martes, 30 de octubre de 2007

Revista de blogs (III)

Os traemos una nueva entrega de nuestra revista de blogs con una selección de los mejores enlaces de este mundillo.

Para comenzar, damos la bienvenida a la blogosfera a Encarni Hinojosa, creadora de Yo hago los dibujitos. Con esta magnífica frase resume a los no iniciados en la materia en qué consiste la infografía y de paso nos enseña su trabajo en La Voz de Cádiz, donde, como en todo periódico pequeño, igual cose un huevo que fríe un alfiler. Porque la vida hay que tomársela con sentido del humor. La animamos desde aquí y le damos la enhorabuena por su recién creado blog.

Desfaziendo entuertos es el blog de José Alfonso de Tomás y en él podemos encontrar diversos trucos para manejar el Photoshop, Quark, Indesign, etc. Trucos que van desde la gestión de color hasta cómo imprimir correctamente un archivo en pdf. 100% práctico y 100% recomendable para manejar a fondo los programas con los que nos tenemos que enfrentar cada día.

Por último, y no por ello menos importante, un clásico de la red. Se trata de Caja de Imagen, blog del departamento de diseño del Heraldo de Aragón. Aunque actualizan menos a menudo de lo que nos gustaría, merece la pena estar atentos a este blog en el que nos muestran el magnífico trabajo realizado en tierras mañas. Lo dicho, un clásico imprescindible.

sábado, 27 de octubre de 2007

Un olvido

Un descuido. Esperábamos un cambio en todos los suplementos de El País y esta semana Ciberpaís ha aparecido con su ropa de siempre, la vieja. Un malentendido. Tal vez el fallo fue nuestro porque en realidad nadie mencionó el suplemento tecnológico. Un abandono, pues. Porque es cierto que ni se le mencionó, ni se le ha renovado como a casi todos los demás (hoy sábado comprobamos que tampoco El Viajero alcanza la modernidad) tal vez por falta de tiempo, de medios, o de interés en hacerlo.

Así apareció, el pobre, el jueves. Al menos le pusieron la mancheta nueva, con su acento azul, arriba a la izquierda. Se debió quedar quieto cuando pidieron voluntarios para someterse al diseño de Óscar Mariné mientras Babelia, Domingo y El País Semanal daban un paso al frente. Y por tanto no le han vestido con los modelos minimalistas, con esas estructuras esenciales de Mariné que tanto se han criticado y que tan extraño me hacen sentir, las críticas digo, porque al parecer debo ser uno de los pocos a quien le parecen bien, muy bien incluso. Tan bien, que ni El País se ha atrevido a ponerlo en página tal cual, como nos lo adelantaron, y ya el primer día de estreno lo llenaron de sumarios en páginas que debían ser sólo de texto y multiplicaron las fotitos en otras. Corren malos tiempos para la lectura, vengo diciendo. Y para el riesgo, al parecer.

¿Y corren malos tiempos para internet, para las nuevas tecnologías, para ser global, para la gente joven? Parece ser que no, ¿no? Entonces, por qué el abandono de Ciberpaís, precisamente el suplemento dedicado a todo esto y que seguramente contará con lectores más jóvenes. Porque después de tanto estudio no creo que sea un olvido, y la falta de medios no nos convence del todo. ¿No será que quienes deciden en el periódico global en castellano en realidad no están en internet, ni se interesan en ello, ni en las nuevas tecnologías, algo que sí atrae a los más jóvenes? ¿No será que Cebrián y compañía no leen o ni tan siquiera hojean Ciberpaís? ¿Sabrán que existe? No puede ser un olvido.

jueves, 25 de octubre de 2007

Palabras mágicas, palabras malditas

Traemos en esta ocasión el artículo de un nuevo colaborador. Nuestro compañero, amigo y gran maqueta, Enrique Falcón, nos ofrece su punto de vista acerca del trabajo en la redacción.

Hoy he hecho algo prohibido. He sido totalmente consciente de mi acto. Un acto de rebeldía. Una locura.
Sabéis cuando vais por la carretera sin nada de tráfico. Limpia, clara, cristalina. Tu coche circula sin impedimentos y la hora que calculaste de llegada se reduce a cada kilómetro que avanzas. Pero de repente, tu compañero de viaje comenta:
-Parece que hoy no hay muchos coches.
¡¡¡Nooooooooooo!!! ¡¿Qué ha hecho?! Inexplicablemente, a los pocos kilómetros, coincidiendo con un cambio de rasante, aparece ante ti el embotellamiento mejor organizado que has visto jamás: con sus carriles repletos de vehículos salpicados de lentos camiones.


Páginas de primera edición, cuando todo estaba tranquilo...


Bueno, pues esto es lo que pasó...
Trabajo maquetando en el turno de medianoche de un periódico y el pasado 18 de octubre me encontraba en la redacción. Eran las 11:10 de la noche, ya habíamos terminado con todo el trabajo y disfrutábamos de uno de esos momentos en los que el periódico está en un relativo silencio. Había terminado de dar cuenta de un bocadillo cuando cometí la felonía:
-Parece que se presenta una noche tranquila...
Mi compañero Mario se giró rápidamente y me miró desconcertado.
-¿Estás loco? No sabes que está PROHIBIDO decir eso. Son las palabras mágicas.
-Venga, Mario. Hay que huir de la superstición...
-Y del oscurantismo.
Apostilló él. Y prosiguió:
-Como pase algo, te enteras.
Dijo con media sonrisa comprendiendo que mi acción era una bravuconada sin consecuencias. Pero...
11:13. Aparece el jefe de Internacional avisándonos que ha habido un atentado contra Benahzir Bhutto en la India y que no sabe la repercusión pero que nos preparemos.
11:15 y 11:16. Llamada de teléfono de Deportes pidiendo que arreglemos un título que está mal y el crítico de Toros que quiere la foto horizontal en lugar de vertical.
Mientras yo realizo esos cambios, Mario está con el responsable de la noche cambiando la portada.
11:20 y 11:21. Aparecen el jefe de Nacional que quiere cambiar páginas en segunda edición y la encargada de las delegaciones necesita que le pintemos un gráfico para meter la lotería. Mario sigue con la Portada. Corrijo la página de Toros, las de Nacional y contesto a una llamada en la que me preguntan qué tipo de letra tiene que ir en la segunda de Nacional.
11:23. Presencia de una redactora de Local que cambia un par de fotos en una doble y pone mala cara al ver que va a salir más tarde de lo que pensaba.
11:26. El jefe de Internacional ya tiene decidido los cambios. Han muerto centenares de personas y Bhutto ha salido indenme. Organiza su sección. Mario coge un par de páginas y yo otro tanto. Llama otro redactor de local para que le levante la firma que se le ha caído (???????) .
11:30. Atiendo a la redactora de Local. Joder me he olvidado del de Deportes. A ver si acabo pronto con ésta. Los que esperan los cambios a mi lado comienzan una animada charla.
11:32. Llama el Deportes preguntando que qué coño pasa con sus cambios. Se va la de local. Aparecen Economía, Nacional y Televisión.
11:33. Llamada de telefono que no contesto.
Y así, hasta las 11:55. Sin parar. Cambios en Cultura, problemas con una foto en Opinión, otra vez el de Deportes. En menos de una hora realizamos unas 12 páginas y unos 30 cambios. Todo frenético, intentando no cometer errores para no volver a ver al que se acaba de ir.
A las 12:06 el asunto se aclara. Todos se han ido. Mario y yo nos miramos y nos reimos.


... que quedaron así, en segunda edición, después de tan lamentable frase


-Te lo dije. No se puede decir esa maldita frase. -Me dijo Mario. Yo sonrío, recojo mis cosas, cierro el cajón me pongo el reloj y le digo.
-Seguro que ahora que te quedas solo tienes una noche tranquila... -Y el contesta:
-Tío, ¡no me jodas!

Quique Falcón

miércoles, 24 de octubre de 2007

De la pata al plano (americano)

En el diseño en prensa hay que tener en cuenta muchos factores a la hora de dar forma a una información. El orden, la jerarquía, la carga informativa de las imágenes, son un ejemplo. Además, hay que tener en cuenta otros factores menos tangibles, como el ritmo y el movimiento. Sobre el ritmo ya hemos hablado en alguna ocasión, algo que deriva de la disposición de los distintos elementos en la página en sí y entre otras páginas. El movimiento consiste en algo parecido,en una página o en toda una sección, quizás más sutil. El movimiento lo puede aportar una imagen, o la correcta utilización de los elementos que conforman los distintos niveles de lectura. También la composición de la página puede inferir un inusitado movimiento al conjunto de la edición. Dentro de los elementos dinamizadores de la información resulta muy efectiva la pata americana. Se denomina así a la última columnade un texto que subiendo, cierra una pieza, de forma que arropa toda la información. El ritmo de lectura se desquilibra, la valoración gráfica gana peso por encima de los titulares, y en consecuencia, se obliga a el ojo del lector a recorrer la página buscando el arranque de la información. ¡Voilà! Se crea el movimiento.



Ejemplo de pata americana. La última columna
de la información
sube y acompaña a la imagen


Sinceramente, desconozco el origen de este recurso. He preguntado a compañeros y amigos si conocían la historia de la pata americana y no ha habido suerte. Parece evidente su origen trasoceánico, pero no hemos sido capaces de precisarlo. Desde aquí aprovechamos la dimensión de la blogosfera y la gran cantidad de amigos que nos leen (muchísimos de ellos en el continente americano) para que en este blog se arroje luz sobre el tema. Cualquiera que sepa de dónde surge el término pata americana, por favor, esperamos ansiosos vuestros comentarios.


¿Fruto de un elaborado planteamiento o recurso surgido de la necesidad? Pensando en ello, me vino a la cabeza la historia de otra aportación típicamente made in USA, el plano americano. Ese plano en el que se encuadra al protagonista desde las rodillas hacia arriba, dejando el fondo del decorado en un segundo plano sugerido. Es la transición entre el plano medio y el general, un plano que nos acerca al personaje, pero sin vincularnos emocionalmente con él, una prudente media distancia. Lo curioso es que este plano, que hoy se utiliza como un recurso dramático habitual, surge de una necesidad de lo más primaria. En la época del dorado western, los cineastas se dieron cuenta de que necesitaban un plano que permitiera que a los protagonistas se les vieran...las pistolas. Así de simple. Y hasta hoy.



John Wayne, en plano americano


Una necesidad que se convierte en recurso dramático. ¿Como la pata americana? Lo cierto es que es una técnica útil, pero de la que se puede caer preso. Requiere una apuesta gráfica que lo sostenga. Y esto me viene al pelo para una pequeña reflexión sobre el rediseño de EL PAÍS. Nos han contado durante los últimos meses que este nuevo diseño iba a apostar decididamente por la imagen. Eso está muy bien. Y es cierto que las imágenes han crecido en el nuevo diseño. Como los cuerpos. Ha crecido un poco todo. Ahí entra la pata americana, con su dinamismo. Pero las fotos a cuatro columnas sobre cinco posibles encierran una trampa. Condicionan la titulación y el resto de la página, a menos que trabajes en La Vanguardia, claro. Combinadas con un apoyo, por ejemplo, no te dejan muchas opciones. Y si abusas de este recurso, resulta que a fuerza de dar todas las fotos grandes y querer mover las páginas... te repites. Y buscando nuevas soluciones das con el tercer ejemplo, al que no sé muy bien cómo llamar: ¿doble pata americana? ¿repata americana? ¿remilpata americana?




Tres ejemplos de las muchas patas americanas que hemos
podido ver en las ediciones de este pasado domingo y lunes de EL PAÍS


A mí, personalmente, me parece que este nuevo PAÍS ha renunciado a signos de identidad propios del periódico. Se ha simplificado el nivel de lectura, han desaparecido los ladillos, los cierres y con tanta foto a cuatro o cinco columnas la edición gráfica (tradicionalmente muy bien valorada) se me queda un poco plana. Eso sí, con tanta foto a cuatro columnas, ahora hay muchísimas patas americanas.

martes, 23 de octubre de 2007

Niveles de lectura

El tema del acento en la cabecera de El País ha sido uno de los más tratados en lo que a su rediseño se refiere, o maquillaje o cirguía estética si preferís llamarlo así. Yo creo que es algo más que maquillaje pero, desde luego, no es un diseño nuevo, no llega a rediseño. Hablaremos pasados unos días. Y tal vez lo haya sido porque vivimos tiempos en que lo anecdótico suele eclipsar lo principal, en que nos dejamos llevar, todos, por la curiosidad llamativa, por los adornos, por lo famoso en vez de lo importante. Y, sinceramente, lo del acento me da exactamente igual. En primer lugar porque lo que han puesto no es un acento, si queremos ponerlo pues se lo ponemos en vez de pintarle una monada en azul para corregir una supuesta falta de ortografía mantenida durante 30 años. Y en segundo lugar porque no supone nada a la hora de leer el periódico. Y el periódico, los periódicos, se publican para ser leídos. Ya lo escribí el otro día cuando hacía referencia a las supuestas razones para el cambio: las páginas se hacen para ser leídas y en lo que a lectura se refiere el cambio más importante que ha llevado a cabo El País ha sido eliminar la entradilla de sus noticias, algo que se ha mencionado como de pasada en comparación con las charlas que hemos leído y oído sobre el banal acento.


Hasta el sabado pasado El País ofrecía a sus lectores tres niveles de lectura que ahora, por afán modernístico, han quedado reducidos a dos. Porque sí o porque todavía no se ha reunido durante meses un comité nombrado por el director para encontrar una razón, como hicieron con el diseño global. Ya nos dirán entonces porqué han decidido quitar la entradilla. En El País, primero se hacen las cosas, nos dijo Javier Moreno, y después se piensa por qué se han hecho.

El primer nivel de lectura se refiere a los títulos. Una primera pasada que hacemos a cualquier periódico consiste en la lectura de los titulares (por eso son grandes, no porque adornen más así las páginas). Este nivel de lectura lo tienen todos los diarios, evidentemente, y no creo que ningún rediseño se atreva a eliminarlo, aunque casos de intento ha habido (si yo contara...). El segundo nivel de lectura es la entradilla que El País ha eliminado: si el título despierta nuestro interés tenemos un párrafo que nos cuenta brevemente la noticia. Este segundo nivel lo tenía El País y casi ningún periódico moderno. El tercer nivel de lectura lo constituye el cuerpo central de la noticia, el texto, al que llegas si los dos primeros te han interesado. Es adentrarte más en la noticia. Son tres opciones y ahora, más modernos, tenemos sólo dos.



Nuestro "plumilla favorito" como él mismo se denomina, el siempre perspicaz Juan Gonzalo, nos comentaba el otro día que una de las razones para eliminar la entradilla podría deberse a que quisieran que entrásemos directamente en el texto, porque tal vez la entradilla hace que en ocasiones sólo leas esa introducción y no el resto de la noticia. Desde luego es una razón de peso, de mucho más peso que las que ha dado el propio El País, porque hasta ahora no nos han dado ninguna, que desaparece en consonancia con los periódicos más modernos, o algo así. Es una opción, pero es una opción con menos variantes y posibilidades para el lector que la que tan bien había funcionado hasta ahora. Yo, como lector, prefiero tener más opciones, como también vengo reclamando que si de verdad nos quieren dar explicaciones pues eso, que las den. Que no nos distraigan con un acento azul.

lunes, 22 de octubre de 2007

Gazeta Wyborcza contra la apatía
en los comicios polacos


El diario polaco Gazeta Wyborcza (Periódico Electoral, en su traducción al castellano) nos sorprendía hoy con esta curiosa e imaginativa portada en la que muestra una caricatura de uno de los gemelos Kaczynski (el que más rabia le dé a cada uno) mirando preocupado hacia la parte de abajo de la portada. Esa parte de abajo, un 60% del total de la primera página, representa el mismo porcentaje de abstención que hubo en las elecciones parlamentarias de 2005. Por lo tanto, un claro mensaje:los polacos tienen que ir a votar.

Una atrevida portada de uno de los periódicos más importantes del país, con gran influencia política: 420.000 copias diarias, una extensión media superior a las 113 páginas y un equipo de 790 periodistas. Casi nada.

domingo, 21 de octubre de 2007

Marca también se renueva hoy

Sólo un par de apuntes para comentar que el Marca también ha escogido el domingo para lanzar su nuevo diseño.

Abandona la famosa M mayúscula para volver a sus orígenes con la palabra MARCA completa. Las informaciones se muestran más ordenadas dentro de la página, lo que sin duda agradecerán (agradeceremos) muchos lectores.


Por último, el uso del color. Ahora los cintillos tendrán el color del equipo del cual se está informando en la página o el color más característico del deporte en cuestión, como el verde golf de la página de abajo.

Enhorabuena también a nuestros compañeros de MARCA.

P.D. Desde aquí queremos agradecer a J.L. Orihuela por mencionar nuestro blog en su columna de la revista Tiempo de Hoy del pasado 11 de octubre. Muchas gracias.

La primera portada del nuevo EL PAÍS



Así es la primera portada de la nueva era de EL PAÍS. Con el famoso acento, eso sí.

sábado, 20 de octubre de 2007

La verdad sobre la tilde de El País



Mucho se ha hablado sobre la tilde del diario El País (aquí, aquí y aquí) y el motivo por el que Juan Luis Cebrián decidió no hacer caso a los académicos que le rogaban que acentuara la cabecera. En su momento se alegó que era un icono, pero nadie se ha hecho eco del verdadero motivo por el que EL PAIS no se escribía EL PAÍS. Reinhard Gäde y Julio Alonso lo explican en una carta al director publicada por el diario de PRISA el pasado sábado. Nada más lejos del motivo oficial:

"La cabecera de EL PAÍS se diseñó sin tilde por una razón más sencilla, pero de más peso, que la empleada el jueves pasado para anunciar que el rediseño del periódico incorpora el preceptivo acento en la i. "Que la cabecera tiene un significado icónico no literal y que nadie se para a pensar en el contenido de lo que define" es una explicación o justificación a posteriori, no por eso exenta de fundamento. Y de ejemplos; entre ellos, el logo de Telefónica.

Pero se olvida que no fue la estética sino un impedimento técnico el que nos llevó a proponer la supresión del acento: las modernas fotocomponedoras, de fabricación norteamericana, carecían de mayúsculas acentuadas, y no tenía sentido poner acento en la cabecera cuando los textos que en el resto del periódico se escribieran todo de mayúsculas tendrían que ir sin él. No éramos los únicos. El resto de los periódicos, con tecnología más atrasada, estaban en las mismas. Era una situación que se arrastraba desde la implantación de la linotipia, máquina inventada por el alemán Mergenthaler a finales del siglo XIX. Hasta tal extremo que más de una generación de aquella época fue educada en la idea de que las mayúsculas no se acentuaban.

Hay que decir también que EL PAÍS fue el primer periódico -al menos entre los de difusión nacional- en devolver el acento a las mayúsculas. Fue el 9 de noviembre de 1983, la primera vez que el apellido del director (Cebrián) y el día de la semana (miércoles) se escribían con tilde."


P.D. No os perdáis los vídeos que ha subido El País sobre su nuevo diseño. Los podéis ver aquí, aquí y aquí.

viernes, 19 de octubre de 2007

Una portada distinta


No es muy ortodoxo, no. Hay que reconocerlo...

El equipo de encajabaja.

De noche en el periódico

Se vive al contrario, de noche. Vienes cuando otros van. Nada coincide contigo, como si tu horario vital estuviera formado por piezas sobre un tablero y alguien, la noche, lo hubiera sacudido, travieso. Comes solo pero también tu coche circula solo por las calles iluminadas de la ciudad. Y no duermes, te imaginas dormir durante días de luz, gritos, teléfonos y obras. Te pagan más.

Estás solo.

También el trabajo en la redacción es distinto, suele consistir en destrozar las páginas que han hecho tus compañeros durante el día. Juego a los puzzles cada noche procurando cuadrar aquí lo que descompongo allá y algunas veces, pocas, el resultado mejora lo que han organizado antes con menos urgencias porque, de noche, solemos intentar que nada se quede fuera de las páginas, incluir lo más hasta lo más tarde posible. Sin importar la forma, porque es de noche. Estamos de guardia sin hacer nada para que de día puedan decir que los del turno de noche no trabajan, pero en realidad lo que hacemos es esperar a que suceda lo que suele suceder cuando menos lo esperamos. Cuando más te jode. Y no pronunciamos nunca las palabras mágicas "parece que hoy está todo muy tranquilo".

Y luego están los ruidos, porque en la noche transfigurada, cuando te quedas solo en esta esquina apartada de la redacción, se oyen cosas, que alguien teclea en uno de los ordenadores y cuando te acercas no hay nadie pero el salvapantallas ha dejado su lado oscuro como si hubieran tocado las zonas sensibles del ordenador. Estuvieron sonando los teléfonos de nuestra sección durante meses, en cuanto me quedaba solo cada noche, y dejaban de sonar un instante antes de que los cogiera como si pudieran verme, los teléfonos, porque en esta parte de la redacción estoy absolutamente solo y a través de las ventanas no hay nada. Nada puede verme y sin embargo sabe que estoy allí.

De noche las pantallas de los ordenadores te miran en vez de ser tú quien las mira a ellas como sucede durante el día.

Y de noche aparecen desconocidos que te piden un cambio en una página que tú haces sin preguntarte quién te lo pide porque en un periódico como el nuestro el trasiego es grande y resulta normal encontrar gente nueva cada poco. No te preguntas quién es el desconocido hasta que una llamada desde la mesa de cierre te exige explicaciones, que por qué has hecho ese cambio que ellos no necesitan en una página de Nacional, o de Cultura, y lo que les cuentas parece absurdo porque, además, te dicen que en Nacional o en Cultura ya no hay nadie. Nadie ha podido ir a verte a pedirte nada. En la redacción estamos solos, los de la mesa en un ala de la planta, y yo en la otra. No hay nadie más en el periódico a excepción de los guardias de seguridad en la entrada. Nadie me ha pedido nada con una extraña sonrisa pero yo le busco entre las mesas vacías, por los pasillos desiertos o los servicios solitarios mientras me pregunto, hablando solo en voz alta, por qué nadie querrá trabajar de noche en el periódico.


jueves, 18 de octubre de 2007

Entrevista a Queka Rey, jurado de ñh04


Os traemos una entrevista con Queka Rey, jurado de los premios ñh04 y jefa de diseño de El Economista, uno de los diarios más premiados.

Pregunta.- ¿Cómo funcional un jurado por dentro?
Respuesta.- Al ser personas que nos conocemos poco funciona de forma poco distendida al principio. En un primer momento, tanteas los niveles de valoración de cada uno. Por lo menos en mi caso.


P.- ¿Qué criterios se utilizan para decir que tal página es buena y merece un premio y cuál no?
R.- En el diseño de páginas. La consonancia entre la información y la presentación gráfica, y las reglas básicas de la tipografía y las artes gráficas.


P.- ¿Ha habido "peleas" por alguna página?
R.- Sí


P.- ¿Puedes valorar trabajos tuyos o te quedas al margen?
R.- Te quedas al margen


P.- En una profesión en la que casi todos nos conocemos, con sus filias y fobias, no se deja uno llevar por ellas...
R.- No. La valoración es muy profesional.


P.- ¿Influye la ideología del medio a la hora de valorar los trabajos, aunque sea de manera inconsciente?
R.- De ninguna de las maneras


P.- Habéis echado algo en falta?
R.- Mejores infografías.


P.- Alguna anécdota...
R.- Cualquiera de las que nos ocurrieron estarían fuera de contexto.

lunes, 15 de octubre de 2007

Cambiar, ¿para qué?

El cambio es como el talante. Ambos son neutros aunque haya quien los interprete como valores positivos. El talante necesita calificarse como bueno o malo, no se puede tener talante, se está de buen o mal talante, y el cambio en sí tampoco es ni bueno ni malo porque se puede cambiar a mejor o, sencillamente, empeorar. Esto viene a cuento del anunciadísimo cambio de El País, evidentemente, y de que no sólo es necesario analizar las estructuras, tipografía o color de las páginas, sino también su contenido, porque en última instancia las páginas se hacen para ser leídas.

Y leyendo el artículo que publica Javier Moreno, director de tan importante periódico en el suplemento especial que dedican este domingo a su cambio, uno podría sacar como conclusión, primera y apresurada, que estamos ante el típico texto retórico que con declaraciones grandilocuentes no nos dice nada... y no es así. Porque incluso dice cosas que no estoy muy seguro de que el director de El País nos quiera decir. La primera de ellas me deja estupefacto, por la afirmación en sí y porque no haya dejado estupefactos también a todos quienes opinan sobre el tema, sin mencionarlo, desde infinidad de tribunas electrónicas o convencionales: resulta que El País ha decidido cambiar ¡sin saber por qué! "¿Y para qué cambiar", dice Moreno en su artículo, "cuando logramos formular la respuesta, ya estuvo hecho casi todo". Todo un "comité para el cambio" nombrado por el director en el mes de febrero pensando para qué hacían lo que hacían mientras lo hacían. O sea, hacemos una cosa y mientras la hacemos pensamos para qué la hacemos. ¿Algo así, no? Puede que sea yo quien no lo ha entendido bien, pero estoy estupefacto y no se me pasa. Me atrevería a apuntar a tan docto comité, desde mi humilde posición, que tal vez una de las razones para el cambio podría ser... ¡para mejorar!, ¿no?. Pero claro, se trataría de mejorar uno de los modelos de mayor éxito en los últimos años no sólo de la prensa española (su diseño racional ha sido y es modelo de periódicos), sino internacional (El País ha contribuido, y no poco, a que se asocie periodismo de calidad con el formato tabloide, entre otras cosas. Un formato al que tienden ahora incluso los periódicos anglosajones). Claro que lo mismo tienen ahora otro modelo nuevo que crea escuela y por eso cambian. Aunque ellos dicen, tras meses de pensarlo, que cambian "por responsabilidad".

La segunda es una contradicción que pone de manifiesto que El País tal vez no está contando las cosas como son y que improvisa para justificarse. Escriben que su periódico evoluciona al igual que evoluciona la sociedad y lo ilustran en un artículo titulado "31 años de evolución", reproduciendo tres portadas y una página doble de distintos años con un pie común con el encabezamiento "cambio constante". Pero ahora se dan cuenta, dicen también a lo largo de todo el especial del domingo, que la sociedad ha cambiado y va a cambiar más y por eso tienen que hacer este cambio. ¿Pero no había evolucionado el periódico con la sociedad? Entonces, y volvemos al principio, al comité de expertos, ¿para qué cambiar? De haber estado evolucionando el periódico no necesitaría tan drástica puesta al día y mucho menos gastarse el dineral que se están gastando en ello, publicidad incluida. ¿No?

Evolución de las acciones de Prisa (editora de El País) en los últimos seis meses

Supongo que pensareis que este artículo es crítico con El País porque escribo desde donde escribo. No me escondo, estoy en El Mundo, pero también soy lector de El País (soy lector de los dos periódicos desde hace años) y creo que más allá de guerras entre medios y competencia entre empresas, en las que ni puedo ni quiero entrar, estoy aportando argumentos. Además, esto es encajabaja, y encajabaja no es El Mundo, ni siquiera es el blog del departamento de diseño del periódico El Mundo. Estoy diciendo que o bien El País no sabe qué le está pasando, y por eso "quieren entender", o si lo sabe no nos lo quiere decir. No nos quiere hablar de que su hasta ahora posición de privilegio parece amenazada y repiten la palabra internet, o global, en casi cada una de las frases de su especial sin que sepamos tampoco muy bién qué pretenden, porque en lo que se refiere a internet El País no ha logrado conectar como ellos quisieran. Y no nos lo dicen. No nos dicen que tal vez estos argumentos tengan más que ver con el cambio. También ayudaría mucho a entender, el magnífico artículo titulado "Arde Roma" que publicó el pasado 21 de septiembre el siempre brillante Pedro Cuartango, uno de los periodistas más cultos que conozco, no muy dado a la confrontación fácil, pero mucho me temo que está publicado en el eterno rival, El Mundo, y sufre por tanto del mismo sesgo que estas frases. Aún así, merece la pena, es certero, divertido y en El País nunca lo publicarían.

Sobre las tres páginas que hasta ahora hemos visto todos del nuevo diseño ya hemos públicado dos artículos y toda la blogosfera se ha ocupado ampliamente de ellas. Aunque es muy pronto para análisis porque un periódico ya dijimos que no es un prototipo, es algo más que necesita de los días para ser diario, se pueden lanzar algunas preguntas inocentes: ¿son esas las páginas de un diseño profundo o son efectismo, apariencia? ¿De verdad es un diseño para noticias diarias? ¿O simplemente para noticias? ¿Para informar? Porque no se tratará de adornar sólo el papel, ¿verdad? Miro las mujeres que miran en su modelo de apertura de Cultura y me queda claro. Hay que esperar, puede que nos hayan mostrado sólo las más "llamativas". Espero.


Y acabo como empiezo. Este artículo se titula con las mismas palabras que, además de aparecer en el artículo del domingo de Javier Moreno, pronunció en 1997 David García, director de arte del periódico entonces, y ahora. En un acto público celebrado en la Universidad San Pablo Ceu de Madrid, en el que yo estaba presente, el máximo responsable de diseño del diario independiente de la mañana con aspiraciones a diario global afirmó con total rotundidad que innumerables veces le habían preguntado por qué no cambiaba El País y que él siempre respondía lo mismo: "cuando algo tiene éxito no hay por qué cambiarlo"

El acento y el previo

Como mi gran amigo Blasco se me ha adelantado con respecto al especial que El País ha publicado este domingo respecto a su rediseño (y que cualquiera puede disfrutar en red), apuntalo el tema con tres apuntes.

1) El pasado miércoles 10 (salió publicado en el diario el jueves 11), Juan Luis Cebrián anunciaba en una conferencia en Vigo que la renovación iría más allá del diseño y la manera de contar las noticias. Los cambios afectarán a la mítica cabecera del periódico, por lo que "la marca" EL PAÍS se escribirá por vez primera con tilde "para que su grafía no entre en contradicción con las normas tipográficas que se aplican en el resto del periódico". Por lo tanto, se deshace el polémico diptongo, se ajusta la cabecera a la norma obligatoria de la Real Academia española y se modifica el Libro de Estilo, que hasta ahora decía: "Como licencia gráfica, la cabecera de EL PAÍS y las de sus suplementos no llevarán acento ortográfico cuando vayan compuestas por el tipo de letra utilizado para la marca registrada -la Claredon Medium-, pero sí en los demás casos".

Como curiosidad, Cebrián contaba en 1977, en el primer aniversario del periódico, que algunos académicos habían insistido en la necesidad de acentuar la i pese a que el título iba en mayúscula, mientras que los responsables de EL PAÍS opinaban que "la cabecera tiene un significado icónico no literal y nadie se para a pensar en el contenido de lo que define, pues todo el mundo identifica la cabecera con un periódico preciso." Se interpretaba así que la cabecera era ante todo un dibujo o un grafismo y que por ello no tenía necesariamente que estar en sintonía con las normas ortográficas.

El cambio creo que es acertado, más allá de dogmas.

2) La entradilla, ese recurso que parece caduco pero que considero utilísimo e imprescindible para el lector que va más allá de los titulares y que desea una visión global de los acontecimientos diarios, desaparece 31 años después. Sensible pérdida.

3) En el suplemento al que hacía alusión Luis, concretamente en las páginas que analizan la (sutil) evolución de la maqueta del diario, aparecen ya varios ejemplos de lo que nos vamos a encontrar el próximo día 21. Le van a venir bien los retoques, intuyo, pero los cambios -como nos temíamos- son sutiles. Compartimos estos ejemplos con vosotros. Para ir abirendo boca, más que nada.

domingo, 14 de octubre de 2007

Los cambios de El País



El País publica hoy en su suplemento Domingo los cambios con los que va a salir a partir del 21 de octubre. Trece páginas en las que se desgranan los nuevos cambios, se hace un repaso a la historia del periódico y se realiza una especie de making off del proceso que comenzó hace nueve meses y que supondrá el primer cambio desde que salió el 4 de mayo de 1976. El estudio encargado del cambio de imagen ha sido Palmer y Watson.

En la primera página el director Javier Moreno justifica estos cambios porque quieren seguir siendo espacio público, "conectar con las generaciones que se convertirán con el eje de este país" durante los próximos 20 años.

Estos son los principales cambios:

- Modifica el orden de las secciones y crea otras nuevas. Es el más difícil de todos porque supone luchar contra una inercia establecida durante más de 30 años. Se agruparán en un gran bloque las informaciones de Internacional, Nacional y Economía, dando paso a la sección de Opinión. Después de esta sección, otro gran bloque con Sociedad, Cultura y Deportes, con una doble página inicial que servirá de transición entre Opinión y estas secciones, donde se planteará de forma amplia un tema.
Otro cambio importante es la sección de Local. Deja de estar integrada y pasa a ser un cuadernillo independiente donde se apostará por propuestas informativas y gráficas más claras y audaces (¿algo parecido al proyecto M2 de El Mundo?, ya veremos).
Por último, en la primera y última página se realizarán modificaciones que mantengan su identidad pero que realcen su elegancia y recojan la diversidad del periódico.

-El País Semanal. EPS deja de existir y vuelve a llamarse El País Semanal, con un cambio radical en todas sus páginas, tanto de contenido como de imagen. La revista está diseñada por el prestigioso diseñador Óscar Mariné y constará de tres partes: en el centro de la misma, reportajes, entrevistas, viajes, ecología, etc. En la primera parte, "Intro", una sección que va más allá de una agenda y se convierte en una crónica cultural y social. Y por último, "Estilos de vida", una revista de revistas con lo mejor de la moda, interiorismo, diseño, salud, Internet, etc. Y por supuesto los columnistas.

-Domingo también cambia y se convierte en un suplemento de investigación y reportaje con la actualidad en el punto de mira. El rediseño también viene de la mano de Mariné, donde ha buscado "más confort y comodidad" a la hora de acercarse al texto. Atentos a este concepto: la página que flota.

-Babelia pasa a tener más secciones y más páginas para abordar la cultura desde todos los ángulos.

-elpais.com, más dinámico, personalizable y multimedia.

- Tipografía. Aquí viene uno de los más suculentos. El País abandona su tipografía actual y apuesta por una de creación exclusiva de la mano del portugués Mario Feliciano: Majerit, más ancha que la Times y según los responsables de diseño del periódico "más moderna y legible". En Domingo también usarán Arnhem y Utopía.



Estaremos atentos el próximo día 21 para ver todos estos cambios. Os mantendremos informados.

viernes, 12 de octubre de 2007

Todas las fotografías juntas

Cualquier exposición de las que se celebran en el Canal de Isabel II merece la pena aunque sólo sea por conocer este lugar mágico: el interior del antiguo depósito de agua de Madrid. Pero es que en esta ocasión de sus paredes de ladrillo y bajo su cúpula de acero cuelgan imágenes de la muestra "Momentos estelares. La fotografía en el siglo XX".


Bueno, siendo precisos, es la segunda parte de la exposición, porque para ver la primera hay que empezar en el Círculo de Bellas Artes, otro edificio de los que merecen la pena, modernista, y donde tienen la tonta costumbre de cobrarte 1 euro por entrar si no eres socio. Y yo no lo soy. Eso sí, en cuanto ves las imágenes te olvidas del euro porque en el Círculo están absolutamente todos, agrupados, más que ordenados cronológicamente, por momentos, escuelas que fluctúan entre las dos corrientes fotográficas del siglo XX: la documental y la artística. Y además se muestran sus principales obras, algunas iconos mundiales. Cito a los fotógrafos que me voy encontrando en las paredes sin seguir un orden: William Klein (imágenes de su antológico New York), Diane Arbus, Lee Friedlander, Robert Doisneau, Robert Frank, Otto Steinert (sus fotografías subjetivas), Weege, Aarond Siskind, Helen Levitt, Dorothea Lange (su fotón de 1936 con esa mujer que ahora representa la depresión norteamericana), Walker Evans, Josef Koudelka, Henri Cartier-Breson (no digo nada), Agustí Centelles, W. Eugene Smith, Robert Capa (su foto del miliciano español, claro), Harry Callahan (elegante y sutil), Bill Brandt, Grete Stern, Manuel Alvarez Bravo, Brassaï y André Kertész (surrealistas y divertidos), Lee Miller, Man Ray, Irwin Penn, Helmut Newton, Richard Avedon, August Sander, Ortiz Echagüe, Edward Steichen (y su impresionante foto de Nueva York, de 1905, para mí una de las más poderosas imágenes que nunca se hayan tomado), Alfred Stieglitz, Paul Strand, Edward Weston, Tina Modotti, Ansel Adams (perfección técnica absoluta), Imogen Cunningam, Moholy-Nagy, Berenice Abbott, Leni Riefenstahl, Sebastião Salgado, Cristina García Rodero, Ramón Masats (vuelvo a mojarme: el más grande fotógrafo español hasta ahora), Catalá-Roca o Mario Giacomelli. Y no cito a todos. Ni puedo ponerlos en negritas porque si alguien quisiera imprimirlo podría quedarse sin tinta en la impresora, como yo sin respiración viendo allí las copias directas de las fotos. No fotos de fotos como reproducen las publicaciones.


En la segunda parte del Canal, además de ser menos, los momentos me parecen menos estelares, anque los autores, más recientes, sí lo son: Mapplethorpe (dos imágenes sin la fuerza de las mejores suyas), Nan Goldin, Nobuyoshi Araki, Larry Clark, García Alix, Duane Michals (imprescindible, hay que conocerle), Cindy Sherman, Chema Madoz, Ouka Lele, Fontcuberta (una triste imagen que no hace justicia a este grandísimo fotonarrador de los sueños), Javier Vallhonrat, Marina Abramovic, Andy Warhol (con una pobre serie de banderas en blanco y negro escondidas un rincón en las que nadie muestra interés, y con razón) o David Hockney con un magnífico fotocollage.

La exposición surge a raíz de la publicación en español del "Diccionario de fotógrafos del siglo XX", de Hans-Michael Koetzle, un volumen con la biografía de 549 importantes fotógrafos ilustrado con más de mil fotografías y que te venden allí mismo por 60 euracos del ala. Los vale.

En definitiva, un auténtico lujo al alcance de quienes estamos y quienes estéis estos días en Madrid (hasta el 18 de noviembre) y, en especial para quienes nos dedicamos o alucinamos con el periodismo visual.

Postdata: Encajaba, animados por el evento, quiere empezar desde ahora con los "Momentos Estelares de la Fotografía del siglo XXI" publicando imágenes de autores todavía no consagrados, pero que están convencidos de que todo se andará. En este caso presentamos "árboles enamorados en una alambrada de la ciudad de Getafe", 2007, copia en blanco y negro en papel de fibra, digitalizada, cuyo autor permanece todavía en un modesto anonimato.

jueves, 11 de octubre de 2007

Busca las diferencias

Os traemos hoy un juego para sacaros un poco del tedio. Se trata de buscar cuáles son las diferencias entre estos cuatro periódicos estatales chinos. No hace falta saber chino, no somos tan crueles. Aquí están:


A los que apenas han sacado diferencias, tranquilos. Los cuatro diarios chinos han sacado casi la misma maqueta, con las mismas informaciones, los mismos titulares y las mismas fotos. Huele un poco a rancio y a otra época de la República Popular China, pero ya se sabe cómo son estos chinos. El más osado es el primero, que se atreve hasta a poner un poco de publicidad (qué valientes, ¿no conocen eso de las torturas chinas?).

miércoles, 10 de octubre de 2007

El triunfo de la ortodoxia

Acudo a este blog invitada por mi compañero Luis y para aportar un poco del sentido y sensiblidad femenina de la sección a este espacio.

El asunto que vengo a proponeros es que a veces lo más efectista visualmente no es la opción más válida en prensa. Os lo explico a continuación.

Se trataba de hacer una apertura de sección de cultura para el periódico del domingo. El jefe, el entrañable Manu, me entrega una foto maravillosa de Enrique Bunbury y pocos condicionamientos más para confeccionar la página. "Que quede bien", me dice. "Haz lo que quieras".

El primer planteamiento lo realizo utilizando los elementos que caracterizan a una apertura de sección y ordenándolos de la manera ortodoxa que marca el prototipo del periódico. El resultado es este:

Es una página correcta. Pero ante la invitación de Manu la tentación es más fuerte. Y comienzo a mover los elementos intentando conseguir algo diferente, más espectacular. Así que decido prolongar el fondo de la foto de tal manera que la mancha gráfica ocupe la máxima altura y calar dentro el título en blanco. Esta es la otra versión:


Como veréis desde luego es diferente. Pero... qué ocurre, no está dentro de la línea del periódico. Consultas con los compañeros, ¿qué os parece?, a mí me gusta más esta pero...

Y es que un periódico hay que contemplarlo con un todo. Los lectores, quizá inconscientemente, piden un sentido de continuidad en la presentación de su diario. Por eso, es importante mantener el ritmo de lectura, por eso al final triunfa la ortodoxia.

Esmeralda Sáez

martes, 9 de octubre de 2007

El cambio de El País ya tiene fecha: 21 de octubre

El Consejero Delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, puso ayer fecha a uno de los cambios más esperados del mundo del periodismo en habla castellana: el rediseño de El País. Aunque en principio parecía que los cambios iban a ser profundos, desde nuestro blog amigo Maquetadores ya nos advertían hace días que la revisión del diseño del diario no iba a ser tan quirúrgica, compleja y necesaria como se esperaba, haciendo alusión a que Cebrián había paralizado tan intensa operación a fondo (léanlo aquí).

Entre los cambios que se oían, parecía incluirse el desplazamiento de la cabecera a la izquierda de la portada, y yo creo -tal y como habíamos ido leyendo en algunos blogs- que iría acompañado de encaminar el diseño general a las pautas de algunos diarios nórdicos o del norte de Europa como Politiken -premio de la SND al diario mejor diseñado-, o De Morgen, bajo criterios de limpieza, estructuración clara y moderna de la información [destacados], desahogo visual, profusión de blancos estratégicos -al estilo Babelia o ABCD, suplementos culturales de El País y ABC-, mayor uso del color, etc. Esa es la tendencia actual. Y eso debió parecerle demasiado a Cebrián. Pero seguro que no le haría ascos a una imaginaria fusión entre The Times y The Guardian, por ejemplo.

De todos modos, si ABC, dentro de su rigidez, fue capaz de modernizar su diseño, ¿por qué tanto miedo? El número 1 en ventas de la prensa de información general pesa mucho, supongo.

Ahora sabemos por boca de Cebrián algo más de lo que nos vamos a encontrar. A saber:

- Nuevo subtítulo de portada: EL PERIÓDICO GLOBAL EN ESPAÑOL.

- Redaccionalmente hablando, mayor relevancia de las informaciones, "con noticias que no pueden encontrarse en otros medios, incidiendo en más y mejor contexto, más análisis y opinión, más investigaciones."

- En cuanto al diseño, "generalización progresiva del color, lenguaje gráfico e infográfico más atractivo y contundente y mayor flexibilidad de formatos y titulares."

- Nuevos diseños de El País Semanal (recuperando esa cabecera y perdiendo el acrónimo EPS), Domingo y Babelia, realizados por el equipo del diseñador Oscar Mariné. Sobre el primero, "se trata de una apuesta por el periodismo, el espectáculo y la modernidad". Sobre los segundos, "realzan la elegancia y las apuestas informativas y literarias" de ambos suplementos.

- Modificaciones en la primera página, aparte del nuevo lema, que reflejarán "la diversidad del interior y las innovaciones en las secciones."

- Nueva última.

Salvo el caso de Mariné y los suplementos, el rediseño ha sido obra del equipo de Ally Palmer y Terry Watson (Edimburgo), encargado de los rediseños de Le Monde, Politiken, The Scotsman, The European, Algemeen Dagblad o Cinco Días, ya para Prisa.

José Manuel Calvo, subdirector, en palabras recogidas por Maquetadores, avisaba: "Venimos de un periódico que ha creado escuela en los últimos 30 años, por lo cual esta atención a lo gráfico no irá en contra de la seriedad y la elegancia que ha caracterizado al periódico siempre."

Pues hala, semana y media de espera y salimos de dudas.

lunes, 8 de octubre de 2007

Manipulación o cómo ser pillado con el carrito del helado


A través de un chivatazo en la web de fotografía Xataka Foto nos enteramos de que en As.com, web del Diario AS, se ha producido un caso flagrante de manipulación informativa.

Situémonos: hace dos semanas el Atlético de Madrid juega en el Vicente Calderón contra Osasuna; la web del periódico recoje aún hoy la crónica del partido y la viste con una fotografía. En el texto se lee: "EL DETALLE: Gran entrada en el Calderón. Domingo a las cinco de la tarde como toda la vida, buen tiempo y un Atleti en racha. Por una vez, la afición, que nunca falla, tenía todas las razones del mundo para acudir al Calderón y, por supuesto, no falló. 50.000 espectadores llenaron las gradas y su equipo respondió con una victoria contundente. Los pitidos de hace un par de semanas están olvidados."

Uno mira la foto y dice "pues sí, había llenazo", pero la amplías, la observas bien y te das cuenta de que alguien le dió al Photoshop más de la cuenta. Se conoce que hablar de lleno y poner la imagen elegida con las gradas semivacias no quedaba bien, por lo que alguien decidió clonar a diestro y siniestro. Podéis buscar a los numerosos Wallys que la foto contiene, hay repeticiones tremendas sobre todo en la parte superior.

Es una web, pero en la prensa de papel también pasa. Y no debe permitirse. Y hay que denunciarlo.

Véanlo: Crónica Atlético-Osasuna

Algo sobre el ritmo de lectura... poco


Escucho a Amy Winehouse y su música revival con sabor añejo de hace cuarenta años suena nueva y fresca por un increíble misterio. No creo que sea su voz que juega a ser cálida y suave para un compás después emerger poderosa entre toda una sección de viento a la que llega a silenciar. Estoy convencido de que es el ritmo, ese infinitesimal retardo con el que se divierte entrando en algunas frases, en el estribillo de Rehab, canción que abre su segundo disco y nos mete de cabeza en él con sus implacables pulsaciones. El ritmo de la música, tan concreto y aprehensible, me lleva al carácter vaporoso del ritmo de lectura, tan abstracto e intuitivo, escurridizo, tan difícil de definir que en ocasiones nos han recriminado o incluso felicitado por él sin que fuéramos conscientes de haberlo manejado. En su decepcionante El diseño de la noticia, Robert Lockwood se atreve a escribir sin ningún complejo que "debido a que sus relaciones espaciales internas son invariables y no expresivas" (está ‘analizando’ una retícula), "su estructura no se lee como una forma sino más bien como una pauta a seguir que indica la velocidad y el ritmo en un campo neutral libre de la actividad emocional". Y se queda tan ancho. Cuando habla de toda una sección, que es de lo que se trata, no tiene rubor ninguno en firmar simplezas como que una "cuidadosa planificación permite a los redactores jefe prestar atención especial a la velocidad y el ritmo de la presentación y a la calidad formal". Y ya está. Lockwood ha escuchado trompetas, no música.

Si cuando hablamos de equilibrio nos referimos fundamentalmente a las relaciones entre los elementos de una página, el ritmo tiene que ver con las relaciones de una página con otras. De la disposición de los temás a través de varias, de toda una sección, de todo el periódico. De repeticiones y ciclos. De mantener la atención y la tensión con dosis regulares o no. Y en eso, por desgracia, nosotros no tenemos el control que Amy derrocha haciendo travesuras con el tempo de sus composiciones, porque en el diario en el que trabajamos el ritmo está supeditado por completo a la jerarquía informativa, a la valoración de las noticias por parte del director, que para eso está y está siempre, un valor que fluctúa en ocasiones durante todo el día, desde la primera reunión por la mañana hasta los minutos previos al cierre.

Así salieron publicadas tres páginas de la sección de España


Que bien pudieron haber salido así...


O incluso así. El número total de posibilidades se obtiene al combinar tres elementos tomados de tres en tres. Todo depende de cómo se valore el contenido de las páginas en cada momento y la importancia que "ganen" o "pierdan" durante el día

Aunque he de confesar que a mí lo que realmente me interesa es la música, veo a Javier muy preocupado por el ritmo de lectura, porque se le escapa entre los dedos y las teclas del ordenador, tan distintas a las teclas del piano que acompaña a la británica. Como que le jode el no poderlo racionalizar, que sólo la intuición lo maneje y, desde luego, imposible para nosotros en otra forma que no sea decreciente, de más a menos, el periódico es así. E incluso así, le digo, tampoco actuamos nosotros en ese ritmo tan poco sinuoso porque el orden de nuestras páginas se suele decidir después de que estén pintadas, cuando ahora ya importa menos lo que antes más importaba. No, no, no. Pero calla, ahora canta en directo casi a capela y es mucho mejor, seguro que así entendéis lo que digo sobre el ritmo porque en las páginas es sólo una metáfora y aquí existe, escucha cómo se detiene, cómo dejándose llevar por la pura intuición, ella sí puede, decide a cada instante si hacer sonar su garganta o dejar que el silencio siga construyendo música.



miércoles, 3 de octubre de 2007

De los ganadores del ñh04... y un pequeño tirón de orejas

Los premios de la SND española y portuguesa ya tienen ganadores. Podéis consultar la lista completa en esta dirección. La entrega de premios será del 21 al 23 de noviembre en Barcelona.

Los periódicos mejor diseñados han sido Público (Portugal), el Economista y Superdeporte (Valencia). La mejor portada del año ha correspondido a El Periódico de Catalunya, por su atrevida puesta en página del "Cabreo" de los ciudadanos barceloneses por los apagones del pasado verano. La portada en negro con letras en rojo. Podéis ver la reseña que hicimos aquí. El mejor conjunto de portadas también ha sido para El Periódico.

En cuanto a los medios on-line, el ganador ha sido elpais.com, a ver si así se recupera de los disgustos que le dan sus "amigos" de Nielsen. La lista completa de ganadores on-line, aquí.

Queremos hacer una mención especial a el Economista, un periódico que nos gusta muchísimo y que se ha llevado un buen puñado de premios. Una joya muy mimada, uno de los mejores diseños que se han hecho últimamente en nuestro país, no como otros (y no miramos a La Vanguardia, que tiene tela para cortar).

Aunque todo puede pasar, no creemos que el año que viene vaya a resultar tan premiado un diseño tan poco coherente con la identidad del periódico centenario. Cada página parece confeccionada con un criterio distinto, cada una es de su padre y de su madre y todas, al parecer, ya no son del inimitable Carlos Pérez de Rozas, del que os hablamos anteriormente.


Sin comentarios

P.D. De momento no hay premios al mejor blog especializado, pero todo se andará.

Mario Benito / Luis Blasco

martes, 2 de octubre de 2007

Dos en la carretera.
Cuaderno de bitácora de un viaje a Estepona (y II)

¡Qué útiles son los navegadores! ¿verdad? Hasta que tienes que llevar a alguien a un punto concreto. Entonces, claro, todo falla. Al término de la distendida cena del jueves, nos disponíamos a regresar a nuestros hoteles. Estábamos esperando a los taxis que iban a recoger al personal, cuando, amablemente, nos ofrecimos para llevar de vuelta a alguien. Norberto, como siempre, se lanzó sin dudarlo. También se apuntó Miguel Buckenmeyer, al que acabábamos de conocer esa noche, y con quien charlábamos animadamente sobre el Economista, y amigos comunes.

Una vez en el coche, y confiando en nuestro guia electrónico, empezamos la ruta. El hotel estaba a unos cinco minutos en coche del restaurante. Veinte minutos después, estábamos perdidos en la autovía que lleva de Málaga a Algeciras. ¿Y el GPS? El dichoso aparatito, que durante todo el viaje había sido un incansable detector de radares ocultos, que había descrito hasta la menor incidencia de la carretera, se empeñaba en guiarnos a algún punto situado en el Estrecho de Gibraltar. Lo que era una amable conversación mutó en silencio incómodo. Después, a unas risas nerviosas. Era yo. En estas situaciones, no puedo evitarlo, me da por reírme. No sé si a ellos les hacía mucha gracia. Tardamos casi 35 minutos en ir a un hotel que estaba a 4 km. del restaurante. "Hola, esto es un secuestro exprés. Es una táctica que utilizamos habitualmente para que la gente conozca el blog" le iba diciendo a Miguel, que me miraba un poco desconcertado. "Cuando nos confirmes que colaborarás con nosotros, te llevamos al hotel…" ¡Qué desastre! Menos mal que nos indicaron en una comisaría de la zona. Al final, el secuestro no fue a mayores. Les vimos entrar en el hall, mientras a los dos se nos escapaba una risilla entre dientes… Eso si que es vender un producto. Para rematar, paramos en una gasolinera a comprar unas botellas de agua y un adaptador para euroconector (7 euros en total). Histórica la cara de la empleada tras su cristal de seguridad cuando Luis pretendió que le pasara la tarjeta de puntos de la gasolina por la compra. Lo dicho, Luisito, una máquina de anécdotas.

El segundo día de conferencias fue más tranquilo en cuanto a anécdotas, aunque también ocurrieron cosas. Pudimos comprobar el fino humor surrealista de Toni Cases cuando dijo no recordar la maqueta de El Periódico (cuando alguien sugirió el parecido entre este diario y Público) y comprobamos que Miguel Buckenmeyer es capaz de mantener el mismo, exactamente el mismo tono de voz durante más de una hora de ponencia. Sin embargo, lo más destacable ocurrió antes de la cena. Una vez acabamos las charlas, sobre las ocho de la tarde, cargamos a unos valientes salvadoreños en el coche (ya habíamos aguantado todo tipo de bromas por perdernos la noche anterior) y fuimos todos al hotel de los ponentes. Allí, con la satisfacción del trabajo terminado, nos relajamos con unas cervecitas mirando al mar y charlamos largo y tendido sobre el blog y lo asombroso de internet mientras todo el mundo se acercaba al portátil y opinaba sobre nuestro encajabaja.


Jordi Catalá, Javier Sicilia y Rafael del Moral
siguen las actualizaciones de encajabaja


En la cena continuó el buen humor y pudimos comprobar que la gastronomía andaluza traspasa fronteras. Lucie Lacava, devoraba pescaito frito mientras aseguraba, ante la incredulidad de Luis, que allí en Canadá lo tomaba con frecuencia.

A la mañana siguiente tocaba volver a casa. Recogimos en el otro hotel a Pedro, colaborador del estudio de Miguel Buckenmeyer y salimos pitando, porque Luis tenía que estar por la tarde en el periódico. Con las prisas, fuimos terminado el último post en el mismo coche, con los mareos y el recalentamiento de la propia anatomía que eso conlleva (nunca escribáis con un portátil sobre el regazo, amiguitos). Luis siguió enfadándose conmigo porque pegué varias cabezadas durante el viaje, ronquidos incluídos. En el viaje hicimos un par de paraditas para comprar los típicos regalitos para los compañeros. En una de esas ventas de carretera, apareció la botella de moscatel más hortera de la historia. La compré (sí, yo, lo reconozco) y está siendo el cachondeo de la semana en el periódico. Personal de todas las secciones vienen en peregrinación a comprobar si efectivamente es tan espantosa como parece. Pues sí, lo es. ¿Y qué? La defiendo plenamente. Será fea, terrible, pero lo de dentro estaba de muerte. Para mi alivio, un compañero de trabajo, el irrepetible Miguel Ángel Majadas, ha venido a reclamar la botella de Moscatel para su colección privada de botellas. Me alegra ver que a alguien le gusta, por lo menos. Y eso que a ésta le faltan unas castañuelas que iban en el tapón y que alguien requisó.


La Botella


Nosotros también te queremos


Acabamos de ver que El Norbi nos ha nombrado "sucesores" de Visualmente, su blog, el blog de referencia en lengua castellana en lo que a periodismo visual se refiere. Maradona nos ha nombrado los nuevos Messi, y eso es mucho. Tanto que nos tiemblan las piernas. Entre lágrimas, estamos intentando asumir tan alto honor, e intentaremos saber estar a la altura de tan generoso reconocimiento.

Una vez más, ¡gracias ché!.

Dos en la carretera.
Cuaderno de bitácora de un viaje a Estepona (I)

¡Road to Estepona! Con este lema, nos fuimos picando el uno al otro durante la semana anterior al viaje. Lo cierto es que el miércoles, cuando partíamos en el coche de Luis, teníamos por delante cuatro días de viaje, de ponencias, de gente por conocer y ganas, muchas ganas de disfrutarlo. Lo que no sabíamos es la cantidad de anécdotas que el viaje iba a deparar. Tantas que merecen esta contracrónica.

En primer lugar dejadme que os sitúe. Como sabéis, nos desplazamos a Estepona mi compañero Luis Blasco y servidor. Luis es un personaje en toda la dimensión de la palabra. Le conozco hace ya muchos años, y pensaba que le conocía bien. Pero este viaje me ha descubierto una dimensión nueva de él.

Luis es de las personas más serias y responsables que conozco. Bueno, no. Mi padre también es muy serio y responsable. Tanto es así, que en algunos momentos del viaje me ha dado la sensación de estar viajando con él. Luisito tiene un aprecio por las normas, una conducta tan cívica y disciplinada en casi cualquier materia, que a veces me ha hecho sentir como un hooligan en plena final de Copa de Europa. ¿He dicho ya que Luis tiene siete años menos que yo?

Mira que me lo advirtió. "Yo no corro con el coche. Yo pongo el limitador a 128 km/h y pa'lante". Y yo, iluso, pensaba que me estaba vacilando. Pues no. Efectivamente: limitador a 128 km/h y pa'lante. Eso significa 128 como máximo, claro. O 105 km/h dependiendo del tramo. O a 60 km/h por las rectas de Despeñaperros. Y así, hasta Estepona. Conste que no me quejo ¿eh? No voy a ser yo el que os incite a correr como locos por las carreteras, a no respetar las normas de tráfico, a meter quinta cuando se llega a 3.000 revoluciones...

Hay que decir, en un gesto que le honra como amigo, que él, no fumador militante, me dejó fumar en su coche. Eso sí, luego me fue echando la bronca un buen rato porque se me ocurrió tirar la colilla por la ventana para no apestarle el coche a tabaco. "Así se queman los montes", me decía. De nada servía explicarle que había apagado la colilla antes de tirarla, su código marine de conducta había sido vulnerado de nuevo.

De camino a Estepona, hicimos una parada técnica en Martos (Jaén), primer productor mundial de aceite de oliva del mundo. En ese pueblo he pasado yo lo mejor de mi infancia. Como los dos somos de buen comer, llevé a Luis a comer al restaurante Morys, lugar cumbre de la gastronomía marteña. Todavía me lo está agradeciendo. Tanto es así que Luis acabó su comida con unos "¡Viva el Morys!", para regocijo del personal. Si pasáis por allí, os lo recomiendo vivamente.

El camino hasta Estepona siguió su curso (a 128 km/h cuesta abajo) y llegamos por la tarde-noche. Nueva parada técnica en Carrefour, para comprar cosas que nos hacían falta. Allí pudimos ver las impactantes campañas de lanzamiento de lo últimos estrenos en DVD y Luis probó unos cincuenta desodorantes hasta que eligió el que más le gustó. Lo dicho, un crack en toda regla.

"Epetacular lanzamieto" en Duvedé



¡Ay, la tecnología!

Cuando llegamos al hotel, primer contratiempo. El imprescindible Wifi para actualizar el blog a diario no funcionaba. O sí, pero el personal del hotel no tenía mucha idea de cómo usarlo. Era un hotel con campo de golf, típico de la zona. Lleno de alemanes a tope, (sólo vimos unas españolas el último día). Por cierto, ¿dónde hay que escribir para explicar al mundo libre que las sandalias nunca, nunca se deben llevar con calcetines de lana? Es que duele a la vista. Aparte de esto, a mí el hotel me recordaba a algo, pero no conseguí caer hasta el segundo día. ¡Era el hotel del resplandor! Con sus niñas con triciclo corriendo por los pasillos y todo...

El caso es que el puñetero wifi no funcionó ningún día y nos tuvimos que buscar la vida. Y ahí entra Blasco, de nuevo. Mi compañero tiene un dominio de internet y de los ordenadores que facilita muchísimo el trabajo en este blog. Al final consiguió conectarse en los sitios más inverosímiles. En una heladería tomando café, o en la primera planta de la Casa de la Cultura de Estepona, con medio cuerpo asomado por la ventana. Así que si habéis podido seguir la cumbre puntualmente tenéis que agradecérselo a él. A Norberto Baruch le encantó ver como actualizábamos a diario, aún con riesgo físico para los integrantes del equipo, lo que le empujó a nombrarnos "mejor blog del momento" (es un cachondo). Yo le dije que eso, viniendo de él, es como si Maradona te dice que le has dado un pase de tiralíneas. Como El Norbi es argentino, la cosa le tocó la fibra y los abrazos fueron de escándalo.

"El Norbi" con los desplazados de encajabaja


El ambiente entre ponencias (de ellas ya tenéis cumplida información en posts anteriores) fue magnífico. Da gusto encontrarte con compañeros de profesión tan majetes y accesibles. Ha sido una auténtica gozada. Y una gratísima sorpresa comprobar la excelente acogida que está teniento el blog en el mundillo. Días después seguimos emocionados por la respuesta de todos a nuestro humilde trabajo.

Para la cena del primer día quedamos con todos los ponentes en el restaurante "El frenazo". Nos perdimos un poco, porque el GPS empezó a anunciar lo que vendría después. Aún así conseguimos llegar para ver como el Madrid ganaba inmerecidamente a mi pobre Betis. Disfrutamos de una magnífica cena (el pescadito de Estepona, como ya se ha dicho, rico, rico) en compañía de Mario Tascón, Jordi Catalá, Javier Sicilia, Manuela Mariño y Orlando Romero, que nos invitó a visitar Cuba. ¡Cuadrando fechas estamos Orlando!

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Mañana, segunda parte de este viaje cargado de anéctodas. Os doy un aperitivo: un secuestro, el pescaíto frito canadiense, una reunión de amigos con vistas a la playa y la botella más fea del mundo.