lunes, 21 de abril de 2008

Diseñario (XIV)

Aunque pueda parecer increíble los lunes han dejado de ser ese día aciago que todos odiamos porque hay que volver al trabajo o al cole. Bueno, casi todos, porque en los periódicos trabajamos también los fines de semana lo que nos obliga a librar cualquier día y a odiar, consiguientemente, cualquier día de la semana también. Y decíamos que han dejado de ser aciagos los lunes porque desde hace ya catorce semanas el comité de expertos de encajabaja publica una ¡nueva entrega del Diseñario! Obra colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación... aunque sea lunes.




Fusilar. Pegarle cuatro tiros a alguien, así a lo bruto. Alguien que además, por lo general, está atado, amordazado e indefenso. Pero, sin necesidad de derramamientos de sangre, por fusilar se conoce la capacidad de ciertos profesionales para adaptar, mimetizar, calcar, imitar, asumir, rendir homenaje o apropiarse del trabajo de los demás, y lo que es más importante, hacer que parezca una idea original. ¿Estamos hablando de copiar? Hombre... sí y no. Aunque hay una frase hecha que se oye con frecuencia en las redacciones: "diseñar consiste en copiar y que no se note", o la variante de "diseñar es copiar y que parezca tuyo".¿Eso es malo? Hombre... sí y no. Porque, a ver, que levante la mano el maqueta que no haya aprovechado nunca alguna idea de otro compañero de profesión. Porque el diseño y las buenas ideas entran por los ojos y se quedan grabados en la retina, y mucho más si la idea se le ha ocurrido a otro y no a ti. Y al final nos alimentamos todos de todos, en una suerte de antropofagia globalizada. Seguramente por eso se le llame fusilar, porque una vez publicas, estás indefenso ante la realidad de que tus ideas compongan las páginas de otros.
Debido a esto, surge un perfil determinado de profesional, especialista en escudriñar la prensa internacional, o hacer batidas en los medios más peregrinos para, con un poquito de aquí y otro poquito de allí, cascarse un rediseño completo. Y cobrarlo. Que esto tiene su mérito y también hay que valer. Que copiar sin que te pillen no es fácil, y si no que se lo pregunten a Ana Rosa Quintana o a tantos otros fusiladores, los que fusilan. Aunque, hay que declar claro que en sentido estricto más que inspirarse en otros, o adaptar, imitar, rendir homenaje o versionar, fusilar es un sinónimo de fotocopiar. Es: "este se ha marcao un control-c, control-v".

Futura. Es el primer tipo de letra que algunos logramos distinguir de todos los demás. Tan sencillo. Tan sencillo de reconocer. Su "a" era distinta, es distinta, como un círculo. Sus rasgos rectos, la ausencia de detalles como detalle del alfabeto que quiso ser "la letra de su tiempo" cuando nació, hace ya tiempo, a comienzos del siglo XX y terminó siendo la letra del futuro.
El tipógrafo alemán Paul Renner (1878-1956) alcanzó la inmortalidad tipográfica diseñando este tipo de letra entre los años 1924 y 1926. Se trata de caracteres sin serif (posiblemente los más sin serif de la historia), de líneas absolutamente rectas y circulares, sin contraste en sus rasgos, como dejó escrito el propio Renner: "En el diseño de la Futura, todo partía del deseo de transferir la estructura geométrica de las mayúsculas también a las minúsculas ... Suprimí y erradiqué conscientemente todas las pequeñas cualidades que penetran en el diseño por iniciativa propia cuando se desarrolla a partir de la escritura manual". A pesar de tratarse de un tipo de palo seco, la Futura consigue una distribución regular del color del texto, ese gris que se refleja de la página de un libro cuando nuestra mente mezcla el negro de los caracteres con el blanco del papel, característica más propia de las letras romanas y motivo por el cual se suelen emplear en textos largos. Y eso hace de ella un tipo algo especial, "espiritual" añadía su autor para quien no era una letra grotesca sino una "romana sin rasgos". Y para lograrlo modificó las estructuras geométricas, circulares y lineales, así como el contraste, todo de una manera muy sutil para que, precisamente al dejar de serlo por estos cambios, parecieran geométricas y sin contraste a nuestros ojos. "Si haces una letra absolutamente circular", escribió, "nuestros ojos creerán que no lo es".
Paul Renner trabajó como diseñador gráfico, además de tipógrafo y pintor, labores que compaginó con la enseñanza. Defendió las tesis del movimiento de la Bauhaus, aunque no perteneció a la mítica escuela de diseño, arte y arquitectura creada en Weimar (Alemania) en 1919 por el arquitecto Walter Gropius y cerrada en 1933 por los nazis, y las de la Nueva Tipografía, de las que su Futura es una muestra evidente. Con este título de "Nueva Tipografía" el también tipógrafo alemán Jan Tschichold (Leipzig, 1902) publicó en Berlín en 1928 una obra considerada fundamental, y revolucionaria, para el desarrollo de la tipografía en el siglo XX y que postula, a grandes rasgos, la eliminación de los ornamentos en favor de la función o la estandarización frente a la variedad (aunque hay que señalar que el libro no se compuso con el tipo de Renner a pesar de que ya estaba en el mercado). La Futura se asoció entonces a la Nueva Tipografía y a La Bauhaus por su funcionalismo extremo (la función va por delante), pero en realidad Renner lo que había pretendido era conseguir un nuevo tipo de letra "alemana", una tercera vía entre las disputas sobre las letras góticas, asociadas al nacionalismo alemán y defendidas por sectores conservadores, frente a las romanas que algunos veían extranjeras. En 1926 fue nombrado director de la Escuela de Oficios de Impresión en Múnich y fue miembro fundador y director de la Escuela de Maestros para Impresores alemanes, cargo que tuvo que abandonar en 1933 tras ser detenido por sus continuas críticas a la política cultural de los nazis, letra gótica incluida. Se convirtió en uno de tantos alemanes que también sufrieron el nazismo, abandonó después su país y se instaló en Suiza por un breve periodo para volver a Alemania en 1934. Vivió una especie de exilio interior hasta su muerte en 1956 en Múnich.
La Futura es un tipo de letra que estuvo muy ligado al momento en el que fue creado, "busco encontrar el tipo de nuestra época", escribió también Renner y lo publicitaba con ese lema la fundición Bauer para quienes lo diseñó, y, sin embargo, ha logrado atravesar la barrera del tiempo. Pudo haberle pasado lo que a esas películas de ciencia-ficción impregnadas de una dosis excesiva de "futurismo" y que, por esa misma razón, envejecen inmisericordemente enseguida (no queremos ni recordar los vehículos de La Fuga de Logan, o el mobiliario, la decoración y en general toda la dirección de arte de La Naranja Mecánica, para evitar molestos chirridos neuronales). Pudo haberle pasado porque nació inmersa en ese futurismo, mecanicismo y vanguardia que han quedado ligados no al futuro, sino al pasado, a cuando nacieron, a su época de comienzos del siglo XX; y sin embargo, por esos milagros inexplicables para los que existen tantas explicaciones como osadía al hacerlas, ¿su funcionalismo?, la Futura se ha convertido en otro de los clásicos porque, a muchos, a quienes eligiéndola hemos construido su éxito, nos sigue pareciendo cada día una letra del futuro.


G


Garamond. Es una de las tipografías más usadas e influyentes del siglo XX (y elegantes, añadimos desde aquí). Fue creada por el tipógrafo e impresor Claude Garamond, nacido en Francia a finales del Siglo XV. Garamond fue el primero que se especializó en el diseño, grabado y fundición de tipos como servicio a otros impresores, asistido por su pupilo Jacques Sabon. Además, fue también el primero en producir una versión de las tipografías de Aldus Manutius, de la cual salió la famosa Garamond, votada como una de las más importantes de toda la historia, y que se convirtió en una de las tipografías romanas más usadas hasta el siglo XVIII. Ya durante el siglo XX varias fundiciones tomaron como base estos tipos para redibujar sus propias versiones y la labor de la tipógrafa y estudiosa Beatrice Warde, amante además del celebérrimo Stanley Morrison, sí el creador de la Times, sirvió para recuperar el nombre de Garamond como autor de estos caracteres, en una rocambolesca historia casi de detectives que esta mujer publicó en la revista The Fleuron con seudónimo masculino, porque a las mujeres todavía no se las consideraba capaces de investigar y razonar, o votar en unas elecciones.
Garamond fue un poco más allá como tipógrafo y, en su afán perfeccionista, fue pionero en preocuparse por el proceso global de edición: papel, tintas, tipografía, ilustraciones y encuadernación, lo que le otorgó gran fama durante su época. Esta fama le permitió ser el tipógrafo real de Francisco I, para quien diseña "Grecs du roi". En 1545 crea su propia fundición de tipos, junto a Jean Barbé y el impresor Pierre Gaultier (a la sazón, su suegro). De su imprenta salen ejemplares de, por ejemplo, la "Pia et religiosa meditatio" de David Chambellan. En esta imprenta se desarrollaron, según algunas versiones, los primeros tipos romanos en cursiva.
A pesar de su éxito Garamond muere en 1561 totalmente arruinado y por eso su viuda, para subsistir, se vió obligada a vender los punzones originales de su marido a los tipógrafos Christopher Plantin, Guillaume Le Bé y Conrad Berner. Con ellos hicieron un catálogo y después, un siglo más tarde, el cardenal Richelieu los incorporó a la Imprenta Real de Francia con el nombre de Caractères de l´Université, nombre que conservaron hasta el siglo pasado, hasta que llegó Beatrice para desenterrar a Garamond.
Posiblemente sea una tipografía más apropiada para literatura que para periódicos, pero no por ello dejamos de admirar los trazos de este alfabeto. Entre las variantes de su tipografía destacan: URW Garamond, ITC Garamond o Adobe Garamond Garamond. Incluso existe una página web para diferenciar entre la Adobe y la ITC.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.

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