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viernes, 8 de abril de 2011

Manual de Estilo/Diseñario

El Diseñario de encajabaja participa desde hoy en el Manual de Estilo de internet, aportando de entre todas sus definiciones aquellas más pertinentes a este interesante proyecto. Una vez publicadas en el blog del Manual de Estilo cada una de las voces seleccionadas, podrán complementarse con aportaciones de todos los que estén interesados, buscando que los términos sobre diseño en papel o sobre tipografía puedan enriquecerse con todo lo relacionado al mundo digital. La primera aportación del Diseñario al Manual de Estilo de internet es Legibilidad.



El Manual de Estilo para los nuevos medios es un proyecto de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), patrocinado por la Agencia EFE y el BBVA y con el asesoramiento de la Real Academia de la Lengua. Está dirigido por Mario Tascón, periodista, primer responsable de la web de elmundo.es, después director general de todo el área digital del grupo Prisa y más tarde máximo responsable del proyecto de Diximedia (que edita el blog sobre comunicación y periodismo 233grados; la Practicopedia y el el sitio web de información generalista lainformacion.com). Actualmente es director de la consultora Prodigioso Volcán.

El objetivo de esta iniciativa es mejorar y adaptar la manera de escribir en internet: sitios web de todo tipo, blogs, redes sociales, móviles... "en cualquier dispositivo electrónico o canal de comunicación digital". Una de las características más interesantes es que se trata de un proyecto abierto en el que pueden participar "blogueros, profesionales de los motores de búsqueda, periodistas y académicos de ambos lados del Atlantico", entre otros.

La primera fase de este Manual de Estilo es la reciente creación del blog Estilo, una especie de "borrador" en el que se "irán aportando textos y piezas que conformarán la web que se presentará en los próximos meses".

Desde encajabaja agradecemos la invitación para formar parte de esta "herramienta" del lenguaje en internet, es todo un honor colaborar en ella, y os animamos a que también participéis a través de su blog, complementado allí nuestro Diseñario o de la manera que os resulte más interesante. Es un proyecto que merece mucho la pena.

lunes, 14 de febrero de 2011

Diseñario 2.0 (y LIII)

Aunque parezca una contradicción, terminamos por segunda vez esta obra infinita... para dar comienzo a la siguiente edición. Cincuenta y tres entregas y más de 150 voces forman este Diseñario 2.0 que hoy terminamos, y que vienen a unirse a las 182 voces que formaron parte de la primera versión. Con este conjunto básico de más de 300 definiciones, el comité de expertos del Diseñario comenzará las gestiones para su publicación impresa, además de concluir con él la página web exclusiva del Diseñario que ya anunciamos en su día, y cuyo enlace se anunciará aquí en encajabaja, donde permanecerá en lugar destacado de manera permanente.
A partir de ahora comienza el Diseñario 3.0, última de las versiones, porque se trata de la auténtica versión infinita. No tendrá la periodicidad semanal de las dos primeras ediciones y por lo tanto tampoco podrá respetar un orden alfabético. Según vayan llegando nuevos términos a manos del comité de expertos, por la vía que sea, incluso por la inspiración espiritual, se irán definiendo e incorporando. Sin final. Gracias a todos por leernos e incluso colaborar en esta obra que... ya sabéis... además de infinita es irreverente, colectiva y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.






Transparencia. Cuando la fotografía no era digital, las imágenes se impresionaban con procesos químicos en un material fotosensible transparente, que deja pasar la luz vamos, y a través del cual se puede ver. Lo habitual era obtener una imagen en negativo, a la que se llamaba negativo, a partir de la cual se producían copias positivas en papel (por eso era necesario que fuese transparente el negativo). Pero también existían las denominadas diapositivas, que eran copias únicas en el material fotosensible de la cámara, en positivo y transparentes... o transparencias. Y aunque el comité de expertos parezca en ocasiones como ésta el comité de los abuelos cebolleta contando la batalla del río Guadalete contra los moros, en realidad no hace tanto de esto. En serio.
En lo que al periodismo se refiere, la transparencia es aquella cualidad que los medios de comunicación exigen para todos los demás, excepto para sí mismos; ya que demandan de poderes púlicos y privados que no guarden absolutamente ningún secreto para poder así ellos contarlo todo a los ciudadanos, lo que en principio parece positivo, mientras que al mismo tiempo defienden mantener el secreto de sus fuentes, incluso en instancias judiciales, lo que en principio parece positivo también. Sobre la transparencia en el accionariado e intereses de las empresas periodísticas, cosa que en principio más positiva no puede parecer, los medios de comunicación en general practican cualquier política que lleve al menor grado posible de transparencia.


V


Viñeta. Es, casi sin duda, la parte que menos texto del periódico tiene y, casi con toda seguridad, una de las primeras que se lee y se ve, o que sólo se ve. Y es, sin embargo, de las que más nos hacen pensar, y desde luego la que consigue de los lectores una sonrisa. Y con tan sólo unos trazos. Trazos convertidos en dibujos, en chistes, en mini historias gráficas con alto contenido periodístico. No en vano, son un clásico de la prensa.
También se las conoce como "chiste", están ubicadas en espacios de prestigio (cerca del editorial o en las primeras páginas) y dentro del género de opinión al que pertenecen, son las víctimas preferidas de los recortadores de periódicos. No nos extraña, porque en España hay alguno de los mejores dibujantes de viñetas del mundo: Forges, Mingote, Ricardo, Idígoras y Pachi, Gallego y Rey, El Roto, Puño, Martín Morales... Y así una larga lista de dibujantes que hacen periodismo en el espacio más pequeño del periódicos, las cuatro líneas de su viñeta.
Una viñeta es también cada una de las ventanas que componen una historia gráfica o cómic. De hecho, en la prensa norteamericana las viñetas de los periódicos, o "tiras" por ser una pequeña tira o serie de tres o cuatro viñetas que venía del día anterior y continuaba en el siguiente, fueron todo un clásico en el que trabajaron los más grandes maestros y donde nacieron y/o se publicaron a casi todos los grandes héroes, superhéroes y antihéroes del cómic.

Volcar. Seleccionen un texto en un ordenador, pasando el ratón con el botón de la izquierda continuamente pulsado sobre él. Con la tecla "CTRL" (control) pulsada, pulsen a la vez y sin soltar en ningún momento la anterior, la tecla "c" del teclado. Ahora, con el portapapeles así llenito, esa memoria interna de usar y tirar, seleccionen otra caja distinta en otra página, en la misma, o en una página web (por poner varios ejemplos) y manteniendo pulsada de nuevo la tecla "CTRL" (control) y sin llegar a soltarla en ningún momento, ya saben, igual que antes, pulsen ahora la tecla "v". ¿Qué ha pasado? ¡Magia! Porque el texto en cuestión estará ahora, también, en esta nueva ubicación. Así de fácil.
Efectivamente, volcar es el famoso "copypaste" que tanto daño y beneficios empresariales a corto plazo están causando a los periódicos y a los medios de comunicación digitales. Al periodismo.
No sólo consiste en coger el texto de una agencia o de cualquier otro sitio y pegarlo en "nuestra" noticia, volcar es, en el más amplio sentido del término, rellenar cualquier caja vacía con texto o imágenes, incluso con los de producción propia. Sucede que este último supuesto es tan exponencialmente infrecuente que volcar se está conviertiendo en sinónimo del primer supuesto, con la más que razonable previsión de que a largo plazo lleve a nuestros quehaceres a otro de los sinónimos de volcar, el que se refiere a tocer o tumbar un recipiente o cualquier otra cosa (un periódico, tal vez) de modo que pierde su posición... y su contenido propio.


W


Web. Red global que atrapará a todos los periódicos del mundo. ¿A todos?



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
Diseñario 2.0 (XLVII): ríos-rutero.
Diseñario 2.0 (XLVIII): scoop-solemnidad.
Diseñario 2.0 (XLIX): staff-supervivencia.
Diseñario 2.0 (L): tejadillo-temazo.
Diseñario 2.0 (LI): tirada-tocho.
Diseñario 2.0 (LII): tono-trama.

lunes, 7 de febrero de 2011

Diseñario 2.0 (LII)

Aunque resulte increíble de creer, continúan las protestas en ese gran país llamado Egipto sin que se haya producido ningún derramamiento de sangre multitudinario como muchos nos temíamos. Musulmanes y cristianos juntos protestando pacíficamente contra un gobierno corrupto y antidemocrático con la ayuda del ejército que está evitando hasta el momento que se produzcan disturbios graves... una absoluta lección de civismo, de dignidad y valentía del pueblo egipcio a todo el mundo mundial. Mientras tanto, el señor Murdoch intenta el salto mortal con doble tirabuzón con su arriesgada propuesta periodística para el iPad llamada The Daily y los caprichosos miembros del comité de expertos de encajabaja encargados del Diseñario, ocultos, escurridizos y contradictoros, nos ofrecen una nueva entrega del... ¡Diseñario! Ya saben todos ustedes, obra infinita, irreverente, colectiva y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.





Tono. Cada una de las distintas graduaciones de la luz y de un mismo color. Con el tono nos referimos a grises oscuros o claros, a sombras y luces; y a distintos grados de un color determinado, azul claro, oscuro; no a colores distintos.
Suena un poco como a nombre de payaso este término, Tono (así en mayúsculas, claro) que define también la manera de expresar, o parte de lo que define el estilo al escribir. El carácter más o menos serio de un texto, o humorístico, polémico, cínico, conmovedor, tierno, de apariencia objetiva o científica y todas las variantes que puedan imaginarse. E incluso nos atreveríamos a hablar de distintos tonos al diseñar, desde el "diseñismo" hasta la falta absoluta de diseño pasando por todas esas combinaciones posibles y deseables entre forma y contenido, siempre al servicio de la información y no de la estética si de lo que se trata es de diseño periodístico.

Trama. A finales del siglo XIX, el dibujante e impresor norteamericano Benjamin Day tuvo la genial idea de descomponer una imagen en un conjunto de puntitos, de una manera parecida a como lo hacen ahora los sensores digitales creando fotografías formadas por píxeles, para poder imprimir así mejor sus dibujos. Además, y como su padre había fundado el periódico neoyorquino The Sun, lo aplicó también a las fotografías en blanco y negro para conseguir de esta manera luces y sombras con todas sus gradaciones en la denominada trama de medios tonos de los grises con la que se imprimió por primera vez, en 1880, una fotografía en el New York Daily Graphic.
Aplicó un principio ya conocido entonces por científicos ópticos y explorado hasta sus máximas posibilidades por los llamados pintores "puntillistas", mediante el cual se aprovecha la capacidad de nuestro cerebro para "reconstruir" de una manera completa una imagen descompuesta previamente en puntos, vista a una determinada distancia. Si se mira una fotografía impresa en un periódico no se ve ningún punto... a menos que nos acerquemos lo suficiente.
La técnica consiste en establecer una red, porque una trama es una red, de líneas horizontales y verticales. Esta red es a lo que se llama trama, o retícula. En los cruces entre cada una de sus líneas tenemos un puntito con el que creamos la trama en cuestión, y en cada uno de esos puntitos se imprimirá una "gotita" de tinta. El número de líneas por un determinado espacio, centímetros o pulgadas según el lugar, es lo que se llama lineatura, y a mayor número de líneas (que deben ser la mitad de la resolución de una imagen digital) pues tendremos mayor calidad de impresión y de detalles. En la fotomecánica tradicional se utilizaba una película transparente con la trama seleccionada para la ocasión y a través de ella se hacía una fotografía de la fotografía en cuestión para "tramarla" y prepararla así para ser impresa, labor que ahora hacen los ordenadores directamente.
También son muy útiles otro tipo de tramas para generar historias periodísticas. Son las tramas ocultas de la política, las tramas de corrupción, las tramas de dopaje en el deporte, conspiraciones y complots, contubernios, las tramas de lo que sea mientras tengan una trama, también llamada argumento en las obras literarias, dramáticas y cinematográficas, lo suficientemente intrigante como para poder llenar páginas y páginas... y vender periódicos. Aunque para trama, la de un grupo misterioso y enigmático, escurridizo y anónimo, que ocultos en algún lugar inaccesible decidieron un buen o mal día ponerse manos a la obra para definir términos sobre el diseño periodístico y la prensa en general dando lugar a una criatura que se les volvió infinita y les atrapó en su propia trama.



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
Diseñario 2.0 (XLVII): ríos-rutero.
Diseñario 2.0 (XLVIII): scoop-solemnidad.
Diseñario 2.0 (XLIX): staff-supervivencia.
Diseñario 2.0 (L): tejadillo-temazo.
Diseñario 2.0 (LI): tirada-tocho.

lunes, 31 de enero de 2011

Diseñario 2.0 (LI)

Parece que no todo está perdido y que este siglo XXI nuestro que tan mal comenzó, y que tan precario caminar lleva en su primera década, empieza a levantar un poquito la cabeza para pedir algo de libertad, de dignidad. Y lo hace en países en los que hasta ahora no pensábamos que tal cosa pudiera suceder, por lo que resulta especialmente emocionante y esperanzador. Valores universales. El comité de expertos de encajabaja envía un abrazo solidario a toda la gente que en Egipto o en Túnez, y en cualquier lugar del mundo, está luchando ahora mismo por lo que merecen y les dedica esta entrega de su Diseñario, obra infinita e irreverente, colectiva y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.





Tirada. Son dos cosas (y ninguna relacionada con el juego de los dados, o con la manera que tienen algunos de disponer el material gráfico sobre una página) absolutamente relacionadas: es el acto de imprimir en las rotativas los ejemplares impresos de un periódico (llamado también "tiraje" o "tiro" en los textos más clásicos y en distintas zonas geográficas) y además es también el número de ejemplares que se imprimen.
Esta segunda acepción es la que más utilizamos y la primera que nos viene a la mente cuando se habla de tirada. Conviene tener presente que la tirada puede incluir según quién nos dé las cifras los ejemplares "inútiles" por estar mal impresos y que se desechan (por eso se habla de "tirada útil" cuando nos referimos sólo a los ejemplares válidos), además de los ejemplares que se regalan (o se intercambian) y los que se devuelven de los puntos de venta. Nuestra querida OJD se encarga de aclarar estos "curiosos" aspectos además de controlar la difusión, que se calcula multiplicando por tres el número de ejemplares vendidos y regalados, porque alguien, en algún lugar, supuso un buen día que tres personas leen de media cada periódico.

Tocho. En la vida hay cosas grandes y cosa pequeñas... Y no miréis para otro lado, porque todos sabéis a lo que nos estamos refiriendo. Y dentro de las cosas grandes, las hay grandes, muy grandes... y luego hay tochos. Que como la propia palabra indica son cosas grandes pero a lo vulgar, ordinarias, vastas pero a la vez bastas. Y como todo es trasladable al papel (afortunadamente, todavía) un tocho en prensa es el resultante de cuando una cosa larga se te empieza a escapar de las manos, y va cobrando vida y extensión hasta que ya no hay casi por dónde abarcarlo... Y lo miras y te da pereza, porque casi daría igual por dónde empezaras a consumirlo, porque seguro que te enganchas a él por cualquier lado... y al final no te enteras de nada, como corresponde a cualquier tocho que se precie.
Si nos ponemos técnicos y puristas, un tocho es justo lo contrario de cualquier labor de edición. Se supone que editamos las cosas para que se 'desatochen' si tal palabro existiera y significara la disolución del tocho. Generalmente, los maquetas recibimos la información así, en tochos, porque de todos es conocida la incapacidad manifiesta de los periodistas para sintetizar y resumir ideas... Y como tratantes de tochos, hemos desarrollado cierta capacidad de desentrañarlos, hasta el punto de conseguir sacar lo realmente importante de los tochos, hasta reducirlos a su esencia primigenia, que suele ceñirse a una escueta frase, la mayor parte de las veces. Pero si el cícero es la medida universal del diseño, parece que el tocho se ha estandarizado como medida universal del periodismo escrito previo paso por maquetación... Se entiende por tanto, ahora, que los redactores nos odien, murmuren a nuestras espaldas y recurran a eso ya tan manido de "la dictadura del maquetariado", ya que somos nosotros los desatochadores que los desatochan... siempre contra su voluntad, faltaría más.
Generalmente se nos viene un tocho encima cuando en un folio no se aprecia gris, sino negro, negrísimo (consultad las voces mancha y gris, si tenéis dudas)... Pero también se siente cercano cuando ves que viene ese redactor (jefe) y te comenta muy serio que este texto es que no tiene corte ninguno, porque es un texto buenísimo y elaboradísimo... La de veces que habremos querido explicarle a este tipo de pobreza espiritual que todo, absolutamente todo en la vida tiene corte y edición. Y que además, milagros del ser humano, las cosas editadas y cortadas suelen mejorar... Muchas veces nos hubiera gustado incluso hacerle tragar los cortes y descartes de don Miguel de Cervantes de su afamado Quijote, que también fue editado y recortado, creednos... Y aun así, le quedó tocho, el tocho por antonomasía, el tocho de tochos... ¡la madre de todos los tochos!
Pero no sólo los maquetas 'atochan' las cosas, viva Dios. La capacidad de generar tochos es consubstancial al ser humano, como la de generar paridas. Existe un tipo de maquetador, muy definido, que aunque no quiera, se convierte en el atochador de páginas. Coja lo que coja, le sale un tocho. Y no le hables de blancos, edición gráfica o de despiezar un poco es texto de setenta mil caractéres... porque él sólo sabe hacer tochos. Vive para eso. Sueñas con enormes páramos de tinta. Sus ojos sólo ven enormes bloques preñados de texto. Y no le sacarás de ahí, aunque bien asesorado, podría llegar a desarrollar una prometedora carrera como maquetador de páginas de anuncios por palabras o de parrillas de televisión...
Incluso esta voz que acabáis de leer vosotros cuatro, valientes que no os asustáis por unas cuantas líneas juntas, es un tocho. Y no porque no seamos capaces de concretar, que lo somos, por supuesto. Sino por puro homenaje formal al fenómeno tochil. Porque lo que no pretenderéis es que hablemos de los tochos y os lo resumamos en dos liniejas de nada ¿no?



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
Diseñario 2.0 (XLVII): ríos-rutero.
Diseñario 2.0 (XLVIII): scoop-solemnidad.
Diseñario 2.0 (XLIX): staff-supervivencia.
Diseñario 2.0 (L): tejadillo-temazo.

lunes, 24 de enero de 2011

Diseñario 2.0 (L)

En este número absolutamente redondo, si no lo numerásemos a la manera romana, o rotundo, el comité de expertos de encajabaja encargados del Diseñario tienen el enorme honor de compartir su tarea con uno de nuestros queridos lectores de esta obra abierta. Sí, "camisa blanca de mi esperanza" nos envió hace ya tiempo, cuando anunciamos la segunda versión 2.0, una definición para la voz "Teléfono" de altísimo nivel diseñarístico que publicamos ahora que llega su turno alfabético y que agradecmos mil a Eduardo Lamparero. Y como hablamos de lectores, queremos también desde aquí animar a otro de los más fieles, nuestro querido Fernando Sánchez Postigo, para que no se vaya del club de fútbol que es toda su vida, como anunció recientemente tras otro derbi más (aquí tenéis una página de apoyo en Facebook a esta iniciativa solidaria). Dedicada a ellos y a todos nuestros lectores, les ofrecemos la entrega número 50 del Diseñario, obra infinita, irreverente, colectiva y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




T


Tejadillo. Debajo de la cabecera, en el punto más alto de una publicación si hablamos desde la perspectiva espacial, se encuentra el tejadillo. Pequeño, alargado y con barandillas en forma de filetes, es una especie de balcón desde el que asomarse al resto de la portada. Sirve, por lo general, para colocar noticias que no tienen lugar en el resto de la portada, un poco más "seria". Y en ocasiones, quizá demasiadas, para autopromocionar productos de la casa.
Para ser noticia de tejadillo no vale cualquier cosa, de lo contrario no se iría preguntando: "¿Tienes algo para el tejadillo?". Alejada del resto de las noticias, ya sea por sus protagonistas o por las acciones de los mismos, un buen ingrediente para ser noticia de tejadillo puede ser algún militar con excéntricas soluciones a problemas comunes, una mascota de apetito voraz por objetos de alto valor pecuniario, la última ocurrencia (extravagante, por supuesto) del político o artista de turno o algún descubrimiento científico con muy buena prensa, a ser posible relacionado con la salud sexual. Todas ellas colocadas en un sitio privilegiado, porque no cualquier noticia puede estar justo debajo del sancta sanctorum que representa la cabecera.

Teléfono. Aparato, generalmente de plástico, que sirve para decirle cosas a otras personas. Cuando el receptor es solicitado, el aparato emite un sonido de alerta para que éste se dé cuenta. Por lo general una melodía artificial de poco valor armónico que suena alto.
El teléfono funciona a lo largo de todo el día. Unas veces la llamada llega desde fuera, habitualmente para pedir algo que no se puede dar. Otras, la llamada es interna, generalmente del maquetador que solicita la presencia del redactor para mostrarle la página o viceversa.
En las redacciones hay grandes usuarios de teléfono, hasta el punto que son capaces de desempeñar toda su labor sin levantarse de la silla a lo largo de toda la jornada. Estos amantes del aparato de plástico prefieren descolgar y marcar la extensión a levantarse y caminar dos o tres metros. En perjuicio del medio ambiente y de su propia salud.
Este tipo de conductas telefónicas prolongadas a lo largo del día y a medida que el cierre definitivo se acerca pueden generar en los habitantes de las redacciones graves crispaciones. Recibir la llamada número 60 en el momento en el que se está buscando un titular cuando no hay de dónde sacar es matemáticamente motivo de indignación y cabreo. El caso es extensible al maquetador de ojos inyectados en sangre cuando recibe la llamada en el instante que el programa no le responde.
Para tratar de paliar los efectos nocivos del aparato es recomendable taparle el altavoz —normalmente situado en su parte inferior— con una cama de pos-it adherida con celo.
Nunca, a pesar de la hora del cierre, del número de llamadas recibidas y por extensión del grado de mosqueo, se debe colgar el teléfono con violencia.

Temazo. Es un gran tema, qué va a ser si no. Una gran información que tenemos que dar con un tratamiento especial, una exclusiva, algo que esperamos que tenga un impacto enorme cuando lo publiquemos. O algo que, en otras ocasiones, no es otra cosa sino un "tocho" (consúltese un poquito más adelante) que con la excusa de ser un "temazo" se pretende dar así enterito... para embadurnar con tinta páginas que nunca, nadie, leerá.



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
Diseñario 2.0 (XLVII): ríos-rutero.
Diseñario 2.0 (XLVIII): scoop-solemnidad.
Diseñario 2.0 (XLIX): staff-supervivencia.

lunes, 17 de enero de 2011

Diseñario 2.0 (XLIX)

Si la Unión Europea funcionara igual que el comité de expertos de encajabaja encargados de la redacción de este Diseñario, seguramente no existirían los escandalosos desequilibrios que estamos padeciendo con una moneda única en economías tan distintas... hasta el punto de que o se avanza en esa unión, o es posible que el euro sea inviable. También el comienzo de año ha sido algo complicado para algunos miembros de este comité, pero aquí sí hay unión, y por eso además de enviarles a ambos un abrazo, su manera solidaria de funcionar permite que pese a las dificultades puedan ofrecer a todos nuestros fieles e incluso a los infieles seguidores, como cada comienzo de semana, una nueva entrega de esta obra infinita, colectiva, irreverente y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.





Staff. Extranjerismo (no queremos repetirnos, pero ya sabéis como los denominamos aquí cuando son innecesarios) que viene a indicar "los que mandan" y que en nuestro idioma se se denominaba "mancheta", aunque la voz inglesa parece imponerse en estos últimos tiempos, tan guays ellos. Habitualmente colocado bajo una versión reducida de la cabecera, indica quiénes son las "caras visibles" de una empresa, los que ostentan un cargo, ya sea uno clásico, como la dirección, o uno de nuevo cuño e incomprensible función, como la dirección de subgerencia general. Puestos relacionados tanto con el contenido como con la gestión de la empresa.
Aparecer en el staff significa que tu carrera profesional va viento en popa, pero también significa, o suele significar, otra cosa, y es que has dejado de escribir con la asiduidad con la que lo hacías antes.
El staff tiene tanta importancia que no hay periódico que salga sin él, ya sea en la primera página, en la segunda o en la última, porque si hay algo en lo que se fijan los del staff es precisamente en eso, en que salga.

Suelto. Pieza informativa muy pequeña, generalmente de un párrafo y con dos párrafos como máximo, además de un pequeño título. Aunque ahora se coloca a veces al final de una columna, lo normal desde hace ya bastantes años es agruparlo junto con otras noticias de esta misma entidad en lo que denominamos "columna de breves" o en un "faldón de breves", o incluso en toda una "página de breves". Antaño podía maquetarse en un pequeño recuadrito o en cualquier lugar donde hubiera sitio, por ahí "suelto". Pero ahora no, por esta razón el término "suelto" está en deshuso, mientras el de breve goza de un privilegiado monopolio.

Supervivencia. Sacrosanta actividad a la que parecen haberse consagrado en exclusiva los medios de comunicación en general, y los periódicos en especial. Antes de esta triste ocupación, en una idílica edad de oro de la que no estamos seguros del todo de su existencia real, se dedicaban a informar, a contar historias reales sobre los seres humanos; después pasaron a centrarse en ganar dinero a toda costa vendido primero libros y demás productos culturales (lo que está bien porque un periódico es también un producto cultural, ¿lo sabían?), coleccionables de lo que fuera y finalmente hasta menaje de cocina —de esta etapa sí podemos dar fe—; para llegar ¿finalmente? a esta fase del sálvese quien pueda a base de recortes. De personal, de publicidad, de ventas, de más personal... con el consiguiente recorte también en la calidad, suponiendo que este círculo vicioso dara de sí hasta el infinito... o hasta la jubilación al menos.
Hay que señalar, en honor a la verdad, que esta curiosa estrategia de supervivencia no es algo que deba achacarse a una entidad abstracta a la que podemos denominar "empresa", o a "ellos", sino que independientemente del grado mayor o menor de responsabilidad y sobre todo de decisión de cada cual, es el resultado colectivo de la suma de "actitudes del superviviente" de todos y cada uno de los que hacen, hacemos, los medios de comunicación, especialmente los periódicos. "Actitudes del superviviente" que dan para todo un tratado que, evidentemente, excede los humildes límites de esta definición.
Por lo de ser una actitud colectiva resulta tan difícil detener esa inercia, esa manera de actuar y de pensar que mientras rodamos por una pendiente hacia abajo, al menos rodamos. No es internet, o no sólo, ni la crisis que en realidad existe desde que tenemos memoria profesional y a veces disimula haciendo como que desaparece; somos nosotros, empeñados en sobrevivir en vez de en vivir mejor intentando hacer periódicos mejores, los que se imprimían en aquellos míticos tiempos en los que nos dedicábamos a informar, a contar historias reales sobre los seres humanos.



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

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Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
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Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
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Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
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Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
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Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
Diseñario 2.0 (XLVII): ríos-rutero.
Diseñario 2.0 (XLVIII): scoop-solemnidad.

lunes, 10 de enero de 2011

Diseñario 2.0 (XLVIII)

¡Volvemos! Después de las "entretenidas" Navidades y el inevitable cambio de año, porque el tiempo no se detiene, nos encontramos de nuevo con este público maravilloso, y lo decimos con todo el respeto y desde el fondo de nuestro corazón. Son todos ustedes un ejemplo para su especie, les amamos y sentimos ese amor también de ustedes. Por eso, servidores suyos y con toda solemnidad, el caprichoso y contradictorio comité de expertos de encajabaja les ofrece en absoluta exclusiva una nueva entrega deeeeeeeelllllll ¡Diseñario! Obra infinita, irreverente, colectiva y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




S


Scoop. Un gilipollismo (consúltese el término en esta misma obra) como otro cualquiera, puesto que resultaría tremendo, chocante, grotesto, irritante, improcedente y, en definitiva, ridículo que algún periodista llegase a una redacción en nuestro país gritando: "¡Tengo un scoop!" cuando hubiera logrado conseguir una exclusiva (que no una primicia). Porque eso es un scoop en la jerga periodística anglosajona. Repetimos, an-glo-sa-jo-na.
Se preguntará entonces más de algún lector, y con toda la razón del mundo porque son unos lectores maravillosos, qué pinta aquí este gilipollismo, a lo que, gilipollistas nosotros, contestaremos con todo el respeto que alguna debilidad mostramos a veces, más que nada por parecer humanos, cediendo a la tentación de incluir un término porque nos trae gratísimos recuerdos cinematográfico-periodísticos, y por el cierto glamour periodiquero que la palabra tiene. Nada más. No lo usen. Ya saben lo que es aunque nunca vayan a oírlo si su vida profesional no transcurre en un medio periodístico anglosajón. Bueno, ¿nunca? Tal vez nos estemos precipitando, y no quisiéramos hacerlo con un público al que tanto queremos y que tanto amor nos devuelve, con todo el respeto, porque lo mismo en el momento más inesperado aparece el que obtendría al instante el título de gilipollista mayor del gremio para soltarlo alegremente con la temeridad de los ignorantes... y eso sí que sería un auténtico scoop.

Servidor. Nosotros de ustedes. También es un ordenador que sirve de enlace entre otros, para almacenar datos y como nodo de una red... pero eso es secundario.

Solemnidad. Algún insensato, alguien pobre de espíritu, habrá pensado en más de una ocasión que el trabajo que se realiza en una sección de maquetas es algo fácilón, simplón y mecánico. Algo que por repetitivo y metódico adquiere un cariz gris y computerizado. Éste es un runrún muy habitual en los periódicos de todo el mundo, tanto que ya muchos ni nos molestamos cuando algún compañero, supuestamente inteligente, nos pregunta sorprendido: "¡Anda, pero ¿vosotros sois periodistas?!"... A lo que ya ni contestamos, evidentemente hastiados de tanta agudeza mental.
Quizá por esa falta de reconocimiento histórica, o por algún retorcido sentido del humor, no hay personaje que pueda hablar con mayor solemnidad de una simple raya, o de un espacio en blanco que un maqueta... Hay que decir que el auténtico maqueta, el de raza, el que está en vías de extinción, habla con solemnidad de este tipo de asuntos porque los siente suyos, porque son fruto de sus padecimientos y frustaciones diarias, como si los hubiera parido, vaya... Esa expresión pétrea, ese rictus inmutable, esa mirada fija que sientes como te taladra para sostener muy en serio: "Efectivamente, eso está a un cícero de distancia. Es blanco más que de sobra..." mientras le miras como miraba Clint Eastwood al indio en aquel espaguetti western, sólo puede sostenerla un maqueta de corazón, uno de verdad...
Pero que no os engañen... Podemos ser malos, muy malos incluso... Podemos ser retorcidos, incluso crueles... Pero la solemnidad con la que defendemos tan nimios detalles se debe a que somos plenamente conscientes (a veces es posible que sólo nosotros en toda la redacción...) de que en esos mínimos cuidados reside el periodismo, y la calidad y el rigor. Que sabiendo a cuanto se coloca un filete de una columna se defiende el estilo propio, y a nuestros lectores, que pagan todos los días un euro para que no les den gato por liebre, para abrir su periódico... y que se encuentren su periódico.
Por eso nos ponemos así de solemnes. Aunque nos suponga algún encontronazo que otro, incluso algún que otro enemigo. Porque estamos ahí, entre otras muchas cosas para ser muy serios con esas cosas que no parecen tan importantes... Y porque nadie sabría que sería de un periódico si no tuviera un grupo de implacables, solemnes e irreductibles que pongan las cosas en su sitio, de vez en cuando. Como nadie puede explicar cómo ha llegado esta dichosa voz a este Diseñario.



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

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Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
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Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
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Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
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Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
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lunes, 20 de diciembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLVII)

Ha sido una semana triste. La aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras... Semana triste no porque los miembros del comité de expertos del Diseñario, obra infinita, colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general, nos ofrezcan su última entrega de un año que se va, sino porque se ha ido uno de los hombres más importantes de nuestra cultura, de nuestra música, o de la música universal que alimentó Morente con su genialidad libre, por bulerías y por disonancias, por fandangos naturales. Porque morir es natural, yo no le temo a la muerte, le temo más a la vida.... Para él nuestro homenaje, humilde claro. Para el maestro infinito, colectivo, irreverente, abierto a todos su arte sobre la gente, el sentir y el amor en general.




Ríos. Lo son en sentido metafórico, porque no se conoce de nadie que hubiera nunca diseñado páginas de papel utilizando agua, o bajo el agua, ni tan siquiera mojadas. En un sentido metafórico algo menos elevado que aquellos ríos que son nuestras vidas que van a dar en la mar, que es el morir, tan callando, puesto que hablamos de un efecto algo más que estético que, si se puede, debe evitarse, y que consiste en la aparición de espacios en blanco desproporcionados entre palabras, creados por una separación incorrecta entre ellas a lo largo de varias líneas. Sucede sobre todo en los textos justificados no sólo afeando sino dificultando además la lectura.
En los titulares, el azar, caprichoso como nadie cuando se lo propone, surgen a veces estos ríos de espacios en blanco que fluyen en vertical de una línea a otra como uno de los muchos condicionantes, generalmente desconocidos para los profanos, que hay que sortear para lograr un título perfecto, o bueno a secas sin más pretensiones, tantos (aproximado número de matrices en todas las líneas, particiones adecuadas, número de palabras que permitan un cuerpo adecuado para ese nivel de titulación... y que, encima, todo esto contenga una frase lograda, dotada de significado, de información y de impacto), tantos condicionantes, decíamos, que a veces al componerlos quisiéramos tirarnos a un río. De los que van a dar al mar, claro, que es el morir.

Rutero. Son los encargados de, siguiendo una ruta preestablecida, poner las calles, apagar las farolas y dejar en los armarios adosados a los kioscos los paquetes de periódicos y revistas del día que amanecen todos en los miles de puntos de venta del país. Pueden parecer una parte poco importante dentro del ecosistema periodístico, por lo poco que se habla de ellos y lo casi invisibles que son, pero cuando se quiere bloquear un periódico, el primer paso es evitar que salgan las furgonetas de las rotatitvas. Ellos son la imprescindible "distribución". Si se consiguen bloquear las rutas, el paro está casi asegurado y el periódico no saldrá a pesar de haberse escrito y de haberse impreso. A los ruteros se les puede identificar por las grandes pegatinas de prensa que adornan los parabrisas de sus vehículos, su conducción rápida y sinuosa y por su habilidad para lanzar paquetes de periódicos con una sola mano. Si eres capaz de hacer estas tres cosas, y además te lo permite el "gremio", eres capaz de hacer una ruta.


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Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLVI)

La libertad lucha su última batalla en una red de ordenadores que abraza el planeta con el peligro de que el poder la convierta en un medio domesticado en el que tan sólo compremos, para que les compremos cosas y servicios, y sus noticias, pero no para que publiquemos en ella "sin autorización del rey", como sucedió con los primeros libros. No es que los miembros ocultos y caprichosos, contradictorios, del comité de expertos teman que les censuren; tan sólo observan el presente algo preocupados, no tanto, eso sí, como para no ofrecernos una nueva entrega de su infinito Diseñario, obra irreverente, colectiva y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




Registro. Marcas de registro, a las que se suele denominar tan sólo con esta palabra y que, como ya definimos, son unos símbolos de referencia que se imprimen fuera de los márgenes de las páginas y que sirven para alinear las distintas planchas en la impresión a varios colores.
También son un tema que suele dar bastante juego periodístico, porque de los distintos registros que efectúan jueces y policías siempre se puede después contar algo, o no... lo que lo hace más interesante.

Reportero. A simple vista, se podría decir que es todo aquel periodista que realiza un reportaje. Pero no.
Un reportero es una especie en extinción de la tribu. Es un periodista que baja a las trincheras, que busca la noticia, que con su pinta de antihéroe sale a la calle en busca de los personajes que alimentan la sociedad, de las historias que pincelan la vida cotidiana. Un periodista que es testigo, no juez ni parte, de la realidad. Un periodista que deja a un lado los dogmas, para buscar su propia visión de la realidad. Haciendo lo que mejor sabe: observar y preguntar.
Un periodista que quiere visitar un país en guerra para contar que los hombres se odian y se matan, que el pueblo sufre y que el hambre azota a los más desfavorecidos.
Un reportero está a disgusto en la redacción, no tiene horario e intenta mimetizarse con el entorno, observar historias incómodas, como a veces es la realidad. Y contarlas, a cualquier precio. Porque eso es lo que significa ser reportero. Contar, contar y contar.
Pero sobre todo es, antes que nada, PERIODISTA.

Retícula. Contrariamente a lo que los artístas suelen pensar, el diseño es cuestión de orden y repetición, más que de inspiración y de genialidad. Porque aunque luego uno tenga un brevísimo lapso de estado de gracia, una página se compone sobre una estructura organizada en módulos verticales y horizontales... Y sólo ajustando los elementos a esas guías imaginarias (o no tan imaginarias) es como se consigue que la repetición proporcione orden y estabilidad. Y desde ahí, la información. Para eso sirve una retícula, esa imantada rejilla que Quark se empeña en mostrar en un insoportable rosa chillón que no deja ver nada más allá de ese infame tapiz rosado. El conjunto de columnas, módulos y líneas base que componen el esqueleto sobre el que construiremos nuestras páginas, ciñéndonos a él la mayor parte de las veces, vulnerando conscientemente sus límites en otras ocasiones, en las que la información nos permita alguna licencia de más...
Tradicionalmente, los periódicos tabloides se maquetan sobre una retícula de cinco columnas en su estructura informativa básica, aunque últimamente hemos disfrutado de la claridad compositiva de cuatro magníficas columnas bien editadas. Hay periódicos que emplean retículas múltiples, que lo mismo van a seis, que a cinco, que a cuatro, que incluyen columnas falsas de menor tamaño para elementos de segundo nivel de lectura, o para arrojar blancos cuando estás más preocupado por la forma que por el contenido...
Decía un histórico de nuestra redacción que buscaba "un maquetador sin miedo a romper las columnas". Creador compulsivo de frases inolvidables, se lo consentimos prácticamente todo, excepto eso. Porque para nosotros, sorprendentemente ortodoxos, impropiamente clásicos, las columnas son intocables y la retícula sagrada. Porque en esos trazos invisibles, en esas guías de referencia se contiene gran parte de la identidad de un periódico. De su naturaleza y de su vocación. De su manera de contar las cosas. Porque todo, repetiremos hasta el infinito, todo en una página maquetada aporta información. Incluso los límites invisibles que te impiden hacer cosas que no parezcan páginas de tu propio periódico.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Diseñario 2.0 (XLV)

Conmocionados por la nueva entrega de documentos secretos de Wikileaks acerca de la diplomacia de Estados Unidos con el resto de países de todo el mundo. Ni elecciones catalanas, ni Guardiola versus Mourinho, ni el "rescate" de Irlanda para que los dueños del dinero sigan sin perder ni un céntimo a costa de empobrecer a países enteros, ni la ola de frío que viene pero que no viene. Esta nueva manera de ofrecer información brutal en bruto (filtrada, o censurada, en principio por "grandes medios") ha conmocionado una vez más a los miembros del comité de expertos encargados de la redacción del Diseñario (cualquier día, Wikileaks lo mismo filtra quién son y dónde se esconden) aunque no hasta el punto de imposibilitarles a que nos ofrezcan una nueva entrega de esta obra colectiva, infinita, irreverente y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




R


Rataplán. Sonora palabra de la jerga periodística. Tan sonora, y tan ajena al mundo de los mortales, que su significado, dentro las propias redacciones, a veces es confundido y definido de distinta manera. Aunque parecida, en realidad.
En algunas, es un título a una columna con un pequeño texto que lo acompaña. Este texto no llega a ser un arranque, porque el texto no tiene una continuidad lineal dentro del periódico, ni un subtítulo, porque tipográficamente no se distingue de un texto base. Es, se podría decir, un breve resumen de la misma.
Sin embargo, en otras redacciones, un rataplán es una serie de títulos de noticias que se colocan en la portada porque merecen ser destacadas. Títulos, simplemente, ni arranque ni subtítulos. Simplemente unos títulos. Suelen estar a un lado de la portada (según el diseño de la misma) y ocupar parte de una columna. Nunca más.

Recurso. Pequeña pieza de publicidad que se utiliza para rellenar algún hueco que se haya podido crear a lo largo de la jornada, o que los maquetadores hábilmente solicitan para equilibrar algún despropósito publicístico y recuperar la iniciativa en la confección de la página. El recurso cada vez se utiliza menos, sobre todo en estas épocas de crisis, en las que no se discute fórmula de publi, con tal de que la paguen...
Hay otro tipo de recursos, en los que los maquetas han de ser auténticos especialistas. Son aquellos recursos que hacen que siempre mantengas la cabeza fuera del agua, pese a los intentos denodados de los redactores por ahogarte en peticiones, difíciles algunas, otras imposibles, algunas decididamente absurdas. Tanto que en muchas ocasiones, maquetar se convierte en un desafío, en una lucha entre alguien que no quiere dar su brazo a torcer y alguien que pretende torcértelo a toda costa. Y para entonar el himno del maqueta, y exclamar con fuerza y honor "¡NO!" no basta con plantarte con cara de mala leche. Hacen falta argumentos, y para eso, hacen falta recursos. Recursos que vienen dados o por la experiencia, por los años de solucionar y ver solucionar a tus compañeros rompecabezas en forma de noticias, o por una capacidad innata para detener el tiempo por unos segundos y conseguir pensar un poco más las cosas. Y así, un buen día, después de miles y miles de maquetas, descubres que te enfrentas a una maqueta en blanco y las soluciones, una tras otra, se van presentando, como los números se le aparecen a los matemáticos... Y casi sin pensar ves dos, tres, cuatro posibles soluciones. Soluciones que por supuesto, no compartes con nadie. Aplicas una y te guardas las demás, que se convertirán en recursos para la próxima ocasión. Porque la información es cambiante y caprichosa, pero también es recurrente. Y la experiencia y la memoria se convierten en un valor añadido importantísimo para un maqueta. Y tirar de recursos es fundamental cuando tu vida es una reválida continua, diaria, un careo perpetuo con la información, cual Sísifo subiendo la pendiente con su piedra a cuestas.
Por último, también se recurren a una instancia superior las decisiones arbitrarias, como la de algún sabio de este consejo, que pretendía elegir voz desde la lejanía, saltándose a la torera todo orden y turno correctamente establecido...

Rediseño. Esfuerzo descomunal que hacen los periódicos, todos, de cuando en cuando para que la competencia pueda criticarlos sin piedad.
Desde las empresas periodísticas editoras de los diarios se considera ingenuamente que este derroche económico y humano, porque suele haber bajas en tales menesteres, tiene como objetivo renovar y modernizar el periódico, o incluso aumentar sus ventas (fenomeno éste que se logra los primeros días del resideño gracias a una campaña publicitaria por lo general de costes mucho más abultados que los ingresos que luego se obtienen con esos efímeros y puntuales aumentos de difusión). Incluso se conocen casos de empresarios que pretendían... ¡llegar a un público más joven! con esta medida que, si no va acompañada de un replanteamiento de los contenidos como suele suceder, se queda en meros fuegos artificiales a corto plazo, o en maquillaje para enfermos... a veces terminales.
No obstante, se han dado casos de auténticas renovaciones en la redacción de algunos diarios acompañadas de una nueva manera de contar la realidad puesta en página de manera distinta, todo ello en función de sus lectores. De verdad.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.