Y agotado, para nosotros. El del color o el blanco y negro en los periódicos. También para quienes los editan, ¿no? Lo recordábamos antes de las vacaciones de verano a propósito de
la ¿frivolidad? de El País y su postal "histórica" en la que decidía opinar en vez de informar. Un debate que ha dejado de serlo, pero no hace tanto tiempo. O sí, porque ahora el tiempo corre tanto que el año 2005 es la prehistoria de la comunicación para los devoradores de novedades.
Por eso sigue siendo interesante, y mucho, el artículo escrito en ese año por
Jesús del Olmo, profesor de diseño periodístico de la Universidad Carlos III de Madrid para la Revista Latina de Comunicación Social, titulado
"La gestión del color en los diarios españoles de difusión nacional", y en el que entrevista a los entonces directores de arte de los diarios
ABC (
Jesús Aycart),
El Mundo (
Carmelo G. Caderot),
El País (
David García),
La Vanguardia (
Carlos Pérez de Rozas) y al jefe de diseño de
El Periódico de Catalunya (
Ricard Sans).
Con la excepción de algunos matices de fundamentalismo trasnochado sobre el blanco y negro, todos los entrevistados coinciden en que la realidad, y por tanto la información, es en color, y sólo los condicionantes ténicos han impedido que se pudiera imprimir así hasta ahora (en el año 2005 sólo
El Periódico de Catalunya imprimía todas sus páginas en color, los demás lo hacían en la portada y en un número determinado y limitado de páginas interiores). La evolución en las rotativas, así como el empuje de una publicidad que demanda color y la necesidad de aumentar ventas y modernizar para llegar a un público más joven son los factores en los que todos suelen concidir para declarar que "en el futuro todos los perióricos serán en full color"... como realmente ha sucedido en estos pocos años.
El único argumento que tal vez justifique el uso del blanco y negro de manera intencionada es el condicionamiento histórico y cultural que menciona Caderot: "la prensa debe ser fundamentalmente un instrumento de análisis de la realidad, al servicio de la formación y la información. Todo lo que sea color mal utilizado, es artificial; ofrece artificios que te impiden recibir las sensaciones que ofrece un periódico, como la tinta, el texto, el mensaje, el análisis. Para eso sirve el blanco y negro. Además para estos roles,
cultural e históricamente, se ha usado siempre blanco y negro. Incluso para los estudiantes que tengan veinte o veinticinco años la información todavía es blanco y negro. Me estoy refiriendo exclusivamente a la información".
El director de arte de
El País relaciona directamente color con sensacionalismo, mientras que para Pérez de Rozas, Sans o Aycart
la seriedad está relacionada más con los contenidos que con la forma. "La prensa es sensacionalista o amarilla en función de sus contenidos, no en función de sus formas", explica Aycart (ABC). "Son los contenidos los que clasifican este tipo de prensa. El color, no." Pérez de Rozas admite el compomente cultural del blanco y negro que, sin embargo, "quedará para la historia".
Sobre el impacto en las ventas o en el acercamiento al público joven, exponen también interesantes puntualizaciones, porque para Jesús Aycart (ABC) "lo único que acredita a un medio es la credibilidad, pero no desde el punto de vista político, sino la credibilidad desde el punto de vista informativo. Un medio que te informe. El hecho de que dé color o no es algo accesorio. Sin embargo, sí creo que va a ser fundamental en un futuro muy próximo. Vemos el color como si fuera la modernidad. Sin embargo el color no es la modernidad. La vida es en color y me da
la impresión de que la modernidad va a ir mucho más ligada a la calidad del producto que al uso del color. Éste va a ser sólo uno de los factores dentro de esa calidad".
Como interesante, y preocupante, es también el punto de vista de Caderot sobre el efecto positivo del color en las ventas y en la captación de un público joven, pero sólo a corto y medio plazo. "El color", dice Caderot, "es una baza también perdida de antemano. Porque tú no puedes competir con instrumentos cuyos lenguajes se basan fundamentalmente en el color y el movimiento y que son interactivos, como las televisiones, los ordenadores, Internet y los móviles. Por eso digo que sí durante un tiempo muy corto. A medio plazo como mucho. A largo plazo ni color ni puñetas, va a dar exactamente igual. (...) Es evidente que con el color consigues atraer un poco más al público joven porque es un lenguaje común, habitual en su retina, en su memoria, (para los jóvenes, el entorno) es todo color evidentemente y no están acostumbrados a otras cosas. En ese sentido sí, con ese paréntesis muy grande de que es una engañifa para sobrevivir quince años más."
Coinciden también los responsables de diseño de los grandes diarios nacionales en que
más que hablar del color sí o color no, es importante, mucho, la utilización del color. Porque no se trata sólo de imprimir así las fotografías. El color puede aplicarse, o no, a todo: infografía (fundamental), fondos, símbolos, manchetas, logotipos, elementos gráficos, incluso a las tipografías... "El color añade información", explica Carlos Pérez de Rozas, "otra cosa es que aún hay pocos diarios que sepan aplicar bien el color en sus páginas. Yo creo que el color tiene contenido y, por lo tanto, cuando un diario pasa del blanco y negro al color tiene que replantearse. (...) Por supuesto que para modernizar los diarios ahora hay que contar con el color y hay que hacerlo muy seriamente. Dar color no es coger la foto que antes se daba en blanco y negro y ahora darla en color. No. El color afecta a todo. Desde el logotipo de la publicación hasta la guía (paginación) de un diario pasando por muchas otras consideraciones. Por lo tanto (el color) sí es un aspecto que puede ayudar a llegar a los jóvenes, pero yo creo que los problemas que tiene la prensa en estos momentos se producen por otros motivos. Uno de ellos es que debe replantearse sus contenidos."
En este sentido, Pérez de Rozas, cita a
Mario García en lo relativo a una tal vez necesaria vuelta atrás en la cultura visual para los periódicos, paradójicamente liderada por quienes en su momento la potenciaron: "Esta es la moda, pero yo creo que esto irá cambiando. La frase célebre de Mario García de que los diarios se parezcan más a los diarios de principio de siglo, que los diarios se parezcan más a los diarios. Mario García dice que ha habido un exceso de diseño al final de los ochenta y principios de los noventa. (...) Algunos teóricos de la comunicación dicen que los diarios se salvarán por el texto no por su imagen".
Es interesantísimo, también, como todo este artículo que estamos reseñando ampliamente, los distintos modelos de diarios en color para cada uno de los directores de arte. Qué periódicos les parecen más interesantes desde este punto de vista y cuáles consideran fallidos, aspecto éste que no revelamos para que acudáis a leer el artículo integro en el enlace que os adjuntamos al comienzo. Terminamos, eso sí, reproduciendo las rotundas afirmaciones de David García, director de arte de
El País entonces, y director de arte de
El País ahora, sobre qué significa para él el color en un periódico: "Un diario en color es menos creíble, menos serio y de menor calidad informativa. Yo creo que cuanto más color, menos credibilidad. (...) Yo mantengo que no da la misma credibilidad un periódico a todo color que un periódico en blanco y negro".
Para saber más sobre el color en la prensa son imprescindibles
los artículos de Pedro Pérez Cuadrado, profesor de periodistas en general y de maquetas en especial, actualmente en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y antes en muchos periódicos, publicados en
Visulamente.