Le conocíamos por sus grandes reportajes fotográficos para infinidad de medios de comunicación españoles y de todo el mundo, admirábamos su obra y ahora, desde esta mañana, le admiramos a él; porque
José Manuel Navia ha inaugurado las
XII Jornadas de Fotoperiodismo, Edición y Diseño en Prensa organizadas por la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, dedicadas en esta edición a los
Suplementos de Prensa, con una conferencia que quienes hemos tenidos la inmensa suerte de asistir a ella recordaremos... siempre. Desde la primera hasta la última imagen proyectada y, sobre todo, desde la primera hasta la última de sus palabras, hemos disfrutado de un derroche de inteligencia, de saber, de oficio, de amor al periodismo y a la fotografía, de humor y, sobre todo, de humildad. La humildad de quien es absolutamente grande.
"Tenemos el mejor oficio del mundo", ha comenzado Navia, "más que oficio, es una forma de vida". Y ha destacado, además, que es el mejor oficio a pesar de estos momentos de crisis que algunos catastrofistas señalan como el final del periodismo, o del periodismo de calidad, y a pesar de que los cambios tecnológicos puedan dejar a algunos algo descolocados. Este hombre de pequeña estatura y enorme altura intelectual, a pesar de superar los 50 años, ha sabido en este sentido cambiar al formato digital, "aunque me costó tres años, estoy encantado y traigo la mitad de lo que os voy a mostrar en diapositivas y la otra mitad en un
pendrive". Trabajos publicados en suplementos de los grandes periódicos "el soporte soñado por todos los fotógrafos de prensa", como el dominical de
El País ("el colorín", le llamamos) en el que además fue durante un tiempo jefe de edifición fotográfica,
La Vanguardia, La Repubblica (Italia),
Expresso (Portugal) y un larguísimo etcétera en el que hay que incluir también a
National Geographic, donde ya sabemos el nivel de excelencia que exige a sus fotógrafos.
Pero antes ha querido hacer un breve repaso a la obra de tres grandes fotoperiodistas dedicados al documentalismo, a los grandes reportajes de la historia. Una mirada personal y crítica a esas fotos que todos habíamos visto tantas veces pero que, gracias a Navia, hoy hemos descubierto de verdad, de una manera totalmente distinta porque "las fotos se leen, como los textos, y hay que mirarlas despacio".
Tres maestros absolutos, clásicos indiscutibles. Primero
Eugene Smith y su reportaje sobre el pueblo español Deleitosa aparecido en la revista norteamericana
Life (revista que para Navia es el modelo del que parten todos los suplementos de prensa, "y no se ha hecho nada radicalmente nuevo desde ese comienzo, sólo dar algunas vueltas"). Sobre Smith, ya os
comentamos aquí y os mostramos imágenes sobre esta pieza maestra del fotoperiodismo, "Spanish Village", con motivo de su reciente exposición en Madrid dentro de PhotoEspaña. Dejando claro que para él se tratan de obras maestras del documentalismo fotográfico, Navia ha puesto de manifiesto y ha destacado aquellos elementos de estos auténticos iconos del siglo XX que son producto de la mayor o menor manipulación, de la puesta en escena que llevaba a cabo Smith para conseguir las fotos que él quería obtener "porque él ya tenía una idea preconcebida de la España que quería fotografía y forzó la realidad". Son pues, "¿realidad o cuento?", los asombrosos reportajes de Smith, "pues un poco a medias".
Reportaje de Eugene Smith sobre el Pueblo Español
Le ha tocado el turno después a
Walker Evans (del que todavía estamos a tiempo para ver su
exposición en Madrid) y a su serie de fotografías sobre la depresión norteamericana realizadas entre julio y agosto de 1936 en el sur de los Estados Unidos, escalofriantes documentos sobre la pobreza "sin manipulación, auténtico trabajo documentalista, sin recreación... con una fe inmensa en la propia realidad". Además del trabajo de Evans, cuya dureza y verdad causaron que sólo se publicasen muchos años después y en formato de libro porque "ningún medio las quiso publicar", Navia ha mencionado el trabajo de
James Agee, el periodista que acompañó a Evans en este auténtico viaje hacia lo más duro de la realidad, plasmado en el libro reeditado recientemente en España "Elogiemos ahora a hombres famosos". "Posiblemente el mejor libro sobre periodismo que yo haya leído", nos ha confesado Navia.
El tercero de los maestros sometido a su mirada crítica ha sido, nada más y nada menos, que
Robert Frank. Pasando imágenes en el proyector sobre un fotorreportaje de Frank en nuestro país, muy poco después del realizado por Smith, Navia nos ha contado, admirado, que "esto sí era España... esto es fotografía en estado puro". Una tercera vía entre la puesta en escena de Smith y la durísima ausencia de todo lo que sea una imagen frontal de Evans, "intentar ser artista para los periodistas, y periodista para los artistas".
Edición fotográficaLa segunda parte de las jornadas sobre fotoperiodismo debía correr a cargo del editor jefe de fotografía del diario El País,
Ricardo Gutiérrez, pero un imprevisto de última hora le impidió hacerlo ("nos han llamado de El País diciéndonos que tiene una reunión urgente que no estaba programada") y entonces el propio Navia cogió el toro por los cuernos para hablarnos de edición fotográfica. Y si la primera parte resultó interesante, la segunda ha sido absolutamente impagable.
José Manuel Navia en varios momentos de su conferencia
Ya durante el descanso nuestro querido amigo y maestro Pedro Pérez, organizador junto a Laura González Díez de las Jornadas hasta el año pasado porque ahora afronta nuevos retos profesionales (Laura sigue adelante con esta imprescindible labor de manera sobresaliente) nos hizo notar que se trataba de uno de los pocos fotógrafos, si no el único, de cuantos habían pasado durante doce años por estas jornadas que habían mostrado las fotos "puestas en página". Y es que este gran fotógrafo y periodista entiende el periodismo como obra colectiva, como lo que es. "No hacemos lo que hacemos para el lucimiento del fotógrafo, ni del plumilla, como les llamamos cariñosamente, ni de nadie... no importa si no publican tu foto o eligen otra que te gusta menos, hay que hace lo mejor posible las fotos, tenemos que hacer cada uno nuestro trabajo de la mejor manera posible" pensando que después, otros, intentarán hacer también lo mejor posible su trabajo editándolas, poniéndolas en página, diseñando y maquetando, escribiendo... "el periodismo, es un trabajo de equipo y quien se enfada o no acepta estas cosas, no sabe de qué va todo esto".
El mismo reportaje fotográfico de José Manuel Navia "puesto en página" en distintas publicaciones internacionales
Para José Manuel Navia la edición consiste en contar una historia, y la puesta en página debe obedecer siempre a un criterio, tener un "porque sí"; las fotos no deben ponerse de manera que la "página quede bonita, no, no es eso... debe haber un propósito, un propósito periodístico", contar, informar, como decimos siempre, no decorar. Y el fotoperiodista "como dice la palabra, es fotógrafo y es periodista, debe ser capaz de redactar correctamente el pie de todas sus fotos, identificar a los personajes siempre que sea posible, porque el fotógrafo de prensa es un informador... si alguien quiere colgar después tus fotos en un museo, ¡pues mira qué bien! Pero nosotros las hacemos pensando en que sean publicadas en medios de comunicación". Es que no se puede añadir ni quitar nada. Sí, sí y sí.
"El soporte ideal de la fotografía es el papel, aunque no me disgustan las pantallas", nos confiesa este hombre inteligente, culto y divertido, "además tengo un
blog" (que evidentemente pasará a nuestra galería de enlaces porque ya hemos visto la calidad de las imágenes y reflexiones allí publicadas y que no debéis perderos), con el que también disfruta porque como él mismo advierte "¡bienvenida la tecnología, tú te crees que alguien que hubiera podido fijar imágenes con medios físicos, no digo ya digitales, se habría metido en el embolado de los haluros de plata y la química... hombre, la humanidad hace siempre lo que puede". ¡Grande Navia!, muy grande. Gracias.
PostdataDurante este primer día de las jornadas la noticia más comentada allí fue, qué duda cabe, el tremendo expediente de regulación de empleo planteado por los directivos del
ABC. ¡Más de la mitad de la plantilla del periódico! ¡238 trabajadores, el 52 por ciento del total! Y este mismo día el decano de la prensa madrileña habla de
3.481.859 parados ...y sigue. Sigue en parte por actitudes como la propia empresa editora de esta portada. Muchos de quienes formamos parte de este oficio, todos los que esta mañana lo comentábamos allí, estábamos de acuerdo que así, seguro que no se salvan los periódicos. Casi todo lo contrario. Un abrazo a la gente del
ABC y suerte para salir de esta crisis brutal en la que todos, de una u otra manera, estamos metidos.
Texto: Mario Benito. Reportaje fotográfico: Luis Blasco