domingo, 7 de noviembre de 2010

Malagón, al otro lado del charco


Siempre es bueno que nuestros dibujantes triunfen. Y más bueno es si encima lo hacen al otro lado del charco. Malagón, un clásico de la prensa española (El economista, El Mundo, Foreign Policy, El jueves, etc.) ha conseguido las dos cosas, triunfar aquí y en Argentina. Porque nuestro querido amigo acaba de publicar, gracias al Centro Cultural de España en Buenos Aires, "El Código Malagón [Activismo Gráfico]", un pequeño librito que recopila algunos de sus dibujos más ácidos y mordaces.


En España lleva ya una decena de libros editados y con éste da el salto al país hermano. Una muy buena noticia porque el humor gráfico no siempre es fácil de entender en la propia cultura en la que está desarrollado, así que más complicado si lo sacamos fuera de ella.

La mayoría de los dibujos ya los podemos disfrutar en algunos de los libros que hay en España, por eso felicitamos a nuestros amigos argentinos por poder comprar esta pequeña joyita. No os lo perdáis.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Cambios II (una explicación)

No es que en esta ocasión nos volviesen locos pidiéndonos continuos y caprichosos cambios en una página. No. Me volví loco yo solo en este caso. Y con una página cualquiera del periódico, publicada un día cualquiera, decidí hacer cuantas posibilidades nos permitiera nuestro "rígido" diseño... que resulta no serlo tanto.

Incluso pueden hacerse más, aunque seguramente no ya dentro de nuestro estilo, y no conservando exactamente el mismo texto en todas ellas a excepción de las dos últimas en las que el tema secundario está compuesto en una columna, y donde tuvimos que cortarlo.

Las distintas posibilidades de una página "normal" en un diario, además del capricho y la subjetividad estética, que también, obedecen o deberían obedecer a criterios informativos, porque dependiendo del tamaño y del lugar más o menos cercano de una imagen al centro de atención visual de la página, estaremos valorando más o menos esa imagen; así como también el número de columnas al que esté compuesto un titular estará determinando la importancia que queremos darle porque así lo valore el director o el redactor jefe de esa sección. La jerarquía entre el tema principal y el secundario también tiene graduaciones como puede verse en estas distintas posibilidades, entre una valoración máxima al tema principal y otra en la que ambos estén mucho más igualados, aunque siempre con uno de ellos "mandando".

El ritmo de lectura es también muy importante. Tiene que ver con la relación de esta página con el resto de páginas de su sección, e incluso con todas las de la publicación de ese día. Por eso, decidiremos también entre una u otra de las distintas posibilidades en función de cómo estén diseñadas el resto de las páginas. Evitaremos repeticiones, "páginas iguales", procuraremos algo más "reposado" si venimos de páginas que no lo son, y al contrario, "levantaremos" la sección si anteriormente las necesidades informativas nos han obligado a un planteamiento más plano.

En fin, que aquí os reproducimos todas las variantes de la página del vídeo "Cambios" para que puedan verse juntas y así, quietecitas, nos permitan observar mejor las pequeñas y no tan pequeñas variaciones.















La primera de ellas fue la que salió publicada, y no hay una "mejor" que las demás. Aunque siempre se puede elegir:

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Cambios



Una producción de encajabajatv.
Edición de vídeo y tema musical compuesto e interpretado por Mario Benito

martes, 2 de noviembre de 2010

El club de los maquetas muertos




"Escuchad atentamente. Estas voces del pasado nos están hablando, chicos:
Carpe...
carpe diem... Coged las rosas mientras podáis... aprovechad el momento..."

En 1989, el australiano Peter Weir tocó la fibra de toda una generación con una de las más bella historias sobre juventud, amistad, libertad y pasión por la vida. Muchos de los que la disfrutamos en las salas de cine durante nuestra adolescencia, quedamos marcados por aquellas inolvidables clase del señor Keating, en las que, entre obras de Whitman y Shakespeare, se filtraban los secretos para sacarle todo el jugo a la vida.

"Coged las rosas mientras podáis... Carpe Diem..."

Especialmente ahora, en estos tiempos que corren, de papel dado por muerto y de búsqueda de un modelo nuevo para sustituir a uno que todavía funciona, lo que pide el sentido común es aprovechar el momento. Superar esta especie de depresión global en la que esta profesión -y en concreto los que trabajamos el papel- está instalada y proponer, pensar, buscar nuevas vías que revitalicen nuestro trabajo.

Oh mi yo, oh vida de sus preguntas
que vuelven del desfile interminable de los desleales
de las ciudades llenas de necios
¿qué hay de bueno en estas cosas, oh mi vida, mi yo?
Respuesta: que tú estas aquí,
que existe la vida y la identidad...
que prosigue el poderoso drama
y tú puedes contribuir con un verso

¿Cuál será ese verso? ¿Qué puesto vamos a ocupar en la batalla por la defensa de nuestra identidad? ¿Seremos ejércitos de adolescentes midiendo poesía según la fórmula matemática de J. Evans Pritchard o buscaremos nuestra propia voz, nuestra nueva forma de comunicar? ¿Nos abandonaremos a las soluciones prefabricadas, a la decoración sin alma, o seguiremos aportando, añadiendo valor a los productos, independientemente de que se sirvan en papel o en píxeles, negro sobre blanco o unos sobre ceros... ¿Apostaremos por la calidad, o huiremos hacia adelante... hasta que ya no divisemos el punto desde donde partimos?.

"Las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo".

Yo creo en ello. Firmemente. Por eso me alegra ver que hay gente que no asiente hipnotizada ante los gurús que hacen su agosto profetizando la muerte del papel y hablan de calidad, de tratar al lector con respeto, de lectura y de profundidad. De periodismo para salvar al periodismo.

Os invitamos a subir aquí arriba. Todo se ve muy distinto desde aquí. Deberíais probar. A lo mejor no llevamos razón, y resulta que el meollo del asunto es de verdad el soporte y el freemium, y nos vamos todos a tomar por saco. Pero imaginad, sólo por un momento, que estos cuatro pobres románticos llevamos razón. Y que es la calidad, el enfoque, el volver a contar historias que interesen a los lectores, que la inteligencia y la lectura pueden devolver al periodismo el lugar que nunca debió abandonar. Y que los maquetas no somos un vestigio del pasado, sino que tenemos mucho que aportar en esa nueva forma de contar, donde el texto y la imagen son las armas con las que defenderemos nuestros corazones y nuestras almas.


El club de los maquetas muertos no hace distinciones. Si sentís que todavía tenemos mucho que aportar, que contar historias sigue mereciendo la pena, sed bienvenidos. Si todavía tenéis lo que hay que tener, si aún sentís pasión por el papel, adelante. Quedan muchas historias por las que merece la pena mancharse las manos de tinta. Tomad aliento y decid conmigo:

!Oh Capitán! ¡Mi Capitán!

lunes, 1 de noviembre de 2010

"Padre, ¿podremos soportar esta cruz?"


Hoy, día de Todos los Santos, qué mejor que hacer hincapié en la próxima visita del Papa y en diversos aspectos sobre el seguimiento que recibe la Iglesia Católica en nuestros días. Para ello, en Público decidimos llevar la cruz a la mismísima portada. Nada más gráfico.

Éxito a contracorriente

Es la excepción, aunque debería ser la regla. Y, de vez en cuando, tampoco está mal escuchar a alguien que también cree que no tenemos necesariamente que elegir entre internet y papel... pudiendo tener los dos. Ayer, el periódico El País publicó una extensa entrevista con el director del semanario alemán Die Zeit (El Tiempo), Giovanni di Lorenzo, dentro de la serie titulada "El futuro de la prensa" que aparece regularmente en su suplemento "Domingo". Y decimos que es la excepción porque este periodista alemán de origen italiano está haciendo lo que los más sensatos dicen que hay que hacer pero que nadie, o muy pocos, están haciendo. Aguantar el tipo a golpe de calidad y credibilidad. Hasta el punto de que en medio de esta crisis feroz Die Zeit ha conseguido en 2009 los mejores resultados de su historia con una fórmula exactamente contraria a la que recomiendan gurús y futurólogos de la prensa: textos largos, profundos, incluso difíciles en ocasiones, no seguir la moda, la tendencia, la corriente dominante... "Este año, aún nos va mejor".



Os reproducimos algunos de los extractos de esta interesantísima entrevista y os dejamos aquí el enlace a la web de El País para quien quiera leerla al completo. Merece la pena.

"¿Cómo lo hemos conseguido? Desoyendo todo lo que nos aconsejaron los asesores de medios. Seguimos haciendo textos muy largos, no nos adaptamos a las modas y continuamos haciendo un periódico bastante difícil"

"Hemos estudiado muy bien las necesidades de nuestros lectores. A menudo, nosotros, los del papel impreso, hacemos diarios solo para nosotros y para nuestro sector y nos olvidamos del público que paga"

"Rechazo las definiciones autodestructivas. Me molestan. En los últimos años hemos hecho mucho para dañar la imagen del papel, al que, en el fondo, le debemos todo"

"No hemos traicionado nuestra propuesta de calidad. Creemos que la calidad trae dinero"

"Nos estamos comprometiendo mucho con el digital, no negamos en absoluto su valor, y creemos en ello. Pero quiero hacer una observación: este medio celebrado en todas partes como el futuro, de momento sabe hacer de todo menos ganar dinero. Por eso estamos invirtiendo en el digital, porque nosotros también creemos en él, pero evitamos, con todas nuestras fuerzas, hablar mal del papel"

"Soy enemigo de la ideología de internet, que existe. Soy contrario a la idea de internet como única esperanza"

"No estoy negando la crisis, es inútil cerrar los ojos. Digo, sin embargo, que no está escrito en las tablas de Moisés que todos los periódicos vayan a desaparecer. Habrá excepciones. Tanemos que cambiar los periódicos, pero no podemos atribuir nuestros problemas solo a la revolución de internet. Hubo otros errores"

"La falta de credibilidad. El abandono de la calidad. Si se empieza a hacer diarios demasiado sensacionalistas o demasiado parecidos entre sí, se pierde tirada"

viernes, 29 de octubre de 2010

¿Quién paga a los gurús?

"¿Sería usted tan amable de indicarnos de dónde proceden sus ingresos, incluida esta conferencia, este artículo, este informe, esta consulta?", es la pregunta obligada que deberíamos hacer a cualquier experto en medios de comunicación, consultores dicen llamarse. Sin miedo. Superando el lógico pudor porque de lo que hablan es de lo que nos va a pasar a nosotros. De nuesto futuro. Lo que algún derecho nos da a saber quién paga esas opiniones, en el caso de que sean remuneradas, porque además de que en este caso son las más peligrosas y escuchadas, existe una alta probabilidad de que lo que dicen lo digan precisamente por esta "delicada" cuestión más que por cualquier otra consideración. Lógico, ¿no?



No tuvimos que preguntarlo en una reunión de hace unos meses a la que asistimos porque allí nos presentaron, quienes lo pagaban, un estudio del Boston Consulting Group (empresa dedicada a asesorar a cerca de TODO lo que se pueda asesorar, que, evidentemente, es TODO, "líderes globales de la consultoría", se definen a sí mismos) sobre el presente y el futuro de los medios de comunicación. Y pudimos escuchar un trabajo extremadamente profesional, muy exhaustivo en algunos aspectos y ¿deliberadamente? parco en otros, en el que se refleja la situación complicada de las empresas informativas con bajadas continuas en sus ingresos y recortes de plantillas. "Tendencias evolutivas en el mundo de los medios: una síntesis de los escenarios internacionales", titularon este benchmarking, esto último para que todos lo entendamos. Insistieron en que Estados Unidos nos sirve de indicador de lo que va a suceder "poco después" en Europa y, por tanto, el panorama no puede ser más desalentador, sobre todo en el periodismo impreso. Y preocupante, porque no hay forma de saber cómo rentabilizar ("monetarizar" o algo así dicen ahora, fundamental en todo gurú que se precie el vacile sintántico y la "claridad" en el lenguaje) el periodismo online para hacer así sostenibles los grandes grupos de comunicación. Se apuntan en el haber de las empresas la fuerza de sus marcas periodísticas, apoyadas en la credibilidad y en la calidad.

Por eso me sorprendió que los líderes globales de la consultoría hubieran medido todo menos la calidad, palabra que repitieron inumerables veces. Entre miles de gráficas y tablas no habían elaborado ninguna que indicara si la calidad había bajado, subido o se mantenía intacta. Y por eso les pregunté al final de la exposición powerpointinera si a pesar de no habérnoslo mostrado habían medido la calidad para determinar si, por ejemplo, todos esos recortes (de personal, de páginas, de cobertura en acontecimientos, y tantos más) estaban recortando también la calidad como parece sensato suponer, llevando así a los medios a un círculo vicioso de pérdida de lectores, de ingresos... que a su vez llevan a nuevos recortes de medios humanos y materiales... que recortan la calidad.
"No hemos observado una disminución de la calidad debida a recortes de gastos", contestó con absoluta suficiencia y sin proporcionar dato alguno este experto en aportar toneladas de datos para apoyar sus afirmaciones. Casi todas. Al terminar la reunión, saludó efusivamente al consejero delegado de un grupo de comunicación que ha estado llevando a cabo recortes personales y materiales en todas sus empresas, y que es quien pagó su intervención. Generando así otro círculo vicioso en el que quien paga, y mucho, por saber qué le va a pasar, no soltará un euro para escuchar lo que no le gusta, con lo cual no sabrá lo que realmente le va a pasar y necesitará un nuevo gurú a quien pague por saber qué le va a pasar pero que no le diga lo que no quiere oír...

Quiere esto decir que todos los consultores son igual de fiables. No. Evidentemente, no. Conocemos a grandes analistas del presente que opinan con honradez, valentía y con mucho conocimiento y experiencia profesional detrás. De quien hay que desconfiar es de aquellos que ven el futuro en una bola de cristal a cambio de dinero. Por eso ante cada profecía o análisis de lo que va a venir, de lo que va a pasar, de lo que vamos a hacer o dejar de hacer, de quién va a morir y quién vivirá... no está nunca de más que nos preguntemos quién paga a los gurús.