Uno de los recuerdos más nítidos de mi infancia me sitúa en casa de mi tía Merche en Zaragoza. Tras abrir la puerta y los correspondientes abrazos, besuqueos y frases del estilo "cómo has crecido, qué alto estás", salgo disparado hacia el pasillo. A mitad de camino me paro en un armario y abro uno de sus cajones. Acto seguido saco uno de los tebeos de las aventuras de Tintín que mis primos Javi y Pedro guardan ahí. A partir de ahí mi memoria se diluye en las aventuras del periodista, sus inseparables compañero y su entrañable mascota Milú.
Algo parecido, elevado a la enésima potencia, le ocurrió a Jordi Tardá, aunque en diversas etapas de su vida y en grado superlativo en cada una de ellas. No en vano, y gracias a todo el material recopilado (impresionante) durante tantos años ha montado en la Fundación Carlos Amberes una magnífica exposición denominada "Tíntín en el mundo de Hergé".
Apasionado por el dibujante belga, no se declara coleccionista del mundo de Tintín, sino "Hergeólogo", o lo que es lo mismo, arqueólogo de Hergé. Y vaya si es un buen arqueólogo. Se ha trillado todas las tiendas de antigüedades de Bruselas, la ciudad que vio nacer a Georges Remí, verdadero nombre del creador de Tintín, todo con un único objetivo: conseguir todo el material posible relacionado con Hergé.
Pero volvamos a la exposición. La cantidad de material es tan grande que es difícil no salir de la misma con la sensación de que antes no habíamos visto nada más que una ínfima parte del universo hergeriano (¿se dirá así?), que el tebeo que leímos y releíamos no era más que la puerta de entrada a un mundo inabarcable. Ediciones de múltiples países, pruebas de imprenta, bocetos, fotolitos, ideas, trazos inacabados, periódicos de la época en los que trabajó, incluso objetos atípicos, como botellas de champán decoradas con viñetas de Tintín, cartas del propio Hergé o bustos del dibujante, son solo algunos de los ítems que podemos encontrar aquí. Y también material de Hergé en otras facetas de su vida o material de otras fuentes en las que se habla de él (periódicos, libros, etc). Toda una labor arqueológica.
Todo esto se completa con una variada y detallada exposición de todas los cómics con su cronología, tanto en España como en las ediciones originales, anécdotas, personajes principales, libros en los que se inspiró Remi, etc. Y, cómo no, una detallada evolución de la vida del propio Hergé, que marcó a fuego el desarrollo de ese gran personaje que fue Tintín y su inimitable flequillo. Un personaje pegado a la actualidad. Recordemos algunos de los temas con los que tiene que lidiar el joven periodista: la Guerra Fría, tráfico de armas, espionaje o temas paranormales.
Con tanto material, es difícil no caer rendido ante los trazos de Milú, Hernández y Fernández y el genial Archibald Haddock, entre otros personajes. Personajes que marcaron la infancia de muchos de nosotros.
Para los que fueron a ver la exposición de Tintín en París (entre los que me encuentro), simplemente decirles que vayan también a ver esta exposición. No tiene nada que ver. La cantidad de material y la variedad la hacen complementaria e imprescindible para los amantes del universo de Hergé.
Por último recordaros que la exposición estará hasta el día 3 de febrero en la Fundación Carlos Amberes de Madrid (Claudio Coello, 99). La entrada es gratuita, aunque si donas un euro te obsequian con una gaceta dedicada a la exposición en la que personajes de todos los ámbitos (Gallardón, Miguel Ángel Aguilar, Benoit Peeters, entre otros) se declaran fanáticos "tintinólogos".
Os dejo que tengo que pegarle un toque a mi tía Merche para ver si todavía tiene el armario en el pasillo.
Os dejo que tengo que pegarle un toque a mi tía Merche para ver si todavía tiene el armario en el pasillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario