lunes, 4 de enero de 2010

El color de 2010


Ya sabemos el color que le ha sobrado este año a la casa Pantone. Si el año pasado era el amarillo el que llenaba los almacenes de la empresa, este año es el Pantone 15-5519 Turquoise. Y gracias a ese exceso de stock, el turquesa es el color del año 2010.

Según ellos, combina la serenidad del azul y la vigorosidad del verde. Vamos, que esperan que 2010 sea un año sin prisa pero sin pausa. Y que además "evoca las aguas tropicales" ideales para "escapar de los problemas del mundo". Pues nada, en estos días de año nuevo, de felicitaciones, deseos y propósitos, os deseamos Turquesa, mucho turquesa. Y feliz 2010.

martes, 22 de diciembre de 2009

¡Felices Fiestas!


No nos ha tocado la lotería (bueno, a alguno sí), pero aún así, hemos recibido un premio en forma de periodiquería. En este caso histórica, desde Belén de Judea, fechada justo el año I de nuestra era.

Con esta imagen queremos desearos desde encajabaja.com Feliz Navidad y Próspero Año 2010.

P.D. Con motivo de las Fiestas, el blog entra en Servicios Mínimos hasta después de Reyes.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Lotería encajabaja 2009




Encajabaja juega con el número que publicamos aquí en el sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad que se celebra mañana, 22 de diciembre de 2009. Como la cantidad es realmente limitada, no hemos podido hacer participaciones, además de que nuestra infraestructura de distribución no está todo lo perfeccionada que quisiéramos. Limitaciones que podremos solucionar si este número sale agraciado con el gordo, como estamos casi seguros que va a suceder. Por eso os lo damos a conocer, por si alguien puede todavía hacerse por su cuenta con alguna participación o décimo de él. Luego no digáis que no os avisamos...

Felices Fiestas a todos y recordad que lo importante es la salud. Además, ya nos advirtió Groucho Marx que lo que merece la pena de la vida son las cosas pequeñas: una pequeña mansión, un pequeño yate, una pequeña fortuna...

Diseñario 2.0 (XIV)

El comité de expertos de encajabaja encargado de la redacción del Diseñario podrá ser todo lo misterioso que quiera... pero no ha podido escapar a la "tradicional" cena navideña de empresa. Lo que indica que no sólo no son misteriosos, sino que tampoco parecen demasiado sabios. Perjudicados y con el estómago revuelto, revolvieron las voces de esta insigne obra y aunque el contenido de las voces no ha sufrido ni la más mínima merma de su ya mítica calidad, sí se traspapelaron y la última voz de la entrega anterior, "crítica", debería ir detrás y no delante de la primera voz de esta nueva entrega de hoy. Por puro orden alfabético, vamos. En fin, que ya se colocarán correctamente en la versión definitiva e impresa (esperemos), y que Felices Fiestas y mejor 2010 que el 2009 para todos de parte del ebrio y empachado comité encargado de esta obra colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general.





Crisis. De vez en cuando un conjunto de circunstancias nefastas se reúnen y se ponen de acuerdo para, juntitas, joder al personal. Se retroalimentan entre sí y jugando al corro de la patata nos rodean, dando vueltas de la mano para crear un circulo vicioso. Y se ríen. Y ponemos cara de pobres idiotas. Y se ríen más.
Este conjunto de elementos tan simpático ha sido motivo tradicional para llevar a cabo rediseños en el sector de la prensa escrita, con la peregrina e ilusa intención, en un elevado porcentaje de casos, de que con un poco de decoración unida a algún que otro despido y su consiguiente pérdida de calidad en los contenidos, se va a conseguir así vender más periódicos y la vez reducir costes. Estas ideas son otra de esas circunstancias que decíamos que se ponen de acuerdo con otras para retroalimentar una crisis. Circunstancia que puede denominarse también estupidez humana, o más bien la estupidez de quienes consideran estúpidos al resto de sus semejantes.
Aunque en un principio pudiera parecer que este término no es propio de una obra sobre el diseño periodístico y la prensa en general, colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación, sucede que sí. No sólo el párrafo anterior ya lo desmiente, sino que hay que incidir en que prensa y crisis son términos casi complementarios, inseparables el uno del otro hasta el punto de que no recordamos apenas un momento de la historia de los periódicos en que no se viviera una crisis de cualquier tipo. Esta última dicen que es la definitiva... pero no estamos seguros del todo de que no se dijera también de alguna otra anterior.

Cromalín. Prueba de color. Cromalín es una marca comercial de un sistema para obtener una prueba de un arte final en color a partir de cada uno de los cuatro fotolitos. Es un sistema químico de gran calidad, pero también muy caro y algo lento, motivo por el cual dejó de utilizarse en los periódicos cuando las impresoras en color fueron lo suficientemente prácticas para hacer pruebas con una calidad aceptable para lo que puede imprimirse en el papel prensa. No obstante, hay quien sigue llamando en alguna redacción "cromalines" a las pruebas en color de las impresoras. En fin, que somos también de donde venimos, ¿no?

Crónica. Si existe una línea que marca la frontera entre el periodismo y la literatura, entre la sucesión de datos pura y dura y la interpretación y valoración del periodista, allí, en ese preciso lugar, se escribió la primera crónica periodística.
La crónica es el género periodístico en el que se relata una historia, generalmente de forma cronológica y ciñéndose escrupulosamente a la sucesión de hechos. Toma su nombre del griego cronos, que significa tiempo. O sea que es contar lo que ha pasado y en el orden que ha pasado. Pero en la crónica, la figura del autor cobra enorme importancia. El periodista eleva su función desde la pura información a la interpretación de los hechos, de manera que no es un simple relato de acontecimientos, sino más bien una historia personal, que el cronista te cuenta en primera persona, tras, previamente, haberla vivido. Porque un cronista es un espectador en primera fila de los acontecimientos, y eso le diferencia completamente del autor de, por ejemplo, un reportaje. Un cronista ha vivido los hechos que narra. Estaba allí. Y por eso, el periodismo se ha ido haciendo grande a medida que grandes periodistas han escrito las más grandes crónicas. Porque una guerra no es igual por televisión que parapetado contra una esquina derruida, con las balas silbnado por todas partes y siendo partícipe del horror del que es capaz el ser humano. Para escribir un buen reportaje lo único que necesitas es una buena fuente y documentación, pero para hacer una crónica en condiciones estás obligado a dejar tu silla en la redacción y estar allí (aunque haya cronistas que se hayan hecho grandes escribiendo desde el hall del hotel o desde su chalet de veraneo mientras en el país donde firmaban, se derrumbaba el mundo…)
Y por lo tanto, tantas crónicas hay como vivencias en las que un periodista pueda verse implicado. Crónicas parlamentarias, de sucesos, taurinas, deportivas, corresponsalías, ya sean en el extranjero o en un pueblo perdido en lo más remoto de una montaña… Pero si algo es común a todas ellas es el alto componente creativo y personal que contienen. Porque nos hacen vivir algo como si hubiésemos estado allí. Para eso nos hicimos periodistas muchos de nosotros, para contar historias de forma que llegaran a muchas personas distintas… Y qué mejor manera de hacerlo que hacerles partícipes de la experiencia, haciéndoles vivir (como en la mejor literatura) lo que tú has vivido antes...


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Periodiquerías (XIV)






Kabale (Uganda, 2009) / Mariví Casanueva





Honolulu (Hawai - Estados Unidos, 2009) / Luis Blasco





Filadelfia (Estados Unidos, 2009) / Irene Hernández Fernández



Nada más y nada menos que hasta Kabale, la segunda ciudad de Uganda, se ha ido nuestra compañera de periódico, e incluso amiga, Mariví Casanueva con el único propósito de traernos esta primera "periodiquería" africana que es además, la primera "periodiquería humana" que publicamos. Impresionante.
Completan esta entrega tan internacional otra "periodiquería" de Oceanía: un expendedor junto a las paradisíacas playas hawaianas de Honolulu (o Honolulú, a elegir) fotografiado por Luis Blasco; y por último una "periodiquería" americana, enviada amablemente por Irene Hernández desde la principal ciudad de Pensilvania ("ciudad del amor fraternal"), en el noreste de los Estados Unidos.
Pocos continentes nos quedan por recorrer pues en este extraño viaje por los puntos de ventas de periódios de todo el mundo... si alguien es capaz de encontrar y fotografíar alguno en la Antártida... lo congelaremos aquí en píxeles inmortales. Pero tampoco hace falta ir tan lejos, enviadnos fotos de vuestras "periodiquerías", esos lugares en los que todavía se venden periódicos, y las publicaremos en esta serie. Si queréis.

Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)
Periodiquerías (IX): Berlín - Viena - Moscú
Periodiquerías (X): San Francisco - Puerto de Santa María (Cádiz) - Málaga - Newspaperman
Periodiquerías (XI): Lisboa
Periodiquerías (XII): Venecia - San Petersburgo - Osaka
Periodiquerías (XIII): Barcelona - Los Angeles - Buenos Aires

jueves, 17 de diciembre de 2009

Malagón, disparos de cera y carboncillo





Es un "viejo" conocido nuestro. No por edad, sino porque ya ha salido en estas páginas de bit y bytes con motivo de dos libritos que publicó hace un tiempo y que tuvimos la suerte de poder reseñar. Y también es un viejo conocido de la prensa en papel, porque no le basta con gestionar tres blogs (aquí, aquí y aquí) sino que además publica asiduamente (y damos gracias por ello) en distintos medios, tanto nacionales como locales (El Jueves, El Economista, El Mundo Valencia, Diagonal y un largo etcétera).






Y no nos extraña, porque es bueno, muy bueno. Acaba de publicar Ilustralario, un pequeño pero interesantísimo libro de la mano de Blur ediciones. A diferencia de otros libros, este deja a un lado los problemas cotidianos y los políticos para centrarse en los graves problemas que crean estos últimos (guerras, hambre, pobreza, etc.). Todo con una acidez y una finura en las metáforas impresionante. Pequeños "disparos" directos a la conciencia. Pero lo mejor es que lo veáis (y compréis, por supuesto). No tiene desperdicio.



P.D. Y nos os perdáis el Christma que nos ha mandado. Buenísimo.


martes, 15 de diciembre de 2009

César Lucas: El oficio de mirar

Es el "Che" Guevara. No hay duda. Al fondo se ve el Arco del Triunfo de Moncloa, que no celebra ningún triunfo sino una derrota (y que debería derribarse, según la legislación vigente), hacia donde se dirige un destartalado y solitario autobús por una calzada que ahora transitan millones de vehículos por segundo. Es el "Che" Guevara en una esquina de la Ciudad Universitaria de Madrid, solo, vestido de "Che", con su boina, su barba, su traje y sus botas militares, un icono mundial del siglo XX en medio casi de la nada, sin que nadie se acerque a él porque no hay nadie en un Madrid que nunca tanto como en esta inquietante imagen se muestra tan de espaldas a su tiempo como seguramente lo estaba entonces, cuando el fotógrafo César Lucas tomó la fotografía, con apenas 18 años, en 1959.



Conozco esta foto desde hace mucho tiempo y cada vez me parece más extraña, casi irreal. Se exhibe ahora, desde el mes de octubre y hasta el próximo enero, en el Conde Duque de Madrid (desde hace poco llaman Museo de Arte Contemporáneo a este antiguo cuartel militar en el que hemos disfrutado de la mejor música en los inolvidables Veranos de la Villa que ya no volverán a este lugar tan especial), junto con una amplísima muestra de sus cincuenta años de carrera en la exposición "César Lucas: El oficio de mirar".



















Hay que destacar especialmente dos imágenes de este incansable fotógrafo de talento alimentado por horas de trabajo e infinitos disparos de sus cámaras: ese niño en una manifestación de la madrileña calle Preciados tomada en 1976, y el esplendoroso desnudo de Marisol para la portada de Interviú (curiosamente trabajé durante un breve período en el Grupo Zeta, donde César Lucas era el máximo responsable de fotografía, sustituyendo a su hijo como maquetador en las revistas de Ediciones Reunidas), ambas símbolos de la libertad que se conquistaba en aquellos años de la Transición.




Y hay más en esta exposición de visita obligada para quien quiera y pueda. Mucho más. Todos los géneros fotográficos, todas las técnicas en esas imágenes alejadas de planteamientos poéticos o artísticos que se tomaron con el único y no menos noble fin que el de ser publicadas.