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lunes, 21 de diciembre de 2015

De derecha a izquierda pasando por el centro

Lo barruntaban las encuestas y lo han confirmado las Elecciones Generales. España ya no es la cuna del bipartidismo. España es un país de, al menos, cuatro partidos fuertes. Se acabaron las mayorías absolutas y los líderes del PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos tendrán que pactar para conseguir que uno de los cuatro sea presidente del gobierno.


Y pactar significa gestionar los puntos clave de los programas para dar, quitar, sumar, restar, ceder o presionar para llegar a un acuerdo. Programas que, según los analistas políticos, definen en una posición en el espectro político a cada partido, a pesar de que alguno se resista a ello. El PP en la derecha, el PSOE en el centro izquierda, Podemos en la izquierda y Ciudadanos en el centro derecha.

Plasmar esto gráficamente es complicado…excepto si cuentas con los excepcionales dibujos que Ricardo Martínez hizo de los cuatro candidatos y con la flexibilidad del rediseño estrenado hace poco más de un año.



Los brutales retratos de Ricardo Martínez publicados en El Mundo


Lucía Méndez, Jorge Bustos, Emilia Landaluce y Enric González son los grandes periodistas que se iban a encargar de perfilar a estos cuatro líderes políticos en otras tantas dobles que se iban a publicar en días alternos en la sección de Nacional de El Mundo.

El orden de publicación sería Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias.

Los brutales retratos de Ricardo permitían repetir la misma maqueta para los cuatro, haciendo la misma edición para los cuatro. Pero esa no era la intención desde el principio. Se quería contar, desde el aspecto gráfico, en qué espectro político estaba cada partido.

Se optó por colocar a cada candidato en la parte de la página que representaba su ubicación ideológica. No sólo hacer un retrato literal, que montara y sostuviera fuertemente unas dobles impresionantes desde el punto de vista gráfico y de contenido.

Rajoy situado a la derecha de la página; Sánchez, en el centro izquierda; Rivera en el centro derecha; e Iglesias en la izquierda

También contar algo desde el aspecto de la edición gráfica, del diseño periodístico. Rajoy ubicado a la derecha de la doble; Sánchez en el centro izquierda; Rivera en el centro derecha; e Iglesias en la izquierda. Hacer algo que venimos contando aquí desde hace tiempo: maquetar es informar.


lunes, 9 de febrero de 2015

El paso del tiempo y la Gala de los Goya

Circulaba el mismo sábado por la noche un tuit  en el que se decía que "Un minuto en aquel planeta de Interstellar son tres galas de los Goya en la Tierra" y, suponemos, que quien lo escribió no estaba en la redacción de un periódico como nosotros. Porque, con dos páginas dobles que cerrar, más una página sencilla, más la portadilla de la sección EM2 que abría con este tema, más la fotografía principal de la primera página del periódico... la gala de los premios Goya se puede hacer muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy larga. Mucho. Mucho más que a la mayoría de quienes viéndola desde sus casas les parece muy larga, pese a la gracia y el empeño del esforzado Dani Rovira. Y es que no hay derecho a que habiendo empezado a las 10 de la noche, la ceremonia de entrega de los premios al cine español —que este año ha estado sobresaliente, una cosa no quita la otra— la cosa terminara, no a la 1 como nos habían afirmado —"que sí, joder, que termina a la una", nos había tranquilizado Manu, como si no hubiéramos vivido esto unas cuantas veces ya—, ni a la 1:30, como nos temíamos que iba a suceder, sino... ¡a las 1:45 o así!, ya ni mirábamos el reloj. Lo peor que nos puede pasar cuando se quieren imprimir muchos miles de ejemplares en un muy poco tiempo, el imprescindible para poder después distribuirlos.

Evidentemente, fuimos haciendo las páginas según nos iban llegando fotografías, pero en estas galas, los premios más importantes se entregan al final. Y el más importante de todos, al final del todo, claro. Logramos tener un cierto control, con las fotografías de los mejores actores ya en página, antes de que terminara la 'fiesta' interminable pero no teníamos una fotografía para hacer con el premio a la mejor película, la portadilla de EM2. Y en este caso, mucho más que nunca, ya sabéis aquello de que "si hay foto, hay página". Su director ha realizado la que para alguno de nosotros no es que sea la mejor película española del año, sino la mejor película del año. Una poderosa historia, unos personajes complejos fotografiado todo ello con una maestría y una creatividad... de la que carece su propia imagen personal. No es fotogénico, no sale bien en las fotos. No transmite apenas emociones, pese a todo lo que transmite su brutal película.

A la espera de una imagen que habíamos acordado con nuestro fotógrafo, en la que apareciera el equipo completo de la película ganadora, teníamos dos posibilidades en el caso de que ganara 'La isla mínima' como se preveía —"vais a tener las fotos que queráis", es otro de esos tópicos que escuchamos con la sonrisa de medio lado quienes tenemos experiencia en las redacciones—, sí, dos. Las que os mostramos:






Y estuvimos dudando, porque lo que tiene una imagen no lo tiene la otra, y al revés. El director de la película transmite en ambas lo que transmite, con todo el cariño y respeto, más o menos lo que podría transmitir una lechuga. En una de ellas tenemos el premio, en la que finalmente publicamos porque la foto que esperábamos no llegó: el tiempo pasa distinto en la gala de los Goya a como pasa en nuestra redacción. En la otra, algo confusa, la alegría de un gran triunfo. ¿Cuál hubierais publicado vosotros?



jueves, 4 de diciembre de 2014

Fotón tras fotón

Hay ocasiones en las que el material fotográfico supone un quebradero de cabeza. Normalmente porque no da la talla para levantar la página y hacer algo digno con esas fotografías se antoja una tarea hercúlea. Sin embargo, hay otras ocasiones en las que las fotografías también te ponen en un aprieto, pero justo por todo lo contrario: todas las fotografías son tan buenas que no sabes con cuál quedarte. Pongas la que pongas sabes que vas a dejar fuera un fotón, una fotografía única. 

Esto pasó hace unos días con estos auténticos fotones que hizo a Rafa Nadal nuestro compañero Carlos García Pozo, bilbaíno de nacimiento y (gran) fotógrafo de profesión (premio ÑH11 por esta imagen). En un viaje a Londres junto al experto en tenis Javier Martínez le hizo una serie de fotografías magníficas al tenista manacorí. Fotón tras fotón. Y con ese material había que hacer una página doble. 

Una tarea, a priori, sencilla porque con una buena foto hay página siempre, como ya contamos aquí. Pero a la vez una tarea complicada porque hay que elegir entre varias fotos, fotones, y sabes que vas a tener que dejar algunos de ellos sin publicar. Con el material que trajo Carlos hicimos varias páginas dobles donde las imágenes eran las protagonistas. Tras varias pruebas, nos quedamos con esta doble con dos auténticos fotones.


Pero como hemos dicho, había más, unas cuantas, todas igualmente buenas y todas, igualmente, con auténticos fotones. Juzguen ustedes mismos. 





lunes, 23 de junio de 2014

Si hay foto... distinta...

No todas las portadas fueron iguales, aunque parece que hay quien sí escribe tuits siempre iguales diciendo que todas las portadas son iguales... sin detenerse a mirarlas. O mirándolas sin saber ver, que también. Y quien no ve... Claro que para que no sean iguales es necesario apostar por la calidad y contar con fotógrafos de mucho nivel que consigan fotografías que no sean la misma, únicas.  Es necesario un fotón así, por ejemplo:


¿Cómo se consigue una fotografía así? ¿No haciendo lo que hacen los demás? Nos lo cuenta el propio Carlos García Pozo, su autor, gran tipo de Bilbao y grandísimo fotero (y editor gráfico, circunstancias que no siempre se dan en la misma persona) en 'Historia de esta foto'.


jueves, 12 de junio de 2014

Si no hay foto... también puede haber página

Suponíamos que no íbamos a tener buenas imágenes el primer día en el que salieran las páginas especiales dedicadas al Mundial de Fútbol de Brasil, el lunes de esta semana. No había deporte ese día, partidos, entrenamientos...

Y, efectivamente, así fue:


Porque esta era la 'mejor' de las imágenes que nos llegaron para hacer la primera apertura de las páginas especiales. Compusimos con ella la portada y...



...como era de esperar, la cosa no funcionó demasiado. El corte no puede ser otro en este formato, lo que ocasiona un exceso de cielo, demasiado azul en la parte superior. Todo está descompensado. Tal vez utilizando el bloque de titulares en esa parte superior de la fotografía pudiéramos aprovechar mejor el espacio y repartir mejor los elementos.



Pero el resultado es mucho peor. El título y la propia cabecera de la portada 'compiten' y se anulan de manera recíproca. 'Aplasta' además a los jugadores. El desequilibrio aumenta. ¿Qué hacer? Ninguna opción es buena.

¿Y si buscamos otra foto 'peor'?



Decimos que es 'peor' porque si comparamos las imágenes antes de su puesta en página, vemos que aquí están más lejos los personajes. Ocupan menos espacio, se les ve menos y la imagen pierde fuerza. Y es entonces cuando entra en acción la edición gráfica de la que tanto os solemos hablar. Colocamos la fotografía en página, cortamos, encuadramos y...


¡Bingo! Al tener más espacio por debajo de los futbolistas, podemos colocarlos en la parte superior de la página, hay foto por debajo para editarla así y se puede eliminar el anterior exceso de cielo. La barandilla está ahora en una posición más vertical y en el centro de la imagen lo que potencia el efecto de que suben, de que España va hacia arriba en el momento de salir hacia Brasil. Por si fuera poco, la fotografía nos 'deja sitio' en la parte inferior derecha para colocar el bloque de titulares compensándolo de manera perfecta con la cabecera y equilibrando del todo la página. Para remate, que haya más imagen por debajo supone que queden en primer plano esa maravillosa estrellita de campeones del Mundo junto al logotipo de Brasil 2014 en la maleta de Diego Costa.

Aunque dominar las herramientas ayude, y sea necesario (y relativamente fácil de aprender), este trabajo nuestro no consiste en conocer todos los entresijos de Quark o InDesing, ni abarcar nosecuantosmil programas distintos con sus distintas actualizaciones; ni HTML5 o CSS3 si hablamos de pantallas, se trata de saber qué elementos utilizar y dónde colocarlos. Casi nada y en realidad prácticamente todo (y no relativamente fácil). En el caso práctico que hoy comentamos, pura edición gráfica, sacar petróleo de la nada, como solemos decir en estas ocasiones. Constatar que a golpe de edición podemos lograr que incluso cuando 'no hay foto... puede haber página'.

Hoy comienza el Mundial de Brasil, y no os perdáis todo el trabajo (muuuuucho) de diseño y contenidos que estamos haciendo en estas páginas especiales.







martes, 10 de junio de 2014

Punto, set y... portadilla

Nueve veces ya. Nueve veces ha conquistado Rafa Nadal la tierra batida de la pista de Roland Garros. Y nueve veces son las que hemos tenido que abrir (bendito problema) con el coloso manacorí.

En la novena decidimos ir un paso más allá en el diseño respecto a las anteriores siguiendo el signo de los tiempos que estamos viviendo en la redacción: un periódico más espectacular, con una gran edición gráfica y con un peso muy importante en lo visual (ya sea con imágenes o con tipografía).

De esta manera, si ganaba Rafa Nadal había que apostar por una portadilla póster para el suplemento DXT, la revista de deportes de El Mundo que sale los lunes. Sólo con la victoria de Nadal haríamos este tipo de portada que ya hicimos con una entrevista exclusiva a Fernando Torres y con la Décima Copa de Europa del Real Madrid.

Y Rafa Nadal ganó, porque Rafa nunca falla, Rafa siempre está ahí, raquetazo a raquetazo hasta el punto final. En la redacción se vivió como si fuera su primera victoria en el torneo parisino. Hasta aquí llegó el sufrimiento de un Nadal que estaba lejos de su mejor momento.

Tras la victoria tocaba jugar nuestro propio partido: elegir la fotografía para ilustrar la portadilla y las 5 páginas interiores de la conquista del tenista español.

Las fotos van llegando poco a poco a la línea y Carlos García Pozo, gran editor y mejor fotógrafo nos iba surtiendo de las fotografías que él consideraba las mejores para el suplemento. A su vez, nosotros íbamos viendo las fotos y probando con algunas de ellas.

Así, llegamos a nuestra primera opción de portadilla, una gran foto (de las cientos, malas, buenas y buenísimas que vimos).


Era una portadilla perfecta, una foto magnífica y una composición que funcionaba perfectamente.
Pero siguen entrando fotos, fotones y vamos cambiando la portadilla en busca de la mejor foto. Nuestra segunda opción era este fotón abrazado a su tesoro, la copa de los Mosqueteros.


Y llegó una tercera.


Y dejamos de mirar, porque teníamos tres fotazas. Tres gestos de Rafa Nadal insuperables. Ahora toca elegir. El debate se centró rápido en las dos últimas. La primera era buenísima, pero no llegaba a la altura de las otras dos imágenes de Nadal emocionado, abrazado a un sueño y derramando lágrimas de alegría.

Como no era sólo la fotografía, había que ver cuál funcionaba mejor puesta en página. Y ahí ninguno de los tres, Mario Benito, Carlos García Pozo y un servidor no teníamos duda: la de Rafa abrazado a la copa funcionaba perfectamente puesta en página. La composición era perfecta, la copa centrada en la imagen, el título debajo, sin molestar, la mirada de Rafa dentro de la copa, la arcilla reflejada en el trofeo. Era la foto para conseguir el punto, el set y la portadilla del más grande la historia: Rafael Nadal Perera.


En la doble página interior, la edición gráfica por sí sola está contando el partido. Las imágenes nos informan en la primera mirada a la página, al instante, de la derrota de Nole y del esfuerzo de Rafa. Además, el gran tamaño de la imagen principal aporta la espectacularidad que tiene el deporte. Si hay imágenes... hay páginas.

P.D. Aquí os dejamos las otras 8 portadillas de la sección de Deportes de los otros tantos Roland Garros de Nadal (pulsa sobre la imagen para verla más grande).


Luis Blasco y Mario Benito




lunes, 24 de febrero de 2014

Edición gráfica ensangrentada
Si hay foto... hay página (VII)

Este artículo no va de sangre sí o sangre no porque, para nosotros, es un debate ya tan superado... que llega a parecernos aburrido. Así que nos centramos en la siempre fascinante edición gráfica —uno de los apartados fun-da-men-ta-les a la hora de diseñar una página— y entramos al trapo que nos puso en las redes sociales nuestro admirado (y algo cascarrabias a veces, pocas, todo hay que decirlo, aunque con cariño, todo nuestro cariño, faltaría más) MAJ. Siempre atento a lo que sucede cada día en los periódicos con un incansable afán digno de asombro, Miguel Angel Jimeno planteaba un debate sobre cuál de estas dos fotografías tiene más fuerza:




Y está muy bien planteado porque a algún profano en la materia tal vez pudiera parecerle que ambas imágenes son prácticamente la misma. Y no. La mirada de los personajes es fundamental, y no tenemos en ambas tomas la misma mirada, entre otras cosas porque en la que publicó El Periódico de Aragón —y otros y que ya adelanto que para mí es, sin duda, la mejor— la pareja herida y ensangrentada, sí, con sangre porque estaban prácticamente en medio de una guerra civil, con sangre, sangre por toda la cara, sangre roja hay qué horror por dios que no quiero verlo, miran horrorizados a un policía armado que parece llevar armadura. Una figura que no está en la fotografía que publicó ABC y que con el contraste de sus tonos oscuros enriquece la composición y le da esa fuerza. Nos cuenta el horror de lo que viven esas personas, y hasta si me apuran el por qué.

Es cierto que, como apuntó nuestro compañero de blog y periódico, Javier Vidal, el formato es un condicionante que no se puede pasar por alto y que obligaba a ABC a tener que publicar la imagen que publicó sí o sí. No podían elegir entre una y otra porque ellos sólo podían dar... la imagen que es algo peor. No mala, ni mucho menos, y adecuada además al título que decidieron: Kiev se desangra. Sí, se desangra de sangre.

El debate me recordó inevitablemente la tarde noche anterior en la que estuve buscando junto con mis compañeros de Internacional y Fotografía cómo transmitir en dos imágenes lo que estaba sucediendo. Creo que no lo conseguimos en la primera edición...


... pero después de horas dejándome los ojos en la línea —que es como llamamos en los periódicos al servicio fotográfico de las Agencias—, logré encontrar lo que buscaba. Y tenía sangre, sí, aunque yo no la buscara. Sencillamente estaba allí porque surge cuando se dispara o se golpea a las personas. Una dificultad para encontrarla no por falta de fotos buenas, sino por todo lo contrario: por la enorme avalancha de imágenes poderosas, de altísima calidad y valor informativo, que nos están llegando a los diarios sobre tan dramáticos acontecimientos en Ucrania.


Efectivamente, se trata de la imagen que después encontré también en casi todos los diarios impresos y en el debate que nos propuso ese observador implacable, incansable y necesario, del periodismo impreso de nuestro país. Me atrevo eso sí, a señalar humildemente que nuestra edición gráfica, el corte que le di a la mencionada imagen, le da todavía mayor fuerza y la mejora.


Termino incluyendo una pequeña muestra de lo que os comento sobre las imágenes que nos están llegando de un país cuyas gentes están logrado, con un alto precio, decir a sus gobernantes que en su tierra deciden ellos y que quien no lo acepte debe abandonar el poder.




lunes, 9 de diciembre de 2013

Un texto, un dibujo y una fotografía

Un gran texto, un gran dibujo y una gran fotografía. Nada más. Y una de las mejores dobles páginas que hemos diseñado. Nos ayudaron el azar y el gran Ricardo Martínez. Nada menos.

Los medios de comunicación, tanto impresos como audiovisuales o digitales, teníamos ya preparadas coberturas especiales porque Mandela, uno de esos hombres irrepetibles, llevaba varios meses a punto de pasar a la inmortalidad. Sucedió en la noche del jueves al viernes como suelen suceder estas cosas, siempre de noche, tarde, en el cierre. Como todos, teníamos ya preparadas bastantes páginas... pero ésta, no.


Lo que sí estaba hecho de antemano era el genial dibujo del casi siempre genial Ricardo, de quien no nos cansamos de repetir la suerte que tenemos de compartir redacción con él. Por ser una persona tan encantadora —intenten encontrar alguien que pueda decir algo negativo de él, lo que sea, la más mínima queja, e intenten encontrar alguien que conociéndole no hable maravillas de él— y por ser uno de los mejores ilustradores de la prensa mundial.

Al día siguiente, viernes, y fiesta en España con un largo fin de semana 'constitucional' por medio, Ricardo apareció por la desangelada redacción para entregar el dibujo que ya tenía preparado. Esta ¿pequeña? obra maestra.



Y aquí es donde intervino el azar para terminar de echarnos una mano. Una mano azul, como la que dibujó Ricardo sin saber que las páginas en las que iría tendrían el azul, ese azul, como distintivo de páginas especiales. El sabía que en este día de fiesta su espacio habitual en opinión le correspondía a Idígoras y Pachi, con quienes se turna. A pesar de que él es a quien podríamos llamar el 'titular', y a pesar de la calidad de su dibujo, no quiso de ninguna manera 'quitar el sitio' a sus compañeros y nos lo entregó por si podía tener cabida en alguna otra página sobre Mandela. En cualquiera, ¿no?, aunque... dónde mejor que en la doble de apertura. Sobre la foto, el fotón, no hay que decir nada. Y el texto... leánlo.

jueves, 10 de octubre de 2013

En la cabeza del Papa Francisco

No sé si éramos conscientes del juego que daría el Papa Francisco cuando, hace unos meses, fue elegido para sustituir a Benedicto XVI. Es raro el día que no se hable de él. Por una cuestión o por otra, tiene mucho espacio en los medios de comunicación. Y en algunas ocasiones ocupa el tema de apertura de muchos periódicos, webs, televisiones, etc. Es un Papa que se moja y que dice lo que piensa. Y lo dice alto y claro.

Tan alto y claro como en la entrevista que concedió a una revista católica y que luego replicaron casi todos los medios porque su contenido era muy interesante.

En El Mundo también se publicó. El Papa se mojaba en algunos temas y había que aprovecharlo. La idea de la sección de Mundo era que el Papa abría su mente, daba respuestas que podían suponer una novedad en la doctrina de la Iglesia respecto a temas delicados. Francisco "rompía" lo establecido y se atrevía a decir lo que muchos esperaban de un papa del Siglo XXI.

La primera propuesta fue ésta. Quizá arriesgada por cómo partía la foto, pero también era la más espectacular y la que equlibraba mejor el espacio gráfico con el de texto ya que estaba repartido en ambas páginas. Además también la que reflejaba lo que nos habían dicho desde la sección: "qué piensa el Papa, qué hay en su cabeza".


Sin embargo, también planteamos otras opciones, menos arriesgadas pero también muy efectivas y que respetaban los elementos con los que teníamos que hacer la página: un tema principal troceado en epígrafes y una opinión. Sólo podíamos usar una foto porque no se había distribuido ninguna imagen de la entrevista. Teníamos que tirar de foto de archivo. Concha, redactora gráfica del periódico nos ofreció esta gran foto, una más de las muchas que está ofreciendo Francisco.



Estas dos versiones separaban la carga gráfica de la de texto, sobre todo en la segunda de ellas. No era excesivamente preocupante porque era una página doble, por lo que si lo visualizabas en papel quedaba compensado.




lunes, 17 de junio de 2013

Si hay foto, hay página (IV):
¿Título o foto?


Esta es la primera página que publicó el diario El País el pasado viernes, 14 de junio, en su primera edición (la edición 'Nacional' que se distribuye primero a toda España). La noche del jueves, tarde ya como siempre, claro, me llamó poderosamente la atención la verticalidad de la imagen. Que dos políticos se pongan de acuerdo en España para llevar una postura común en Europa es ahora una noticia digna de abrir la portada. La más importante del día, pues, según los responsables del diario.


Y esta otra es la primera página que publicó el diario El País el pasado viernes, 14 de junio, en su segunda edición (la edición 'Madrid' que se distribuye en esta ciudad). Y volvió a llamarme poderosamente la atención cómo la ¡¡¡MISMA!!! imagen había pasado de tener un formato vertical, muy vertical, a otro horizontal, muy horizontal, a cuatro columnas nada más y nada menos. En el intervalo entre las dos portadas se conoció que Estados Unidos apoyará a los rebeldes sirios y esa noticia, siempre según los responsables del diario, merecía un título a cuatro columnas. Mayor valoración... queriendo también que la imagen siguiera 'mandando' mucho. ¿Lo consiguieron? En la primera opción, ¿clonaron parte de la foto para que fuera tan vertical en la parte superior con ese degradado a negro que no está en la foto horizontal? De hacerlo, ¿es legítimo? ¿No debería haber sido otro el corte en la foto horizontal para que, al menos, la imagen humana fuese del mismo tamaño que en el corte vertical?

No lo consiguieron, en mi opinión. Ya hemos comentado en alguna ocasión, que hay un cierto consenso en asociar tensión a las estructuras verticales, y lo contrario, calma y equilibrio a las horizontales. "Maté a 62 personas" como título bajo una imagen muy vertical, muy oscura y con un corte que potencia la mirada del 'asesino' no tiene nada que ver, pues, según la clásica 'sintaxis de la imagen' [descarga en pdf de la obra clásica de D.A. Dondis "La sintaxis de la imagen] que hemos mencionado, con el mismo título desplazado a la derecha de una imagen muy muy calmada y con la mirada mucho más pequeña y perdida entre un infinito mar de cortinas. No da igual. Que no podemos darla a dos columnas muy vertical... pues la damos a cuatro columnas muy horizontal, si el espacio es el mismo... pero al revés. Y al revés lo que transmite. No da igual. "No es esto, no es esto...", que dijo aquél hace ya mucho, y con razón.



La obra clásica de D.A.Dondis, "La sintaxis de la imagen", publicada en 1973 y convertida en referencia sobre la denominada 'alfabetidad visual'.

No lo consiguieron en mi opinión, decía, y además pierde toda la fuerza la segunda opción. No merecía la pena darla así a cuatro columnas (a tres columnas, sin toda esa cortina a la izquierda que no sé qué aporta y con el rostro humano más grande tal vez hubiera sido mejor; hay que probarlo, claro). El título sí que merecía ahora las cuatro columnas, eso sí, aunque tal vez el de la primera edición no mereciera ni siquiera las dos iniciales que tuvo... aunque la foto quedara tan bien.

lunes, 27 de mayo de 2013

Si hay foto, hay página (III):
De fotos sí, de fútbol... no

Muchos de vosotros sabréis quién es Alberto Cuéllar. Ahora es mediático y sale en la tele y le siguen legiones en twitter, la gran mayoría para faltarle y mentarle a la familia. Pero ese Alberto Cuéllar no es Alberto Cuéllar. Nosotros conocemos a Cuéllar de mucho antes de que empezara a opinar de ¿fútbol? o de que saliese en la tele. Le conocemos por lo que realmente sabe hacer. Porque queridos amigos, Alberto Cuéllar no tiene ni puta idea de fútbol, pero es un fotógrafo ex-tra-or-di-na-rio. 

Lo que ocurre es que uno sale en la tele, o le graban haciendo el tonto y se hace famoso... Pero no por eso se deja de ser lo que uno es. Me cuenta un testigo que lo presenció, que estaba la otra noche Alberto Cuéllar haciéndole una foto a Carlos Moyá en la puerta de un restaurante de Madrid. Les interrumpió un transeunte que les preguntó si se podía hacer una foto... con Cuéllar. Lo que ya es el colmo de la ridiculez y del sindios.

Porque Cuéllar es un fotero, uno de los buenos. Uno de esos que mandas a una entrevista, o a una movida gorda o a una parida de acto y te suele traer LA foto. Esa que, o la haces o se la compras a otro. Además tiene ese puntito de zumbao propio de todo buen fotero, esa especie de furtivo de la imagen, que se sabe colocar en el sitio por donde va a pasar la noticia al trote para poder luego cobrar la pieza. Sólo así, se le puede ocurrir a este personaje abrir la puerta de un coche rodeado por cientos de foteros para conseguir la foto buena. Abrir la otra puerta, claro, la de enfrente. Pero, para eso, hay que estar zumbao. O tener mucha cara. O intuición.

 
Fotón. Y todos los foteros, por el otro lado...

O puede que le hayas mandado a un concierto de U2 en Madrid, de esos que puedes hacer fotos la primera canción y luego te echan del estadio. Y que se te acerque Bono reptando, porque ya sabemos que Bono hace eso de serpentear por el suelo en sus conciertos. Y que de todos los foteros se acerque, cómo no,  a Cuéllar... Primer fotón.


Pero luego, lo inesperado. Bono le quita la cámara a Cuéllar, o Cuéllar le da la cámara a Bono, vaya usted a saber con semanjantes dos piezas en una misma jugada. Y tras ajustar las posiciones de la cámara como un profesional, Bono se autoretrata en una foto tan especial como difícil.



  Autorretrato de Bono en el Calderón con la cámara de Alberto Cuéllar.

Para terminar con este momento inolvidable, antes de devolverle la cámara a Cuéllar, Bono hace una última foto desde el escenario. En ella fotografía al público de las primeras filas y a los reporteros gráficos que disparan enloquecidos. Excepto uno. Bueno, dos. Que sonríen de oreja a oreja y hacen la señal de la victoria con los dedos. Son Alberto Cuéllar y otro compañero que saben que ya tienen LA foto del concierto. 

  Alberto Cuéllar, en el centro de la imágen haciendo la señal de victoria, fotografiado por Bono.

Os venimos contando en esta sección que cuando hay foto hay página. Y todas estas fotos tuvieron las suyas. Y portadas. 

Cuéllar lleva una feria de San Isidro impresionante. El otro día ya publicó un fotón de la cogida de Fandiño. Y el pasado viernes, Talavante abrió la Puerta Grande de las Ventas. Es un momento solemne, de triunfo, de reconocimiento, la afición entregada al torero, el final de una tarde de gloria. O por lo menos, solía ser así. El pasado viernes, la Puerta Grande de Talavante tuvo de todo menos respeto y solemnidad. Fue un  tumulto, una riada, un altercado. El que no esté familiarizado con los toros podría pensar, al ver la foto,  que se trata de un linchamiento, o que el matador acabaría siendo arrojado al río... Y no hubiera pasado nada. 

Porque al pobre Talavante le zarandearon, le desmenbraron, le arrancaron los bordados y los alamares... Obsérvese al energúmeno (no tiene otra definición posible) que le está pegando semejante estirón a la chaquetilla del torero. Eso en mi pueblo es un puñao en toda regla. Peinadito y trajeado, el salvaje. La cara del maestro no es de mucha solemnidad, ni de triunfo. Ni siquiera de reconocimiento. Es la cara de uno que intuye que le van a matar en cualquier momento. Y pese a todo, se presta, porque los toreros se relacionan con la muerte de una manera diferente y especial. 


  Talavante, devorado por la masa

Alberto Cuéllar estaba en medio de aquella marea que forzaba a Talavante. Y sacó la foto. "Es una foto de guerra" nos contaba el otro día, con enorme acierto. "Me llevaba la corriente, fue increíble. Nos pegaban golpes, empujones...  Levanté el brazo y tiré cuatro, cinco, seis fotos. En ese mogollón peligras tú, la cámara... Una locura". Así que nada,  cuatro, cinco disparos al aire en medio del caos. Pura intuición. Oficio. Una foto de premio. 



Y ésta es la página que se publicó. Cuando hay foto, hay página. Siempre. 

Este pasado fin de semana me ha tocado trabajar con él. Y ayer domingo por la tarde, discutimos, por un problema con unas fotos. A voces, como se discute en las redacciones. El insiste en que no es un problema suyo y yo mantengo que mío tampoco. No sé, no le hago mucho caso cuando se pone a discutir, le he visto muchas veces en la tele. A los tres minutos estábamos haciéndonos bromas, a voces también, porque nos hacía gracia que gente que estaba alrededor pensara que seguíamos de pelea. Y lo seguiremos haciendo, porque las redacciones son así. Te peleas a voces y luego les haces un post. Y seguiremos discutiendo de fútbol. Porque de fútbol, amigos, no tiene ni puta idea. Pero es un magnífico fotógrafo.

FOTOS: ALBERTO CUELLAR Y BONO