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sábado, 5 de marzo de 2016

Jeff Jarvis y el futuro del periodismo

Llegaba Jeff Jarvis (1954) a la Universidad San Pablo CEU con el aura de gurú del que todos quieren oír cómo será el futuro de los medios. Pero nada más lejos de la realidad. El norteamericano confesaba, humilde, no saber cómo será ese futuro, aunque sí sabía quién lo protagonizaría: “Vosotros”, le dijo a los centenares de estudiantes que abarrotaban el Aula Magna. Serán ellos los que tengan que “construir” ese futuro. “Sois vosotros, los jóvenes, los que tengáis que reinventar lo viejo, yo ya estoy demasiado viejo para luchar”, ironizaba arrancando una sonrisa a su entregado audiencia.


Jeff Jarvis durante la charla en el CEU. Foto de Fernando Bonete Vizcaíno

Al igual que lo hizo Guttemberg, el primer emprendedor en esto de los medios, según Jarvis, son los jóvenes los que tengan que conseguir un producto nuevo, los que tengan que salir a la calle y preguntar “qué os hace falta, qué queréis, qué necesitáis”. Es esa búsqueda de las comunidades donde está el futuro del periodismo. Porque la función del periodismo, de los periodistas, es “servir a las comunidades, identificar un problema y ayudar a la comunidad a resolverlo". “Hay que añadir valor a la vida de la gente”, dijo. “No podemos pensar que basta con hacer un periódico”.



El auditorio del CEU. Foto de Fernando Bonete Vizcaíno

La época en la que la responsabilidad del medio terminaba cuando el receptor recibía el mensaje empaquetado ha terminado. “Con Internet todo ha cambiado”, sentenciaba Jarvis. “Estamos volviendo a la época pre Guttemberg”, donde el conocimiento se transmitía boca a boca, lo único que “ahora se transmite click a click”. “El público es lo valioso”, enfatizaba, y puso como ejemplo los podcast, que “nos enseñan a tener una relación directa con la comunidad”.

En esta situación es difícil diferenciarse en la maraña de medios, webs, radios, televisiones, etc. que hay en todo el mundo, pero Jarvis animaba a los estudiantes a agarrar “ese gran reto” y hacerlo suyo. A ser algo más que periodistas, a arriesgarse, a emprender, a terminar con el modelo de negocio actual de “copiarnos unos a otros infinitamente y desaprovechar un montón de talento”. “Hay un montón de nuevas oportunidades”, les animaba.

Google y Facebook

El profesor de la Universidad de Columbia, que se acercó a los alumnos para contestar a sus preguntas, criticó la actitud de los medios europeos respecto a Google y Facebook, inmersos en una absurda pelea que desde su punto de vista, americano 100%, no comprende. “Necesitamos estar ahí”, insistía el americano, que invitaba a los medios a reunirse con ambos gigantes tecnológicos para explicarles qué hacen, cómo lo hacen e intentar sacar el mayor provecho posible. Porque las vías de distribución han cambiado, para siempre. Y Google y Facebook son esas nuevas vías.

Eso, además, supone un cambio cultural. "Las masas, como tal, han desaparecido". Ahora somos individuos, y “Google y Facebook lo saben” y nos tratan como tal. "Mi periódico local no sabe dónde vivo, doónde trabajo, qué me gusta; Google y Facebook, que son empresas gigantes, sí". El trabajo es escuchar a esos individuos e identificar sus necesidades. “Necesitamos menos productos para las masas y más productos para los individuos”, recetaba Jarvis. “Google y Facebook nos pueden enseñar muchas cosas”.



Jeff Jarvis escucha atentamente una de las preguntas que le hicieron. Foto de Fernando Bonete Vizcaíno


Ese producto, además, es infinito, no se acaba nunca, se alimenta constantemente. “Hay que acabar con la idea de que vendemos un producto acabado”, decía Jarvis. La conversación sigue presente, “no pasa nada por reconocer que te has equivocado”, escucha a tu audiencia, alimenta la conversación. “Nuestra labor como periodistas es aportar valor a ese flujo, tenemos que volver al periodismo ‘slow”.

Ese periodismo slow que hace falta también necesita de un nuevo modelo de publicidad. “Ya no vale decir, ‘mira que auriculares más bonitos, cómpralos'. No, la publicidad ha cambiado, los periodistas tenemos que reinventar la publicidad porque los anunciantes no lo van hacer”. Ya no vendemos audiencias, posibilidades de que visualicen el producto miles de personas, “ahora vendemos habilidades, como la capacidad de hacer viral un contenido, la capacidad de crear comunidad”.


Y eso lo tienen que hacer los periodistas. No los robots, “que no sustituirán a los periodistas”. Tampoco los programadores, “porque los periodistas no tienen necesariamente que saber programar, pero sí tienen que saber hablar con el que programa”, conocer su lenguaje, saber qué te está diciendo.

Por eso Jarvis apuntaba a otro fundamento del periodismo del futuro, “el trabajo en equipo”, pequeños equipos de trabajo con variedad de perfiles para conseguir lo que para él es la clave de la cuestión: identificar una comunidad y resolver sus necesidades. Es decir, volver al periodismo.






Además del autor de libros como ‘Y Google ¿cómo lo haría?’ o ‘El fin de los medios de comunicación de masas’, también han participado Ana Ormaechea, periodista y alumna de Jarvis en la Universidad de Columbia, Luis Martín, Chief Digital Officer de Cope, Borja Bergareche, Chief Innovation Officer de Vocento, Jesús Moreno, Director de desarrollo de producto web de A3Media, Carlos Relloso, Chief Digital Transformation Officer de Prisa, Olalla Novoa, periodista de El Mundo, Anaïs Pérez, Head of Communcations de Google España, Consuelo Sánchez Vicente, Directora General de Comunicación del Ministerio de Presidencia y Pere Vila, director de Tecnología, Innovación y Sistemas de RTVE.

lunes, 11 de mayo de 2015

Publicidad invasiva... publicidad caníbal

La publicidad invasiva no es desde hace ya varios años algo inusual. La publicidad invasiva casi ya ni nos llama la atención, que es lo que trata de hacer, la razón de que invada lugares que no debería profanar.




Por eso, el atrevimiento de la publicidad invasiva —como el de los antibióticos de los que se abusa hasta que dejan de tener efecto, y ya no nos curan— va a más en una huida hacia adelante que no sólo perjudica a la efectividad de la propia publicidad invasiva sino también a quien, obligado por la cuenta de resultados, la consiente. Pan para hoy... para ayer, en realidad...




La publicidad invasiva juega a todas las bazas, a lo que sea, incluso a no serlo y a esconderse ¿para que la busquemos?





La publicidad invasiva, que en la web es todo esto y más multiplicado por el infinito que es la propia web y creciendo de manera exponencial, en ese afán insaciable para que la mires a ella, y sólo a ella, aunque hayas pagado por contenidos que no son ella, está llegando incluso a invadir... ¡a la propia publicidad!



¿A supuesta publicidad en una impostura?



Publicidad invasiva... publicidad caníbal.



La publicidad invasiva no es un fenómeno de un sólo medio impreso, o de uno más que otros; afecta a todos. Los ejemplos mostrados en este artículo son del diario El País de ayer domingo, periódico que hoy, por cierto, estrena rediseño.

lunes, 13 de enero de 2014

El destrozapáginas (el retorno)

¿Pensabais que lo habías visto todo, verdad? ¿Que el más difícil todavía se superó hace mucho? ¿Pensabais que el 'destrozapáginas' que os mostramos hace unos días, justo en el post anterior a éste, era la peor manera en que la publicidad se cargaba una página, a que sí? Si hasta lo pensábamos nosotros, que no dejamos de sorprendernos estando convencidos de que ya nada nos sorprende, en lo relativo al diseño periodístico, y en la vida en general.



Pues en esas estábamos, convencidos de haber encontrado al auténtico 'destrozapáginas', cuando nuestro insigne compañero de redacción, el gran Ferran Boiza, nos envió esta auténtica quintaesencia del disparate publicada, nada más y nada menos, que en La Vanguardia de Barcelona el mismo día que el destrozapáginas anterior, el 5 de enero de 2014. Por cierto, lo de 'gran' no es palmadita en el hombro al amiguete y para quedar bien con un responsable de la sección de Nacional y tal, no; es que estamos hablando de una persona que reúne la asombrosa capacidad de siendo redactor, 'plumilla', de los que escriben, ser capaz de ¡ver las páginas casi como nosotros! ¡Un redactor, y encima jefe, con sentido del diseño! ¡Que dialoga! ¡Que acepta en ocasiones, y no pocas, nuestros puntos de vista! ¡Que no es capaz de cualquier cosa con tal de que le quepa todo en las páginas! En fin... no sé dónde vamos a ir a parar.

Destacamos la página en cuestión, la página par de esta gloriosa doble, y, bueno... ... .... .... .... .... .... ....  .... .... .... ..... .... .... .... .... .... ....  .... .... .... ..... .... .... (rellénese con los comentarios que cada cual considere más apropiados).



Porque, además, insistimos, es una página de La Vanguardia, el diario más serio y respetable de cuantos han querido serlo.

Venga,  a ver si alguien más se anima y es capaz de encontrar algo que supere esto.

miércoles, 8 de enero de 2014

El destrozapáginas

Ya os hemos hablado en alguna ocasión del famoso 'robapáginas'. Esa publicidad que no paga una página entera pero que tanto por su tamaño como por donde está ubicada tiene casi tanta importancia y eficacia como si lo fuera, y por eso la 'roba'.

En un tabloide de diseño clásico con cinco columnas y una división de nueve módulos de alto, nuestro querido robapágina corresponde con el denominado 7x4 (siete módulos de alto a cuatro columnas, en la nomenclatura que utilizamos para la publicidad en los periódicos) y va siempre situado en la zona de 'salida' de la página, en la parte izquierda de las páginas pares, y en la derecha de las impares, por ser la zona con más impacto visual.





Pues bien, en estos tiempos cambiantes, difíciles, crisísticos y de publicidad menguante hemos descubierto hace poco un nuevo espécimen paginístico publicitario al que podríanos denominar, más que robapáginas, destrozapáginas.


 Robarla también la roba, la página, como podéis comprobar. Pero es que, además, la destroza, echando por tierra y limitando cualquiera de las posibles combinaciones que nos ofrece el diseño modular. Poco se puede hacer ante este... ¿cómo podríamos denominarlo técnicamente? 4X3+2x1+1x1. Dejémoslo mejor en destrozapáginas y terminamos antes.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Un Don para tocar... y para leer

Nos lo contó Javi Moya, uno de los directores de Revista Don, en los premios Tab Innovation. "Don es una revista para tocar. Para tocar y leer". Y lo pudimos comprobar, trasteando con el número 0 durante un rato. Tocamos, tocamos mucho y leímos. Y vimos que la revista tenía muchísimo trabajo detrás. Interactividad, vídeo, sonido, fotografía... De todo. Una revista para hombres, como Paco León, su imagen de portada para el primer número, [y mujeres] muy completa, con lectura y mucho toqueteo, como a ellos les gusta decir.

El primer número ya está en la "calle", en este caso en el Quiosco de la App Store. Y tocado y leído. Nosotros hemos hablado con Javi Moya, director de la revista y con Rodríguez y Cano, responsables del diseño de Don.



                                                        @javiermoya

¿Qué es Don? 
Don es una revista mensual y gratuita de estilo de vida que nace con la sana intención de a) entretener, informar y sorprender a los lectores, b) explorar las inmensas posibilidades de las tablets y, quién sabe, revolucionar la forma de hacer revistas y c) servir a sus esforzados y atractivos editores de pasaporte para acceder a ese mundo de lujo, fortuna y decadencia al que siempre han querido pertenecer, faltaría más.

En Don hay Cultura popular para mayorías selectas: moda y estilo de vida, personalidades y personajes interesantes, música en directo, tebeos interactivos, criaturas de buen ver, humor, pistas para salir, divertirse, comer y comprar… en un entorno audiovisual e interactivo.

Porque Don es interactiva y audiovisual, de la primera a la última página (¿o se dice pantalla?), una invitación al toqueteo, al manoseo, a deslizar las yemas de los dedos… por el cristal, de momento. Basta ya de remilgos. Las manos fuera. A tocar todo el mundo.


¿Quién es Don? 
Somos tres socios: detrás de Don se encuentra la productora editorial The Tab Gang, fundada por Rafael Benítez, Enrique Torralbo y yo. Rafael y yo somos los editores de Don y Enrique el director del área audiovisual. Desde The Tab Gang además ofrecemos la línea de negocio de hacer contenidos audiovisuales para terceros, una de nuestras especialidades.
Rafael sabe hacer revistas (ex director de FHM, ex director de GQ); Enrique sabe hacer vídeos (ex director del área multimedia en Comunicación del BBVA) y yo ….

¿Para quiénes es Don?
Don es una revista para hombres. Y también para mujeres. Y para centauros, caso de que existieran y supieran leer. Don también es una revista diferente para aquellos lectores que están cansados de las mismas revistas de siempre con los contenidos de siempre. Muy bien editadas, pero sin alma.

¿Cuánto tiempo os ha costado desarrollar este número? ¿Nos puedes contar un poco el proceso?
Cinco meses. Rafael Benítez  y yo somos muy amigos. Y siempre hemos sido unos apasionados de las revistas, a nivel personal y profesional. Yo venía de llevar la parte digital de Esquire y Harper’s Bazaar, en Spain Media. El verano pasado lancé las versiones en iPad de ambas revistas. Salvo algún destello interactivo y en vídeo, eran básicamente los PDF de la versión en papel. En septiembre del año pasado, cansado de ser el hermano pequeño que hereda la ropa del mayor y se lleva las collejas, me fui a Prodigioso Volcán con Mario Tascón y mi hermana María para aprender cosas nuevas. En paralelo, Rafael, que estaba como freelance tras el ERE de Focus Ediciones (FHM), comenzamos a reunirnos para intentar hacer nuestra propia cabecera, las obligaciones del día a día no nos permitían avanzar mucho. 
Hasta que en mayo, dijimos, es el momento. Nos volvimos locos y nos propusimos ver si éramos capaces de hacer una cabecera. Nos pusimos manos a la obra y después de cinco meses de trabajo lanzamos el primer número de la Revista Don, una publicación de estilo de vida mensual, gratuita, pensada para ser leída, tocada y vista en tablets bajo el lema ‘Cultura popular para mayorías selectas’.
Durante el verano, Enrique, que ya trabajó conmigo realizando los vídeos de Esquire y Harper’s Bazaar (obra suya es la portada para iPad de Viggo Mortensen para iPad en septiembre de 2013), se sumó al proyecto.
En cuanto al diseño, al comienzo del proyecto contamos con la ayuda primero de dos grandes amigos: Antonio Capa, ex director de arte de cabeceras como Gentleman o DT; y de Antonio Pasagali, ex director de arte de elpais.com, lainformacion.com, y quién diseñó los webs de Esquire y Harper’s Bazaar (ganador del Eppy 2012 como mejor web de revista a nivel mundial y que ahora ha desaparecido tras el acuerdo entre Spainmedia y 20 Minutos). 
A principios de agosto se unieron al proyecto Rodríguez y Cano, los actuales directores de arte de Don. 

Rafa Benítez y Javi Moya trasteando con el primer número de Don

Vienes de un entorno digital, como la web de Esquire, pero también del mundo del papel, donde colaborabas en el número impreso: ¿Ha sido muy diferente desarrollar un producto como una revista completamente digital?
Toda mi vida laboral la he desarrollado en el mundo digital de cabeceras que existían en el mundo analógico. La revista Ganar.com del grupo Recoletos; los 40.com, elpais.com, Esquire, … pero siempre he colaborado en la cabecera matriz. Por ejemplo cuando estaba al frente de la redacción de Música de PrisaCom hacíamos el web de Rolling Stone. En aquella época (2002-2004) escribía también mensualmente en el papel.
Pero la Revista Don es diferente a todo. Hace diez años, los que trabajábamos en medios de comunicación digitales definíamos, desarrollábamos, lanzábamos y después manteníamos los webs que había pensado. Me río a veces de las consultoras que tienen diferentes puestos para todos estas fases de los proyectos (incluso hay uno para ‘pintar’ las páginas tipo de un web). En este sentido, no difiere mucho. Ese entrenamiento de años pensando y lanzando webs ha sido de enorme ayuda para hacer la Revista Don. Pero lo que hemos tenido que hacer ahora ha sido una suerte de deconstrucción de los temas y géneros clásicos del periodismo de revistas para después volverlos a construir y servir de una manera diferente . Todos los temas de la revista Don llevan un storyboard.
La mayor gozada de la Revista Don es ser hijo único, no el menor de la familia, el que está hasta la coronilla del hermano mayor abusón. ;-) La toma de decisiones es rápida y efectiva.

Este número viene cargado de colaboraciones ¿cómo ha sido coordinar a tanta gente?
Una maravillosa locura. Somos perros viejos acostumbrados a llevar equipos numerosos de personas en una redacción, pero en este caso ha sido un poco más difícil por dos motivos. El primero, porque durante estos cinco meses hemos trabajado en redacciones pop-up o efímeras (término que nos hemos inventado), redacciones móviles para ser austeros en el gasto, en nuestras casas, en casa de amigos, … Esto hace un poco más difícil coordinar a tanta gente. En segundo lugar, hay un componente nuevo para nosotros y esencial para una revista como Don: la producción audiovisual de calidad. Cada número de la revista puede llevar cuatro o cinco rodajes. Grabamos en calidad cine, hay gente de producción, sonido, operadores de cámara, … incluso ¡claqueta! Menos mal que tenemos a Enrique, que viene de hacer incluso los spots de Casillas para el BBVA. Toda una garantía!

Habéis contado con el asesoramiento de Tablet Army, ¿en qué os han ayudado?
Es nuestra agencia creativa de anuncios.

¿Cómo ves el futuro de las revistas digitales? ¿Gratis con publicidad, de [micro] pago?
En España, gratuitas. Las cifras de venta de las revistas en los quioscos digitales son ridículas y no van a cambiar. Las cifras de las revistas gratuitas ya son otro cantar. Son altas, rondan los 30-40.000 ejemplares al mes. Y estas cifras, unidas al soporte, un vehículo insuperable para un anuncio publicitario, en el que la media de uso de un lector es de unos 15 segundos, hace que exista un futuro para una revista de nuestro estilo.

Hablando de publicidad, ¿cómo está el mercado de la publicidad en las tabletas?
Como el editorial, está comenzando, es un mundo aún nuevo por descubrir. Algunas agencias de medios no saben dónde ubicarnos. Nos somos print, ni somos online, pese a ser digitales. Las más avanzadas tienen un departamento ‘mobile’. Son las que no se han dormido en los laureles y saben en qué mundo vivimos. No hay más que ver los anuncios que llevamos en el número uno de Don. También me ha sucedido ir a una agencia de medios y recibir una persona con una Blackberry que nunca había manejado una Tablet observándome como si fuera un extraterrestre. Marcas como Burberry o H&M han entendido desde el día uno que el mundo digital en el que el consumidor utiliza pantallas (TV, ordenador, móvil, Tablet) constantemente en su día a día. Queda todo por hacer. Me recuerda a finales de los 90, principios de 2000 cuando comenzamos a trabajar en Internet. Pero a la vez, es todo fascinante!


                                                                                   @Rodríguez y Cano

El estudio de diseño Rodríguez y Cano han sido los encargados de trasladar las ideas del equipo de Don a las pantallas del iPad. Dos personas y un equipo de colaboradores externos que se han adaptado del papel al entorno digital para sacar adelante la revista más tocable del mercado. 

¿Cómo ha sido diseñar una revista en iPad totalmente interactiva? Vosotros veníais de Prisa, si no me han informado mal, donde hacíais productos en papel
Llevamos 12 años diseñando revistas en papel, primero en Prisa revistas (éramos el equipo creativo que diseñaba Rolling Stone) y ahora en Rodríguez y Cano. Este es nuestro primer proyecto para tabletas. Nosotros teníamos ganas de adentrarnos en este bonito mundo que son las revistas digitales y casualidades de la vida, llegó DON. Nos contaron el proyecto, nos entusiasmó y nos tiramos a la piscina. Diseñar una revista interactiva al principio fue desasosegante, tienes que adaptar tu ojo a los nuevos tamaños y a los nuevos códigos y cuesta. Pero una vez que te has acostumbrado es muy emocionante ver el resultado final.



¿Cuáles son las peculiaridades a la hora de elaborar esta revista?
De esta revista y de todas las revistas para iPad y tabletas, es que el trabajo se multiplica por 3. Ahora además de pensar en la página tienes que pensar en la animación y en cómo enriquecerla. 

La interactividad está muy implementada en la revista. ¿Cómo pensáis en ella? 
Lo primero que hicimos fue conocer bien las herramientas con la que íbamos a trabajar y a partir de ahí saber  bien que podíamos hacer y lo que no.  Al principio te cuesta verlo pero según vas haciendo más páginas se te van ocurriendo cosas nuevas que son como pequeños retos. Siempre las pensamos antes de hacerlas y siempre en equipo, redacción y diseño. 

En este tipo de revista el trabajo redactor-diseñador es si cabe más estrecho todavía. ¿Cómo ha sido esa relación?
La relación ha sido estupenda, ellos tenían la revista muy bien pensada y eso nos facilitó mucho el trabajo. Además estamos muy cerca en cuanto a gustos se refiere: musicales, literarios, etc. Esto lo ha hecho más sencillo todavía… Y eso que no nos conocíamos personalmente. Ha sido un flechazo!

¿Qué herramientas habéis usado para llevar a cabo esta revista y sus contenidos interactivos?
Un pluging de InDesing. [Aquafadas]

¿Qué fuentes habéis utilizado y por qué? ¿Tenéis en cuenta alguna peculiaridad al ser una revista que se va a consumir en iPad?
Hemos usado la Leitura y la Neutra.. No pensamos en ningún momento en el ipad. Nos apetecía que las tipos tuvieran un aire retro en un soporte tan moderno. Además el contenido encajaba totalmente con nuestros criterios estéticos.

¿Cuántas horas os ha llevado hacer este primer número? ¿Algo que se os haya atascado de manera especial?
Uuffffffffff… muchas. Somos muy detallistas, nos gusta pulir mucho las cosas y eso ha hecho que no nos conformáramos con primeras versiones y fuéramos mas allá.. Las animaciones te llevan tiempo pero una vez que las coges el truco todo va más rápido. Lo más complicado ha sido subir la aplicación al Apple store. Tienes que seguir muchos pasos, sin equivocarte en ninguno y después que todo funcione bien cuando ellos la revisen porque si no te la rechazan y es vuelta a empezar.  Un consejo para los que empiecen: que tengan en cuenta los tiempos, estos se pueden alargar hasta que Apple te la aprueba

Cuántos sois en el estudio de Diseño y qué perfiles hay. Más periodistas/diseñadores que informáticos/programadores?
Bueno básicamente somos dos Rodríguez y Cano aunque tenemos una red importante de colaboradores/amigos que trabajan con nosotros. Actualmente somos 3 en el estudio. El perfil es más periodistas/diseñadores.

¿Cuánto cuesta hacer una revista como esta, tanto en tiempo como en dinero?
Del dinero te tendrían que hablar los editores. El primer número nos ha costado más tiempo, pero el resto lo normal, un mes por número.

¿Se puede vivir de hacer revistas?
Si, no tenemos ninguna duda de que se puede. Nosotros que estamos especializados en ellas, pensamos que a día de hoy, es muy reconfortante hacer proyectos con editoriales pequeñas, como The Tab Gang. Ante la crisis de las grandes editoriales están surgiendo pequeños proyectos muy creativos y llenos de talento en cuanto al sector de las revistas se refiere. La libertad que tienes, a la hora de trabajar en ellos, hace que sean muy satisfactorios. 


lunes, 6 de mayo de 2013

Publicidad para una crisis

Es lo primero que se desploma, dicen, cuando sufrimos una crisis. La publicidad. Y, dicen, lo último que se recupera. Por si tuviéramos poco con nuestra propia crisis del famoso y manido "modelo de negocio" del que estamos ya hasta todas las pelotas posibles del cuerpo, incluida la que supuestamente piensa, y se aburre, y se harta de gurúes. Por eso les dejamos el "modelo" para que se entretengan entre ellos repitiendo obviedades y naderías, a ritmo de  trompetas sintetizadas del apocalipsis, y comentamos hoy algo de esa otra publicidad que más que resistir a la crisis, se amolda a ella, se transforma, o crece y se desarrolla y existe precisamente gracias a las dificultades económicas:



En nuestros periódicos nos estamos acostumbrando cada vez más a ver anuncios de este tipo. El primero es de una multinacional, otra más, que ahora que vienen mal dadas dice que abandona nuestro país; y que liquida sus existencias para despedir así a todos sus trabajadores. Así que, en lo que a mí respecta, ya me pueden estar esperando con sus "liquidaciones". El segundo, no sé si se trata del mismo sitio de alfombras que lleva "liquidándose" en Madrid desde que tengo recuerdos de los anuncios en prensa, unos cuantos añitos ya, me temo. Si nos fijamos, parece que o bien buscan la cutrez formal, la chapuza, el colorido "vistoso" y la ensalada de tipografías de manera intencionada, o bien que son sus problemas económicos quienes les obligan a echar mano del cuñao del photoshop, "que nos lo hace gratis".

Claro que no son los anuncios en la prensa los únicos que se 'adaptan' a la crisis. Seguro que nuestros lectores se habrán dado cuenta —los de la deprimida España, claro, no los de tantos países con nuestra misma lengua al otro lado del Atlántico llenos ahora de optimismo y oportunidades— que la publicidad que nos llega al buzón, primero disminuyó de una manera que más que alarmante era todo un alivio para luego vivir esa misma transformación que estamos comentado:


¿Se dan cuenta? El mismo estilo —aunque con mucho más nivel, un trabajo profesional, sin duda, y bueno—. Y el mismo reclamo: el "cierre", la "liquidación", como argumento para atraer clientes. Un cierre, que lo mismo ni existe, porque si se fijan bien la palabra "cerramos" tiene un asterisquito y luego, en letra muy muy muy pequeñita, al final de todo ese texto que está diseñado para no ser leído, estos simpáticos fabricantes de colchones nos informan de que "cerramos nuestro almacén central de Madrid". Un poco más apurado y nos anuncian que lo que cierran es el portal por la noche. Osea, que no cierran, ni estamos ante los "¡últimos días!"

Y es que dicen que las crisis alimentan el ingenio. "Pequeños trabajos y reparaciones del hogar", para reparar cosas que tal vez antes ni reparábamos porque comprábamos otra nueva y ello, con "precios anticrisis. No cobramos visita. Sin sorpresas". Pequeños dibujos y grandes descuentos... maneras de intentar diferenciarse en nuestros buzones dentro de una grandísima escasez de presupuesto, que esa es otra, claro.







Y volvemos a las páginas de los diarios para encontrar también algunos tipos de anuncios que posiblemente antes no se hubieran publicado...



"¿Quieres trabajar en Alemania? Un enfoque diferente". Lean, lean este anuncio aparecido hace poco en las páginas del primer diario del país. O este otro aparecido en el segundo...


Así que como esto es lo que hay, en vez de remar a contracorriente aprovechemos las ventajas de estos nuevos tiempos, tan ingeniosos, para consultar al "Maestro Yousouf. Auténtico vidente africano y curandero. Gran ilustre sabio de la alta magia africana". Ofrece "adivinación completa y clara", recupera amantes, acaba con la impotencia y con "los hechizos o el mal de ojo". Ya quisieran los gurúes de lo nuestro esa "adivinación completa y clara". "Trabajo serio y eficaz. Resultados garantizados al 100% en 3 a 7 días", ya quisieran los gurúes...



lunes, 5 de noviembre de 2012

Algo raro... o no tanto

Ayer, al hacer el repaso habitual de la prensa de fin de semana, vimos algo raro en la portada de El País. La portada era como más pequeña, había encogido. La costumbre hace que, a veces, te cueste ver los cambios, por muy obvios que sean. Y ayer nos pasó eso mismo.



Habituados a ver el 2x2 de publicidad en la portada de El País (como el de arriba), y de casi todos los periódicos de tirada nacional, fuimos incapaces de ver el 2x5 que ocupaba todo el faldón de portada del periódico. Y digo vimos porque charlando con algunos compañeros a ellos también les paso eso de "ver algo raro pero no saber exactamente qué era". Hasta que nos paramos unos minutos y exclamamos: "c**o, si lleva un 2x5 en la portada".



Es raro sí. Seguramente El País sea la primera vez que lo hace, y tal y como están los tiempos no podemos reprocharles nada. Pero no es la primera vez que un medio de nuestro país pone un faldón en la portada. O la portada entera. El Mundo puso un faldón hace cinco años y ese mismo día ABC salía con la portada transformada en una publicidad. Signo de que llevamos viviendo unos cuantos años en tiempos "raros".



Actualizamos el post con la portada de hoy de El País y su sorprendente 2x7. En esta ocasión sí es la primera vez que vemos algo así.

lunes, 16 de julio de 2012

Pase de página

No es muy frecuente. En realidad, es la primera vez que veo una publicidad con pase de página, lo que por un lado está bien, o muy bien, visto desde el lado oscuro de una crisis que no sólo no termina sino que parece ir a más, a peor; y por otro lado ¿es del todo correcto?, por aquello de separar información y publicidad, de darles un tratamiento diferenciado. Porque hasta ahora, sinceramente, yo no había visto un pase de página en una publicidad.



Apareció la semana pasada en la portada del diario El País, el jueves 12 de julio, el mismo día en el que precisamente el presidente del Gobierno anunció el mayor recorte de gasto público y a la vez la mayor subida de impuestos no de la etapa democrática, como informa esta primera página, sino posiblemente de toda la historia de nuestro país (es imposible que haya habido antes un recorte así, al menos en términos de cifras absolutas, entre otras cosas porque el tamaño de nuestra economía nunca ha sido como el actual). Y eso que, además, nuestro presidente ocultó al Parlamento y a todos los españoles algunas "sorpresas" más, práctica ya habitual en Mariano Rajoy, sorpresas que tuvimos que "descubrir" este último sábado cuando fueron publicadas en el BOE (Boletín Oficial del Estado). La "letra pequeña", ya saben, que cada vez se usa más. Combinada con la #neolengua que nos insiste en que en España no ha habido rescate y que por consiguiente no hay condiciones, ni recortes... sólo reformas.

Pero no nos distraigamos con la aburrida política, hablábamos de publicidad, tan necesaria para el negocio de los periódicos impresos y tan escasa que lo último sería ponernos ahora exquisitos. Bienvenida sea, ¿incluso con pase de página? Sí, absolutamente. Por cierto, por si algún lector no sabe a qué me refiero con lo del "pase de página", pues se trata de esto:


Esta es la publicidad a la que me refiero.



Y este textito en el que dice "página 5" es lo que se denomina "pase de página".

Un pequeño texto compuesto generalmente en una tipografía distinta a la del texto base y habitualmente en negrita, para destacarlo, que nos remite a otra página determinada en la que se desarrolla esta misma noticia. Sí, hasta ahora noticia.

En la primera página de un periódico todas las noticias suelen llevar este "pase de página" porque la portada es un escaparate en el que se destaca y muestra lo más importante que hay en las páginas interiores, a juicio del director. En las noticias, decíamos, no en la publicidad. Si ya ocupar una parte del "tejadillo", esa parte superior de la portada bajo la cabecera, es algo inusual para una publicidad, que además lo haga utilizando un pase de página... Y ¿qué encontramos en esa página 5 a la que nos remite este pequeño anuncio?


Pues un anuncio.

Comenzaba diciendo que la publicidad con pase de página no es muy frecuente aunque tengo que reconocer que en el seno de encajabaja se ha producido un pequeño debate sobre la cuestión de si es esta la primera vez o no. Para mí, sí lo es, porque yo no lo había visto antes, pero todo es cuestión de fijarse. Porque en cuanto prestes un poco de atención, seguro que empiezas a ver más...


En algún periódico de hoy mismo, sin ir más lejos. Por cierto, atención a las TRES noticias que publica hoy El Mundo en su primera página, imagen incluida. Por si a nuestro querido presidente del Gobierno le sirven para analizar la crisis como es debido y como es debido poner las medidas realmente oportunas. Periodismo del bueno y necesario, impreso en papel y ¿por primera vez? con un módulo de publicidad por debajo, el clásico dos por dos de portada, y con pase de página.

martes, 20 de diciembre de 2011

Invasión de columnas

Hasta casi destrozarlas. En la zona más delicada, además, la que más se ve, invadiendo el centro de atención de la página con una imagen que en condiciones normales intentaríamos evitar poner... en cualquier lugar, escondiéndola si no hay más remedio porque hubiera que publicarla a la fuerza. Técnica lo más invasiva posible de las columnas de ¿texto? para colocar esos ¿ladillos?, uno de ellos con cuatro líneas en negrita cursiva de una seudohelvética chillona, partiendo palabras, para así poder maltratar la tipografía durante más espacio. Sobre el equilibrio de los blancos en las zonas superior e inferior de los ¿títulos?, o en la interlínea del que pretende ser título principal... ¿Y el ¿pie de foto?, o como quiera llamarse a la agrupación apelotonada de caracteres que hay bajo la imagen y que ocupan casi la mitad de espacio que tiene la propia fotografía consiguiendo el asombroso efecto de confundir nuestra atención hasta el punto de que dudamos qué mirar primero, si la foto o el propio pie?



No. No es que hayamos tenido un mal día. Es otro ejemplo más de ese tipo de publicidad invasiva de columnas que pretende invadir la información para hacerse pasar por lo que no es. Casi siempre sin éxito —aunque existe algún periódico publicado en Madrid y distribuido en toda España al que podría emular e incluso superar— especialmente en casos como el mostramos en los que se empeñan en utilizar al revés los principios del diseño periodístico al que supuestamente pretenden imitar. Desconocemos si de manera intencionada o bien guiados por el propio desconocimiento.

Antes, este tipo de publicidad solía ser rechazada en los grandes diarios por aquel principio tan necesario de diferenciar la publicidad de la información. Antes.

martes, 13 de septiembre de 2011

Hace diez años...

...el diario El País, y todos los demás, publicábamos páginas así. Pero hace diez años hubiera sido impensable publicar así una página


La primera página que aparecía después de la primera página del periódico del domingo, abriendo la sección de Internacional, encabezando un gran reportaje de tres páginas dedicado a conmemorar los atentados terroristas de mayor magnitud en la historia, sucecidos hace diez años... ¡con un faldón de publicidad!

"La década que alumbró el ocaso", titulan en esta página que hubiera resultado inimaginable hace diez años, hablando del contenido de su información y sin quererlo hablando también de su forma, de un diseño periodístico rendido a la crisis publicitaria. ¿Pero cómo? Si antes esta página NUNCA hubiera llevado publicidad, e incluso habría abierto como página par para ser la primera de la doble, imposible también en este caso porque la impar también es toda ella un anuncio... será porque ahora hay más publicidad, ¿no?

Pues no, es precisamente por todo lo contrario. Aunque pueda parecer una paradoja, hace diez años la abundancia de publicidad permitía que pudiéramos hacer con ella no lo que quisiéramos pero sí mucho más que lo poco o nada que podemos hacer ahora con la poca publicidad que tenemos. Podíamos abrir a toda página con un tema, o a varias páginas incluso, cuando lo considerábamos de mucha importancia; y podíamos permitirnos rechazar publicidad (incluso por criterios estéticos), o colocarla donde mejor nos pareciese porque, además, hace diez años podíamos publicar también muchas más páginas.

Hablando de escasez, las ¡6 páginas! (enteritas estas sí, y sin publicidad, lo que posiblemente obligó a llevar ese faldón a donde antes nunca hubiera llegado) de publirreportaje con formato de entrevista a Rubalcaba tampoco ayudan, o más bien ilustran a la perfección "el ocaso".



Hace diez años a un impertinente módulo de publicidad —ese auténtico dedo en el ojo que es el temido 2 por 2— no se le hubiera permitido, ni a él se le habría ocurrido, arruinarnos, en este caso a nosotros, una magnífica apertura de Cultura trabajada con días de adelanto y mucho talento...


...y modificada en un más difícil todavía con enorme profesionalidad por nuestra compañera de sección Esmeralda Sáez, autora también de esa primera gran versión.


Hace diez años hablábamos con aires de superioridad descalificando esas promociones que tantos periódicos nos hacían vender y tantos sueldos y buen periodismo permitían a cambio. Y ahora, si nos dicen que el enésimo curso de esperanto, o el ajuar con el escudo de su equipo "parece que no van mal" se nos abren los ojos como platos y sentimos una sensación desconocida, y agradable. "¿De verdad?, ¿no joooodas?".

Hace diez años comenzaba un siglo del que esperábamos tiempos mejores, mucho mejores, después de un siglo XX de guerras mundiales, genocidios en Europa perpetrados por los pueblos "más cultos", armas nucleares y crisis económicas de las que supuestamente habíamos aprendido, además de adelantos tecnológicos inimaginados por quienes vivieron antes. Pero comenzó con aviones de pasajeros estrellándose contra las Torres Gemelas de Nueva York para llenar de miedo el mundo, de guerras con un coste incalculable en vidas y en recursos económicos, una de las causas que impiden la recuperación económica de una crisis en la que parecemos atrapados sin salida. "En los costes de la guerra para Estados Unidos calculados hace tres años", escribe el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, "la cifra conservadora osciló entre 3 y 5 billones de dólares. Desde aquel entonces, han aumentado todavía más".

Hace diez años éramos más jóvenes y aunque sólo fuera por eso parecíamos tener más futuro, o menos incertidumbre. Después de diez años, El País titula "la década que alumbró el ocaso" y un faldón de publicidad arruinando la página que abre el periódico parece darles la razón.


[Actualización]

Nuestro amigo Jordi Catalá, de El Periódico, nos envía esta imagen en la que también ha tenido que "tragar" con la publicidad. Ese pequeño anunció le obligo a replantear y reordenar el gráfico que iba a doble página  para "adaptar las piezas a una nueva geometría". Pero como él mismo nos cuenta, ese "pequeño recuadro travieso" es lo que nos da de comer... aunque a veces el precio a pagar es un poco alto, desde el punto de vista del diseño.


lunes, 6 de diciembre de 2010

Publicidad "integrada" (2)

En nuestro post anterior sobre "publicidad integrada" os mostrábamos varios ejemplos que cuestionan, y socavan, el principio de separación entre publicidad e información que regía hasta hace no mucho tiempo como norma ortodoxa para garantizar cierta independencia informativa, o al menos para que al lector le quede claro cuál es una y cuál otra. Es un tema que se debate desde hace ya tiempo, evidentemente, y muestra de ello es el texto que nos ha enviado nuestro maestro de periodistas preferido y maqueta mayor del reino, Pedro Pérez Cuadrado, escrito junto con la profesora Laura González Díez, para complementar y aportar alguna idea y alguna opinión más, porque en él se citan a diseñadores muy importantes del actual panorama del diseño periodístico español como Javier Errea o Alfredo Triviño, quienes parecen haber aceptado "sin complejos", incluso de buen grado, que la publicidad se mezcle con la información para conseguir páginas más atractivas visualmente.

El texto forma parte del libro "30 años de diseño periodístico", editado en el año 2007 y recoge tal y como reseñamos ese mismo año, las conferencias de Julio Alonso, Isabel Benito, Toni Cases, Ricardo Curtis, Reinhard Gäde, José Juan Gámez, David García, Carlos Pérez de Rozas, Rodrigo Sánchez, Carlos Tejero, Alberto Torregrosa y Fermín Vilchez (casi nada, ¿verdad?) durante distintas ediciones de las Jornadas de diseño periodístico que organiza la Universidad San Pablo Ceu de Madrid. Un pequeño tesoro en lo relativo al diseño periodístico en nuestro país.





Publicidad en la prensa impresa

(…) se puede entonces afirmar, por encima de otras consideraciones, que la prensa gratuita ha modificado fundamentalmente el modelo de negocio informativo tradicional al prescindir de una fuente de ingresos (la venta) y quedar en manos de la publicidad. Este hecho, que de por sí plantea interrogantes sobre la neutralidad empresarial, también afecta de forma extraordinaria –lo hemos podido comprobar– al diseño, porque propicia una mezcla de mensajes en la puesta en página.
Ya no vale la norma ‘publicidad abajo, información arriba’, y los mensajes pagados se sitúan al mismo nivel que las informaciones. “En los medios impresos –escribe Pilar Diezhandino (1994: 51)–, donde los periodistas se han sentido tradicionalmente orgullosos de mantener la sagrada separación entre editorial y anuncio, ha sido precisamente donde la invasión de la publicidad ha tenido más éxito. Hasta los márgenes de separación tipográficos han sido erosionados”. El resultado, a veces desconcertante para lo que había venido siendo ortodoxo, nos presenta a menudo anuncios que ‘levitan’ en la parte superior de las páginas o entremedias de las informaciones. Y se multiplican los formatos publicitarios que rompen la modularidad, forman escaleras o adoptan formas caprichosas con el claro objetivo de destacar a los ojos del lector.
Este ‘problema’ de diseño no sólo afecta ya a la prensa gratuita. Muchos diarios de pago están en la tesitura de aceptar estos nuevos modelos publicitarios que buscan, por encima de todo, el impacto.”Libres de viejas ataduras –escribe Javier Errea (2004: 39)–, los anuncios se escapan de la prisión en la parte inferior de las páginas y se anuncia una era en la cual información y publicidad vivan una junto a la otra sin complejos.” Otros medios como la televisión y las revistas ya lo hacen.
“No estamos inventando nada nuevo –insiste al autor–; es suficiente echar un vistazo a los archivos para descubrir que nuestros predecesores mostraban menos reticencias que nosotros.
(...) Incluso si nos obligan a saltar de un lugar a otro, estos anuncios no hacen la lectura incómoda. Ya no habrá más ‘áreas nobles’ libres de anuncios (...) y a lo mejor es una solución visual para páginas abarrotadas de texto” (Errea, 2004: 41 a 43).
Parece claro entonces que, de ahora en adelante, “la publicidad es parte del mensaje y no un obstáculo. No se perfila la identidad del medio contra la publicidad, sino con la publicidad” (Triviño, 2007: 54).

-DIAZHANDINO, Pilar: ‘Periodismo de servicio’. Bosch Comunicación. Barcelona, 1994.

-ERREA, Javier: ‘New ads, new ages? Advertising is on the loose’, en Design número 91.
Verano de 2004.

- Triviño, Alfredo: ‘Organic media’ en Cuadernos de Periodistas, número 9; Madrid, enero de
2007.



Laura González Díez y Pedro Pérez Cuadrado
"30 años de diseño periodístico". 2007. Madrid