En el diseño en prensa hay que tener en cuenta muchos factores a la hora de dar forma a una información. El orden, la jerarquía, la carga informativa de las imágenes, son un ejemplo. Además, hay que tener en cuenta otros factores menos tangibles, como el ritmo y el movimiento. Sobre el ritmo ya hemos hablado en
alguna ocasión, algo que deriva de la disposición de los distintos elementos en la página en sí y entre otras páginas. El movimiento consiste en algo parecido,en una página o en toda una sección, quizás más sutil. El movimiento lo puede aportar una imagen, o la correcta utilización de los elementos que conforman los distintos niveles de lectura. También la composición de la página puede inferir un inusitado movimiento al conjunto de la edición. Dentro de los elementos dinamizadores de la información resulta muy efectiva la pata americana. Se denomina así a la última columnade un texto que subiendo, cierra una pieza, de forma que arropa toda la información. El ritmo de lectura se desquilibra, la valoración gráfica gana peso por encima de los titulares, y en consecuencia, se obliga a el ojo del lector a recorrer la página buscando el arranque de la información. ¡Voilà! Se crea el movimiento.
Ejemplo de pata americana. La última columna
de la información sube y acompaña a la imagen
Sinceramente, desconozco el origen de este recurso. He preguntado a compañeros y amigos si conocían la historia de la pata americana y no ha habido suerte. Parece evidente su origen trasoceánico, pero no hemos sido capaces de precisarlo. Desde aquí aprovechamos la dimensión de la blogosfera y la gran cantidad de amigos que nos leen (muchísimos de ellos en el continente americano) para que en este blog se arroje luz sobre el tema. Cualquiera que sepa de dónde surge el término pata americana, por favor, esperamos ansiosos vuestros comentarios.
¿Fruto de un elaborado planteamiento o recurso surgido de la necesidad? Pensando en ello, me vino a la cabeza la historia de otra aportación típicamente made in USA, el plano americano. Ese plano en el que se encuadra al protagonista desde las rodillas hacia arriba, dejando el fondo del decorado en un segundo plano sugerido. Es la transición entre el plano medio y el general, un plano que nos acerca al personaje, pero sin vincularnos emocionalmente con él, una prudente media distancia. Lo curioso es que este plano, que hoy se utiliza como un recurso dramático habitual, surge de una necesidad de lo más primaria. En la época del dorado western, los cineastas se dieron cuenta de que necesitaban un plano que permitiera que a los protagonistas se les vieran...las pistolas. Así de simple. Y hasta hoy.
John Wayne, en plano americano
Una necesidad que se convierte en recurso dramático. ¿Como la pata americana? Lo cierto es que es una técnica útil, pero de la que se puede caer preso. Requiere una apuesta gráfica que lo sostenga. Y esto me viene al pelo para una pequeña reflexión sobre el rediseño de EL PAÍS. Nos han contado durante los últimos meses que este nuevo diseño iba a apostar decididamente por la imagen. Eso está muy bien. Y es cierto que las imágenes han crecido en el nuevo diseño. Como los cuerpos. Ha crecido un poco todo. Ahí entra la pata americana, con su dinamismo. Pero las fotos a cuatro columnas sobre cinco posibles encierran una trampa. Condicionan la titulación y el resto de la página, a menos que trabajes en La Vanguardia, claro. Combinadas con un apoyo, por ejemplo, no te dejan muchas opciones. Y si abusas de este recurso, resulta que a fuerza de dar todas las fotos grandes y querer mover las páginas... te repites. Y buscando nuevas soluciones das con el tercer ejemplo, al que no sé muy bien cómo llamar: ¿doble pata americana? ¿repata americana? ¿remilpata americana?
Tres ejemplos de las muchas patas americanas que hemos
podido ver en las ediciones de este pasado domingo y lunes de EL PAÍS
A mí, personalmente, me parece que este nuevo PAÍS ha renunciado a signos de identidad propios del periódico. Se ha simplificado el nivel de lectura, han desaparecido los ladillos, los cierres y con tanta foto a cuatro o cinco columnas la edición gráfica (tradicionalmente muy bien valorada) se me queda un poco plana. Eso sí, con tanta foto a cuatro columnas, ahora hay muchísimas patas americanas.