Uno de nosotros se quedó sin trabajo la tarde del viernes pasado. Es una noticia triste, una muy mala noticia pero no excepcional porque en nuestro país está sucediendo todos los días desde hace ya... demasiado tiempo.
Uno de nosotros se ha quedado sin trabajo porque desde el viernes el diario Público de Madrid ha dejado de imprimirse en papel. Intentamos no caer en el corporativismo de que las cosas son más dramáticas si nos pasan a nosotros o en el hecho de que la prensa es uno de los sectores que más está padeciendo la crisis en forma de desempleo y retrocesos en las condiciones laborales hasta el punto de que la Asociación de la Prensa de Madrid ha puesto en marcha la iniciativa que muchos conoceréis de que #gratisnotrabajo (que os animamos a firmar), para señalar que el cierre de un periódico es algo más que el cierre de una empresa con el consiguiente despido de 160 trabajadores. Es algo más. Una voz menos. Y eso es mucho perder.
No lo han entendido así algunos miserables que festejaban el cierre de un diario, necesario y con lectores, en un cobarde y rastrero artículo, mal escrito y lleno de erratas, que no pienso enlazar y que llena de vergüenza a quien lo escribe y al ¿medio de comunicación? que lo difunde. Pero sí la práctica totalidad de la profesión, competidores en el kiosko o no, en esta ciudad nuestra que lamenta su pérdida y en este blog nuestro que desde aquí envía un abrazo a nuestro amigo y ex compañero Jesús Maraña, último director de Público, para que él se lo haga llegar a todos los componentes de esa redacción en la que tenemos más amigos y en la que todos son compañeros para nosotros. Compañeros de una profesión que es algo más también que una profesión para quienes la vivimos.
No llegan a entender quienes poco o nada tienen que ver con el periodismo que ahora más que nunca hacen falta todas las voces porque sólo todos juntos podemos salir de esta crisis. Y como puro periodismo de muchos kilates hace Xavier Fortes cada noche en Televisión Española (temblamos algunos con que profesionales así no puedan seguir ejerciéndolo con libertad cuando la televisión pública haga efectivos los próximos cambios que siempre sufrimos con un cambio de Gobierno, porque la independencia de los informativos públicos sí es uno de los pocos logros incontestables del denostado Zapatero), el viernes, ya muy tarde, decíamos, cuando el director de La noche en 24 horas manifestó que "el cierre de un periódico, como el cierre de un colegio, es algo más que la pérdida que siempre supone el cierre de una empresa". Y añadió que la página web de Público, eso sí, seguiría abierta, "aunque, me temo, que no es lo mismo". Miró a los cuatro contertulios, de ideologías y medios distintos, quienes se miraron tristes a su vez entre sí, y coincidiendo por primera y ¿única? vez en sus intervenciones, contestaron: "No... no es lo mismo".
Seguro que estamos de acuerdo unos cuantos más en que, aunque es evidente que lo preferimos así antes que con un cierre total, no es lo mismo. En que no va a ser igual Público tan sólo con su página web a cuando además de la web imprimían todos los días varias decenas de miles de ejemplares en papel. Hasta el viernes Público era algo más. En presencia, en capacidad de influencia y en capacidad de difundir su manera de ver la actualidad, en diseño periodístico que un jurado del que formé parte otorgó con justicia y consenso este año en Pamplona el galardón al mejor de los periódicos presentados en los ÑH8, en fuerza, en 'poder informativo'... Algo más, intangible, por el mero hecho de ser no sólo un medio digital intangible sino un objeto físico.
Como es un hecho, y no un intangible, el que las principales webs informativas nacionales e internacionales suelen ser las páginas digitales de los principales periódicos impresos en papel: El Mundo, El País, The New York Times, The Guardian... motivo tan intangible como incontestable por el que venimos insistiendo en que ambos soportes no deben competir directamente, o anularse el uno al otro dentro de una misma cabecera o empresa, sino que deben ser complementarios.
Productos complementarios, pues... que no estamos haciendo. Es de común acuerdo el que los periódicos necesitan cambiar más rápidamente de lo que lo están haciendo ahora (siempre han cambiado) porque de lo contrario pueden perder su razón de ser. No se pueden seguir dando ruedas de prensa del día anterior impresas en papel, ¡incluso después de haber rediseñado las páginas con la intención de hacer algo distinto también en los contenidos!
Al mismo tiempo que las páginas webs informativas deben evolucionar y madurar hacia productos rentables y distintos, que utilicen y aprovechen todo lo que un soporte digital puede ofrecer (no es porque sea nuestro competidor más directo, pero sigo sin entender por qué el 'nuevo' elpais.com sigue volcando enteros los contenidos íntegros del papel... o por qué hace cada vez más 'interminable' su portada, su home, "nueva web, mismos viejos problemas", en algunos análisis). El diseño periodístico digital, nos recordaba el otro día el maestro Fermín Vílchez en la Universidad Rey Juan Carlos del sur de Madrid, está prácticamente en pañales, deudor absoluto del diseño en papel, sin apenas experimentación en los grandes medios. Repitiendo las tres columnas de rigor y las páginas de portada infinitas, "que nunca se acaban y en las que no hay más valoración periodística que la de ir añadiendo todo lo que llega...".
Uno de nosotros se ha quedado sin trabajo porque desde el viernes el diario Público de Madrid ha dejado de imprimirse en papel. Intentamos no caer en el corporativismo de que las cosas son más dramáticas si nos pasan a nosotros o en el hecho de que la prensa es uno de los sectores que más está padeciendo la crisis en forma de desempleo y retrocesos en las condiciones laborales hasta el punto de que la Asociación de la Prensa de Madrid ha puesto en marcha la iniciativa que muchos conoceréis de que #gratisnotrabajo (que os animamos a firmar), para señalar que el cierre de un periódico es algo más que el cierre de una empresa con el consiguiente despido de 160 trabajadores. Es algo más. Una voz menos. Y eso es mucho perder.
No lo han entendido así algunos miserables que festejaban el cierre de un diario, necesario y con lectores, en un cobarde y rastrero artículo, mal escrito y lleno de erratas, que no pienso enlazar y que llena de vergüenza a quien lo escribe y al ¿medio de comunicación? que lo difunde. Pero sí la práctica totalidad de la profesión, competidores en el kiosko o no, en esta ciudad nuestra que lamenta su pérdida y en este blog nuestro que desde aquí envía un abrazo a nuestro amigo y ex compañero Jesús Maraña, último director de Público, para que él se lo haga llegar a todos los componentes de esa redacción en la que tenemos más amigos y en la que todos son compañeros para nosotros. Compañeros de una profesión que es algo más también que una profesión para quienes la vivimos.
No llegan a entender quienes poco o nada tienen que ver con el periodismo que ahora más que nunca hacen falta todas las voces porque sólo todos juntos podemos salir de esta crisis. Y como puro periodismo de muchos kilates hace Xavier Fortes cada noche en Televisión Española (temblamos algunos con que profesionales así no puedan seguir ejerciéndolo con libertad cuando la televisión pública haga efectivos los próximos cambios que siempre sufrimos con un cambio de Gobierno, porque la independencia de los informativos públicos sí es uno de los pocos logros incontestables del denostado Zapatero), el viernes, ya muy tarde, decíamos, cuando el director de La noche en 24 horas manifestó que "el cierre de un periódico, como el cierre de un colegio, es algo más que la pérdida que siempre supone el cierre de una empresa". Y añadió que la página web de Público, eso sí, seguiría abierta, "aunque, me temo, que no es lo mismo". Miró a los cuatro contertulios, de ideologías y medios distintos, quienes se miraron tristes a su vez entre sí, y coincidiendo por primera y ¿única? vez en sus intervenciones, contestaron: "No... no es lo mismo".
Seguro que estamos de acuerdo unos cuantos más en que, aunque es evidente que lo preferimos así antes que con un cierre total, no es lo mismo. En que no va a ser igual Público tan sólo con su página web a cuando además de la web imprimían todos los días varias decenas de miles de ejemplares en papel. Hasta el viernes Público era algo más. En presencia, en capacidad de influencia y en capacidad de difundir su manera de ver la actualidad, en diseño periodístico que un jurado del que formé parte otorgó con justicia y consenso este año en Pamplona el galardón al mejor de los periódicos presentados en los ÑH8, en fuerza, en 'poder informativo'... Algo más, intangible, por el mero hecho de ser no sólo un medio digital intangible sino un objeto físico.
Como es un hecho, y no un intangible, el que las principales webs informativas nacionales e internacionales suelen ser las páginas digitales de los principales periódicos impresos en papel: El Mundo, El País, The New York Times, The Guardian... motivo tan intangible como incontestable por el que venimos insistiendo en que ambos soportes no deben competir directamente, o anularse el uno al otro dentro de una misma cabecera o empresa, sino que deben ser complementarios.
Productos complementarios, pues... que no estamos haciendo. Es de común acuerdo el que los periódicos necesitan cambiar más rápidamente de lo que lo están haciendo ahora (siempre han cambiado) porque de lo contrario pueden perder su razón de ser. No se pueden seguir dando ruedas de prensa del día anterior impresas en papel, ¡incluso después de haber rediseñado las páginas con la intención de hacer algo distinto también en los contenidos!
Al mismo tiempo que las páginas webs informativas deben evolucionar y madurar hacia productos rentables y distintos, que utilicen y aprovechen todo lo que un soporte digital puede ofrecer (no es porque sea nuestro competidor más directo, pero sigo sin entender por qué el 'nuevo' elpais.com sigue volcando enteros los contenidos íntegros del papel... o por qué hace cada vez más 'interminable' su portada, su home, "nueva web, mismos viejos problemas", en algunos análisis). El diseño periodístico digital, nos recordaba el otro día el maestro Fermín Vílchez en la Universidad Rey Juan Carlos del sur de Madrid, está prácticamente en pañales, deudor absoluto del diseño en papel, sin apenas experimentación en los grandes medios. Repitiendo las tres columnas de rigor y las páginas de portada infinitas, "que nunca se acaban y en las que no hay más valoración periodística que la de ir añadiendo todo lo que llega...".
Ricardo Curtis, auxiliado por Pedro Pérez Cuadrado, procede a 'desenrollar' una página web impresa en papel en las III Jornadas de Diseño de la URJ
Estoy convencido de que no es lo mismo, de que incluso contando con la exclusiva para España de las últimas filtraciones de wikileaks no va a ser lo mismo Público siendo sólo una página web. De que con el cierre de su edición impresa todos hemos perdido ese algo más. Así que sería absurdo, pues, desaprovechar el enorme poder periodístico que todavía conservan los periódicos impresos en papel para convertirlos sólo en páginas web informativas. Sería absurdo... pero somos absolutamente capaces de hacerlo.