si algo puede salir mal, saldrá mal. A lo que Pudder añadió que "todo lo que empieza bien, acaba mal". Y ambos no podían tener más razón, porque ayer sucedió justamente eso: teníamos la maqueta hecho, perfectamente ordenada y lista. Pero sabíamos que algo iba a ir mal. Y no nos equivocamos.
Sobre las 19.00 falleció el ex gobernador del Banco de España Luis Ángel Rojo. Por sorpresa, claro. Así que nos pusimos manos a la obra para hacer, a parte del Obituario de rigor, unas cuantas páginas más con su trayectoria. Fotos, crónica y unas cuantas opiniones que glosen al personaje y su importancia en casos como Banesto, Ibercorp o Filesa. El plato fuerte de la doble página eran cinco fotos (ya sabéis el "defecto" de querer meter cuantas más mejor) y una opinión del ministro Miguel Sebastián. Además, había que sumar otra opinión de John Müller y un análisis de Carlos Segovia.
Con todos estos elementos, planteamos esta doble:
Poco después de terminarla, la página empieza a sufrir cambios: esta foto de aquí, ponla aquí ; no, mejor esta otra que va en pequeño que mande; no, pon esta otra, que salen fulanito y menganito; pero dala a cuatro columnas, porque a cinco baja muchísimo. Aquí nos acercamos peligrosamente al Umbral de Descojonamiento que ya comentamos en este blog. Umbral que dejamos muy atrás cuando uno de los textos no llegaba a tiempo para la primera edición. Solución: meter un recurso de la casa. De esta manera, todas las posibles combinaciones de foto quedaban en papel mojado porque había que dar, sí o sí, la foto a cuatro columnas para que entrara el texto.
Parece que todo está correcto. Pues no. Acudamos de nuevo a la ley de Murphy: Postulado de Tylczak sobre la Probabilidad: Los sucesos fortuitos tienden a suceder todos juntos. Totalmente cierto: llega el texto que no había conseguido entrar en la primera edición. Es el texto del ministro, al que no se le puede/debe cortar porque se lo hemos pedido a salto de mata. Estaría feo cortarle encima que le hemos "asaltado". Pero como nada es tan fácil como parece (primer corolario de la Ley de Murphy), el texto no encaja en la extensión que habíamos pedido. Vuelta a cambiar todo.
Aunque esta vez nos supuso una ventaja. Podíamos volver a poner la foto que nos gustaba al tamaño que se merecía. No todo es tan malo como parece (¡toma Murphy!). Pero, aún así, había que retocar un poco la página: pasar la opinión de la derecha a la izquierda y la opinión grande debajo del gris, pensada para ir en la página par, a la impar, por lo que había que hacer más pequeñas las fotos y el gris hasta que entrara. Un desbarajuste total, pero como dice el propio Murphy: Sonría. Mañana puede ser peor.
¡Sois unos cracks! Por favor, no dejéis de contar estas cosas en el blog, porque para los que intentamos explicar a los alumnos que esto de maquetar también es informar, estos casos que contáis nos vienen de maravilla para comentarlos en clase. Saludos desde Valencia.
ResponderEliminarTú sí que eres un crack, amigo Paco. Gracias por tus palabras, y un fuerte abrazo para ti y para tus alumnos de Valencia
ResponderEliminarPor favor!! Estas cosas de veras que pasan!!
ResponderEliminarRedes, no sabemos si te parece increíble que sucedan estas cosas o que te han sucedido a ti. En cualquier caso, pasan esas cosas y más.
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