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viernes, 21 de septiembre de 2012

Sombras y luz. Una portada

"Si hay foto, hay página", solemos decir quienes nos dedicamos al diseño periodístico. Si hay una buena foto, evidentemente, porque lo cierto es que hacer una buena página sin buenas imágenes resulta casi imposible y hacerlo sin ninguna... pues está al alcance de muy pocos. Si hay foto, tenemos que limitarnos sencillamente a no estropearlo, colocarla en el mejor lugar posible y al tamaño adecuado. Ya está.


Esta es la portada que hicimos el pasado martes por la tarde-noche, y que se publicó el miércoles 19 de septiembre, con la noticia destacada de la muerte del histórico dirigente comunista Santiago Carrillo a los 97 años de edad, en su casa de Madrid. El título es bueno, muy bueno en realidad, porque en esa sencilla frase de seis palabras se dicen tantas cosas... prácticamente todo lo que puede decirse sobre la noticia. Un título de nuestro director y del staff parido en la reunión de portada. Y luego está la foto de Aymá, el fotón. Ya está.


Que también muestra todo lo que puede mostrarse de Carillo en un formato vertical que acentúa la tensión (tuvimos que cortarla ligeramente por arriba para que entrase en la página, lo mínimo). La composición perfecta con esa diagonal que comienza en el cenicero y termina en la lámpara pasando por el rostro del personaje envuelto en claroscuros, fumando claro. Las sombras y la luz de una vida que son las sombras y la luz del siglo XX en España.

En mi opinión (muy poco imparcial, evidentemente) fue la mejor portada de la prensa española este día. La mejor portada sobre la muerte de Santiago Carillo. Pero tengo que reconocer que jugábamos con ventaja. Con la enorme ventaja de tener con nosotros a un fotoperiodista del nivel del gran Pepe Aymá. Enhorabuena, maestro.

lunes, 13 de agosto de 2012

Los Juegos Olímpicos en 18 portadas

Podemos contar muchas cosas de los Juegos de Londres. Pero creemos que, como resumen, basta ver las magníficas portadas que ha hecho The Times durante estos 15 días. Brutales. Aquí las tenéis. Disfrutadlas, las vemos una vez cada cuatro años. 

Nota: Actualizamos una vez más la entrada con la espectacular portada de The Times dedicada a los Juegos Paralímpicos.






















P.D. Actualizamos la entrada para añadir la última versión de la portada de The Times de hoy.
P.D. 2 En el blog amigo Paper Papers tenéis muchas más portadas de la prensa británica. Imprescindible visita.



jueves, 26 de julio de 2012

Hopper, Hopper...

Ningún método de impresión reproduce fielmente los originales. Ni siquiera las fotografías por muchos millones de píxeles y procesadores ultrapotentes o moléculas de plata pigmentadas que gasten, consiguen exactamente los mismos colores que retratan, cuanto más un medio de impresión con tintas que intentan después en vano —aunque con crecientes mejoras— llevar al papel esas fotografías que previamente habían fracasado. La impresión y la fotografía son un fracaso... siendo un éxito porque, a pesar de todo, consiguen la ilusión de representar la realidad. Logran que nos lo creamos. Pero con Hopper.... hay que ver sus cuadros originales, expuestos este verano en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid para constatar mucho más que en otros casos esta derrota de las reproducciones.



Imágenes de pantalla (vuestras pantallas) de fotografías de impresiones de fotografías de los cuadros de Hopper.

María Benito nos espera en la puerta del museo y nos hace un breve y certero resumen de lo que vamos a ver: "Primero tenéis las obras de formación; después, en una pantalla se proyectan las ilustraciones que hizo para las portadas de revistas antes de ser famoso; luego están los grabados, que merecen mucho la pena, y las acuarelas, que son buenísimas y con las que empezó a ser reconocido, y al final, está el Hopper, Hopper...".










Y así fue. Y efectivamente, cuando llegas al Hopper, Hopper... sólo puedes pronunciar puntos suspensivos. Te quedas sin palabras ante la fuerza, el magnetismo y el poder de las imágenes de un auténtico maestro. Imágenes que nada, o muy poco, tienen que ver con las fotografías que antes habíamos visto de sus cuadros y que ya admirábamos sin sospechar que las originales sí que son admirables. Porque los colores... Porque la luz... Porque los encuadres... Nada que ver con esa soledad algo lúgubre de las fotografías de su obra. Es una ¿soledad luminosa?, la luz sale de los cuadros. Es una composición 'cinematográfica', llena de los famosos 'planos americanos', como fotogramas aislados de una película norteamericana... pero no del todo. Los 'planos' cortan las figuras humanas más abajo que en el cine, casi por encima de los pies, dejando mucho espacio por encima y 'aplastando' así a sus personajes; los encuadres son inverosímiles a veces (¿por qué se termina ahí lo que vemos?, ¿falta algo que nuestra imaginación debe completar?); los colores no son los de la realidad, tan brillantes, pero crean una realidad real, o soñada... En la página web de The New York Times, The Original Edward Hopper compara de manera muy interesante los lugares reales con lo que Hopper vio. El Hopper, Hopper...

Vamos a dejarlo mejor todo en puntos suspensivos y si tenéis la oportunidad, visitad esta fantástica exposición de Edward Hopper (1882-1967) en Madrid. Hasta el 16 de septiembre en el Thyssen, junto a las alambradas que la policía antidisturbios tiene colocadas de forma casi permanente en torno al Congreso de los Diputados, otra realidad paralela.




lunes, 16 de julio de 2012

Pase de página

No es muy frecuente. En realidad, es la primera vez que veo una publicidad con pase de página, lo que por un lado está bien, o muy bien, visto desde el lado oscuro de una crisis que no sólo no termina sino que parece ir a más, a peor; y por otro lado ¿es del todo correcto?, por aquello de separar información y publicidad, de darles un tratamiento diferenciado. Porque hasta ahora, sinceramente, yo no había visto un pase de página en una publicidad.



Apareció la semana pasada en la portada del diario El País, el jueves 12 de julio, el mismo día en el que precisamente el presidente del Gobierno anunció el mayor recorte de gasto público y a la vez la mayor subida de impuestos no de la etapa democrática, como informa esta primera página, sino posiblemente de toda la historia de nuestro país (es imposible que haya habido antes un recorte así, al menos en términos de cifras absolutas, entre otras cosas porque el tamaño de nuestra economía nunca ha sido como el actual). Y eso que, además, nuestro presidente ocultó al Parlamento y a todos los españoles algunas "sorpresas" más, práctica ya habitual en Mariano Rajoy, sorpresas que tuvimos que "descubrir" este último sábado cuando fueron publicadas en el BOE (Boletín Oficial del Estado). La "letra pequeña", ya saben, que cada vez se usa más. Combinada con la #neolengua que nos insiste en que en España no ha habido rescate y que por consiguiente no hay condiciones, ni recortes... sólo reformas.

Pero no nos distraigamos con la aburrida política, hablábamos de publicidad, tan necesaria para el negocio de los periódicos impresos y tan escasa que lo último sería ponernos ahora exquisitos. Bienvenida sea, ¿incluso con pase de página? Sí, absolutamente. Por cierto, por si algún lector no sabe a qué me refiero con lo del "pase de página", pues se trata de esto:


Esta es la publicidad a la que me refiero.



Y este textito en el que dice "página 5" es lo que se denomina "pase de página".

Un pequeño texto compuesto generalmente en una tipografía distinta a la del texto base y habitualmente en negrita, para destacarlo, que nos remite a otra página determinada en la que se desarrolla esta misma noticia. Sí, hasta ahora noticia.

En la primera página de un periódico todas las noticias suelen llevar este "pase de página" porque la portada es un escaparate en el que se destaca y muestra lo más importante que hay en las páginas interiores, a juicio del director. En las noticias, decíamos, no en la publicidad. Si ya ocupar una parte del "tejadillo", esa parte superior de la portada bajo la cabecera, es algo inusual para una publicidad, que además lo haga utilizando un pase de página... Y ¿qué encontramos en esa página 5 a la que nos remite este pequeño anuncio?


Pues un anuncio.

Comenzaba diciendo que la publicidad con pase de página no es muy frecuente aunque tengo que reconocer que en el seno de encajabaja se ha producido un pequeño debate sobre la cuestión de si es esta la primera vez o no. Para mí, sí lo es, porque yo no lo había visto antes, pero todo es cuestión de fijarse. Porque en cuanto prestes un poco de atención, seguro que empiezas a ver más...


En algún periódico de hoy mismo, sin ir más lejos. Por cierto, atención a las TRES noticias que publica hoy El Mundo en su primera página, imagen incluida. Por si a nuestro querido presidente del Gobierno le sirven para analizar la crisis como es debido y como es debido poner las medidas realmente oportunas. Periodismo del bueno y necesario, impreso en papel y ¿por primera vez? con un módulo de publicidad por debajo, el clásico dos por dos de portada, y con pase de página.

martes, 10 de julio de 2012

Estas portadas de 'La Razón'

De un tiempo a este tiempo, las noches de tuiter se llenan de indignados y escandalizados enlaces a las portadas que cada jornada [nos ofrece] Marhuenda, director del periódico madrileño La Razón.


Y cada noche me niego a retuitear y a enlazarlas, a participar en la campaña de promoción gratuita que generan sus airados detractores sin pretenderlo. Por eso resulta cuando menos contradictorio que ahora escriba no un tuit sino todo un artículo sobre el asunto, con imágenes de las [...] portadas incluidas. Pero es que ya está bien, porque esta forma de actuar, como una [...] y [...] para lograr difusión como sea, o bien por una total conjunción de [...] y absoluto [...] y falta de [...], considero que hace daño a mi profesión. Al diseño periodístico. Al periodismo, pues. Como nos dijo también en tuiter sobre este tema, y dijo bien, Víctor de la Serna —destacado columnista del diario El Mundo con, entre otras, una imprescindible columna sobre medios de comunicación que os recomendamos—  "no hay otro remedio que desmarcarse lo máximo posible de eso". Así que antes de desmarcarme del todo romperé mi tozudo no querer mencionar siquiera el tema sólo en esta ocasión para señalar que, en mi opinión, estas portadas en concreto —no así el conjunto del periódico— contribuyen aún más al [...] de la prensa impresa porque, independientemente de su contenido, su diseño periodístico, hay que decirlo con toda la claridad y rotundidad necesarias, es [...].


A no ser que consideremos que como forma y contenido deben ser uno —algo que, por otro lado, repetimos siempre—, los contenidos fueran del mismo nivel [...] que tiene su diseño, el diseño de estas portadas en concreto. En tal caso, improbable porque supondría elaborar contenidos así de [...] de manera consciente, el diseño sería perfecto. Pero de contenidos, en esta ocasión, no hablamos.

También es posible que la causa esté en [...], circunstancia que sinceramente desconozco. Que [...] el propio Marhuenda, quien en primera persona se enorgullece de sus [...] portadas y las promociona desde su tuiter. Silvia Cobo se preguntaba también en tuiter una noche de éstas a propósito del tema de cada noche por lo mal que debía pasarlo el director de arte, y no supe contestarle —porque no lo sé— si el periódico en cuestión tiene o no este cargo porque en la mancheta del periódico no figura que exista. Evidentemente, a los profesionales 'obligados' a esto no se les puede reprochar o elogiar nada sino todo lo contrario, más bien solidarizarse con su delicada situación. Quien se responsabiliza de las famosas portadas dice de sí mismo ser "un hombre muy preparado", así que esperemos que se refiera con ello a disciplinas distintas a las del periodismo —creo que es doctor en derecho—, y especialmente al diseño periodístico, parte fundamental en el valor añadido de los periódicos impresos para lograr credibilidad y rigor, tal y como las propias portadas de La Razón muestran.




Estas portadas de La Razón pertenecen a lo que podríamos denominar un 'estilo' de diseño periodístico: las portadas póster, o viewspaper, como lo llaman últimamente gurúes y modernos con la simplona pretensión de que el viewspaperismo es algo moderno y divertido y rompedor y joven... Y guay. Y sí, lo es. O no. Depende de cómo se haga, pero no por el mero hecho de serlo. Lo de guay, decimos. Porque lo de moderno, basta un simple vistazo a la monumental 'Historia gráfica de la prensa diaria española' de nuestro querido Fermín Vílchez para comprobar que existe casi desde que los periódicos existen, desde que las posibilidades técnicas lo permitieron. Se trata sencillamente de hacerlo bien o no, de hacerlo de manera profesional y digna, como lo hacían en el desaparecido Público —con la excepción del maltrato tipográfico por un inexplicable abuso del track negativo, tanto en las portadas como en todos los títulos de las páginas interiores— y hacían y siguen haciendo en El Periódico de Cataluña (que combina además los dos principales estilos de diseño en un interesante híbrido, unos días más 'visual' y otros más 'textual') tal y como podemos ver en estos magníficos ejemplos:




O de hacerlo [...]... por muy viewspaper que sea:



De la misma manera que existen gradaciones en el otro 'estilo' de diseño periodístico, el que podríamos llamar 'textual', o más clásico —si de verdad creemos que el estilo 'visual' es más reciente—. Vean esta absoluta maravilla del Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung que algún amante del 'diseñismo' calificó del "triunfo de lo vulgar" cuando resultó premiado por la SND como periódico mejor diseñado del mundo (galardón que sólo parece merecer la pena cuando recae en algún viewspaper para una manera de entender el diseño periodístico más volcada en la decoración que en la información).


Como también se pueden hacer verdaderas [...] dentro de este denominado 'estilo textual' con el mismo [...], [...] y [...] que 'las' portadas de La Razón:



Volviendo al tema que espero no volver a tratar, el de 'estas' portadas que por supuesto seguiré sin enlazar ni retuitear, existe también la hipótesis de que nos encontremos ante el fenómeno que podríamos llamar del '[...] intencionado', o '[...] identitaria', es decir, una realización [...] como marca de la casa, lo [...] como seña de identidad. ¿Recuerdan el famoso primer fotomontaje del Huffington Post español?


Si hasta el tipo de letra parece que hubiera fallado... La voluntariosa señora Arianna Huffington triunfó —y vaya si triunfó— con un modelo de esos de "pues mi cuñao se acaba de comprar un ordenador cojonudo, nos hace gratis una página web y venga..." y ahora, con todos los medios y pudiendo contratar a los profesionales más preparados, los contrata para que hagan, precisamente, ESO mismo que hizo su 'cuñao' —es un decir, no sé si tiene 'cuñao'— y que se ha convertido en su identidad visual. Un 'amateurismo espontáneo', supuestamente espontáneo pero en realidad buscado. El Huffington Post es ASÍ. ¿Y ASÍ quiere ser La Razón?


¿No es como de [...] ajena?

Y estas portadas... ¿Por qué? ¿Es una [...]?, ¿recortes [...]?, ¿diseño [...] intencionado al servicio de un determinado contenido?, ¿la [...] como seña de identidad?, ¿una provocación [...] y fácil para conseguir a gritos frenar el progresivo descenso de ventas y difusión?... Posiblemente sea una conjunción diabólica de todos estos factores lo que hace que cada noche, de un tiempo a este tiempo, tuiter se llene de enlaces y retuiteos criticándolas y criticando durísimamente a quien las hace y promociona, poniéndolas literalmente a parir, enlaces y reuiteos que parecen buscar desesperadamente estas portadas de La Razón y a los que no voy a contribuir. Que no quiero. Que no me da la gana, coño.


PD: El presente artículo estaba escrito originalmente de otra manera, como supongo que nuestros lectores habrán advertido. Incluso se ha reescrito hasta en tres ocasiones con la ayuda inestimable de mis compañeros de blog Javier Vidal y Luis Blasco. Pero como aun así me quedaba la duda, y el temor, de que mis adjetivos e hipótesis sobre tan [...] portadas pudieran malinterpretarse, muy especialmente en el sentido de que se tomaran por una crítica hacia el trabajo de nuestros compañeros en ese periódico, circunstancia que es precisamente lo último que quisiera puesto que estoy absolutamente convencido de que estas portadas son responsabilidad exclusiva de quien de ellas se responsabiliza y las enlaza y promociona y defiende cada noche en tuiter, pues decidí finalmente que esos adjetivos y las hipótesis del porqué de estas portadas sean nuestros lectores quienes los pongan; cada uno los que quiera o estime oportunos, en sus propias pantallas.
No obstante, si algún lector especialmente curioso está interesado en leer el texto original, en cada una de sus tres versiones —de más a menos...— podríamos estudiar la manera de quedar algún día a tomar unas cañas —a costa del supuesto lector, evidentemente— para que pueda consultarlo impreso en papel. No habrá copias digitales susceptibles de difundirse por la red.