Hace unos años —no muchos, o... ¿tal vez sí?— tuvimos una pequeña y entretenida polémica con quienes defendían con inocente ignorancia el que las portadas-póster en los periódicos eran mejores desde el punto de vista del diseño periodístico que las primeras páginas más clásicas, con sus títulos, sus fotos, sus columnas de texto...
Eran "un avance", decían en aquellos tiempos en los que apareció el diario Público con esta característica y haciendo portadas-póster realmente muy buenas, con el ¿argumento? de que una cosa es mejor que otra por el mero hecho de estar hecha después. Por ser "más nueva" frente a "lo antiguo". Y no sólo es un punto de vista muy discutible, tal y como mantiene el gran Javier Errea, y con él nosotros, sino que lo calificábamos sin ánimo de molestar unas líneas antes como inocente ignorancia porque este tipo de portadas son tan "antiguas" en el mundo de la prensa impresa como las condiciones tecnológicas para hacerlas lo han permitido: desde comienzos del siglo XX, aproximadamente. El propio diario ABC, del que hablamos hoy, es prueba de ello.
Y hablamos de ABC porque desde ayer ha decidido, además de publicar su portada-póster habitual —cuyo diseño ¡se firma!, curiosamente, de vez en cuando desde hace tiempo— incluir una segunda portada 'clásica' a continuación de la primera, a la que llaman ABC2. "Una portada alternativa que incluye titulares y que complementa el póster que abre la tapa del diario cada mañana. Una subportada, realmente no sé cómo llamarla", escribe Saúl Castillo en su blog sobre diseño periodístico (inconsolata), que amablemente nos ha cedido la imagen que os mostramos. Blog que además de recomendaros por el interés y la frecuencia de sus actualizaciones, pasa a formar parte con todo merecimiento de nuestros "enlaces imprescindibles". [Y de donde sacamos a Innovation in newspapers por su falta de actividad y por la ridícula actitud que mantiene su editor de bloquear en tuiter a todos aquellos que no le dan la razón en cualquier cosa que diga.]
Portada y subportada de ABC publicadas ayer, 20 de enero de 2015 (imagen cedida por (inconsolata))
Con Saúl Castillo manteníamos precisamente una breve conversación en tuiter sobre las ventajas y los problemas de una portada-póster. Problemas que, posiblemente, ABC intenta solventar con esta ¿novedosa? iniciativa de las dos portadas, o la subportada, tampoco nosotros sabemos cómo llamarla.
¿Qué problemas? Pues la rigidez de tener que apostar siempre, pase lo que pase, por uno y sólo un tema, independientemente de la actualidad del día. La reducción de todo un diario que lleva multitud de historias —como sí refleja la que podemos llamar portada clásica— a tener que vender en su principal escaparate una sola de ellas. La necesidad de ser visualmente creativo cada día. Por si todo esto fuera poco, la publicidad se da de tortas —por no ser muy grosero— con el resto de los elementos y es complicadísimo insertarla de una manera eficaz (como se puede ver en el ejemplo anterior).
¿Qué ventajas? Pues la posibilidad de hacer una página mucho más poderosa visualmente para competir en los quioscos. En ningún caso ser más modernos, pero sí tener la posibilidad de utilizar todos los recursos del diseño gráfico, la tipografía, fotografías, ilustraciones... para hacer periodismo visual.
¿Cuál es la solución? Podríamos decidir no tener un modelo definido y hacer cada día lo que nuestro talento y la realidad nos permitieran hacer, pero con el riesgo de perder identidad. O hacer dos portadas, como han decidido en ABC. Lo cual tampoco sé si es una buena solución, el no querer renunciar a nada para tenerlo todo, porque en realidad no se puede tener dos portadas. Ni aunque nos empeñemos. Nunca la página 2 será la página 1. "Creo que la lectura en papel pasa desapercibida", decía en el mencionado debate de tuiter Juanje Campos sobre la segunda portada, la subportada, lo que sea... No hay, pues, una solución milagrosa.
De lo que sí estoy seguro es de que, tampoco ahora, estamos ante algo novedoso. Basta repasar la imprescindible 'Historia gráfica de la prensa diaria española (1758-1976)' de nuestro muy querido Fermín Vílchez, obra de absoluta referencia en el diseño periodístico y sobre la historia de la prensa española en general que no nos cansaremos de recomendar, para encontrar cómo "en 1914, ABC tenía dos portadas: la gráfica y la de texto".
Si vosotros lo tenéis más claro...
2 comentarios:
¿Hay estadísticas en este tipo de impreso sobre que vende más, si lo que es más visual o lo que lleva más texto?
Supongo que muchas semanas la info será monotona y no justificable destacar gráficamente un noticia respecto a otras; pero si la noticia es la caida de un meteorito en Madrid ¿que periódico o revista vas a coger antes? ¿el que lleva la foto del meteorito o la que solo lo menciona en un titular más?
Hola Daniel:
Es difícil llevar unas estadísticas sobre estas páginas más allá de lo que te pueda dar las ventas. Sin duda se produce lo que tú comentas, muchas veces el tema no merecerá la pena ni informativa ni gráficamente para hacer una apuesta tan fuerte como monopolizar la portada. En el equilibrio de ambas portadas puede estar la solución, pero es difícil salir de las portadas póster una vez que las has tomado como costumbre.
Causan más impacto que las clásicas, pero a veces ese impacto puede ser contraproducente si no se consigue una apuesta gráfica de calidad o el tema no se sostiene como para abrir el periódico tan fuerte.
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