La editorial Electa acaba de publicar un libro con este título y subtitulado "101 iconos del diseño español". Y eso es precisamente lo que ha recopilado en sus páginas Juli Capella: "iconos reconocibles que nos identifican" (a lo español, se refiere el autor, evidentemente).
Capella, nacido en 1960, es diseñador y arquitecto (el estudio Capella García Arquitecura firma proyectos como el Hotel Omm de Barcelona, el conjunto de adosados Can Via en Santa Coloma de Cervelló, o el Edificio Diagonal 203 también de Barcelona); hombre inquieto que escribe desde 2004 una columna en el Periódico de Catalunya sobre arquitectura, urbanismo y diseño (aunque no deja pasar cualquier tema); colaborador ocasional también en otros periódicos como El País y Avui; coleccionista de objetos e imágenes fálicas, sí falos; creador y director de la revista Diseño (doce números que se editaron en Barcelona desde 1984 hasta 1987), entre otras; comisario de distintas exposiciones (300% Spanish Design, Spain Loves Japan, Oscar Tusquets...); autor de numerosos libros (Arquitexturas, Arquitecturas diminutas, Nuevo diseño español...) y varios millones de cosas más aunque él confiesa en su página web (que os recomendamos que visitéis por su calidad y por lo divertida que nos ha parecido) que "lo que hubiese querido ser es rock'n'roll star".
El libro recoge una magnífica colección de objetos "no objetiva", admite Capella (que además cita la ingeniosa frase del poeta José Bergamín: "Si fuese un objeto sería objetivo; pero como soy un sujeto soy subjetivo"), que a pesar de su reconocida subjetividad, a nosotros nos ha parecido muy completa. Posiblemente habrá diseños excluidos que podrían haber estado (el propio autor enumera muchos de ellos en la introducción, "pero había que poner un límite"), pero de lo que no nos cabe ninguna duda es de que sobre ninguno de los incluidos. Están organizados en apartados temáticos: Hogar, Mobiliario, Indumentaria, Transporte, Comer y beber, Juego y ocio, y Grafismo. De todos ellos se incluye al menos una imagen, aunque lo normal es que sean varias, así como un texto explicativo con datos sobre el creador y la trayectoria de la obra.
En el apartado del diseño gráfico, denominado en el libro "Grafismo", figuran el Toro de Osborne (obra del pintor Manolo Prieto en 1956 para la agencia publicitaria Azor), las distintas imágenes corporativas de Iberia, de Telefónica, "Naranjito" (que habrá quien no sepa qué es), la "llama multimillonaria" del Banco de Santander, la letra Eñe, el diario El País (el único periódico que aparece en esta recopilación de iconos del diseño español), los carteles de las películas de Almodóvar (diseñados casi todos por el argentino Juan Gatti), la mascota de Barcelona 92 de Mariscal, la publicidad de El Corte Inglés, los escudos del Real Madrid y del Barça, la imagen de las tiendas Zara, la campaña Turismo de España de Joan Miró, los carteles de toros, los inmortales Mortadelo y Filemón, el logotipo de La Caixa (también de Miró), TVE y sus logos (el primero de los cuales sea posiblemente el logotipo que más han visto los españoles), Repsol, y las trompetas amarillas de Correos.
El libro se abre con una imagen de satélite de la Península Ibérica y una cita, larga y profunda a la vez, de "Del sentimiento trágico de la vida", publicado en 1913 por Miguel de Unamuno. En ella, el intelectual intenta justificar su famosa frase "¡que inventen ellos!", que replicó cuando le hicieron notar el poco espíritu científico de los españoles comparado con el del resto de los europeos (ingleses, franceses y alemanes, supongo). Pero la explicación no ha tenido la fama que la famosa frase sí tuvo y que tanto daño nos ha hecho. Es evidente que Unamuno no consiguió "españolizar Europa", como propuso con valentía, en vez del camino aparentemente más fácil de europeizar España en el que todavía estamos, sin que desde mi punto de visto hayamos conseguido demasiado. Don Miguel nos dice que si no tenemos espíritu científico, "algún espíritu tendremos". Y es en ese espíritu, en el nuestro, donde debemos volcarnos. Si, por ejemplo (y el ejemplo es ya nuestro), un malagueño como Picasso fue el mayor genio de la pintura del siglo XX, y la pintura no deja de ser comunicación visual, tal vez en el diseño sí podríamos decir "¡que inventemos nosotros!"
Capella, nacido en 1960, es diseñador y arquitecto (el estudio Capella García Arquitecura firma proyectos como el Hotel Omm de Barcelona, el conjunto de adosados Can Via en Santa Coloma de Cervelló, o el Edificio Diagonal 203 también de Barcelona); hombre inquieto que escribe desde 2004 una columna en el Periódico de Catalunya sobre arquitectura, urbanismo y diseño (aunque no deja pasar cualquier tema); colaborador ocasional también en otros periódicos como El País y Avui; coleccionista de objetos e imágenes fálicas, sí falos; creador y director de la revista Diseño (doce números que se editaron en Barcelona desde 1984 hasta 1987), entre otras; comisario de distintas exposiciones (300% Spanish Design, Spain Loves Japan, Oscar Tusquets...); autor de numerosos libros (Arquitexturas, Arquitecturas diminutas, Nuevo diseño español...) y varios millones de cosas más aunque él confiesa en su página web (que os recomendamos que visitéis por su calidad y por lo divertida que nos ha parecido) que "lo que hubiese querido ser es rock'n'roll star".
El libro recoge una magnífica colección de objetos "no objetiva", admite Capella (que además cita la ingeniosa frase del poeta José Bergamín: "Si fuese un objeto sería objetivo; pero como soy un sujeto soy subjetivo"), que a pesar de su reconocida subjetividad, a nosotros nos ha parecido muy completa. Posiblemente habrá diseños excluidos que podrían haber estado (el propio autor enumera muchos de ellos en la introducción, "pero había que poner un límite"), pero de lo que no nos cabe ninguna duda es de que sobre ninguno de los incluidos. Están organizados en apartados temáticos: Hogar, Mobiliario, Indumentaria, Transporte, Comer y beber, Juego y ocio, y Grafismo. De todos ellos se incluye al menos una imagen, aunque lo normal es que sean varias, así como un texto explicativo con datos sobre el creador y la trayectoria de la obra.
En el apartado del diseño gráfico, denominado en el libro "Grafismo", figuran el Toro de Osborne (obra del pintor Manolo Prieto en 1956 para la agencia publicitaria Azor), las distintas imágenes corporativas de Iberia, de Telefónica, "Naranjito" (que habrá quien no sepa qué es), la "llama multimillonaria" del Banco de Santander, la letra Eñe, el diario El País (el único periódico que aparece en esta recopilación de iconos del diseño español), los carteles de las películas de Almodóvar (diseñados casi todos por el argentino Juan Gatti), la mascota de Barcelona 92 de Mariscal, la publicidad de El Corte Inglés, los escudos del Real Madrid y del Barça, la imagen de las tiendas Zara, la campaña Turismo de España de Joan Miró, los carteles de toros, los inmortales Mortadelo y Filemón, el logotipo de La Caixa (también de Miró), TVE y sus logos (el primero de los cuales sea posiblemente el logotipo que más han visto los españoles), Repsol, y las trompetas amarillas de Correos.
El libro se abre con una imagen de satélite de la Península Ibérica y una cita, larga y profunda a la vez, de "Del sentimiento trágico de la vida", publicado en 1913 por Miguel de Unamuno. En ella, el intelectual intenta justificar su famosa frase "¡que inventen ellos!", que replicó cuando le hicieron notar el poco espíritu científico de los españoles comparado con el del resto de los europeos (ingleses, franceses y alemanes, supongo). Pero la explicación no ha tenido la fama que la famosa frase sí tuvo y que tanto daño nos ha hecho. Es evidente que Unamuno no consiguió "españolizar Europa", como propuso con valentía, en vez del camino aparentemente más fácil de europeizar España en el que todavía estamos, sin que desde mi punto de visto hayamos conseguido demasiado. Don Miguel nos dice que si no tenemos espíritu científico, "algún espíritu tendremos". Y es en ese espíritu, en el nuestro, donde debemos volcarnos. Si, por ejemplo (y el ejemplo es ya nuestro), un malagueño como Picasso fue el mayor genio de la pintura del siglo XX, y la pintura no deja de ser comunicación visual, tal vez en el diseño sí podríamos decir "¡que inventemos nosotros!"