martes, 6 de octubre de 2009

Identifíqueme a ese tipo

Es lo más difícil. O muy difícil al menos. Pero no es esa la causa de que hayamos tardado en recoger el guante que nos lanzaron desde nuestro admirado blog Paper Papers (somos cada vez más quienes pensamos, sin el menor asomo de peloteo de por medio, que es de los mejores blogs en castellano sobre periodismo, y mejorando) cuando Toni Piqué, siempre considerado con sus amigos (el afecto es mutuo), pidió nuestra opinión como "expertísimos" sobre un invento germánico para la identificación de tipos de letra, denominado Fontplore.

Opinión de "expertos" que, humilde y sinceramente, no podemos dar, en primer lugar porque no somos tan expertos en la materia, ya nos gustaría. Trabajamos con tipografías que auténticos expertos, es decir tipógrafos, diseñan. Y en segundo lugar, porque necesitaríamos probar esa infernal y futurista máquina para poder juzgarla. Ciertamente parece más propia de la nave Enterprise, o de la comisaría de policía de Minority Report, que de un periódico.

Fontplore Showreel from Mphasize on Vimeo.



A simple vista, o a primera vista, o a vista de vídeo itnernáutico sería más propio decir, parece algo complicado de instalar y suponemos que carísimo, impensable pues para la mayoría de pequeñas empresas que conforman las artes gráficas en nuestro país, mucho menos para un diario donde utilizamos siempre los mismos tipos de letra, pocos, y donde no necesitamos reconocer otros en nuestro trabajo habitual.

Muy alejado pues de soluciones sencillas y prácticas para resolver lo que ya hemos calificado desde la primera línea como muy difícil: saber qué tipo de letra tenemos delante. Porque dejando a un lado los clásicos Times, Helvética, Futura, Garamond, Bodoni..., a los que están de moda en cada momento, o a los lanzamientos de los grandes de la tipografía, el resto del actual catálogo tipográfico, impulsado por "las facilidades" del mundo digital, es del tal magnitud que resulta absolutamente inabarcable. Sería interesante conocer la opinión de nuestro colega Herminio (a quien estábamos echando de menos desde hace ya unas cuantas semanas) del blog amigo y vecino Cuatro Tipos, gran conocedor y divulgador de la tipografía, sobre esta dificultad, y sobre las maneras de solventarla. Unos tipos duros y Letrag son páginas web de un altísimo nivel y muy completas en lo que a tipografía se refiere, sin olvidarnos del gran Andreu Balius, nombre obligado cuando se habla de letras y que a buen seguro no lo tiene tan difícil como nosotros para reconocerlas.

Además de algún truco que no siempre funciona, como intentar abrir con Adobe Acrobat un documento donde tengamos el texto cuya fuente ignoramos (suponiendo que tengamos un archivo informático en formato pdf con esos caracteres y no sea un cartel, un letrero o un impreso, claro, en cuyo caso olvídate del Acrobat) para que así el programa nos diga qué fuentes son o qué fuentes nos faltan en el ordenador, además de eso, decíamos, existen algunos servicios en internet bastante prácticos aunque no efectivos al cien por cien. No reconocen siempre todos los tipos, ni responden a todas nuestras dudas... como tal vez haga el panel de luz germánico del que hablamos. Pero son gratuitos y están al alcance de todos. Los que tengan conexión a la red, evidentemente, que lo solemos dar por hecho a veces con demasiada alegría.

Uno de los más conocidos es Identifont. Con una serie de preguntas sobre los rasgos de las letras y sus características más destacadas, este servicio va descartando tipografías hasta quedarse con una o varias, las menos posibles, como respuesta a tus dudas. Suele funcionar y si no consigue un acierto pleno, los tipos que te ofrece como resulado suelen ser parecidísimos al que buscas. Claro que en tipografía lo de parecidísimo... no sirve. Porque las diferencias entre micras de grosor en brazos o remates determinan la genialidad o vulgaridad de un tipo. En una prueba con texto base de nuestro periódico, el programa necesitó 19 preguntas (remates de determinadas letras, números cerrados o abiertos, cómo es el símbolo de dólar...) para dar con la respuesta acertada a la primera, ofreciéndonos además tres posibilidades más.



Otra de las más recientes apariciones en la web en relación a la identificación de tipos dudosos ha sido Whatthefont. El procedimiento es mucho más sencillo, se trata de enviar una imagen con los caracteres que se quieren identificar, y la magia de internet, te proporciona la respuesta deseada, o no. También hemos hecho la prueba enviado un fragmento de texto base de nuestro periódico, compuesto en Imperial, y esto es lo que nos ha contestado este tipógrafo artificial:



¡Impresionante!, cinco posibilidades y acierto a la primera. Y eso que para muchos de nosotros identificar un tipo es algo difícil. Incluso resulta complicado distinguir entre nombres de quesos y de fuentes: probad este enlace que nos envía Alba Godino. ¿Os resulta fácil?

lunes, 5 de octubre de 2009

Diseñario 2.0 (V)

Entre las 18 y las 19 horas del pasado viernes, 2 de octubre, la frenética actividad en distintas redes sociales internáuticas de los miembros del comité de expertos encargados de la redaccion del Diseñario 2.0 nos hizo temer que desatendieran esta entrega. Más aún cuando ,finalmente, el presidente del Comité Olímpico Internacional anunció que Madrid, nuestra ciudad, no era la designada para organizar los Juegos Olímpicos de 2016. Pero aquí nos traen de nuevo el producto de sus reflexiones, de sus sesudos estudios sociodiseñísticos. Y aunque no hayamos conseguido los Juegos, esta vez, esa tarde emocionante en la que todo pudo pasar nos sirvió al menos para renovar nuestro amor por esta ciudad nuestra, tan viva, brutal y bella a pesar de las heridas que su incompetente alcalde y recaudador mayor se empeña cada día más en abrir en sus calles con picos y palas. Una ciudad colectiva, irreverente y abierta a todos. Ya sabéis...





Bobina. Es un rollo. Siempre de papel.


Bold. Voz inglesa que en su acepción del mundo del diseño hace referencia a un estilo de la tipografía en el que el trazo es más grueso si lo comparamos con el resto de estilos de una misma tipografía. A este aspecto, a bold, o negrita como lo conocemos aquí, se le conoce como una de las partes de una familia tipográfica. Por lo tanto, bold, sería uno de los miembros que cada familia de una tipografía tiene (regular, light, bold, etc.).
Sin embargo, y aunque lo correcto es que cada fuente tenga su versión bold como miembro activo de la familia, también se puede convertir una fuente normal en una negrita a través del botón negrita de cualquier editor de texto. De esta manera, el programa interpreta la fuente original y le añade negro para hacerla más gruesa, al igual que curva las letras si pulsamos el botón cursiva.
Traducida esta voz literalmente al castellano, quiere decir fuerte o llamativo, y así es porque una tipografía con apellido bold suele ser una letra gruesa, de trazo obeso y con negro, mucho negro. Es casi como un grito en medio del texto, un "eh, que estoy aquí, mírame, léeme que te voy a contar algo importante".


Bolo. En este caso no se trata de alguien de Toledo. Tampoco de las actuaciones de algún grupo musical o de teatro durante el verano a lo largo de nuestras tierras. Claro está, también, que aquí no hablamos de uno de los 10 pirulos que se derriban al final de una pista de parqué súper pulida en donde habita el 'chulo de bolera'. Ni vulgarmente lo que se suele tocar ese compañero disoluto que pasa el día mirando a Babia ('tocarse el bolo') mientras tú trabajas como un chino.
En nuestro contexto se trata de un punto. Pero no un punto cualquiera; un señor punto. Vamos un puntazo. Sería a las letras lo que la bandera de Japón a los pendones (entiéndase pendón como banderola, divisa o distintivo).
El bolo es un punto que se reivindica. Deja de estar a los pies de las letras para tomar conciencia de sí mismo y crecer hasta la misma altura que los caracteres que acompaña o un poquito menos. Se revela y junto a sus hermanos ocupa el principio de los párrafos para llamar la atención sobre éstos. O entre frases, para remarcar la importancia de éstas, sobre todo en los subtítulos.
Algunos les quieren quitar importancia y los llaman 'bolitos', pero debéis pensar que los bolos son asteriscos con gomina. Habitan en familias muy especiales de nuestro ordenador (Weeding, Pi, Newspaper elements, o en la entrañable Zapf Dingbats) en feliz armonía rodeados de cuadratines, triangulitos, flechas, deditos que señalan, etc.
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Breves. Si bueno, dos veces. Pieza informativa que destaca por su economía de caracteres. Sin llegar a la oriental fugacidad del haiku, ni al Stop-línea-Stop de un telegrama, el breve resume en apenas unas líneas esas otras informaciones menores que sin duda completan el panorama informativo diario. Aportan agilidad al ritmo del periódico, y son uno de los últimos eslabones en la jerarquía de títulos en una sección. Se colocan generalmente al final de las secciones, cuando el flujo informativo ha decaído y la menor extensión de las otras informaciones favorecen la inclusión de estos pequeños elementos informativos.
Por su reducida dimensión y habitual diferenciación tipográfica con el resto de noticias, los breves resultan utilísimos para salir de mil atolladeros al maquetar una página, como cuando una mezcla de publicidades caprichosas convierten las columnas en una pantalla del tetris. Ahí cobran dimensión estos pequeñines, que lo mismo se colocan en vertical, horizontal, haciendo eles... Rellenan columnas que no terminan de llenar, casan perfectamente con imágenes, separan informaciones... Su polivalencia formal les convierte es auténticos salvavidas a los que agarrarse cuando, a veces, no ves la solución de la página. Nervioso, y a punto de entregarte voluntariamente, de pronto un fogonazo de luz atraviesa la pantalla: ¿Y si ponemos aquí unos breves? Suele ser mano de santo.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.

viernes, 2 de octubre de 2009

I Jornadas de Diseño en la Sociedad de la Información


La Universidad Rey Juan Carlos ha convocado para los próximos días 12 y 13 de noviembre las I Jornadas de Diseño en la Sociedad de la Información. Bajo el lema ¿Cómo se configura el mercado laboral?, las Jornadas, organizadas por el Profesor Pedro Pérez Cuadrado (co-organizador de las clásicas jornadas del CEU), están enfocadas a que todos los presentes, aunque en especial los alumnos, recaben información práctica y útil sobre el tan complicado mercado laboral periodístico.

El punto de vista de profesionales de disciplinas tan variadas como Diseño periodístico, Publicidad o Comunicación audiovisual es uno de los atractivos de este encuentro. Saber qué se cuece en los distintos medios, cómo se adaptan a las nuevas tecnologías o cómo orientar su formación hacia un lado u otro, son algunos de los objetivos de las distintas conferencias.



Para ello, entre los ponentes figuran el imprescindible Chiqui Esteban y los siempre interesantes Angel Sopeña, Toya Legido y Manuel Durán, entre otros. Además, encajabaja tiene el honor de haber sido también invitado a participar en estas I Jornadas, a través de Mario Benito, que abrirá el programa con una ponencia titulada "Maquetar es Informar". Tenéis más información y el programa completo en el blog Diseño In[forma] y en la página web oficial. Os esperamos los próximos días 12 y 13 en la Facultad de Periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos. Venid, que os dan un crédito si sois alumnos, y si ya dejásteis de serlo seguro que podemos pasarlo bien y seguir aprendiendo cosas.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Bakchich, un nuevo desafío

"Puede resultar paradójico. Salimos a la calle cuando se anuncia la muerte del papel. Y, sin embargo, nuestra impresión es que no hay vida en la web. Aceptamos el reto. Sabemos que es una especie de última oportunidad, pero creemos que es posible". Quien así habla es Xavier Monnier, director de 'Bakchich info', una página web satírica que aireó el embarazo de Rachida Dati y con importantes contactos con el Elíseo francés, en declaraciones a Rubén Amon (El Mundo). "La investigación periodística no sólo requiere una profundidad, también necesita un soporte adecuado. La información rápida vale para internet, pero el papel es mucho más sensible a la reflexión, a la opinión, al periodismo de fondo. De ahí nuestra aventura", apunta el director de la publicación parisina.


La edición on line de esta página ha mantenido el tipo desde mayo de 2006, pero la crisis publicitaria que también se ceba con internet ha 'provocado' esta iniciativa. "El mantenimiento de la web para una pequeña plantilla se elevaba a 50.000 euros y los ingresos en internet nos daban 7.000". El periódico semanal costará 1,80 euros y comienzan con una tirada de 100.000 ejemplares, aunque se espera su consolidación con 30.000 copias. Su protagonismo en la red continuará pero el peso de la información recaerá en su edición impresa. En su página web hay un video de la creación de su edición en papel.

En unos tiempos en los que a los agoreros del papel y de la red parecen preocuparles más quién es el mejor, resulta gratificante ver que hay gente que utiliza lo mejor de cada soporte. La red es una de los mejores inventos del pasado siglo. Gracias a él es posible tener ventanas como esta u otras para poder mostrar todo tipo de opiniones, ideas, creaciones, arte y expresiones de todo tipo pero sería absurdo renunciar a todo lo demás.

De todas formas, siempre nos quedará París.

martes, 29 de septiembre de 2009

A sangre con Madrid 2016

Tranquilos, no queremos decir que llevemos nuestro apoyo a Madrid hasta esos límites. La apoyamos, sí, pero dejamos la hemoglobina para otros asuntos.

Con esta manida frase me refiero a la portada que ofrecimos ayer a los lectores de M2, la revista diaria de Madrid. Como podéis ver un poco más abajo, utilizamos todo el papel de la primera página (y porque no había más) para dar una enorme foto del mosaico en apoyo a la candidatura olímpica de nuestra ciudad. La idea surgió de las altas esferas, como suele ser habitual en estos casos. El tema "lo merece" comentaron, por lo que no nos sorprendió cuando Antonio García, redactor jefe del suplemento el domingo, nos lo propuso, aunque antes lo había consultado con la jefatura, se apresuró a aclarar. Donde hay patrón...



Ningún problema. El resultado, en la línea de arriba. Pero la miga viene un poco después, cuando surge un pequeño debate, casi minúsculo comparado con nuestro apoyo a Madrid, sobre la conveniencia o no de usar este tipo de portadas. Si la usamos ahora, ¿qué haremos cuando nos den los Juegos?, ¿Gastamos el cartucho ahora en previsión de una mala noticia o repetimos si vienen bien dadas?. Nosotros, como siempre, insistiendo en todas esas cosas que defendemos aquí: el contenido es lo primero, no el diseño sobre el contenido. Si es un tema importante, impactante, que lo requiere, se da. El recurso facilón, no.

Incluso hay algún redactor, al que guardamos un enorme afecto, que se apresura a establecer, cual posología farmacológica, un número mínimo de portadas de este tipo: "Tres", se atreve a recetar. Y ni corto ni perezoso se dirige al departamento de documentación para buscar en la hemeroteca otros ejemplos.

"Mira qué bien ha quedado esta portada" nos señala en el grosísimo tomo de hace un tiempo. "Aunque con esta hubo un problema porque salió bastante parte en blanco", admite. Hay que tener cuidado con el envase del medicamento. Pero debería "haber tres por lo menos en un año: crímenes, alguna exclusiva que tengamos". Podría estar bien, le comento, porque el suplemento se presta mucho a ello, pero es un recurso que agotaríamos enseguida y provocaría, como efecto secundario, un claro síntoma de inmunidad al medicamento: "otra vez este tipo de portada, qué pesados".

¿Y vosotros qué creéis?


lunes, 28 de septiembre de 2009

Diseñario 2.0 (IV)

Extraña semana ésta en la que una revista digital satírica francesa ha decidido comenzar a editarse en papel, dejando su web como un lugar testimonial, para intentar así ser rentables, sobrevivir. Camino inverso del que proclaman tantos gurús y del que no se ha hecho eco ninguna web ni blog de los especializados en ir anunciado periódicos muertos, no porque les guste hacerlo sino porque "nosotros contamos lo que pasa". Algunas de las cosas que pasan, pues, igual que los medios tradicionales. Los miembros de comité de expertos encargados del Diseñario, ya sabéis: obra colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general, no tienen el menor prejuicio o preferencia para que sus voces se publiquen en papel, grabados en piedra, madera o bronce, o en los píxeles de esta nueva entrega que os ofrecemos.





B


Background. Hay voces inglesas que no se traducen por puro esnobismo, como aquellos ridículos que te piden una línea más para el "lead" incapaces de editar su entradilla; y otras que tampoco porque tenemos que reconocer, humildes, que nuestra amada lengua no cuenta con una que exprese adecuadamente lo que nos dice el término original. O todo lo que nos dice. En esta última categoría encuadramos nosotros background.
Y es que background no es exactamente antecedentes de lo que queremos contar, o no del todo. Porque son antecedentes o datos que además de suceder antes, explican, ayudan a entender, enriquecen; "material subyacente o circunstancial relacionado con la noticia" o "infraestructura del análisis", lo han llamado distintos autores. De entre las múltiples acepciones de su traducción literal ("fondo", "segundo plano", "antecedente", y unas cuantas más) no podemos quedarnos con una sóla palabra, pues, porque ya apuntábamos que ninguna recoge todo lo que incluye este término.
Desde el punto de vista formal, del diseño periodístico queremos decir, el background puede tener un tratamiento diferenciado si esos datos no están incorporados en la propia crónica, imbricados en cada una de sus líneas, enriqueciendo cada argumento en los géneros periodísticos más interpretativos (reportajes, crónicas, incluso entrevistas y, por supuesto, en toda opinión que quiera sustentarse y aportar algo más que pajas mentales). Cuando no es así existen destacados o apoyos en los que se pueden editar estos datos complementarios, con fondos de color, tipografía distinta, ancho de columna falso, entre otros elementos combinados o por separado, para aligerar la mancha de texto a veces excesiva, el plomazo de un artículo que demasiado largo pudiera asustar al lector, a la vez que valoramos más el background. Es, además, uno de los puntales de la infografía, puesto que es precisamente background lo que aportan en muchísimas ocasiones los gráficos.
Hay voces inglesas que no tienen traducción, decíamos, como hay expresiones puramente nuestras que traducidas, o translatadas, dicen mucho de quien las traduce: como background a esta voz podemos añadir que hemos llegado a contemplar en una redacción, asombrados, sujetando la risa en las tripas, a cierto caballero español golpeando una impresora atascada mientras gritaba "¡the fucking printer!" Sí, aquí, en Madrid.


Becarios. No son lo que eran. Hablan de seres a nuestro servicio cargados de deberes y despojados de derechos, dedicados en cuerpo e incluso alma a nuestro bienestar, dispuestos a traernos café a su cargo, y bollos, a llevar a cabo con una sonrisa juvenil en los labios cualquier tarea tediosa que en la redacción hubiera que sacar adelante para ya mismo, marrón los llaman a estos encargos que se diría hechos a la medida de estos esforzados estudiantes (de periodismo en el caso que nos ocupa) que al parecer, en esa época de oro mítica que ninguno de nosotros, ni de quienes conocemos, ha vivido en persona, dedicaban sus hasta entonces aburridos veranos a divertirse deleitándonos a cambio de un jugoso salario que pagaban sus universidades, y pagan eso no ha cambiado, mientras hacían méritos para llegar a ser redactores a quienes nuevos becarios agasajarían tanto como hubieran ellos agasajado.
En otro tiempo, claro, no ahora. Que nadie se lleve a engaño ni se frote las manos cuando se anuncia que vienen, a comienzos de cada verano, porque no son lo que eran. Incluso llegamos a oír de otros países lejanos en los que alguna becaria de buen ver, apellido eslavo y poco dada a lavar sus vestidos, se arrodilló con las mejores intenciones del mundo para mayor placer, disgusto y merecido escándalo posterior por mentiroso del beneficiario de sus atenciones orales. En otros países, lejanos, en otros tiempos tal vez en los que hermosas mujeres jovencísimas, a la manera de las cien huríes del paraíso islamita, ¿o ya son menos?, se desvivían y te admiraban, y montaban fiestas a las que estabas invitado, farras donde los límites los ponías tú, sin que te importase la belleza y simpatía de los jóvenes becarios masculinos que también estarían allí sirviendo copas, y lo que hiciera falta, a quien reclamara sus infinitos servicios.
En otros tiempos que pudieron no haber sido nunca porque nunca vivimos, decíamos. Ahora, ya no son lo que eran. Ahora son un proyecto estival de redactor, o maqueta, y lo que fueron la mayor parte de los redactores, o maquetas, hace no tanto tiempo. O sí, dependiendo de la edad de cada uno.

Billete. El significado más conocido de esta palabra casi siempre se refiere a ciertos tipos de documentos con algún valor; así podemos decir 'billete de tren', que es la tarjeta o cédula que nos da derecho a ocupar un asiento en dicho medio de transporte; billete de lotería, que acredita nuestra participación en una rifa y en el que volcamos nuestra ira rompiéndolo en mil pedazos cuando verificamos que no nos ha tocado. Además de estos y otros significados más mafiosos ('le dieron billete') descubrimos en el diccionario de la Real Academia Española una acepción que lo denomina 'carta, breve por lo común'. En diseño cuando alguien te dice que le metas un billete en una página no te está pidiendo que lo sobornes sino que le coloques un pequeño apoyo a la información. ¿Por qué no llamarlo apoyo entonces? Los 'billetitos' (ya de por sí pequeños además solemos ponerle diminutivo cuando nos referimos a ellos) tienen un ancho igual o un poco más grande que la columna general de la publicación y son utilizados para expresar una opinión breve. Muchos de ellos van dentro de pequeños recuadros de distinto color, entre filetes, recuadrados, etc. para resaltar dentro del texto general, como una especie de pequeño guiño.

Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Periodiquerías (IX)




Berlín (Alemania, 2009) / Mario Benito





Viena (Austria, 2009) / Alba Godino






Moscú (Rusia, 2009) / Luis Miguel Montero




Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)