lunes, 31 de marzo de 2008

Diseñario (XI)

Nueva cita semanal de los lunes con el Diseñario, obra irreverente, colectiva, ardua (que le pregunten al comité de expertos de encajabaja), y abierta a vuestra participación por medio de comentarios o del correo electrónico.




F


Familia. Conjunto de fuentes que forman una unidad tipográfica, en base a sus características comunes aunque también a sus diferencias. De ahí lo de familia, porque guardan cierto parecido... aunque cada miembro sea distinto. Están basadas en un mismo tipo, pero presentan algunas variaciones, básicamente en grosor y anchura. Están las finas, las redondas, las negritas, las cursivas, las expandidas y condensadas.... Aunque hay clasificaciones de familias dispares. Algunos agrupan las fuentes en familias por sus ascendentes estéticos, por sus tipos de remates o por su origen geográfico, pero realmente, una familia (la de la Helvética, por ejemplo) es la relación de fuentes desde la más fina a la más gruesa, con todas sus variaciones. Esto provoca algunos malentendidos. Por ejemplo, que algún redactor pida que le suban una familia a un título. Evidentemente lo que el pobre hombre quiere es que se aumente el grosor del texto, es decir de regular a bold o de bold a black. Pero es una incorrección, porque las familias no se suben. Tan de la misma familia son todas las variaciones de grosores como las anchuras. ¿Cómo se pasa de una redonda a una cursiva? En todo caso, estaríamos hablando de fuentes, aunque éstas tampoco se pueden subir o bajar aunque es una convención que se acepta para pasar de un menor grosor a uno mayor.

Filete. Elemento gráfico que forma una línea recta entre dos puntos y que varía tanto en grosor como en longitud. Se usa, fundamentalmente, para separar elementos gráficos y/o textuales entre sí, de tal manera que cuando no sabes cómo separar varios temas siempre hay uno que te dice "ponle un filete". Si es de orientación vertical y entre columnas de texto se le llama corondel y suele ser de grosor fino (entre 0,2 y 0,5 puntos). También se utiliza en ocasiones para separar las columnas de un mismo texto, como en un apoyo, por ejemplo.
Dependiendo del grosor se le puede llamar de distintas maneras: filete ultrafino, filete fino (o corondel si es vertical), filete o luto, cuando es de tres o más puntos. Algunos también lo llaman, filetaco por lo grueso del mismo. También tiene distintos nombres según lo ornamentado que vaya: sólido, doble, fino, fino-gordo, gordo-fino, fino-gordo-fino (y todas las combinaciones entre estas dos palabras), punteado, de borde redondeado, de media caña, etc. Lo que se te ocurra.
Segunda acepción: lo que le apetece comerse a los redactores/maquetadores del periódico cuando llevan una dura jornada de trabajo y solo han ingerido un sándwich de plástico de la máquina. Quién no ha oído alguna vez: "cuando salga de aquí me voy a meter un filetazo...".
Darse el-: demostración de afecto que se produce entre dos miembros de la redacción bajo el mismo techo y/o en horario laboral. Ya se sabe, el roce hace... el filete.

Firma. Nombre(s) del autor(es) de una información, una foto, una ilustración, un gráfico, etc. (prácticamente se puede firmar cualquier cosa). En los periódicos la firma suele ir antes del texto principal, aunque en algunos diarios va al final del texto o incluso dentro del mismo, con la consiguiente confusión. La firma, no obstante, se diferencia tipográficamente utilizando cuerpos más pequeños, o incluso con otro tipo de letra, que los del cuerpo de texto. Puede ser un nombre personal, cuando se quiere identificar claramente al autor de la misma, o el nombre del medio cuando no se quiere identificar.
En un sentido global de la palabra, las firmas son algo importante para los periódicos porque le dan prestigio y solvencia ideológica al periódico. Cuantas más variadas sean, más rico es ideológicamente.
Otra forma de firmar un texto, foto, etc., es a través del seudónimo o alias. Muy utilizado en periódicos, no es más que un nombre ficticio que acompaña al original o lo sustituye. A veces se utiliza para simplificar el nombre original de una persona (Robert Capa se llamaba en realidad Hernö Andrei Friedman). Fígaro no era otro que Mariano José de Larra, Vázquez Montalban usó varios: Sixto Cámara, La Baronesa d´Orcy, Luís Dávila, Manolo V el Empecinado; así como Azorín fue bautizado José Augusto Trinidad Martínez Ruiz. Aunque actualmente está algo en desuso también tenemos a Erasmo o a El Roto e incluso hubo una asignatura en el Máster de Periodismo de la UCM 2006/2007 denominada Seudónimos Periodísticos del Siglo XIX y XX, con nada más y nada menos que cuatro créditos.
De firma, deriva una enfermad bastante común en los periódicos, la firmitis y que tiene un síntoma claro: querer que tu nombre vaya más grande que el de los demás. Si la firma normal va a un cuerpo 7 yo quiero que la mía vaya al cuerpo 8 y en versales, porque así la mía es más grande que la tuya. Hay algunas de estas firmas que, incluso, tienen su propia hoja de estilo.
La denominada huelga de firmas es una protesta que llevan a cabo los redactores del medio por cuestiones laborales, económicas o de otra índole. También puede ser personal, es decir, que un periodista no quiera firmar una información porque haya sido modificada por la jefatura del medio, ya sea añadiendo ideas no concebidas en el artículo original o por suprimir algunas de las que se presentan en el texto. Este derecho a no firmar un artículo está regulado por la clausula de conciencia.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.

jueves, 27 de marzo de 2008

Romper el ritmo

Igual es cosa mía. Quizás sean los años, pero... a mí las siluetas me cansan. Me agotan. Y cuando veo muchas juntas... me aburro. Supongo que no os pasa a todos y que puede ser una manía mía. Entiendo que eso es algo que depende de la línea gráfica de la publicación, y que igual que en el periódico pueden ser útiles pero con medida, no sea que se nos arreviste demasiado la cosa, en un suplemento son fundamentales, por lo espectaculares y dinámicas que son. A ver. ¿Podríamos hacer una publicación sólo con siluetas? Pues sí, supongo. ¿Y sin ellas? Pues también, imagino. Pero a lo que yo voy es que no hay que ser dogmáticos. Porque al final, no hay soluciones buenas malas en sí mismas, si no mal empleadas o páginas torpemente resueltas.

De todas formas, soy firme defensor de la teoría de "menos es más" (o como decía acertadamente mi colega Mario en su último post, mejor un puñetazo que dos sopapos). Y me gusta utilizar siluetas como al que más, pero cuando se repiten mucho, pierden su capacidad de sorpresa y por encima de todo, se trata de controlar el ritmo gráfico en toda una publicación. Y a veces, romperlo puede ser una buena opción.

Este ejemplo me ocurrió en el último suplemento de motor del periódico. Tradicionalmente, las siluetas de coches funcionan y las aperturas o las pruebas, comparativas, etc. las emplean profusamente. Y está bien, porque es una forma de decir: son los absolutos protagonistas, fija en ellas toda tu atención. Y son espectaculares, y te imaginas dentro del coche... Y cuando llevo diez páginas así, a mí me parecen todos los coches iguales. Lo ideal es buscar un contrapunto, un equilibrio. Para una apertura fuerte, las siluetas funcionan. Fijaos en la serie de tres páginas. Bien resueltas, creo yo. El orden de la página influye mucho en esto, ya que con mucha foto el ojo necesita equilibrio, y éste se obtiene con orden. Tras la apertura, otro par de páginas más y el tema empieza a pedir a gritos algo más, algo distinto, quizá un fondo, algo de contraste. O empieza todo a ser lo mismo.

Ejemplo de apertura. Las siluetas funcionan adecuadamente.

Un simple fondo negro vuelve a llamar la atención del lector.

Con la página de Jaguar lo intentamos y creo que quedó bastante resultón. Utilizamos la foto tal cual, sin tocar para nada el fondo, y colocamos el texto calado en positivo y negativo (que a muchos no gustará, pero hay que asumir riesgos ¿no?) y los filetes de puntos para darle algo de volumen a la mancha negra y así evitar el posible efecto que todos temíamos: que pareciera una publicidad a mitad de página. Y para no restarle impacto visual, las fotos de abajo las pusimos con fondo, normalitas, para que se vieran los coches y algo más, por poquito que fuese. A mí, personalmente me gusta. Y consigue que me vuelva a parar en el tema tras las abundancia de siluetas en las primeras páginas. Vuelve a llamar mi atención. Y eso, precisamente era lo que intentábamos.

miércoles, 26 de marzo de 2008

El mundo al revés

No me he podido desembarazar aún de la resaca electoral y han pasado ya más de dos semanas. Puede que en parte por el susto del terrible y cobarde atentado y por lo que empezó a parecerme una utilización oportunista del mismo, en especial en los medios de comunicación afines al Gobierno. Las palabras de la hija de Isaías Carrasco llamándonos a todos a votar después de recordarnos que su padre había muerto por defender la libertad y las ideas socialistas fueron emocionantes y ciertas, pero que las repitiesen en radio y televisión, más en unas cadenas que en otras, durante la mal llamada jornada de reflexión en la que nadie reflexiona, una y otra vez, otra vez y una más, me revolvió el estómago porque temí que volviéramos cuatro años atrás, cuando el entonces Gobierno del Partido Popular quiso defender sus votos por encima de los muertos en los trenes de cercanías de mi ciudad.

Evidentemente, no llegó a tanto, ni la conmoción general fue la de entonces, pero hubo un atisbo, una pequeña insinuación de ese poder siempre dispuesto a lo que sea para seguir siéndolo.

Y le pudo salir tan mal como le sucedió a la derecha cuando perdió las elecciones, porque en el mundo de la comunicación no existen las relaciones directamente proporcionales que nos enseñaron en matemáticas: haces esto y, necesariamente, sucede esto otro. No, al menos no siempre. Haces esto y, tal vez, sucede esto otro... o bien lo de más allá... o nada, o todo a la vez. Y todo a la vez se te vuelve en contra. Quieres rentabilizar en votos un atentado que has sufrido con toda injusticia, pero la gente te aborrece por querer utilizar un atentado electoralmente, aunque tengas incluso razón. Y puede que no te voten quienes te fueran a votar. Si además tus razones son mentiras... pues entonces podría darse hasta el caso de que pasaras desde la mayoría absoluta a la oposición.

Son las paradojas sociales. Con el estómago aún revuelto y la resaca que no se me quita recuerdo un interesantísimo libro de Manuel Conthe publicado por Planeta en 1999 con el título de "El mundo al revés. Una aproximación a los juegos y paradojas sociales". Conthe, abogado y economista nacido en 1954, ha sido entre otras cosas secretario de Estado de Economía, representante español ante la Unión Europea para asuntos económicos, miembro del Banco Mundial en Washington, además del más polémico director de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de nuestro país (creo que es al único director de esa institución que se recuerda, de donde dimitió por su enfrentamiento con el Gobierno socialista que lo había nombrado tal vez porque desconocían que una de las principales preocupaciones de Conthe es la independencia), y colaborador siempre en distintos medios de comunicación de uno y otro signo, desde "El País" hasta "Expansión" o "Actualidad Económica". Con todo, lo más interesante para mí es su manera de escribir llena de ritmo y amenidad sobre esos efectos contrarios en política o economía, como cuando se endurecen las leyes del despido para intenta frenar el paro... y lo que se consigue es acelerarlo porque con esas medidas los empresarios no contratan a nadie. O como él mismo resume en la introducción "la proposición keynesiana de que para elevar el ahorro colectivo hay que aumentar la demanda" (o sea, que para poder ahorrar, alguien debe gastar), "como sucede en la paradoja de la cooperativa"; "la constatación de que ser racional puede ser una fuente de debilidad y estar loco, en cambio, puede granjear poder" (¿conocen algún gobernante o jefe así?); "la sorprendente doctrina de que cuanto más deba una persona menos vulnerable será frente a sus acreedores"; o "la tradicional teoría de la disuasión, según la cual 'si quieres paz, prepara la guerra'". Es una pequeña muestra de lo que nos cuenta Conthe, el libro no se puede resumir porque cada línea cuenta cosas y casos sorprendentes.

También se pone el mundo al revés haciendo páginas, claro. El conocido principio del "menos es más", del que tanto hemos hablado y hablaremos, es la sentencia paradójica por excelencia: ¿cómo que menos es más? Pues porque resulta ser cierto, porque queriendo aumentar la fuerza con dos golpes, lo que hacemos es divivirla... y es mucho más efectivo un puñetazo que dos sopapos.


Intentemos terminar ya con estas interminables elecciones. La primera versión corresponde a la apertura de las páginas de Nacional que hicimos en el diario El Mundo el día después, y la segunda con la que no hicimos porque pocos creen en el "menos es más". Se pretendía ilustrar la supuesta "caída" de Mariano Rajoy con un montaje de tres fotografías a cinco columnas de la sede del partido en la que se "descolgaba" un cartel con la imagen de su líder. Tres fotos, porque alguno da por sentado que con una imagen no se entiende que se descuelga el cartel. Mejor tres que una, ¿no? Pues no. Y no sólo eso, además quisieron añadir otra foto más, porque Acebes ha dado una rueda de prensa y tiene que salir porque titulamos por ahí (como si hiciese falta verle), motivo por el cual el montaje superior perdió fuerza compitiendo con la anodina imagen inferior. Como perdió fuerza el mensaje que se pretendía transmitir. En definitiva, resultado contrario al esperado... pero no tan alejado de la realidad, porque otro día después Rajoy anunció que se quedaba, que no se descolgaba de la calle Génova, con lo cual que hubiéramos fallado en nuestra página del día anterior supuso... que el fallo fuera menor. Paradojas.

lunes, 24 de marzo de 2008

Diseñario (X)

El Diseñario vuelve a su cita semanal de los lunes después del paréntesis de la Semana Santa, aunque todavía sea fiesta en determinadas comunidades. El comité de expertos de encajabaja sigue adelante con esta obra irreverente, colectiva y abierta a vuestra participación por medio de comentarios o del correo electrónico.




Entradilla. Es como el 'hall' de la noticia. Cuando llamamos a una puerta y nos abren lo primero que vemos es el recibidor. Eso es la entradilla, las palabras que nos reciben. Es un bloque de texto que precede al principal y que hace un pequeño resumen de éste o introduce al lector en el tema comentando las noticias previas relacionadas con él. Clásicamente se consideraba entradilla al primer párrafo, en donde se contestaban las cinco preguntas básicas de las que informa la noticia (las famosas 5 W en inglés: quién, qué, por qué, dónde y cuándo) aunque hoy en día esta técnica se utiliza arbitrariamente.
Desde el punto de vista del diseño, la entradilla no está incluida en el texto principal. Se diferencia con distinta familia, estilo (suele ir en negrita con frecuencia), cuerpo e incluso ancho de columna. Parece ser que lo que se lleva ahora es no utilizar este elemento al diseñar las páginas. "Es como muy antiguo, ¿no?", te dicen. Esto sucederá hasta que pasado un tiempo alguien piense que lo moderno sí sea usar entradillas (en realidad siempre ayudan y es un nivel más de lectura) y entonces volveremos a verlas aparecer por los periódicos... si no han desaparecido todos antes, claro, porque "son todos como tan antiguos, ¿no?"

Equilibrio. Armonía razonable entre todos los elementos de una composición. De su compensación y orden dependerá en gran medida su capacidad de lectura. Aunque para equilibrios, los que tiene que hacer un maqueta que se precie para conseguir conjugar las peticiones de los redactores (que no son nada caprichosos) con las directrices de diseño que marca el libro de estilo de un periódico (que libertad, la verdad, no da mucha). Un buen maqueta está continuamente contrapesando lo que puede y no puede hacer. Y si encima, hace lo que debe, pero pareciendo que hace lo que quieren los demás, entonces el equilibrismo es doble.

Errata. Nos persigen. Y nosotros a ellas, para retirarlas como si fueran replicantes, y no las encontramos porque como lágrimas en la lluvia utilizan técnicas de camuflaje avanzadísimas: se ponen delante de nuestras narices, abiertamente, en el lugar más visible, al comienzo de un texto (errata conocida como "la primera en la frente"), en los títulos, en el pie de foto más comprometido... allí donde no pensamos que pueda suceder y donde más jode cuando sucede.

Escaqueo. Habilidad para no estar en el sitio adecuado en el momento más inoportuno. Esto es, desaparecer cuando hay que trabajar. O permanecer quieto, muy quieto... a ver si no me ven. Entre las habilidades asociadas al escaqueo se cuenta la facultad de utilizar la pantalla del ordenador de manera que, sin hacer nunca nada, parezca a quien la mire que se está trabajando, y mucho (cuentan que hubo incluso quien escaneó una página a medio hacer para tener luego abierta esa imagen en el photoshop simulando así que trabajaba, incluso miraba esa pantalla durante horas si era preciso con tal de no hacer nada). Eso sí, aunque el fin último del escaqueo es no hacer nada, poder llevarlo a cabo requiere el constante esfuerzo de estar muy alerta ante cualquier cosa que suponga hacer algo, para evitarla, motivo por el cual se requiere un carácter especial incapaz, por ejemplo, de sentir el aburrimiento que conlleva el escaqueo continuo y el tedioso esfuerzo para lograr escaquearse.

Estilo. No nos engañemos. O se tiene, o no se tiene. Porque tener estilo propio es algo que diferencia y sitúa en el mapa, y más, en este mundillo repleto de excelentes copiones y adaptadores de ideas. Hablando estrictamente de diseño, el estilo es la impronta, el sello propio, la comprobable unidad en lo que se hace, la coherencia a la hora de desarrollar gráficamente una publicación . Y como en la vida, o lo tienes…o lo compras. Y caro. Lo cual significa que se puede adquirir, pero no que se sepa gestionar. O que te siente bien. Porque el estilo es una cualidad intelectual, que no estética, por mucho que se empeñen muchos artistas en buscarlo tras chaquetas de pana, monturas negras de pasta y poses de estrellas del rock. El estilo se forja currándoselo día a día, como en la vida misma…
En otra acepción mucho más técnica, un estilo es el la herramienta de Quark que hace que todo un párrafo tenga las mismas condiciones tipográficas y al que siempre le falta su homólogo de carácter.


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viernes, 21 de marzo de 2008

85 años de Time

La revista norteamericana Time ha colgado en su página web sus mejores portadas con motivo de la celebración de su 85 aniversario. Pero ya sabemos que esta revista no es una revista cualquiera. Y es que el semanal ha decidido también publicar las peores portadas de sus más de ocho décadas de existencia (y las hay realmente feas). Y además ha abierto una encuesta para que los visitantes de la web puedan decidir cuál de todas es la peor (difícil elección, os lo aseguro).

Así que ya sabéis, degustar las magníficas covers de la revista americana y a votar cuál de todas es la peor. Os dejamos una muestra.

miércoles, 19 de marzo de 2008

La Polaroid ha muerto, viva la Polaroid

Quizá ustedes ya lo sepan, o quizá no, pero, por si acaso, se lo cuento. La Polaroid tiene los días contados. Puede sonar un poco fuerte, pero es así. Concretamente le quedan los días que restan de hoy hasta principios de 2009, que es la fecha en la que ya no se podrán comprar carretes para estas famosas cámaras fotográficas.

Típica imagen Polaroid (http://look-closer.net)

Pero vayamos al principio de la historia. El invento de las cámaras Polaroid se remonta hasta el año 1947 cuando el que se presume fue su creador, Edwin Land, presentó la primera cámara capaz de revelar y positivar la imagen en tan sólo 60 segundos. Su nombre, Land Camera. Diez años antes, Land había fundado la Polaroid Corporation, que coincide con el nombre del plástico sintético que él mismo patentó en 1929 y que posteriormente desarrolló en 1932.

Polaroid ya había cambiado la historia de la fotografía, pero todavía no era popular entre la población. Para eso tuvo que esperar hasta 1948, cuando con el "baby-boom" los padres norteamericanos se dedicaron a fotografiar a sus hijos para plasmar cada segundo de su vida en este planeta. En la década de los setenta, Polaroid sacó al mercado la mítica SX-70 (la que parecía un transformer), todo un bombazo que llevó a la compañía al estrellato. Aunque poco después se sumió en una crisis financiera al intentar salvar su independencia y evitar ser absorbida por otras compañías. En 2001 Polaroid se declaró en bancarrota, aunque con la mirada puesta en nuevos mercados, como las cámaras digitales (muy atrás todavía) o los televisores de alta gama.

Cámara SX-70, todo un mito

Entre todos estos años, la historia es más o menos conocida, y quien más, quien menos ha tenido en sus manos uno de estos magníficos inventos y agitaba las fotografías con energía para que salieran antes. Incluso se ha llegado a ver (sí, yo la tengo), Polaroids con radio incorporada (una locura). Auténticas joyas que sólo podremos disfrutar hasta que se agoten los carretes allá por 2009, aunque algunos de la marca Fujifilm son compatibles.

Warhol vestido de mujer en una Polaroid

Pero más allá de eso, la Polaroid permanecerá siempre en nuestro subconsciente colectivo. Warhol la usó hasta la extenuación, sus colores surrealistas (no se me ocurre otro calificativo) son ya una frase hecha ("queda chula, parece hecha con una polaroid"), han sacado multitud de libros con las mejores y más raras fotos, es fetiche de multitud de fotográfos, buenos, malos, anónimos y famosos, en los 80 no eras nadie si no tenías un retrato hecho con una e incluso daban un poco de mal rollo cuando la recibes en un sobre porque te recuerda a los secuestros de las películas de Hollywood, esas en la que la banda inferior de la foto pone con rotulador negro, mala letra y faltas de ortografía: "tenemos a tu mujer, danos 10 de los grandes o la matamos".

"The Polaroid book", editado por Taschen

En Internet ya proliferan los típicos webs que intentan recopilar la mayor cantidad de polaroids o los museos de cámaras instantáneas, porque, no nos engañemos, perder la Polaroid es perder una parte de la historia de la fotografía, una parte, incluso, de las historias personales de cada uno.

Así que ya sabes, cuando veas una Polaroid sonríe, puede ser la última vez que veas una y no querrás salir mal, verdad.

P.D. Para nostálgicos. Hay alguna web donde todavía se pueden comprar modelos retro, pero totalmente funcionales de estas cámaras.

lunes, 17 de marzo de 2008

Diseñario (IX)

El Diseñario vuelve a su cita semanal de los lunes porque el comité de expertos de encajabaja, inasequibles al desaliento, continúan sus arduos trajabos en esta obra irreverente, colectiva y, ya sabéis, abierta a vuestra participación por medio de comentarios o del correo electrónico.





E



Edicomp. Antiguo programa informático de fotocomposición creado por la compañía española Protecsa (Promoción Tecnológica y Comercial, S.A., empresa ligada a Tajamar, Instituto Tecnológico y Gráfico perteneciente al Opus Dei que cuenta con una reconocida enseñanza en Artes Gráficas a nivel de Formación Profesional) en el que se diseñaban las páginas por medio de claves sin poder visualizarlas. Fue usado en 'Alerta', 'El Mundo', 'Marca', 'Diario de Navarra', 'Diario 16', sus múltiples revistas y en muchas otras publicaciones. Famosísimas sus colecciones de formatos y sus 'errores lógicos' por ilógicos. En la última versión (Edicomp 4000), ya se podían visualizar las páginas modularmente, es decir, que sólo se veían bloques como si fuera el Tetris. Tenía también su propio hardware, con terminales diseñados ex profeso para este "sencillo" programa y con los que sólo se podía editar textos, además de "estaciones" con pantallas mucho más grandes dedicadas al diseño.
Todavía hoy, hay gente que utiliza la terminología de Edicomp para pedir sus páginas y se oyen frases como: "Quiero un 2h3 en la página 5" (2 líneas de titulo en Helvética en tres columnas) o "Le falta el FFO" (la firma de foto). Como todavía hoy se recuerdan los escalofríos que sentimos la primera vez que vimos tan curioso sistema y, sobre todo, tuvimos que sentarnos ante una de sus "estaciones" para hacer una página. Tampoco faltan nostálgicos e incluso se han oído elogios hacia él. De verdad.

Editar. Es la clave de este negocio. Porque más allá de reglas estéticas y de castillos de naipes, a lo que nos dedicamos es a informar, y eso implica una buena edición. Esto es, trabajar, trocear y presentar la información de manera que te asegures que el mensaje llega lo más claro posible y a la mayor cantidad de receptores posibles. En definitiva, ponerse en el lugar del lector para contarle las cosas de forma que las entienda y le apetezca leerlas. Porque de una buena edición depende no sólo la comprensión del mensaje, sino también que el lector nos acompañe por los vastos espacios abiertos que componen un periódico. Y no sólo de engancharle, sino de hacerle comprender la valoración de los temas, el porqué se relegan algunos al final de la sección y otros saltan a las primeras planas, de proponerle distintas velocidades de lectura, en función de las necesidades del momento. Con una buena edición se controla el ritmo, los niveles de lectura y la jerarquía, la calidad en definitiva de la información que hacemos llegar a nuestros lectores. Esto implica un trabajo coordinado entre los distintos estamentos de una redacción realmente dificil de conseguir. Pero a la hora de poner todo junto, la labor de una sección de maquetación ha de ser la de valorar y jerarquizar toda esa información al servicio de un todo. Como quién monta una película. Por eso a los responsables del montaje cinematográfico se les denomina en inglés editores. Porque con sensibilidad y sabiduría, colocando imágenes una detrás de otra, pero sin perder nunca de vista el significado de cada plano y el total de la obra, consiguen esa magia que se llama ritmo. Lo que hace que, si el contenido merece la pena, el tiempo pase en un suspiro, o que mires ansiosamente el reloj, suplicando que termine esa tortura.

Elegante. Zinedine Zidane. La elegancia, como la estética, es imposible de definir; no se puede racionalizar o, al menos, todavía no lo hemos conseguido. Audrey Hepburn. Los tratados de estética se suelen dividir entre recopilaciones de textos sobre lo que han expresado pensadores históricos acerca de la belleza, y los que intentan encontrar una definición que no se muerda la cola en lo que llaman el fenómeno estético. Boticelli. Ni siquiera se han puesto de acuerdo sobre si lo estético, o lo bello, o lo elegante, es una cualidad propia del objeto estético, o bien se trata de una forma de percibirlo inherente a quien mira. Bodoni. ¿Son elegantes, pues, los tipos de letras, o los diseños; o los vemos elegantes nosotros, algunos de nosotros, unos sí y otros no?
Hay que conformarse entonces con aproximaciones, con asociar lo elegante a lo que tiene proporciones sencillas y perfectas a la vez, a los que es armónico, a lo que resulta agradable a la vista de quienes tienen buen gusto, de quienes lo cultivan -volvemos al círculo vicioso, ¿qué es el buen gusto? ¿apreciar lo que es elegante?-. El Panteón de Roma. Hay que conformarse con intuirla. Acercarse a la elegancia por eliminación, descartando lo grosero, vulgar, forzado, mezquino, exagerado. Bach. Encontrarla entre cosas materiales o espirituales, en la atmósfera de una conversación, en el tono y en la elección de las palabras, el estilo al escribir, o incluso en algunas demostraciones y teoremas matemáticos. Porque hay ropa elegante y maneras elegantes al vertirla; porque hay maneras de comportarse donde se renuncia a la superioridad... de manera elegante. Las formas geométricas. Reconocerla cuando se muestra como una distinción natural y confiar en que quiera aparecer en aquello que hacemos, sin haberla buscado a toda costa, sin forzar sus maneras delicadas, porque sí. Cary Grant.

Encajabaja. Blog de prensa y diseño nacido en el verano de 2007 y dedicado a todo lo relacionado con la prensa, su diseño y los diseñadores. Con especial atención a los casos prácticos, es decir, al día a día en un periódico. A sus páginas.
La historia del blog, vuestro blog, es tan sencilla como la de otros proyectos. Noche de verano, noche de tedio. Se aproximan las doce y el trabajo escasea. Afortunadamente, no pasa nada. Visitando varias páginas web, me asalta una inquietud. ¿Por qué no hacer un blog sobre nuestra experiencia en el periódico, lo que nos gusta, lo que nos disgusta?. Y fue así de sencillo. Poco antes de que acabara mi turno ya había registrado el nombre en blogger. Curioso nombre que tiene también su propia historia: a media tarde, estaba haciendo varias páginas para un tema que quería destacar el periódico. Intentando que quedara bien, oí a mis espaldas. "Luis, por qué no lo intentas en caja baja". El término me hizo gracia porque no lo suele usar mucha gente. Esa misma noche, cuando se me ocurrió la idea del blog, recordé la frase y pensé que podía ser un buen nombre. Acerté, a la gente le trae grandes recuerdos.
A partir de ahí, el primero en unirse fue Rubén, amigo y compañero de viaje de Ediservicios. Más tarde, se incorporaron al grupo Mario y Javi, y por último Quique, los tres grandes compañeros y mejores amigos.
Desde entonces, unos cuantos quebraderos de cabeza, muchas ilusiones, una grandiosa comida en el Rias Baixas, un viaje a Estepona, nuevos y grandes amigos (ché, Norbi) y risas, muchas risas.
Y sobre todo buenas sensaciones por cómo el mundillo del diseño de periódicos en Internet acogió nuestra iniciativa. Menciones en Maquetadores, Cuatrotipos, Visualmente (que tuvo la gentileza y generosidad de nombrarnos su "sucesor"), la revista Tiempo y otras webs. En especial la aparición del blog en la revista de la SND Latina, supuso un espaldarazo que nos permitió ser un poco más conocidos.
Por cierto, el diseño, al que todo el mundo suele aludir, es una plantilla gratuita de Grungy de BlogMundi a partir de Thisaway.

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Diseñario (VII): contorneo-despiece.
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viernes, 14 de marzo de 2008

Dos rediseños

Los últimos rediseños periodísticos se han centrado en el decano de la prensa semanal en nuestro país, "El Magisterio Español", rebautizado ahora como "Magisterio", tal y como nos contaba esta semana Maquetadores; y en "La Gaceta de los Negocios" que desde el día 12 también se nos muestra distinta.


El rediseño de "Magisterio" ha corrido a cargo del gabinete de diseño Buckenmeyer Communications Design y es el propio Miguel Buckenmeyer quien comenta para los lectores de encajabaja su trabajo.


"El proyecto tiene dos metas principales. Por un lado, se quería actualizar el diseño para que fuese más moderno sin perder la seriedad acorde con la tradición un semanario con 140 años de vida que va dirigido a profesionales en el sector de la educación.
La tipografía refleja un poco esta tensión. La Fedra es muy versátil y contemporánea. Parece una tipografía que acaba de salir al mercado aunque ya tiene siete u ocho años. La Centennial es una serif de alto contraste que en los pesos light y roman recuerda a la Century y en la bold empieza a recordar a la Bodoni. Los titulares en Centennial complementan con un toque clásico la imagen contemporánea de la Fedra. Aparte de ser estéticamente atractiva, la Centennial también es muy efectiva a la hora de titular en castellano. Entran suficiente carácteres en los titulares y el conjunto del titular pesa los suficiente en página cuando tiene mucha extensión o es más pequeña. Por esas razones, nos gustó la Centennial más que otras tipografías serif que probamos. Yo quería haberles empujado hacía una imagen corporativa más moderna y les propuse una cabecera en la Fedra pero al final optaron por mantener la Clarendon.
Por otro lado, el diseño intenta cumplir con las necesidades del cliente. Es una editora no muy grande y de las tareas de diseño y maquetación se ocupa una persona. Nos preocupamos por hacer algo sistematizado y ágil teniendo en cuenta sus limitaciones. Me preocupo mucho para que dure un sistema de diseño. Me decepcionan mucho los diseños inicialmente muy buenos que van diluyéndose a lo largo del tiempo en empresas que no tienen un director de arte fuerte. En estas situaciones, procuro entregar algo cerrado y difícil de no hacer bien.
Como nos pasa a todos, veo cosas que cambiaría si tuviera otra oportunidad. Pero esas ideas las reservaré para otro proyecto."




En cuanto a "La Gaceta Económica", la propuesta es estrenar contenidos y su distribución, cambio de color en la mancheta, de naranja a azul, mientras mantienen el actual formato híbrido de dos periódicos en uno, generalista y económico, con el salmón sólo en las páginas económicas, pero ahora no en toda la página porque en vez de imprimirlo en ese tipo de papel utilizan una trama que abarca sólo la mancha, dejando unos márgenes blancos. Más innovador nos parece la manera de titular, con textos muy largos, incluso con varias frases separadas por un punto, y con un tipo de letra muy condensado, como destacaron en su análisis en el blog Cuatro Tipos. Este rediseño lo ha llevado a cabo Eduardo Cruz, responsable de diseño del propio periódico, a quien también tendremos en nuestro blog en breve para que nos cuente todos los pormenores.


miércoles, 12 de marzo de 2008

Consejos tipográficos

Los libros sobre tipografía suelen ser muchas más veces de las deseables enormes tochos de apariencia espectacular y contenido raquítico, como lujosos estuches vacíos, poco prácticos, excesivamente visuales y muy caros. Pero el que ha publicado hace unos meses Eric Jardí, "Veintidós consejos sobre tipografía (que algunos diseñadores jamás revelerán) / Veintidós cosas que nunca debes hacer con las letras (que algunos tipógrafos nunca te dirán)" es muy pequeñito de tamaño, parece mentira que quepa en su portada un título tan largo, ¿no?, su diseño no quiere llamar la atención sino ponerse al servicio de lo que cuenta, es muy barato y muy, muy práctico. Es todo lo contrario de los libros sobre diseño al uso. Por eso me gusta.


Es práctico cuando aconseja escoger un par de tipos de letras, no hacen falta más, para diseñar un trabajo, tipos que "no comuniquen algo que no deseas comunicar"; prestar atención, mucha, a los tamaños de las letras; condensar o expandir con cuidado; ayudarse siempre "o casi siempre" de una pauta; rechazar las falsas negritas y las negritas romanas, sin miedo incluso a utilizar negritas grotescas en textos con letra romana; o a no escoger fuentes de fantasía, creyendo "como acostumbran los principiantes" que "hay un tipo de letra para cada cosa... una visión ligada a la idea de que saber tipografía significa estar al día de todas las letras disponibles para así poder escoger y acertar con el tema del encargo". Y no. Es curioso e interesante su punto de vista sobre los textos alineados a la izquierda, "en un mundo perfecto", nos dice Enric Jardí, "todos los textos deberían componerse sin justificar y a caja izquierda". Y así está compuesto su libro.




Entre los 22 consejos y las 22 cosas que nunca debes hacer su autor nos habla una y otra vez de "modas", y tiene razón, cuando se pontifica sobre tipografía o diseño en ocasiones solemos señalar como correcto aquello que ahora está de moda, y que antes por no estarlo nos parecía una aberración... hasta que todo da la vuelta y lo aberrante se convierte en lo correcto, que luego aberración será. Tal vez por eso Jardí escribe en su prólogo de "lo que hoy funciona y lo que no" en lo que a tipografía se refiere.

Y como de consejos se trata, me voy a permitir uno para que le hagáis el caso que queráis hacerle, y es el de no seguir al pie de la letra todos los consejos sobre tipografía, aunque estén publicados en libros tan últiles como del que hablamos... y que recomendamos absolutamente, como ya recomendaron antes nuestros amigos de los blogs vecinos CuatroTipos y Maquetadores. Y aconsejo no hacer caso de todos los consejos porque aunque la mayoría son acertados, siempre hay alguno al menos discutible. Porque... qué es eso de utilizar siempre el sistema métrico decimal, ¡no me jodas, Jardí!

lunes, 10 de marzo de 2008

Diseñario (VIII)

Nueva legislatura, aunque no habrá cambio de presidente en España, después de esta "apasionante" campaña electoral y de las reñidas elecciones, y nueva entrega del Diseñario, obra irreverente, colectiva a cargo del comité de expertos de encajabaja, pero abierta a vuestra participación por medio de comentarios o del correo electrónico. Ánimo, no seamos tan tristes y vacíos como los políticos, participemos... que la participación ha sido alta.




Didot. No se trata de un célebre tipógrafo francés creador del tipo de letra que lleva su nombre y en cuyo honor se bautizaron las divisiones del cícero como puntos didot; no. En realidad, Didot es el apellido de toda una familia de impresores y tipógrafos que comenzaron con la empresa fundada por Françoise Didot en 1713 y que llega hasta... ¡nuestros días!
Punto de cícero y tipo de letra deben asociarse a distintos Didot, aunque haya quien quiera unificarlo en una sola persona. Claro que todo queda en casa. En primer lugar, tenemos a Françoise Ambroise (1730-1804), hijo del fundador de la empresa, que en 1760 perfeccionó el sistema duodecimal de medidas en las artes gráficas ideado en 1737 por Fournier, el creador del cícero y sus doce puntos. Didot amplió ligeramente el tamaño de los puntos, desde los 0,350mm. que medían los de Fournier hasta los actuales 0,376mm. del sistema que desde entonces además de llevar su nombre ha sido adoptado en todas las fundiciones e industrias gráficas excepto en Inglaterra (¡cómo no!) y los Estados Unidos (¡qué les vamos a contar!), además de parte de Latinoamérica, donde se utilizan puntos de pica cuya equivalencia con el sistema métrico decimal es de 0,352mm. Cuando hablamos de un cuerpo de letra, siempre está expresado en estas unidades de medida, los puntos didot.
En segundo lugar hay que mencionar a Firmin Didot (1764-1836), segundo hijo del mencionado Françoise Ambroise y nieto del fundador de la saga. A él se debe la creación del que algunos consideran el primer tipo de letra moderno, que lleva ahora su nombre, y con el que en 1798 se compuso el Louvre. Tuvo tanto éxito que Napoleón le nombró director de la Fundición Nacional y su tipo de letra se convirtió en referencia de la tipografía francesa, además de posible modelo a partir del cual desarrolló el propio Bodoni sus celebrados alfabetos; posible porque este dato no es de general consenso. Es probable que el trabajo del genial tipógrafo italiano sea una evolución, al igual que el de Didot, de los tipos del inglés Baskerville.
Didot es, pues, toda una familia.

Diseño. Diseñar, del italiano disegnare, "dibujar", y éste del latín designare (marcar, designar). Enseñar (marcar, designar). Seña del latín signa, plural de signum, señal, marca. Signo. (Diccionario etimológico de Joan Corominas).
Para nuestra querida María Moliner "diseñar" es hacer el diseño de una cosa. Y "diseño" lo define como "Apunte. Boceto. Bosquejo. Croquis. Esbozo. Esquema. Dibujo hecho sólo con líneas para representar algo con poco detalle. Descripción de una cosa hecha con palabras a la ligera". Se trata de una definición que puede quedarse corta para muchos artistas del diseño; posiblemente la insigne lingüista hubiera incluido muchas más connotaciones de haberlo escrito ahora, las que se ha ido sumando el diseño desde los años en que el diccionario fue escrito (empezó en 1951 y terminó la primera edidición en 1967) porque el diseño no era entonces lo que ahora es. Pero de lo que no cabe duda es de que la maqueta de una página de periódico está absolutamente recogida en esa precisa definición de María Moliner: "es un apunte, es un esquema, es un dibujo hecho sólo con líneas para representar algo -la posterior página- con poco detalle".
Lo que nos dice el origen de las palabras sobre diseñar está directamente relacionado con dibujar. De hecho, las páginas se "pintan" precisamente en el sentido de que se dibujan, no en el de que se colorean. "Píntame una página", frase nuestra de cada día en los periódicos, no es otra cosa que dibújame el esquema de una determinada página. Antes de los ordenadores este dibujo se hacía en un papel para que después textos y fotos se compusieran atendiendo a esas medidas y se colocaran más tarde según esa disposición en lo que se llamaba labor de montaje, mientras que ahora los programas informáticos nos permiten hacer un dibujo "sobre" el que se escribirá directamente y se volcarán las fotografías en los huecos que hayamos preparado para ello.
Diseño es también la sección de un periódico. El grupo de gente que se dedica a diseñar sus páginas, a "pintar" o maquetar o confeccionar las páginas. Y el lugar físico donde se acomoda este grupo con sus ordenadores, generalmente el más variopinto junto con el de los grafiqueros de toda la redacción, lleno de dibujtos, muñequitos, cositas de todos los colores, páginas y elementos de páginas colgados de las paredes cercanas (si las hay) y también el más ruidoso para bien y para mal, porque alterna abiertamente y en público momentos de gritos y tensión con otros de alegría y buen rollo.
Eso es lo que somos, lo que el diseño es. Después está lo que el diseño parece, que es precisamente lo que no figura en la definición de María Moliner porque entonces no sucedía y que tiene que ver con ese valor añadido de la imagen de cosas, personas y quehaceres del que hace gala nuestra actividad, o al menos una parte de quienes quieren vivir de ella. Entonces el diseño no es un dibujo, sino una actitud. Puede llegar a serlo todo siendo nada, incluso el siempre sorprendente Thomas de Quincey habla del diseño de los crímenes en su imprescindible "Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes". Es ese algo más que hace vender cualquier producto, incluidos los periódicos, y que ha sido llevado al extremo en diarios cuyo principal punto de interés no son las noticias que publican, su contenido, sino cómo están diseñados, el continente.
Llega a ser una pose de quienes logran convencer al resto de que sus propuestas estéticas son las más valiosas... y las más caras, evidentemente, aunque se conviertan en un rígido armazón poco práctico para la información a cuyo servicio se supone que se supeditan. Eso cuando el equilibrio se inclina hacia el lado "artístico". Porque cuando la balanza se mantiene horizontal, el diseño en la prensa es una actividad periodística especializada en ofrecer la información, es la "puesta en página" de la manera más eficaz para lograr una valoración, para decir esto es una noticia, es importante; esto es otra noticia, distinta, que nuestro medio considera menos importante; y todas tienen este aspecto porque son nuestras noticias, las de nuestro periódico, las que hemos diseñado así pensando en nuestros lectores.

Doble. Importante diferenciar el genero en esta palabra. En femenino (una doble): término generalmente periodístico utilizado cuando una información ocupa dos páginas consecutivas y la primera de ellas es siempre par en su foliación, esto quiere decir que son dos páginas enfrentadas. Hay más espacio pero también más elementos para diseñar (textos más largos, varios apoyos, gráfico, fotos, sumarios, entradillas, etc.) motivo por el cual se incrementan notablemente las discusiones entre el maqueta y el plumilla al haber más abalorios de los que opinar. Cada una de las dos paginas que forman la doble suelen llevar cintillos para unificarlas.
En masculino (un doble): término generalmente periodístico utilizado al llegar a un bar. La consumición ingerida (generalmente cerveza aunque no se descartan otros espiritosos) es dispensada en una jarra o copa cuya capacidad es la de dos sencillas. Curiosamente se produce un hecho científico de mimetismo entre lo que bebemos y lo que empezamos a ver (doble). Y entonces se entra en el terreno de la bravuconada: 'Yo la tengo el doble que tú'. Este caso lo dejaremos para la enciclopedia de alcoholismo y chulería sexual que próximamente aparecerá en su quiosco vrtual.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.

viernes, 7 de marzo de 2008

Los '3 por 2'

Han pasado ya unos días desde los esperados debates entre Zapatero y Rajoy. Asesores, ayudantes, secretarias, miembros del partido, simpatizantes, familiares, amigos, todos ellos uniendo esfuerzos para ayudar a su líder en la tarea de derrotar dialécticamente al otro. Minutos contados, intervenciones por orden riguroso, ora uno el primero, ora el otro. Imagino a todos esos ayudantes devanándose los sesos para preparar el camino hacia La Moncloa.

Entremos en materia, lo que nos interesa en este blog: el diseño. La presentación de las propuestas de los candidatos ayudándose de los grafiquitos. En una era en que la tecnología está tan avanzada, ¿cómo es posible que sacaran esos gráficos? Parecían las ofertas del 3x2 del Carrefour. Bueno, a lo peor, eran eso. Pero esto no era lo peor. En el primer debate se les ocurre sacar sus diagramas, la mayoría, con un fondo blanco. Si alguien vio el debate sabe de qué estoy hablando. No se veía nada por culpa de los brillos que producen los focos.


Muy claro lo que pone.


Se entiende todo.


Bueno, pues en el segundo debate, no sólo no se corrigió sino que sacaron todavía más. Era desternillante seguir las explicaciones de Zapatero o Rajoy cuando hablaban de infraestructuras, economía y señalaban una hoja en blanco. A lo mejor, eran esos sus datos, hojas en blanco. Se podrían haber hecho sobre un fondo oscuro y todo resuelto.

Me resulta muy extraño que con toda esa gente pendientes de ellos nadie reparara en el primer debate y lo corrigiera en el segundo, pero bueno estos son los políticos que tenemos y así nos venden las cosas. Como las ofertas del Carrefour.

P.D.: En encajabaja no entendemos que en pleno Siglo XXI todavía se utilice la violencia para resolver las diferencias. Un fuerte abrazo para los familiares de Isaías

jueves, 6 de marzo de 2008

Lo nunca visto en una Universidad

Primero se apagó el ordenador, un flamante iMac (de esos que los "maqueros" juran y perjuran que nunca fallan) y después la modelo llegó tarde porque le habían dado una dirección equivocada ¡en la Ciudad de la Imagen!, a unos cuantos kilómetros de la calle Julián Romea de Madrid donde está situado el Centro Audiovisual de la Universidad San Pablo-Ceu en el que ha tenido lugar el cierre de estas XI Jornadas de Fotoperiodismo, Edición y Diseño en Prensa con la realización en directo de una producción de moda. Y a pesar de los problemas... un absoluto éxito.

El ayudante de Luis Malibrán, Nacho, prepara las primeras luces del estudio

Malibrán midiendo las luces con el fotómetro

Malibrán comprueba las fotografías de prueba en el Imac

Malibrán revisa el book de la modelo antes de que llegue

O gracias a ellos, porque según nos ha contado Magali Yus, responsable del departamento de prensa de moda de El Corte Inglés y hoy brillante maestra de ceremonias, y la reputada estilista Patricia Oliver, que dirigía enérgicamente el cotarro, "siempre hay que improvisar, siempre surgen imprevistos y tenemos que adaptarnos a las circunstancias. Es parte de este trabajo". Y hemos podido vivirlo. Incluso han tenido que improvisar el hecho de trabajar con público, algo que evidentemente no es nada habitual, nada más y nada menos que 250 alumnos en dos sesiones, además de algunos medios de comunicación que también rondábamos por allí. "Hay que distraer a la modelo, ella tiene que llevar la ropa y salir en las fotos, tengo que lograr una hipnosis para que se olvide de todos vosotros mirándola", ha comenzado diciéndonos el fotógrafo Luis Malibrán. Después su cámara de formato medio digitalizada ha empezado a disparar una foto tras otra, porque la modelo llegó, eligió la estilista la ropa entre un amplio perchero, la maquilladora acomodó piel y luz, y el mac funcionó, cómo no.

La profesora Beatriz Guerrero presenta a los participantes en la producción

Magali Yus explica a los alumnos cómo se desarrollará la producción

Malibrán da las primeras instrucciones a la modelo delante de la estilista Patricia Oliver

Según dispara Malibrán su cámara, las imágenes se van proyectando en una de las paredes del estudio y todos los asistentes podemos ver una evolución clara. El fotógrafo tiene una idea en la cabeza y la busca, habla constantemente con la estilista, también con la modelo según hace tomas, y las fotografías son cada vez mejores, consigue incluso algunas con mucha fuerza. Es buen fotógrafo. La estilista decide prescindir de una camiseta que lleva la modelo, María Bernal, mujer con todo el buen aspecto que se le supone a una modelo, 23 años y 10 de experiencia según nos cuenta Magali, y sin esa camiseta blanca bajo la camisa blanca las fotos son todavía mejores. Es gente de nivel la que ha conseguido el CEU, como cada año. Hacen bien su trabajo y, además, saben comunicar.

La estilista da instrucciones a la modelo sobre la pose que debe adpotar

Primeros disparos de Malibrán

El ayudante de Malibrán enfoca el cañón de aire hacia la modelo

Malibrán en acción

Nacho dirige el estico (o trozo de corcho) hacia la modelo

"Me invento un tema, una historia, y se la cuento al fotógrafo", desvela Patricia Oliver, la estilista, cuando los alumnos le pregunta acerca de cómo aborda su trabajo. Un trabajo que hoy hemos aprendido exactamente en qué consiste, y que tiene mucho que ver con el de un director de cine, aunando la creatividad del fotógrafo y de la modelo, pero también decidiendo la ropa, los escenarios, los complementos, y todo ello coordinado con el director de arte de la revista para la que trabajan, porque el resultado final... aparecerá maquetado e impreso en páginas de papel. "Tenemos que dar varias opciones a quienes después maquetan las páginas", nos detalla el fotógrafo, "planos medios, primeros planos, formatos horizontales o verticales... tenemos que conseguir una buena serie de imágenes".


"Tienes que ponerte así, llevas una camisa de hombre"

Más y más fotos

Malibrán muestra a la modelo en el proyector cómo están quedando las fotos

La modelo, con el primer cambio de ropa, ante la atenta mirada de los alumnos

Contar una historia, al final todo el periodismo gira en torno a ese núcleo, sea de moda, de política (no, de política mejor casi que no, a ver si acaba este infierno de repetitiva campaña), de deportes... contar una historia. Y se desconecta misteriosamente un proyector de luz al mismo tiempo que deja de dispararse el flash, sobre la pared en vez de foto se proyecta un rectángulo negro. "Acabamos de perdernos la mejor foto, la buena", anuncia Malibrán con su sempiterna sonrisa. La estilista no sonríe, incluso se enfada conmigo cuando pregunto acerca de la imagen frívola que a veces se tiene del mundo de la moda y decide ni contestarme en público. Después nos reconciliamos con una cerveza de por medio al terminar el acto, junto a las organizadoras Laura González y Beatriz Guerrero. Si ya hemos comentado en otras ocasiones lo que nos parecen estas jornadas que puso en marcha nuestro amigo y maestro Pedro Pérez en esta universidad hace más de diez años, en esta ocasión el éxito les ha desbordado. "Lo que se ha visto hoy aquí, no se había visto nunca en una Universidad", nos ha confesado el propio Pedro antes de despedirnos con un abrazo. Y es cierto.

Texto: Mario Benito. Reportaje gráfico: Luis Blasco

miércoles, 5 de marzo de 2008

Fotografía de moda: Realidad o ficción

En esa dicotomía se instala la fotografía de Moda. ¿Qué es? ¿Realidad o ficción? O una mezcla de ambas, según podemos entresacar de la segunda entrega de las XI Jornadas de Fotoperiodismo del CEU.

En la primera sesión, contamos con la presencia de un fotógrafo de prestigio, Luis Malibrán, que le ha disparado (fotográficamente hablando) a modelos, actores, cantantes, actrices, etc. Vamos, todo un profesional de reconocido prestigio. Un peso pesado.

Un momento de la charla de Luis Malibrán

La fotografía de moda, según Luis, es un mundo de fantasía, una fantasía que hay que trasladar al papel, pero con muchos toques de realidad. Fantasía porque hay que fabricar mundos a partir de la nada, la mayoría de las veces trucando la realidad. Y realidad porque buscamos fotografiar algo concreto, buscamos una emoción, transmitir un mensaje real. Y si es algo sorprendente, algo distinto, mejor que mejor.

Y para ello hay que buscarse las habichuelas, saber sortear los mil y un problemas que se plantean en la fotografía de moda y "convertirlos en retos". Un camino lleno de piedras, en ocasiones absurdas, que te puede llevar tres días a Budapest porque es más barato que hacer una sola foto delante de la Bolsa de Madrid. O intentar no fotografiar un vagón de Metro dentro de sus instalaciones porque ¡tienen copyright!".

Pero, ¿qué es importante para hacer una buena fotografía de moda? La luz, la composición, todo el apartado técnico es sin duda fundamental, como reconoce Malibrán, pero no es lo único. Ni siquiera "he notado el paso de digital a analógico en el resultado final", admite. Lo importante es tener un buen equipo detrás, saber lo que quiere el director de arte de la publicación ("para que no te estropee la foto") y tener las ideas muy claras, buscar un punto de vista diferente. Idea que se te puede ocurrir en el momento más peregrino, por ejemplo, una tormenta en medio de la M-30.

En las siguientes sesiones las jornadas contaron con la presencia de Javier Águeda, que habló sobre las posibilidades del retoque digital en la fotografía de moda (sí, un fotógrafo que reconoce que las fotografías en ocasiones se retocan), Arturo Elena, ilustrador que debatió sobre el proceso de ilustración de moda y, por último, Alberto Oliva y Norberto Angeletti, que nos comentaron la evolución histórica de la revista Vogue.

Mañana, y como colofón a esta edición de las jornadas de Fotoperiodismo, una sesión práctica de una producción de moda con el fotógrafo Luis Malibrán.

martes, 4 de marzo de 2008

Revistas de moda, creadoras de tendencias

Las revistas de moda han llegado a la universidad. Y no lo decimos porque no estuvieran ya presentes en las aulas, en los pasillos e, incluso, los despachos. Lo decimos porque hoy se han inaugurado las XI Jornadas de Fotoperiodismo del CEU, cita ya clásica, y que este año abordan el mundo de la moda y las revistas especializadas del sector.

Y para empezar a tomar medidas a este mundillo han acudido Magali Yus, responsable de Prensa de Moda de El Corte Inglés e Isabel Janer, Jefa de Estilismo de Accesorios de TELVA. Dos caras de una misma moneda.

Abrió fuego Magali, con un auditorio repleto, centrada en el papel del Gabinete de Prensa y las 10 cosas que realmente importan. A saber:

- Conocer a los medios y su forma de trabajar. Es decir, saber que las revistas de moda trabajan con hasta seis meses de antelación.
- Diferenciar entre comunicación y publicidad. Que se ceda un producto no significa que tenga que ser publicado, ya que no hemos pagado por ello.
- Personalizar la información. Cada medio tiene sus peculiaridades
- Prever los tiempos y el calendario. Conocer las distintas temporadas.
- Contar con herramientas adecuadas de trabajo. Showroom, photobook, etc.
- Apoyarnos en las campañas de imagen.
- Los viajes de prensa funcionan. "Siempre".
- Haz que se acuerden de ti.
- Los errores se subsasan, la libertad para crear puede ser un arte...
- Sé creativo.

Pero toda la ponencia se puede resumir en una cuantas palabras, casi un epitafio. "Para cualquier marca estar en la fotografía [de una producción de moda] es fundamental. Me muero por estar en una producción". Todo ello a pesar de, como decía Coco Chanel, "las moda pasan, sólo el estilo permanece".

Después de un breve descanso subió al estrado Isabel Janer, el otro lado de la moneda. Al mando del estilismo de accesorios de Telva, es la encargada de preparar las producciones con los productos que mandan gabinetes de prensa como el de Magali.

Basada en el papel del estilista, Janer ha desgranado la tarea multidisciplinar que desarrollan en las revistas estos profesionales. Desde "transmisores de tendencias", su principal función, hasta porteador de fardos, pasando por maquetador. Sí, por maquetador, porque a veces quieren hacer de maquetador, aunque "no siempre tenemos la última palabra por desgracia". Todo ello aderezado con una cuantas anécdotas del Mundo del Imprevisto, es decir, las producciones de moda: desde modelos que llegan con unos cuantos kilos en forma de embarazo y que el representante obvió mencionar, hasta lluvias imprevistas en zonas tropicales.

En definitiva, unos profesionales que a través de las páginas de una revista de moda ejercen una suerte de influencia en las lectoras de las revistas, que en el caso de Telva, no se dedican sólo a leer, sino que "escanean" concienzudamente. Una influencia en plan gurú. Porque los gurús nacen en los mundos desconocidos, complejos, difíciles de comprender. Como en la economía.




"Here comes the Hotstepper", de Ini Kamoze, la canción de la película Pret-a-porter, de Robert Altman.

Por la tarde, tomaron la alternativa Julia Alonso y Lupe García Tardón, maquetadora de Vogue y Directora de Arte de InStyle, respectivamente. Ambas hablaron sobre su experiencia en distintas editoriales, cómo están divididas las redacciones y cómo es el trabajo diario de unas publicaciones que trabajan con un desfase temporal importante. Y hablaron sobre la figura del Director de Arte, cordón transmisor entre el material gráfico que generan las producciones de moda y la publicación final en una revista.

lunes, 3 de marzo de 2008

Diseñario (VII)

Ni la disputadísima campaña electoral ha podido distraer al comité de expertos para que acudan a su cita semanal de los lunes y nos ofrecan una nueva entrega del Diseñario, ya sabéis, obra irreverente, colectiva y abierta a la participación de cuantos queráis aportar ideas a través de comentarios o de nuestro correo electrónico.




Contorneo. O "control + T", es la propiedad que tiene una caja de imagen o de texto por la cual empuja a las que tiene alrededor (izquierda, derecha, arriba o abajo, según se indique) un número determinado de puntos. Con esta propiedad se busca separar un texto de otro o una imagen de un texto. También se puede usar para dar forma a un texto. Por ejemplo: si ponemos una imagen de un balón en medio de dos columnas de texto y le damos contorneo, el texto adoptará el contorno (de ahí contorneo) de la pelota y se separará del mismo los puntos que le indiquemos. Normalmente suele utilizarse con siluetas de imagen, pero también se emplea mucho para dar blancos entre bloques de texto. Puede ir ligado al recorte de una imagen.
También suele ser el primer causante de los fallos en una maqueta. No en vano a la pregunta: "Sabéis qué le pasa a esto", se suele responder "has mirado el contorneo".
Segunda acepción: Movimiento de caderas brusco que hace saltar por los aires una letra "r" y con el que ciertas redactoras se aproximan a la sección de maquetación para buscar un cambio en su página que sin esa aproximación no tendría ninguna posibilidad de llevarse a cabo.

Corondel. Raya vertical que en tipografía se coloca para ayudar a separar columnas de texto. Cuando no existía corondel era costumbre llamar a ese espacio entre columnas "corondel ciego". Hoy día se le suele llamar simplemente "calle". O en algunos casos, lo blanco-de-en-medio-el-texto. El corondel es un elemento utilísimo que lo mismo separa que relaciona textos, fotos o ilustraciones. Y también es un rasgo de identidad. Últimamente está de moda llenarlo todo con corondeles, todo lo que veas blanco, ¡zas! allí cabe un corondel. El muy afamado Cases los utiliza por todos lados, hasta en los cantos de las páginas, si podéis comprobarlo los que dispongáis de microscopios. Y no se te ocurra quejarte, que te dirán que no entiendes, que si eres un antiguo, que si la elegancia... Osea, que sirven para todo... para vincular temas, para separarlos, para llenar blancos, para estar ahí puestas no se sabe muy bien porqué, para justificar rediseños millonarios... hemos llegado a leer que incluso para "no desperdiciar el papel" si en vez de rayitas se utilizan blancos.

Cuerpo. Las letras tienen cuerpo, un cuerpo que se puede tocar y que todos creen que se puede medir, ilusos. Porque el cuerpo es una contradicción, una paradoja, ya que se trata de una unidad de medida (en puntos didot) que no sirve para medir el tamaño de las letras, aunque tenga que ver, y en cierto sentido cuerpo y tamaño sean sinónimos, eso sí, para quienes no quieran profundizar en ello. Para quienes piensan que el cuerpo es el tamaño de las letras. Y no.
Esta curiosa incongruencia se debe a que los ordenadores han heredado, sin que les hiciera falta, una característica de los tipos móviles (aquellos que inventó Gutemberg, sí), que para los tipos móviles sí era necesaria. Estos tipos móviles son un paralelepípedo con un carácter grabado en una de sus caras, pero sin ocuparla por completo para garantizar así que no se pegan unos con otros entre línea y línea. Este pequeño espacio en blanco arriba y abajo de los caracteres se llamó "hombro", y al resto "ojo". Por lo tanto, el cuerpo es la suma del ojo, lo que realmente manchan los caracteres, lo que vemos de ellos, más el hombro, un blanco que no vemos, ni sabemos lo que ocupa porque es distinto para cada familia de letras, según haya sido diseñada. Es más propio hablar, pues, de un cuerpo 9 (que suele ser el habitual, décima arriba o abajo, para el texto base de los periódicos) de la familia Times, o de Helvética, porque seguramente ambos, del cuerpo 9, no sean iguales de tamaño. A igual cuerpo, las letras de palo, como la mencionada Helvética, "manchan más" y parecen más grandes. Tampoco se puede definir el cuerpo, como hemos visto en algún lugar, como la distancia desde el rasgo ascendente más alto hasta el rasgo descendente más bajo, porque sigue faltando el misterioso blanco del hombro. "Altura de la x" es otro cantar que no entonaremos aquí, en nuestra definición de cuerpo, porque no es pertinente, pero que se refiere a la altura de las minúsculas sin contar los rasgos ascendentes y descendentes, que debe ser uniforme. En 1978 hubo un intento de normalizar el sistema de medidas utilizando la altura de una "H" mayúscula como base para medir el tamaño de los tipos de letras, pero no prosperó. Sólo faltaría que tuviéramos una manera de medir que realmente midiera, cuando todos preferimos un sistema tan intuitivo como el que tenemos, donde los tamaños se suponen y necesitan de muchas pruebas impresas para determinarse. La consabida regla de que los caracteres en mayúsculas manchan aproximadamente dos tercios del cuerpo (y por lo tanto puede calcularse el cuerpo midiendo ¡con un tipómetro! los puntos de una letra (son más pequeños que los milímetros, ¿eh?) para luego sumarle un tercio de esa cantidad... bueno, pues eso, que lo que más certero de esa regla es precisamente la palabra "aproximadamente".
Si alguno ha llegado hasta aquí sin marearse lo más probable es que sirva para piloto de cazas o algo así, al resto sólo nos queda decirles que piensen en este enredo cuando crean que el cuerpo mide algo, porque el cuerpo sólo se puede tocar. Por nosotros, claro, ¡ay! de aquella redacción que permita a sus redactores modificar a su antojo el cuerpo de las letras para que les entre más o menos texto, como suelen pretender, porque entonces no saldrían dos páginas que parecieran del mismo periódico ni por casualidad.

Cursiva. Inclinémonos un poquito hacia la derecha. Un poquito más. Así, ahora somos tipos en cursiva. Bueno, en realidad seríamos lo que se ha denominado cursiva electrónica, ese horroroso efecto que consiguen los ordenadores tumbando y deformando sin más los caracteres en redonda. Porque la cursiva es algo más, es un diseño en sí distinto a partir de cada tipo de letra, inclinado sí, pero no deformado, queriendo ser escritura, distinto pero perteneciendo a esa familia, siendo otra versión.
Se denominan también itálicas (porque las primeras cursivas se concibieron y dibujaron en 1501 en Italia por el afamado tipógrafo Aldo Manuzio) y aunque parecen querer ser escritura manuscrita no deben emplearse en párrafos o textos completos, sino más bien en palabras aisladas que queramos destacar por alguna razón (por ser neologismos, o extranjerismo, o para que nos fijemos en esa palabra en concreto, por ejemplo). En la prensa española se utiliza la cursiva para titular los artículos de opinión desde que se le ocurriera tal idea al insigne creador del diseño original de El País, Reinhart Gade, en 1974 y no desde siempre por alguna especie de ley natural como muchos creen. No obstante, en La Vanguardia, se utiliza la cursiva en los titulares sin ningún criterio, exceptuando el capricho como criterio, porque en aquella ocasión rediseñística, el americano Milton Glaser quería "innovar".
Nunca se debe subrayar una cursiva, no por lo absolutamente horrendo del resultado, que también, sino porque resultaría una absoluta redundancia ya que al poner una palabra en cursiva en realidad lo que hacemos es subrayarla, pero de una manera elegante.


D

Despiece. Empezaron haciéndolos en las carnicerías y ahora los hacemos en los periódicos. Porque se trata de cortar, de desmenuzar, de hacer con las páginas lo que con la carne: trocearlas para que los lectores la coman mejor, ¿no?, a pinchaditas, esta por papá, esta por mamá. Un despiece es un apoyo, pero en realidad es también cualquier piececita que se desgaje de una información con el propósito de aligerar la página. Y un despiece es toda una página, tal y como se confeccionan en estos tiempos fragmentados, especialmente en los diarios gratuitos, donde cada información es apenas un cuadradito en medio de todo un puzzle de títulos, fotos, rayas, rayas, más rayas, fondos de color... y algo de texto, un poco menos, por favor. Y otro par de rayas más en cada par de apoyos.
Los diseñadores modernos están convencidos de que las páginas con apoyos y despieces de todo tipo y condición, muchos, son más bonitas y más difíciles de hacer, pero en realidad lo que resulta complicado es hacer una página atractiva y nueva con un sólo texto y una foto.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.