lunes, 14 de enero de 2013

¿Para qué sirve un 1 por 1?

Un módulo de alto por una columna de ancho. Cuatro centímetros cuadrados escasos. La superficie aproximada de un par de sellos postales (los que no sepáis qué demonios es eso, levantaos de una puñetera vez del ordenador y salid a que os dé un poco el sol, coño...). Nada... Un 1 por 1, un recurso, esa esquinita...

Un 1 por 1 de publicidad no vale para casi nada. Habiendo espacio de sobra para anunciarse, no vas a elegir el menor tamaño posible. Y con los precios de hoy en día, menos. Hoy puede anunciarse en un periódico hasta el bar de la esquina, no cuesta ya tanto dinero comprar un par de módulos en la prensa nacional. Como recurso sí que tiene cierto interés, cuando con un 1 por 1 consigues igualar algún desnivel fruto de la acumulación de pequeños anuncios que se escalonan como fichas de un tetris publicitario. En estos casos, el 1 por 1 devuelve a la línea recta el protagonismo que los módulos pueden hacerle perder. En diseño (y en la vida) todo es más fácil cuando es en línea recta.

Hace poco más de un mes, se rompió mi lavadora. La asquerosa, traidora, desleal de ella volvió a romperse una vez más. Y en esta ocasión quedaba descartada la reparación. De una vez por todas, estaba decidido a sustituir mi antigua y poco fiable lavadora por una auténtica máquina de precisión, un buen aparato que fuera capaz de lavar de manera ininterrumpida las montañas de ropa sucia que producen los niños de una familia numerosa... Con esa intención fuí a El Corte Inglés y tras dudar (mucho) entre un modelo de Siemens que costaba 679 euros pero que estaba rebajada a 579 y uno de AEG de 599 euros terminé decidiéndome por el segundo. Una fiera. Una bestia parda. Una máquina... de lavar.

Siempre que compras algo caro a los dos días lo ves en la misma tienda más barato. Es como lo de la tostada y la mantequilla, qué os vamos a contar que no sepáis. Es el universo, funciona así, está diseñado para tomarte el pelo y no se puede hacer nada al respecto. A los tres días de comprar mi flamante lavadora, venía encartado en el periódico un folleto de ofertas de El Corte Inglés. Lo ojeaba despreocupado en la hora de la comida cuando de pronto me fijé en esta página:




La lavadora Siemens, la que tanto me había hecho dudar, rebajada ¡220 euros! ¡De 679 a 459 euros! Solté todo lo que estaba haciendo, y salí corriendo hacia los grandes almacenes. Todavía no había recibido la nueva y estaba a punto de deshacer la compra y ahorrarme 150 euros. Un éxito absoluto.

Cuando me presenté en la planta de electrodomésticos, me atendíó un señor muy amable. Extremadamente amable. Tanto, que me dio hasta pena que tuviera que presenciar lo que estaba dispuesto a hacer. Le dije que estaba interesado en el modelo rebajado y me acompañó para verlo. Cuando llegamos a él, palidecí. Estaba rebajado de 679 a 549. 5-4-9 no 4-5-9. La palabra "errata" empezó a resonar en mi cabeza. Errata-errata-errata-errata.... ¡Errata! El catálogo debía estar mal, en el cartel de la lavadora lo ponía bien claro: 549 euros. ¡Ya me parecía a mí mucho descuento!

En fin, que no cunda el pánico. Conozco mis derechos como consumidor y sé que si el catálogo está mal no tengo porqué asumir ese error. He acudido a por una lavadora de 479 euros y vive Dios que me la voy a llevar. Soy lo suficientemente cabezón y ridículo como para entablar la guerra de las Galias por un asunto como éste... El señor amable que me atendía vio la diferencia de precio y me dijo:
—Debe ser un error del catálogo, señor...
—O de su cartel —repliqué casi sin darle tiempo a terminar.
—Déjeme que lo mire en el sistema, un momento...—. Y al poco volvió moviendo la cabeza:
—En el sistema pone el mismo precio, 5-4-9.
—Debe ser un error de su sistema, entonces —contesté ya totalmente consciente de lo panza arriba que me encontraba en ese momento. Llegados a este punto, no se puede ceder. Perdimos la dignidad hace ya mucho rato... ahora sólo queda seguir hacia el precipicio... 
—Voy a preguntar al jefe de planta.
—Pregunte, pregunte...

Y esta vez tardó en volver. Y por un momento empecé a albergar esperanzas de llevarme el gato al agua. Si no podían demostrarme el error del catálogo, la lavadora sería mía y por mucho menos dinero. Ahora que lo escribo, pasados dos meses, me avergüenzo de mí mismo, pero en ese momento, era la reencarnación de Paco Martínez Soria y su entrañable Don Erre que erre... De allí no me movían ni los GEO.

Al rato, este excelente vendedor de El Corte Inglés, ese hombre imperturbable que me aguantó allí todo el rato sin torcer siquiera el gesto, volvió con un folio en la mano. Mirándome y, con semblante de no estar disfrutando en absoluto el momento, me dijo: 
—Me temo que voy a tener que mantenerle el precio que pone el cartel de la lavadora, no el del catálogo...
—¿Cómo puede ser eso? —le pregunté.
—Hoy mismo se ha publicado una rectificación en la prensa en referencia a ese producto, precisamente... —y me enseño el siguiente recorte: 



Hay veces que miras a la cara a la gente porque, honestamente, ya no sabes dónde narices mirar... Y en ese momento, yo no sabía dónde meterme... Ahí frente a mis ojos estaba la rectificación que me quitaba los pocos argumentos que me quedaban... Con un hilo de voz, pregunté:

—¿Dónde dice que se ha publicado esto?
—En EL MUNDO —me contestó... y me enseño una fotocopia de una página de ese día:

En EL MUNDO. En MI periódico. En el periódico que yo maqueto. En el periódico que había abandonado una hora antes, dando saltos como un conejo, porque había barruntado la posibilidad de ahorrarme unos pocos euros...  Allí, escondido entre otros anuncios, como le corresponde a un diminuto 1 por 1, estaba la rectificación. Publicada y en papel, por cierto, talibanes de la web... En la sección de nacional, en la página 8. En una página que, ironías del destino, hablaba del histórico batacazo que se acababa de pegar Artur Más en las elecciones catalanas. El universo, decíamos, está diseñado para tomarte el pelo. Y para descojonarse de ti en tu cara. Pero es que algunos lo provocamos más de la cuenta. Y el batacazo de Mas me lo había llevado yo, y casi sin verlo venir.

En un intento final por recoger del suelo la poca dignidad que aún me quedaba, me erguí y le dije muy serio: 
—Entonces... recibo la lavadora AEG que compré mañana en mi casa, ¿verdad?
—Mañana sin falta, señor —me respondió con una sonrisa de complicidad el amable señor que me atendió.

Y, disimulando mi bochorno, me di media vuelta y me fui de allí...

¿Para qué sirve un 1 por 1?  No es que sea gran cosa. Es un espacio diminuto y que apenas se ve. Suele ser en blanco y negro, no destaca en una página y menos aún enterrado entre bloques mayores de anuncios. Un 1 por 1 es poca cosa. No sirve para demasiado. 

Pero un 1 por 1 se publica en un periódico. Y lo que se publica en un periódico es vinculante. Con los lectores o con los clientes, que lo mismo da. Y si se publica, va a Misa. Y a veces, sólo hace falta decir: "Mira, está aquí, en la página 8, publicado en papel" para dejar sin argumentos a tanto pretencioso que pensaba que esto lo arreglaban ellos con un poquito de palabrería, con algún truquito de magia barata. Y por muy pequeño que sea, por poca superficie que ocupe, está publicado en el periódico, impreso en papel. Y eso, queridos,  significa que tenemos un problema. Estés emparentado con el Rey, te financies ilegalmente, montes fiestas para chavales sin ninguna medida de seguridad o seas tan pardillo como para pensar que vas a llevarte algo por 200 euros menos de lo que vale porque le has visto los hilos a la marioneta... Al final, la verdad suele ver la luz desde las páginas de un periódico.

Por cierto... Hoy venía un nuevo catálogo de El Corte Inglés encartado en el periódico. Mi lavadora, la AEG, está rebajada 100 euros.


Si presto atención, puedo oír como el universo se descojona de mí, a lo lejos...

viernes, 11 de enero de 2013

Diseño!!!

Os mostramos el fascinante proceso de la creación de un vestido. Con una toma de imágenes perfecta, unos textos que se mimetizan con la acción, una excelente música y la cara de felicidad de la diseñadora al acabar su trabajo hacen de éste nuestro primer vídeo del año.



The Art of Making, Red Dress from Deep Green Sea on Vimeo.

En 'Deep Green Sea' han creado la serie 'The Art of Making' para descubrir a todas esas personas que 'luchan contra el pesimismo actual armados con imaginación y pasión'.



The Art of Making, Alma Flamenca from Deep Green Sea on Vimeo.


The Art of Making, The Carpenter from Deep Green Sea on Vimeo.

Curiosidad aparte, si lo veis en Vimeo, observaréis al lado de las pestañas 'seguir', 'agregar' y 'estadísticas' que hay una nueva: 'Dar una propina a este vídeo'. Particularmente, es la primera vez que veo algo así. ¿Será el nuevo camino?

viernes, 21 de diciembre de 2012

Cualquier tiempo pasado... ¿fue mejor?
Pase lo que pase...¡Feliz 2013!




Como son ya varios los años que terminamos deseando por estas fechas que el próximo sea mejor... y nos sucede año atras año exactamente lo contrario, estamos casi tentados en esta ocasión de desear que el próximo 2013 que tenemos a las puertas sea peor que este 2012 de crisis que ahora se va, para ver si así se cumplen nuestros deseos. Pero casi mejor no vamos a hacerlo porque nos tememos que si lo hiciéramos así... esta vez nos harían caso.

Así que el equipo de encajabaja nos declaramos en servicios mínimos hasta comienzos de enero, os deseamos un Feliz año 2013 a todos, y si es cierto eso de que vivimos un cambio de era, que cambien ya las cosas... para mejor.
Y para esta entrega de los viernes de 'El vídeo de la semana', nuestro editor de vídeo particular ha seleccionado un muy oportuno resumen con lo mejor de Youtube en 2012: 'Rewind YouTube Style 2012', un vídeo que recopila los vídeos más visitados.




Actualizamos la entrada con la felicitación navideña de encajabaja para este año, obra de nuestro último fichaje estrella, Mónica Vidal, nueva colaboradora del blog. ¡Felices Fiestas a todos!


miércoles, 19 de diciembre de 2012

Periodiquerías (LIII)





Córdoba (España, 2012) / Javier Vidal




Lugo (España, 2012) / Nuria López




San Vicente de la Barquera (España, 2012) / Luis Blasco



Enviadnos fotos de vuestras "periodiquerías" antes de que todas sean iguales y se llamen iPad. Fotografiad esos lugares en los que todavía se venden periódicos, y las publicaremos en esta serie. Si queréis.



Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)
Periodiquerías (IX): Berlín - Viena - Moscú
Periodiquerías (X): San Francisco - Puerto de Santa María (Cádiz) - Málaga - Newspaperman
Periodiquerías (XI): Lisboa
Periodiquerías (XII): Venecia - San Petersburgo - Osaka
Periodiquerías (XIII): Barcelona - Los Angeles - Buenos Aires
Periodiquerías (XIV): Kabale (Uganda) - Honolulu (Hawai) - Filadelfia
Periodiquerías (XV): Zaragoza - Gerona - Pamplona
Periodiquerías (XVI): Miami - Nueva Delhi - Lima
Periodiquerías (XVII): Hollywood (Los Ángeles - USA)
Periodiquerías (XVIII): Cagliari (Cerdeña - Italia) - São Paulo - Parlamento Europeo (Bruselas)
Periodiquerías (XIX): México DF - Salzburgo - Buenos Aires
Periodiquerías (XX): Milán - Punta Arenas (Chile) - Cannes
Periodiquerías (XXI): Londres
Periodiquerías (XXII): Xian (China) - Assilah (Marruecos) - Bergen (Noruega)
Periodiquerías (XXIII): Damasco - Washington - Turku (Finlandia) - ¿Monumento al lector de prensa? Tampere (Finlandia)
Periodiquerías (XXIV): El Vaticano - St. Ives (Reino Unido) - Harvard (Estados Unidos)
Periodiquerías (XXV): Denia (España) - Seúl - Nápoles
Periodiquería de la Paz (XXVI): Pekín
Periodiquerías (XXVII): Como (Italia) - Oporto - Plasencia (España)
Periodiquerías (XXVIII): Pretoria (Sudáfrica) - Manchester - Aeropuerto de Heathrow (Reino Unido)
Periodiquerías (XXIX): Guayaquil - Valladolid - Avilés
Periodiquerías (XXX): La Habana - Aeropuerto de Ezeiza (Argentina) - Getafe
Periodiquerías (XXXI): Algeciras - Zamora - Gijón
Periodiquerías (XXXII): Melbourne - Ágreda (Soria) - Oviedo
Periodiquerías (XXXIII): Maranello (Italia) - Llanes (España) - Antigua Venta de Almadrones (Km. 103 de la Autovía A-2 Madrid-Barcelona, España)
Periodiquerías (XXXIV): Oslo - Huesca - Ribadesella (España)
Periodiquería del 15-M: Periodiquería 15-M (Puerta del Sol, Madrid, España)
Periodiquerías (XXXV): Atenas - Puerto de Mazarrón (España) - Aínsa (España)
Periodiquerías (XXXVI): Béjar (España) - Valencia - Jávea (España)
Periodiquerías (XXXVII): Montegordo (Portugal)
Periodiquerías (XXXVIII): Florencia - Split (Croacia) - Kaunas (Lituania)
Periodiquerías (XXXIX): Penang (Malasia) - Liverpool - Cancún
Periodiquerías (XL): Volterra (Italia) - Son Bou (Menorca) - 'El Molino' (Albacete)
Periodiquerías (XLI): Rovinj (Croacia) - Sanlúcar de Barrameda (España) - San Juan de Alicante (España)
Periodiquerías (XLII): Teherán - Bolonia - Monza (Italia)
Periodiquerías (XLIII): Santiago de Compostela (España)
Periodiquerías (XLIV): Pola de Laviana (España) - Pisa (Italia) - Pula (Croacia)
Periodiquerías (XLV): Rangún (Birmania) - Soria - Coca (España)
Periodiquerías (XLVI): Varsovia - Praia (Cabo Verde) - Copacabana (Río de Janeiro
Periodiquerías (XLVII): Chichén Itzá (México) - Cuzco - Vitoria-Gasteiz
Periodiquerías (XLVIII): Turín - São Paulo - Arequipa (Perú)
Periodiquería especial Huracán 'Sandy' (XLIX): Nueva York.
Periodiquerías (L): Valladolid (Yucatán, México) - Montevideo - Santander
Periodiquerías (LI): Taipei (Taiwán) - Colonia (Uruguay) - Viena
Periodiquerías (LII): Auckland (Nueva Zelanda) - Sigüenza (España) - Orozko (España)


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Doble horizontal... y distinta

Parece imposible que algo se pueda hacer tan mal. Y no hablo en este caso del diseño de páginas, sino de la tragedia del Madrid Arena, en la aparecen irregularidades en todos y cada uno de las aspectos en los que se investiga, cuando no flagrantes incumplimientos de la ley. Por parte de la empresa privada, cuyo nombre es mejor no mencionar porque parece una trágica ironía, y por parte de los responsables del Ayuntamiento de Madrid, técnicos y/o políticos, cuya responsabilidad primera es preservar la seguridad de los ciudadanos... y no sólo cumplir sino vigilar y hacer que se cumpla la ley. Pero es que ni de manera intencionada parece posible que se puedan acumular tal cantidad de despropósitos, tan graves, uno tras otro, todo lo que era susceptible de ser incumplido.

También ha puesto de manifiesto el nivel —tanto intelectual como político— y el comportamiento de una alcaldesa —viaje al spa portugués de lujo en medio de la tragedia incluido— cuyo principal mérito parece ser el de haberse casado con un señor que llegó a ser presidente del Gobierno, motivos por los cuales  muchos madrileños se avergüenzan ahora de tenerla como máxima ¿representante? y ¿autoridad? de nuestra ciudad, capital del país y una de las urbes más importantes del mundo. Entre innumerables artículos críticos con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, destacamos los publicados por Jesús Cacho, brutal, y el titulado En apenas un mes, de nuestro compañero Fernando Baeta, director de elmundo.es. Resultaría del todo inverosímil el guión de una película que relatara todo lo sucedido en relación al Madrid Arena tal y como lo vamos conociendo. No nos lo creeríamos. Pero sucedió, para mayor desgracia, sobre todo, de cinco familias.

Si hablamos de páginas relacionadas con el Madrid Arena, resulta difícil elaborar nuevas propuestas principalmente porque el material gráfico es el que es. Y ya no hay más. O aparecen fotografías que hasta ahora no se han hecho públicas o no vamos a tener buenas imágenes, distintas e informativas, a las que ya hemos publicado si hay que volver de nuevo sobre los hechos de la noche del 1 de noviembre. Nuestro periódico descubrió y publicó la semana pasada, por ejemplo, que durante horas no hubo nadie en la sala de de pantallas que debía controlar todo el recinto, algo elemental en la seguridad y que podía haber evitado la tragedia. Y no hay imágenes, evidentemente, de aquella sala vacía llena de televisiones conectados a más de 100 cámaras grabando todos y cada uno de los rincones del recinto, que nadie miraba.

Si, además, tenemos que hacerlo en una doble, cuya segunda página tiene un 4x5  (toda la mitad inferior) de publicidad.... Pues terminamos irremediablemente recurriendo a fórmulas acostumbradas:


¿Le damos una vuelta? ¿Pensamos un poco al revés esta vez... que disponemos de unos minutillos para hacerlo antes de que le llegue el turno al siguiente? Al revés, porque lo habitual es buscar la verticalidad en las páginas de un periódico en vez de estructuras horizontales que supuestamente son más 'calmadas', con menos tensión y que estilizan menos las páginas, cada vez más cortas por los recortes en el tamaño del papel. No aquí:


Disponer los elementos en dos bloques horizontales, igualando con la publicidad, hacen que consigamos una doble muy eficaz en la que todos ellos están más integrados. Es más 'una doble' que en la primera versión clásica en la que siempre tenemos esa publicidad como obstáculo para conseguir precisamente esa buscada unidad entre las dos páginas. Los textos de las tres piezas, el tema principal, el apoyo y el artículo de opinión de gran extensión son exactamente los mismos, con la excepción de un retoque mínimo en el título y en la entradilla, nada más. Las imágenes son las mismas. La doble página es completamente distinta.

Esta disposición nos permite además estilizar de otra manera, 'tirar' de ellas visualmente hacia arriba y abajo, crear un pequeño juego con los espacios en blanco... 



...que es una de las características que distinguen precisamente a las páginas de EM2 —la parte del periódico que cada día engloba las anteriores secciones de Cultura, Ciencia, Salud, Comunicación y toda la sección local de Madrid en segunda edición— con una propuesta tipográfica, de estructuras de páginas y contenidos propia y diferenciada.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Sonidos y música

En el mundo del cine con el montaje suele pasar como con un árbitro de fútbol, se sabe que es bueno cuando pasa desapercibido. Los cortes, las transiciones, los efectos y el sonido se funden en un todo que el cerebro no distingue por separado. A continuación, como regalos en este puente festivo, una de las escenas mejores y más famosas de la historia del cine y el vídeo que más nos ha sorprendido esta semana en el que podréis 'visualizar' la música.

Sonidos. En la escena de 'El Padrino' en la que Michael (Al Pacino) va al restaurante a matar a Solozzo y al jefe de la policía, Francis Ford Coppola no quería música. 'Sin embargo, si queríamos un sonido para subrayar el estado psicológico de Michael, así que utilizamos el ruido chirriante de trenes elevados. El milagro es que el público ¡no ve nada raro en oír un tren a tal volumen que parece que va a pasar por el medio del restaurante! El sonido funciona porque refleja la intensa agitación interior que vive Michael Corleone el momento antes de matar a esas dos personas a quemarropa'.


* Walter Murch es montador de largometrajes desde 1972 y mezclador de sonido desde 1969.  Dos Oscar al mejor montaje  y a la mejor mezcla de sonido por 'El paciente inglés' y otro Oscar al mejor sonido y nominación al mejor montaje por 'Apocalypse Now'. Ha trabajado en 'La conversación', 'El padrino', 'El padrino II' y 'Americanh Graffiti' entre muchas otras.
montaje&postproducción. Declan Megrath. Ed. Océano

Música. 'Somos diseñadores gráficos, artistas de la animación, fotógrafos, editores y directores de fotografía, pero más allá de todo eso, somos familia.' De esta manera se presentan los miembros del estudio creativo  'finally', fundado hace unos meses en Mainz, Alemania.

Para la creación del elegante vídeo que mostramos a continuación se utilizó After Effects para las animaciones de 2D y Cinema 4D, para las de 3D. La composición final se realizó también con After Effects.