sábado, 28 de febrero de 2009
Weekend
miércoles, 25 de febrero de 2009
Primero los contenidos
La página de primera edición del día 18 de febrero que os mostramos estaba determinada por una fotografía a cuatro columnas de las labores de rescate que llevaba a cabo la policía en el río Guadalquivir. Buscaban el cadáver de la joven asesinada tres semanas antes. En una imagen más pequeña aparece en detalle el presunto asesino, Miguel Carcaño, saliendo de su casa a donde lo había llevado la policía para reconstruir el crimen. Al fondo de la imagen se congrega una multitud, que no podemos ver porque el corte de la foto lo impide. Sólo mostramos un detalle porque el tamaño de la imagen no nos da para más. El responsable de la sección de nacional ha decidido apostar por la imagen del río. El título de la información es: "El amigo del supuesto asesino dice que confesó bajo tortura". En el texto de la noticia no se habla sobre las labores de rescate porque ese día no se han producido avances en ese aspecto. Una imagen principal está determinando el diseño de la página, imagen que no tiene que ver con lo que queremos contar. Podrá ser muy "bonita" la página, no entramos en ese peliagudo asunto, pero su diseño no es bueno desde el punto de vista periodístico. No comunica, ni informa. No es eficaz.
En la segunda edición del periódico, el redactor jefe de cierre quiere introducir un elemento nuevo en la página que considera que "no estamos llevando". Se refiere al intento de linchamiento de uno de los asistentes y a cómo la policía logra reducirlo. Eso nos permite, además, modificar toda la estructura para convertir la imagen de detalle en lo que realmente es, la imagen principal, dados los contenidos de la información. Se trata, además de una impresionante fotografía de Raúl Caro de Efe, que condensa en una sola imagen todo lo que está sucediendo con este horrible suceso: toda una multitud contemplando cómo la policía se lleva a un joven que supuestamente asesinó a su ex novia. Todos contemplando el crimen. El crimen como espectáculo con el foco en el público que no se veía en el detalle de la primera versión. Logramos mantener exactamente el mismo texto que teníamos y las estructuras de página del nuevo diseño del periódico nos permiten que el detalle pase a ser esta pequeña secuencia de dos imágenes, hecho secundario en los sucesos del día, elemento secundario, pues, en la página. Diseño y contenido están ahora relacionados. El diseño, informa.
Descubriendo a Weegee en Madrid
martes, 24 de febrero de 2009
Vuelven las Jornadas del CEU
En el apartado de Fotoperiodismo José Manuel Navia abrirá las jornadas, al que seguirá Ricardo Gutiérrez, jefe de fotografía del diario El País. Javier Sicilia y Alexis Rodríguez, redactor jefe de suplementos de ABC, se encargarán del apartado de Edición y, finalmente, en el Diseño tendremos al siempre interesante Rodrigo Sánchez, director de arte en diversas cabeceras de Unidad Editorial, y a José Luis Marián, actual director de arte de la revista Mujer Hoy (y antiguo compañero nuestro en la sección de diseño de El Mundo y en el grupo Zeta).
Las conferencias tendrán lugar en su lugar habitual, en el Salón de Grados de la Universidad, calle Julián Romea, 23; y hay de plazo hasta el próximo 26 de febrero para inscribirse (12 euros, gratis para alumnos y ex alumnos del CEU). En el díptico que reproducimos figura el programa completo con horarios, la dirección y la manera de inscribirse.
lunes, 23 de febrero de 2009
Diseñario (XLIX)
Tipografía. "La tipografía puede definirse como el arte de disponer correctamente el material de imprimir de acuerdo con un propósito específico: el de colocar las letras, repartir el espacio y organizar los tipos con vistas a prestar al lector la máxima ayuda para la comprensión del texto. La tipografía es el medio eficaz para conseguir un fin esencialmente utilitario y sólo accidentalmente estético, ya que el goce visual de las formas constituye rara vez la aspiración principal del lector”, así de contundente e incontestable define la tipografía el insigne Stanley Morison, a quien os presentamos aquí hace muy poco, en la voz correspondiente al tipo de letra Times, del que fue coautor. Ante definición tan redonda, incluida en la Encyclopaedia Britanica en Londres y Chicago en 1929 en la entrada de “tipografía”, y que sigue apareciendo hasta el día de hoy, poco más podemos, y sobre todo nos atrevemos a añadir. Tan sólo señalar que el término tipografía se utiliza en la prensa y las artes gráficas para definir distintas cosas: la primera es la tipografía entendida de manera general, tal y como la definió Morison, que englobaría el diseño completo de una publicación con la adecuada elección de los tipos de letra; la segunda se referiría al arte de diseñar los tipos de letra exclusivamente; y la tercera es un empleo tal vez incorrecto, pero muy frecuente, que es el de llamar tipografía al conjunto de tipos de letra de una publicación, e incluso a un tipo de letra concreto, así utilizamos una "tipografía" determinada, Times o Helvética por ejemplo, en vez de utilizar un "tipo de letra", como deberíamos decir. Pero queda más fino, y supuestamente profesional, decir eso de "yo prefiero esta (o aquella) tipografía".
Tipógrafo. Dibujante de letras. Gútemberg, Jenson, Aldo Manuzio, Garamond, Caslon, Baskerville, Didot, Bodoni, Stanley Morison, Eric Gill, Paul Renner, Max Miedinger, Jan Tschichold... todos estos nombres (y muchísimos más, claro) deberían ir en negrita, según determina nuestro libro de estilo, pero ya dijimos que la negrita servía para destacar una palabra. Si lo utilizamos para todas, entonces no destacamos ninguna y sólo creamos una mancha negra, difícil de leer, inaceptable para cualquier tipógrafo.
Tipómetro. Artilugio de medición (en cíceros, puntos, milímetros, picas, etc.) similar a una regla que algunos aseguran haber visto habitualmente en las redacciones de los periódicos hace unos años. Ahora, como el lince, es una especie en extinción y se cuentan con las manos de los dedos los periodistas que tienen uno en su poder, el cual guardan bajo siete llaves como si se tratara de la fórmula para el elixir de la eterna juventud. Sin embargo en las facultades de periodismo (por lo menos en algunas) su existencia ha proliferado gracias al micro hábitat de modernidad que impera en estos templos del conocimiento. Su origen se lo debemos a un tal Martín Domingo Fertel (francés él) y con él podemos medir el tamaño (cuerpo) de las letras (cuando son grandes), la interlínea, la dimensión de las columnas, etc.
Título. Esencia de noticia. Primer nivel de lectura. El elemento textual de mayor cuerpo y "peso" tipográfico de cuantos componen una noticia, por eso lo reconoceréis.
Track. Si no tenemos nada que ver con el mundo del diseño, lo primero que nos viene a la cabeza al ver la palabra "track" son los primeros reproductores de CD que te iban cantando "track 1", "track 2"... según iba avanzando el CD. En este contexto era la "pista" que se estaba reproduciendo.
En el campo en el que nos movemos, primero tenemos que explicar que cada vez que un diseñador crea una publicación se plantea el tipo de letra que quiere para su texto. Por ejemplo, para el párrafo general va a elegir una familia Times, un cuerpo 9 y una interlínea 10. Considera que ésta es su elección, pero el espacio que hay entre las letras ("A" y "V", "I" y "L") es demasiado ancho. Entonces manipula las condiciones de párrafo y las condiciones de texto para juntar o separar las letras, números y signos de puntuación que quiera. Una vez hecho todo esto, tiene su letra perfectamente definida.
Entonces llega el redactor y empieza a escribir. Y escribe. Y escribe. Y de repente le sobran 20 líneas. Y utiliza el "truco" que algún maqueta simpático le ha enseñado: comprimir el track (antiguamente, cambiar el set). Juntar las letras. Y, sin tener ningún reparo, le aplica una compresión que más que juntar las letras, las funde. Y así, ni corto ni perezoso, entrega su página con todo, todo, lo que el quería contar... aunque apenas se pueda leer.
Cuando utilizamos el track, modificamos lo que quería como texto el diseñador de esa publicación. Estrechamos el espacio entre letras de los títulos, los sumarios, los pies, TODO. Utilizado con cuidado es una buena manera de ganar texto, pero siempre dentro de unos parámetros que, incluso, también te marca en ocasiones el creador del texto. En las últimas versiones de casi todos los programas de maquetación se les aplica un límite máximo y mínimo para que no se supere.
Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.
Diseñario (XLV): silueta-subtítulo.
Diseñario (XLVI): sumario-suplemento.
Diseñario (XLVII): tabla-teletipo.
Diseñario (XLVIII): texto-tipo.
jueves, 19 de febrero de 2009
Periodiquerías (II)
Bilbao (España, 2009) /Miguel Ángel Majadas
Resistencia (Chaco - Argentina, 2007) / Gustavo Flores
Múnich (Alemania, 2008) / Mario Benito
Gustavo Flores, jefe de diseño en el diario argentino El Litoral, profesor de diseño gráfico en el ISET (Instituto Superior de Educación y Trabajo) de Chaco y autor del blog Materiadiseno, lector que, como tiene que ser, nos ha criticado en algunos comentarios de artículos anteriores, nos envía también para esta sección una fotografía de "Sprint", su quiosco, en la para nosotros lejana ciudad de Resistencia, capital de la región de Chaco en el noroeste de Argentina. Paga al final de mes los periódicos y revistas que compra a diaro como él mismo cuenta en una entrañable entrada de su blog sobre esta periodiquería.
Enviadnos fotos de vuestras periodiquerías, de ese lugar en vuestra ciudad donde todavía se venden periódicos, y las publicaremos aquí. Si queréis.
Entregas anteriores de Periodiquerías:
Periodiquerías (I): Madrid - Nueva York - Sevilla
martes, 17 de febrero de 2009
Igualdad de contrarios
Sin entrar en los contenidos (como suele hacerse en casi todas estas comparaciones, ¿no?) podemos observar un título principal de dos líneas ocupando todas las columnas en los dos casos, acompañado en los dos casos de su correspondiente subtítulo, al ancho total de columnas. En los dos casos la foto se da al ancho total de las columnas inmediatamente después de título y subtítulo. Fotografía que, en los dos casos, lleva su elemento textual calado. Debajo hay un faldón ocupando el ancho total de columnas también con distintos elementos, en los dos casos. En el de ABC con un módulo de publicidad y en el de Público con cinco temas distintos a diferencia de cuando solían apostar por uno. Por encima del título principal y justo debajo de la mancheta en ambos casos encontramos las correspondientes promociones, dos promociones en los dos casos, con sus respectivas imágenes en los dos casos también. ¡Igualdad de contrarios! Al menos en la forma, con las distintas tipografías como único elemento diferenciador, en estructuras iguales.
Desconocemos si el reciente cambio en la dirección de Público, en lo que podría llamarse un "relevo generacional a la inversa", tiene que ver con el hecho de que estén proponiendo cada vez menos la denominada "portada póster", en la que se apuesta por un solo tema con un enfoque esencialmente visual incluso cuando se utiliza sólo tipografía para desarrollarlo. Un tipo de portada que era una de las características propias del joven diario madrileño y de su diseño inicial, obra del prestigioso estudio Cases i Associats de cuyos trabajos ya os hemos hablado en varias ocasiones, y seguiremos haciéndolo, por su más que merecida importancia en el panorama del diseño periodístico, no sólo español sino internacional. Fue el propio Toni Cases quien nos comentó en Estepona que una de las principales apuestas de Público debía ser "una portada diferente a la del resto de periódicos para hacerse un hueco en los quioscos, apostar por un único tema, es su única opción".
El proceso degenerativo del que decía Ricardo Curtis que sufría todo rediseño, en muchas ocasiones más que degenerativo una propia evolución del medio, habría que puntualizar al pesimista Curtis; tal vez un enfoque distinto del nuevo director, Félix Monteira (58 años, 33 de ellos en el Grupo Prisa, miembro fundador de El País en 1976), para dar cabida a más temas en la portada en una concepcion que podríamos definir como más clásica o tradicional en la denominada "prensa de calidad"; o sencillamente que consideren que la actualidad tan llena de noticias de las últimas semanas merecen este tratamiento para volver después a sus portadas de tema único pueden ser la causa de este cambio.
Curioso y que nos puede hacer reflexionar sobre lo iguales que pueden ser a veces las cosas distintas. Porque, si probáis a poner tan sólo una columna de texto a cualquiera de estas dos portadas... es muy sencillo, se hace apenas en unos minutos, pocos, una columna de texto bajo el título y el subtítulo en la primera columna, cortando la foto por la izquierda y dejándola a cuatro columnas (en ABC, a cinco en el caso de Público).... a qué periódicos creéis que empezarían a parecerse ambos. Probad.
lunes, 16 de febrero de 2009
Diseñario (XLVIII)
Podríamos definirlo como un conjunto de letras que unidas unas detrás de otras, con sus espacios, sus cifras y sus signos de puntuación, conforman el cuerpo de la noticia, la base de nuestro trabajo, la razón de ser de los periódicos. Porque es precisamente ese texto el que, ensamblado con cierto rigor y sentido, conforman las noticias, los reportajes, las columnas de opinión, las crónicas deportivas e incluso los breves.
Con los distintos tipos de textos conseguimos transmitir alegría, tristeza, ironía, enfado, preocupación, esperanza, todo un conjuntos de sensaciones con el simple gesto (para algunos, no tanto para otros) de unir una letra tras otra, una palabra tras otra, un párrafo tras otro.
Como uno de los elementos más que forman el diseño de una página es my difícil de medir: o es muy poco, o resulta excesivo (convirtiendo entonces la página en "ladrillo", "tocho" o "tocho infumable", según su abundancia). Son muy pocos, pues, los redactores que se muestran contentos con la cantidad de texto asignada a sus noticias y lo normal es que pidan más o menos mientras que "así está bien" es una rareza de las que se comentan y los viejos del lugar cuentan que sucedió una vez.
El texto, en cualquiera de sus formas, es, como venimos repitiendo en este blog, lo que hace que la gente compre los periódicos. El diseño puede ayudar, sin duda, puede y debe hacerlo más atractivo, más ligero, más fácil de leer visualmente, pero son los textos, bien escritos principalmente, los contenidos, los que hacen que los periódicos se acaben en los kioscos.
Times. En 1932 tuvo lugar lo que podríamos llamar el primer rediseño periodístico de la historia. Suponemos que antes de tan señalada fecha ya se habían hecho cambios en todos los periódicos porque basta con echar un vistazo a los diarios en distintas épocas para comprobar algo que para nosotros resulta evidente: los periódicos siempre están cambiando, como si fueran organismos vivos sometidos a la implacable ley de la evolución. Pero a diferencia de las continuas y progresivas modificaciones de las que hablamos, el lunes 3 de octubre de 1932, ¿fecha inaugural del diseño periodístico?, The Times de Londres apareció con un nuevo diseño obra del mítico Stanley Morison (con una "r", please) compuesto por primera vez en Times New Roman, tipo de letra diseñado específicamente para el periódico y para esta ocasión, inaugurando así una manera de hacer rediseños que han emulado muchos proyectos posteriores. Una versión de los hechos nos dice que un artículo de Morison, de 1931, criticando el diseño del periódico motivó que lo contrataran para rediseñarlo, pero lo cierto es que trabajaba ya para el periódico desde 1929 como "consejero tipográfico" y desde esa fecha presentó tres informes sobre la remodelación que finalmente llevaron a cabo.
La nueva letra fue bautizada con el nombre del periódico, tradición también que muchos han querido seguir, aunque ya la tipografía anterior del diario se llamaba de un modo parecido: Times Old Roman. Por eso nuestra Times fue "new". Es el único tipo de letra diseñado por Morison y tuvo que contar con la ayuda del dibujante del departamento de publicidad de The Times Victor Lardent puesto que él no era grabador de tipos, aunque dirigió todo el trabajo y supervisó cada carácter hasta que lograron lo que este inglés tradicional, vestido siempre todo de negro (hasta la correa del reloj) buscaba. Partieron de un tipo de letra ya existente, la magnífica Plantin de 1914, llamada así por estar basada a su vez en los tipos de letra romanos que Robert Granjon diseñó para la imprenta de Christophe Plantin en Amberes en el siglo XVI. Caracteres cuyas mayúsculas podemos seguir buscando en el tiempo hasta encontrarlas en los monumentos de la antigua Roma.
El tipo diseñado por Morison para The Times en 1932 es, posiblemente, el alfabeto con serif de más exito de todos los tiempos. El más utilizado, el más legible, en el que se escriben los documentos oficiales de los Estados Unidos desde 2004, presente por defecto en los dos sistemas operativos Windows y MacOs a pesar de que algunos lo rechacen por no estar diseñado específicamente para estos tiempos digitales, por supuesto el más "periodístico" de todos no sólo por la cantidad de periódicos que lo han utilizado y utilizan desde entonces sino porque parece adaptarse a cualquier elemento propio de una página de periódico de una manera asombrosa: insuperable en los títulos porque a pesar de ser estrecho y permitir muchos caracteres en cada línea, su ojo de gran tamaño le otorga una gran facilidad de lectura; a la vez que el texo base de la misma noticia no podía componerse en caracteres mejores que estos romanos de aspecto sobrio, objetivos como quieren ser las noticias, con los adornos justos en sus remates para que podamos leerlos sin reparar en ellos, sin que nada estorbe o distraiga, de proporciones perfectas, "libres de frivolidad" como los definió su creador y por ello tal vez denostados en estos tiempos frívolos hasta el exceso, el hastío y el aburrimiento.
Tipo. Puede ser cualquiera persona a la que no conoces lo suficiente como para llamarla por su nombre o aquella línea insubordinada, que siempre cuesta mantener, y que tiende de trazo recto a curva oronda, sobre todo cuando van pasando los años y los vas pasando sentado delante de tu pantalla amiga, la del ordenador.
Pero hablando de lo que nos corresponde, la palabra tipo proviene del griego typos, cuyo significado sería, más o menos, golpe o huella. En la antigua escuela de impresión los tipos (móviles) eran aquellas cajas de plomo en las que iban grabados los caracteres que, combinados hábilmente por los cajistas, componían la base que impresionaba el papel en combinación con la tinta. Por lo tanto, la huella resultante era el fruto de ese proceso mágico consistente en dar forma al significado o dicho de otra manera, de convertir la inmensidad blanca del papel en información editada y lista para ser leída.
La ciencia que estudia, crea y ordena los distintos tipos se llama tipografía. En ella, un tipo de letra es uno o varias modelos de letra que mantienen unas características formales comunes (lo que se llama también familia) No confundir con fuente, como ya hemos explicado en las voces anteriores de esta obra. Un tipo de letra incluye no sólo los caracteres ortográficos, signos de puntación, etc., sino que incluye también signos, símbolos y todo bajo un patrón común que los hace reconocibles como parte de ese grupo, como pasa en las mejores familias (la familia Times, por ejemplo, o la insuperable Helvética).
Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.
Diseñario (XLV): silueta-subtítulo.
Diseñario (XLVI): sumario-suplemento.
Diseñario (XLVII): tabla-teletipo.
viernes, 13 de febrero de 2009
Weekend
La sombra. Nuestra colaboradora especial en el museo Thyssen-Bornemisza, María Benito, nos informa que el propio museo y la Fundación Caja Madrid acogerán hasta el 17 de mayo una exposición sobre uno de los elementos más abundantes e importantes de cualquier obra pictórica: 'la sombra'.
En defensa de nuestro trabajo
jueves, 12 de febrero de 2009
Un tipo que molesta
Un libro breve, pero muy denso; que debe leerse despacio. Y volverse a leer nada más terminar porque es un libro importante, posiblemente las reflexiones más lúcidas, inteligentes y originales sobre el periodismo que se hayan publicado en los últimos años. No apto para facultades de periodistas ya que generalmente se desprecia, se infravalora o directamente se olvida lo que nos dictaban allí, especialmente las lecturas "obligatorias", tal vez por un afán estúpido de emanciparnos del sistema de enseñanza para hacernos mayores, profesionales, expertos. Qué se yo.
Además, y a pesar de su título, es un libro que posiblemente le diga más cosas a quien lleve años ejerciendo esta profesión. A un estudiante pudiera no decirle nada a pesar de todo lo que dice porque los años de práctica ayudarán sin duda a saber escuchar lo que nos dice el periodismo práctico de Arcadi. O no.
Es un libro tal que si yo me dedicara a subrayarlo agotaría un lápiz sacándole punta cada pocas páginas. Pero nunca subrayo libros, ni los marco para siempre de ninguna manera, doblando esquinas de sus páginas, por ejemplo. En vez de eso, pego pequeños papelitos amarillos autoadhesivos y escribo sobre ellos, con lo cual agoté el taco y el libro de Arcadi Espada se asemeja ahora a un pájaro amarillo lleno de plumas, aunque en realidad de lo que está lleno es de preguntas. Busco una de ellas en el primero de los papelitos:
"¿Qué hacer con las intenciones? (...) Un periódico no debe publicar los planes de los terroristas. Con la intención de exhibir su perversidad contribuyen a hacerla efectiva." Afirmación, como muchas de las suyas, absolutamente controvertida frente a quienes sostienen, sostenemos, que debe publicarse todo lo que sea noticia. Hay que contar lo que sucede, condicionantes morales aparte... ¿siempre? Si lees a Arcadi comienzan las dudas. Como tiene que ser. O "¿qué hacer con los restos del monopolio? Durante los doscientos años de la época moderna, el periodismo ha debatido el conflicto social prácticamente en solitario. El Templo o el Aula nunca fueron gestores comparables. Pero la aparición de internet ha acabado con el monopolio. Blogs y todo tipo de foros discuten, promueven y actúan sin que intervengan en la ceremonia ni periodistas ni medios. La cuestión que queda por saber es si el periodismo perderá el monopolio de la selección de los hechos que deben imprimirse". Sin comentarios. Bueno, sí, al menos uno, porque Arcadi, a pesar de pertenecer a una generación anterior a la de tantos "blogeros", es uno de los periodistas que mejor ha entendido la red y que incluso construye su lenguaje periodístico a partir de ella, con esas frases cortas y cortadas, sentencias breves y directas. Su blog en la página web del diario El Mundo, El Mundo por dentro, es toda una referencia en la blogosfera periodística, y damos fe de ello ya que nuestra humilde curva de entradas se disparó de una manera espectacular con dos amables enlaces suyos... que desde aquí agradecemos, sin que ello sea la causa de que comentemos su libro e insistamos en su interés.
Interés sin dejar de divertirnos en muchísimas de sus preguntas, como la desternillante recopilación de textos económicos que nos ofrece en "¿Qué hacer con las inyecciones de liquidez?" para explicarnos que nadie nos ha explicado la crisis económica con palabras inteligibles. O casi nadie. En el apartado de la Tercera Cultura (o Cultura 3.0), proyecto al margen de este libro en el que participa Arcadi Espada que busca redefinir el concepto de cultura (sin la actual separación con la ciencia, por ejemplo), encontramos reflexiones sobre el "desvarío posmoderno" en los "intentos del nuevo periodismo de describir la realidad en términos de novela, porque la emoción del espectador no depende de la veracidad, sino de determinados códigos del relato"; un imperdonable y equivocadísimo alegato en contra de la música (es prácticamente imposible hablar de la música en general, para mal o para bien, estimado Arcadi. Posiblemente no hayas escuchado la adecuada); o de la propia ciencia, a la que alude como "lo veraz, único asunto que concierne al periodismo". "La única noticia" nos dice sobre la ciencia en este texto que busca la objetividad "científica" desde el más puro subjetivismo, desde la contradicción, única postura interesante e inteligente en este mundo confuso y caótico.
Entre mil y un "quiá", expresión anacrónica que parece gustarle en especial (es el nombre además de su actual columna fija en las páginas de opinión de El Mundo) y que salpica el texto cada pocas páginas, o líneas, podemos leer también "el futuro, en el periodismo, sólo puede tratarse de modo condicional. Pero el condicional se lleva mal con la propaganda (...) La única forma del condicional rechazable por eufemística (porque atenúa la ignorancia del periodista) es la que sitúa la probabilidad en el pasado: "El soldado habría matado a su enemigo". Sobre el pasado, un periodista está obligado a demostrar su competencia. A diferencia del futuro, donde la competencia es de los pitonisos". O cuando se contesta a sí mismo sobre "¿Qué hacer con el periodista ciudadano?: Primero reconocer que su emergencia ha acabado con el tradicional oxímoron. Pero en el uso periodístico de internet por personas que no son periodistas hay una gran novedad: el acceso directo de la fuente al medio. La fuente ya no precisa del intermediario. Para garganta profunda ya no es indispensable citarse con Woodward en el aparcamiento: le bastaría con un blog. Y a Woodward le bastaría con consultarlo cada mañana y chequear su veracidad. Desde la convicción de que en internet todo es mentira hasta que no se demuestre lo contrario, convicción que es otro de los grandes paradigmas mutados respecto del pacto de veracidad tradicional en los periódicos".
Quisiera terminar citando a Baruch, nuestro querido amigo tantas veces aquí mencionado, quien desde el otro lado del Atlántico difunde sus píxeles bonaerenses de Visualmente, para comentar brevemente cómo le conocí. Sucedió en un Seminario sobre Diseño periodístico en el que como ponente El Norbi hablaba, hablaba y hablaba en envolvente acento argentino proyectándonos desde su Mac portátil algunos de sus geniales trabajos. Yo estaba entre el público y Baruch nos hacía preguntas de esas que todos contestan "¡siiiiii!", o "¡noooooo!" con participativa docilidad. Todos, menos uno, que como siempre se empeñaba en llamar la atención contestando al revés. Me miró unas cuantas veces con esos ojillos como líneas rectas horizontales con los que parece imposible que llegue a distinguir nada alguien de mirada tan aguda y perspicaz como este fanático de Boca Juniors, y a la tercera vez que contesté al revés exclamó: "¡siempre hay un tipo que molesta!". Y no me molestó. Reímos, reí complacido con tan precisa definición de mi persona como bien corroborarán quienes me conocen desde hace mucho aunque Baruch, grande, acababa de conocerme y todavía no habíamos siquiera hablado. Pues bien, y salvando las evidentes distancias, también a Arcadi Espada, a quien no conozco en persona, me atrevo a definirlo como un tipo que molesta. Porque no escribe lo que sus comunicantes quieren que escriba sino lo que quiere escribir. En este caso un Periodismo práctico no sólo de imprescindibe lectura, sino de recomendable relectura. Incluso abriéndolo al azar por cualquiera de sus páginas llenas de preguntas... y respuestas.
martes, 10 de febrero de 2009
Falsa información/publicidad falsa
¿En blanco y negro? Y entonces te culpas a ti mismo por haber pensado mal de nadie, por haber siquiera sospechado que alguno de los nuestros pudiera perpetrar una chapuza de este calibre porque inmediatamente buscas, y encuentras, escondida en una esquinita, la palabra publicidad.
Una vez más han vuelto y hemos vuelto a hacerlo. El viejo truco de hacer pasar por información una publicidad. El anunciante por proponerlo y nosotros, el medio, por aceptarlo. Es evidente que pasamos por una crisis grave, muy grave, en la que ponerse exquisito con la principal fuente de ingresos de los medios impresos no parece la mejor postura para mantener puestos de trabajo. Pero una cosa es una cosa y otra cosa es esto, que más bien se parece a esa práctica tan habitual como estúpida de tirar piedras contra tu tejado. Porque, a ver, ¿resulta eficaz esta burda maniobra? ¿No se sentirá engañado el lector tanto por el medio informativo como por el anunciante? ¿Y si se siente engañado... no producirá en su ánimo el efecto contrario al buscado?
Ni siquiera me sirve de consuelo el descubrir en nuestra competencia el mismo adefesio, quiero decir, el mismo anuncio. ¿O no es el mismo?
Aquí, el ¿anuncio? aparece en la parte inferior de la página. Lo cual es bastante menos grave que cuando está situado en la parte superior, como sucedió ese mismo día en la página de nuestro periódico (volver a ver, si no os daña mucho la vista, la primera imagen). Y algo más, ¿no? Efectivamente...
¡Los tipos de letra! Se han utilizado tipos de letra distintos en cada uno de los anuncios en función de a qué medio iba destinado cada uno. O sea, que para el anuncio que se insertó en las páginas de El Mundo se utilizaron unos tipos de letra muy parecidos a la Valencia, tipografía en la que se componen sus títulos. Mientras que para el anuncio destinado a El País se utilizó una Times distorsionada que se pareciera lo máximo posible a su Majerit. Y no sólo eso, si os fijáis en la firma del artículo, también intenta imitar a la Neo de El Mundo, justificada a la derecha, mientras que para El País busca una de palo en negrita entre dos rayas, tal y como hace este diario. Con los pies de foto, igual. No se ha querido hacer un anuncio que parezca información, sino que parezca información hecha por el propio periódico en el que aparece.
Insistimos en que cuando los ingresos publicitarios determinan puestos de trabajo resulta muy difícil establecer y cumplir criterios estrictos de separación entre publicidad e información, que es otra de las funciones del diseño periodístico, en este caso usurpada por los publicistas (que por cierto, ¡vaya chapucita!, ¡coño!, ¿es que así de cutres ven nuestras páginas para que cuando intentan hacer una parecida les salga esto?). Así que tal vez tengamos que resignarnos ante esta otra consecuencia de la omnipresente crisis que va a obligar a nuestros lectores a estar más alerta ante el gato por liebre... eso si no se cansan del todo de esta falsa información/publicidad falsa y dejan de serlo.
lunes, 9 de febrero de 2009
Diseñario (XLVII)
Tabloide. ¡Cómo!, exclamó con un combinado de indignación y asombro el alemán Reinhard Gäde al enterarse de que los responsables del proyecto de periódico que le habían contratado para que hiciera el prototipo habían comprado ya una rotativa ¡en formato tabloide! ¡No! ¡Es imposible! Era imposible hacer un diario de calidad en este formato, con este tamaño de papel, que es precisamente lo que este alemán de la escuela de La Bauhaus logró hacer con el diario madrileño El País en 1976... una vez que se le hubo pasado el cabreo germánico inicial.
¿Por qué se puso así este hombre, por otro lado cordial y divertido? Pues porque en la tradición de la prensa anglosajona y centroeuropea, en la que él se había educado, los tabloides se asociaban hasta tal punto con la prensa sensacionalista que a todos ellos se les llama de forma general así: tabloides. Los "periódicos de calidad" utilizaban el denominado formato sábana (broadsheet, en inglés, con unas medidas aproximadas de 600 x 380 mm), y todavía lo hacen en Alemania aunque no en inglaterra o Estados Unidos. Es el más grande de los tamaños de papel empleados para imprimir periódicos, casi el doble que nuestro querido tabloide (aproximadamente 410 x 300 mm). Existe un formato intermedio denominado berliner (470 x 315 mm), que es el que utiliza, por ejemplo, The Guardian, desde que dejó el formato sábana en 2005, o el diario francés Le Monde.
El genial Gäde se encontró pues ante lo que para él suponía una total contradicción: tabloide y de calidad. La necesidad le impulsó entonces a crear con este despreciado formato un modelo de periódico serio, de calidad, con una retícula de módulos horizontales y cinco columnas, separando de manera geométrica los temas, muy ordenado y jerarquizado... y lo consiguió. Logró encontrar una imagen de periódico totalmente distinta a la de los tabloides anglosajones, distinta también de los enormes sábanas, con personalidad propia y que ha servido como modelo desde entonces.
El tabloide es el vencedor en la "guerra de los formatos", si es que puede hablarse en estos términos, porque al hecho de que triunfasen periódicos de calidad en formato tabloide se añadió la crisis económica, y de la prensa en particular, que aconsejaban reducir el tamaño del papel debido al incremento continuo de su coste. Especialmente interesante resultó la "batalla de Londres", donde se publicaban los periódicos de calidad más tradicionales del mundo, en su tradicional formato sábana, y para un público y un país donde las tradiciones forman parte de su esencia. El primero en dar tan atrevido paso fue The Independent, a finales de 2003, con la precaución de ofrecer los dos formatos simultáneamente en el quiosco, el sábana de siempre junto al nuevo tabloide (en realidad lo llaman "compact" porque es ligeramente más pequeño que el tabloide, ya que al utilizar la misma rotativa tenían que imprimirlo a un tamaño exactamente la mitad del sábana, amén de que no quisieran utilizar el apestado calificativo tabloidal). No había terminado ese año cuando fue The Times, ¡si, The Times!, quien hacía lo propio. Aproximadamente un año después, ambos dejaron de imprimir en el tradicional sábana, los lectores decidieron, y una forma dejó de condicionar los contenidos.
Teletipo. Marcas o huellas, señales, caracteres grabados y enviados a distancia. Mensajes transmitidos. Manera de comunicarse de las agencias de noticias con sus clientes: periódicos, emisoras de radio, de televisión, internet, gobiernos, etc. Lo que nunca debe firmarse como si lo hubiéramos escrito nosotros... a pesar de que le hayamos cambiado cuatro palabras. De lo que se nutren en un altísimo porcentaje muchas de las páginas web periodísticas, debido principalmente al alto coste que supone elaborar información propia de calidad y a que su única vía de financiación son los ingresos publicitarios, escasos e insuficientes para hacer rentable a día de hoy un medio de comunicación en este soporte digital. El crecimiento exponencial de internet, y la posibilidad de que se pueda convencer a los internautas de que paguen por la información, es posible que nos obliguen a modificar esta última acepción de teletipo.
Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.
Diseñario (XLV): silueta-subtítulo.
Diseñario (XLVI): sumario-suplemento.