martes, 14 de octubre de 2008

Tercer Mandamiento de todo rediseño

Tras las vacaciones estivales, Miguel Buckenmeyer nos trae el tercero de sus diez mandamientos sobre todo rediseño, coincidiendo, además, con su 37 cumpleaños, el cual, aunque sea sólo en parte, ha decidido celebrar con todos vosotros. Los protagonistas son TheLondonPaper y el heterogéneo paisaje urbanístico de Madrid.


Los diez mandamientos para rediseñar
un medio de comunicación (III)


Mandamiento 3. Crea un proyecto unificado a través de la repetición de elementos.

En las vacaciones de verano conocí un francés que había venido a España para dar un curso de verano. Había visitado Madrid de joven pero no se acordaba en absoluto de cómo era la ciudad en su viaje a los 13 años. Esto lo atribuyó a que justo en ese momento se estaba leyendo la trilogía del Señor de los Anillos. Así que se acordaba de la historia de Tolkien pero no se llevó una impresión de cómo era la capital de España.

Puede que tuviera tanto que ver con lo de haber estado enganchando a los magníficos libros de Tolkien, como con el peculiar desarrollo urbanístico y arquitectónico de la ciudad. Yo soy un amante de Madrid, el hogar de mis familiares españoles. A pesar de mi amor arraigado por la ciudad, veo que la ciudad carece de una armonía arquitectónica como la que se aprecia en París, Praga, y otras capitales europeas.

Con diseño a la izquierda y sin (o con muy poco) diseño a la derecha.

En las calles alrededor de mi despacho, por ejemplo, en pleno casco antiguo de la capital, hay algunos edificios del siglo XVIII, muchos del siglo XIX, y otros muchos de todas las décadas del siglo XX: los hay de los treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta y de los ochenta. Los hay muy bajos y muy altos. Reformados y sin reformar. De todos los colores imaginables. Con terrazas y sin terrazas. Barrocos, art deco, y modernos. Preciosos y feos. Lo que falta al conjunto es la armonía y una relación entre si.

Altos y bajos, gordos y flacos.

Supongo que algunos encontrarán algo de encanto en la disonancia visual que uno encuentra en la ciudad. Para muchos, en cambio, la falta de armonía de algunas zonas no deja en el observador una buena impresión y, en ocasiones como la del ejemplo, incluso ninguna impresión.

La armonía, entonces, es una cualidad clave de una estética atractiva. En el campo de diseño editorial, la armonía se consigue a través de la repetición y la sistematización de los elementos gráficos básicos que componen un producto como pueden ser la retícula, la tipografía, los colores, y otros elementos como filetes, corondeles y tramas. La dificultad está en encontrar un equilibrio visual entre las infinitas maneras de combinar los elementos gráficos y usar espacios blancos o negativos. Hay diseñadores que empiezan con el esqueleto de un diseño y lo van desarrollando poco a poco, añadiendo “ingredientes” -elementos o matices- gráficos gradualmente hasta llegar a este equilibrio visual. Hay otros diseñadores que utilizan todas las ideas o inspiraciones que en ese momento tienen para ese proyecto en concreto y van descartando elementos o aspectos visuales hasta quedarse con un diseño global que les parece terminado. El peligro del primer método es la falta de “tensión” o interés gráfico si el diseño carece de suficientes variables visuales; el peligro del segundo es el exceso de variables gráficas que compiten entre sí en vez de complementarse. Algo así como una comida con tantas especias que ya no sabe a nada.

Caso práctico: TheLondonPaper

Portada de TheLondonPaper.

En lo que se refiere a diseño de prensa, un magnífico ejemplo de la consistencia y la armonía gráfica es el diseño de TheLondonPaper, hecho por el español Alfredo Triviño. Hay otros ejemplos buenos de este principio sobre todo en el extraordinario cuerpo de trabajo de Cases i Associats. En cambio, TheLondonPaper destaca por su sencillez: mantiene la consistencia usando pocos variables pero consigue un resultado magnífico. Basado en los diseños tradicionales de los tabloides ingleses, el resultado final es nada menos la apoteosis del diseño de gratuitos y un resultado impecable dentro del diseño editorial.

Doble de deportes.

En concreto, el proyecto consigue esta armonía visual y equilibrio a través del uso de una paleta tipográfica amplia, pero de una manera disciplinada e impecable, y la repetición de a importante reseña gráfica.

Titular en Monitor Black con antetítulo en Zine Slab Regular.

El periódico emplea la familia san serif “ Monitor” de la casa belga Ourtype como tipografía principal. Una importante parte de la coherencia y armonía visual del proyecto se consigue gracias a que la inmensa mayoría de los titulares del periódico van en el peso más negrita de la tipografía, Monitor Black. Para evitar que esta repetición se convierta en una tiranía -algo demasiado disciplinado, plano y sin tensión- el diseñador crea un fuerte contraste en cada página con, al menos, otro titular en el peso Monitor “Light”. La repetición de este fuerte contraste entre Monitor Light y Monitor Black en cada página del periódico, en si mismo también ayuda a crear consistencia y armonía a lo largo del proyecto.

Zine Slab Médium para titulares de opinión.

Otro clásico truco en el diseño editorial que usa Triviño para evitar el aburrimiento tipográfico es la elección de una tipografía para poner un “acento” en lugares estratégicos. Para esto, él usa una tipografía serif que por la forma de usarla parece más una tipografía egipcia: Zine Slab de Ole Schäfer. Aunque el, proyecto también emplea la serif Capitolium News de Gerard Unger, ésta solo aparece como el cuerpo de texto. En los antetítulos, sumarios y las llamadas en la portada, por ejemplo, la Zine Slab en caja alta con algo de track entre las letras añade un toquecito más de interés y contraste tipográfico, complementando perfectamente y sin quitar protagonismo tanto a la Monitor Black como a la Light. La Zine Slab en este proyecto es –para seguir con el símil gastronómico- como la canela del capuchino.

El filetón redondeado: un toque magistral.

El toque magistral de este proyecto es el uso sistemático de un filetón redondeado con seña de identidad. La armonía y coherencia se consigue a través de la repetición de este recurso gráfico a lo largo del proyecto en varios contextos. Principalmente, aparece bajo texto calado sobre bloques rectangulares de color, para subrayar el nombre de las secciones o columnas del periódico. También aparece como encabezamiento de apoyos donde en el titular aparece (como no) en la Zine Slab en caja alta.

El filetón redondeado como epígrafe de sección.

El filetón redondeado calado en el friso de destacados en la portada.

Hay otros proyectos que también me han gustado mucho, pero que no son tan “perfectos”. Tal es el caso del rediseño reciente de Blick, el diario suizo con más difusión. Recientemente, la empresa editora creó un versión gratuita del diario de pago -- Blick am Abend-- aprovechando el mismo rediseño de Blick. Lo único que realmente cambia es el color corporativo: Blick va en rojo y Blick am Abend en púrpura. En las páginas interiores de ambos proyectos, se nota una fuerte influencia del diseño de TheLondonPaper. Por lo general, es un muy buen trabajo, salvo que a veces sobrecarga el diseño básico con demasiado filetes y variedad de elementos gráficos. Es decir, que peca de añadir demasiados ingredientes a la receta.

La portada del gratuito suizo Blick am Abend.

Para ser coherente, repito, hay que repetirse: la coherencia y la armonía se consiguen a través de la repetición. La coherencia y la armonía se consigue a través de la repetición…. Que no se te olvide.

Por cierto, este mensaje hay que repetírselo a las autoridades urbanísticas madrileñas encargadas de esa gran ciudad.

lunes, 13 de octubre de 2008

Diseñario (XXXII)

Exuberantes. Excesivos. Desbordantes. Un torrente de palabras que desprecian el más elemental de los principios periodísticos relativo a la claridad, concisión y, en especial, la brevedad. Porque les da la gana. Porque así son ellos, el sin par comité de expertos de encajabaja que un lunes más, fieles hasta el fundamentalismo militante con esta cita semanal, nos ofrecen generosos, nos entregan, expulsan de su ser y lanzan a los cuatro vientos, los siete mares y los millones de píxeles una nueva entrega del Diseñario. Ya sabéis...





Periódico. Sucesión de secciones repletas de informaciones, tanto escritas como visuales que conforman el compañero ideal del desayuno en la cafetería. Los hay tabloides y asabanados, los hay en elegante blanco y negro o en miles de colores, (que para eso los periódicos nos cuentan la realidad y, salvo que seas un perro, la realidad es en tecnicolor). Los hay incluso con unas grapas en el lomo y hay lectores capaces de matar a quien se le ocurra quitárselas. Los hay deportivos y de información general. Los hay económicos en un graso color salmón y económicos en papel blanco, blanquísimo. Los hay muy serios y respetables y los hay que podrían matarte de risa, o de miedo. Incluso los hubo que hasta hace muy poquito no tenían ni una imagen en portada, aunque claro, para sobrevivir a eso tienes que ser disciplinado e inmutable cual pastor alemán.
Y con tanta variedad, ¿hay algo que les caracteriza? Pues sí, su periodicidad. De ahí, claro, su rebuscado nombre. Un diario se precia de serlo porque sale todos los días. Ni siquiera los más graves contratiempos deben interrumpir la frecuencia de encuentro con los lectores, esos por los que un periódico existe. Si esto ocurriera, dejarían de ser periódicos, y entonces, ¿qué somos?
Un periódico es ese compañero de facultad que los alumnos de periodismo nunca consultan. Cuando se licencian, la relación con él cambia. Porque un periodista no tira los periódicos viejos. En lugar de eso, los almacena sin razón, preso de una extraña variante informativa del síndrome de Diógenes, hasta el punto de convertir los asientos traseros de sus coches en auténticas hemerotecas con ruedas y sus casas en secciones de documentación. Se conocen casos de periodistas que han propuesto a sus parejas mudarse a casas más grandes porque ya no tenían espacio para los números atrasados. Familias enteras se han roto por tan singular desorden...
Pero por encima de todo eso, un periódico es ese sueño al que muchos nos apuntamos cuando éramos jóvenes y del que no querríamos apearnos nunca. Un periódico es ese objeto de deseo que se devora con fruición y en zapatillas los fines de semana, por cuyos suplementos se pelean familias enteras y cuyas ideas permanecen en tu cabeza, surgiendo cuando menos te lo esperas, conformando eso tan poderoso e inquietante que se llama opinión pública. La radio puede tener la inmediatez, internet la globalidad, la televisión la comodidad y el espectáculo, pero un periódico tiene la magia de la palabra escrita. Esa que perdura y que queda ahí, para desenmascar a mentirosos, interesados y personajes sin escrúpulos. Para denunciar escándalos y ponerse de parte de los más debiles. Para en definitiva, servir a la sociedad. Ahora más que nunca, que estamos en época de cambios y novedades y jinetes del apocalípsis se empeñan en predecir el fin del papel para informar, los periódicos deben enarbolar, honrados, su principal virtud: trasmitir informaciones serias y trabajadas en las distancias cortas, algo que sólo se consiguen cuando se establece intimidad entre las dos partes, como cuando se comparte un desayuno, o un atasco, o un interminable viaje en metro...

Periodismo. Profesión. Negocio. Religión. Disciplina. Vocación. Maldición. Servicio. Santuario. Prostíbulo. Sacrifico. Enfermedad. Poder. Contrapoder. Cultura. Información. Política. Dinero. Libertad. Prensa. Radio. Televisión. Internet. Locura. Riesgo. Búsqueda. Relatos. Pasión. Escritura. Ideas. Vanidad. Imágenes. Desengaños. Industria. Licenciatura. Voz. Corporativismo. Participación. Fotografía. Polémica. Crítica. Tribu. Mensaje. Mensajero. Verdad. Mentira. Muerte. Vida.

Photoshop. Aplicación informática para la edición y el retoque fotográfico de la casa Adobe. Famoso en todo el mundo, la primera versión de Photoshop data del año 1990 y fue elaborada, ¡vaya sorpresa!, para los ordenadores Macintosh. No es hasta el año 1992, con la versión 2.5 cuando Windows puede cargar el programa.
De estas primeras versiones no queda casi nada, ya que se trabajaba en una sola capa (qué haríamos ahora sin las capas) y como mapa de bits. A medida que se ha ido avanzando en las versiones, las funciones del programa han mejorado hasta puntos insospechados y lo han convertido en el estándar de retoque y edición fotográfica. Lo que antes era una herramienta exclusiva para fotógrafos y diseñadores debido a su complejidad, ahora se ha vuelto moneda de uso común y, prácticamente cualquier persona, con unos mínimos conocimientos, puede editar sus propias fotografías. Gracias también a la fotografía digital y la sencillez en el "revelado" de la misma. Las posibilidades del programa son casi infinitas gracias a los plugins, efectos, pinceles, etc, con los que se trabaja. Es como un taller de pintura (de hecho algunos lo llaman así), pero en dimensiones descomunales.
Puede ser de gran utilidad para determinadas tareas, como el silueteado de imágenes o la corrección de fotografías. Pero como toda arma informativa, también es usada por lo malos para manipular, o por lo menos intentarlo. Son muchos los ejemplos de hábil manipulación, pero también son muchos los ejemplos de las chapuzas que se han llevado a cabo con él.
Sin embargo, también hay gente que lo utiliza como programa para crear imágenes a partir de cero, pero no es este su propósito inicial, ya que al trabajar con píxeles, y no con imagen vectorial, puede presentar problemas a la hora de ampliar determinadas imágenes. Este es, según muchos, el punto flaco de Photoshop, que para hacer más grande una imagen, tiene que "inventarse" los pixeles necesarios para ello ("interpolar" lo llaman), frente a otros programas, como el prácticamente desaparecido Freehand (desde que lo comprara precisamente Adobe y dejara de actualizarlo) o Ilustrator (el programa de "dibujo" inicial de Adobe, y que es el que han ido actualizando) que trabajan con imagen vectorial y no necesitan inventarse ninguna información.
La popularidad del programa ha llegado a cotas tan extremas que es usado por muchos/as famosos como el nuevo elixir de la juventud. Beben de él (Internet está lleno de ejemplos) como si fuera el maná que los va hacer inmortales, cuando lo que en realidad hacen es postergar el momento inevitable en el que Photoshop, esa mágica e infinita herramienta informática, no podrá ayudarles.


Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): Palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.

viernes, 10 de octubre de 2008

El último año bueno

2007. Es el último año bueno. Así se titula el prólogo del informe sobre los medios de comunicación en España y Portugal de 2008 que ha elaborado el departamento de investigación de ZenithOptimedia y que han publicado también en formato de libro con muchísimos datos de interés sobre el panorama global de nuestros medios de comunicación. Hablamos de una compañía dedicada fundamentalmente a la publicidad que elabora estudios de mercado para sus clientes, y su informe es realmente completo. Ellos hablan de "maximizar el retorno de la inversión publicitaria (ROI) de sus clientes", pertenecen a ZenithOptimedia Group, propiedad de Publicis Groupe, desarrollan su actividad en 59 países según su web y manifiestan ser el "mayor grupo de agencias de medios por volumen, con una facturación superior a 34.000 millones de euros". Que ya son euros.

Comienzan sus conclusiones afirmando que "desgraciadamente quienes en la segunda mitad de los noventa profetizaron el final de los ciclos económicos se equivocaron. Sigue habiendo ciclos económicos, con sus fases buenas y sus fases malas, y el mercado publicitario las magnifica". Nos muestran con datos que los primeros síntomas de la crisis comenzaron ya en el verano de 2007 aunque en España se quedó sólo en un aviso porque las inversiones publicitarias crecieron en conjunto un 9,3%. Incluso la prensa escrita, tan moribunda para muchos desde hace años, tuvo un año magnífico con aumentos en su publicidad (5,8%) y en su difusión. Mencionan también a internet como "gran fenómeno de 2007" con un crecimiento medio del 55,4%.



Datos sobre la población española; la información macroeconómica de España y Portugal; los grupos multimedia en 2007; la inversión publicitaria en el periodo de 2003 al 2007; estudios sobre todas las cifras de audiencia, perfil de usuarios, consumo o publicidad de la televisión, la radio, prensa, suplementos, revistas; datos sobre el cine; la presencia exterior de nuestros medios de comunicación; todo un capítulo dedicado a internet; los medios emergentes; e incluso un glosario final de términos sobre medios de comunicación y publicidad. Completísimo estudio que transforma todo el sector de los medios de comunicación de España y Portugal en cifras y gráficos. Y que nos recuerda que 2007 fue el último año bueno, porque a partir del segundo mes de 2008 "se produce el fuerte batacazo" y al grito de "sálvese quien pueda" la crisis empieza a llegar a todos.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Notarios de papel
(información y espectáculo)

Alguien tiene que poner las cosas por escrito, en un papel. Puede resultar incluso que tal y como se está deteriorando la información en las sociedades avanzadas este papel le corresponda, mejor que a ningún otro, al papel. Un papel sólido frente al soporte "líquido" de internet; incluso gaseoso porque sus noticias se evaporan muchas veces al instante merced a su enorme agilidad y rapidez con cada nueva actualización del sitio web que las difunde, las corrige, se desdice, publica ahora como datos contrastados lo que antes había "colgado" sin contrastar para ser el primero. El primero en desinformar, porque los internautas no saben, sabemos, nunca qué versión estamos viendo.

Esto viene a cuento porque el pasado lunes 29 de septiembre se tiraron los trastos a la cabeza responsables de los medios de comunicación y representantes de organismos públicos en una reunión organizada por la Asociación de la Prensa de Madrid en su sede de la calle Juan Bravo con el título "Tratamiento informativo sobre el accidente aéreo en el aeropuerto de Barajas”, en la que participaron José Ramón Arias (Onda Cero), Fernando Sanz (Tele5), Josep Vilar (TVE), Javier Lascuráin (Efe), Magis Iglesias (FAPE), Jorge Rodríguez (El País), Cruz Morcillo (ABC), César G. Antón (laSexta) y José A. Ovies (Telemadrid) por el "bando periodistas"; y Antonio Fernández Serrano (director de Comunicación del Ministerio de Fomento), Rodrigo Ponce de León (Coordinación Institucional y Relaciones Públicas de AENA), Juan Carlos Lozano (director de Relaciones Institucionales del sindicato de pilotos SEPLA), y Luis Serrano (coordinador del Servicio de Información de Emergencias 112), en el "bando institucional". En el número de diciembre de la revista Cuadernos de Periodistas que editan las asociaciones de periodistas se publicarán las conclusiones de estas jornadas. Y antes, cómo no, estarán "colgadas" en las páginas web http://www.fape.es/ y http://www.apmadrid.es/.

Sede de la Asociación de la Prensa de Madrid


Intentaron defenderse, sin mucho éxito, los representantes de los medios reprochando a los organismos oficiales un auténtico "apagón informativo", "falta de transparencia" a la hora de ofrecer datos y la enorme "lentitud" en proporcionarlos. Pero siendo esto cierto, también lo es que no justifica su conducta y las consecuentes acusaciones que les hicieron sobre la "falta de rigor" por difundir noticias falsas, número de muertos o causas del accidente incluidos, y sobre todo, por el tratamiento de los hechos como un "espectáculo". Algo que todos hemos ido haciendo cada vez más en los últimos años, porque la información tiene que ser entretenida, ¿no? Tenemos que hacer lo que sea para captar, o que no se nos escapen, lectores, oyentes y mirantes.

"Durante mucho tiempo medios serios y ámbitos hasta ahora reservados a la información se han dedicado al espectáculo", declara en una entrevista publicada el martes 30 de septiembre en el diario El Mundo Magis Iglesias, nueva presidenta (la primer mujer) de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Y continúa: "Han confundido tanto información y espectáculo, que ha llegado un momento en el que ya no se sabe dónde está la basura y dónde está la información. Debemos separarlo y recuperar entre todos las reglas básicas del periodismo (...) porque el periodismo es la marca de calidad de una democracia".

No parece fácil, ¿verdad? Sobre todo porque la corriente de los tiempos parecer ir en sentido contrario y el triunfo de internet lo favorece. El espectáculo y la falta de rigor, decimos. Claro que estamos generalizando y ya se sabe que todas las generalizaciones son falsas... incluida ésta. Pero en ese soporte "líquido" del que hablábamos antes, tan rápido y moderno, es muy fácil corregir píxeles mentirosos o equivocados, si metemos la pata, así que como no podemos esperar más: "¡súbelo!". Y es también muy espectacular en su posibilidad de brindar imágenes, de ofrecernos vídeos con familias llorando y pedirnos a la vez que dejemos un comentario. Si además tienen al frente supuestos "responsables" que no distinguen entre lo que ES una noticia (ofrecer el vídeo del momento del accidente, noticia de interés general sin ninguna duda, que las autoridades no tenían intención de mostrarnos, y cuya difusión algunos han criticado, periodistas incompetentes incluidos) de lo que NO es noticia, obligando a sus redactores a acosar con micrófonos y cámaras en mano a familiares de las víctimas para preguntarles, como idiotas, "¿qué siente usted?" (estas imágenes lamentables NO son noticia). Y si lloran o gritan, mejor. Incluso si insultan con razón al periodista, porque así es más "espectacular" y porque tenemos que "colgar" un video "con lo que sea" antes que nadie. Todo esto último sirve igual para las televisiones y radios. En la prensa escrita, porque no podemos.



Ese mismo martes, 30 de septiembre, un día después del encuentro en la APM y sin aparente relación entre ambos hechos, el diario El País publicaba un artículo a doble página titulado "Los bulos se disfrazan de noticias en la Red", en el que con sólo mencionar el título nos podemos hacer una idea del contenido. "La realidad es que los internautas están cada vez más confusos: dos de cada tres tiene dificultades para diferenciar bulo de información, según un estudio realizado entre 2.283 personas por la Asociación de Internautas este año", nos dice el artículo entre otras cosas. Algunas de ellas, declaraciones de uno de los más nefastos catedráticos que los estudiantes de periodismo de la Complutense han podido sufrir, disfrazadas de sesudas reflexiones de un "experto en opinión pública". Y no acaba aquí el debate... si hasta el Rey, ¡coño!, ha tenido que salir a la palestra para pedir a los periodistas "veracidad e imparcialidad" en la apertura de la 64ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), entidad que reúne a 1.300 publicaciones de América y acoge a representantes de Europa, y que se está celebrando ahora mismo aquí en Madrid.

Claro que estos problemas no parecen preocupar mucho a los nuevos "periodistas digitales", porque sin ir más lejos en el manifiesto de 233 grados en forma de decálogo y titulado "Después de reiniciar, dibujamos la hoja de ruta", que tanto se está citando y enlazando estos días en la blogosfera, mi querido amigo, tocayo y ex compañero Mario Tascón no menciona ni de pasada entre el amplio repertorio de consejos, advertencias y prácticas la necesidad de "contrastar la información" (lo dará por hecho, esperamos, como no da por hecho todo lo que sí menciona, detalles técnicos y programas de ordenador que los "periodistas digitales" deben manejar incluidos) ni de cuidar el nivel de "espectáculo", posiblemente porque centra sus preocupaciones en "quemar" el papel a toda costa, no sabemos si con nosotros dentro del edificio o dejándonos salir antes. Prisa tiene, no la que ha dejado hace poco para centrarse en su megaproyecto internético, sino de la otra; como si el futuro de su medio del futuro consistiera más en destruir lo que él considera el pasado, porque hasta ahora es de lo único que habla su blog en grados centígrados, copiando la que fue idea genial en grados Farenheit.


Se podrá argumentar que, claro, esto es lo que dicen los medios "de papel" en sus reportajes (El País) y entrevistas (El Mundo). Pero nosotros no somos un medio de papel y también lo decimos. No somos los únicos en la red en hacerlo, en realidad. La calidad de la información impresa es superior, ahora, a la información difundida por internet, aunque ya sabéis lo de las generalizaciones. Perdidos otros frentes ya como la actualidad, la inmediatez o la "espectacularidad", a los diarios impresos parece que al menos les queda una función de "garantes de la actualidad". Porque ellos pueden pararse a pensar. Un momento, o dos. Los que hagan falta porque tienen varias horas hasta el cierre, normalmente. Y pueden hacer llamadas. Las que hagan falta. Desplazarse hasta donde sea necesario y hablar con quien haya que hablar. Todavía tienen medios y el prestigio necesario para hacerlo. Todavía se les abren puertas e influyen en la sociedad. Pueden convencerse a sí mismos, y a los demás, de que nos les hace falta el "espectáculo". Pueden contrastar todo lo que se imprime, es más, tienen que hacerlo porque sus noticias quedan por escrito, como si fueran notarios de papel que dan fe de los sucedidos. Podría ser uno de los papeles del papel, de futuro tan incierto como nos dicen. Futuro tan incierto, nos dicen también, como el de la información de calidad.

lunes, 6 de octubre de 2008

Diseñario (XXXI)

El comité de expertos de encajabaja sigue definiendo y además bautizando fenómenos diseñísticos que hasta el momento no tenían nombre como su peculiar "patata" que hoy nos ofrece en esta última entrega del simpar Diseñario. Obra colectiva, irreverente y abierta a la participación universal.





Pata. En diseño, sinónimo de columna. También extremidad que se puede introducir violentamente y que luego cuesta retirar. Los periodistas poseemos una capacidad sobrehumana para meterla (la pata, decimos) y luego otros tendrán que aunar esfuerzos para intentar corregir en un tiempo récord los desaguisados que se hayan producido en tan lamentable acto. Pero puestos a meter (patas), volvamos al diseño. Una simple pata puede cambiar el mundo. Una pata es mucho más de lo que parece. Hay patas que no son más que un soporte para el título, pero también las hay con personalidad propia, que reniegan de una estructura hierática y avanzan por la página, hasta el punto de adquirir una nueva y estética función. Usada con buen criterio, una triste pata puede dinamizar la estructura entera de una página. A eso se llama pata americana: la última columna de un texto supera la altura del títular, iguala con la parte superior de la información, y la arropa, cual cálida manta. De esta manera, se consigue movimiento, sorpresa e incluso se separan los temas con un único y hábil recuso. Recurso al que todos hemos recurrido en alguna ocasión desesperados en busca de dinamismo, y recurso del que ahora todos huimos, debido a la proliferación de grandes fotos, páginas con diseños espectaculares y estructuras innovadoras que luego no pueden cambiarse cuando a última hora suceda alguna desgracia, porque ¿qué hacemos con las patas?. Digamos que una página con patas se plantea al revés que una normal. Si orientamos el orden de lectura hacia el sur (en un diseño normal) todo puede ser sustituído en un momento dado, ya que el primer orden de lectura (títulos, imágenes) se garantizan una cómoda situación en la parte alta de la página. Ahora bien, si orientamos la lectura hacia el norte, la estructura de la página es mucho menos dúctil, ya que tenemos demasiados compromisos (la imagen por arriba mandando, el título en sintonía con la imagen, el texto que envuelve...) En esos casos lo norma es tener que deshacer la página para realizar un cambio. Pardójicamente, en los últimos años se aprecia una tendencia que abandona el diseño más modular (aquél que hizo escuela con EL PAÍS y que no nos engañemos, aún nadie ha superado en cuanto a utilidad a la hora de hacer y lo más importante, deshacer un periódico) para adentrarnos en páginas más espectaculares, arrevistadas, en las que lo visual tiende a marcar la pauta de la página. Y teniendo en cuenta que no hay criatura más caprichosa que la información diaria, no parece muy buena idea contrarer una hipoteca, aunque sea muy visual, antes de empezar a negociar las páginas.

Patata americana. A fuerza de utilizar un recurso, entre todos hemos creado un monstruo. Una pata americana era algo apreciado. Suponía una ruptura, una novedad. Incluso hubo una época en la que una pata americana era una frivolidad, una exquisitez, un delicado amuse bouche con el capturar la atención de un lector acomodado. Una invitación a subir al frenesí del movimiento, dispuestos a pasar un viaje inolvidable a través de textos bien editados, piezas estructuradas con orden y criterio, y secciones que pasaban en un suspiro, acunado el lector en su medido ritmo. Pero todas las convenciones terminan cayendo. Y de la armonía de la pata americana han surgido nuevas criaturas, necesitados como estábamos de justificar que a fuerza de repetir hasta la saciedad la pata americana nos hemos cargado su principal virtud: la sorpresa que provocaba situada entre un diseño más estático. Lamentablemente, ahora subir una pata no nos dice nada, nos deja fríos. Y por eso subimos dos. Y hasta ¡¡tres!!! Y surge la patata americana, esa perversión de algo puro, esa estructura deforme y bizarra, como un Mr. Hyde informativo que se agazapa entre las páginas, contagiando su fealdad a todo el producto. Pero aún quedan lectores a los que este desequilibrio les produce rechazo. Aunque no se vean, esas cosas se sienten al ojear un periódico. La patata americana es algo tan antinatural que necesita la ayuda de otros elementos para poder hacer legibles los textos. Nunca veréis dos y tres patas de texto juntas sin algun elemento que las rompa y aligere (un apoyo, unos sumarios o algo así) En esos casos se nota su artificialidad. ¿Un recurso que necesita de otros para cumplir su función?. Una tomadura de pelo.

PC. O personal computer, germen de todos nuestros males informáticos, es decir, que si no tuviéramos pcs, no tendríamos que preocuparnos de que se colgaran las páginas o de que tuviéramos el ordenador infestado de virus, pero, reconozcámoslo, la vida sería un poco más complicada. Y no nos estaríais leyendo ahora.
El origen de los ordenadores, tal y como los conocemos hoy, data de la década de los cuarenta, cuando ocupaban habitaciones enteras y los programas consistían en válvulas y cables que, según la posición que ocuparan, llevaban a cabo una acción u otra. Ordenadores como estos fueron los encargados de, por ejemplo, descifrar el código de la máquina Enigma o para calcular la trayectoria de las balas (de donde surgió el primer videojuego, el tenis para dos).
Pero no es hasta los años 70 cuando los ordenadores empiezan a instalarse en los hogares y se les puede llamar verdaderamente como personales, por ser precisamente eso, manejables por una persona y no por un ejército de científicos. Estos ordenadores eran fabricados por Atari, Commodere y Apple.
Al principio los ordenadores sólo los empleaban los aficionados a la informática para jugar. No es hasta la aparición de la hoja de cálculo Visicalc, en un primero momento para Apple y luego para IBM, cuando el ordenador se emplea como herramienta de trabajo.
A partir de ese momento se dio el pistoletazo de salida a una carrera que no tiene visos de acabar nunca. Una carrera en la que gana el que consigue el procesador más rápido, la gráfica más potente y el ordenador más pequeño. El que lleva al extremo más extremo la miniaturización del pc y consiga que nos lo llevemos a todas partes, con el consiguiente cabreo de la familia por hacerle más caso al ordenador que a ellos. Y es que, a estas altura, muchos llevamos un mini-ordenador en el bolsillo, porque, al fin y al cabo, los móviles, algunos, son eso, mini-ordenadores.
Precisamente esta carrera ha llevado a los PC a ser el producto que más rápido se queda obsoleto, porque el pc que has comprado hoy como una máquina superpotente, pasados dos días es un máquina potente, a secas, y bastante más barata.
Otra acepción de PC es aquella que le contrapone a los MAC. La eterna pelea entre "maqueros" y "peceros". Aunque como hemos visto, los primeros ordenadores personales eran Apple, se les ha excluido de esta acepción para poder distinguirlo de otros sistemas operativos. A partir de aquí, la pregunta de siempre: ¿MAC o PC? Aunque quizá esta exclusión se debiera a su precio casi prohibitivo y que los que compraban los mac solían ser empresas y pocas casas, hasta hace unos años. contaban con ellos. Pero recordar, los primeros mac fueron los primeros pc.


Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): Palo seco-párrafo.

viernes, 3 de octubre de 2008

Paredes tipográficas

Casi todos en nuestra vida laboral hemos podido asistir a algún Congreso y siempre hemos tenido que esperar, o bien a que abrieran las puertas del auditorio o bien a que todos los asistentes estuvieran registrados. Para hacer esa espera un poco más amena, la entrada del nuevo auditorio de Unidad Editorial, estrenado hace pocos días, cuenta con unas paredes tipográficas muy curiosas. De la mano de 3g-office, estás paredes cuentas con vinilos con las mejores y más empleadas tipografías en distintos tamaños y con una brevísima referencia a su historia. Os dejamos un reportaje fotográfico.

















miércoles, 1 de octubre de 2008

Nuevo rediseño de Cases

Uno de nuestros estudios de diseño más internacionales se ha ido hasta Rumanía para rediseñar uno de sus más importantes periódicos. Todavía no ha recogido el premio por su trabajo en "Público" como periódico mejor diseñado en España este último año (ÑH5) y Cases ha vuelto a la carga (hemos perdido ya la cuenta de todos sus aventuras, siempre exitosas) cambiando por completo la imagen del diario de Bucarest "Adevarul" ("La Verdad"), fundado en 1888 (aunque ha pasado por varias refundaciones, la última de ellas con la caída del régimen comunista de Ceaucescu en 1989, que corresponde con la actual), y con una tirada de unos 100.000 ejemplares. Encajabaja os ofrece en exclusiva sus renovadas páginas:








Como podéis observar son páginas Cases 100 por 100. Su estilo inconfundible lleno de rayitas, que tantas críticas y alabanzas ha recibido, pero repleto de orden y elegancia. "Navegadores" en la parte superior de las aperturas como todo buen rediseño que se precie en los últimos tiempos, tipos muy legibles y a la vez poderosos en las páginas deportivas y el buen hacer habitual de Cases con las paletas de colores. Enhorabuena a Cases, y a sus associats a quien aprovechamos para enviar un abrazo cariñoso.