lunes, 14 de abril de 2008

Diseñario (XIII)

Nueva cita semanal de los lunes con el Diseñario. Ya sabéis, obra colectiva y todo eso. El comité de expertos de encajabaja busca tiempo e ideas como si en esta vida ajetreada fuese fácil. Vuestra participación nos animaría...




Franklin Gothic. Tipo de letra de palo seco (sin serif) diseñada por el célebre tipógrafo norteamericano Morris Fuller Benton en 1904 para American Type Founders Company (empresa resultante de la agrupación de 23 fundiciones norteamericanas en 1892). Es un tipo que está basado en otro anterior creado en 1830 por Vincent Figgins y que debe su nombre al filósofo, político y científico estadounidense Benjamin Franklin.
Morris F. Benton nació en 1872 en Milwaukee (Estados Unidos), se graduó como ingeniero en 1896 y se incorporó a la American Type Founders (ATF) como ayudante de su padre, Linn Byod Benton, que a la sazón era director técnico de la compañía gracias a su invento para la elaboración automática de punzones. Morris F. Benton, de quien sus biógrafos dicen que ya desde niño imprimía tickets y folletos para familiares y amigos en una pequeña imprenta que él mismo montó en casa de sus padres, pasó a ser diseñador jefe de la ATF en 1900, cargo que desempeñó hasta su retirada en 1937. Además de la Franklin, que posiblemente sea su mayor éxito, diseñó alrededor de 200 tipos, entre ellos la famosa Cheltenham (1904), la Clearface (1907), la popularísima Souvenir (1914), Broadway (1928), American Text (1932), y las variantes de la célebre Century para la revista del mismo nombre, como la Expanded de 1900 o la Century Old Style de 1909 (actualmente se suele utilizar la Century 725, versión digital que comercializa la empresa Bitstream). Benton es sin lugar a dudas uno de los tipógrafos más importantes de la historia, autor de algunos de los tipos más destacados de la tipografía norteamericana.
La Franklin Gothic forma junto la Helvética y la Univers, el que podríamos llamar triunvirato de los tipos de palo seco, luchando cada una por convertirse en el alfabeto definitivo. Tal vez la Franklin esté resistiendo mejor el paso del tiempo, a pesar de ser bastante más antigua que sus otras dos rivales. En parte porque el enorme éxito de la Helvética la ha llevado a estar "muy vista" para los diseñadores modernos que se suelen decantar por la "personalidad" de la Franklin. Hecho éste último muy cierto, porque para ser un tipo sin serif, apentemente tendría que ser frío y curiosamente es todo lo contrario. Ha sido utilizada habitualmente en prensa y publicidad. Los títulos en Franklin son todo un clásico en las portadas de revistas, y la muy ingrata y oscura labor que hemos sufrido algunos componiendo tablas y cuadros numéricos en páginas de Bolsa y de resultados deportivos también ha ido de la mano del clásico de Morris Benton.
La versión ITC (International Typeface Corporation, empresa fundada en Nueva York en 1970 y sin historia, pues, en tipos de metal, tan sólo en tipografías digitales y en sus predecesoras en película fotográfica) es de 1980. Existen además versiones modernas de Adobe y de Monotype. Es el tipo de letra oficial del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y, sobre todo, es un tipo de letra muy periodístico, perfecto para titulares, una combinación de fuerza y elegancia.

Friso. Se trata de un término tomado de la arquitectura y la decoración, donde así definen a una banda ornamental pintada, esculpida o caligrafiada en una pared por encima del nivel de los ojos. Los frisos decorativos pueden representar escenas en una secuencia de paneles separados. Y más o menos eso es un friso también en el diseño en prensa, sólo que cambiando paredes por páginas.
El friso suele adoptar la forma de una cronología, generalmente un gráfico, en grandes temas de páginas dobles enfrentadas, o incluso en suplementos especiales en los que todas sus páginas llevan un friso superior o inferior (que también los hay) dando unidad a todo el conjunto y destacando determinados elementos dentro de él: fechas, personajes, características o cualquier aspecto del tema en cuestión.
En los diseños más recientes se ha impuesto el denominado friso-navegador, opción que el prestigioso diseñador norteamericano Mario García defiende desde hace años y que consiste en hacer un sumario horizontal ocupando toda la parte superior de la página para adelantar allí con pequeños titulares, fotos reducidas y siluetitas en los temas culturales, sociales y deportivos, lo que vamos a encontrar en esa sección, en páginas sucesivas o en el resto del periódico. No hay primera página moderna, que se precie de ser primera página moderna, que no lleve este friso-navegador.
El friso adorno, en el más puro estilo arquitectónico o decorativo, sin justificación informativa, es un pobre recurso propio de quienes se conforman con llenar páginas "que queden bien" sin importarles su contenido, de esas que se hojean y no se leen. Por eso, ante la frase "aquí podría quedar bien un friso de fotitos, o de alguna cosa", lo más aconsejable es intentar evitarlo replicando al redactor en cuestión: "el problema es que te va a dar mucho trabajo". Palabras demoledoras que suelen llevar a una reacción del tipo: "¡huy!, pues entonces no".

Fuente. Conjunto de todos los caracteres en caja alta (mayúsculas), caja baja (minúsculas, como nosotros), números y signos de cada tipo de letra. Cuando se utilizaban cajas, la fuente eran todos los tipos móviles que cabían en cada una de estas cajas (véase el término "caja") en la cantidad suficiente de acuerdo con el idioma (muchas vocales, más de las consonantes que en cada idioma más se utilizan, etc.) y el tamaño de cada uno de los cajetines de la caja. Desde la aparición de los ordenadores las fuentes agrupan con un número, en los tiempos de la fotocomposición, y con un nombre ahora (Times redonda, Times cursiva, Helvética negrita, etc.) todo el mapa de caracteres de un tipo y estilo determinado. Es posible que su origen venga del inglés "font" ("fundición": surtido o conjunto de todos los moldes o letras de una clase para imprimir) y que una de esas traducciones de "falsos amigos" lo haya convertido en fuente (que en inglés sería "fountain" o "fount"), y se utiliza como sinónimo de tipo de letra, tipografía (mal uso de este término, porque tipografía es una ciencia) o de familia, pero nosotros preferimos delimitar el término fuente y usar familia como sinónimo de tipo de letra (familia Times, por ejemplo) y dejar fuente, como hacen las máquinas, para cada estilo dentro de las familias (Times redonda, Times cursiva, Times negrita, etc., serían para nosotros fuentes dentro de la familia Times), aunque sobre este aspecto no sólo no hay consenso, sino una cierta confusión.
En la acepción periodística, fuente es el origen de las noticias, quien informa al informador; a veces de manera abierta y pública, y en otras ocasiones, generalmente cuando los datos son delicados, sobre hechos delictivos, comprometidos o muy sensibles, de manera oculta, exigiendo confidencialidad y advirtiendo al periodista de que ellos no confirmarán nunca haber revelado estos datos. Por consiguiente nos servirán para contrastar la información pero no para justificarla públicamente (caso del célebre "garganta profunda" -no confundir con la actriz Linda Lovelace, famosa por otras habilidades mamíferas-, fuente oculta del caso Watergate, y que recientemente hemos podido saber que era William Mark Felt, por entonces el número dos del FBI, ya que él mismo se ha dado a conocer, y los periodistas Woodward y Bernstein que publicaron el escándalo en el Washington Post haciendo caer a Nixon de la presidencia de EEUU lo han confirmado). Mantener en secreto las fuentes de las informaciones es un derecho recogido en muchos ordenamientos jurídicos (nuestra Constitución lo menciona en el artículo 20, pero no se ha desarrollado aún por ley como el propio texto constitucional indica), porque así los sistemas sociales se garantizan una información más libre y crítica que ayuda a formar ciudadanos que pueden opinar y participar democráticamente, pero en ocasiones este derecho colisiona con ocultación de delitos o datos que podrían ayudar a esclarecerlos y entonces son los jueces quienes tienen la potestad de respetar o no el derecho de los periodistas a no revelar sus fuentes, lo que ha llegado a suponer condenas a periodistas por mantenerlas en secreto. Porque si delatas a quien te informa... quién te va a informar para que tú informes.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.

jueves, 10 de abril de 2008

Tipografía informativa o decorativa

Lo primero fue llevarme un susto. Pero ¡cómo es posible!, estos animales siempre pacíficos, tranquilos hasta el aburrimiento, que llevan siglos de convivencia con el hombre, viviendo incluso en la planta baja de aquellas casas de pueblo modestas que no podían permitirse un establo independiente, prestándonos amables sus ubres para que bebamos leche. Y ahora...


Porque leyendo este escueto titular lo primero que entenderá un lector sin el suficiente background, esa información complementaria que recopila y pone al día los datos de una noticia y que el lector no tiene por qué conocer ni nosotros dar por hecho que lo conoce, lo primero que creerá, decía, es que una banda vacuna fuera de sus casillas ha atacado a dos personas matándolas salvajemente tal vez a cornadas o tal vez a mordiscos, puesto que locas se han vuelto. Y no. Este señor y esta señora debieron comer carne de vacas infectadas por el llamado "mal de las vacas locas" para de esta manera contraer la encefalopatía espongiforme en su variedad humana que finalmente les ha llevado a la muerte. O sea: "Dos personas fallecen en Castilla León a causa del 'MAL de las vacas locas'". ¿No? Es importante también el lugar, muy importante, porque puede suponer cuarentenas, más afectados en esa zona con las consiguientes medidas sanitarias y recomendaciones para la población, pérdidas económicas, necesidad de sacrificar ganado, etc., y no es lo mismo que todo esto suceda en el Pekín olímpico (donde ya bastante tienen con mantener encendida una antorcha sin que nadie les haga la gracia de apagarla) a que suceda en nuestro país, o en nuestra comunidad.

Pero claro, con este tipo y cuerpo de letra no cabe. Y nos vemos obligados a titular telegráficamente, incluso de forma incorrecta. Si todos lo entienden, ¿no? Pues no lo sé, pero no parece muy profesional desde el punto de vista periodístico suponer tal cosa o aceptar incorrecciones, grotescas incluso como ésta. "Dos muertos por 'vacas locas'", escriben; y se quedan tan panchos.

Deberíamos, pues, haber utilizado dos líneas de título a las cinco columnas para que el título fuese el adecuado. ¡No!, ¡dos líneas a cinco columnas quedan fatal!, ¡es estéticamente horrible! ¡NO SE PUEDE HACER! Y menos con este cuerpo tan grande. ¿Y si bajamos el cuerpo? ¡Pero qué dices, no, hombre, no! Es la apertura de la subsección de Sociedad y NECESITA ese cuerpo. Además, si te fijaras verías que utilizamos redonda para que el título sea más elegante, en vez de negrita, y también por eso el cuerpo tiene que manchar más. ¿Entonces no se puede hacer nada? ¡No! ¿No podemos titular bien? ¡No!, pero si así está bien, qué más da. Bueno, si lo dicta el diseño...

Y sin embargo, el diseño, y la tipografía, nunca deben dictar nada. Como este NO no es el no del que hemos hablado otras veces, a este no hay que decirle no. No hacemos diseños, no diseñamos, hacemos un periódico, informamos. Y como por consiguiente la tipografía es necesariamente una herramienta al servicio de la información tenemos que preguntarnos si el nuevo tipo de letra de El País, esa Majerit de aspecto elegante y muy legible para algunos, sirve a los propósitos periodísticos para los que se supone que fue concebido. Porque con la anticuada y obsoleta y aburrida Times, este periódico no hubiera tenido, como no los ha tenido hasta hace unos meses, estos problemas para ofrecer a sus lectores un titular apropiado a cada noticia. Que, no nos volvamos locos como las vacas, es de lo que se trata.

lunes, 7 de abril de 2008

Diseñario (XII)

Ya estamos aquí, vuelve el Diseñario con su cita semanal de los lunes después de un breve periplo de algún miembro del comité por tierras alemanas, donde por cierto la impresión y la tipografía occientales nacieron y alcanzan su mayor nivel. Os seguimos animando a que participéis con comentarios o a través del correo electrónico en esta obra irreverente, colectiva y abierta.




Folio. En la prensa escrita, y en general en cualquier publicación, el folio es, además de una hoja de papel en blanco, el número de orden de la página, generalmente impreso en la parte superior. En los periódicos el folio va acompañado por el nombre del diario, la sección a la que pertenece la página y la fecha de publicación, pero si somos rigurosos, el folio es el número de la página solamente.
Un folio es también una unidad informal y bastante inexacta para la medidad de los textos, "mándame una crónica de un folio y medio", "escríbete un apoyito de medio folio", que equivale a 60 líneas de texto de 40 caracteres por línea, o sea 2.400 caracteres, incluidos los espacios en blanco. Los nuevos procesadores de texto y los programas de edición de las páginas cuentan ahora el número de caracteres y por eso cada vez es más frecuente oír cómo un redactor jefe pide por teléfono que le envíen unos 3.000 caracteres para que luego el maqueta de turno tenga que rehacer la página, justo a la hora del cierre así que date prisa y no te quejes, porque nos han enviado o bien 1.500, o bien 5.000.

Formato. Tiene diversas acepciones. Primero, podríamos decir que es el diseño concreto de un producto. Su tamaño, forma, peso o las características especiales específicas de ese producto. Por ejemplo, los distintos formatos de periódico (el tabloide, sábana, etc.) del papel en general (A3, A4, folio...), los distintos formatos de programas televisivos (concurso, culebrón, noticiario, etc). También un formato de almacenamiento es la estructura usada para grabar datos en un fichero. Por ejemplo: XML, ZIP, MPE, Raw, JPG, etcétera. No olvidar el formato de un disco duro, que define las particiones en las que se pueden ubicar los ficheros.
Lo que a nosotros nos interesa es cuando le damos formato a un texto, que consiste en crear los detalles sobre su presentación (familia, cuerpo, interlínea...). Continuando con esta última, una de las acepciones que tuvo su momento álgido hace unos diez años fue 'colección de formatos' que, para intentar explicarlo, era parecido a lo que actualmente se utiliza en el lenguaje HTML; una serie de números separados por puntos y comas flanqueados por los signos de 'menor que' y 'mayor que' . Estas 'claves' se ponían delante del texto y eran las que hacían que el texto fuera de tal o cual forma. Esto último, con las nuevas formas de diseñar (Quark, Indesing, etc.) ha pasado de moda. Antes todo el mundo hablaba de formatos, módem, cromalines, DPBs... Terminología que los nuevos avance informáticos han mandado al trastero en espera de tiempos mejores.

Fotocomposición. Procedimiento para la composición de textos utilizando matrices transparentes y papel o película fotográfica como soporte. Esta técnica, ahora obsoleta, sustituyó a la linotipia (que componía en caliente fundiendo líneas de texto en plomo) y utilizó por primera vez ordenadores en artes gráficas. La denominada autoedición, absolutamente digital, que vimos y utilizamos por primera vez en el diario El Sol de Madrid en 1990 (por favor, no cuenten los años) con ordenadores Macintosh de Apple ha sustituido a esta técnica fotográfica permitiendo que cualquiera pueda ser ahora editor de sus textos, imágenes y en definitva de sus páginas completas, con todo lo que esto supone de positivo y negativo, y ha relegado al limbo (aunque para algunos de los entonces jóvenes les supuso una vía de acceso al diseño en prensa) a toda una subespecie de seres humanos divertidos unos, grotescos como las letras otros, extraños todos, pero con unos elevadísimos conocimientos técnicos que eran necesarios para su trabajo.

Fotografía. Dibujo con luz, parece querer decirnos la palabra; y lo es. Hasta hace no mucho la luz dibujaba sobre negativos de acetato que después se positivaban copiándolos en papel y ahora la luz dibuja sobre archivos informáticos. Es además otro género periodístico en sí, el fotoperiodismo, que cuenta historias y transmite noticias e información en general por medio de imágenes.
En lo relativo al diseño, las fotografías son uno de los elementos clave al plantear las páginas. Deben ocupar un lugar destacado, central o superior derecho, porque generalmente son la puerta de entrada a la página. La causa de que un lector detenga el acto de hojear una publicación en una determinada página suele deberse a que la fotografía que hay allí le ha llamado, en susurros o a gritos; después tendrá que tomar el relevo el texto para que no abandone. Son tan definitivas que es prácticamente imposible conseguir una buena página sin una buena foto (hablamos de páginas clásicas de prensa). La verticalidad o la horizontalidad de la página, con todo lo que ello conlleva, va a depender en gran medida de que dispongamos de una buena foto vertical u horizontal.
La fotografía es el elemento más flexible de este sistema organizado que llamamos página. Son lo primero que puede modificarse: agrandarse, recortarse, eliminar o crecer en número porque donde hay una se pueden poner dos, tres, "o las que sean". Curiosamente suele haber consenso al comienzo del proceso de maquetación para que las fotos sean grandes; a nosotros porque las páginas suelen resultar visualmente más atractivas, a los redactores porque les supone escribir menos y para los fotógrafos porque así su trabajo se publicará con más importancia (es también curioso que los "foteros", como se les llama en los periódicos, parezcan incapacitados para visualizar mentalmente una página y que sólo vean las fotos, pero ése es otro tema). Una vez que el día avanza y el espacio escasea porque se quiere publicar todo, el tamaño de las imágenes empieza a sufrir recortes. Un fenómeno que también afecta a las fotografías es el de la crónica que no llega o que cuando llega ocupa tan sólo la mitad del espacio que tenía asignada. Entonces sucede lo contrario y veremos publicadas imágenes en ocasiones mediocres a un tamaño desacostumbradamente grande porque "tenemos que cerrar y ya no nos da tiempo a escribir más. Luego en segunda edición lo arreglamos". Y se queda igual, claro.
Existe una máxima en la fotografía que dice "menos es más", y que puede resumirse en que menos elementos crean menos confusión dentro de una composición fotográfica y además concentran toda la fuerza en el elemento que nos interesa. Es aplicable palabra por palabra al diseño. Por eso, casi siempre es mejor una foto que dos en una página y, sobre todo, para una noticia; principio éste que resulta muy difícil de entender a los redactores de mente sencilla, a aquellos que se apoyan en la lógica primaria de que si uno es bueno, dos será el doble de bueno, cuando lo que suele suceder en lo relativo a las fotografías juntas es que la fuerza total se divide entre dos, cuando no se anulan por completo una a la otra, y el impacto que causa la página también. Menos es más es uno de los más conflictivos puntos de choque entre redactor y maquetador que menos esperanzas tenemos de que lleguen a comprender y aceptar.
Fotografía es todo lo anterior y además una afición; un negocio; arte; una profesión y una disciplina académica;
pruebas judiciales y la prueba de que los hombres estuvieron en la Luna... con una Hasselblad; fichas policiales y documentos de identidad; publicidad; una máquina para viajar al pasado; complemento de bodas y bautizos, no de funerales; la razón de ser de Photoshop; es el soporte para el cine; magia; periodismo; es lo que tienes que traerme para que hagamos una página, porque "si no hay foto... no hay página".

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.

domingo, 6 de abril de 2008

Kleinbuchstaben in München

O sea, encajabaja en Múnich. Y es que nuestro blog se ha desplazado esta semana hasta la capital de Baviera acompañando al Getafe C.F., ese equipo de fútbol modesto y simpático del sur de Madrid que el jueves convirtió en proeza su partido de ida de los octavos de final de la Copa de la Uefa nada menos que contra el todopoderoso Bayern de Múnich en su flamante y ultramoderno estadio, el Allianz Arena.


El enviado especial de encajabaja (en primer término) en esta ocasión ocupado en los contenidos en vez de en el diseño de las páginas, redacta una columna para el periódico, junto a los cronistas de ABC y de El Mundo, nuestra amiga y compañera Elena Isardo. Al fondo, el enviado del diario El País.


La ciudad es bellísima, moderna y antigua a la vez. Todo funciona con una perfección que parece normal pero que quien no vive en esta parte de Alemania admira asombrado, nos reciben además con una hospitalidad que no esperamos y lo único que encontramos parecido con nuestro país es la facilidad con la que la prensa monta una polémica.

Parece ser que al presidente del Geta no le sentó bien que Beckenbauer no nos conociera. "Pues nos va a conocer"

La capital de Baviera, una absoluta maravilla

Sírvase usted mismo, coja el periódico que quiera... y deje el dinero. Parece ser que la confianza es moneda corriente. No tuve que mostrar ningún documento de identidad al pagar con tarjetas, o en el hotel... a excepción de en los aeropuertos, claro

La afición, sin embargo, dio ejemplo a sus presidentes de buen rollo y exquisita deportividad. La hospitalidad de los muniqueses, sobresaliente

Claro que con una taberna así, todo resulta mucho más fácil. Exterior de la mundialmente famosa Hofbräuhaus...

... Y una muestra del interior. Pequeña muestra, porque tiene capacidad para 4.000 personas. Sí, 4.000, en tres plantas de un edificio inaugurado en 1589 y que tiene más vida que cualquiera de los que se puedan nombrar nacidos en este siglo. La cerveza, en jarras de litro. Y salchichas, muchas salchichas. Todo a ritmo de alegre música bávara


Llega el día de partido. Hace mucho frío, por la mañana ha estado nevando y llueve a ratos agua helada que el viento, helado también, nos lanza a la cara. Pero el calor lo llevamos dentro y ni los elementos van a poder con el Geta y su gente. Marienplatz, la Plaza de María, centro del casco antiguo con su deslumbrante Ayuntamiento nuevo, se llena de camisetas azules y banderas de España y del Getafe. Allí cogemos el metro, qué envidia de transportes públicos, tranvías incluidos, hacia el estadio. Faltan apenas dos horas para que nos empiecen a conocer.




El Allianz Arena cuando llegamos, sobre las siete de la tarde, todavía sin iluminar

Mientras que en España tenemos al Tío Paco empujando el carrito con las banderas, en Alemania utilizan un Mercedes

Las leyes y las medidas de seguridad se cumplen en los países civilizados (¡que sí!). Los aproximadamente 50.000 espectadores fueron cacheados, todos, uno a uno, para lo cual este estadio cuanta con una entrada propia para mujeres, con personal femenino de seguridad

El estadio, compuesto por paneles de ¡aluminio translúcido! comienza a iluminarse según anochece... y entonces comienza el espectáculo que supone el hecho de contemplarlo

Bayer Múnich-Getafe C.F. No puedo creer lo que fotografío

Y encima, marcamos a un minuto del final para empatar un partido que comenzó con el Bayer prácticamente arrollándonos.


Un victorioso empate que no empañó el espíritu de concordia en la grada. Nuestras entradas estaban en una zona vip (no sabemos realmente por qué) junto a invitados destacados y antiguos jugadores del Bayern. Cuando marcó el equipo local, uno de ellos me "invitó" a que me levantara y aplaudiera el gol de su equipo. Me levanté, aplaudí el gol del Bayern, me hizo OK con las manos y entonces, por señas, le invité a que hiciera él lo mismo cuando marcara mi equipo. Ya!, ya!, por supuesto, afirmó enérgicamente con la cabeza. Pero no fue así. Después de saltar, gritar y abrazarnos me volví y allí estaba, sentado, levantando la cabeza que tenía tapada con las manos; me miró y no pude hacerle que cumpliera, tan sólo le tendí la mano, dudó y finalmente me la dió. Fuerte. Y sonreímos. A la mañana siguiente, en el aeropuerto, descubro en el periódido que se trata del mítico Klinsmann, a quien no reconocí. No me digáis nada, ya me lo he dicho yo todo. Otros sí supe quién eran.


Algunas caras conocidas, en este caso la de Emilio Butragueño, se acercan hasta nosotros y nos piden amablemente salir en encajabaja. Cortesía, obliga, faltaría más

Sin palabras. Sólo luz


Al día siguiente volvemos a Madrid. Los periódicos alemanes hablan ya de otra manera de nosotros, aunque no sabría precisar exactamente cómo. Pero estoy seguro de que ya nos conocen, como también yo les he conocido a ellos, grandes personas, pero grandes de verdad, un gran equipo con una joya arquitectónica de Estadio...


... y, sobre todo, una inolvidable ciudad de Múnich. Auf Wiedersehen y hasta siempre.




Reportaje fotográfico: Mario Benito y Alejo

viernes, 4 de abril de 2008

La mayor colección de prensa histórica española

Nuestro compañero y, sin embargo, amigo Nacho Arbalejo, nos manda esta noticia sobre la reciente apertura del archivo histórico de prensa española, la colección más grande del mundo, aunque con notables ausencias.

Publicaciones antiguas en Internet

Hace ya más de una década que finalicé esa tan denostada carrera universitaria con el sobrenombre de Periodismo. Entre las frías paredes de hormigón de su facultad (pensada por los arquitectos para encerrar a las chicas que transgredían la ley) albergaba (y me imagino que todavía permanecerá) un depósito de publicaciones históricas constreñidas en microfilmado. Para poder acceder a la información de las páginas de días, años y siglos pasados era preciso situar tal prodigio de miniatura en un artefacto pensado para proyectarlo en una gran pantalla que podía pasar las páginas a gran velocidad con una rueda. Además, ese archivo es de acceso restringido a estudiantes y profesionales.

Sin embargo, a partir de esta semana y gracias a una iniciativa del Ministerio de Cultura, todo el mundo tiene acceso a la Biblioteca Virtual española de prensa histórica, un portal internaútico donde se pueden consultar hasta 1.960 cabeceras de prensa histórica en nuestro país. La brillante recopilación gana por puntos al resto de las propuestas en el resto de Europa, ya que ninguna allende los Pirineos alcanza tres millones de páginas digitalizadas y la nuestra apunta los cuatro. Aunque la primera publicación periódica española fue la "Gaceta General", publicada regularmente desde 1697 con el título de "Gazeta de Madrid" (hoy Boletín Oficial del Estado), la más antigua recogida en esta colección es "La Prensatriz salmantina", datada en el año 1777 y conservada en la Biblioteca Pública del Estado de Cáceres.

A la izquierda, "El Redactor General", de Cádiz, en el día en que se promulgó la Constitución Española de 1812. A la derecha, "La Gorda", periódico liberal fundado en 1868.

Ahora que se está celebrando el bicentenario de la Guerra de la Independencia, es interesante cómo en aquel período que transcurrió entre 1808 y 1814, la libertad de pensamiento político promovió también una profusión en la actividad periodística que se puede consultar en este archivo. Según declaró Rogelio Blanco, director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, "con la iniciativa se ha democratizado el acceso a materiales que, en general, y debido a su deterioro, estaban reservados únicamente a pocos investigadores y en condiciones con frecuencia muy limitadas". El Ministerio tiene previsto incluir en fases sucesivas colecciones de las Comunidades Autónomas y provincias que aún no están en la base de datos. A ver si es verdad porque, aunque la colección es la mejor de Europa, tiene lagunas importantes como "El Sol", "El Imparcial" o el "Arriba", entre otros. Lo último que nos queda es dar la referencia de la página web, que es http://prensahistorica.mcu.es/

miércoles, 2 de abril de 2008

Pequeñas (y baratas) joyas (I)

Tengo que confesar que soy un asiduo de la sección de libros de Vips, la cadena mitad tienda, mitad restaurante. Lejos de la fama de cara que tiene la cadena (que también), tiene una sección de saldos de libros impresionante. Normalmente suelen ser libros de formato grande, muy bien editados, de muchas páginas y de temas muy variados (arquitectura, diseño industrial, decoración, fotografía).

Entre esa pila de libros, mis favoritos son los de fotografía y los relacionados con la prensa. No es muy habitual encontrarlos, pero de vez en cuando puedes encontrar pequeñas (y baratas) joyas. Yo he encontrado varias. Hoy os traigo una:

Front Page: Covers of the Twentieth Century




Editado por Weidenfeld & Nicholson y con textos de Stéphane Duperray y Raphaële Vidaling (entre otros), el libro está dividido en dos partes. La primera disecciona las portadas de varias revistas como Elle, Esquire, Fortune, Life, The New Yorker o Stern, así hasta 28 revistas distintas. En cada una de las revistas los autores dan una breve explicación sobre la publicación: historia, inspiración, hitos, etc. Así, por ejemplo, nos enteramos de que Harold Ross, creador de The New Yorker, era un gran admirador de la revista satírica alemana Simplicissimus, y de ella bebió para crear el semanal norteamericano; o que la revista National Geographic nació como una publicación científica y poco accesible, pero Edwin Grosvenor, uno de sus primeros directores, decidió que no era el camino correcto y que había que socializar la revista.

Así es una página de libro, en este caso dedicada a la revista Simplicissimus

La segunda parte está dividida, a su vez, en otros dos bloques: grandes temas,como la guerra, moda, deportes o arte; y personajes: desde Churchill hasta Mao pasando por Grace Kelly o la familia Kennedy. Aquí podemos encontrar las mejores portadas Off the page (aquellas en las que parece que el protagonista rompe el papel), las mejores portadas ilustradas o el tratamiento en portada que dio la revista Life a la Segunda Guerra Mundial o la guerra de Vietnam. Entre otros temas.

En el apartado de personajes hay varias portadas dedicadas a los Beatles, a Marlene Dietrich (nada menos que ocho portadas de la rival de Garbo, como la califican en el libro), Sophia Loren (otras ocho para el "sueño de cualquier fotógrafo") y, cómo no, Marilyn Monroe, la mujer más fotografiada del mundo y que en el libro cuenta con seis páginas de portadas dedicadas a la ambición rubia.

Extracto de una página con portadas dedicadas a Marilyn

Una auténtica joya que encontré por unos 15 euros y que podéis comprar en Amazon.com por unos 30 dólares. 100% recomendable.

lunes, 31 de marzo de 2008

Diseñario (XI)

Nueva cita semanal de los lunes con el Diseñario, obra irreverente, colectiva, ardua (que le pregunten al comité de expertos de encajabaja), y abierta a vuestra participación por medio de comentarios o del correo electrónico.




F


Familia. Conjunto de fuentes que forman una unidad tipográfica, en base a sus características comunes aunque también a sus diferencias. De ahí lo de familia, porque guardan cierto parecido... aunque cada miembro sea distinto. Están basadas en un mismo tipo, pero presentan algunas variaciones, básicamente en grosor y anchura. Están las finas, las redondas, las negritas, las cursivas, las expandidas y condensadas.... Aunque hay clasificaciones de familias dispares. Algunos agrupan las fuentes en familias por sus ascendentes estéticos, por sus tipos de remates o por su origen geográfico, pero realmente, una familia (la de la Helvética, por ejemplo) es la relación de fuentes desde la más fina a la más gruesa, con todas sus variaciones. Esto provoca algunos malentendidos. Por ejemplo, que algún redactor pida que le suban una familia a un título. Evidentemente lo que el pobre hombre quiere es que se aumente el grosor del texto, es decir de regular a bold o de bold a black. Pero es una incorrección, porque las familias no se suben. Tan de la misma familia son todas las variaciones de grosores como las anchuras. ¿Cómo se pasa de una redonda a una cursiva? En todo caso, estaríamos hablando de fuentes, aunque éstas tampoco se pueden subir o bajar aunque es una convención que se acepta para pasar de un menor grosor a uno mayor.

Filete. Elemento gráfico que forma una línea recta entre dos puntos y que varía tanto en grosor como en longitud. Se usa, fundamentalmente, para separar elementos gráficos y/o textuales entre sí, de tal manera que cuando no sabes cómo separar varios temas siempre hay uno que te dice "ponle un filete". Si es de orientación vertical y entre columnas de texto se le llama corondel y suele ser de grosor fino (entre 0,2 y 0,5 puntos). También se utiliza en ocasiones para separar las columnas de un mismo texto, como en un apoyo, por ejemplo.
Dependiendo del grosor se le puede llamar de distintas maneras: filete ultrafino, filete fino (o corondel si es vertical), filete o luto, cuando es de tres o más puntos. Algunos también lo llaman, filetaco por lo grueso del mismo. También tiene distintos nombres según lo ornamentado que vaya: sólido, doble, fino, fino-gordo, gordo-fino, fino-gordo-fino (y todas las combinaciones entre estas dos palabras), punteado, de borde redondeado, de media caña, etc. Lo que se te ocurra.
Segunda acepción: lo que le apetece comerse a los redactores/maquetadores del periódico cuando llevan una dura jornada de trabajo y solo han ingerido un sándwich de plástico de la máquina. Quién no ha oído alguna vez: "cuando salga de aquí me voy a meter un filetazo...".
Darse el-: demostración de afecto que se produce entre dos miembros de la redacción bajo el mismo techo y/o en horario laboral. Ya se sabe, el roce hace... el filete.

Firma. Nombre(s) del autor(es) de una información, una foto, una ilustración, un gráfico, etc. (prácticamente se puede firmar cualquier cosa). En los periódicos la firma suele ir antes del texto principal, aunque en algunos diarios va al final del texto o incluso dentro del mismo, con la consiguiente confusión. La firma, no obstante, se diferencia tipográficamente utilizando cuerpos más pequeños, o incluso con otro tipo de letra, que los del cuerpo de texto. Puede ser un nombre personal, cuando se quiere identificar claramente al autor de la misma, o el nombre del medio cuando no se quiere identificar.
En un sentido global de la palabra, las firmas son algo importante para los periódicos porque le dan prestigio y solvencia ideológica al periódico. Cuantas más variadas sean, más rico es ideológicamente.
Otra forma de firmar un texto, foto, etc., es a través del seudónimo o alias. Muy utilizado en periódicos, no es más que un nombre ficticio que acompaña al original o lo sustituye. A veces se utiliza para simplificar el nombre original de una persona (Robert Capa se llamaba en realidad Hernö Andrei Friedman). Fígaro no era otro que Mariano José de Larra, Vázquez Montalban usó varios: Sixto Cámara, La Baronesa d´Orcy, Luís Dávila, Manolo V el Empecinado; así como Azorín fue bautizado José Augusto Trinidad Martínez Ruiz. Aunque actualmente está algo en desuso también tenemos a Erasmo o a El Roto e incluso hubo una asignatura en el Máster de Periodismo de la UCM 2006/2007 denominada Seudónimos Periodísticos del Siglo XIX y XX, con nada más y nada menos que cuatro créditos.
De firma, deriva una enfermad bastante común en los periódicos, la firmitis y que tiene un síntoma claro: querer que tu nombre vaya más grande que el de los demás. Si la firma normal va a un cuerpo 7 yo quiero que la mía vaya al cuerpo 8 y en versales, porque así la mía es más grande que la tuya. Hay algunas de estas firmas que, incluso, tienen su propia hoja de estilo.
La denominada huelga de firmas es una protesta que llevan a cabo los redactores del medio por cuestiones laborales, económicas o de otra índole. También puede ser personal, es decir, que un periodista no quiera firmar una información porque haya sido modificada por la jefatura del medio, ya sea añadiendo ideas no concebidas en el artículo original o por suprimir algunas de las que se presentan en el texto. Este derecho a no firmar un artículo está regulado por la clausula de conciencia.

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jueves, 27 de marzo de 2008

Romper el ritmo

Igual es cosa mía. Quizás sean los años, pero... a mí las siluetas me cansan. Me agotan. Y cuando veo muchas juntas... me aburro. Supongo que no os pasa a todos y que puede ser una manía mía. Entiendo que eso es algo que depende de la línea gráfica de la publicación, y que igual que en el periódico pueden ser útiles pero con medida, no sea que se nos arreviste demasiado la cosa, en un suplemento son fundamentales, por lo espectaculares y dinámicas que son. A ver. ¿Podríamos hacer una publicación sólo con siluetas? Pues sí, supongo. ¿Y sin ellas? Pues también, imagino. Pero a lo que yo voy es que no hay que ser dogmáticos. Porque al final, no hay soluciones buenas malas en sí mismas, si no mal empleadas o páginas torpemente resueltas.

De todas formas, soy firme defensor de la teoría de "menos es más" (o como decía acertadamente mi colega Mario en su último post, mejor un puñetazo que dos sopapos). Y me gusta utilizar siluetas como al que más, pero cuando se repiten mucho, pierden su capacidad de sorpresa y por encima de todo, se trata de controlar el ritmo gráfico en toda una publicación. Y a veces, romperlo puede ser una buena opción.

Este ejemplo me ocurrió en el último suplemento de motor del periódico. Tradicionalmente, las siluetas de coches funcionan y las aperturas o las pruebas, comparativas, etc. las emplean profusamente. Y está bien, porque es una forma de decir: son los absolutos protagonistas, fija en ellas toda tu atención. Y son espectaculares, y te imaginas dentro del coche... Y cuando llevo diez páginas así, a mí me parecen todos los coches iguales. Lo ideal es buscar un contrapunto, un equilibrio. Para una apertura fuerte, las siluetas funcionan. Fijaos en la serie de tres páginas. Bien resueltas, creo yo. El orden de la página influye mucho en esto, ya que con mucha foto el ojo necesita equilibrio, y éste se obtiene con orden. Tras la apertura, otro par de páginas más y el tema empieza a pedir a gritos algo más, algo distinto, quizá un fondo, algo de contraste. O empieza todo a ser lo mismo.

Ejemplo de apertura. Las siluetas funcionan adecuadamente.

Un simple fondo negro vuelve a llamar la atención del lector.

Con la página de Jaguar lo intentamos y creo que quedó bastante resultón. Utilizamos la foto tal cual, sin tocar para nada el fondo, y colocamos el texto calado en positivo y negativo (que a muchos no gustará, pero hay que asumir riesgos ¿no?) y los filetes de puntos para darle algo de volumen a la mancha negra y así evitar el posible efecto que todos temíamos: que pareciera una publicidad a mitad de página. Y para no restarle impacto visual, las fotos de abajo las pusimos con fondo, normalitas, para que se vieran los coches y algo más, por poquito que fuese. A mí, personalmente me gusta. Y consigue que me vuelva a parar en el tema tras las abundancia de siluetas en las primeras páginas. Vuelve a llamar mi atención. Y eso, precisamente era lo que intentábamos.

miércoles, 26 de marzo de 2008

El mundo al revés

No me he podido desembarazar aún de la resaca electoral y han pasado ya más de dos semanas. Puede que en parte por el susto del terrible y cobarde atentado y por lo que empezó a parecerme una utilización oportunista del mismo, en especial en los medios de comunicación afines al Gobierno. Las palabras de la hija de Isaías Carrasco llamándonos a todos a votar después de recordarnos que su padre había muerto por defender la libertad y las ideas socialistas fueron emocionantes y ciertas, pero que las repitiesen en radio y televisión, más en unas cadenas que en otras, durante la mal llamada jornada de reflexión en la que nadie reflexiona, una y otra vez, otra vez y una más, me revolvió el estómago porque temí que volviéramos cuatro años atrás, cuando el entonces Gobierno del Partido Popular quiso defender sus votos por encima de los muertos en los trenes de cercanías de mi ciudad.

Evidentemente, no llegó a tanto, ni la conmoción general fue la de entonces, pero hubo un atisbo, una pequeña insinuación de ese poder siempre dispuesto a lo que sea para seguir siéndolo.

Y le pudo salir tan mal como le sucedió a la derecha cuando perdió las elecciones, porque en el mundo de la comunicación no existen las relaciones directamente proporcionales que nos enseñaron en matemáticas: haces esto y, necesariamente, sucede esto otro. No, al menos no siempre. Haces esto y, tal vez, sucede esto otro... o bien lo de más allá... o nada, o todo a la vez. Y todo a la vez se te vuelve en contra. Quieres rentabilizar en votos un atentado que has sufrido con toda injusticia, pero la gente te aborrece por querer utilizar un atentado electoralmente, aunque tengas incluso razón. Y puede que no te voten quienes te fueran a votar. Si además tus razones son mentiras... pues entonces podría darse hasta el caso de que pasaras desde la mayoría absoluta a la oposición.

Son las paradojas sociales. Con el estómago aún revuelto y la resaca que no se me quita recuerdo un interesantísimo libro de Manuel Conthe publicado por Planeta en 1999 con el título de "El mundo al revés. Una aproximación a los juegos y paradojas sociales". Conthe, abogado y economista nacido en 1954, ha sido entre otras cosas secretario de Estado de Economía, representante español ante la Unión Europea para asuntos económicos, miembro del Banco Mundial en Washington, además del más polémico director de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de nuestro país (creo que es al único director de esa institución que se recuerda, de donde dimitió por su enfrentamiento con el Gobierno socialista que lo había nombrado tal vez porque desconocían que una de las principales preocupaciones de Conthe es la independencia), y colaborador siempre en distintos medios de comunicación de uno y otro signo, desde "El País" hasta "Expansión" o "Actualidad Económica". Con todo, lo más interesante para mí es su manera de escribir llena de ritmo y amenidad sobre esos efectos contrarios en política o economía, como cuando se endurecen las leyes del despido para intenta frenar el paro... y lo que se consigue es acelerarlo porque con esas medidas los empresarios no contratan a nadie. O como él mismo resume en la introducción "la proposición keynesiana de que para elevar el ahorro colectivo hay que aumentar la demanda" (o sea, que para poder ahorrar, alguien debe gastar), "como sucede en la paradoja de la cooperativa"; "la constatación de que ser racional puede ser una fuente de debilidad y estar loco, en cambio, puede granjear poder" (¿conocen algún gobernante o jefe así?); "la sorprendente doctrina de que cuanto más deba una persona menos vulnerable será frente a sus acreedores"; o "la tradicional teoría de la disuasión, según la cual 'si quieres paz, prepara la guerra'". Es una pequeña muestra de lo que nos cuenta Conthe, el libro no se puede resumir porque cada línea cuenta cosas y casos sorprendentes.

También se pone el mundo al revés haciendo páginas, claro. El conocido principio del "menos es más", del que tanto hemos hablado y hablaremos, es la sentencia paradójica por excelencia: ¿cómo que menos es más? Pues porque resulta ser cierto, porque queriendo aumentar la fuerza con dos golpes, lo que hacemos es divivirla... y es mucho más efectivo un puñetazo que dos sopapos.


Intentemos terminar ya con estas interminables elecciones. La primera versión corresponde a la apertura de las páginas de Nacional que hicimos en el diario El Mundo el día después, y la segunda con la que no hicimos porque pocos creen en el "menos es más". Se pretendía ilustrar la supuesta "caída" de Mariano Rajoy con un montaje de tres fotografías a cinco columnas de la sede del partido en la que se "descolgaba" un cartel con la imagen de su líder. Tres fotos, porque alguno da por sentado que con una imagen no se entiende que se descuelga el cartel. Mejor tres que una, ¿no? Pues no. Y no sólo eso, además quisieron añadir otra foto más, porque Acebes ha dado una rueda de prensa y tiene que salir porque titulamos por ahí (como si hiciese falta verle), motivo por el cual el montaje superior perdió fuerza compitiendo con la anodina imagen inferior. Como perdió fuerza el mensaje que se pretendía transmitir. En definitiva, resultado contrario al esperado... pero no tan alejado de la realidad, porque otro día después Rajoy anunció que se quedaba, que no se descolgaba de la calle Génova, con lo cual que hubiéramos fallado en nuestra página del día anterior supuso... que el fallo fuera menor. Paradojas.

lunes, 24 de marzo de 2008

Diseñario (X)

El Diseñario vuelve a su cita semanal de los lunes después del paréntesis de la Semana Santa, aunque todavía sea fiesta en determinadas comunidades. El comité de expertos de encajabaja sigue adelante con esta obra irreverente, colectiva y abierta a vuestra participación por medio de comentarios o del correo electrónico.




Entradilla. Es como el 'hall' de la noticia. Cuando llamamos a una puerta y nos abren lo primero que vemos es el recibidor. Eso es la entradilla, las palabras que nos reciben. Es un bloque de texto que precede al principal y que hace un pequeño resumen de éste o introduce al lector en el tema comentando las noticias previas relacionadas con él. Clásicamente se consideraba entradilla al primer párrafo, en donde se contestaban las cinco preguntas básicas de las que informa la noticia (las famosas 5 W en inglés: quién, qué, por qué, dónde y cuándo) aunque hoy en día esta técnica se utiliza arbitrariamente.
Desde el punto de vista del diseño, la entradilla no está incluida en el texto principal. Se diferencia con distinta familia, estilo (suele ir en negrita con frecuencia), cuerpo e incluso ancho de columna. Parece ser que lo que se lleva ahora es no utilizar este elemento al diseñar las páginas. "Es como muy antiguo, ¿no?", te dicen. Esto sucederá hasta que pasado un tiempo alguien piense que lo moderno sí sea usar entradillas (en realidad siempre ayudan y es un nivel más de lectura) y entonces volveremos a verlas aparecer por los periódicos... si no han desaparecido todos antes, claro, porque "son todos como tan antiguos, ¿no?"

Equilibrio. Armonía razonable entre todos los elementos de una composición. De su compensación y orden dependerá en gran medida su capacidad de lectura. Aunque para equilibrios, los que tiene que hacer un maqueta que se precie para conseguir conjugar las peticiones de los redactores (que no son nada caprichosos) con las directrices de diseño que marca el libro de estilo de un periódico (que libertad, la verdad, no da mucha). Un buen maqueta está continuamente contrapesando lo que puede y no puede hacer. Y si encima, hace lo que debe, pero pareciendo que hace lo que quieren los demás, entonces el equilibrismo es doble.

Errata. Nos persigen. Y nosotros a ellas, para retirarlas como si fueran replicantes, y no las encontramos porque como lágrimas en la lluvia utilizan técnicas de camuflaje avanzadísimas: se ponen delante de nuestras narices, abiertamente, en el lugar más visible, al comienzo de un texto (errata conocida como "la primera en la frente"), en los títulos, en el pie de foto más comprometido... allí donde no pensamos que pueda suceder y donde más jode cuando sucede.

Escaqueo. Habilidad para no estar en el sitio adecuado en el momento más inoportuno. Esto es, desaparecer cuando hay que trabajar. O permanecer quieto, muy quieto... a ver si no me ven. Entre las habilidades asociadas al escaqueo se cuenta la facultad de utilizar la pantalla del ordenador de manera que, sin hacer nunca nada, parezca a quien la mire que se está trabajando, y mucho (cuentan que hubo incluso quien escaneó una página a medio hacer para tener luego abierta esa imagen en el photoshop simulando así que trabajaba, incluso miraba esa pantalla durante horas si era preciso con tal de no hacer nada). Eso sí, aunque el fin último del escaqueo es no hacer nada, poder llevarlo a cabo requiere el constante esfuerzo de estar muy alerta ante cualquier cosa que suponga hacer algo, para evitarla, motivo por el cual se requiere un carácter especial incapaz, por ejemplo, de sentir el aburrimiento que conlleva el escaqueo continuo y el tedioso esfuerzo para lograr escaquearse.

Estilo. No nos engañemos. O se tiene, o no se tiene. Porque tener estilo propio es algo que diferencia y sitúa en el mapa, y más, en este mundillo repleto de excelentes copiones y adaptadores de ideas. Hablando estrictamente de diseño, el estilo es la impronta, el sello propio, la comprobable unidad en lo que se hace, la coherencia a la hora de desarrollar gráficamente una publicación . Y como en la vida, o lo tienes…o lo compras. Y caro. Lo cual significa que se puede adquirir, pero no que se sepa gestionar. O que te siente bien. Porque el estilo es una cualidad intelectual, que no estética, por mucho que se empeñen muchos artistas en buscarlo tras chaquetas de pana, monturas negras de pasta y poses de estrellas del rock. El estilo se forja currándoselo día a día, como en la vida misma…
En otra acepción mucho más técnica, un estilo es el la herramienta de Quark que hace que todo un párrafo tenga las mismas condiciones tipográficas y al que siempre le falta su homólogo de carácter.


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viernes, 21 de marzo de 2008

85 años de Time

La revista norteamericana Time ha colgado en su página web sus mejores portadas con motivo de la celebración de su 85 aniversario. Pero ya sabemos que esta revista no es una revista cualquiera. Y es que el semanal ha decidido también publicar las peores portadas de sus más de ocho décadas de existencia (y las hay realmente feas). Y además ha abierto una encuesta para que los visitantes de la web puedan decidir cuál de todas es la peor (difícil elección, os lo aseguro).

Así que ya sabéis, degustar las magníficas covers de la revista americana y a votar cuál de todas es la peor. Os dejamos una muestra.

miércoles, 19 de marzo de 2008

La Polaroid ha muerto, viva la Polaroid

Quizá ustedes ya lo sepan, o quizá no, pero, por si acaso, se lo cuento. La Polaroid tiene los días contados. Puede sonar un poco fuerte, pero es así. Concretamente le quedan los días que restan de hoy hasta principios de 2009, que es la fecha en la que ya no se podrán comprar carretes para estas famosas cámaras fotográficas.

Típica imagen Polaroid (http://look-closer.net)

Pero vayamos al principio de la historia. El invento de las cámaras Polaroid se remonta hasta el año 1947 cuando el que se presume fue su creador, Edwin Land, presentó la primera cámara capaz de revelar y positivar la imagen en tan sólo 60 segundos. Su nombre, Land Camera. Diez años antes, Land había fundado la Polaroid Corporation, que coincide con el nombre del plástico sintético que él mismo patentó en 1929 y que posteriormente desarrolló en 1932.

Polaroid ya había cambiado la historia de la fotografía, pero todavía no era popular entre la población. Para eso tuvo que esperar hasta 1948, cuando con el "baby-boom" los padres norteamericanos se dedicaron a fotografiar a sus hijos para plasmar cada segundo de su vida en este planeta. En la década de los setenta, Polaroid sacó al mercado la mítica SX-70 (la que parecía un transformer), todo un bombazo que llevó a la compañía al estrellato. Aunque poco después se sumió en una crisis financiera al intentar salvar su independencia y evitar ser absorbida por otras compañías. En 2001 Polaroid se declaró en bancarrota, aunque con la mirada puesta en nuevos mercados, como las cámaras digitales (muy atrás todavía) o los televisores de alta gama.

Cámara SX-70, todo un mito

Entre todos estos años, la historia es más o menos conocida, y quien más, quien menos ha tenido en sus manos uno de estos magníficos inventos y agitaba las fotografías con energía para que salieran antes. Incluso se ha llegado a ver (sí, yo la tengo), Polaroids con radio incorporada (una locura). Auténticas joyas que sólo podremos disfrutar hasta que se agoten los carretes allá por 2009, aunque algunos de la marca Fujifilm son compatibles.

Warhol vestido de mujer en una Polaroid

Pero más allá de eso, la Polaroid permanecerá siempre en nuestro subconsciente colectivo. Warhol la usó hasta la extenuación, sus colores surrealistas (no se me ocurre otro calificativo) son ya una frase hecha ("queda chula, parece hecha con una polaroid"), han sacado multitud de libros con las mejores y más raras fotos, es fetiche de multitud de fotográfos, buenos, malos, anónimos y famosos, en los 80 no eras nadie si no tenías un retrato hecho con una e incluso daban un poco de mal rollo cuando la recibes en un sobre porque te recuerda a los secuestros de las películas de Hollywood, esas en la que la banda inferior de la foto pone con rotulador negro, mala letra y faltas de ortografía: "tenemos a tu mujer, danos 10 de los grandes o la matamos".

"The Polaroid book", editado por Taschen

En Internet ya proliferan los típicos webs que intentan recopilar la mayor cantidad de polaroids o los museos de cámaras instantáneas, porque, no nos engañemos, perder la Polaroid es perder una parte de la historia de la fotografía, una parte, incluso, de las historias personales de cada uno.

Así que ya sabes, cuando veas una Polaroid sonríe, puede ser la última vez que veas una y no querrás salir mal, verdad.

P.D. Para nostálgicos. Hay alguna web donde todavía se pueden comprar modelos retro, pero totalmente funcionales de estas cámaras.

lunes, 17 de marzo de 2008

Diseñario (IX)

El Diseñario vuelve a su cita semanal de los lunes porque el comité de expertos de encajabaja, inasequibles al desaliento, continúan sus arduos trajabos en esta obra irreverente, colectiva y, ya sabéis, abierta a vuestra participación por medio de comentarios o del correo electrónico.





E



Edicomp. Antiguo programa informático de fotocomposición creado por la compañía española Protecsa (Promoción Tecnológica y Comercial, S.A., empresa ligada a Tajamar, Instituto Tecnológico y Gráfico perteneciente al Opus Dei que cuenta con una reconocida enseñanza en Artes Gráficas a nivel de Formación Profesional) en el que se diseñaban las páginas por medio de claves sin poder visualizarlas. Fue usado en 'Alerta', 'El Mundo', 'Marca', 'Diario de Navarra', 'Diario 16', sus múltiples revistas y en muchas otras publicaciones. Famosísimas sus colecciones de formatos y sus 'errores lógicos' por ilógicos. En la última versión (Edicomp 4000), ya se podían visualizar las páginas modularmente, es decir, que sólo se veían bloques como si fuera el Tetris. Tenía también su propio hardware, con terminales diseñados ex profeso para este "sencillo" programa y con los que sólo se podía editar textos, además de "estaciones" con pantallas mucho más grandes dedicadas al diseño.
Todavía hoy, hay gente que utiliza la terminología de Edicomp para pedir sus páginas y se oyen frases como: "Quiero un 2h3 en la página 5" (2 líneas de titulo en Helvética en tres columnas) o "Le falta el FFO" (la firma de foto). Como todavía hoy se recuerdan los escalofríos que sentimos la primera vez que vimos tan curioso sistema y, sobre todo, tuvimos que sentarnos ante una de sus "estaciones" para hacer una página. Tampoco faltan nostálgicos e incluso se han oído elogios hacia él. De verdad.

Editar. Es la clave de este negocio. Porque más allá de reglas estéticas y de castillos de naipes, a lo que nos dedicamos es a informar, y eso implica una buena edición. Esto es, trabajar, trocear y presentar la información de manera que te asegures que el mensaje llega lo más claro posible y a la mayor cantidad de receptores posibles. En definitiva, ponerse en el lugar del lector para contarle las cosas de forma que las entienda y le apetezca leerlas. Porque de una buena edición depende no sólo la comprensión del mensaje, sino también que el lector nos acompañe por los vastos espacios abiertos que componen un periódico. Y no sólo de engancharle, sino de hacerle comprender la valoración de los temas, el porqué se relegan algunos al final de la sección y otros saltan a las primeras planas, de proponerle distintas velocidades de lectura, en función de las necesidades del momento. Con una buena edición se controla el ritmo, los niveles de lectura y la jerarquía, la calidad en definitiva de la información que hacemos llegar a nuestros lectores. Esto implica un trabajo coordinado entre los distintos estamentos de una redacción realmente dificil de conseguir. Pero a la hora de poner todo junto, la labor de una sección de maquetación ha de ser la de valorar y jerarquizar toda esa información al servicio de un todo. Como quién monta una película. Por eso a los responsables del montaje cinematográfico se les denomina en inglés editores. Porque con sensibilidad y sabiduría, colocando imágenes una detrás de otra, pero sin perder nunca de vista el significado de cada plano y el total de la obra, consiguen esa magia que se llama ritmo. Lo que hace que, si el contenido merece la pena, el tiempo pase en un suspiro, o que mires ansiosamente el reloj, suplicando que termine esa tortura.

Elegante. Zinedine Zidane. La elegancia, como la estética, es imposible de definir; no se puede racionalizar o, al menos, todavía no lo hemos conseguido. Audrey Hepburn. Los tratados de estética se suelen dividir entre recopilaciones de textos sobre lo que han expresado pensadores históricos acerca de la belleza, y los que intentan encontrar una definición que no se muerda la cola en lo que llaman el fenómeno estético. Boticelli. Ni siquiera se han puesto de acuerdo sobre si lo estético, o lo bello, o lo elegante, es una cualidad propia del objeto estético, o bien se trata de una forma de percibirlo inherente a quien mira. Bodoni. ¿Son elegantes, pues, los tipos de letras, o los diseños; o los vemos elegantes nosotros, algunos de nosotros, unos sí y otros no?
Hay que conformarse entonces con aproximaciones, con asociar lo elegante a lo que tiene proporciones sencillas y perfectas a la vez, a los que es armónico, a lo que resulta agradable a la vista de quienes tienen buen gusto, de quienes lo cultivan -volvemos al círculo vicioso, ¿qué es el buen gusto? ¿apreciar lo que es elegante?-. El Panteón de Roma. Hay que conformarse con intuirla. Acercarse a la elegancia por eliminación, descartando lo grosero, vulgar, forzado, mezquino, exagerado. Bach. Encontrarla entre cosas materiales o espirituales, en la atmósfera de una conversación, en el tono y en la elección de las palabras, el estilo al escribir, o incluso en algunas demostraciones y teoremas matemáticos. Porque hay ropa elegante y maneras elegantes al vertirla; porque hay maneras de comportarse donde se renuncia a la superioridad... de manera elegante. Las formas geométricas. Reconocerla cuando se muestra como una distinción natural y confiar en que quiera aparecer en aquello que hacemos, sin haberla buscado a toda costa, sin forzar sus maneras delicadas, porque sí. Cary Grant.

Encajabaja. Blog de prensa y diseño nacido en el verano de 2007 y dedicado a todo lo relacionado con la prensa, su diseño y los diseñadores. Con especial atención a los casos prácticos, es decir, al día a día en un periódico. A sus páginas.
La historia del blog, vuestro blog, es tan sencilla como la de otros proyectos. Noche de verano, noche de tedio. Se aproximan las doce y el trabajo escasea. Afortunadamente, no pasa nada. Visitando varias páginas web, me asalta una inquietud. ¿Por qué no hacer un blog sobre nuestra experiencia en el periódico, lo que nos gusta, lo que nos disgusta?. Y fue así de sencillo. Poco antes de que acabara mi turno ya había registrado el nombre en blogger. Curioso nombre que tiene también su propia historia: a media tarde, estaba haciendo varias páginas para un tema que quería destacar el periódico. Intentando que quedara bien, oí a mis espaldas. "Luis, por qué no lo intentas en caja baja". El término me hizo gracia porque no lo suele usar mucha gente. Esa misma noche, cuando se me ocurrió la idea del blog, recordé la frase y pensé que podía ser un buen nombre. Acerté, a la gente le trae grandes recuerdos.
A partir de ahí, el primero en unirse fue Rubén, amigo y compañero de viaje de Ediservicios. Más tarde, se incorporaron al grupo Mario y Javi, y por último Quique, los tres grandes compañeros y mejores amigos.
Desde entonces, unos cuantos quebraderos de cabeza, muchas ilusiones, una grandiosa comida en el Rias Baixas, un viaje a Estepona, nuevos y grandes amigos (ché, Norbi) y risas, muchas risas.
Y sobre todo buenas sensaciones por cómo el mundillo del diseño de periódicos en Internet acogió nuestra iniciativa. Menciones en Maquetadores, Cuatrotipos, Visualmente (que tuvo la gentileza y generosidad de nombrarnos su "sucesor"), la revista Tiempo y otras webs. En especial la aparición del blog en la revista de la SND Latina, supuso un espaldarazo que nos permitió ser un poco más conocidos.
Por cierto, el diseño, al que todo el mundo suele aludir, es una plantilla gratuita de Grungy de BlogMundi a partir de Thisaway.

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viernes, 14 de marzo de 2008

Dos rediseños

Los últimos rediseños periodísticos se han centrado en el decano de la prensa semanal en nuestro país, "El Magisterio Español", rebautizado ahora como "Magisterio", tal y como nos contaba esta semana Maquetadores; y en "La Gaceta de los Negocios" que desde el día 12 también se nos muestra distinta.


El rediseño de "Magisterio" ha corrido a cargo del gabinete de diseño Buckenmeyer Communications Design y es el propio Miguel Buckenmeyer quien comenta para los lectores de encajabaja su trabajo.


"El proyecto tiene dos metas principales. Por un lado, se quería actualizar el diseño para que fuese más moderno sin perder la seriedad acorde con la tradición un semanario con 140 años de vida que va dirigido a profesionales en el sector de la educación.
La tipografía refleja un poco esta tensión. La Fedra es muy versátil y contemporánea. Parece una tipografía que acaba de salir al mercado aunque ya tiene siete u ocho años. La Centennial es una serif de alto contraste que en los pesos light y roman recuerda a la Century y en la bold empieza a recordar a la Bodoni. Los titulares en Centennial complementan con un toque clásico la imagen contemporánea de la Fedra. Aparte de ser estéticamente atractiva, la Centennial también es muy efectiva a la hora de titular en castellano. Entran suficiente carácteres en los titulares y el conjunto del titular pesa los suficiente en página cuando tiene mucha extensión o es más pequeña. Por esas razones, nos gustó la Centennial más que otras tipografías serif que probamos. Yo quería haberles empujado hacía una imagen corporativa más moderna y les propuse una cabecera en la Fedra pero al final optaron por mantener la Clarendon.
Por otro lado, el diseño intenta cumplir con las necesidades del cliente. Es una editora no muy grande y de las tareas de diseño y maquetación se ocupa una persona. Nos preocupamos por hacer algo sistematizado y ágil teniendo en cuenta sus limitaciones. Me preocupo mucho para que dure un sistema de diseño. Me decepcionan mucho los diseños inicialmente muy buenos que van diluyéndose a lo largo del tiempo en empresas que no tienen un director de arte fuerte. En estas situaciones, procuro entregar algo cerrado y difícil de no hacer bien.
Como nos pasa a todos, veo cosas que cambiaría si tuviera otra oportunidad. Pero esas ideas las reservaré para otro proyecto."




En cuanto a "La Gaceta Económica", la propuesta es estrenar contenidos y su distribución, cambio de color en la mancheta, de naranja a azul, mientras mantienen el actual formato híbrido de dos periódicos en uno, generalista y económico, con el salmón sólo en las páginas económicas, pero ahora no en toda la página porque en vez de imprimirlo en ese tipo de papel utilizan una trama que abarca sólo la mancha, dejando unos márgenes blancos. Más innovador nos parece la manera de titular, con textos muy largos, incluso con varias frases separadas por un punto, y con un tipo de letra muy condensado, como destacaron en su análisis en el blog Cuatro Tipos. Este rediseño lo ha llevado a cabo Eduardo Cruz, responsable de diseño del propio periódico, a quien también tendremos en nuestro blog en breve para que nos cuente todos los pormenores.


miércoles, 12 de marzo de 2008

Consejos tipográficos

Los libros sobre tipografía suelen ser muchas más veces de las deseables enormes tochos de apariencia espectacular y contenido raquítico, como lujosos estuches vacíos, poco prácticos, excesivamente visuales y muy caros. Pero el que ha publicado hace unos meses Eric Jardí, "Veintidós consejos sobre tipografía (que algunos diseñadores jamás revelerán) / Veintidós cosas que nunca debes hacer con las letras (que algunos tipógrafos nunca te dirán)" es muy pequeñito de tamaño, parece mentira que quepa en su portada un título tan largo, ¿no?, su diseño no quiere llamar la atención sino ponerse al servicio de lo que cuenta, es muy barato y muy, muy práctico. Es todo lo contrario de los libros sobre diseño al uso. Por eso me gusta.


Es práctico cuando aconseja escoger un par de tipos de letras, no hacen falta más, para diseñar un trabajo, tipos que "no comuniquen algo que no deseas comunicar"; prestar atención, mucha, a los tamaños de las letras; condensar o expandir con cuidado; ayudarse siempre "o casi siempre" de una pauta; rechazar las falsas negritas y las negritas romanas, sin miedo incluso a utilizar negritas grotescas en textos con letra romana; o a no escoger fuentes de fantasía, creyendo "como acostumbran los principiantes" que "hay un tipo de letra para cada cosa... una visión ligada a la idea de que saber tipografía significa estar al día de todas las letras disponibles para así poder escoger y acertar con el tema del encargo". Y no. Es curioso e interesante su punto de vista sobre los textos alineados a la izquierda, "en un mundo perfecto", nos dice Enric Jardí, "todos los textos deberían componerse sin justificar y a caja izquierda". Y así está compuesto su libro.




Entre los 22 consejos y las 22 cosas que nunca debes hacer su autor nos habla una y otra vez de "modas", y tiene razón, cuando se pontifica sobre tipografía o diseño en ocasiones solemos señalar como correcto aquello que ahora está de moda, y que antes por no estarlo nos parecía una aberración... hasta que todo da la vuelta y lo aberrante se convierte en lo correcto, que luego aberración será. Tal vez por eso Jardí escribe en su prólogo de "lo que hoy funciona y lo que no" en lo que a tipografía se refiere.

Y como de consejos se trata, me voy a permitir uno para que le hagáis el caso que queráis hacerle, y es el de no seguir al pie de la letra todos los consejos sobre tipografía, aunque estén publicados en libros tan últiles como del que hablamos... y que recomendamos absolutamente, como ya recomendaron antes nuestros amigos de los blogs vecinos CuatroTipos y Maquetadores. Y aconsejo no hacer caso de todos los consejos porque aunque la mayoría son acertados, siempre hay alguno al menos discutible. Porque... qué es eso de utilizar siempre el sistema métrico decimal, ¡no me jodas, Jardí!

lunes, 10 de marzo de 2008

Diseñario (VIII)

Nueva legislatura, aunque no habrá cambio de presidente en España, después de esta "apasionante" campaña electoral y de las reñidas elecciones, y nueva entrega del Diseñario, obra irreverente, colectiva a cargo del comité de expertos de encajabaja, pero abierta a vuestra participación por medio de comentarios o del correo electrónico. Ánimo, no seamos tan tristes y vacíos como los políticos, participemos... que la participación ha sido alta.




Didot. No se trata de un célebre tipógrafo francés creador del tipo de letra que lleva su nombre y en cuyo honor se bautizaron las divisiones del cícero como puntos didot; no. En realidad, Didot es el apellido de toda una familia de impresores y tipógrafos que comenzaron con la empresa fundada por Françoise Didot en 1713 y que llega hasta... ¡nuestros días!
Punto de cícero y tipo de letra deben asociarse a distintos Didot, aunque haya quien quiera unificarlo en una sola persona. Claro que todo queda en casa. En primer lugar, tenemos a Françoise Ambroise (1730-1804), hijo del fundador de la empresa, que en 1760 perfeccionó el sistema duodecimal de medidas en las artes gráficas ideado en 1737 por Fournier, el creador del cícero y sus doce puntos. Didot amplió ligeramente el tamaño de los puntos, desde los 0,350mm. que medían los de Fournier hasta los actuales 0,376mm. del sistema que desde entonces además de llevar su nombre ha sido adoptado en todas las fundiciones e industrias gráficas excepto en Inglaterra (¡cómo no!) y los Estados Unidos (¡qué les vamos a contar!), además de parte de Latinoamérica, donde se utilizan puntos de pica cuya equivalencia con el sistema métrico decimal es de 0,352mm. Cuando hablamos de un cuerpo de letra, siempre está expresado en estas unidades de medida, los puntos didot.
En segundo lugar hay que mencionar a Firmin Didot (1764-1836), segundo hijo del mencionado Françoise Ambroise y nieto del fundador de la saga. A él se debe la creación del que algunos consideran el primer tipo de letra moderno, que lleva ahora su nombre, y con el que en 1798 se compuso el Louvre. Tuvo tanto éxito que Napoleón le nombró director de la Fundición Nacional y su tipo de letra se convirtió en referencia de la tipografía francesa, además de posible modelo a partir del cual desarrolló el propio Bodoni sus celebrados alfabetos; posible porque este dato no es de general consenso. Es probable que el trabajo del genial tipógrafo italiano sea una evolución, al igual que el de Didot, de los tipos del inglés Baskerville.
Didot es, pues, toda una familia.

Diseño. Diseñar, del italiano disegnare, "dibujar", y éste del latín designare (marcar, designar). Enseñar (marcar, designar). Seña del latín signa, plural de signum, señal, marca. Signo. (Diccionario etimológico de Joan Corominas).
Para nuestra querida María Moliner "diseñar" es hacer el diseño de una cosa. Y "diseño" lo define como "Apunte. Boceto. Bosquejo. Croquis. Esbozo. Esquema. Dibujo hecho sólo con líneas para representar algo con poco detalle. Descripción de una cosa hecha con palabras a la ligera". Se trata de una definición que puede quedarse corta para muchos artistas del diseño; posiblemente la insigne lingüista hubiera incluido muchas más connotaciones de haberlo escrito ahora, las que se ha ido sumando el diseño desde los años en que el diccionario fue escrito (empezó en 1951 y terminó la primera edidición en 1967) porque el diseño no era entonces lo que ahora es. Pero de lo que no cabe duda es de que la maqueta de una página de periódico está absolutamente recogida en esa precisa definición de María Moliner: "es un apunte, es un esquema, es un dibujo hecho sólo con líneas para representar algo -la posterior página- con poco detalle".
Lo que nos dice el origen de las palabras sobre diseñar está directamente relacionado con dibujar. De hecho, las páginas se "pintan" precisamente en el sentido de que se dibujan, no en el de que se colorean. "Píntame una página", frase nuestra de cada día en los periódicos, no es otra cosa que dibújame el esquema de una determinada página. Antes de los ordenadores este dibujo se hacía en un papel para que después textos y fotos se compusieran atendiendo a esas medidas y se colocaran más tarde según esa disposición en lo que se llamaba labor de montaje, mientras que ahora los programas informáticos nos permiten hacer un dibujo "sobre" el que se escribirá directamente y se volcarán las fotografías en los huecos que hayamos preparado para ello.
Diseño es también la sección de un periódico. El grupo de gente que se dedica a diseñar sus páginas, a "pintar" o maquetar o confeccionar las páginas. Y el lugar físico donde se acomoda este grupo con sus ordenadores, generalmente el más variopinto junto con el de los grafiqueros de toda la redacción, lleno de dibujtos, muñequitos, cositas de todos los colores, páginas y elementos de páginas colgados de las paredes cercanas (si las hay) y también el más ruidoso para bien y para mal, porque alterna abiertamente y en público momentos de gritos y tensión con otros de alegría y buen rollo.
Eso es lo que somos, lo que el diseño es. Después está lo que el diseño parece, que es precisamente lo que no figura en la definición de María Moliner porque entonces no sucedía y que tiene que ver con ese valor añadido de la imagen de cosas, personas y quehaceres del que hace gala nuestra actividad, o al menos una parte de quienes quieren vivir de ella. Entonces el diseño no es un dibujo, sino una actitud. Puede llegar a serlo todo siendo nada, incluso el siempre sorprendente Thomas de Quincey habla del diseño de los crímenes en su imprescindible "Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes". Es ese algo más que hace vender cualquier producto, incluidos los periódicos, y que ha sido llevado al extremo en diarios cuyo principal punto de interés no son las noticias que publican, su contenido, sino cómo están diseñados, el continente.
Llega a ser una pose de quienes logran convencer al resto de que sus propuestas estéticas son las más valiosas... y las más caras, evidentemente, aunque se conviertan en un rígido armazón poco práctico para la información a cuyo servicio se supone que se supeditan. Eso cuando el equilibrio se inclina hacia el lado "artístico". Porque cuando la balanza se mantiene horizontal, el diseño en la prensa es una actividad periodística especializada en ofrecer la información, es la "puesta en página" de la manera más eficaz para lograr una valoración, para decir esto es una noticia, es importante; esto es otra noticia, distinta, que nuestro medio considera menos importante; y todas tienen este aspecto porque son nuestras noticias, las de nuestro periódico, las que hemos diseñado así pensando en nuestros lectores.

Doble. Importante diferenciar el genero en esta palabra. En femenino (una doble): término generalmente periodístico utilizado cuando una información ocupa dos páginas consecutivas y la primera de ellas es siempre par en su foliación, esto quiere decir que son dos páginas enfrentadas. Hay más espacio pero también más elementos para diseñar (textos más largos, varios apoyos, gráfico, fotos, sumarios, entradillas, etc.) motivo por el cual se incrementan notablemente las discusiones entre el maqueta y el plumilla al haber más abalorios de los que opinar. Cada una de las dos paginas que forman la doble suelen llevar cintillos para unificarlas.
En masculino (un doble): término generalmente periodístico utilizado al llegar a un bar. La consumición ingerida (generalmente cerveza aunque no se descartan otros espiritosos) es dispensada en una jarra o copa cuya capacidad es la de dos sencillas. Curiosamente se produce un hecho científico de mimetismo entre lo que bebemos y lo que empezamos a ver (doble). Y entonces se entra en el terreno de la bravuconada: 'Yo la tengo el doble que tú'. Este caso lo dejaremos para la enciclopedia de alcoholismo y chulería sexual que próximamente aparecerá en su quiosco vrtual.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.