miércoles, 10 de marzo de 2010

Evening Standard, o el twitter de los años 40

Rebuscando en los periódicos antiguos, esos que apenas unos cuantos han visto en las hemerotecas y en las cajas de los trasteros, encontramos pequeñas joyas que ya no podemos disfrutar en los periódicos modernos.

Sin embargo, hay un pequeño reducto para todos aquellos que adoramos los periódicos, antiguos, viejos, modernos, bonitos, feos, etc. Son los museos (como el Imperial War Museum) y sus facsímiles de números históricos. Ya presentamos alguno de Pearl Harbor y hoy os traemos uno británico. Debo darle las gracias a Javi y Miriam (a la sazón mis cuñados) por acordarse de mi rara afición y llenar mi tarde de domingo con la lectura de este ejemplar del Evening Standard del Día D, es decir, el 6 de Junio de 1944.

Una de las salas del Cabinet War Rooms (Foto: Javier Estepa)

Se trata del ejemplar de madrugada, o Final Night Extra, que anuncia a bombo y platillo que la invasión de las costas francesas había sido todo un éxito. Gruesos titulares a toda página, subtítulos, entradillas, todo mezclado como si se tratara del propio reflejo del fragor de la lucha.

No pasaría de ser un ejemplar más si no fuera porque es el ejemplar del día que cambió el curso de la II Guerra Mundial y porque a medida que lo iba leyendo, me recordaba a una de las herramientas básicas de la web 2.0, twitter.


Según iba pasando las columnas y las micronoticias, me parecía ver el corchete que precede a las conversaciones o (o topics) de twitter. #Dday o #WWII, por ejemplo. Pero es que, además, un gran número de noticias respetaba la regla número 1 de la red social: cuenta lo que quieras, pero hazlo en menos de 140 caracteres. Puedes contar incluso que los aliados han bautizado a unas empalizadas alemanas como el espárrago de Rommel, o que el mensaje de Buckingham Palace será radiado a las 9.00 en punto. Puntualidad británica, ya sabéis.



Aunque también tiene sus noticias largas y sus resultados deportivos y financieros, como no. Aunque sin ningún tipo de respeto por el blanco o por la separación física entre noticias. Economía de guerra, suponemos. Filetes, titulares, subtítulos, todo vale para ganar la guerra, aunque sea detrás del frente de batalla.




lunes, 8 de marzo de 2010

Diseñario 2.0 (XXIII)

Un escalofrío de alegría y pasión recorre las columnas vertebrales de los miembros del comité de expertos de encajabaja encargados de este suyo y vuestro Diseñario. De casi todos, vamos. Porque ni el "Villarato" parece capaz de frenar ahora a un equipo dispuesto a terminar con una farça bastante molesta y pesadita, y aburrida. Envueltos en bufandas blancas, con las cuerdas vocales destrozadas, abrazados... contemplando a las mozitas madrileñas, alegres y risueñas, este grupo de sabios incomprendidos y no subvencionados nos regalan hoy una nueva entrega de esta obra colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general. ¡Hala Madrid!





Exposición. En fotografía clásica, es la acción de someter una superficie sensible a radiación electromagnética (ya sea luz, rayos X, infrarrojos, calor, etc.) para formar una imagen visible o latente (que después será revelada con procedimientos químicos que multiplicarán este efecto). Es decir, y de manera general, que se trata de dejar que la luz impresione una película o un papel con una emulsión fotosensible, que son los soportes generalmente más utilizados, o bien dejar que la luz incida en el sensor fotosensible (CCD o CMOS) de las actuales cámaras digitales, porque en ambos casos el material fotosensible se expone a la luz. Para ello, las cámaras disponen de dos parámetros que regulan la cantidad de luz que incide: el diafragma, que abre más o menos el objetivo dejando pasar más o menos luz; y el obturador, que permanece más o menos tiempo abierto dejando así que la luz incida también más o menos. Con la combinación adecuada de estos dos parámetros, tiempo y apertura, se consigue el nivel de exposición correcto, o exposición correcta, dependiendo evidentemente de la cantidad de luz de la escena que se quiera fotografiar (y que mide un fotómetro) y de la sensibilidad del sensor o de la película medida en números ISO (escala de medir heredada de la película tradicional cuando se estandarizó y que comenzando generalmente en 100 y duplicándose cada nuevo valor, a mayor número ISO/ASA le corresponde mayor sensibilidad, menos tiempo y abertura de diafragma necesarios pues para una correcta exposición... pero a cambio de menor nitidez, o mayor "grano" en las películas, o "ruido" en las fotografías digitales).
Este nivel de exposición óptimo es algo más subjetivo de lo que pudiera parecer a primera vista y se basa, a grandes rasgos, en considerar que estadísticamente la mayor parte de las escenas que fotografiamos se corresponden a lo que se denomina "gris medio" (una cartulina gris que refleja el 18% de la luz que recibe da este tono), que es como están calibrados los fotómetros. Todas las cámaras en modo automático dejarán pasar más o menos luz si la escena refleja más o menos luz que el gris medio, aunque te cuenten lo del algoritmo, el logaritmo y la trócola. Porque ni las cámaras ni los fotómetros en realidad saben lo que ven, dando lugar a curiosos fenómenos como la nieve gris (si la escena refleja más del 18% de luz, intentarán cerrar el diafragma para compensarlo sin darse cuenta de que en realidad esa escena escapa al 90% de las escenas normales y tiene todo ese blanco), o a comprometidos valores de exposición "racistas" (algún ignorante llegó a denunciarlo públicamente incluso) porque resulta que la piel de una persona blanca también refleja aproximadamente el 18% de la luz y por tanto los fotómetros están calibrados para exponer correctamente a los blancos. Cuando se intenta fotografía a una persona de raza negra las cámaras en automático intentarán el efecto contrario al de la nieve, supondrán que esa toma es demasiado oscura y abrirán más de la cuenta el diafragma para aclarar una cara que en realidad tiene que ser así, negra. En este último caso la cámara llevará a cabo lo que se denomina sobreexposición, que es sobrepasar los niveles más o menos aceptados de cantidad de luz, porque hay un margen que podemos llamar "interpretativo" para fotografiar cualquier escena en clave más o menos luminosa. El caso contrario, de falta de luz en una toma, se denomina subexposición.
Completamente expuestos estamos también a veces, o nos sentimos al menos, los maquetadores. Expuestos a la primera tontería que se le ocurra a un jefe, a la impertinencia del rigodón de turno, o a las aportaciones de cualquiera que pase por el lugar dispuesto siempre a mejorar lo que hacemos, que de lo nuestro, como de fotografía, todo el mundo sabe... aunque no les hables mucho, ni les preguntes, del nivel de exposición.


F


Faldón. Pieza inserta en una página que ocupa la totalidad de la parte inferior de la misma en una proporción horizontal, es decir, más ancha que alta. Los faldones pueden ser cualquier elemento de la página, noticias, imágenes, gráficos o apoyos, aunque generalmente, nos referimos a faldones como nombre propio a las publicidades que tienen esa forma apaisada. Si recordáis la partición en módulos de las páginas, los faldones serían aquellos que ocupan la totalidad de las columnas (cinco) y suben en modulación. Consideraríamos faldón al 1x5 (un módulo de altura, cinco columnas de ancho), 2x5 y 3x5. Muchos consideran faldón al 4x5 aunque sobre esto hay disparidad de criterios. Empieza a ser demasiado alto, de hecho roza la media página, pero como faldón lo tratan muchos y qué más da mientras lo paguen... De ahí en adelante, las publicidades no se consideran faldones, sino serios problemas a la hora de poner en página algo con un mínimo de espacio en el que entre un texto que se pueda titular... Obsérvese cómo sólo se considera faldón a la pieza que ocupa las cinco columnas de una página, o las diez de una doble. Todas las piezas que ocupan menos columnaje no tienen el honor de ser consideradas como tales. Esto se debe a que todo faldón provoca automáticamente la horizontalización de la página. Y sólo la labor de un buen maqueta sabrá contrarrestar este hándicap inicial con la necesaria verticalización en el planteamiento de las informaciones de la misma... Porque si obviamos este condicionamiento publicitario y tiramos en horizontal, caeremos sin remisión en el inevitable "efecto loncha" giro técnico localísimo que sólo encontraréis en esta vasta obra y que denomina el efecto que se produce en las páginas en las que predomina notablemente la composición horizontal. Y que por tanto son más estáticas y más difíciles de jerarquizar, ergo, más arduas de consumir para el lector. Ese efecto loncha puede funcionar en algún momento como recurso propio en espacios amplios y blancos, como una doble página limpia, pero suele ser fatal si lo provocas sobre un faldón de publicidad. Nunca es lo mismo que lo que esté en la base de la página sea un apoyo a cinco columnas que un anuncio de un notario... Porque los faldones, con su peso gráfico, tienen la extraña virtud de robar espacio visual a las informaciones que descansan sobre ellos. Y de hecho, la sensación que se produce en las páginas es como si el faldón creciera y creciera y todo el texto de arriba se comprimiera... en varias lonchas lamentables, sorprendentemente comprimidas por una masa gráfica que está a sus pies... y que sube, la muy... faldona, como si fuera levadura... De ahí el efecto loncha y el peligro que encierran los faldones de publicidad...
Otro peligro de los faldones de publicidad es que cualquier día desaparezcan, en medio de esta crisis que nos aprieta... Y entonces nos acordaremos de ellos, y del efecto loncha, y de la verticalización y la horizontalización... y habrá que ver cómo demonios hacemos para que nos paguen las nóminas, porque los faldones son trabajosos a veces, pero a final de mes suelen ser tremendamente generosos....



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Encajabaja abre la XIII Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño de la Universidad CEU San Pablo

Auditorio lleno para asistir a las charlas inaugurales de las Jornadas.

Un año más, la Universidad CEU San Pablo de Madrid, con Laura González Díez, a la cabeza del Departamento de Comunicación Audiovisual y Nuevas Tecnologías convocaban a estudiantes y profesionales del medio a la XIII Edición de las Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño. Un clásico ya de las aulas madrileñas en el que aparte de un interesantísimo programa, se dan las circunstancias para que nos reunamos anualmente un querido grupo de amigos: la anteriormente citada Laura, Pedro Pérez Cuadrado, nuestro querido maestro de periodistas y co-impulsor junto con Laura de estas imprescindibles jornadas, Paco Núñez-Romero Olmo, profesor del CEU Valencia, y tantos otros, profesionales y amigos que, puntuales, acudimos a la cita.

El vicedecano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación, Ismael López Médel, la profesora de Diseño Gráfico Laura González y Mario Benito, del diario El Mundo y coeditor de encajabaja.

Este año, encajabaja tenía el honor de abrir las Jornadas. Mario Benito, cómodo ya en su papel de conferenciante, trazó, ante un auditorio repleto de universitarios, las líneas generales de "Maquetar es informar 2.0" versión actualizada de la ponencia que defendió en la Universidad Rey Juan Carlos el pasado noviembre y que habéis podido seguir todos en sucesivas entregas en nuestro blog. El texto, que empieza a ser un clásico, ha sido actualizado con nuevos casos prácticos contenidos en el blog y repasa la labor diaria de un maquetador de periódico. Tras una hora larga de exposición que la audiencia pareció disfrutar, un animado turno de preguntas completó el encuentro. En la primera fila, los encajabaja casi al completo: Luis Blasco tuiteaba (@encajabajablog) prácicamente al minuto la comparecencia, al vertiginoso ritmo de sus pulgares sobre su iPhone, Quique Falcón se encargaba de la parte audiovisual y Javier Vidal tomaba notas, volviendo a sus años de universitario, cada día más lejanos...

Mario Benito abrió las jornadas del CEU.

La segunda intervención del día corrió a cargo de Paco Trujillo, jefe de arte de la Redacción Central de Vocento, y de Benjamín Lana, director de Innovación y Medios Regionales del grupo, titulada "El viaje de los diarios de Vocento en busca de su ADN". Una bicéfala exposición sobre el rediseño de los diarios regionales del Grupo Vocento y (quizá la parte más interesante) el planteamiento empresarial que desemboca en tal rediseño.

Trujillo y Lana al comienzo de su presentación.

En una primera parte de la charla, densa, llena de contenido y quizá un pelín larga para el auditorio más joven, Benjamín Lana pormenorizó los motivos que, en su opinión, han llevado a los periódicos a la situación actual. Notables afirmaciones junto a otras más discutibles. La aparición de otros soportes que atomizan la atención del lector, la variedad en la competencia y la falta de reacción de los periódicos ante este nuevo escenario como principales argumentos. De toda su exposición resaltaremos varias frases, que nos parecen realmente acertadas: "No hay que tomar el nombre del lector en vano", es decir no usarlo como argumento para defender nuestras propias ideas, y "Apostar por lo gráfico en el papel nos hará ganar tiempo en la historia" o una clara apuesta por potenciar las virtudes del papel frente a la pantalla como soporte gráfico. Incluso una brillante diapositiva, por la que se pasó de puntillas, pero que nos parece importantísima. En ella las redacciones se convierten en núcleos de un átomo como proceso informativo. Núcleos que son los que surten de material humano y profesional de calidad a todo ese proceso informativo. Interesantísmo planteamiento... que seguramente no todo el mundo compartiría. Aun así, su intervención tuvo alguna zona nublada. Decir que los periódicos no han cambiado al mismo ritmo que va cambiando el mundo se nos antoja algo impreciso. Si algo cambia día a día es un periódico. Posiblemente no sean cambios perceptibles para el común de los mortales, pero evidentes para el que tenga ojos adiestrados. La portada del primer ejemplar de EL PAÍS no tiene absolutamente nada que ver con la del ejemplar de hoy, o el de mañana, Benjamín. Son dos periódicos absolutamente distintos para dos sociedades absolutamente distintas.

Interesante punto de vista sobre cómo organizar una empresa informativa


Distintos tamaños de las cabeceras de Vocento.

A renglón seguido, Paco Trujillo abordó las cuestiones más puramente diseñísticas. Explicó las similitudes y diferencias principales en la unificación de diseños de sus cabeceras regionales (en las que humildemente pensamos que se ha sacrificado algo importante como es la identidad propia de cabeceras centenarias...), presentó la tipografía, enseñó ejemplos de composición de alguna doble página y diseccionó "V" la gran apuesta diaria del Grupo Vocento, con la mayor difusión de lunes a sábado en el país. Un suplemento de temas arrevistados, con una parte gráfica muy cuidada. Esta parte, aunque de menor duración, quizá fue más amena y agradecida, en parte por su contenido más práctico, en parte por la hilarante pugna que mantuvieron tanto Paco como Benjamín por el micrófono que compartían...

Desde encajabaja queremos agradecer una vez más a la Universidad CEU San Pablo, a la organizadora de las Jornadas Laura González, y a todos los asistentes por su hospitalidad y la maravillosa oportunidad de dirigirnos a un auditorio repleto de futuros periodistas. Como dice Mario en su exposición, lo normal es que los maquetadores no tengamos voz en estos actos. ¿Quién sabe si nuestras humildes consideraciones han podido despertar la vocación profesional de algún estudiante? Gracias a todos por la inolvidable experiencia.

lunes, 1 de marzo de 2010

Diseñario 2.0 (XXII)

Esta es una entrega abnegada, sufrida, reescrita y trabajada. Es un reto superado, en la corta distancia... y en la larga. Sin más motivo que querer hacerlo, y con los suficientes cojones como para hacerlo las veces que sean con tal de hacerlo bien. O mejor aún. Porque sí. Porque aquí están, una semana más, los esforzados, anónimos y geniales miembros del comité de expertos de encajabaja con su y vuestro diseño periodístico y prensa destilados en forma de Diseñario.





Enviado especial. Periodista que se traslada desde la redacción al lugar donde se produce la noticia. Una vez realizada la cobertura informativa, regresará a la redacción, lo que le diferencia del corresponsal, que vive en la zona en la que trabaja. La importancia del suceso o su relevancia informativa es la que determina si se envía a alguien de manera excepcional o no. Con el desplazamiento, los lectores ganan una crónica de calidad, con el periodista como testigo presencial de los hechos y el redactor desplazado gana experiencia, aparte de unas dietas muy interesantes...

Escala. Equivalencia. Proporción. Regla de tres. Cada uno de los puntos de la diagonal de un rectángulo o cuadrado, porque en ellos se encuentran los lados conservando la misma relación original entre las dimensiones horizontal y vertical... es mucho más fácil hacerlo, posiblemente, que explicarlo, pero si se traza una diagonal a una fotografía como hemos hecho los maquetadores durante muchos años, en esa diagonal la fotografía puede reducirse o ampliarse conservando sus proporciones, es decir, no habrá que cortar nada de ella, entrará enterita tal cual está antes de modificarse. Como cuando aumentamos o disminuimos el tamaño de una caja de imagen en programa de autoedición apretando a la vez la combinación de teclas apropiadas, distintas en cada uno no vayamos a facilitar la labor a nadie.

Escala de grises. A comienzos del siglo XIX la química, el azar y la curiosidad descubrieron un ingenioso sistema para fijar la luz... pero no sus colores. Que se convirtieron en toda una gama de grises.

Escala de horizontal. Distorsión de la anchura de los caracteres de texto en los programas de autoedición. El valor por defecto es 100%, que significa ninguna distorsión; porcentajes superiores ensanchan los tipos y porcentajes inferiores los estrechan.

Escala de vertical. Igual que la horizontal pero en vertical. Es decir, distorsión de los caracteres en alto a partir de su cuerpo. Impropio de quienes realmente saben de esto porque el efecto que se consigue es igual al de aumentar el cuerpo y estrecharlo después utilizando la escala horizontal, que es como tiene que hacerse. Podríamos pensar que sobra, pues, esta opción de los programas de autoedición, pero en realidad sirve para calibrar a quienes la utilizan.

Exclusiva. Algo que posees tú y los demás no. Tratándose de información, la exclusiva es el gran logro de nuestro trabajo, la fiebre por ser el único, el Santo Grial, el vellocino de oro que todos buscamos cual argonautas del siglo XXI. El sueño dorado de todo periodista consiste en encontrar esas historias, historias que escapan del enlatado de un teletipo o de una rueda de prensa, historias importantes o menudas, pero que sólo se podrán consumir en tu propio medio de comunicación... porque te las has currado tú. Y el gran periodismo de los últimos años está preñado de grandes exclusivas, con gran despliegue tipográfico en las primeras planas de los mejores periódicos del mundo, o con impactantes imágenes en las cadenas de televisión, o con sonoros documentos en las radios de todo el planeta...
Cuando una exclusiva llega a una redacción se palpa la excitación. Y la llegada al cierre de la edición se convierte en una tensa espera. Como cuando sabes un secreto y no puedes contarlo, todavía. La emoción de tener una auténtica bomba en tus manos, la confección de una portada falsa, con otras noticias para despistar a los demás medios, mientras, a escasos metros, uno de los jefes te susurra en un rincón los auténticos titulares que mañana reventarán los quioscos. El periodista convertido en jugador de poker. Ese subidón de adrenalina cuando sabes que, con seguridad, vas a copar la atención mediática por tu trabajo, mientras imaginas las caras de tus competidores al cotejar las informaciones del día siguiente. Ese ambiente de velatorio en las redacciones vecinas cuando empiecen a buscar culpables, por qué tú sí y ellos no...
En los tiempos que vivimos, de concentración de medios e inmediatez de información vía internet, tener algo que los demás no tengan es complicado. Y mucho más complicado conseguir retener la información hasta tenerla completamente cocinada. Porque las exclusivas necesitan tiempo y elaboración. Y de eso no queda mucho hoy. Con internet percutiendo información prácticamente al minuto, la exclusiva se reduce muchas veces a llegar primero, contarlo antes.... quedándose en humilde primicia, que tampoco está mál pero no es igual. Y muchas veces no hay tiempo para investigar, confirmar debidamente, desarrollar las cosas. El rumor como noticia, la posibilidad como certeza. En esa loca carrera en la que todos nos hemos metido voluntariamente, perder el concepto de cierre nos ha perjudicado. La misma naturaleza del medio contra la naturaleza de la profesión. Ir soltando cifras, corrigiendo cada minuto, queriendo ser el primero en alzar la voz, en lugar de investigar, confirmar, tomar una ligera distancia para ver más allá del humo de la primera línea de combate. ¿Cómo profundizar cuando ya llegas tarde? ¿Cómo confirmar cuando estás forzado a actualizar? El nuevo periodismo. Algunos, seguimos prefiriendo el viejo, el de Capote o Wolfe, el de Woodward y Bernstein y tantos otros que contribuyeron a crear esta bella criatura herida de ¿muerte?.




Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.

viernes, 26 de febrero de 2010

Sobre el diseño web de noticias

Sobre el diseño web de la información trata este gran libro en el que no encontraréis qué menú hay que pinchar para hacer un enlace con un programa determinado o un listado de comandos html, sino conceptos, que es lo que realmente importa saber cuando se habla de diseño, tanto en papel como en internet. Por qué se hace algo, qué alternativas existen para dar forma a una noticia, qué hicieron otros antes y qué dejaron de hacer, qué tendencias han resultado las más idóneas en esta supuesta lucha entre especies que es la evolución de los medios de comunicación digitales... Como bien dice el título, "Evolución, tendencias y modelos en el diseño de webs de noticias", de este completísimo trabajo de Francisco Amaral (uno de los directores de Cases i Associats) y del también miembro del estudio Daniel Gimeno, editado por Sol90media, que es la división de publicaciones de este prestigioso estudio catalán de diseño periodístico con proyección internacional.



La edición del libro es tan soberbia como los contenidos, muy visual, lleno de ejemplos significativos (con un examen de 200 publicaciones digitales de todo el mundo y la aceleradísima evolución que han tenido en los últimos años), los textos cortos y contundentes, todo sustancia, todo grano y nada de paja... con puntos de vista de todo aquel que tiene algo que decir en este campo. Khoi Vinh, director de arte de la versión digital del The New York Times: "(...) según he podido comprobar, la actitud más extendida entre los diseñadores de diarios que pasan a la web es intentar aplicar en este medio las fórmulas que llevan tiempo usando en el papel: fijar los tamaños de texto, especificar las fuentes, ignorar la usabilidad y la funcionalidad. Quizás lo más significativo es que no abandonan la idea de que, algún día, los diarios web serán como los impresos. Por mi experiencia, están muy equivocados." Del prólogo de Matt Kelly, director de contenidos digitales del grupo Mirror, nos resulta difícil destacar alguna frase porque no tiene desperdicio desde el primero hasta el último de sus caracteres... "vivimos atrapados en las garras de una perversión económica", dice Kelly. "Los que menos invierten en internet son los que más ganan. Los que más están invirtiendo son los que menos recompensa reciben."






Mención aparte en lo relativo al aspecto visual del libro que comentamos son los espectaculares gráficos, por la información que contienen y por la manera de presentarla, del apartado denominado "Contextos".



Este libro que hoy os presentamos, y que nuestro muy querido amigo Carlos Pérez de Rozas, uno de los directores de Cases i Associats, ha tenido el detalle de enviarnos para que lo compartamos con vosotros, es una oportunísima "secuela" del que publicaron anteriormente, "Periodismo integrado", del que todavía tenemos pendiente hacer una exahustiva reseña porque se trata, según nuestro punto de vista, de una obra fundamental (de las publicadas en nuestro idioma) para entender lo que está sucediendo ahora en los procesos de integración de redacciones. La labor editorial de Cases con su editorialSol90media nos resulta casi tan importante como su reconocida trayectoria en el diseño periodístico.

miércoles, 24 de febrero de 2010

RedAcción!

Escenas de prensa en la red

Comenzamos hoy una nueva aventura en encajabaja.com. Todos los miembros de esta web somos grandes amantes del cine y las series (algunos más que otros) y teníamos ganas de comentar las grandes obras que se habían realizado sobre el mundillo de la prensa: 'Ciudadano Kane', 'El año que vivimos peligrosamente', 'Zodiac', 'Buenas noches y buena suerte' y un largo etcétera nos esperaban. Pero había un problema: ya estaba casi todo dicho. Es cierto que siempre se pueden encontrar puntos de vista nuevos e interesantes pero, ¿qué te podemos decir nosotros, simples maquetas, de una película que ya ha sido analizada por cientos de prestigiosos directores, actores, periodistas y escritores? Sólo hace falta que te des un paseo por la red y lo podrás confirmar.


Así que decidimos darle una vuelta de tuerca. ¿De qué va esto? Imagina. Estás en el cine viendo cualquier película de cualquier género y, de repente, un periodista, un vendedor de periódicos, un escritor de obituarios, un corrector con manguitos, un fotógrafo forman parte de la trama y sientes, de repente, una cercanía hacia ese personaje. Es más, en ocasiones, a alguno de ellos les pasan cosas que te han pasado a ti o te recuerdan a alguien de tu entorno laboral o reconoces situaciones similares con la actualidad tanto política como social que se despliegan en la pantalla mientras tu sonríes y la persona que ocupa el asiento de al lado del cine te mira de forma rara pensando de qué se ríe este loco.


!Qué malo era el periodista de la 'Jungla de cristal' y como me recordaba al jefe que tuve en tal periódico! Jude Law escribe obituarios en 'Closer'. Ja, ja. !Igualito que Martínez! El jefe de Clint Eastwood en 'Ejecución inminente' (James Wood) le ha dicho lo mismo que Peréz a Rodríguez el otro día en la máquina de cafe.


Quizá seamos nosotros los que nos hemos vuelto locos de estar tantas horas en una Redacción pero creemos que por ahí fuera existen también quienes comparte nuestra locura.





'The Wire'

De un tiempo a esta parte las series de televisión han conseguido un prestigio que les han hecho ocupar un puesto preponderante en el mundo del ocio. 'Los Soprano', 'Friends', 'Lost', han conseguido legiones de fans que esperan al día de su comienzo como adoradores de alguna secta suicida. Mucha culpa de esto la tiene la cadena por cable HBO (Home Box Office), el canal con más éxito y más calidad de los que se han dedicado al mundo de las series; 'Los Soprano', antes mencionada, 'Six feet under', 'Band of brother', 'Roma' y un larguísimo etcétera de series cuyos capítulos tienen una producción más costosa que muchas de las películas que vemos en salas de cine. Propiedad de Time Warner, comenzó su emisión en 1965 y en 1975 fue la primera en dar un combate de boxeo por satélite entre Muhammad Ali y Joe Frazer (maravilloso documental 'Thrilla in Manila').


El 2 de junio de 2002, HBO emitió el primer episodio de 'The Wire'. Escrita y producida por el periodista David Simon, la historia se desarrolla en Baltimore (Maryland) y trata sobre el día a día de unos policías con pocos medios, rodeados de burocracia, políticos corruptos y peligrosos narcotraficantes. Muchos de sus personajes se basan en personales reales de Baltimore y varios actores secundarios son amateurs.


En uno de los capítulos de la quinta temporada ('Mas por menos') hay muchas referencias a la situación complicada que viven los periódicos y la reducción de personal que se está llevando a cabo en sus corresponsalías. Y, entre discusiones de prensa, políticos y narcotraficantes encontramos la siguiente secuencia:



The Wire from encajabaja on Vimeo.



La primera vez que la vi tuve que dar al pause, pulsar atrás y volver a verla. No recuerdo las veces que me he despertado en mitad de la noche viendo la cara de un compañero que me decía: 'No te olvides cambiar la foto de la cuatro de nacional' o 'Mira si los datos de tal página están bien'. Salto de la cama, llamada al turno de noche y solución para, ya espabilado, acabar viendo la tele. O, también, estar en el otro extremo. Recibir la llamada de un compañero agobiadísimo pidiéndome que comprobara tal o cual cosa. Algunos que llevamos mucho tiempo en el turno de noche cuando vemos está escena sonreímos y el individuo que hay a nuestro lado piensa: 'De qué se ríe este loco'.

Quique Falcón

lunes, 22 de febrero de 2010

Diseñario 2.0 (XXI)

Difícil tarea tiene por delante nuestra recién inaugurada sección encajabajatv, dedicada a publicar vídeos de producción propia sobre nuestro quehacer, porque no disponemos de cámaras ocultas ni equipos de investigación lo suficientemente avanzados para materializar el proyecto soñado e imposible, quimérico, de poder entrevistar y hacer un pequeño documental sobre cómo trabajan los misteriosos miembros del comité de expertos de encajabaja encargados de la redacción de este Diseñario, suyo y vuestro, colectivo, irreverente y abierto a vuestra entusiasta participación a cerca del diseño periodístico y la prensa en general.





Enfrentadas. Coja un periódico (o revista). Ábralo. Mire a la izquierda. Una página, par. Mire a la derecha. Una página, impar. Mire las dos a la vez. Par e impar. Esto es enfrentadas, término que hace referencia a cuando dos páginas se muestran una frente a otra. Y los periódicos y revistas están llenos de ellas, de páginas enfrentadas, queremos decir. Un enfrentamiento cada dos páginas, para ser exactos. Incluso la portada tiene su página enfrentada, la contra-portada.
La suma de todas las páginas enfrentadas da como resultado el ritmo de lectura del periódico. No es lo mismo enfrentar dos páginas con un diseño idéntico a dos páginas con una maquetación distinta. Esta variedad en el diseño es lo que hace aumentar o disminuir el ritmo de la publicación. Por eso es muy importante saber, a la hora de diseñar una página cuál lleva enfrentada para ver cómo está hecha. En ocasiones se busca la similitud, incluso el mimetismo, pero, por lo general, se evita esa clonación, para que, al verlas enfrentadas, te indiquen, a primera vista, que estamos ante noticias distintas.
De ahí que en los departamentos de diseño no tengamos miedo a los enfrentamientos, por lo menos los de este tipo.

Engatillado. Dice el diccionario de la RAE que engatillado es el animal que tiene el pescuezo grueso y levantado por detrás... pero esta voz no trata sobre Fórmula 1 ni sobre nuestro flamante campeón asturiano piloto de Ferrari. En diseño se habla de engatillar elementos cuando van seguidos... a punto y seguido. Así de simple. Igual que en la construcción, se engatillan las piezas de metal unas con otras, enganchándolas y luego aplastando la unión para que queden prendidas, en diseño, muchas veces, los elementos se juntan en una sola línea y a eso se le conoce como engatillar. Para hablar de engatillados debemos contemplar dos elementos con jerarquías informativas distintas, claro está. Lo contrario no es engatillar, sino una línea de texto monda y lironda a punto y seguido. Pero cuando necestitamos destacar algún epígrade, incluir algún elemento que sirva para despiezar u organizar nuestro texto, aparecen los engatillados. ¿Cuándo engatillamos los elementos? El matiz es ciertamente sutil... Podemos decir sin miedo a equivocarnos, que el epígrafe engatillado posee menor jerarquía que el que va a punto y aparte. De hecho, los epígrafes dentro de epígrafes —¿ya os habéis perdido?— siempre son engatillados, mientras que el título principal luce sólo en su propia línea. Pero en el uso diario, no es menos cierto que los elementos se engatillan principalmente, por una cuestión de espacio. Ojo al matiz, que es importante... hablamos de espacio, no de estética... Engatillar supone que ganamos una línea al texto, ya que después del epígrafe no concedemos un punto y aparte. Y esto que parece trivial no lo es y mucho menos ahora, que el papel está caro y la paginación se reparte entre las secciones con cartilla de racionamiento. Si nos vemos en la necesidad de desmenuzar todo un texto y para ello vamos a utilizar un desguace seis, siete, diez veces, lo normal es que vaya engatillado. Y no precisamente, por restarle importancia. Al hacerlo así, los blancos que resultan entre párrafos no son excesivos y se consigue que el texto no se trocee en demasía. Al engatillar los pequeños títulos, ganamos legibilidad, se le concede cierta estabilidad a la página, pero lo más importante es que le hemos ganado al texto diez o doce líneas de más y eso, amigos míos, no tiene precio hoy en día.
Esto sucede siempre dentro del grueso de un texto, pero ¿y si usamos el engatillado para diferenciar dos tipos de elementos informativos distintos? En ese caso, el engatille no es sólo por razones de espacio, sino también informativas, jerárquicas... Engatillar los elementos ayuda a diferenciarlos morfológicamente unos de otros y eso siempre ha de ser motivo de diferenciación informativa. El caso más claro es el del pie de foto engatillado. Se titula la foto y a punto y seguido se desarrolla un pequeño texto, ni tan breve como un simple pie de foto ni tan amplio como un apoyo, en el que se comenta la información relacionada con la imagen. ¿Por qué engatillado y no titulado, a punto y aparte, sin más? Porque al engatillarlo relacionamos el texto del pie con las informaciones que lo acompañan. Y al titularlo, dar punto y aparte y comenzar una línea más abajo, concedemos al lector que el pie de foto tiene una independecia informativa del resto de elementos que lo preceden en la página. Por eso, los maquetadores siempre repetimos, concienzudos, ante la presencia de una imagen con texto en la página: "¿Titulado o engatillado?" Y nos asombra que todavía hoy, muchos redactores contesten "¿qué mas da?" Pues mira, da. Da bastante. Da tanto que me ofende volver a explicarlo... Aunque eso en la redacción de EL MUNDO pasa menos que en otros lados, porque, por las deformaciones profesionales que tienen estos menesteres, al pie engatillado muchos lo conocemos como "pie ciclis". Pensaréis que nos hemos vuelto tontos. La explicación la tiene uno de los primeros catálogos con páginas de uno de los primeros diseños del periódico. En él, Laurent Fignon, el gran ciclista francés (imagináos la de tiempo que hace de esto...) ascendía, coleta rubia y gafitas en ristre, con cara de sufrimiento en blanco y negro... Y la gente se quedó con lo del ciclista... Y hasta hoy...


Entrevista. Uno de los géneros clásicos del periodismo, con un futuro, además, muy prometedor. No hay nuevo medio de comunicación analógico o digital, electrónico o protónico que no las incluya también. En este caso nadie parece haberse planteado el manido argumento modernoide de que "esto es una cosa antigua, ya superada, que nosotros nos vamos a encargar de eliminar", como sucede cada vez que alguien con poder y aires de avanzado mal entendidos, ambos, el poder y lo avanzado, decide dejar su impronta y a falta de crear algo, que es lo verdaderamente difícil y lo que en realidad deja impronta, pues se limitar a "superar cosas antiguas".
Creemos que no hace falta decir que una entrevista es, esencialmente, una serie de preguntas que un periodista formula a una persona. Con interés periodístico o incluso sin él. Tampoco hay que recordar aquí los más que repetidos consejos sobre la importancia del entrevistado y no del entrevistador y demás; o que nunca debe venderse como entrevista, con sus preguntas y respuestas, aquello que no lo es, como una rueda de prensa, o un refrito de declaraciones tomadas de allá y aquí, y que nunca fueron contestadas a preguntas nuestras... Como todo esto damos por hecho que se da por hecho, y por sabido, nos limitaremos a señalar que desde el punto de vista del diseño periodístico, la entrevista suele llevar destacado en tipografía distinta y/o en color, el nombre y la identificación del personaje entrevistado. El título suele ser la declaración más interesante de ese texto, que está estructurado como un diálogo en el que cada párrafo comienza con la palabra "pregunta" (cuando se refiere a una pregunta, parece obvio, ¿no?) y "respuesta" (siguiendo el mismo principio aplicado a la respuesta), o bien por el nombre del medio y el nombre de quien responde, todo esto en iniciales después de la primera vez para no ponernos pesados.
Una caricatura, o dibujo "psicológico", o una buena fotografía que indague en la personalidad del entrevistado, siguen siendo las mejores opciones para ilustrar una entrevista... hasta que llegue el innovador de turno, sí, el del comienzo de esta voz, para "apostar por alguna idea nueva", o por alguna contraidea más bien.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.