Lo primero fue llevarme un susto. Pero ¡cómo es posible!, estos animales siempre pacíficos, tranquilos hasta el aburrimiento, que llevan siglos de convivencia con el hombre, viviendo incluso en la planta baja de aquellas casas de pueblo modestas que no podían permitirse un establo independiente, prestándonos amables sus ubres para que bebamos leche. Y ahora...
Porque leyendo este escueto titular lo primero que entenderá un lector sin el suficiente background, esa información complementaria que recopila y pone al día los datos de una noticia y que el lector no tiene por qué conocer ni nosotros dar por hecho que lo conoce, lo primero que creerá, decía, es que una banda vacuna fuera de sus casillas ha atacado a dos personas matándolas salvajemente tal vez a cornadas o tal vez a mordiscos, puesto que locas se han vuelto. Y no. Este señor y esta señora debieron comer carne de vacas infectadas por el llamado "mal de las vacas locas" para de esta manera contraer la encefalopatía espongiforme en su variedad humana que finalmente les ha llevado a la muerte. O sea: "Dos personas fallecen en Castilla León a causa del 'MAL de las vacas locas'". ¿No? Es importante también el lugar, muy importante, porque puede suponer cuarentenas, más afectados en esa zona con las consiguientes medidas sanitarias y recomendaciones para la población, pérdidas económicas, necesidad de sacrificar ganado, etc., y no es lo mismo que todo esto suceda en el Pekín olímpico (donde ya bastante tienen con mantener encendida una antorcha sin que nadie les haga la gracia de apagarla) a que suceda en nuestro país, o en nuestra comunidad.
Pero claro, con este tipo y cuerpo de letra no cabe. Y nos vemos obligados a titular telegráficamente, incluso de forma incorrecta. Si todos lo entienden, ¿no? Pues no lo sé, pero no parece muy profesional desde el punto de vista periodístico suponer tal cosa o aceptar incorrecciones, grotescas incluso como ésta. "Dos muertos por 'vacas locas'", escriben; y se quedan tan panchos.
Deberíamos, pues, haber utilizado dos líneas de título a las cinco columnas para que el título fuese el adecuado. ¡No!, ¡dos líneas a cinco columnas quedan fatal!, ¡es estéticamente horrible! ¡NO SE PUEDE HACER! Y menos con este cuerpo tan grande. ¿Y si bajamos el cuerpo? ¡Pero qué dices, no, hombre, no! Es la apertura de la subsección de Sociedad y NECESITA ese cuerpo. Además, si te fijaras verías que utilizamos redonda para que el título sea más elegante, en vez de negrita, y también por eso el cuerpo tiene que manchar más. ¿Entonces no se puede hacer nada? ¡No! ¿No podemos titular bien? ¡No!, pero si así está bien, qué más da. Bueno, si lo dicta el diseño...
Y sin embargo, el diseño, y la tipografía, nunca deben dictar nada. Como este NO no es el no del que hemos hablado otras veces, a este no hay que decirle no. No hacemos diseños, no diseñamos, hacemos un periódico, informamos. Y como por consiguiente la tipografía es necesariamente una herramienta al servicio de la información tenemos que preguntarnos si el nuevo tipo de letra de El País, esa Majerit de aspecto elegante y muy legible para algunos, sirve a los propósitos periodísticos para los que se supone que fue concebido. Porque con la anticuada y obsoleta y aburrida Times, este periódico no hubiera tenido, como no los ha tenido hasta hace unos meses, estos problemas para ofrecer a sus lectores un titular apropiado a cada noticia. Que, no nos volvamos locos como las vacas, es de lo que se trata.
Porque leyendo este escueto titular lo primero que entenderá un lector sin el suficiente background, esa información complementaria que recopila y pone al día los datos de una noticia y que el lector no tiene por qué conocer ni nosotros dar por hecho que lo conoce, lo primero que creerá, decía, es que una banda vacuna fuera de sus casillas ha atacado a dos personas matándolas salvajemente tal vez a cornadas o tal vez a mordiscos, puesto que locas se han vuelto. Y no. Este señor y esta señora debieron comer carne de vacas infectadas por el llamado "mal de las vacas locas" para de esta manera contraer la encefalopatía espongiforme en su variedad humana que finalmente les ha llevado a la muerte. O sea: "Dos personas fallecen en Castilla León a causa del 'MAL de las vacas locas'". ¿No? Es importante también el lugar, muy importante, porque puede suponer cuarentenas, más afectados en esa zona con las consiguientes medidas sanitarias y recomendaciones para la población, pérdidas económicas, necesidad de sacrificar ganado, etc., y no es lo mismo que todo esto suceda en el Pekín olímpico (donde ya bastante tienen con mantener encendida una antorcha sin que nadie les haga la gracia de apagarla) a que suceda en nuestro país, o en nuestra comunidad.
Pero claro, con este tipo y cuerpo de letra no cabe. Y nos vemos obligados a titular telegráficamente, incluso de forma incorrecta. Si todos lo entienden, ¿no? Pues no lo sé, pero no parece muy profesional desde el punto de vista periodístico suponer tal cosa o aceptar incorrecciones, grotescas incluso como ésta. "Dos muertos por 'vacas locas'", escriben; y se quedan tan panchos.
Deberíamos, pues, haber utilizado dos líneas de título a las cinco columnas para que el título fuese el adecuado. ¡No!, ¡dos líneas a cinco columnas quedan fatal!, ¡es estéticamente horrible! ¡NO SE PUEDE HACER! Y menos con este cuerpo tan grande. ¿Y si bajamos el cuerpo? ¡Pero qué dices, no, hombre, no! Es la apertura de la subsección de Sociedad y NECESITA ese cuerpo. Además, si te fijaras verías que utilizamos redonda para que el título sea más elegante, en vez de negrita, y también por eso el cuerpo tiene que manchar más. ¿Entonces no se puede hacer nada? ¡No! ¿No podemos titular bien? ¡No!, pero si así está bien, qué más da. Bueno, si lo dicta el diseño...
Y sin embargo, el diseño, y la tipografía, nunca deben dictar nada. Como este NO no es el no del que hemos hablado otras veces, a este no hay que decirle no. No hacemos diseños, no diseñamos, hacemos un periódico, informamos. Y como por consiguiente la tipografía es necesariamente una herramienta al servicio de la información tenemos que preguntarnos si el nuevo tipo de letra de El País, esa Majerit de aspecto elegante y muy legible para algunos, sirve a los propósitos periodísticos para los que se supone que fue concebido. Porque con la anticuada y obsoleta y aburrida Times, este periódico no hubiera tenido, como no los ha tenido hasta hace unos meses, estos problemas para ofrecer a sus lectores un titular apropiado a cada noticia. Que, no nos volvamos locos como las vacas, es de lo que se trata.