Si la Unión Europea funcionara igual que el comité de expertos de encajabaja encargados de la redacción de este Diseñario, seguramente no existirían los escandalosos desequilibrios que estamos padeciendo con una moneda única en economías tan distintas... hasta el punto de que o se avanza en esa unión, o es posible que el euro sea inviable. También el comienzo de año ha sido algo complicado para algunos miembros de este comité, pero aquí sí hay unión, y por eso además de enviarles a ambos un abrazo, su manera solidaria de funcionar permite que pese a las dificultades puedan ofrecer a todos nuestros fieles e incluso a los infieles seguidores, como cada comienzo de semana, una nueva entrega de esta obra infinita, colectiva, irreverente y abierta sobre el diseño periodístico y la prensa en general.
Staff. Extranjerismo (no queremos repetirnos, pero ya sabéis como los denominamos aquí cuando son innecesarios) que viene a indicar "los que mandan" y que en nuestro idioma se se denominaba "mancheta", aunque la voz inglesa parece imponerse en estos últimos tiempos, tan guays ellos. Habitualmente colocado bajo una versión reducida de la cabecera, indica quiénes son las "caras visibles" de una empresa, los que ostentan un cargo, ya sea uno clásico, como la dirección, o uno de nuevo cuño e incomprensible función, como la dirección de subgerencia general. Puestos relacionados tanto con el contenido como con la gestión de la empresa.
Aparecer en el staff significa que tu carrera profesional va viento en popa, pero también significa, o suele significar, otra cosa, y es que has dejado de escribir con la asiduidad con la que lo hacías antes.
El staff tiene tanta importancia que no hay periódico que salga sin él, ya sea en la primera página, en la segunda o en la última, porque si hay algo en lo que se fijan los del staff es precisamente en eso, en que salga.
Suelto. Pieza informativa muy pequeña, generalmente de un párrafo y con dos párrafos como máximo, además de un pequeño título. Aunque ahora se coloca a veces al final de una columna, lo normal desde hace ya bastantes años es agruparlo junto con otras noticias de esta misma entidad en lo que denominamos "columna de breves" o en un "faldón de breves", o incluso en toda una "página de breves". Antaño podía maquetarse en un pequeño recuadrito o en cualquier lugar donde hubiera sitio, por ahí "suelto". Pero ahora no, por esta razón el término "suelto" está en deshuso, mientras el de breve goza de un privilegiado monopolio.
Supervivencia. Sacrosanta actividad a la que parecen haberse consagrado en exclusiva los medios de comunicación en general, y los periódicos en especial. Antes de esta triste ocupación, en una idílica edad de oro de la que no estamos seguros del todo de su existencia real, se dedicaban a informar, a contar historias reales sobre los seres humanos; después pasaron a centrarse en ganar dinero a toda costa vendido primero libros y demás productos culturales (lo que está bien porque un periódico es también un producto cultural, ¿lo sabían?), coleccionables de lo que fuera y finalmente hasta menaje de cocina —de esta etapa sí podemos dar fe—; para llegar ¿finalmente? a esta fase del sálvese quien pueda a base de recortes. De personal, de publicidad, de ventas, de más personal... con el consiguiente recorte también en la calidad, suponiendo que este círculo vicioso dara de sí hasta el infinito... o hasta la jubilación al menos.
Hay que señalar, en honor a la verdad, que esta curiosa estrategia de supervivencia no es algo que deba achacarse a una entidad abstracta a la que podemos denominar "empresa", o a "ellos", sino que independientemente del grado mayor o menor de responsabilidad y sobre todo de decisión de cada cual, es el resultado colectivo de la suma de "actitudes del superviviente" de todos y cada uno de los que hacen, hacemos, los medios de comunicación, especialmente los periódicos. "Actitudes del superviviente" que dan para todo un tratado que, evidentemente, excede los humildes límites de esta definición.
Por lo de ser una actitud colectiva resulta tan difícil detener esa inercia, esa manera de actuar y de pensar que mientras rodamos por una pendiente hacia abajo, al menos rodamos. No es internet, o no sólo, ni la crisis que en realidad existe desde que tenemos memoria profesional y a veces disimula haciendo como que desaparece; somos nosotros, empeñados en sobrevivir en vez de en vivir mejor intentando hacer periódicos mejores, los que se imprimían en aquellos míticos tiempos en los que nos dedicábamos a informar, a contar historias reales sobre los seres humanos.
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
Diseñario 2.0 (XLVII): ríos-rutero.
Diseñario 2.0 (XLVIII): scoop-solemnidad.
Aparecer en el staff significa que tu carrera profesional va viento en popa, pero también significa, o suele significar, otra cosa, y es que has dejado de escribir con la asiduidad con la que lo hacías antes.
El staff tiene tanta importancia que no hay periódico que salga sin él, ya sea en la primera página, en la segunda o en la última, porque si hay algo en lo que se fijan los del staff es precisamente en eso, en que salga.
Suelto. Pieza informativa muy pequeña, generalmente de un párrafo y con dos párrafos como máximo, además de un pequeño título. Aunque ahora se coloca a veces al final de una columna, lo normal desde hace ya bastantes años es agruparlo junto con otras noticias de esta misma entidad en lo que denominamos "columna de breves" o en un "faldón de breves", o incluso en toda una "página de breves". Antaño podía maquetarse en un pequeño recuadrito o en cualquier lugar donde hubiera sitio, por ahí "suelto". Pero ahora no, por esta razón el término "suelto" está en deshuso, mientras el de breve goza de un privilegiado monopolio.
Supervivencia. Sacrosanta actividad a la que parecen haberse consagrado en exclusiva los medios de comunicación en general, y los periódicos en especial. Antes de esta triste ocupación, en una idílica edad de oro de la que no estamos seguros del todo de su existencia real, se dedicaban a informar, a contar historias reales sobre los seres humanos; después pasaron a centrarse en ganar dinero a toda costa vendido primero libros y demás productos culturales (lo que está bien porque un periódico es también un producto cultural, ¿lo sabían?), coleccionables de lo que fuera y finalmente hasta menaje de cocina —de esta etapa sí podemos dar fe—; para llegar ¿finalmente? a esta fase del sálvese quien pueda a base de recortes. De personal, de publicidad, de ventas, de más personal... con el consiguiente recorte también en la calidad, suponiendo que este círculo vicioso dara de sí hasta el infinito... o hasta la jubilación al menos.
Hay que señalar, en honor a la verdad, que esta curiosa estrategia de supervivencia no es algo que deba achacarse a una entidad abstracta a la que podemos denominar "empresa", o a "ellos", sino que independientemente del grado mayor o menor de responsabilidad y sobre todo de decisión de cada cual, es el resultado colectivo de la suma de "actitudes del superviviente" de todos y cada uno de los que hacen, hacemos, los medios de comunicación, especialmente los periódicos. "Actitudes del superviviente" que dan para todo un tratado que, evidentemente, excede los humildes límites de esta definición.
Por lo de ser una actitud colectiva resulta tan difícil detener esa inercia, esa manera de actuar y de pensar que mientras rodamos por una pendiente hacia abajo, al menos rodamos. No es internet, o no sólo, ni la crisis que en realidad existe desde que tenemos memoria profesional y a veces disimula haciendo como que desaparece; somos nosotros, empeñados en sobrevivir en vez de en vivir mejor intentando hacer periódicos mejores, los que se imprimían en aquellos míticos tiempos en los que nos dedicábamos a informar, a contar historias reales sobre los seres humanos.
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
Diseñario 2.0 (XLVII): ríos-rutero.
Diseñario 2.0 (XLVIII): scoop-solemnidad.
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