El número 10.000 del Diario El Mundo no podía olvidar uno de los aspectos en los que más ha destacado: el diseño. Premiado en multitud de ocasiones, el diseño del periódico es una de las ramas más importantes para transmitir la información a los lectores. Hemos contado en esta misma sección con grandes defensores del diseño, como Pedro G. Cuartango, Bernardino Hernando, Fermín Vílchez, Miguel Buckenmeyer o Pedro Pérez Cuadrado. Y por supuesto, no podía faltar en esta sección Arcadi Espada, que desde el lado, el de los redactores, se muestra como un firme defensor del diseño de los periódicos en papel.
Meticuloso hasta la excelencia, en ese punto funambulista en el que ésta se difumina con la superioridad moral. Lo llaman conservador, le dicen reaccionario, pero él asegura defender los hechos actuales. Explica lo que sabe y lo que no sabe con una sintaxis disciplinada o un verbo tranquilo. Con una pluma afiliada cuya tinta no se vende, escribe en EL MUNDO desde 2006. Anteriormente había paseado sus textos por La Vanguardia, El Diario de Barcelona o El País. Dependiente de la verdad, muestra sus ideas en un bello escaparate gramatical. Elegante, claro y a la vez complejo. Siempre insumiso. Hasta tal punto de fundar su propio periódico online, Factual, que fundó en 2009 y abandonó en enero de 2010
E. M.
A DÍA de hoy, este periódico es uno de los más bellamente diseñados del mundo. Ya comprendo que esta columna es un lugar delicado para decirlo pero es mi lugar y además estoy legendariamente en contra de la fatua modestia. Desde hace tiempo leo los periódicos en el iPad. Nadie me convencerá de que esta práctica de lectura sea inferior a la lectura en el papel. Todo lo contrario: es más cómoda, más precisa y más deslumbrante. Y nadie me convencerá tampoco de que alguna web informativa haya superado en eficacia y belleza al diseño de cualquier periódico. No negaré que las cosas, lentamente, han mejorado en la web. Pero a la vista del orden limpio y puro del periódico cualquier web sigue dando la sensación de no haber sido diseñada. Es verdad que yo veo el mundo a través de palabras y periódicos, en contraste con el tipo asambleario que lo ve a través de emoticonos y tuits. Y que por lo tanto estoy adiestrado para el desprecio de la bullanga web. Pero aun así me parece una inesperada evidencia que después de veinte años de poner las noticias en la web la claridad y complejidad formal del periódico no haya sido superada por ningún otro diseño de noticias. Desde el punto de vista del orden conceptual la web solo es la traducción gráfica de un diario hablado o de un telediario. Es decir, del orden rudimentario que va de arriba abajo. Del mundo en scroll.
Pienso a menudo en las razones de todo esto. Hay para elegir. Es obvio, por ejemplo, que el consumo web de noticias está dirigido a gente que pillaba los titulares en el bar o en el autobús, es decir, nunca pagándolos, o al que, pagándolos, nunca pasaba de ahí. Ese es el consumo que realizaba, como mínimo, la mitad de lectores de periódicos. El doloroso latigazo a nuestra vanidad que aún no hemos acabado de comprender los periodistas. En este punto está explicada la ruina de nuestro modelo de negocio (solo leían titulares y ahora los tienen gratis), y quizá también la desatención formal del modelo web. Pero hay otras razones. Una sofisticada y elegante, y como tal probablemente falsa, es que el periódico sigue siendo un objeto, mientras que la web es un fluido. ¿Cómo se diseña un chorro?
Hay muchas razones para seguir reivindicando la supervivencia de ese objeto diario. Pero esta canción de aniversario, en homenaje al equipo de Rodrigo Sánchez, solo querría señalar la belleza. Este periódico, ¡cada mañana!, trae dos, tres, seis páginas que son una obra de arte. Ennoblecen los fangos del día. Acompañan. Y recuerdan que cuando uno se acostumbra a tratar con la belleza detecta mejor la mentira.
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