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lunes, 29 de octubre de 2012

El efecto Amieiro

Tengo un amigo que sostiene que es un mutante, como los de la Patrulla X. Es decir, que posee un don, una cualidad que apenas puede controlar y que se le manifiesta cuando menos le conviene, causando todo tipo de estragos. Él llama a su capacidad mutante el superpoder de la confusión: en todo lo que él participa acaba desatándose el caos, complicando hasta el extremo operaciones tan sencillas como repostar en una gasolinera, o ir a comprar tabaco.

Sus amigos lo tenemos bien comprobado y alguno ya hasta reniega de su compañía cuando, amablemente, se ofrece para ayudarte a pintar tu casa o a acompañarte al dentista. En cierta ocasión él terminó hospitalizado cuatro días cuando acudió a una sencilla revisión y yo que le acompañaba... yo terminé librándome por los pelos porque me di a la fuga como la rata que soy...

En el periódico tenemos un compañero al que le acompaña esta misma extraña sombra mutante. Una persona en apariencia normal, simpático y sencillo, alguien al que te arrimarías si te lo cruzaras por la noche a solas en un oscuro callejón, un tipo que emana buen rollo por los cuatro costados. Ese tipo es el único, el gran Fernando Amieiro. Fernando es un clásico de la sección de diseño de EL MUNDO, y además de un magnífico maquetador ha sido maestro y mentor de tantos y tantos becarios que han pasado por la sección, entre ellos, yo. Son legendarias su infinita paciencia y su capacidad para explicar a un ladrillo cómo hacer una buena maqueta. Quizá por eso se le ha encasquetado durante años la labor de enseñar a todo el que llegaba con cara de pez a la sección y que, descolocados,  lo más que recibían era un desabrido: “¿No pensarás que te voy a enseñar yo, verrrrdaaad?” Fernando recogía aquellas piltrafas humanas y con mano izquierda y un poquito de cariño las conseguía encauzar, hasta que algunos hicimos carrera y todo. Pensaréis que no tiene tanto mérito en estos tiempos de Quark y Photoshop... Sólo diré que Fernando conseguía en unas semanas que unos becarios sonrosados utilizaran con cierta soltura aquel infame editor de Edicomp 4.000. Palabras muy mayores...

Pero Fernando es mucho más. Como al mutante de mi amigo, a Fernando le acompaña una leyenda, una sombra que se cierne sobre todos cuando trabaja un fin de semana. Algo que ha sido tan recurrente en estos años que ha sido bautizado por sus compañeros como El efecto Amieiro.

Cuando Fernando Amieiro trabaja los fines de semanas pasan cosas. Cuando haces el turno de noche con él... pasan cosas. No cosas en plan sonidos extraños, o libros que cambian sospechosamente de repisas... Cuando Fernando Amieiro trabaja los fines de semana o por las noches, la gente muere. Tampoco pasa nada, la gente muere todos los días. Pero cuando Fernando trabaja por las noches o los fines de semana muere ese tipo de personas que hacen que se tenga que cambiar el periódico entero y haya que hacer unos o dos especiales... El detalle es importante porque estas cosas no pasan cuando está arropado por su sección, rodeado de compañeros... Es cuando estás sólo con él, cuando estallan conflictos armados, muchos esperados, algunos totalmente inesperados. Tiroteos, matanzas, inundaciones... El efecto Amieiro suele ser en fin de semana, en inferioridad de condiciones y en gran medida, con nocturnidad y alevosía. A traición y por la espalda, vamos...

¿Creéis que exageramos? Veamos...

2 de agosto de 1990. Hacen 22 años de esto... Empieza la primera guerra del Golfo. Desde hace días se hacen turnos por parejas por la noche para hacer ediciones especiales en el momento que estalle el conflicto. Fernando trabajaba esa noche con nuestra compañera Mariví. Todavía hoy, Mariví reconoce que se le saltan las lágrimas al recordarlo:  “Fernando en el despacho de nuestro director de Arte, en la antigua redacción de Sanchez Pacheco riéndose porque decía que esa noche iban a invadir los altos del Golán”... Hasta que Irak ardió.




30 de junio de 1997. Lunes. Pensaréis, “no era fin de semana” y estáis en lo cierto. Fernando trabajaba con otro compañero, con tendencia al escapismo. Y aquel día, escapó. Fernando se quedó sólo en la redacción. Y claro, por la noche (recordad nocturnidad y alevosía) ETA liberó a Cosme Delclaux, que llevaba secuestrado 232 días. Llegó a casa entrada la madrugada y recibió una llamada pocas horas después: “Corre, vente, han liberado a Ortega Lara”. Ortega llevaba 532 días secuestrado por ETA. Podían haber buscado al compañero escapista ¿no? No. Cuando hay una crisis, a Fernando suele ser al primero que buscan. Al César, lo que es del César.





30 de agosto de 2001. Jueves. No era fin de semana. Era agosto y por la noche. Él y yo, mano a mano. Y se muere Paco Rabal volviendo a España de recibir un premio. Éste va en versión doble, con portada y especial, que el gran Paco Rabal bien que lo merecía. Por cierto, fijáos en el titular y la foto que abren ese día el periódico. Técnicamente no pueden atribuirse al efecto Amieiro, porque sucedió durante el día, pero la coincidencia es realmente curiosa...







2003-2004. Por ahí anda la cosa. Alguna vez os hemos contado el día en que ardió el servidor en la redacción y al día siguiente el periódico salió de puñetero milagro ¿verdad? Ese día era un domingo. Y trabajaba Fernando. Con Esmeralda y conmigo. Yo todavía me despierto algunas noches entre sudores fríos pensando que sigo en aquel día, pintando páginas con un título, un apoyo y un textito corto... Y Orfeo, de deportes, que quería un sumario...

2 de abril de 2005. Sábado. Juan Pablo II muere en sus estancias del Vaticano tras luchar muchos, muchos días al final de su enfermedad. El mundo siguió la evolución de su estado con inquietud. Pero todos sabíamos que iba a ser ese fin de semana. Trabajaba Fernando. Otra vez con Esmeralda y conmigo. Ya estábamos en casa. Fue sobre las 11 de la noche. Volvimos corriendo al periódico y no recuerdo a que hora salimos. Este caso es especialmente enmarronante porque no sólo era una edición entera del periódico, sino también un Documentos especial. El efecto Amieiro se nos empezaba a escapar de las manos...




23 de julio de 2011. Sábado.  El colofón de un verano que no olvidaremos nunca entre las primas de riesgo, los adelantos electorales, los consejeros delegados y lo que pasó este fin de semana. Mario Benito, que lo sufrió en primera persona y ha presenciado muchos efectos Amieiro asegura que éste es la madre de todos los efectos, la tormenta perfecta, el efecto Amieiro por antonomasia. En Noruega se vuelve loco un tiparraco y provoca una de las mayores matanzas de los últimos años. Portadón. Todo el día dedicados al tema de internacional, uno de esos días en los que parece que no llegas, todo el periódico patas arrba. A última hora de la tarde, alguien dice: "Amy Winehouse ha muerto". El jefe de cultura, nuestro querido Manu Llorente estalla enfadadísimo: "¡¡No me vengáis con esas bromas, no tienen ni puta gracia!!...  Todos empiezan a mirar de reojo hacia maquetas, para comprobar quién trabaja. De repente se les corta la respiración. Noruega, Amy Winehouse... y mientras tanto, José Tomás toreando por la tele... No hagas eso, no José Tomás, eso no hace falta... No te arrimes tanto, coño, que está Fernando aquí... ¡Míralo! Cogida terrorífica en el quinto toro. El torero por los aires y ensangrentado... "¡Que no hay sitio en la portada para tanto desastre, coño! grita alguien corriendo por la redacción. El de Galapagar, todo pundonor, se rehace a duras penas y mata al quinto ¡y al sexto! en una lección de coraje y torería... Mientras en la redacción todos acojonados pensando: "lo mata..." El efecto Amieiro era para entonces una bestia sin control, con un apetito insaciable...



13 de febrero de 2011. Domingo.  El guardaespaldas de Wihtney Houston la encuentra muerta de una sobredosis. Llevaba tiempo demacrada y bordeando el final. Fernando, por supuesto, trabajaba aquel fin de semana. 



26 de agosto de 2012. Sábado.  Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la luna, héroe mundial, un tipo que desafió al espacio y a las leyes de la física muere por sorpresa. Estaba mayor y enfermo, pero nadie lo esperaba. Esa semana habíamos estado bromeando con Fernando sobre el efecto Amieiro y sus posibles consecuencias de cara al fin de semana...






Creednos, hay muchos casos más.  Sólo una persona de las quinielas ha sobrevivido (de momento, todo llegará) al temible efecto Amieiro. De hecho, empezamos a pensar que es inmortal porque no es normal lo que lleva este hombre aguantando. La revolución, la CIA, Bahía Cochinos... y el efecto Amieiro, ahí acechante. Lo de Fidel Castro es algo digno de estudio. ¡Qué aguante, Comandante! 

Y vosotros pensaréis que, con semejante historial los compañeros de la redacción huirán sólo con verlo. Pues no. No hay un tío en la redacción más querido ni más valorado profesionalmente. Fernando es de esas personas con las que no puedes discutir y con las que, como discutas, terminas dándoles la razón, abochornado. Y si algún día el mundo se cae a pedazos, no se me ocurre mejor pareja de baile para ninguno de nosotros en la sección de maquetación... Solo que será en fin de semana, seguro.

Que sepáis que este pasado fin de semana ha trabajado. Y a la hora que escribo esto, parece ser que todavía no tenemos que lamentar ninguna baja de última hora. El insiste en que la maldición se ha terminado cuando pasa un fin de semana sin que muera nadie o explote nada... Pero tanto él como nosotros sabemos que eso no es cierto, que sólo descansa, como una bestia agazapada dentro de su guarida, esperando la próxima ocasión en la que saldrá, coincidiendo con el siguiente fin de semana de Fernando. Tanto es así que se le está poniendo mala conciencia, y ahora cuando no pasa nada se va a su casa por la noche inquieto. Y cuando llega llama a la redacción y pregunta: "¿De verdad que no ha muerto nadie..?"

Post elaborado con información de sus compañeros
 de la sección de diseño, Mariví García-Miguel, Esmeralda Sáez, Elena Costa, Nora Ayuso, Luis Blasco, Mario Benito, Quique Falcón y Javier Vidal.. que pese a todo, le aprecian.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Modelo ¿único?

Es una sala de espera, de la que poco a poco va saliendo alguno para no volver, y en la que fumamos esperando. Desesperamos esperando ese "modelo único", la flauta que suene para seguir todos los demás al flautisa que al final nos salve... pero lo que llega es un cartel de prohibido fumar y la recomendación de que o nos movemos un poco o nos va a dar un infarto de tanto estar en el sillón, sentados, fumando, quietos, esperando.

No tardó mucho, comenzó a su hora la conferencia del profesor Fabrizio Pini, del Instituto Politécnico de Milán, a la que asistimos hace unos meses en esa ciudad del norte de Italia en un día desapacible y muy frío, sobre distintos modelos de medios de comunicación. Analizó con brevedad, concisión y claridad —¿recuerda alguien aquello?— dos propuestas tan distintas como The Daily de Rupert Murdoch, "un medio cerrado que sólo se distribuye a través de un canal"; frente a lo que denominan newsbrand (marca de calidad sobre contenidos informativos, podría ser una traducción aproximada) noruega del Aftenposten, "que te acompaña durante todo el día a lo largo de distintos productos", periódico impreso, productos para el iPad, para la web, para móviles... "unos de pago, otros financiados con publicidad, de manera que en realidad ningún contenido es gratuito".




Aunque el profesor Pini no manifestara de manera directa cuál de esas dos propuestas tan opuestas le parece más acertada, "si yo supiera qué va a pasar, o cuál es el modelo de negocio para la prensa... créanme, no estaría aquí ahora hablando con ustedes", su manera de exponer mostraba su preferencia implícita por el modelo que "potencia una marca sin renunciar a ninguna de sus posibilidades, haciendo que se refuercen unas a otras. Para ello hay que diseñar lo nuevo en función de lo nuevo y no a partir de lo viejo".



Esperamos un poco, y aquel mismo día por la tarde en Milán pudimos escuchar a Andrea Monti, director de La Gazzetta dello Sport, uno de los periódicos deportivos más importantes del mundo, que también ha configurado su "modelo de negocio", de enorme éxito empresarial hasta ahora, como una newsbrand. Monti, un periodista de los que merece la pena escuchar, de lo primero que nos habló, con revencia y una voz grave y casi tan poderosa como el diario que dirige, fue de sus maestros (inaudito, ¿verdad?, acostumbrados como estamos en esta España nuestra a oír a tanto experto, y triunfador hablar sólo de sí mismo).

Y habló de su página web, claro, y de la aplicación para iPad, y de la tienda online, y de Gazzetta TV, y de los eventos que organiza La Gazzetta —Giro de Italia, incluido—... de todo ese universo de 360º como lo llaman los gurúes, pero incidiendo muy especialmente en su punto central, el diario en papel. "Habrán escuchado hablar de último ejemplar impreso de The New York Times, ¿verdad?", nos dijo no en volumen sino en tono de bajo y con una media sonrisa; "pues cada vez que lo oigo recuerdo la nota que envió Mark Twain a un periódico que había publicado su muerte en la que les decía, tan sólo, que aquello le resultaba 'un poco exagerado'". Porque para Monti, el periódico "es el elemento que nos da fuerza y credibilidad de marca (...), lo que da sentido y razón de ser a todo lo demás. Es lo que somos".


Me pongo malísimo en el avión. Después de esperar más de una hora en el control de seguridad y de correr por una terminal que nunca terminaba, horripilante y caótica, el avión tarda más de dos horas en salir y en la sala de espera tan sólo de te dicen que esperes. Despegamos por fin y el piloto decide volar muy rápido para recuperar el tiempo perdido, pero al llegar a Barajas no tiene pista para aterrizar y tenemos que esperar en el aire, dando vueltas... que si las capas de la atmósfera y las turbulencias, que si la presión me destroza los oídos y a nadie más parece afectarle, el asiento de delante tan pegado parece acercárseme cada vez más y me asfixio, paren esto que yo me bajo... vuelvo a ponerme malo de sólo recordarlo.

Leíamos El Mundo en la aplicación de Orbyt para el Ipad en el catastrófico aeropuerto de Malpensa, eso sí. Otra posibilidad, otro modelo. Que se beneficia en este caso de una escuela de diseño periodístico que lleva evolucionando desde que nacieron los periódicos, estructurando la realidad que queremos contar con orden y jerarquía a la vez que se confiere de identidad a las páginas, porque son las páginas del periódico las que se ofrecen en este quiosco virtual.



Páginas "enriquecidas" con contenidos adicionales imposibles en el papel como es el caso de los vídeos; y con la posibilidad de lanzar también ediciones especiales del periódico ante acontecimientos extraordinarios, como hicimos en el caso de la muerte de Bin Laden, el 2 de mayo de 2011, la primera vez que se ha hecho algo así en la prensa, que nosotros sepamos. Los enormes costes de impresión y distribución disminuyen con esta manera de publicar posibilitando así un precio menor del periódico, sí se trata del periódico, a los lectores.



Dicho así podría parecer que se trata DEL modelo... pero es en realidad UN modelo. Que cuando intenta tan sólo imitarse ofrece como resultados siempre algo peor. Y no es por que se trate de nuestra competencia, que también, pero comparar las páginas sin ningún contenido añadido (ni vídeo, ni nada) de Kyoskoymas, el "quiosco digital" de Prisa en el que ofrece El País junto a otras muchas publicaciones, ¡cortadas por debajo! porque no dan la proporción adecuada en la pantalla de un iPad, todo ello en una interface ciertamente pobre, muestra claramente que EL modelo, o UN modelo, o CUALQUIER modelo, necesita como requisito primero y fundamental... creer en él.

El mencionado director de La Gazzetta nos señaló las enormes diferencias que podían tener en su desarrollo nuestros periódicos y sus periódicos italianos en internet... por el mero hecho del idioma. "El italiano no se habla más allá de nuestra península... mientras que el español de ustedes se habla en todo el mundo. Tienen que aprovechar esta circunstancia". ¿Cómo vamos a tener entonces el mismo modelo? ¿Y cómo, a su vez, vamos a tener nosotros el mismo modelo que los medios en inglés?, que también se habla en todo el mundo pero cuyas gentes y sociedades se parecen bien poco a las "nuestras".

Manuel Castells menciona como características comunes a los medios de comunicación en nuestra sociedad actual, que él denomina "sociedad red", la "globalización", pero a la vez el "carácter local". Una combinación adecuada que aflore de esta dialéctica global/local es lógico pensar que sea única para cada uno de los medios, lo que llevaría a descartar un modelo único. Existen características comunes que deben tener los medios de comunicación que quieran sobrevivir, independientemente del "modelo de negocio" de cada una de ellos, como bien nos explica el profesor Ramón Salaverría, director de Proyectos Periodísticos en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, a quien siempre conviene leer: "El papel de los periodistas como interpretadores de la realidad es algo que sigue siendo plenamente vigente, y ahora más que nunca. Ante tal polución informativa, si no disponemos de profesionales que nos sepan explicar qué está pasando día a día, minuto a minuto, en muchas casos nos podemos sentir desorientados", nos dice; y añade: "Tendrán éxito los que aporten originalidad". Los que ofrezcan un valor añadido.




Die Zeit, semanario alemán que triunfa a contracorriente, uno de los pocos productos en papel —junto a The Economist— que a presar de crisis generales y particulares crece, lo hace utilizando una fórmula curiosa. Su director, Giovanni di Lorenzo, declaró en una entrevista que os enlazamos en su momento que encargaron a varios consultores qué estrategias seguir de cara al futuro y una vez con los resultados en la mano... hicieron exactamente lo contrario. Más texto, más profundo, artículos de fondo, más lectura en definitiva a pesar de que nos vengan diciendo desde hace años que los textos deben ser más pequeños y las imágenes más grandes. Pero ¿no son los periódicos un producto destinado específicamente para lectores?, nos recordaba con ironía e inteligencia el periodista Enric González en otra entrevista que no tiene ni una palabra de desperdicio. Y ese modelo de más lectura que parece funcionar en Alemania o en Inglaterra... ¿serviría en España? ¿Tienen algo que ver sus índices de lectura, a lo largo de la historia, con los nuestros? ¿Es EL modelo, o es SU modelo? Porque si ahora se trata de buscar el famoso nicho de lectores (300.000 ejemplares de un periódico en nuestro país, que supera los 45 millones de habitantes, es un éxito absoluto), hacer un producto dirigido a una elite, lo cierto es que en España no hacemos otra cosa desde... que existen los diarios, los libros, los manuscritos y hasta las pinturas rupestres.

Encontramos incluso casos como el de The Guardian en el que EL modelo goza de un mayor consenso: periodismo de calidad, posiblemente el mejor diseño periodístico del mundo, una web de acceso gratuito en el mejor idioma para lograr millones de visitas de todos los países del planeta... Parecen hacerlo todo bien... y sufren pérdidas que crecen de año en año superando los 40 millones de euros en su último ejercicio. Tal vez aquí suceda lo contrario y EL modelo, el que parece ser mejor para todos, lo sea para todos pero no para ellos, no sea SU modelo. Aunque no se quedaron esperando, sentados, quietos... y eso sí que sea un modelo a seguir.

Levantémonos entonces de la sala de espera, aunque resulte imposible siquiera no ya saber qué viviremos en el futuro sino conocer y vivir el presente, o saber lo que somos, como parece insinuarnos Pedro G. Cuartango, maestro de lo que podríamos llamar periodismo filosófico. Antes de que nos llamen por la única puerta del modelo único por la que vemos pasar de vez en cuando a uno de nosotros camino del fin del camino.

martes, 2 de noviembre de 2010

El club de los maquetas muertos




"Escuchad atentamente. Estas voces del pasado nos están hablando, chicos:
Carpe...
carpe diem... Coged las rosas mientras podáis... aprovechad el momento..."

En 1989, el australiano Peter Weir tocó la fibra de toda una generación con una de las más bella historias sobre juventud, amistad, libertad y pasión por la vida. Muchos de los que la disfrutamos en las salas de cine durante nuestra adolescencia, quedamos marcados por aquellas inolvidables clase del señor Keating, en las que, entre obras de Whitman y Shakespeare, se filtraban los secretos para sacarle todo el jugo a la vida.

"Coged las rosas mientras podáis... Carpe Diem..."

Especialmente ahora, en estos tiempos que corren, de papel dado por muerto y de búsqueda de un modelo nuevo para sustituir a uno que todavía funciona, lo que pide el sentido común es aprovechar el momento. Superar esta especie de depresión global en la que esta profesión -y en concreto los que trabajamos el papel- está instalada y proponer, pensar, buscar nuevas vías que revitalicen nuestro trabajo.

Oh mi yo, oh vida de sus preguntas
que vuelven del desfile interminable de los desleales
de las ciudades llenas de necios
¿qué hay de bueno en estas cosas, oh mi vida, mi yo?
Respuesta: que tú estas aquí,
que existe la vida y la identidad...
que prosigue el poderoso drama
y tú puedes contribuir con un verso

¿Cuál será ese verso? ¿Qué puesto vamos a ocupar en la batalla por la defensa de nuestra identidad? ¿Seremos ejércitos de adolescentes midiendo poesía según la fórmula matemática de J. Evans Pritchard o buscaremos nuestra propia voz, nuestra nueva forma de comunicar? ¿Nos abandonaremos a las soluciones prefabricadas, a la decoración sin alma, o seguiremos aportando, añadiendo valor a los productos, independientemente de que se sirvan en papel o en píxeles, negro sobre blanco o unos sobre ceros... ¿Apostaremos por la calidad, o huiremos hacia adelante... hasta que ya no divisemos el punto desde donde partimos?.

"Las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo".

Yo creo en ello. Firmemente. Por eso me alegra ver que hay gente que no asiente hipnotizada ante los gurús que hacen su agosto profetizando la muerte del papel y hablan de calidad, de tratar al lector con respeto, de lectura y de profundidad. De periodismo para salvar al periodismo.

Os invitamos a subir aquí arriba. Todo se ve muy distinto desde aquí. Deberíais probar. A lo mejor no llevamos razón, y resulta que el meollo del asunto es de verdad el soporte y el freemium, y nos vamos todos a tomar por saco. Pero imaginad, sólo por un momento, que estos cuatro pobres románticos llevamos razón. Y que es la calidad, el enfoque, el volver a contar historias que interesen a los lectores, que la inteligencia y la lectura pueden devolver al periodismo el lugar que nunca debió abandonar. Y que los maquetas no somos un vestigio del pasado, sino que tenemos mucho que aportar en esa nueva forma de contar, donde el texto y la imagen son las armas con las que defenderemos nuestros corazones y nuestras almas.


El club de los maquetas muertos no hace distinciones. Si sentís que todavía tenemos mucho que aportar, que contar historias sigue mereciendo la pena, sed bienvenidos. Si todavía tenéis lo que hay que tener, si aún sentís pasión por el papel, adelante. Quedan muchas historias por las que merece la pena mancharse las manos de tinta. Tomad aliento y decid conmigo:

!Oh Capitán! ¡Mi Capitán!

lunes, 1 de noviembre de 2010

Éxito a contracorriente

Es la excepción, aunque debería ser la regla. Y, de vez en cuando, tampoco está mal escuchar a alguien que también cree que no tenemos necesariamente que elegir entre internet y papel... pudiendo tener los dos. Ayer, el periódico El País publicó una extensa entrevista con el director del semanario alemán Die Zeit (El Tiempo), Giovanni di Lorenzo, dentro de la serie titulada "El futuro de la prensa" que aparece regularmente en su suplemento "Domingo". Y decimos que es la excepción porque este periodista alemán de origen italiano está haciendo lo que los más sensatos dicen que hay que hacer pero que nadie, o muy pocos, están haciendo. Aguantar el tipo a golpe de calidad y credibilidad. Hasta el punto de que en medio de esta crisis feroz Die Zeit ha conseguido en 2009 los mejores resultados de su historia con una fórmula exactamente contraria a la que recomiendan gurús y futurólogos de la prensa: textos largos, profundos, incluso difíciles en ocasiones, no seguir la moda, la tendencia, la corriente dominante... "Este año, aún nos va mejor".



Os reproducimos algunos de los extractos de esta interesantísima entrevista y os dejamos aquí el enlace a la web de El País para quien quiera leerla al completo. Merece la pena.

"¿Cómo lo hemos conseguido? Desoyendo todo lo que nos aconsejaron los asesores de medios. Seguimos haciendo textos muy largos, no nos adaptamos a las modas y continuamos haciendo un periódico bastante difícil"

"Hemos estudiado muy bien las necesidades de nuestros lectores. A menudo, nosotros, los del papel impreso, hacemos diarios solo para nosotros y para nuestro sector y nos olvidamos del público que paga"

"Rechazo las definiciones autodestructivas. Me molestan. En los últimos años hemos hecho mucho para dañar la imagen del papel, al que, en el fondo, le debemos todo"

"No hemos traicionado nuestra propuesta de calidad. Creemos que la calidad trae dinero"

"Nos estamos comprometiendo mucho con el digital, no negamos en absoluto su valor, y creemos en ello. Pero quiero hacer una observación: este medio celebrado en todas partes como el futuro, de momento sabe hacer de todo menos ganar dinero. Por eso estamos invirtiendo en el digital, porque nosotros también creemos en él, pero evitamos, con todas nuestras fuerzas, hablar mal del papel"

"Soy enemigo de la ideología de internet, que existe. Soy contrario a la idea de internet como única esperanza"

"No estoy negando la crisis, es inútil cerrar los ojos. Digo, sin embargo, que no está escrito en las tablas de Moisés que todos los periódicos vayan a desaparecer. Habrá excepciones. Tanemos que cambiar los periódicos, pero no podemos atribuir nuestros problemas solo a la revolución de internet. Hubo otros errores"

"La falta de credibilidad. El abandono de la calidad. Si se empieza a hacer diarios demasiado sensacionalistas o demasiado parecidos entre sí, se pierde tirada"

viernes, 16 de julio de 2010

Un futuro

Nos despedimos hasta un futuro cercano, situado a comienzos de septiembre, queriendo ofreceros qué pasará en un futuro a mucho más largo plazo con el periodismo impreso. Un futuro posible para los periódicos, no el futuro, el que nos ha contado un libro con más de 3.000 años de pasado: el "I Ching" o "Libro de las Mutaciones".

Aunque pudiera parecer que para tales menesteres ya existen infinidad de gurúes mucho más cualificados, consultores y expertos que viven del asunto sermoneando desde un pensamiento científico alejado de supersticiones mágicas, lo cierto es que tenemos la impresión (aunque podemos estar equivocados, faltaría más) de que tanto los sabios chinos de la antiguedad como los gurúes del presente saben lo mismo sobre los periódicos y que utilizan el mismo método para sus predicciones: el azar. También estuvimos barajando la posibilidad de consultar a un echador de cartas que en vez de manos utilizase ocho tentáculos multiplicando así su eficacia, pero están tan ocupados que nos daba hora para una fecha en la que posiblemente haya desaparecido el papel... y el propio adivino, embadurnado en pimentón.

Nos llama la atención, en primer lugar, que este "Libro de las Mutaciones" insista una y otra vez en los cambios, en "adaptarse" a ellos para lograr la "armonía del individuo con el cambiante fluir de las corrientes universales". Nada más oportuno si de periódicos hablamos, pues, en estos tiempos en los que "el hombre ha perdido su Tao, el sentido de su vida, su camino, y el que pierde el camino se ve invadido por la angustia de lo incierto". Como para invitar al libro a una convención sobre el presente de los medios de comunicación, ¿no?

Y ¿por qué el azar nos parece un instrumento adecuado, como se lo pareció a esta escuela filosófica milenaria? Porque el azar "interviene en cada proceso de forma total o parcial, hasta el punto de que en circunstancias naturales, una secuencia de hechos que se ajuste de manera absoluta a leyes específicas constituye casi una excepción". Visto el rigor y el porcentaje de acierto de, por ejemplo, los expertos económicos en estos años recientes, el azar nos parece un criterio tan válido como cualquier otro. O no. Ying, yang. En lo relativo a la comunicación, casi el único del que podamos fiarnos.

Además, a través del azar, "precisamente por su carencia de significado inmediato", se puede encontrar "la expresión de un sentido más profundo", utilizando el simbolismo de las imágenes, como si de arcaico "periodismo visual" se tratara. ¿Hace falta algo más?



Hemos utilizado el "I Ching" (que por cierto debe pronunciarse aproximadamente "Yi Dching", con la "y" como en la palabra "yo") publicado por la editorial Edhasa, que puede considerarse la versión canónica en castellano a pesar de ser una traducción indirecta del alemán previamente traducido del chino a comienzos del siglo XX, comentada por su traductor alemán y gran estudioso de la cultura china Richard Whilhem, de quien hemos extractado estas pequeñas notas preliminares.

El equipo de encajabaja se reunió recientemente con este libro para llevar a cabo una consulta al oráculo del "I Ching" por el procedimiento abreviado del lanzamiento de tres monedas, en seis tiradas, con el cual obtuvimos un primer hexagrama (el número 30, Li, Lo Adherente, el fuego), con un trazo mutante en su tercer puesto, lo que dio lugar a un segundo hexagrama (el número 21, Shi Ho, La Mordedura Tajante).





El "I Ching", dice textualmente lo siguiente para estos dos hexagramas:

30. Li / Lo Adherente, El fuego
El dictamen: Lo Adherente. Es propicia la perseverancia, pues aporta el éxito.
Dedicarse al cuidado de la vaca trae ventura.
La imagen: La Claridad se eleva dos veces: la imagen del Fuego.
Así el gran hombre alumbra, perpetuando esta claridad, las cuatro regiones cardinales del mundo.
Las diferentes líneas: Nueve en el tercer puesto significa:
Al resplandor del sol poniente los hombres o bien golpean la olla y cantan o bien suspiran ruidosamente porque se aproxima la senectud.
Desventura.

21. Shih Ho / La Mordedura Tajante
El dictamen: La Mordedura Tajante tiene éxito.
Es propicio administrar justicia.
La imagen: Trueno y rayo: la imagen de la Mordedura Tajante.
Así los reyes de antaño afirmaban las leyes mediante penalidades claramente establecidas.

Y ahora, ¿qué? Porque esto es lo que se dice habitualmente cuando el oráculo chino "habla". Pues ahora toca interpretar o escuchar las interpretaciones que para estos signos se han hecho desde hace siglos, Confucio y toda su escuela incluidos.
A nosotros nos ha parecido que el primer hexagrama, el que indicaría el estado actual de las cosas, nos dice bien claro lo de perserverar en lo que hacemos, "cuidar la vaca trae ventura" parece bastante sencillo de interpretar, ¿no? Y eso es que lo que pretendemos hacer, cuidar la vaca. Ahora bien, ese hexagrama tiene una mutación en el tercer trazo (nos salió un nueve en la tercera tirada, yang, tres caras en las tres monedas), lo que nos alerta sobre las actitudes de los hombres cuando vivimos el "resplandor del sol poniente", cuando algo llega a su fin, pues. Si los hombres cantan, o sea se desentienden alegremente, o "suspiran porque se aproxima la senectud", o sea se dedican sólo a lamentarse... sufrirán "desventura". También tomamos nota.
Esta mutación da lugar a otro signo al cambiar ese tercer trazo entero, yang, por otro quebrado, ying, su contrario. El signo resultante indicaría el porvernir, dónde nos lleva la mutación del presente. Y aquí, vuelve el desconcierto porque no encontramos una interpretación tan clara como en el anterior. "La mordedura tajante tiene exito", referida a una mandíbula que tuviese un obstáculo para cerrarse y hubiera que moder de forma "tajante", nos sugiere que en el futuro superaremos un fuerte obstáculo. Pero se añade que es "necesario administrar justicia". Que los reyes antiguos administraban justicia con castigos proporcionados. ¿Superamos un obstáculo después de que se haya administrado justicia? ¿No está diciendo esto el libro?



Es posible que vosotros encontréis que estos dos hexagramas os sugieren algo distinto, o que no os digan nada, es una de las virtudes de este libro que no nos ofrece EL futuro, sino UN futuro, una posibilidad... que hay buscar en nuestro interior. "Conócete a ti mismo", es una de las máximas del "I Ching" que han pasado a formar parte de la cultura universal. Claro que también puede crearse toda una escuela de pensamiento milenaria, a la manera china de hacer las cosas, para resolver nuestra tirada... o consultar a algún gurú digital sobre ella.

Pasadlo bien este verano, nos encontraremos en un futuro próximo. Seguro.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Lotería encajabaja 2009




Encajabaja juega con el número que publicamos aquí en el sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad que se celebra mañana, 22 de diciembre de 2009. Como la cantidad es realmente limitada, no hemos podido hacer participaciones, además de que nuestra infraestructura de distribución no está todo lo perfeccionada que quisiéramos. Limitaciones que podremos solucionar si este número sale agraciado con el gordo, como estamos casi seguros que va a suceder. Por eso os lo damos a conocer, por si alguien puede todavía hacerse por su cuenta con alguna participación o décimo de él. Luego no digáis que no os avisamos...

Felices Fiestas a todos y recordad que lo importante es la salud. Además, ya nos advirtió Groucho Marx que lo que merece la pena de la vida son las cosas pequeñas: una pequeña mansión, un pequeño yate, una pequeña fortuna...

viernes, 30 de octubre de 2009

Pepe el brujo

Esto es una llamada de auxilio. Desesperada. Un grito de socorro para que algo, alguien, hagan algo y lo paren. A Pepe el brujo. Pronto.

Nuestro muy querido amigo Charly Carbajosa, uno de los mejores periodistas deportivos que conocemos, especializado en el Real Madrid, no tenía que haberlo hecho. Ni nosotros tampoco. Aunque fuese una historia "curiosa", de esas que se lee todo el mundo, ji ji, jo jo... Ahora ya no nos reímos, algunos claro, otros indeseables amigos del mal ajeno sí y mucho. No nos dimos cuenta de lo que nos decía Raúl del Pozo desde el artículo contiguo, supongo que con cariño. Y ya es tarde para otra cosa que no sean lamentos.



Nos explicamos. A oídos de nuestro querido reportero llegó que José Ruz, de 57 años, profesional del vudú con despacho en Málaga, había sido contratado para que con su magia lograse poner fuera de juego a Cristiano Ronaldo, y por extensión al Real Madrid. Fuera de juego en sentido figurado, porque en el real tampoco hace falta que le ayuden mucho para que allí lo encuentre la pelota, y el árbitro. La idea era que este brujo causara una lesión en la estrella futbolera clavando alfileres en un muñeco de cera portuguesa, como puede verse en la imagen. Una lesión no muy grave, pero sí lo suficiente como para apartarle del equipo. Ji ji, jo jo. "En el Madrid están encantados con la originalidad", escribía inocentemente Charly el 29 de septiembre pasado, "aunque en el club se descarta por el momento organizar una batida por Málaga". Cristiano Ronaldo se lesionó exactamente UN DÍA DESPUÉS de que esta noticia fuese publicada, en un partido de Champions que enfrentó al Real Madrid con el Olympique de Marsella tras una durísima entrada de Diawara. Ji ji, jo jo. No ha vuelto a jugar con el Madrid desde entonces.

Suponemos que la idea de la batida por Málaga debe estar en consideración ahora como tema prioritario en el orden del día de cualquier Junta directiva del Real Madrid. Porque después de aquello el Real Madrid, sin su estrella goleadora, sufrió una derrota dolorosísima contra un envejecido Milán, en el Bernabéu para más inri (hostia europea); un más que triste empate con el Sporting de Gijón la misma jornada que el Barça goleó (hostia en Liga); y finalmente el considerado como el mayor ridículo en la historia del club blanco: el humillante 4-0 sufrido ante el Alcorcón, entusiasta equipo de semiprofesionales de segunda B (hostia de copas).

Esto no tendría nada que ver con el diseño periodístico de no ser porque fuimos alguno de nosotros quienes maquetamos aquella página. Quienes nos reíamos mientras elegíamos con qué foto del brujo ilustraríamos el texto con formato fijo de "El zoo del siglo XXI", artículo habitual de la contraportada del periódico. "Mira, si tiene un muñequito donde pone Cristiano Ronaldo con alfileres clavados, jua, jua, ji ji, jo jo." Y ahora qué, porque el otro día, mientras los goles caían uno tras otro en aquel campo modesto en el que además nos "meaban" empecé a sospechar, yo, descreído y racionalista donde los haya, que lo de Pepe el brujo no era una broma, no podía ser una broma. Empecé a sospechar, y a temer. Y a sentir el peso de la culpa porque nunca debimos maquetar aquella página. Aunque uno de los nuestros, uno tan sólo supongo, sospechamos que incluso se alegra con lo sucedido hasta el punto de que lo volvería a hacer con todo el despliegue que el diseño permite. Que no es poco.

Esto es una llamada de auxilio. Desesperadísima. Porque sabemos que ahora mismo, en la víspera de los siguientes partidos que pueden llevarnos al abismo más absoluto, primero frente al Getafe, después contra el Milán de nuevo en Europa, Atlético de Madrid (un respiro casi seguro), vuelta al Alcorcón y por último... contra el ¡BARCELONA!, no, no, NOOOOOOO. Ahora, decíamos, sabemos que Pepe el brujo, un hombre tan malvado que tuvieron que expulsarlo del propio infierno, debe estar en un oscuro despacho malagueño iluminado por velas negras, clavando aún más ese asqueroso alfiler en el inocente cuerpecillo de un muñequito que nunca hizo mal a nadie, y removiendo su punta dentro de la tierna cera de arriba a abajo, a los lados, con saña... y necesitamos que algo, alguien, haga algo y lo paren. A Pepe el brujo.



Actualización: Ha terminado el primero de los partidos que mencionábamos en este post con victoria del Madrid por 2-0 ante el Getafe. La expulsión injusta de un jugador madridista al comienzo del partido nos hizo pensar en la fuerza del lado oscuro de Pepe en acción, del brujo, no de nuestro defensa. Y puede que así fuera. Pero estamos esperanzados porque nuestra llamada de socorro parece haber llegado hasta un alma caritativa que con su magia blanca, y nunca mejor dicho, está empezando a neutralizar a Pepe el brujo. Gracias.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Profecía

"Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o de un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro".


Así comenzó hace diez años Arturo Pérez-Reverte su colaboración de cada domingo en "El Semanal", a la que tituló "Los amos del mundo". ¡Hace diez años!, exactamente el 15 de noviembre de 1998, describió con asombrosa exactitud la situación económica que ahora... padecemos. Cuando todos, políticos primero y un instante después expertos, premios nobeles y presidentes de reservas federales y bancos centrales hablaban de crecimiento y riqueza sin fin. Este artículo se ha convertido desde hace unas semanas en lo que se llama un "fenómeno viral" en internet (quienes lo llaman así, claro, los guruchorras, para referirse al crecimiento exponencial) y que en román paladino no es otra cosa sino el boca a boca de toda la vida, pantalla a pantalla en este moderno mundo. El propio suplemento dominical donde se publicó se hacía eco este domingo del fenómeno:



Y lo cierto es que se trata de lo más parecido a una profecía que hayamos podido ver, leer o escuchar en mucho tiempo. "No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tiene que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro".
(...) Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, oh prodigio, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. (...) las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia, con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros y a veces con su puesto de trabajo Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.


Pueden parecer extractos demasiado largos del artículo, pero es que resulta verdaderamente difícil, sino imposible, resumir un artículo tan certero, tan demoledor y tan maravillosamente bien escrito. Por eso os dejamos aquí el enlace correspondiente para que podais leerlo entero. Merece mucho la pena.

Sólo nos queda añadir que ante tanto gurú y tanto experto en todo, que también venden humo y nombres prodigiosos para la nada ya sea de economía o sobre medios de comunicación, lo más recomendable es una dosis de sentido común, o una tonelada del mismo. Aunque el artículo en cuestión parece superar el mero sentido común para entrar en el terreno de lo visionario. Por eso mismo no nos vendría nada mal que el señor Pérez-Reverte nos escribiese un articulito, con su estilo afilado y todo, sobre el futuro de los periódicos, que tantos desvelos y quebraderos de cabeza causa. Estaríamos incluso dispuestos a publicárselo aquí, en encajabaja. Hasta con alarde tipográfico. De verdad.