Es posible que éste sea el último artículo que se escribe aquí, en encajabaja. No lo sé, pero tengo ese presentimiento y, en caso de que así sea, no podría haber mejor tema para el acto final: escribir sobre el diseño del que siempre será nuestro periódico.
Hace años, no muchos, el rediseño de uno de los principales periódicos de nuestro país era todo un acontecimiento. Llegó incluso a ser un excesivo acontecimiento que nos llevó a escribir de forma excesiva y a recibir el mayor número de comentarios en una entrada del blog. Hoy, tengo la sensación de estar escribiendo para nadie, para mí tan sólo. Dirán que lo ideal debe estar en ese punto medio que alabaron ya hace siglos, pero yo prefiero lo excesivo... o la soledad. Nunca lo ponderado, por aburrido y previsible, o porque mi carácter necesitaría un rediseño desde que se malformó en mis primeros años y el fallo sea mío. No lo descarto, incluso estoy más convencido de que sea esto último.
Hace años, no muchos, el rediseño de uno de los principales periódicos de nuestro país era todo un acontecimiento. Llegó incluso a ser un excesivo acontecimiento que nos llevó a escribir de forma excesiva y a recibir el mayor número de comentarios en una entrada del blog. Hoy, tengo la sensación de estar escribiendo para nadie, para mí tan sólo. Dirán que lo ideal debe estar en ese punto medio que alabaron ya hace siglos, pero yo prefiero lo excesivo... o la soledad. Nunca lo ponderado, por aburrido y previsible, o porque mi carácter necesitaría un rediseño desde que se malformó en mis primeros años y el fallo sea mío. No lo descarto, incluso estoy más convencido de que sea esto último.
Este rediseño que ahora analizamos se llevó a cabo el 1 de febrero de 2023, hace ya tres meses. Los días, las semanas, se suceden más rápido de lo que quisiéramos, y aceleran según gastamos años, pero quise dejar pasar un tiempo prudencial porque recordé a mi maestro Ricardo Curtis hojeando las páginas de un Diario 16 recién rediseñado en una redacción madrileña de hace ya... no sé. Mucho. Era el director de Arte y a su alrededor unos cuantos esperábamos su dictamen sobre aquel cambio gráfico que nosotros ya habíamos juzgado deprisa y mal, desaprobándolo, claro. Esto es una puta mierda. Pero cuando Curtis terminó de revisarlo, levantó su mirada por encima del periódico y por encima de sus gafas para decirnos: "ahora, hay que volver a mirarlo otra vez". Y tenía razón.
El diario El Mundo ha llevado a cabo cuatro rediseños desde su diseño original de 1989. Intentaré resumir brevemente lo que he estado estudiando durante unos cinco años hasta darle forma de tesis doctoral. Un diseño original que partía del modelo del diario El País de 1976 basado en un formato tabloide de cinco columnas, diseño modular, unificación tipográfica y secciones muy estructuradas (como hicieron la práctica totalidad de los diarios siguiendo este modelo ahora hegemónico). No obstante, la primera imagen gráfica de El Mundo se diferenció y consiguió una identidad propia con la tipografía, la infografía y la ilustración, como elementos principales, logrando un éxito indiscutible que le llevó a ser reconocido año tras año en los premios internacionales de diseño más importantes del mundo (SND).
Evolución de las primeras páginas del diario El Mundo desde su proyecto original de 1989, y los posteriores rediseños de 1998, 2004 y el anterior de 2014.
Unos diez años después, en octubre de 1998, y plenamente consolidado, se presenta el primer rediseño, que hemos calificado de "tipográfico", porque fueron principalmente los tipos de letra —en los que estaba impresa su identidad— los que se modificaron, incluido el de la cabecera, con aquella poderosa Rockwell que, lamentablemente, desapareció. Desde mi punto de vista, es el rediseño más fallido. Otra década después, en 2009, se lleva a cabo el tercer proyecto gráfico, muy condicionado por la brutal crisis económica. El diario intenta ofrecer una nueva forma de presentar la información ante la acometida digital y los cambios se centran no en la identidad tipográfica sino en la estructura de las páginas, además de contar ya con la posibilidad técnica de imprimirse todas sus páginas en color, permitiendo así establecer códigos cromáticos. En 2014, tras la traumática salida de su carismático director y fundador, Pedro J. Ramírez, Rodrigo Sánchez como nuevo director de Arte lleva a cabo una nueva propuesta en la que se modifica el color del logo, pasando la bola del mundo diseñada por Cruz Novillo del verde al azul, se elimina lo que podríamos llamar "maltrato tipográfico" (adiós a estrechamientos y demás torturas a las pobres letras) y el diario se divide de forma mucho más acusada que en las etapas previas en dos partes muy diferenciadas buscando también una propuesta que resulte complementaria con el mundo digital. En esta segunda parte del periódico, se despliega un abrumador derroche de creatividad diaria en el que todas las normas del diseño modular saltan por los aires en busca del más excelente periodismo visual que posiblemente se haya visto nunca en nuestro país. Etapa que concluye en junio del año pasado, cuando el actual director, Joaquín Manso, decide prescindir de su genial director de Arte.
Evolución de las páginas de la sección de Cultura a lo largo de los sucesivos rediseños, desde el proyecto original de 1989 hasta el rediseño previo al actual, de 2014.
El último rediseño de febrero de 2023, el actual, tiene como lema "el periódico de siempre". Algo que desde el punto de vista formal resulta imposible de llevar a cabo. ¿Volvemos a aquel formidable proyecto original de 1989 que tanto sentido tenía entonces y que tan poco sentido tendría ahora? No, claro. Además, según sus responsables, este proyecto actual es un "rediseño global", para unificar papel, web y dispositivos digitales, porque ha supuesto no sólo el rediseño del papel sino también el de su página web. Algo que tiene todo el sentido del mundo. Y lo llevan a cabo de la única, o la mejor, o la más eficaz, forma que se puede hacer: con la tipografía. Encargando un tipo de letra exclusivo para el medio, algo que en mi opinión debería haberse realizado ya en los primeros rediseños. El elegido para diseñar esta nueva tipografía, bautizada —como no podía ser de otra forma— con el nombre de Mundo, ha sido el tipógrafo Íñigo Jerez y el resultado es excelente, con un tipo de letra legible, muy reconocible (es lo que los diseñadores suelen denominar "una tipo con carácter"), que funciona bien en todos los tamaños y en todos los soportes —fundamental— y con un amplio número de variantes que permite jerarquizar tanto en papel como en la web. Que ya va siendo hora de que las páginas web informativas se tomen en serio el asunto de la jerarquización de los contenidos, labor principal del periodismo.
Doble página publicada en el diario El Mundo en la que explican el actual rediseño.
Primera página del día 1 de febrero de 2023, día en el que se presentó el último rediseño.
Páginas del número publicado el 1 de febrero de 2023 con el nuevo rediseño: Primer Plano, sección que se recupera de proyectos anteriores para destacar un tema diario; y doble apertura de España y de Deportes (con la variante de más peso de la nueva tipografía Mundo).
Tipografía Mundo con sus distintos pesos, diseñada en exclusiva para el periódico por Íñigo Jerez, uno de los pilares fundamentales de este último rediseño.
El segundo de los elementos principales de este nuevo rediseño, en lo relativo al papel, tiene que ver con la estructura de las páginas, principalmente en esa segunda parte del diario tan vinculada al talento de su anterior director de Arte y, por consiguiente, imposible de llevar a cabo sin él. Y, aunque a primera vista, se podría pensar que el periódico es ahora mucho menos interesante en su diseño, mucho menos espectacular y creativo, sin esa sorpresa brillante y genial de cada día, recuerden que al terminar de hojear esta propuesta... hay que volver a hojearla de nuevo. Porque es indudable que sin genio no hay genialidad, pero sus páginas de esa parte de atrás del diario, englobadas en la cabecera de PAPEL, tienen una propuesta en su estructura que no deja de ser interesante.
Un interés que está en la estructura porque lo de poner fondos de color a las páginas es un recurso fácil para distinguirlas pero poco más. Es la estructura. Utilizando una maquetación que podemos encontrar de forma más habitual en las revistas, la página se divide no en las cinco columnas del tabloide clásico, las que utiliza la primera parte del periódico, o en las seis que utilizaba Rodrigo Sánchez para tener más combinaciones de diseño, sino en diez. ¿Diez columnas en ese tamaño de papel? Sí, y no. Es una manera de dividir el espacio para utilizarlo de forma dinámica y que un tema se maquete utilizando bloques de esas columnas de tres en tres, o una parte en tres columnas y otra en dos, dejando una de esas estrechas columnas en blanco... "columna de fuga", dicen, ya saben cómo las gastamos con la terminología. Con un resultado realmente bueno, fruto de la inteligencia, la experiencia y el talento de quienes lo están llevando a cabo en el día a día. Y no es fácil.
Un interés que está en la estructura porque lo de poner fondos de color a las páginas es un recurso fácil para distinguirlas pero poco más. Es la estructura. Utilizando una maquetación que podemos encontrar de forma más habitual en las revistas, la página se divide no en las cinco columnas del tabloide clásico, las que utiliza la primera parte del periódico, o en las seis que utilizaba Rodrigo Sánchez para tener más combinaciones de diseño, sino en diez. ¿Diez columnas en ese tamaño de papel? Sí, y no. Es una manera de dividir el espacio para utilizarlo de forma dinámica y que un tema se maquete utilizando bloques de esas columnas de tres en tres, o una parte en tres columnas y otra en dos, dejando una de esas estrechas columnas en blanco... "columna de fuga", dicen, ya saben cómo las gastamos con la terminología. Con un resultado realmente bueno, fruto de la inteligencia, la experiencia y el talento de quienes lo están llevando a cabo en el día a día. Y no es fácil.
Interesante e inteligente forma de utilizar una división del espacio en 10 columnas para conseguir ese formidable dinamismo en las páginas de PAPEL, la macrosección de la segunda parte del periódico que engloba temas de Cultura, Sociedad, Ciencia, Tendencias...
El diario El Mundo era con Rodrigo Sánchez el periódico mejor diseñado de nuestro país (y no sólo porque así lo ratificara la SND, sino porque objetivamente era indudable), y uno de los mejores diseñados del mundo, sin ninguna duda, y el periódico El Mundo sigue siendo el mejor diseñado de nuestro país y uno de los mejores del mundo tras este nuevo rediseño. Aunque seamos cada vez menos quienes miremos las páginas, y volvamos a mirarlas al llegar al final, estoy convencido de que los únicos periódicos que tienen ahora sentido, y que lo tendrán las próximas décadas, serán aquellos que busquen la excelencia en sus contenidos y en la forma de ponerlos en página. En su diseño.
Es posible que éste sea el último artículo de encajabaja y que lo esté escribiendo sólo para mí. Que ya no quede nadie al otro lado. Pero no me importa, porque incluso así, publicar aquí sobre nuestra pasión por los diarios ha sido un honor; una de las mejores cosas que he hecho en mi vida, una de las que se quedarán guardadas para siempre en el cajón donde están aquellas de las que no me arrepiento. Eso sí, aquí se queda todo lo hemos escrito ese formidable equipo de gente que fuimos, somos, encajabaja. Hasta siempre.
Es posible que éste sea el último artículo de encajabaja y que lo esté escribiendo sólo para mí. Que ya no quede nadie al otro lado. Pero no me importa, porque incluso así, publicar aquí sobre nuestra pasión por los diarios ha sido un honor; una de las mejores cosas que he hecho en mi vida, una de las que se quedarán guardadas para siempre en el cajón donde están aquellas de las que no me arrepiento. Eso sí, aquí se queda todo lo hemos escrito ese formidable equipo de gente que fuimos, somos, encajabaja. Hasta siempre.