miércoles, 3 de marzo de 2010
Encajabaja abre la XIII Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño de la Universidad CEU San Pablo
lunes, 1 de marzo de 2010
Diseñario 2.0 (XXII)
Escala. Equivalencia. Proporción. Regla de tres. Cada uno de los puntos de la diagonal de un rectángulo o cuadrado, porque en ellos se encuentran los lados conservando la misma relación original entre las dimensiones horizontal y vertical... es mucho más fácil hacerlo, posiblemente, que explicarlo, pero si se traza una diagonal a una fotografía como hemos hecho los maquetadores durante muchos años, en esa diagonal la fotografía puede reducirse o ampliarse conservando sus proporciones, es decir, no habrá que cortar nada de ella, entrará enterita tal cual está antes de modificarse. Como cuando aumentamos o disminuimos el tamaño de una caja de imagen en programa de autoedición apretando a la vez la combinación de teclas apropiadas, distintas en cada uno no vayamos a facilitar la labor a nadie.
Escala de grises. A comienzos del siglo XIX la química, el azar y la curiosidad descubrieron un ingenioso sistema para fijar la luz... pero no sus colores. Que se convirtieron en toda una gama de grises.
Escala de horizontal. Distorsión de la anchura de los caracteres de texto en los programas de autoedición. El valor por defecto es 100%, que significa ninguna distorsión; porcentajes superiores ensanchan los tipos y porcentajes inferiores los estrechan.
Escala de vertical. Igual que la horizontal pero en vertical. Es decir, distorsión de los caracteres en alto a partir de su cuerpo. Impropio de quienes realmente saben de esto porque el efecto que se consigue es igual al de aumentar el cuerpo y estrecharlo después utilizando la escala horizontal, que es como tiene que hacerse. Podríamos pensar que sobra, pues, esta opción de los programas de autoedición, pero en realidad sirve para calibrar a quienes la utilizan.
Exclusiva. Algo que posees tú y los demás no. Tratándose de información, la exclusiva es el gran logro de nuestro trabajo, la fiebre por ser el único, el Santo Grial, el vellocino de oro que todos buscamos cual argonautas del siglo XXI. El sueño dorado de todo periodista consiste en encontrar esas historias, historias que escapan del enlatado de un teletipo o de una rueda de prensa, historias importantes o menudas, pero que sólo se podrán consumir en tu propio medio de comunicación... porque te las has currado tú. Y el gran periodismo de los últimos años está preñado de grandes exclusivas, con gran despliegue tipográfico en las primeras planas de los mejores periódicos del mundo, o con impactantes imágenes en las cadenas de televisión, o con sonoros documentos en las radios de todo el planeta...
Cuando una exclusiva llega a una redacción se palpa la excitación. Y la llegada al cierre de la edición se convierte en una tensa espera. Como cuando sabes un secreto y no puedes contarlo, todavía. La emoción de tener una auténtica bomba en tus manos, la confección de una portada falsa, con otras noticias para despistar a los demás medios, mientras, a escasos metros, uno de los jefes te susurra en un rincón los auténticos titulares que mañana reventarán los quioscos. El periodista convertido en jugador de poker. Ese subidón de adrenalina cuando sabes que, con seguridad, vas a copar la atención mediática por tu trabajo, mientras imaginas las caras de tus competidores al cotejar las informaciones del día siguiente. Ese ambiente de velatorio en las redacciones vecinas cuando empiecen a buscar culpables, por qué tú sí y ellos no...
En los tiempos que vivimos, de concentración de medios e inmediatez de información vía internet, tener algo que los demás no tengan es complicado. Y mucho más complicado conseguir retener la información hasta tenerla completamente cocinada. Porque las exclusivas necesitan tiempo y elaboración. Y de eso no queda mucho hoy. Con internet percutiendo información prácticamente al minuto, la exclusiva se reduce muchas veces a llegar primero, contarlo antes.... quedándose en humilde primicia, que tampoco está mál pero no es igual. Y muchas veces no hay tiempo para investigar, confirmar debidamente, desarrollar las cosas. El rumor como noticia, la posibilidad como certeza. En esa loca carrera en la que todos nos hemos metido voluntariamente, perder el concepto de cierre nos ha perjudicado. La misma naturaleza del medio contra la naturaleza de la profesión. Ir soltando cifras, corrigiendo cada minuto, queriendo ser el primero en alzar la voz, en lugar de investigar, confirmar, tomar una ligera distancia para ver más allá del humo de la primera línea de combate. ¿Cómo profundizar cuando ya llegas tarde? ¿Cómo confirmar cuando estás forzado a actualizar? El nuevo periodismo. Algunos, seguimos prefiriendo el viejo, el de Capote o Wolfe, el de Woodward y Bernstein y tantos otros que contribuyeron a crear esta bella criatura herida de ¿muerte?.
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
viernes, 26 de febrero de 2010
Sobre el diseño web de noticias
La edición del libro es tan soberbia como los contenidos, muy visual, lleno de ejemplos significativos (con un examen de 200 publicaciones digitales de todo el mundo y la aceleradísima evolución que han tenido en los últimos años), los textos cortos y contundentes, todo sustancia, todo grano y nada de paja... con puntos de vista de todo aquel que tiene algo que decir en este campo. Khoi Vinh, director de arte de la versión digital del The New York Times: "(...) según he podido comprobar, la actitud más extendida entre los diseñadores de diarios que pasan a la web es intentar aplicar en este medio las fórmulas que llevan tiempo usando en el papel: fijar los tamaños de texto, especificar las fuentes, ignorar la usabilidad y la funcionalidad. Quizás lo más significativo es que no abandonan la idea de que, algún día, los diarios web serán como los impresos. Por mi experiencia, están muy equivocados." Del prólogo de Matt Kelly, director de contenidos digitales del grupo Mirror, nos resulta difícil destacar alguna frase porque no tiene desperdicio desde el primero hasta el último de sus caracteres... "vivimos atrapados en las garras de una perversión económica", dice Kelly. "Los que menos invierten en internet son los que más ganan. Los que más están invirtiendo son los que menos recompensa reciben."
Mención aparte en lo relativo al aspecto visual del libro que comentamos son los espectaculares gráficos, por la información que contienen y por la manera de presentarla, del apartado denominado "Contextos".
Este libro que hoy os presentamos, y que nuestro muy querido amigo Carlos Pérez de Rozas, uno de los directores de Cases i Associats, ha tenido el detalle de enviarnos para que lo compartamos con vosotros, es una oportunísima "secuela" del que publicaron anteriormente, "Periodismo integrado", del que todavía tenemos pendiente hacer una exahustiva reseña porque se trata, según nuestro punto de vista, de una obra fundamental (de las publicadas en nuestro idioma) para entender lo que está sucediendo ahora en los procesos de integración de redacciones. La labor editorial de Cases con su editorialSol90media nos resulta casi tan importante como su reconocida trayectoria en el diseño periodístico.
miércoles, 24 de febrero de 2010
RedAcción!
Comenzamos hoy una nueva aventura en encajabaja.com. Todos los miembros de esta web somos grandes amantes del cine y las series (algunos más que otros) y teníamos ganas de comentar las grandes obras que se habían realizado sobre el mundillo de la prensa: 'Ciudadano Kane', 'El año que vivimos peligrosamente', 'Zodiac', 'Buenas noches y buena suerte' y un largo etcétera nos esperaban. Pero había un problema: ya estaba casi todo dicho. Es cierto que siempre se pueden encontrar puntos de vista nuevos e interesantes pero, ¿qué te podemos decir nosotros, simples maquetas, de una película que ya ha sido analizada por cientos de prestigiosos directores, actores, periodistas y escritores? Sólo hace falta que te des un paseo por la red y lo podrás confirmar.
Así que decidimos darle una vuelta de tuerca. ¿De qué va esto? Imagina. Estás en el cine viendo cualquier película de cualquier género y, de repente, un periodista, un vendedor de periódicos, un escritor de obituarios, un corrector con manguitos, un fotógrafo forman parte de la trama y sientes, de repente, una cercanía hacia ese personaje. Es más, en ocasiones, a alguno de ellos les pasan cosas que te han pasado a ti o te recuerdan a alguien de tu entorno laboral o reconoces situaciones similares con la actualidad tanto política como social que se despliegan en la pantalla mientras tu sonríes y la persona que ocupa el asiento de al lado del cine te mira de forma rara pensando de qué se ríe este loco.
!Qué malo era el periodista de la 'Jungla de cristal' y como me recordaba al jefe que tuve en tal periódico! Jude Law escribe obituarios en 'Closer'. Ja, ja. !Igualito que Martínez! El jefe de Clint Eastwood en 'Ejecución inminente' (James Wood) le ha dicho lo mismo que Peréz a Rodríguez el otro día en la máquina de cafe.
Quizá seamos nosotros los que nos hemos vuelto locos de estar tantas horas en una Redacción pero creemos que por ahí fuera existen también quienes comparte nuestra locura.
'The Wire'
De un tiempo a esta parte las series de televisión han conseguido un prestigio que les han hecho ocupar un puesto preponderante en el mundo del ocio. 'Los Soprano', 'Friends', 'Lost', han conseguido legiones de fans que esperan al día de su comienzo como adoradores de alguna secta suicida. Mucha culpa de esto la tiene la cadena por cable HBO (Home Box Office), el canal con más éxito y más calidad de los que se han dedicado al mundo de las series; 'Los Soprano', antes mencionada, 'Six feet under', 'Band of brother', 'Roma' y un larguísimo etcétera de series cuyos capítulos tienen una producción más costosa que muchas de las películas que vemos en salas de cine. Propiedad de Time Warner, comenzó su emisión en 1965 y en 1975 fue la primera en dar un combate de boxeo por satélite entre Muhammad Ali y Joe Frazer (maravilloso documental 'Thrilla in Manila').
El 2 de junio de 2002, HBO emitió el primer episodio de 'The Wire'. Escrita y producida por el periodista David Simon, la historia se desarrolla en Baltimore (Maryland) y trata sobre el día a día de unos policías con pocos medios, rodeados de burocracia, políticos corruptos y peligrosos narcotraficantes. Muchos de sus personajes se basan en personales reales de Baltimore y varios actores secundarios son amateurs.
En uno de los capítulos de la quinta temporada ('Mas por menos') hay muchas referencias a la situación complicada que viven los periódicos y la reducción de personal que se está llevando a cabo en sus corresponsalías. Y, entre discusiones de prensa, políticos y narcotraficantes encontramos la siguiente secuencia:
The Wire from encajabaja on Vimeo.
La primera vez que la vi tuve que dar al pause, pulsar atrás y volver a verla. No recuerdo las veces que me he despertado en mitad de la noche viendo la cara de un compañero que me decía: 'No te olvides cambiar la foto de la cuatro de nacional' o 'Mira si los datos de tal página están bien'. Salto de la cama, llamada al turno de noche y solución para, ya espabilado, acabar viendo la tele. O, también, estar en el otro extremo. Recibir la llamada de un compañero agobiadísimo pidiéndome que comprobara tal o cual cosa. Algunos que llevamos mucho tiempo en el turno de noche cuando vemos está escena sonreímos y el individuo que hay a nuestro lado piensa: 'De qué se ríe este loco'.
Quique Falcón
lunes, 22 de febrero de 2010
Diseñario 2.0 (XXI)
La suma de todas las páginas enfrentadas da como resultado el ritmo de lectura del periódico. No es lo mismo enfrentar dos páginas con un diseño idéntico a dos páginas con una maquetación distinta. Esta variedad en el diseño es lo que hace aumentar o disminuir el ritmo de la publicación. Por eso es muy importante saber, a la hora de diseñar una página cuál lleva enfrentada para ver cómo está hecha. En ocasiones se busca la similitud, incluso el mimetismo, pero, por lo general, se evita esa clonación, para que, al verlas enfrentadas, te indiquen, a primera vista, que estamos ante noticias distintas.
De ahí que en los departamentos de diseño no tengamos miedo a los enfrentamientos, por lo menos los de este tipo.
Engatillado. Dice el diccionario de la RAE que engatillado es el animal que tiene el pescuezo grueso y levantado por detrás... pero esta voz no trata sobre Fórmula 1 ni sobre nuestro flamante campeón asturiano piloto de Ferrari. En diseño se habla de engatillar elementos cuando van seguidos... a punto y seguido. Así de simple. Igual que en la construcción, se engatillan las piezas de metal unas con otras, enganchándolas y luego aplastando la unión para que queden prendidas, en diseño, muchas veces, los elementos se juntan en una sola línea y a eso se le conoce como engatillar. Para hablar de engatillados debemos contemplar dos elementos con jerarquías informativas distintas, claro está. Lo contrario no es engatillar, sino una línea de texto monda y lironda a punto y seguido. Pero cuando necestitamos destacar algún epígrade, incluir algún elemento que sirva para despiezar u organizar nuestro texto, aparecen los engatillados. ¿Cuándo engatillamos los elementos? El matiz es ciertamente sutil... Podemos decir sin miedo a equivocarnos, que el epígrafe engatillado posee menor jerarquía que el que va a punto y aparte. De hecho, los epígrafes dentro de epígrafes —¿ya os habéis perdido?— siempre son engatillados, mientras que el título principal luce sólo en su propia línea. Pero en el uso diario, no es menos cierto que los elementos se engatillan principalmente, por una cuestión de espacio. Ojo al matiz, que es importante... hablamos de espacio, no de estética... Engatillar supone que ganamos una línea al texto, ya que después del epígrafe no concedemos un punto y aparte. Y esto que parece trivial no lo es y mucho menos ahora, que el papel está caro y la paginación se reparte entre las secciones con cartilla de racionamiento. Si nos vemos en la necesidad de desmenuzar todo un texto y para ello vamos a utilizar un desguace seis, siete, diez veces, lo normal es que vaya engatillado. Y no precisamente, por restarle importancia. Al hacerlo así, los blancos que resultan entre párrafos no son excesivos y se consigue que el texto no se trocee en demasía. Al engatillar los pequeños títulos, ganamos legibilidad, se le concede cierta estabilidad a la página, pero lo más importante es que le hemos ganado al texto diez o doce líneas de más y eso, amigos míos, no tiene precio hoy en día.
Esto sucede siempre dentro del grueso de un texto, pero ¿y si usamos el engatillado para diferenciar dos tipos de elementos informativos distintos? En ese caso, el engatille no es sólo por razones de espacio, sino también informativas, jerárquicas... Engatillar los elementos ayuda a diferenciarlos morfológicamente unos de otros y eso siempre ha de ser motivo de diferenciación informativa. El caso más claro es el del pie de foto engatillado. Se titula la foto y a punto y seguido se desarrolla un pequeño texto, ni tan breve como un simple pie de foto ni tan amplio como un apoyo, en el que se comenta la información relacionada con la imagen. ¿Por qué engatillado y no titulado, a punto y aparte, sin más? Porque al engatillarlo relacionamos el texto del pie con las informaciones que lo acompañan. Y al titularlo, dar punto y aparte y comenzar una línea más abajo, concedemos al lector que el pie de foto tiene una independecia informativa del resto de elementos que lo preceden en la página. Por eso, los maquetadores siempre repetimos, concienzudos, ante la presencia de una imagen con texto en la página: "¿Titulado o engatillado?" Y nos asombra que todavía hoy, muchos redactores contesten "¿qué mas da?" Pues mira, da. Da bastante. Da tanto que me ofende volver a explicarlo... Aunque eso en la redacción de EL MUNDO pasa menos que en otros lados, porque, por las deformaciones profesionales que tienen estos menesteres, al pie engatillado muchos lo conocemos como "pie ciclis". Pensaréis que nos hemos vuelto tontos. La explicación la tiene uno de los primeros catálogos con páginas de uno de los primeros diseños del periódico. En él, Laurent Fignon, el gran ciclista francés (imagináos la de tiempo que hace de esto...) ascendía, coleta rubia y gafitas en ristre, con cara de sufrimiento en blanco y negro... Y la gente se quedó con lo del ciclista... Y hasta hoy...
Entrevista. Uno de los géneros clásicos del periodismo, con un futuro, además, muy prometedor. No hay nuevo medio de comunicación analógico o digital, electrónico o protónico que no las incluya también. En este caso nadie parece haberse planteado el manido argumento modernoide de que "esto es una cosa antigua, ya superada, que nosotros nos vamos a encargar de eliminar", como sucede cada vez que alguien con poder y aires de avanzado mal entendidos, ambos, el poder y lo avanzado, decide dejar su impronta y a falta de crear algo, que es lo verdaderamente difícil y lo que en realidad deja impronta, pues se limitar a "superar cosas antiguas".
Creemos que no hace falta decir que una entrevista es, esencialmente, una serie de preguntas que un periodista formula a una persona. Con interés periodístico o incluso sin él. Tampoco hay que recordar aquí los más que repetidos consejos sobre la importancia del entrevistado y no del entrevistador y demás; o que nunca debe venderse como entrevista, con sus preguntas y respuestas, aquello que no lo es, como una rueda de prensa, o un refrito de declaraciones tomadas de allá y aquí, y que nunca fueron contestadas a preguntas nuestras... Como todo esto damos por hecho que se da por hecho, y por sabido, nos limitaremos a señalar que desde el punto de vista del diseño periodístico, la entrevista suele llevar destacado en tipografía distinta y/o en color, el nombre y la identificación del personaje entrevistado. El título suele ser la declaración más interesante de ese texto, que está estructurado como un diálogo en el que cada párrafo comienza con la palabra "pregunta" (cuando se refiere a una pregunta, parece obvio, ¿no?) y "respuesta" (siguiendo el mismo principio aplicado a la respuesta), o bien por el nombre del medio y el nombre de quien responde, todo esto en iniciales después de la primera vez para no ponernos pesados.
Una caricatura, o dibujo "psicológico", o una buena fotografía que indague en la personalidad del entrevistado, siguen siendo las mejores opciones para ilustrar una entrevista... hasta que llegue el innovador de turno, sí, el del comienzo de esta voz, para "apostar por alguna idea nueva", o por alguna contraidea más bien.
Entregas anteriores del Diseñario 2.0:
Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
jueves, 18 de febrero de 2010
encajabajatv
martes, 16 de febrero de 2010
Vuelven las Jornadas del CEU
En lo que a nosotros respecta, las Jornadas de este año son especiales puesto que hemos cambiado nuestra presencia durante muchas de sus ediciones en el lado de los asistentes por el otro lado, el de los ponentes, al haber sido invitados a abrirlas, todo un honor y una responsabilidad. Nuestro compañero de blog Mario Benito nos representará llevando a los alumnos una versión actualizada con nuevas páginas y algunos casos prácticos más de "Maquetar es informar", donde mostramos y explicamos nuestro trabajo, cómo lo hacemos y porqué lo hacemos, destacando su vertiente de especialización periodística. Además, esa primera mañana contará con una conferencia que promete ser más que interesante porque abordará el ambicioso proyecto de diseño de todos los idarios del grupo Vocento, a cargo de Paco Trujillo, jefe de arte de la Redacción Central de Vocento, y de Benjamín Lana, director de Innovación y Medios Regionales del grupo, titulada "El viaje de los diarios de Vocento en busca de su ADN".
La tarde del primer día está dedicada a la infografía, con la participación de Pablo M. Ramírez (consultor y fundador de "Sin palabras") y del ilustrador e infógrafo Julián de Velasco. El segundo día es para la fotografía con Eduardo Momeñe y Alberto Yagüe.
Las Jornadas tendrán lugar los días 3 y 4 de marzo en el Salón de Grados de esta Universidad (c/ Julián Romea, 23) y aquí os dejamos un enlace con el programa completo donde además se puede encontrar toda la información para inscribirse.