La mala noticia sobre la edición de PhotoEspaña de este verano... es que ya terminaron prácticamente todas las exposiciones. La buena, que la Fundación ICO ha decidido prorrogar hasta el 12 de septiembre la muestra sobre la fotógrafa norteamericana recientemente fallecida Helen Levitt (1913-2009) titulada "Lírica urbana", una de las muestras más interesantes y de más exito en la presente edición.
Nos han resultado especialmente emocionantes las imágenes que esta mujer tomó en las calles de Nueva York entre 1936 y la siguiente década, y que se exhiben en la primera planta. Podemos ver ese "otro" Nueva York de pobreza y marginación... pero lleno de vida, cuyas imágenes dieron lugar a un libro ya clásico en la historia de la fotografía: "A way of seeing", publicado en 1965, y que sirve de guía inicial a esta exposición. Además de las excepcionales imágenes de niños jugando en las calles, Levitt comenzó a registrar con su Leica pintadas en las aceras, en las calles, en el suelo, mucho antes de que se popularizara este "arte callejero". Antes incluso de que fuese "arte" grabó en sus negativos de plata dibujos con tizas, mensajes...
En la planta superior podemos ver un reportaje suyo sobre México del año 1941 con el mismo estilo y temática de sus trabajos en Nueva York; además de sus diapositivas en color de las últimas décadas, que desde un punto de vista absolutamente personal me resultan de mucho menos interés y fuerza visual. También se proyecta en la primera planta su película documental "In the street", realizada en 1945 junto a James Agee y Loeb (en realidad se inició en 1944 y no se llegó a concluir del todo hasta 1952), con una estética y estilo absolutamente desnudo, frío, duro, carente de toda puesta en escena, "precursor del cine norteamericano independiente", según los organizadores.
El catálogo de la exposición, magnífico, califica a Helen Levitt como "la última superviviente de entre los grandes protagonistas del periodo heróico de la fotografía moderna de antes de la Segunda Guerra Mundial". Seguidora de Cartier-Bresson (que en 1935 mostró algunas fotografías en la galería Julien Levy de Nueva York), además de Walker Evans, James Agee y el círculo de la Photo League de Nueva York. Sus imágenes documentales trascienden la denuncia social para adentrarse en una poética de las calles titulada ahora como "Lírica urbana". Todavía tenéis tiempo, si estáis o viajáis a Madrid en estos días, para admirar esta obra calificada por Walker Evans en 1969 como "antiperiodismo".
Anatomía del movimiento
No hemos conseguido detener el tiempo como sí lo hicieron estas imágenes y por eso es ya tarde para ver la exposición de Harold Edgerton "Anatomía del movimiento" en la planta baja del rascacielos del BBVA del Paseo de la Castellana de Madrid. Ha sido, eso sí, una más que grata sorpresa en el mes de julio descubrir la fuerza estética de estas fotografías "científicas".
Porque el norteamericano Harold Edgerton (1903-1990) fue un ingeniero eléctrico, investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (el prestigioso MIT), que desarrolló un sistema para congelar el movimiento tomando imágenes por debajo de una millonésima de segundo. Intencionadamente o no (y viendo las fotografías no nos queda más remedio que admitir que sí), Edgerton nos ha dejado imágenes de un enorme talento visual en las que arte y ciencia no pueden separarse.
Nos han resultado especialmente emocionantes las imágenes que esta mujer tomó en las calles de Nueva York entre 1936 y la siguiente década, y que se exhiben en la primera planta. Podemos ver ese "otro" Nueva York de pobreza y marginación... pero lleno de vida, cuyas imágenes dieron lugar a un libro ya clásico en la historia de la fotografía: "A way of seeing", publicado en 1965, y que sirve de guía inicial a esta exposición. Además de las excepcionales imágenes de niños jugando en las calles, Levitt comenzó a registrar con su Leica pintadas en las aceras, en las calles, en el suelo, mucho antes de que se popularizara este "arte callejero". Antes incluso de que fuese "arte" grabó en sus negativos de plata dibujos con tizas, mensajes...
En la planta superior podemos ver un reportaje suyo sobre México del año 1941 con el mismo estilo y temática de sus trabajos en Nueva York; además de sus diapositivas en color de las últimas décadas, que desde un punto de vista absolutamente personal me resultan de mucho menos interés y fuerza visual. También se proyecta en la primera planta su película documental "In the street", realizada en 1945 junto a James Agee y Loeb (en realidad se inició en 1944 y no se llegó a concluir del todo hasta 1952), con una estética y estilo absolutamente desnudo, frío, duro, carente de toda puesta en escena, "precursor del cine norteamericano independiente", según los organizadores.
El catálogo de la exposición, magnífico, califica a Helen Levitt como "la última superviviente de entre los grandes protagonistas del periodo heróico de la fotografía moderna de antes de la Segunda Guerra Mundial". Seguidora de Cartier-Bresson (que en 1935 mostró algunas fotografías en la galería Julien Levy de Nueva York), además de Walker Evans, James Agee y el círculo de la Photo League de Nueva York. Sus imágenes documentales trascienden la denuncia social para adentrarse en una poética de las calles titulada ahora como "Lírica urbana". Todavía tenéis tiempo, si estáis o viajáis a Madrid en estos días, para admirar esta obra calificada por Walker Evans en 1969 como "antiperiodismo".
Anatomía del movimiento
No hemos conseguido detener el tiempo como sí lo hicieron estas imágenes y por eso es ya tarde para ver la exposición de Harold Edgerton "Anatomía del movimiento" en la planta baja del rascacielos del BBVA del Paseo de la Castellana de Madrid. Ha sido, eso sí, una más que grata sorpresa en el mes de julio descubrir la fuerza estética de estas fotografías "científicas".
Porque el norteamericano Harold Edgerton (1903-1990) fue un ingeniero eléctrico, investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (el prestigioso MIT), que desarrolló un sistema para congelar el movimiento tomando imágenes por debajo de una millonésima de segundo. Intencionadamente o no (y viendo las fotografías no nos queda más remedio que admitir que sí), Edgerton nos ha dejado imágenes de un enorme talento visual en las que arte y ciencia no pueden separarse.