Decía, dice, Enrique Meneses que "este oficio [el de periodista en general, y el de fotoperiodista en particular] está compuesto por un 70% de paciencia, un 20% de profesionalidad, y un 10% de potra". Dice tantas cosas... muchas de ellas que yo no conocía. Conocíamos sus imágenes más conocidas, las de Sierra Maestra con Fidel Castro y el Che en los momentos iniciales de su revolución cubana durante cuatro meses de 1957 en los que fue el único periodista cubriendo aquel acontecimiento histórico, autor de aquella exclusiva mundial; las de la mítica marcha en 1963 en la que Martin Luther King pronunció su emocionante "I have a dream" desde las escalinatas del monumento a Lincoln en Washington ("yo era el único español que estaba allí", nos dice Meneses).
Nos dice Meneses que "hay que ser fuerte con los fuertes y débil con los débiles", que "hay que dar voz a quien no la tiene", periodista comprometido con lo que cuenta a quien no le interesa esa falsa objetividad en la que suele disfrazarse la hipocresía; y nos dice muchas cosas más en los rótulos de cada una de las imágenes de esta maravillosa exposición: "Enrique Meneses. La vida de un reportero". Léanlos todos y cada uno de ellos, rían abiertamente, emociónense con ellos si el periodismos en su faceta más pura y canalla les apasiona, como a mí. Todavía hay tiempo, está abierta hasta el 26 de julio en el antiguo depósito de agua de la calle Santa Engracia de Madrid, un lugar que te envuelve, perfecto para entrar en el mundo de Enrique Meneses, en lo que nos dice con sus fotografías y los textos impagables que las acompañan.
Presentación de la exposición a cargo de su comisario, el gran fotoperiodista Chema Conesa:
Su vida es otra historia. Casi más fascinante que lo que cuentan sus fotografías, imágenes con los acontecimientos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Hay que ver el documental de la primera planta de la exposición y escuchar al propio Meneses relatando su periplo por África "buscando una negra en pelotas de la que Jaimito Bailén [su amigo íntimo y compañero de correrías en sus inicios] se había enamorado tras verla en una fotografía de Paris Match". Salieron de El Cairo y recorrieron miles de kilómetros hasta el sur de Sudán. "Nos acusaban de esclavistas cuando preguntábamos por esa negra en pelotas... No la encontramos, claro". Sobre la que montó para cubrir el peligrosísimo cerco de Sarajevo, su último trabajo en 1993, sexagenario y gravemente enfermo, no voy a desvelar nada... Es mejor escucharle a él.
Salgo del antiguo depósito de agua del Canal de Isabel II junto a mis muy queridos Concha Fernández y Luis Blasco de ver juntos esta emocionante exposición del maestro Meneses con la sensación de haber disfrutado mucho más de lo que suponía que lo iba a hacer, queriendo ver más fotos de él, escuchar más historias sobre su vida y convencido de que se necesita algo más que "un 10% de potra" para hacer lo que Enrique Meneses hizo y nos ha legado a quienes amamos el periodismo.