viernes, 12 de marzo de 2010

Adiós a Delibes

"Yo sé cómo se llaman las cosas... y llamo a las cosas por su nombre", así resumió hace ya tiempo, mucho, el maestro Miguel Delibes, periodista y escritor, cómo escribía. Y escribía así por culpa del periodismo. O gracias él... director durante varios años de El Norte de Castilla, diario de su Valladolid natal, donde vivía y en cuyo Ayuntamiento se ha instalado su capilla ardiente a la que ahora mismo se acercan centenares de vecinos y amigos para darle un cariñoso adiós. Porque Miguel Delibes ha muerto esta noche.



Mientras dirigía el periódico en una lucha diaria con la censura franquista, Delibes escribió algunas de las mejores novelas que se han escrito nunca en nuestro idioma. Con la humildad, la constancia y la hondura de los más grandes, posiblemente es el escritor español más importante del siglo XX, y uno de los imprescindibles de toda la historia de nuestra literatura, injustamente olvidado en los premios Nobel, un premio que se ha quedado para siempre sin la grandeza que él, con sencillez y austeridad castellana, le hubiera dado.

Se ha ido esta noche Miguel Delibes, periodista desde el principio hasta el final, y estoy casi convencido de que ha aguantado hasta que cerrasen los periódicos para no jodernos el cierre.

Cómics en Ávila

Está a tiro de piedra de Madrid. Es una ciudad pequeña y algunos dicen que un poco aburrida (no estamos de acuerdo, que conste). Pero el fin de semana del 27 y 28 podrá ser cualquier cosa menos eso. Esos dos días se podrá disfrutar en Ávila del IV Encuentro Ávila Ciudad Joven.



48 repletas dedicadas al cómic y a la ilustración y centradas en la sátira social y el humor gráfico. Los que asistan podrán escuchar a Mauro Entrialgo (El Jueves y Público), Sansón (El Norte de Castilla) y José María Nieto (El Mundo Castilla y León). Además, podrán ver películas, teatro y participar en talleres. Y todo esto por cero miserables euros. ¿Qué más se puede pedir? Más info.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Evening Standard, o el twitter de los años 40

Rebuscando en los periódicos antiguos, esos que apenas unos cuantos han visto en las hemerotecas y en las cajas de los trasteros, encontramos pequeñas joyas que ya no podemos disfrutar en los periódicos modernos.

Sin embargo, hay un pequeño reducto para todos aquellos que adoramos los periódicos, antiguos, viejos, modernos, bonitos, feos, etc. Son los museos (como el Imperial War Museum) y sus facsímiles de números históricos. Ya presentamos alguno de Pearl Harbor y hoy os traemos uno británico. Debo darle las gracias a Javi y Miriam (a la sazón mis cuñados) por acordarse de mi rara afición y llenar mi tarde de domingo con la lectura de este ejemplar del Evening Standard del Día D, es decir, el 6 de Junio de 1944.

Una de las salas del Cabinet War Rooms (Foto: Javier Estepa)

Se trata del ejemplar de madrugada, o Final Night Extra, que anuncia a bombo y platillo que la invasión de las costas francesas había sido todo un éxito. Gruesos titulares a toda página, subtítulos, entradillas, todo mezclado como si se tratara del propio reflejo del fragor de la lucha.

No pasaría de ser un ejemplar más si no fuera porque es el ejemplar del día que cambió el curso de la II Guerra Mundial y porque a medida que lo iba leyendo, me recordaba a una de las herramientas básicas de la web 2.0, twitter.


Según iba pasando las columnas y las micronoticias, me parecía ver el corchete que precede a las conversaciones o (o topics) de twitter. #Dday o #WWII, por ejemplo. Pero es que, además, un gran número de noticias respetaba la regla número 1 de la red social: cuenta lo que quieras, pero hazlo en menos de 140 caracteres. Puedes contar incluso que los aliados han bautizado a unas empalizadas alemanas como el espárrago de Rommel, o que el mensaje de Buckingham Palace será radiado a las 9.00 en punto. Puntualidad británica, ya sabéis.



Aunque también tiene sus noticias largas y sus resultados deportivos y financieros, como no. Aunque sin ningún tipo de respeto por el blanco o por la separación física entre noticias. Economía de guerra, suponemos. Filetes, titulares, subtítulos, todo vale para ganar la guerra, aunque sea detrás del frente de batalla.




lunes, 8 de marzo de 2010

Diseñario 2.0 (XXIII)

Un escalofrío de alegría y pasión recorre las columnas vertebrales de los miembros del comité de expertos de encajabaja encargados de este suyo y vuestro Diseñario. De casi todos, vamos. Porque ni el "Villarato" parece capaz de frenar ahora a un equipo dispuesto a terminar con una farça bastante molesta y pesadita, y aburrida. Envueltos en bufandas blancas, con las cuerdas vocales destrozadas, abrazados... contemplando a las mozitas madrileñas, alegres y risueñas, este grupo de sabios incomprendidos y no subvencionados nos regalan hoy una nueva entrega de esta obra colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general. ¡Hala Madrid!





Exposición. En fotografía clásica, es la acción de someter una superficie sensible a radiación electromagnética (ya sea luz, rayos X, infrarrojos, calor, etc.) para formar una imagen visible o latente (que después será revelada con procedimientos químicos que multiplicarán este efecto). Es decir, y de manera general, que se trata de dejar que la luz impresione una película o un papel con una emulsión fotosensible, que son los soportes generalmente más utilizados, o bien dejar que la luz incida en el sensor fotosensible (CCD o CMOS) de las actuales cámaras digitales, porque en ambos casos el material fotosensible se expone a la luz. Para ello, las cámaras disponen de dos parámetros que regulan la cantidad de luz que incide: el diafragma, que abre más o menos el objetivo dejando pasar más o menos luz; y el obturador, que permanece más o menos tiempo abierto dejando así que la luz incida también más o menos. Con la combinación adecuada de estos dos parámetros, tiempo y apertura, se consigue el nivel de exposición correcto, o exposición correcta, dependiendo evidentemente de la cantidad de luz de la escena que se quiera fotografiar (y que mide un fotómetro) y de la sensibilidad del sensor o de la película medida en números ISO (escala de medir heredada de la película tradicional cuando se estandarizó y que comenzando generalmente en 100 y duplicándose cada nuevo valor, a mayor número ISO/ASA le corresponde mayor sensibilidad, menos tiempo y abertura de diafragma necesarios pues para una correcta exposición... pero a cambio de menor nitidez, o mayor "grano" en las películas, o "ruido" en las fotografías digitales).
Este nivel de exposición óptimo es algo más subjetivo de lo que pudiera parecer a primera vista y se basa, a grandes rasgos, en considerar que estadísticamente la mayor parte de las escenas que fotografiamos se corresponden a lo que se denomina "gris medio" (una cartulina gris que refleja el 18% de la luz que recibe da este tono), que es como están calibrados los fotómetros. Todas las cámaras en modo automático dejarán pasar más o menos luz si la escena refleja más o menos luz que el gris medio, aunque te cuenten lo del algoritmo, el logaritmo y la trócola. Porque ni las cámaras ni los fotómetros en realidad saben lo que ven, dando lugar a curiosos fenómenos como la nieve gris (si la escena refleja más del 18% de luz, intentarán cerrar el diafragma para compensarlo sin darse cuenta de que en realidad esa escena escapa al 90% de las escenas normales y tiene todo ese blanco), o a comprometidos valores de exposición "racistas" (algún ignorante llegó a denunciarlo públicamente incluso) porque resulta que la piel de una persona blanca también refleja aproximadamente el 18% de la luz y por tanto los fotómetros están calibrados para exponer correctamente a los blancos. Cuando se intenta fotografía a una persona de raza negra las cámaras en automático intentarán el efecto contrario al de la nieve, supondrán que esa toma es demasiado oscura y abrirán más de la cuenta el diafragma para aclarar una cara que en realidad tiene que ser así, negra. En este último caso la cámara llevará a cabo lo que se denomina sobreexposición, que es sobrepasar los niveles más o menos aceptados de cantidad de luz, porque hay un margen que podemos llamar "interpretativo" para fotografiar cualquier escena en clave más o menos luminosa. El caso contrario, de falta de luz en una toma, se denomina subexposición.
Completamente expuestos estamos también a veces, o nos sentimos al menos, los maquetadores. Expuestos a la primera tontería que se le ocurra a un jefe, a la impertinencia del rigodón de turno, o a las aportaciones de cualquiera que pase por el lugar dispuesto siempre a mejorar lo que hacemos, que de lo nuestro, como de fotografía, todo el mundo sabe... aunque no les hables mucho, ni les preguntes, del nivel de exposición.


F


Faldón. Pieza inserta en una página que ocupa la totalidad de la parte inferior de la misma en una proporción horizontal, es decir, más ancha que alta. Los faldones pueden ser cualquier elemento de la página, noticias, imágenes, gráficos o apoyos, aunque generalmente, nos referimos a faldones como nombre propio a las publicidades que tienen esa forma apaisada. Si recordáis la partición en módulos de las páginas, los faldones serían aquellos que ocupan la totalidad de las columnas (cinco) y suben en modulación. Consideraríamos faldón al 1x5 (un módulo de altura, cinco columnas de ancho), 2x5 y 3x5. Muchos consideran faldón al 4x5 aunque sobre esto hay disparidad de criterios. Empieza a ser demasiado alto, de hecho roza la media página, pero como faldón lo tratan muchos y qué más da mientras lo paguen... De ahí en adelante, las publicidades no se consideran faldones, sino serios problemas a la hora de poner en página algo con un mínimo de espacio en el que entre un texto que se pueda titular... Obsérvese cómo sólo se considera faldón a la pieza que ocupa las cinco columnas de una página, o las diez de una doble. Todas las piezas que ocupan menos columnaje no tienen el honor de ser consideradas como tales. Esto se debe a que todo faldón provoca automáticamente la horizontalización de la página. Y sólo la labor de un buen maqueta sabrá contrarrestar este hándicap inicial con la necesaria verticalización en el planteamiento de las informaciones de la misma... Porque si obviamos este condicionamiento publicitario y tiramos en horizontal, caeremos sin remisión en el inevitable "efecto loncha" giro técnico localísimo que sólo encontraréis en esta vasta obra y que denomina el efecto que se produce en las páginas en las que predomina notablemente la composición horizontal. Y que por tanto son más estáticas y más difíciles de jerarquizar, ergo, más arduas de consumir para el lector. Ese efecto loncha puede funcionar en algún momento como recurso propio en espacios amplios y blancos, como una doble página limpia, pero suele ser fatal si lo provocas sobre un faldón de publicidad. Nunca es lo mismo que lo que esté en la base de la página sea un apoyo a cinco columnas que un anuncio de un notario... Porque los faldones, con su peso gráfico, tienen la extraña virtud de robar espacio visual a las informaciones que descansan sobre ellos. Y de hecho, la sensación que se produce en las páginas es como si el faldón creciera y creciera y todo el texto de arriba se comprimiera... en varias lonchas lamentables, sorprendentemente comprimidas por una masa gráfica que está a sus pies... y que sube, la muy... faldona, como si fuera levadura... De ahí el efecto loncha y el peligro que encierran los faldones de publicidad...
Otro peligro de los faldones de publicidad es que cualquier día desaparezcan, en medio de esta crisis que nos aprieta... Y entonces nos acordaremos de ellos, y del efecto loncha, y de la verticalización y la horizontalización... y habrá que ver cómo demonios hacemos para que nos paguen las nóminas, porque los faldones son trabajosos a veces, pero a final de mes suelen ser tremendamente generosos....



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Encajabaja abre la XIII Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño de la Universidad CEU San Pablo

Auditorio lleno para asistir a las charlas inaugurales de las Jornadas.

Un año más, la Universidad CEU San Pablo de Madrid, con Laura González Díez, a la cabeza del Departamento de Comunicación Audiovisual y Nuevas Tecnologías convocaban a estudiantes y profesionales del medio a la XIII Edición de las Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño. Un clásico ya de las aulas madrileñas en el que aparte de un interesantísimo programa, se dan las circunstancias para que nos reunamos anualmente un querido grupo de amigos: la anteriormente citada Laura, Pedro Pérez Cuadrado, nuestro querido maestro de periodistas y co-impulsor junto con Laura de estas imprescindibles jornadas, Paco Núñez-Romero Olmo, profesor del CEU Valencia, y tantos otros, profesionales y amigos que, puntuales, acudimos a la cita.

El vicedecano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación, Ismael López Médel, la profesora de Diseño Gráfico Laura González y Mario Benito, del diario El Mundo y coeditor de encajabaja.

Este año, encajabaja tenía el honor de abrir las Jornadas. Mario Benito, cómodo ya en su papel de conferenciante, trazó, ante un auditorio repleto de universitarios, las líneas generales de "Maquetar es informar 2.0" versión actualizada de la ponencia que defendió en la Universidad Rey Juan Carlos el pasado noviembre y que habéis podido seguir todos en sucesivas entregas en nuestro blog. El texto, que empieza a ser un clásico, ha sido actualizado con nuevos casos prácticos contenidos en el blog y repasa la labor diaria de un maquetador de periódico. Tras una hora larga de exposición que la audiencia pareció disfrutar, un animado turno de preguntas completó el encuentro. En la primera fila, los encajabaja casi al completo: Luis Blasco tuiteaba (@encajabajablog) prácicamente al minuto la comparecencia, al vertiginoso ritmo de sus pulgares sobre su iPhone, Quique Falcón se encargaba de la parte audiovisual y Javier Vidal tomaba notas, volviendo a sus años de universitario, cada día más lejanos...

Mario Benito abrió las jornadas del CEU.

La segunda intervención del día corrió a cargo de Paco Trujillo, jefe de arte de la Redacción Central de Vocento, y de Benjamín Lana, director de Innovación y Medios Regionales del grupo, titulada "El viaje de los diarios de Vocento en busca de su ADN". Una bicéfala exposición sobre el rediseño de los diarios regionales del Grupo Vocento y (quizá la parte más interesante) el planteamiento empresarial que desemboca en tal rediseño.

Trujillo y Lana al comienzo de su presentación.

En una primera parte de la charla, densa, llena de contenido y quizá un pelín larga para el auditorio más joven, Benjamín Lana pormenorizó los motivos que, en su opinión, han llevado a los periódicos a la situación actual. Notables afirmaciones junto a otras más discutibles. La aparición de otros soportes que atomizan la atención del lector, la variedad en la competencia y la falta de reacción de los periódicos ante este nuevo escenario como principales argumentos. De toda su exposición resaltaremos varias frases, que nos parecen realmente acertadas: "No hay que tomar el nombre del lector en vano", es decir no usarlo como argumento para defender nuestras propias ideas, y "Apostar por lo gráfico en el papel nos hará ganar tiempo en la historia" o una clara apuesta por potenciar las virtudes del papel frente a la pantalla como soporte gráfico. Incluso una brillante diapositiva, por la que se pasó de puntillas, pero que nos parece importantísima. En ella las redacciones se convierten en núcleos de un átomo como proceso informativo. Núcleos que son los que surten de material humano y profesional de calidad a todo ese proceso informativo. Interesantísmo planteamiento... que seguramente no todo el mundo compartiría. Aun así, su intervención tuvo alguna zona nublada. Decir que los periódicos no han cambiado al mismo ritmo que va cambiando el mundo se nos antoja algo impreciso. Si algo cambia día a día es un periódico. Posiblemente no sean cambios perceptibles para el común de los mortales, pero evidentes para el que tenga ojos adiestrados. La portada del primer ejemplar de EL PAÍS no tiene absolutamente nada que ver con la del ejemplar de hoy, o el de mañana, Benjamín. Son dos periódicos absolutamente distintos para dos sociedades absolutamente distintas.

Interesante punto de vista sobre cómo organizar una empresa informativa


Distintos tamaños de las cabeceras de Vocento.

A renglón seguido, Paco Trujillo abordó las cuestiones más puramente diseñísticas. Explicó las similitudes y diferencias principales en la unificación de diseños de sus cabeceras regionales (en las que humildemente pensamos que se ha sacrificado algo importante como es la identidad propia de cabeceras centenarias...), presentó la tipografía, enseñó ejemplos de composición de alguna doble página y diseccionó "V" la gran apuesta diaria del Grupo Vocento, con la mayor difusión de lunes a sábado en el país. Un suplemento de temas arrevistados, con una parte gráfica muy cuidada. Esta parte, aunque de menor duración, quizá fue más amena y agradecida, en parte por su contenido más práctico, en parte por la hilarante pugna que mantuvieron tanto Paco como Benjamín por el micrófono que compartían...

Desde encajabaja queremos agradecer una vez más a la Universidad CEU San Pablo, a la organizadora de las Jornadas Laura González, y a todos los asistentes por su hospitalidad y la maravillosa oportunidad de dirigirnos a un auditorio repleto de futuros periodistas. Como dice Mario en su exposición, lo normal es que los maquetadores no tengamos voz en estos actos. ¿Quién sabe si nuestras humildes consideraciones han podido despertar la vocación profesional de algún estudiante? Gracias a todos por la inolvidable experiencia.

lunes, 1 de marzo de 2010

Diseñario 2.0 (XXII)

Esta es una entrega abnegada, sufrida, reescrita y trabajada. Es un reto superado, en la corta distancia... y en la larga. Sin más motivo que querer hacerlo, y con los suficientes cojones como para hacerlo las veces que sean con tal de hacerlo bien. O mejor aún. Porque sí. Porque aquí están, una semana más, los esforzados, anónimos y geniales miembros del comité de expertos de encajabaja con su y vuestro diseño periodístico y prensa destilados en forma de Diseñario.





Enviado especial. Periodista que se traslada desde la redacción al lugar donde se produce la noticia. Una vez realizada la cobertura informativa, regresará a la redacción, lo que le diferencia del corresponsal, que vive en la zona en la que trabaja. La importancia del suceso o su relevancia informativa es la que determina si se envía a alguien de manera excepcional o no. Con el desplazamiento, los lectores ganan una crónica de calidad, con el periodista como testigo presencial de los hechos y el redactor desplazado gana experiencia, aparte de unas dietas muy interesantes...

Escala. Equivalencia. Proporción. Regla de tres. Cada uno de los puntos de la diagonal de un rectángulo o cuadrado, porque en ellos se encuentran los lados conservando la misma relación original entre las dimensiones horizontal y vertical... es mucho más fácil hacerlo, posiblemente, que explicarlo, pero si se traza una diagonal a una fotografía como hemos hecho los maquetadores durante muchos años, en esa diagonal la fotografía puede reducirse o ampliarse conservando sus proporciones, es decir, no habrá que cortar nada de ella, entrará enterita tal cual está antes de modificarse. Como cuando aumentamos o disminuimos el tamaño de una caja de imagen en programa de autoedición apretando a la vez la combinación de teclas apropiadas, distintas en cada uno no vayamos a facilitar la labor a nadie.

Escala de grises. A comienzos del siglo XIX la química, el azar y la curiosidad descubrieron un ingenioso sistema para fijar la luz... pero no sus colores. Que se convirtieron en toda una gama de grises.

Escala de horizontal. Distorsión de la anchura de los caracteres de texto en los programas de autoedición. El valor por defecto es 100%, que significa ninguna distorsión; porcentajes superiores ensanchan los tipos y porcentajes inferiores los estrechan.

Escala de vertical. Igual que la horizontal pero en vertical. Es decir, distorsión de los caracteres en alto a partir de su cuerpo. Impropio de quienes realmente saben de esto porque el efecto que se consigue es igual al de aumentar el cuerpo y estrecharlo después utilizando la escala horizontal, que es como tiene que hacerse. Podríamos pensar que sobra, pues, esta opción de los programas de autoedición, pero en realidad sirve para calibrar a quienes la utilizan.

Exclusiva. Algo que posees tú y los demás no. Tratándose de información, la exclusiva es el gran logro de nuestro trabajo, la fiebre por ser el único, el Santo Grial, el vellocino de oro que todos buscamos cual argonautas del siglo XXI. El sueño dorado de todo periodista consiste en encontrar esas historias, historias que escapan del enlatado de un teletipo o de una rueda de prensa, historias importantes o menudas, pero que sólo se podrán consumir en tu propio medio de comunicación... porque te las has currado tú. Y el gran periodismo de los últimos años está preñado de grandes exclusivas, con gran despliegue tipográfico en las primeras planas de los mejores periódicos del mundo, o con impactantes imágenes en las cadenas de televisión, o con sonoros documentos en las radios de todo el planeta...
Cuando una exclusiva llega a una redacción se palpa la excitación. Y la llegada al cierre de la edición se convierte en una tensa espera. Como cuando sabes un secreto y no puedes contarlo, todavía. La emoción de tener una auténtica bomba en tus manos, la confección de una portada falsa, con otras noticias para despistar a los demás medios, mientras, a escasos metros, uno de los jefes te susurra en un rincón los auténticos titulares que mañana reventarán los quioscos. El periodista convertido en jugador de poker. Ese subidón de adrenalina cuando sabes que, con seguridad, vas a copar la atención mediática por tu trabajo, mientras imaginas las caras de tus competidores al cotejar las informaciones del día siguiente. Ese ambiente de velatorio en las redacciones vecinas cuando empiecen a buscar culpables, por qué tú sí y ellos no...
En los tiempos que vivimos, de concentración de medios e inmediatez de información vía internet, tener algo que los demás no tengan es complicado. Y mucho más complicado conseguir retener la información hasta tenerla completamente cocinada. Porque las exclusivas necesitan tiempo y elaboración. Y de eso no queda mucho hoy. Con internet percutiendo información prácticamente al minuto, la exclusiva se reduce muchas veces a llegar primero, contarlo antes.... quedándose en humilde primicia, que tampoco está mál pero no es igual. Y muchas veces no hay tiempo para investigar, confirmar debidamente, desarrollar las cosas. El rumor como noticia, la posibilidad como certeza. En esa loca carrera en la que todos nos hemos metido voluntariamente, perder el concepto de cierre nos ha perjudicado. La misma naturaleza del medio contra la naturaleza de la profesión. Ir soltando cifras, corrigiendo cada minuto, queriendo ser el primero en alzar la voz, en lugar de investigar, confirmar, tomar una ligera distancia para ver más allá del humo de la primera línea de combate. ¿Cómo profundizar cuando ya llegas tarde? ¿Cómo confirmar cuando estás forzado a actualizar? El nuevo periodismo. Algunos, seguimos prefiriendo el viejo, el de Capote o Wolfe, el de Woodward y Bernstein y tantos otros que contribuyeron a crear esta bella criatura herida de ¿muerte?.




Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.

viernes, 26 de febrero de 2010

Sobre el diseño web de noticias

Sobre el diseño web de la información trata este gran libro en el que no encontraréis qué menú hay que pinchar para hacer un enlace con un programa determinado o un listado de comandos html, sino conceptos, que es lo que realmente importa saber cuando se habla de diseño, tanto en papel como en internet. Por qué se hace algo, qué alternativas existen para dar forma a una noticia, qué hicieron otros antes y qué dejaron de hacer, qué tendencias han resultado las más idóneas en esta supuesta lucha entre especies que es la evolución de los medios de comunicación digitales... Como bien dice el título, "Evolución, tendencias y modelos en el diseño de webs de noticias", de este completísimo trabajo de Francisco Amaral (uno de los directores de Cases i Associats) y del también miembro del estudio Daniel Gimeno, editado por Sol90media, que es la división de publicaciones de este prestigioso estudio catalán de diseño periodístico con proyección internacional.



La edición del libro es tan soberbia como los contenidos, muy visual, lleno de ejemplos significativos (con un examen de 200 publicaciones digitales de todo el mundo y la aceleradísima evolución que han tenido en los últimos años), los textos cortos y contundentes, todo sustancia, todo grano y nada de paja... con puntos de vista de todo aquel que tiene algo que decir en este campo. Khoi Vinh, director de arte de la versión digital del The New York Times: "(...) según he podido comprobar, la actitud más extendida entre los diseñadores de diarios que pasan a la web es intentar aplicar en este medio las fórmulas que llevan tiempo usando en el papel: fijar los tamaños de texto, especificar las fuentes, ignorar la usabilidad y la funcionalidad. Quizás lo más significativo es que no abandonan la idea de que, algún día, los diarios web serán como los impresos. Por mi experiencia, están muy equivocados." Del prólogo de Matt Kelly, director de contenidos digitales del grupo Mirror, nos resulta difícil destacar alguna frase porque no tiene desperdicio desde el primero hasta el último de sus caracteres... "vivimos atrapados en las garras de una perversión económica", dice Kelly. "Los que menos invierten en internet son los que más ganan. Los que más están invirtiendo son los que menos recompensa reciben."






Mención aparte en lo relativo al aspecto visual del libro que comentamos son los espectaculares gráficos, por la información que contienen y por la manera de presentarla, del apartado denominado "Contextos".



Este libro que hoy os presentamos, y que nuestro muy querido amigo Carlos Pérez de Rozas, uno de los directores de Cases i Associats, ha tenido el detalle de enviarnos para que lo compartamos con vosotros, es una oportunísima "secuela" del que publicaron anteriormente, "Periodismo integrado", del que todavía tenemos pendiente hacer una exahustiva reseña porque se trata, según nuestro punto de vista, de una obra fundamental (de las publicadas en nuestro idioma) para entender lo que está sucediendo ahora en los procesos de integración de redacciones. La labor editorial de Cases con su editorialSol90media nos resulta casi tan importante como su reconocida trayectoria en el diseño periodístico.