lunes, 15 de mayo de 2017

Homenaje del barrio madrileño de Tetuán a la prensa escrita (II) - La libertad de expresión

Como ya os informamos en una entrada anterior del blog, el periódico local Tetuán 30 días junto con la Junta de Distrito del barrio madrileño de Tetuán y la Hemeroteca Municipal de Madrid han organizado durante todo este mes de mayo un Homenaje a la prensa escrita.

Además de las exposiciones de periódicos ya reseñadas, el pasado jueves, 4 de mayo, asistimos a una interesante conferencia colectiva con ponencias de Fernando González Urbaneja, Mario Agudo, Ricardo Curtis y Pablo Elorduy.


De derecha a izquierda, Fernando González Urbaneja, Mario Agudo, Pablo Elorduy y Ricardo Curtis junto a la pantalla.

Sobre la libertad de expresión

"El día 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de expresión, fue ayer mismo", comenzó su conferencia Fernando González Urbaneja —periodista especializado en economía y análisis político que no necesita presentación, con  una amplísima trayectoria en puestos de responsabilidad de muchos medios de comunicación además de presidente durante años de la Asociación de la Prensa de Madrid y la Federación de Asociaciones de la Prensa de España—, "pero la libertad de expresión parece que sólo se celebra ese día, porque el resto del año...".

El veterano periodista citó la famosa sentencia de Albert Camus de que "un país vale lo que vale su prensa", para hacer un breve recorrido por la situación de la libertad de prensa en España desde el final de la dictadura, cuando él comenzó su carrera periodística, y el momento actual. "En el aspecto formal y jurídico existe libertad de información, consagrada en el artículo 20 de la Constitución, uno de los más ricos de entre toda la legislación internacional, pero en la práctica las cosas no están tan avanzadas", explicó Urbaneja.

Antes, en el final de la etapa autoritaria en la que una simple decisión administrativa sin respaldo judicial podía secuestrar y cerrar una publicación, nos relató que la prensa "emergió con fuerza y el periodismo anticipaba una sociedad más libre que se iba después a conseguir". Y, sin embargo, "hoy día el secuestro de una publicación es impensable, pero noto en las redacciones como un apaciguamiento. Es un mal indicador que por no montar pollos, les vaya bien a esos periodistas que todos conocéis".

Urbaneja habló también de la prensa un sector debilitado y de la precariedad laboral como elementos que pueden mermar la crítica al poder. "Pero, aun así, si no reclamamos eso, el ser críticos, la profesión no merece la pena." Mencionó también la manida postverdad, "que no es otra cosa que mentiras, por qué llamarlo así", y de que "el riesgo de que nos traguemos a esos mentirosos es enorme".

"Yo soy de los que cree que las nuevas tecnologías han venido para salvar al periodismo, pero", nos advirtió preocupado, "hay que estar alerta para que la enorme cantidad de información que circula por internet no afecte a la calidad del periodismo".

Fernando González Urbaneja en un momento de su ponencia sobre la libertad de expresión.

Cerró su conferencia volviendo a Camus para hablar sobre el secreto profesional y, sobre todo, la cláusula de conciencia: "Ya que no es posible publicar todo aquello que uno piensa o quisiera decir, al menos nadie debe hacer nunca en una redacción aquello que no quiera hacer, ni firmar lo que no quiera firmar".

La crisis no es sólo internet, el cambio de modelo de negocio y demás. Es también y de una manera muy destaca la pérdida de confianza. ¿Qué podemos hacer para recuperar el descrédito? Fernando González Urbaneja propuso dos recetas muy sencillas, de puro sentido común y de absoluto conocimiento y sabiduría sobre lo que es esta profesión: "Necesidad de transparencia en lo que hacemos, porque es lógico que el público desconfíe de lo que no está bien sustentado"; y saber rectificar. "No podemos no trabajar deprisa, eso es imposible. Pero sí podemos rectificar. Sospechad del que no rectifica nunca, porque es peor que quien miente, ya que al no rectificar miente dos veces".

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