Ni caso. Un regla más para romper. Porque hay veces que el blanco no es solo necesario, sino que es bello.
Lejos quedan los tiempos en los que las páginas de periódico eran columnas salomónicas llenas de texto por todos lados. Ni un solo blanco excepto los corondeles y la propia separación entre las letras y las palabras.
Pero las reglas han cambiado y ahora el blanco es un elemento necesario y muy usado por los diseñadores (podéis ver la web de Kenya Hara). Pero el caso es que a los redactores les sigue molestando, y mucho. Cuando ven una maqueta como la que tenéis arriba dicen: "¿No hay demasiado blanco?". Les miras con cara de póquer y les dices: "No, el justo y necesario".
Aún así vuelven a insistir un par de veces antes de darse por vencidos: Oye, veo mucho blanco aquí, ¿por qué no subes esta columna o das la ilustración más pequeña?". Lacónica respuesta: "No". El último intento viene de la mesa de cierre, auténticos guardianes de la doctrina impuesta por el libro de estilo. Pero, manteniendo la formación conseguimos salir airosos.
Además, en el caso que nos ocupa, rompimos otra regla en aras de justificar el blanco: la proporción. La ilustración de Jorge Arévalo que aligeraba la página era perfecta, pero no se ajustaba mucho al hueco del que disponía el tema (sí, se encargó la ilustración sin dar unas determinadas medidas, lo que provoco ligeros problemas a la hora de maquetar la página).
Pero todo problema tiene una solución, y en esta ocasión parecía fácil. Sin embargo, la primera regla que nos explicaron respecto a las imágenes es que nunca se deforman. Ahí entra en juego Manuel de Miguel, redactor jefe de la sección, que se lió la manta a la cabeza y decidió "trastear", como a él le gusta llamarlo, con la página. Resultado: una ilustración deformada, pero que parece dibujada así. Y un blanco más ligero, más liviano y más amable.
La otra opción era dar la ilustración a su tamaño original, lo que nos obligaba a darla a tres columnas para que no quedara muy pequeña. Pero esa opción nos dejaba un blanco exagerado e injustificado que no había manera de rellenar. Ni un pie de foto ni otro columna de texto solucionaban el asunto. Pero las reglas están para romperlas.
P.D. Os recomiendo visitar las web de Jorge Arévalo y de Agustín Sciammarella, dos magníficos ilustradores.