lunes, 13 de octubre de 2008

Diseñario (XXXII)

Exuberantes. Excesivos. Desbordantes. Un torrente de palabras que desprecian el más elemental de los principios periodísticos relativo a la claridad, concisión y, en especial, la brevedad. Porque les da la gana. Porque así son ellos, el sin par comité de expertos de encajabaja que un lunes más, fieles hasta el fundamentalismo militante con esta cita semanal, nos ofrecen generosos, nos entregan, expulsan de su ser y lanzan a los cuatro vientos, los siete mares y los millones de píxeles una nueva entrega del Diseñario. Ya sabéis...





Periódico. Sucesión de secciones repletas de informaciones, tanto escritas como visuales que conforman el compañero ideal del desayuno en la cafetería. Los hay tabloides y asabanados, los hay en elegante blanco y negro o en miles de colores, (que para eso los periódicos nos cuentan la realidad y, salvo que seas un perro, la realidad es en tecnicolor). Los hay incluso con unas grapas en el lomo y hay lectores capaces de matar a quien se le ocurra quitárselas. Los hay deportivos y de información general. Los hay económicos en un graso color salmón y económicos en papel blanco, blanquísimo. Los hay muy serios y respetables y los hay que podrían matarte de risa, o de miedo. Incluso los hubo que hasta hace muy poquito no tenían ni una imagen en portada, aunque claro, para sobrevivir a eso tienes que ser disciplinado e inmutable cual pastor alemán.
Y con tanta variedad, ¿hay algo que les caracteriza? Pues sí, su periodicidad. De ahí, claro, su rebuscado nombre. Un diario se precia de serlo porque sale todos los días. Ni siquiera los más graves contratiempos deben interrumpir la frecuencia de encuentro con los lectores, esos por los que un periódico existe. Si esto ocurriera, dejarían de ser periódicos, y entonces, ¿qué somos?
Un periódico es ese compañero de facultad que los alumnos de periodismo nunca consultan. Cuando se licencian, la relación con él cambia. Porque un periodista no tira los periódicos viejos. En lugar de eso, los almacena sin razón, preso de una extraña variante informativa del síndrome de Diógenes, hasta el punto de convertir los asientos traseros de sus coches en auténticas hemerotecas con ruedas y sus casas en secciones de documentación. Se conocen casos de periodistas que han propuesto a sus parejas mudarse a casas más grandes porque ya no tenían espacio para los números atrasados. Familias enteras se han roto por tan singular desorden...
Pero por encima de todo eso, un periódico es ese sueño al que muchos nos apuntamos cuando éramos jóvenes y del que no querríamos apearnos nunca. Un periódico es ese objeto de deseo que se devora con fruición y en zapatillas los fines de semana, por cuyos suplementos se pelean familias enteras y cuyas ideas permanecen en tu cabeza, surgiendo cuando menos te lo esperas, conformando eso tan poderoso e inquietante que se llama opinión pública. La radio puede tener la inmediatez, internet la globalidad, la televisión la comodidad y el espectáculo, pero un periódico tiene la magia de la palabra escrita. Esa que perdura y que queda ahí, para desenmascar a mentirosos, interesados y personajes sin escrúpulos. Para denunciar escándalos y ponerse de parte de los más debiles. Para en definitiva, servir a la sociedad. Ahora más que nunca, que estamos en época de cambios y novedades y jinetes del apocalípsis se empeñan en predecir el fin del papel para informar, los periódicos deben enarbolar, honrados, su principal virtud: trasmitir informaciones serias y trabajadas en las distancias cortas, algo que sólo se consiguen cuando se establece intimidad entre las dos partes, como cuando se comparte un desayuno, o un atasco, o un interminable viaje en metro...

Periodismo. Profesión. Negocio. Religión. Disciplina. Vocación. Maldición. Servicio. Santuario. Prostíbulo. Sacrifico. Enfermedad. Poder. Contrapoder. Cultura. Información. Política. Dinero. Libertad. Prensa. Radio. Televisión. Internet. Locura. Riesgo. Búsqueda. Relatos. Pasión. Escritura. Ideas. Vanidad. Imágenes. Desengaños. Industria. Licenciatura. Voz. Corporativismo. Participación. Fotografía. Polémica. Crítica. Tribu. Mensaje. Mensajero. Verdad. Mentira. Muerte. Vida.

Photoshop. Aplicación informática para la edición y el retoque fotográfico de la casa Adobe. Famoso en todo el mundo, la primera versión de Photoshop data del año 1990 y fue elaborada, ¡vaya sorpresa!, para los ordenadores Macintosh. No es hasta el año 1992, con la versión 2.5 cuando Windows puede cargar el programa.
De estas primeras versiones no queda casi nada, ya que se trabajaba en una sola capa (qué haríamos ahora sin las capas) y como mapa de bits. A medida que se ha ido avanzando en las versiones, las funciones del programa han mejorado hasta puntos insospechados y lo han convertido en el estándar de retoque y edición fotográfica. Lo que antes era una herramienta exclusiva para fotógrafos y diseñadores debido a su complejidad, ahora se ha vuelto moneda de uso común y, prácticamente cualquier persona, con unos mínimos conocimientos, puede editar sus propias fotografías. Gracias también a la fotografía digital y la sencillez en el "revelado" de la misma. Las posibilidades del programa son casi infinitas gracias a los plugins, efectos, pinceles, etc, con los que se trabaja. Es como un taller de pintura (de hecho algunos lo llaman así), pero en dimensiones descomunales.
Puede ser de gran utilidad para determinadas tareas, como el silueteado de imágenes o la corrección de fotografías. Pero como toda arma informativa, también es usada por lo malos para manipular, o por lo menos intentarlo. Son muchos los ejemplos de hábil manipulación, pero también son muchos los ejemplos de las chapuzas que se han llevado a cabo con él.
Sin embargo, también hay gente que lo utiliza como programa para crear imágenes a partir de cero, pero no es este su propósito inicial, ya que al trabajar con píxeles, y no con imagen vectorial, puede presentar problemas a la hora de ampliar determinadas imágenes. Este es, según muchos, el punto flaco de Photoshop, que para hacer más grande una imagen, tiene que "inventarse" los pixeles necesarios para ello ("interpolar" lo llaman), frente a otros programas, como el prácticamente desaparecido Freehand (desde que lo comprara precisamente Adobe y dejara de actualizarlo) o Ilustrator (el programa de "dibujo" inicial de Adobe, y que es el que han ido actualizando) que trabajan con imagen vectorial y no necesitan inventarse ninguna información.
La popularidad del programa ha llegado a cotas tan extremas que es usado por muchos/as famosos como el nuevo elixir de la juventud. Beben de él (Internet está lleno de ejemplos) como si fuera el maná que los va hacer inmortales, cuando lo que en realidad hacen es postergar el momento inevitable en el que Photoshop, esa mágica e infinita herramienta informática, no podrá ayudarles.


Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): Palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.

viernes, 10 de octubre de 2008

El último año bueno

2007. Es el último año bueno. Así se titula el prólogo del informe sobre los medios de comunicación en España y Portugal de 2008 que ha elaborado el departamento de investigación de ZenithOptimedia y que han publicado también en formato de libro con muchísimos datos de interés sobre el panorama global de nuestros medios de comunicación. Hablamos de una compañía dedicada fundamentalmente a la publicidad que elabora estudios de mercado para sus clientes, y su informe es realmente completo. Ellos hablan de "maximizar el retorno de la inversión publicitaria (ROI) de sus clientes", pertenecen a ZenithOptimedia Group, propiedad de Publicis Groupe, desarrollan su actividad en 59 países según su web y manifiestan ser el "mayor grupo de agencias de medios por volumen, con una facturación superior a 34.000 millones de euros". Que ya son euros.

Comienzan sus conclusiones afirmando que "desgraciadamente quienes en la segunda mitad de los noventa profetizaron el final de los ciclos económicos se equivocaron. Sigue habiendo ciclos económicos, con sus fases buenas y sus fases malas, y el mercado publicitario las magnifica". Nos muestran con datos que los primeros síntomas de la crisis comenzaron ya en el verano de 2007 aunque en España se quedó sólo en un aviso porque las inversiones publicitarias crecieron en conjunto un 9,3%. Incluso la prensa escrita, tan moribunda para muchos desde hace años, tuvo un año magnífico con aumentos en su publicidad (5,8%) y en su difusión. Mencionan también a internet como "gran fenómeno de 2007" con un crecimiento medio del 55,4%.



Datos sobre la población española; la información macroeconómica de España y Portugal; los grupos multimedia en 2007; la inversión publicitaria en el periodo de 2003 al 2007; estudios sobre todas las cifras de audiencia, perfil de usuarios, consumo o publicidad de la televisión, la radio, prensa, suplementos, revistas; datos sobre el cine; la presencia exterior de nuestros medios de comunicación; todo un capítulo dedicado a internet; los medios emergentes; e incluso un glosario final de términos sobre medios de comunicación y publicidad. Completísimo estudio que transforma todo el sector de los medios de comunicación de España y Portugal en cifras y gráficos. Y que nos recuerda que 2007 fue el último año bueno, porque a partir del segundo mes de 2008 "se produce el fuerte batacazo" y al grito de "sálvese quien pueda" la crisis empieza a llegar a todos.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Notarios de papel
(información y espectáculo)

Alguien tiene que poner las cosas por escrito, en un papel. Puede resultar incluso que tal y como se está deteriorando la información en las sociedades avanzadas este papel le corresponda, mejor que a ningún otro, al papel. Un papel sólido frente al soporte "líquido" de internet; incluso gaseoso porque sus noticias se evaporan muchas veces al instante merced a su enorme agilidad y rapidez con cada nueva actualización del sitio web que las difunde, las corrige, se desdice, publica ahora como datos contrastados lo que antes había "colgado" sin contrastar para ser el primero. El primero en desinformar, porque los internautas no saben, sabemos, nunca qué versión estamos viendo.

Esto viene a cuento porque el pasado lunes 29 de septiembre se tiraron los trastos a la cabeza responsables de los medios de comunicación y representantes de organismos públicos en una reunión organizada por la Asociación de la Prensa de Madrid en su sede de la calle Juan Bravo con el título "Tratamiento informativo sobre el accidente aéreo en el aeropuerto de Barajas”, en la que participaron José Ramón Arias (Onda Cero), Fernando Sanz (Tele5), Josep Vilar (TVE), Javier Lascuráin (Efe), Magis Iglesias (FAPE), Jorge Rodríguez (El País), Cruz Morcillo (ABC), César G. Antón (laSexta) y José A. Ovies (Telemadrid) por el "bando periodistas"; y Antonio Fernández Serrano (director de Comunicación del Ministerio de Fomento), Rodrigo Ponce de León (Coordinación Institucional y Relaciones Públicas de AENA), Juan Carlos Lozano (director de Relaciones Institucionales del sindicato de pilotos SEPLA), y Luis Serrano (coordinador del Servicio de Información de Emergencias 112), en el "bando institucional". En el número de diciembre de la revista Cuadernos de Periodistas que editan las asociaciones de periodistas se publicarán las conclusiones de estas jornadas. Y antes, cómo no, estarán "colgadas" en las páginas web http://www.fape.es/ y http://www.apmadrid.es/.

Sede de la Asociación de la Prensa de Madrid


Intentaron defenderse, sin mucho éxito, los representantes de los medios reprochando a los organismos oficiales un auténtico "apagón informativo", "falta de transparencia" a la hora de ofrecer datos y la enorme "lentitud" en proporcionarlos. Pero siendo esto cierto, también lo es que no justifica su conducta y las consecuentes acusaciones que les hicieron sobre la "falta de rigor" por difundir noticias falsas, número de muertos o causas del accidente incluidos, y sobre todo, por el tratamiento de los hechos como un "espectáculo". Algo que todos hemos ido haciendo cada vez más en los últimos años, porque la información tiene que ser entretenida, ¿no? Tenemos que hacer lo que sea para captar, o que no se nos escapen, lectores, oyentes y mirantes.

"Durante mucho tiempo medios serios y ámbitos hasta ahora reservados a la información se han dedicado al espectáculo", declara en una entrevista publicada el martes 30 de septiembre en el diario El Mundo Magis Iglesias, nueva presidenta (la primer mujer) de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Y continúa: "Han confundido tanto información y espectáculo, que ha llegado un momento en el que ya no se sabe dónde está la basura y dónde está la información. Debemos separarlo y recuperar entre todos las reglas básicas del periodismo (...) porque el periodismo es la marca de calidad de una democracia".

No parece fácil, ¿verdad? Sobre todo porque la corriente de los tiempos parecer ir en sentido contrario y el triunfo de internet lo favorece. El espectáculo y la falta de rigor, decimos. Claro que estamos generalizando y ya se sabe que todas las generalizaciones son falsas... incluida ésta. Pero en ese soporte "líquido" del que hablábamos antes, tan rápido y moderno, es muy fácil corregir píxeles mentirosos o equivocados, si metemos la pata, así que como no podemos esperar más: "¡súbelo!". Y es también muy espectacular en su posibilidad de brindar imágenes, de ofrecernos vídeos con familias llorando y pedirnos a la vez que dejemos un comentario. Si además tienen al frente supuestos "responsables" que no distinguen entre lo que ES una noticia (ofrecer el vídeo del momento del accidente, noticia de interés general sin ninguna duda, que las autoridades no tenían intención de mostrarnos, y cuya difusión algunos han criticado, periodistas incompetentes incluidos) de lo que NO es noticia, obligando a sus redactores a acosar con micrófonos y cámaras en mano a familiares de las víctimas para preguntarles, como idiotas, "¿qué siente usted?" (estas imágenes lamentables NO son noticia). Y si lloran o gritan, mejor. Incluso si insultan con razón al periodista, porque así es más "espectacular" y porque tenemos que "colgar" un video "con lo que sea" antes que nadie. Todo esto último sirve igual para las televisiones y radios. En la prensa escrita, porque no podemos.



Ese mismo martes, 30 de septiembre, un día después del encuentro en la APM y sin aparente relación entre ambos hechos, el diario El País publicaba un artículo a doble página titulado "Los bulos se disfrazan de noticias en la Red", en el que con sólo mencionar el título nos podemos hacer una idea del contenido. "La realidad es que los internautas están cada vez más confusos: dos de cada tres tiene dificultades para diferenciar bulo de información, según un estudio realizado entre 2.283 personas por la Asociación de Internautas este año", nos dice el artículo entre otras cosas. Algunas de ellas, declaraciones de uno de los más nefastos catedráticos que los estudiantes de periodismo de la Complutense han podido sufrir, disfrazadas de sesudas reflexiones de un "experto en opinión pública". Y no acaba aquí el debate... si hasta el Rey, ¡coño!, ha tenido que salir a la palestra para pedir a los periodistas "veracidad e imparcialidad" en la apertura de la 64ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), entidad que reúne a 1.300 publicaciones de América y acoge a representantes de Europa, y que se está celebrando ahora mismo aquí en Madrid.

Claro que estos problemas no parecen preocupar mucho a los nuevos "periodistas digitales", porque sin ir más lejos en el manifiesto de 233 grados en forma de decálogo y titulado "Después de reiniciar, dibujamos la hoja de ruta", que tanto se está citando y enlazando estos días en la blogosfera, mi querido amigo, tocayo y ex compañero Mario Tascón no menciona ni de pasada entre el amplio repertorio de consejos, advertencias y prácticas la necesidad de "contrastar la información" (lo dará por hecho, esperamos, como no da por hecho todo lo que sí menciona, detalles técnicos y programas de ordenador que los "periodistas digitales" deben manejar incluidos) ni de cuidar el nivel de "espectáculo", posiblemente porque centra sus preocupaciones en "quemar" el papel a toda costa, no sabemos si con nosotros dentro del edificio o dejándonos salir antes. Prisa tiene, no la que ha dejado hace poco para centrarse en su megaproyecto internético, sino de la otra; como si el futuro de su medio del futuro consistiera más en destruir lo que él considera el pasado, porque hasta ahora es de lo único que habla su blog en grados centígrados, copiando la que fue idea genial en grados Farenheit.


Se podrá argumentar que, claro, esto es lo que dicen los medios "de papel" en sus reportajes (El País) y entrevistas (El Mundo). Pero nosotros no somos un medio de papel y también lo decimos. No somos los únicos en la red en hacerlo, en realidad. La calidad de la información impresa es superior, ahora, a la información difundida por internet, aunque ya sabéis lo de las generalizaciones. Perdidos otros frentes ya como la actualidad, la inmediatez o la "espectacularidad", a los diarios impresos parece que al menos les queda una función de "garantes de la actualidad". Porque ellos pueden pararse a pensar. Un momento, o dos. Los que hagan falta porque tienen varias horas hasta el cierre, normalmente. Y pueden hacer llamadas. Las que hagan falta. Desplazarse hasta donde sea necesario y hablar con quien haya que hablar. Todavía tienen medios y el prestigio necesario para hacerlo. Todavía se les abren puertas e influyen en la sociedad. Pueden convencerse a sí mismos, y a los demás, de que nos les hace falta el "espectáculo". Pueden contrastar todo lo que se imprime, es más, tienen que hacerlo porque sus noticias quedan por escrito, como si fueran notarios de papel que dan fe de los sucedidos. Podría ser uno de los papeles del papel, de futuro tan incierto como nos dicen. Futuro tan incierto, nos dicen también, como el de la información de calidad.

lunes, 6 de octubre de 2008

Diseñario (XXXI)

El comité de expertos de encajabaja sigue definiendo y además bautizando fenómenos diseñísticos que hasta el momento no tenían nombre como su peculiar "patata" que hoy nos ofrece en esta última entrega del simpar Diseñario. Obra colectiva, irreverente y abierta a la participación universal.





Pata. En diseño, sinónimo de columna. También extremidad que se puede introducir violentamente y que luego cuesta retirar. Los periodistas poseemos una capacidad sobrehumana para meterla (la pata, decimos) y luego otros tendrán que aunar esfuerzos para intentar corregir en un tiempo récord los desaguisados que se hayan producido en tan lamentable acto. Pero puestos a meter (patas), volvamos al diseño. Una simple pata puede cambiar el mundo. Una pata es mucho más de lo que parece. Hay patas que no son más que un soporte para el título, pero también las hay con personalidad propia, que reniegan de una estructura hierática y avanzan por la página, hasta el punto de adquirir una nueva y estética función. Usada con buen criterio, una triste pata puede dinamizar la estructura entera de una página. A eso se llama pata americana: la última columna de un texto supera la altura del títular, iguala con la parte superior de la información, y la arropa, cual cálida manta. De esta manera, se consigue movimiento, sorpresa e incluso se separan los temas con un único y hábil recuso. Recurso al que todos hemos recurrido en alguna ocasión desesperados en busca de dinamismo, y recurso del que ahora todos huimos, debido a la proliferación de grandes fotos, páginas con diseños espectaculares y estructuras innovadoras que luego no pueden cambiarse cuando a última hora suceda alguna desgracia, porque ¿qué hacemos con las patas?. Digamos que una página con patas se plantea al revés que una normal. Si orientamos el orden de lectura hacia el sur (en un diseño normal) todo puede ser sustituído en un momento dado, ya que el primer orden de lectura (títulos, imágenes) se garantizan una cómoda situación en la parte alta de la página. Ahora bien, si orientamos la lectura hacia el norte, la estructura de la página es mucho menos dúctil, ya que tenemos demasiados compromisos (la imagen por arriba mandando, el título en sintonía con la imagen, el texto que envuelve...) En esos casos lo norma es tener que deshacer la página para realizar un cambio. Pardójicamente, en los últimos años se aprecia una tendencia que abandona el diseño más modular (aquél que hizo escuela con EL PAÍS y que no nos engañemos, aún nadie ha superado en cuanto a utilidad a la hora de hacer y lo más importante, deshacer un periódico) para adentrarnos en páginas más espectaculares, arrevistadas, en las que lo visual tiende a marcar la pauta de la página. Y teniendo en cuenta que no hay criatura más caprichosa que la información diaria, no parece muy buena idea contrarer una hipoteca, aunque sea muy visual, antes de empezar a negociar las páginas.

Patata americana. A fuerza de utilizar un recurso, entre todos hemos creado un monstruo. Una pata americana era algo apreciado. Suponía una ruptura, una novedad. Incluso hubo una época en la que una pata americana era una frivolidad, una exquisitez, un delicado amuse bouche con el capturar la atención de un lector acomodado. Una invitación a subir al frenesí del movimiento, dispuestos a pasar un viaje inolvidable a través de textos bien editados, piezas estructuradas con orden y criterio, y secciones que pasaban en un suspiro, acunado el lector en su medido ritmo. Pero todas las convenciones terminan cayendo. Y de la armonía de la pata americana han surgido nuevas criaturas, necesitados como estábamos de justificar que a fuerza de repetir hasta la saciedad la pata americana nos hemos cargado su principal virtud: la sorpresa que provocaba situada entre un diseño más estático. Lamentablemente, ahora subir una pata no nos dice nada, nos deja fríos. Y por eso subimos dos. Y hasta ¡¡tres!!! Y surge la patata americana, esa perversión de algo puro, esa estructura deforme y bizarra, como un Mr. Hyde informativo que se agazapa entre las páginas, contagiando su fealdad a todo el producto. Pero aún quedan lectores a los que este desequilibrio les produce rechazo. Aunque no se vean, esas cosas se sienten al ojear un periódico. La patata americana es algo tan antinatural que necesita la ayuda de otros elementos para poder hacer legibles los textos. Nunca veréis dos y tres patas de texto juntas sin algun elemento que las rompa y aligere (un apoyo, unos sumarios o algo así) En esos casos se nota su artificialidad. ¿Un recurso que necesita de otros para cumplir su función?. Una tomadura de pelo.

PC. O personal computer, germen de todos nuestros males informáticos, es decir, que si no tuviéramos pcs, no tendríamos que preocuparnos de que se colgaran las páginas o de que tuviéramos el ordenador infestado de virus, pero, reconozcámoslo, la vida sería un poco más complicada. Y no nos estaríais leyendo ahora.
El origen de los ordenadores, tal y como los conocemos hoy, data de la década de los cuarenta, cuando ocupaban habitaciones enteras y los programas consistían en válvulas y cables que, según la posición que ocuparan, llevaban a cabo una acción u otra. Ordenadores como estos fueron los encargados de, por ejemplo, descifrar el código de la máquina Enigma o para calcular la trayectoria de las balas (de donde surgió el primer videojuego, el tenis para dos).
Pero no es hasta los años 70 cuando los ordenadores empiezan a instalarse en los hogares y se les puede llamar verdaderamente como personales, por ser precisamente eso, manejables por una persona y no por un ejército de científicos. Estos ordenadores eran fabricados por Atari, Commodere y Apple.
Al principio los ordenadores sólo los empleaban los aficionados a la informática para jugar. No es hasta la aparición de la hoja de cálculo Visicalc, en un primero momento para Apple y luego para IBM, cuando el ordenador se emplea como herramienta de trabajo.
A partir de ese momento se dio el pistoletazo de salida a una carrera que no tiene visos de acabar nunca. Una carrera en la que gana el que consigue el procesador más rápido, la gráfica más potente y el ordenador más pequeño. El que lleva al extremo más extremo la miniaturización del pc y consiga que nos lo llevemos a todas partes, con el consiguiente cabreo de la familia por hacerle más caso al ordenador que a ellos. Y es que, a estas altura, muchos llevamos un mini-ordenador en el bolsillo, porque, al fin y al cabo, los móviles, algunos, son eso, mini-ordenadores.
Precisamente esta carrera ha llevado a los PC a ser el producto que más rápido se queda obsoleto, porque el pc que has comprado hoy como una máquina superpotente, pasados dos días es un máquina potente, a secas, y bastante más barata.
Otra acepción de PC es aquella que le contrapone a los MAC. La eterna pelea entre "maqueros" y "peceros". Aunque como hemos visto, los primeros ordenadores personales eran Apple, se les ha excluido de esta acepción para poder distinguirlo de otros sistemas operativos. A partir de aquí, la pregunta de siempre: ¿MAC o PC? Aunque quizá esta exclusión se debiera a su precio casi prohibitivo y que los que compraban los mac solían ser empresas y pocas casas, hasta hace unos años. contaban con ellos. Pero recordar, los primeros mac fueron los primeros pc.


Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): Palo seco-párrafo.

viernes, 3 de octubre de 2008

Paredes tipográficas

Casi todos en nuestra vida laboral hemos podido asistir a algún Congreso y siempre hemos tenido que esperar, o bien a que abrieran las puertas del auditorio o bien a que todos los asistentes estuvieran registrados. Para hacer esa espera un poco más amena, la entrada del nuevo auditorio de Unidad Editorial, estrenado hace pocos días, cuenta con unas paredes tipográficas muy curiosas. De la mano de 3g-office, estás paredes cuentas con vinilos con las mejores y más empleadas tipografías en distintos tamaños y con una brevísima referencia a su historia. Os dejamos un reportaje fotográfico.

















miércoles, 1 de octubre de 2008

Nuevo rediseño de Cases

Uno de nuestros estudios de diseño más internacionales se ha ido hasta Rumanía para rediseñar uno de sus más importantes periódicos. Todavía no ha recogido el premio por su trabajo en "Público" como periódico mejor diseñado en España este último año (ÑH5) y Cases ha vuelto a la carga (hemos perdido ya la cuenta de todos sus aventuras, siempre exitosas) cambiando por completo la imagen del diario de Bucarest "Adevarul" ("La Verdad"), fundado en 1888 (aunque ha pasado por varias refundaciones, la última de ellas con la caída del régimen comunista de Ceaucescu en 1989, que corresponde con la actual), y con una tirada de unos 100.000 ejemplares. Encajabaja os ofrece en exclusiva sus renovadas páginas:








Como podéis observar son páginas Cases 100 por 100. Su estilo inconfundible lleno de rayitas, que tantas críticas y alabanzas ha recibido, pero repleto de orden y elegancia. "Navegadores" en la parte superior de las aperturas como todo buen rediseño que se precie en los últimos tiempos, tipos muy legibles y a la vez poderosos en las páginas deportivas y el buen hacer habitual de Cases con las paletas de colores. Enhorabuena a Cases, y a sus associats a quien aprovechamos para enviar un abrazo cariñoso.

Premios ÑH05


Como muchos ya sabéis, se han fallado los premios ÑH05. Tenéis un gran resumen en este post de nuestros amigos de Cuatro Tipos, siempre atentos, pero os adelantamos que los periódicos mejor diseñados durante 2008 han sido Público, Diario de Noticias (Portugal) y Diari de Balears.

Y no os perdáis en los próximos días a nuestro amigo Diego Areso y su blog Quinta Tinta, porque ha tenido la oportunidad de participar como jurado y promete contarnos cómo ha sido el proceso de elección de los ganadores en sus distintas categorías.

Por cierto, la ceremonia de entrega de premios y el correspondiente congreso, será entre los días 12 y 14 de noviembre en Zaragoza.

Actualización: Nuestro buen amigo Miguel Ángel Jimeno, de La Buena Prensa, nos avisa a través de los comentarios, que mañana va a publicar las portadas ganadoras. Así que ya sabéis, mañana tenéis una cita en el blog de lado. Gracias MAJ por el aviso.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Diseñario (XXX)

Parece que los números redondos establecen barreras, o marcan logros... de una manera artificial, eso sí. Porque en realidad son uno más, nada más. Pero suenan bien. Treinta entregas con ésta que hoy nos ofrece el comité de expertos de encajabaja con párrafos sevillanos incluidos del Diseñario: obra colectiva sobre el diseño periodístico y la prensa, irreverente y abierta a vuestra participación.





Palo seco. Una de las peores maneras de que algo entre en el interior de otro algo. Es muy duro hacerlo a palo seco, como muy duros se les antojan a los tipógrafos los caracteres ascendentes y descendentes de las letras de palo seco, frente a la grácil elegancia de los caracteres con serif. Porque palo seco es otra de las maneras, muy castellana ésta y suponemos que sin traducción literal a otros idiomas, de llamar a los tipos de letra sin remates. Sans serif (sin serifas, serifs, remates o gracias) también se las denomina utilizando el término francés; en el mundo anglosajón son gothic (no traducir como gótica); y además se emplea para ellas el término grotescas, en cuya voz describimos sus características.

Pantone. Guía de color creada en 1963 por la empresa Pantone Inc. (Nueva Jersey, EEUU) que en un principio comercializaba tarjetas de colores para compañías cosméticas.
El Pantone es uno de los más logrados intentos para reproducir colores con fidelidad. Es un color directo, sin mezcla de planchas, para el que hay que hacer una plancha propia que después imprimirá una tinta determinada según el número que hayamos elegido de su catálogo. Por esta razón es un procedimiento caro, pero fiable. El catálogo Pantone está formado por un gran número de tarjetas de cartón sobre las que se imprime en un lado muestras de un mismo color pero con distinta tonalidad. Una de estas tarjetas podría incluir una gama de rojos del más claro al más oscuro. Cada uno de estos colores va identificado con un número (y corresponde a una tinta determinada que, utilizando el papel apropiado, imprimirá esa tonalidad).
Este sistema es muy útil para poder recrear el color elegido de una manera exacta, por eso en el mundillo del diseño y las artes gráficas es muy utilizado (cuando el presupuesto lo permite) aunque también tiene un papel destacado en la moda, el hogar, el diseño industrial, pintura de interiores, etc.
Actualmente cualquier programa de ordenador de diseño o retoque fotográfico cuenta al menos con tres sistemas: El Pantone y los sistemas RGB y CMYK. Estos dos últimos se basan en la mezcla de los porcentajes de los colores. Pantone Inc. define a su producto como color directo. Hay también otros sistemas como el CIELAB más complejos y menos utilizados (sobre todo en programas de software libre).
Algunos organismos oficiales en Canadá, Corea del Sur y otros han abierto las puertas de sus Parlamentos a Pantone Inc. para poder definir exactamente el color de sus banderas (el color azul de la bandera escocesa es el Pantone 300).
Finalmente debes tener en cuenta que el color que se ve en el monitor no es exacto al impreso, de ahí lo importante de tenerlo bien calibrado y que tendremos que asegurarnos antes de encargar un trabajo a nuestra imprenta. Tampoco le vendría mal a algunos profesionales de brocha gorda tener su Pantone porque, y lo decimos por experiencia propia, hay mucho pintor daltónico suelto que confunden un verde clarito con un amarillo.

Párrafo. Unidad discursiva compuesta por distintas oraciones que expresan una idea común. Sus características fundamentales son la unidad y la coherencia, es decir, que tanto la oración principal como las secundarias expresen una misma idea y que el conjunto de todas presenten un orden lógico y claro. ¡Hala!, ahora que ya sabeis lo que es un párrafo, buscad alguno en vuestro periódico preferido que presente estas características. Os lo advertimos, no va a resultaros fácil.
Morfológicamente un párrafo se diferencia de los demás por presentar una sangría al principio del mismo, un espacio blanco equivalente a varios espacios en blanco. También puede llevar una interlínea algo mayor antes de su primera línea que entre las demás. Al final del texto de un párrafo se aplica un fin de párrafo, ese símbolo extraño como una "P" invertida que aparece cuando presionamos la tecla ENTER. Se diferencia del salto de línea en que lleva asumidos las condiciones del siguiente párrafo, blancos y justificaciones.
El párrafo pues se convierte en una unidad de medida dentro la página. Mide bloques de configuración tipográfica y mide unidades informativas. Porque la información también puede medirse en párrafos. De hecho cualquier información debería poder contarse en un sólo párrafo. Ésta es la máxima de la estructura de la pirámide invertida. Todo lo que no pueda contarse en el primer párrafo (que contendrá las famosas cinco uves dobles) no se considerará fundamental a la hora de entender lo que se nos cuenta. Esto no es tán fácil de aplicar y si os fijáis no es que se cumpla a rajatabla. Cuántas veces no habremos leído hasta la mitad de la página para poder exclamar: "¡Anda, si eso es a lo que se referían en el título!". Pero los redactores son celosos de sus párrafos. Por eso cuando a veces les sobra algo de texto y les dices que van a tener que cortar unas líneas, o a lo peor, el último párrafo, te sueltan impactados: "No es posible, pero si ahí cuento cosas importantísimas!", a lo que habría que responder: "No lo dudo, pero si son tan importantes podrías haberlas contado diecisiete párrafos antes ¿no crees?".
En Quark -y en el resto de procesadores de texto y programas de autoedición-, el párrafo también tiene una importancia mayúscula. Será la unidad por la que se defina la estrucura tipográfica del texto. El estilo de párrafo marca la pauta en cuanto a tipografía, interlineado, particiones y justificaciones, y sangrías del texto. Siempre tiene asociado uno de carácter, que confiere propiedades individuales al texto, pero es el de párrafo el que dice cómo va a comportarse el bloque en ese párrafo.


Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Cy Towmbly

Son apenas manchas de color acrílico, trazos vigorosos con lápices de cera y grafito sobre enormes lienzos y, sin embargo, podemos ver barcos ardiendo hundiéndose en el mar. Sentir incluso la tragedia de una batalla naval, algo que nos ha sucedido con bastantes pocas obras del denominado expresionismo abstracto.

Porque Cy Towmbly, pintor norteamericano nacido en 1928, perteneció a este movimiento y mantuvo relación con sus principales artistas, como el archiconocido Jackson Pollock en el Nueva York de la década de los 50 del pasado siglo. Sucede que se apartó de la ortodoxia, de las reglas que cada movimiento se da a sí mismo, por muy rompedor, vanguardista y revolucionario que se autoproclame. Primero, dejando Nueva York para casarse con una mujer italiana e instalarse en Roma y, después, incorporando a su obra elementos que los expresionistas abstractos consideraron "reaccionarios", por ejemplo las formas reconocibles y los elementos caligráficos que muchos críticos asociaron al graffiti callejero (él lo desmiente) con los que creó un estilo propio, un lenguaje que lo identifica como creador. Sus alusiones al mundo clásico y a la cultura europea, en especial mediterránea, no le han servido precisamente de ayuda, sino todo lo contrario. Tuvo que pagar el peaje propio de la independencia y su nombre quedó relegado y apartado de la escena artística neoyorquina que es la que ha dictado la "norma artística" mundial desde entonces. Para el gran público, nosotros incluidos por supuesto, ha sido un auténtico desconocido hasta que crítca y grandes museos parecen haberlo redescubierto, o aceptado, en los últimos veinte años. Ahora goza de reconocimiento universal, está considerado una de las grandes figuras de la pintura contemporánea y hasta el pasado 14 de este mes, la Tate Modern de Londres ha estado exhibiendo una enorme retrospectiva de su obra, con el título Cycles and Seasons, basada, sobre todo y como su nombre ya nos dice, en sus series y ciclos. En el museo del Prado podemos ver hasta este fin de semana una serie de pinturas suyas, escalofriantes, de una fuerza descomunal, tituladas Lepanto.


Son doce enormes lienzos que pintó por encargo de la Bienal de Venecia en 2001. Un "gran ciclo narrativo consagrado a la célebre batalla que enfrentó, en el golfo de Lepanto el 7 de octubre de 1571, a los turcos otomanos con la llamada Liga Santa, coalición cristiana formada por España, Venecia y la Santa Sede". Towmbly utiliza todos los resortes de su poderoso lenguaje visual para recrear la batalla y, sobre todo, transmitirnos el horror de la guerra (todavía estoy esperando que otra obra del expresionismo abstracto puro, incluido el afamado Pollock, me haga sentir algo), dando un paso adelante en la enorme tradición de pintura de batallas, de las que buena parte cuelgan en las paredes del Prado y, sobre todo, en El Escorial. Seguro que Towmbly las ha visto, y ha ido más allá... porque sus barcos parecen hundirse en un mar de sangre y fuego.


Tan sólo hay una nota discordante en esta muestra. Alguien ha tenido la "brillante" idea de colocar en la misma sala cuadrangular del nuevo edificio, donde están los doce lienzos, un cuadro de Velázquez, el Bufón llamado "don Juan de Austria", donde el genial pintor trata al parecer el tema de Lepanto con "distancia irónica", según el catálogo. No tiene nada que ver con el resto de los cuadros, ni tan siquiera con la temática o con el punto de vista del tema para ser más exactos. No crea ningún contraste ni contrapunto ni ironía ni nada. Sobra y distrae. Menos es más. Menos "ideas geniales" y más sencillez. Os decíamos que la exposición termina este fin de semana (como tantas veces se nos ha hecho tarde y no la hemos podido ver hasta ahora aunque la hemos tenido aquí todo el verano) pero la serie de Lepanto de Cy Twombly quedará instalada de manera definitiva en el Brandhorst Museum de Múnich.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Fauna redaccional

No sólo buitres y ratas figuran en el censo de las redacciones periodísticas, aunque ciertamente son de los más abundantes entre su variopinta colección de especímenes. Pululan por cualquiera de sus rincones, al acecho, ningún departamento está a salvo de ellos... ni de las cucarachas, que también las hay.

Podría parecer extraño, pero en este lugar en el que se plasman ideas por escrito y donde se difunde la cultura no faltan burros, borregos, ni algún que otro pequeño rebaño de ovejas, asustadas porque no existe redacción sin lobos.
No es una granja doméstica una redacción, ciertamente, pero convivimos con cerdos, los que suponen que no les hace falta pasar por la ducha y se aplican el desodorante directamente sobre los sobacos sudados. ¡Qué asco! Patos, ocas y gallinas con sus alegres cacareos nos confunden y crean el característico ambiente sonoro de las redacciones. Vemos perezosos que no se mueven de sus asientos; tardan tanto en coger el teléfono que para cuando lo hacen la noticia que les cuentan ha dejado de serlo. Marmotas dormitando frente a la pantalla del ordenador. Zorros y zorras, tan listos ellos, y ellas... Escorpiones y serpientes, seres venenosos que emponzoñan.

Tiburones en las altas esferas, como en cualquier empresa que a fin de cuentas somos. Perros ladrando y otros que no se separan de sus amos, fieles a quienes les dan de comer, esperando a que les tiren una pelota para ir correteando a por ella, una vez, otra, otra, otra. ¡Quién se ríe al fondo! Ah, es la hiena del lugar.



No todo son alimañas; bichos molestos, repulsivos, dignos del pisotón final que no podemos darles porque, a fin de cuentas, son compañeros. También compartimos redacción con águilas de la información, siempre atentas, veloces, de garras poderosas para capturar exclusivas al vuelo. Osos panda a quienes quisiéramos abrazar, adorables, amables, siempre con una sonrisa y la bondad por delante. Caballos que soportan el peso de sus secciones, animales de noble raza, porte distinguido, capaces de correr cuando se necesita. Linces inteligentes y precisos, en peligro de extinción... como casi todos estos últimos ejemplares de los que nos cuesta encontrar, porque como sucede de manera general, lo bueno y lo malo sufren un desequilibrio brutal a favor de los últimos, tan abundantes. Vivimos juntos perros y gatos, lobos y ovejas, liebres y tortugas. Incluso tenemos un entrañable lagarto que perdió su terrario al que llegaban los teletipos con el cambio de edificio, fiel lector y comentarista de encajabaja que, además, ha sido la chispa primigenia, el impulso creador, el origen de este post irracional que hemos escrito a cuatro patas como lo que somos, auténticos animales.


Mario Benito y Luis Blasco

lunes, 22 de septiembre de 2008

Diseñario (XXIX)

No contentos con reflexionar, estudiar, investigar y escudriñar los términos que existen en el mundo del diseño periodístico y la prensa en general para después definirlos y hacerlos accesibles a la blogosfera entera, al mundo mundial si cabe, el comité de expertos de encajabaja, crecidos seguramente sin razón para ello, se atreven incluso a inventar términos nuevos en este suyo y vuestro Diseñario. Colectivo. Irreverente. Abierto.





P


P&J. O lo que es lo mismo, partición y justificación. Oscura y rara opción de Quark (y de todos los programas profesionales de autoedición y fotocomposición) que sirve para indicarle al susodicho cómo partir las palabras (men-sa-je, respetando las sílabas, lógicamente) al final de una línea y los valores máximos y mínimos de blanco entre letras y palabras necesarios para justificar el párrafo. Con esto, el programa se encarga de encoger o estirar las líneas para que todas ocupen la misma anchura. Cada idioma y cada trabajo tiene sus propias PyJ, por lo que puede haber infinitas particiones con sus correspondientes justificaciones.
Este apartado, que puede parecer demasiado técnico, es, sin embargo, importante, porque con él tendremos que evitar que partan muchas palabras seguidas y así evitar una escalera de guiones al final de la línea. Y es uno de los apartados que se tienen en cuenta según la tipografía que estamos usando para nuestros trabajos.
Pero no os preocupéis si veis la pantalla de partición y justificación y no os enteráis de nada, no seréis ni los primeros ni los últimos. Hay expertos que se encargan de esto y no son tímidos informáticos.
Si durante uno de tus trabajos ves que algo raro hay en la partición, que las letras se te estiran como si se odiaran o se juntan como amantes en una noche de verano, el problema está probablemente aquí. Ajusta la partición y listo...

Página. Nuestra razón de ser, el fin último que busca todo maqueta que se enorgullezca de serlo, el grial de los caballeros del tipómetro, ese espacio imaginario en el que fuerzas ocultas y mágicas ordenan múltiples elementos para crear un todo, una pequeña entidad con vida porpia capaz de reproducirse después hasta el infinito y más alla en infinitas hojas de papel. Idea platónica, inalcanzable pues, que las rotativas proyectan escupiendo tintas de cuatro colores desde sus cavernas industriales para que los mortales vean su reflejo impreso en los periódicos de cada ciudad, en sus revistas, en los libros...
Es una unidad también en la prensa escrita para medir la importancia de las noticias. Porque una página puede contener varias de ellas (lo más habitual, hasta ahora, porque llegan tiempos "visuales" que posiblemente lo cambien); pueden poner toda su superficie a disposición de un solo tema; o incluso pueden ser parte de un tema, muy importante, que abarque varias de ellas.
Existen páginas nobles, como la primera página de cada periódico, y páginas comunes, que permanecen ocultas, nerviosas, a la espera de que alquien las descubra al pasarlas y se detenga en ellas, y las lea, las mire, admire sus imágenes y, en el colmo orgiástico paginil, que aprecien y exalten su estructura, su equilibrio, la elegancia en la disposición de sus lementos, el impacto o la serenidad que quieren transmitir y sólo alguna vez logran. Por eso lamentan con crujidos desagradables que las pasemos, gritan así que no, que nos quedemos en ellas.

Página web. Resultado de la evolución... que estás viendo. Uno de los últimos en lo que se refiere a soporte para distribuir la información. Es la forma que ha elegido internet (o la web, de ahí su nombre) para estructurar y difundir sus contenidos. Necesita de electricidad continua para existir, pero a cambio de tan engorrosa dependencia ofrece todas las posibilidades que han existindo hasta ahora de manera simultánea: texto, sonidos, e imágenes de cualquier tipo: fijas (fotografías, ilustraciones, gráficos...) o en movimiento (vídeo). Utiliza todos sus lenguajes y comienza a crear el suyo propio, apoyado en el poder de los vínculos. No sólo contiene todos los medios de comunicación pasados y presentes, sino que es muy posible que contenga también todos los futuros, aunque esta profecía, insensata como todas las que se atreven a querer ver los tiempos venideros, está condenada a equivocarse. Por ejemplo, si se nos apagan las luces.

Paginero. O lo que es lo mismo, folio fotocopiado "n" veces (con la consiguiente pérdida de nitidez) en el que los jefes de cada sección se encargan de dibujar su sección con la publicidad que tiene cada una, los temas que van a ir en cada página y otros datos que varían de un jefe a otro (desde números de teléfono sin dueño, autores de los textos o una pequeña lista de la compra que han captado a vuela pluma). Al principio del día el dibujo es limpio y claro, pero a medida que avanza y la cosa se complica, el dibujo pierde su forma original y se convierte en un totum revolutum indescifrable incluso por el propio autor. Auténticas obras de arte.
Con estas hojas suelen acudir a la sección de maquetación para intentar mostrarnos cómo han planteado ellos la sección, pero rara vez les hacemos caso porque los maltrechos ojos nos impiden ver dibujos superpuestos o microscópicos, por lo que preferimos que nos lo cuenten de viva voz.
También le llaman planillo de sección.


Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Gira el mundo gira

Hay cosas que están predestinadas a cambiar y no podemos hacer nada para evitarlo. Y una de esas cosas suelen ser las páginas de un periódico, y más si se trata de la sección de Nacional, donde las noticias adquieren y pierden importancia a una velocidad que ya le gustaría al Renault de Alonso.

Pero también hay cambios en la forma, no sólo en el contenido, y es que empezar a diseñar una página puede parecer, a priori, fácil si tienes todos los elementos. Pero el problema surge cuando tienes esos elementos pero no sabes exactamente su contenido.

El tema en cuestión es Miguel Ángel Revilla, el singular presidente de Cantabria que al parecer supone, tan campechano él, que nos interesa saber que "mojó" por primera vez a los 18 años, "y pagando". Noticia gilipollas de la semana. Pero noticia, al fin y al cabo. El redactor jefe de Nacional, Vicente Mateu, nos trajo el material que quería incluir en la página. A saber: un texto principal y dos apoyos, uno con las 10 mejores frases de Revilla y otro con diversas polémicas verbales en las que se han visto implicados nuestros políticos. Si el texto principal quedaba muy grande podíamos incluir otra pieza pequeña. Vale, con esta premisa Esmeralda, compañera y amiga de la sección, colaboradora ocasional de encajabaja, acepta el reto y dibuja lo siguiente.



Parece que está ok, están todos los elementos en la página. Pero no le convence a Vicente, quiere "dos grises" (cremas, en este caso), esos apoyos con trama de color que destacan una parte del contenido. Además, la foto le parece pequeña, "quiero más imagen", nos repite como si fuera un estribillo de rock duro. Ok. Esta vez es Mario quien intenta coger el testigo y modificar el diseño para incluir los nuevos elementos, pero no llega a terminarla (el caos y a la vez la interconexión de la sección de maquetación son asombrosos, ya os contaremos...) y es finalmente nuestro también compañero y amigo Fernando quien lo hace. Resultado, un crema con dos textos simétricos, uno para las perlas de Revilla y otro para las otras polémicas. La foto pasa de dos a tres columnas y desaparece la cuarta pieza de la derecha.



Pero, como hemos dicho antes, conocer el contenido de los elementos es muy importante. Poco más tarde, aparece Vicente de nuevo. La redacción está diseñada de tal manera que los maquetas no podamos escondernos en ningún lugar, por lo que no nos queda más remedio que recibirle con una sonrisa. "¿Qué pasa ahora, Vincent, algún cambio más?" Creo que no contesta directamente la pregunta, también sonríe, "hola de nuevo, sadomaquetas, tengo ya el contenido real de los apoyos". Uno ocupaba menos de media columna y otro poco más de una. Por lo tanto no podían ser simétricos. Otra vuelta al tiovivo. Resultado final de la página:



Luis Blasco y Mario Benito