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lunes, 29 de octubre de 2012

El efecto Amieiro

Tengo un amigo que sostiene que es un mutante, como los de la Patrulla X. Es decir, que posee un don, una cualidad que apenas puede controlar y que se le manifiesta cuando menos le conviene, causando todo tipo de estragos. Él llama a su capacidad mutante el superpoder de la confusión: en todo lo que él participa acaba desatándose el caos, complicando hasta el extremo operaciones tan sencillas como repostar en una gasolinera, o ir a comprar tabaco.

Sus amigos lo tenemos bien comprobado y alguno ya hasta reniega de su compañía cuando, amablemente, se ofrece para ayudarte a pintar tu casa o a acompañarte al dentista. En cierta ocasión él terminó hospitalizado cuatro días cuando acudió a una sencilla revisión y yo que le acompañaba... yo terminé librándome por los pelos porque me di a la fuga como la rata que soy...

En el periódico tenemos un compañero al que le acompaña esta misma extraña sombra mutante. Una persona en apariencia normal, simpático y sencillo, alguien al que te arrimarías si te lo cruzaras por la noche a solas en un oscuro callejón, un tipo que emana buen rollo por los cuatro costados. Ese tipo es el único, el gran Fernando Amieiro. Fernando es un clásico de la sección de diseño de EL MUNDO, y además de un magnífico maquetador ha sido maestro y mentor de tantos y tantos becarios que han pasado por la sección, entre ellos, yo. Son legendarias su infinita paciencia y su capacidad para explicar a un ladrillo cómo hacer una buena maqueta. Quizá por eso se le ha encasquetado durante años la labor de enseñar a todo el que llegaba con cara de pez a la sección y que, descolocados,  lo más que recibían era un desabrido: “¿No pensarás que te voy a enseñar yo, verrrrdaaad?” Fernando recogía aquellas piltrafas humanas y con mano izquierda y un poquito de cariño las conseguía encauzar, hasta que algunos hicimos carrera y todo. Pensaréis que no tiene tanto mérito en estos tiempos de Quark y Photoshop... Sólo diré que Fernando conseguía en unas semanas que unos becarios sonrosados utilizaran con cierta soltura aquel infame editor de Edicomp 4.000. Palabras muy mayores...

Pero Fernando es mucho más. Como al mutante de mi amigo, a Fernando le acompaña una leyenda, una sombra que se cierne sobre todos cuando trabaja un fin de semana. Algo que ha sido tan recurrente en estos años que ha sido bautizado por sus compañeros como El efecto Amieiro.

Cuando Fernando Amieiro trabaja los fines de semanas pasan cosas. Cuando haces el turno de noche con él... pasan cosas. No cosas en plan sonidos extraños, o libros que cambian sospechosamente de repisas... Cuando Fernando Amieiro trabaja los fines de semana o por las noches, la gente muere. Tampoco pasa nada, la gente muere todos los días. Pero cuando Fernando trabaja por las noches o los fines de semana muere ese tipo de personas que hacen que se tenga que cambiar el periódico entero y haya que hacer unos o dos especiales... El detalle es importante porque estas cosas no pasan cuando está arropado por su sección, rodeado de compañeros... Es cuando estás sólo con él, cuando estallan conflictos armados, muchos esperados, algunos totalmente inesperados. Tiroteos, matanzas, inundaciones... El efecto Amieiro suele ser en fin de semana, en inferioridad de condiciones y en gran medida, con nocturnidad y alevosía. A traición y por la espalda, vamos...

¿Creéis que exageramos? Veamos...

2 de agosto de 1990. Hacen 22 años de esto... Empieza la primera guerra del Golfo. Desde hace días se hacen turnos por parejas por la noche para hacer ediciones especiales en el momento que estalle el conflicto. Fernando trabajaba esa noche con nuestra compañera Mariví. Todavía hoy, Mariví reconoce que se le saltan las lágrimas al recordarlo:  “Fernando en el despacho de nuestro director de Arte, en la antigua redacción de Sanchez Pacheco riéndose porque decía que esa noche iban a invadir los altos del Golán”... Hasta que Irak ardió.




30 de junio de 1997. Lunes. Pensaréis, “no era fin de semana” y estáis en lo cierto. Fernando trabajaba con otro compañero, con tendencia al escapismo. Y aquel día, escapó. Fernando se quedó sólo en la redacción. Y claro, por la noche (recordad nocturnidad y alevosía) ETA liberó a Cosme Delclaux, que llevaba secuestrado 232 días. Llegó a casa entrada la madrugada y recibió una llamada pocas horas después: “Corre, vente, han liberado a Ortega Lara”. Ortega llevaba 532 días secuestrado por ETA. Podían haber buscado al compañero escapista ¿no? No. Cuando hay una crisis, a Fernando suele ser al primero que buscan. Al César, lo que es del César.





30 de agosto de 2001. Jueves. No era fin de semana. Era agosto y por la noche. Él y yo, mano a mano. Y se muere Paco Rabal volviendo a España de recibir un premio. Éste va en versión doble, con portada y especial, que el gran Paco Rabal bien que lo merecía. Por cierto, fijáos en el titular y la foto que abren ese día el periódico. Técnicamente no pueden atribuirse al efecto Amieiro, porque sucedió durante el día, pero la coincidencia es realmente curiosa...







2003-2004. Por ahí anda la cosa. Alguna vez os hemos contado el día en que ardió el servidor en la redacción y al día siguiente el periódico salió de puñetero milagro ¿verdad? Ese día era un domingo. Y trabajaba Fernando. Con Esmeralda y conmigo. Yo todavía me despierto algunas noches entre sudores fríos pensando que sigo en aquel día, pintando páginas con un título, un apoyo y un textito corto... Y Orfeo, de deportes, que quería un sumario...

2 de abril de 2005. Sábado. Juan Pablo II muere en sus estancias del Vaticano tras luchar muchos, muchos días al final de su enfermedad. El mundo siguió la evolución de su estado con inquietud. Pero todos sabíamos que iba a ser ese fin de semana. Trabajaba Fernando. Otra vez con Esmeralda y conmigo. Ya estábamos en casa. Fue sobre las 11 de la noche. Volvimos corriendo al periódico y no recuerdo a que hora salimos. Este caso es especialmente enmarronante porque no sólo era una edición entera del periódico, sino también un Documentos especial. El efecto Amieiro se nos empezaba a escapar de las manos...




23 de julio de 2011. Sábado.  El colofón de un verano que no olvidaremos nunca entre las primas de riesgo, los adelantos electorales, los consejeros delegados y lo que pasó este fin de semana. Mario Benito, que lo sufrió en primera persona y ha presenciado muchos efectos Amieiro asegura que éste es la madre de todos los efectos, la tormenta perfecta, el efecto Amieiro por antonomasia. En Noruega se vuelve loco un tiparraco y provoca una de las mayores matanzas de los últimos años. Portadón. Todo el día dedicados al tema de internacional, uno de esos días en los que parece que no llegas, todo el periódico patas arrba. A última hora de la tarde, alguien dice: "Amy Winehouse ha muerto". El jefe de cultura, nuestro querido Manu Llorente estalla enfadadísimo: "¡¡No me vengáis con esas bromas, no tienen ni puta gracia!!...  Todos empiezan a mirar de reojo hacia maquetas, para comprobar quién trabaja. De repente se les corta la respiración. Noruega, Amy Winehouse... y mientras tanto, José Tomás toreando por la tele... No hagas eso, no José Tomás, eso no hace falta... No te arrimes tanto, coño, que está Fernando aquí... ¡Míralo! Cogida terrorífica en el quinto toro. El torero por los aires y ensangrentado... "¡Que no hay sitio en la portada para tanto desastre, coño! grita alguien corriendo por la redacción. El de Galapagar, todo pundonor, se rehace a duras penas y mata al quinto ¡y al sexto! en una lección de coraje y torería... Mientras en la redacción todos acojonados pensando: "lo mata..." El efecto Amieiro era para entonces una bestia sin control, con un apetito insaciable...



13 de febrero de 2011. Domingo.  El guardaespaldas de Wihtney Houston la encuentra muerta de una sobredosis. Llevaba tiempo demacrada y bordeando el final. Fernando, por supuesto, trabajaba aquel fin de semana. 



26 de agosto de 2012. Sábado.  Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la luna, héroe mundial, un tipo que desafió al espacio y a las leyes de la física muere por sorpresa. Estaba mayor y enfermo, pero nadie lo esperaba. Esa semana habíamos estado bromeando con Fernando sobre el efecto Amieiro y sus posibles consecuencias de cara al fin de semana...






Creednos, hay muchos casos más.  Sólo una persona de las quinielas ha sobrevivido (de momento, todo llegará) al temible efecto Amieiro. De hecho, empezamos a pensar que es inmortal porque no es normal lo que lleva este hombre aguantando. La revolución, la CIA, Bahía Cochinos... y el efecto Amieiro, ahí acechante. Lo de Fidel Castro es algo digno de estudio. ¡Qué aguante, Comandante! 

Y vosotros pensaréis que, con semejante historial los compañeros de la redacción huirán sólo con verlo. Pues no. No hay un tío en la redacción más querido ni más valorado profesionalmente. Fernando es de esas personas con las que no puedes discutir y con las que, como discutas, terminas dándoles la razón, abochornado. Y si algún día el mundo se cae a pedazos, no se me ocurre mejor pareja de baile para ninguno de nosotros en la sección de maquetación... Solo que será en fin de semana, seguro.

Que sepáis que este pasado fin de semana ha trabajado. Y a la hora que escribo esto, parece ser que todavía no tenemos que lamentar ninguna baja de última hora. El insiste en que la maldición se ha terminado cuando pasa un fin de semana sin que muera nadie o explote nada... Pero tanto él como nosotros sabemos que eso no es cierto, que sólo descansa, como una bestia agazapada dentro de su guarida, esperando la próxima ocasión en la que saldrá, coincidiendo con el siguiente fin de semana de Fernando. Tanto es así que se le está poniendo mala conciencia, y ahora cuando no pasa nada se va a su casa por la noche inquieto. Y cuando llega llama a la redacción y pregunta: "¿De verdad que no ha muerto nadie..?"

Post elaborado con información de sus compañeros
 de la sección de diseño, Mariví García-Miguel, Esmeralda Sáez, Elena Costa, Nora Ayuso, Luis Blasco, Mario Benito, Quique Falcón y Javier Vidal.. que pese a todo, le aprecian.

jueves, 26 de julio de 2012

Hopper, Hopper...

Ningún método de impresión reproduce fielmente los originales. Ni siquiera las fotografías por muchos millones de píxeles y procesadores ultrapotentes o moléculas de plata pigmentadas que gasten, consiguen exactamente los mismos colores que retratan, cuanto más un medio de impresión con tintas que intentan después en vano —aunque con crecientes mejoras— llevar al papel esas fotografías que previamente habían fracasado. La impresión y la fotografía son un fracaso... siendo un éxito porque, a pesar de todo, consiguen la ilusión de representar la realidad. Logran que nos lo creamos. Pero con Hopper.... hay que ver sus cuadros originales, expuestos este verano en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid para constatar mucho más que en otros casos esta derrota de las reproducciones.



Imágenes de pantalla (vuestras pantallas) de fotografías de impresiones de fotografías de los cuadros de Hopper.

María Benito nos espera en la puerta del museo y nos hace un breve y certero resumen de lo que vamos a ver: "Primero tenéis las obras de formación; después, en una pantalla se proyectan las ilustraciones que hizo para las portadas de revistas antes de ser famoso; luego están los grabados, que merecen mucho la pena, y las acuarelas, que son buenísimas y con las que empezó a ser reconocido, y al final, está el Hopper, Hopper...".










Y así fue. Y efectivamente, cuando llegas al Hopper, Hopper... sólo puedes pronunciar puntos suspensivos. Te quedas sin palabras ante la fuerza, el magnetismo y el poder de las imágenes de un auténtico maestro. Imágenes que nada, o muy poco, tienen que ver con las fotografías que antes habíamos visto de sus cuadros y que ya admirábamos sin sospechar que las originales sí que son admirables. Porque los colores... Porque la luz... Porque los encuadres... Nada que ver con esa soledad algo lúgubre de las fotografías de su obra. Es una ¿soledad luminosa?, la luz sale de los cuadros. Es una composición 'cinematográfica', llena de los famosos 'planos americanos', como fotogramas aislados de una película norteamericana... pero no del todo. Los 'planos' cortan las figuras humanas más abajo que en el cine, casi por encima de los pies, dejando mucho espacio por encima y 'aplastando' así a sus personajes; los encuadres son inverosímiles a veces (¿por qué se termina ahí lo que vemos?, ¿falta algo que nuestra imaginación debe completar?); los colores no son los de la realidad, tan brillantes, pero crean una realidad real, o soñada... En la página web de The New York Times, The Original Edward Hopper compara de manera muy interesante los lugares reales con lo que Hopper vio. El Hopper, Hopper...

Vamos a dejarlo mejor todo en puntos suspensivos y si tenéis la oportunidad, visitad esta fantástica exposición de Edward Hopper (1882-1967) en Madrid. Hasta el 16 de septiembre en el Thyssen, junto a las alambradas que la policía antidisturbios tiene colocadas de forma casi permanente en torno al Congreso de los Diputados, otra realidad paralela.




jueves, 19 de julio de 2012

El Boletín Municipal de Getafe

Una de las primeras medidas —o al menos una de las primeras que hayamos podido ver los vecinos, y nunca mejor dicho— tomadas por el nuevo alcalde de Getafe, Juan Soler (PP), ha sido la del rediseño y ¿renacimiento? del Boletín Municipal.


Era necesario. Sobre todo si lo que se pretendía era aumentar el tamaño de la foto del alcalde en la primera página impar que te encuentras nada más abrirlo...


Antes...


.... y ahora

...o si querían darnos una idea implícita de lo confuso que es el mundo de colorines en el que vivimos desordenando la ¿información? sobre páginas de carísimo papel couché pagado con el dinero de los getafenses o getafeños, que ambos gentilicios se aceptan.






Si de cualquier rediseño se pide que, como mínimo, mejore lo que había anteriormente no estoy del todo seguro de que se hayan alcanzado esos mínimos. Un ¿logo? para la portada, cambio de tipografías a una Minion de rasgo en títulos de opinión junto a una letra de inadecuado palo para la lectura del texto base, Vectora tal vez, deformada seguro, fondos de color a tutiplén... Claro que hay que reconocer que no era tarea fácil superar la calidad profesional de Natalia González, diseñadora que trabaja en el Ayuntamiento de Getafe desde hace muchos años con un nivel de excelencia. Motivo por el cual todavía entiendo menos que en vez de utilizar a esta persona, el nuevo equipo de Gobierno haya contratado una empresa externa para llevarlo a cabo, lo que junto a la distribución e impresión de sus 65.000 ejemplares nos supone, según la concejala de Asuntos Sociales Teresa Rodríguez en declaraciones que recoge Europa Press, un coste a todos los vecinos de unos 13.000 euros para cada número que pasa de los buzones... a la basura, generalmente, dado su interés y utilidad informativa, como sucedía por otro lado con el que editaba el equipo de Gobierno anterior, encabezado por el socialista Pedro Castro y que, al parecer, nos costaba todavía más. Una manera de entender la comunicación por parte del poder político que además del despilfarro económico desaprovecha la enorme valía profesional de los periodistas que allí trabajan, como sucedía con su anterior directora, Rosa Ferrero, a quien conozco, aprecio en lo personal y valoro profesionalmente. Ahora, la directora es otra persona, claro... para hacer exactamente lo mismo que 'pueden' hacer. Pero, "la política es la política mediática", escribe el sociólogo Manuel Castells en su imprescindible 'Comunicación y poder'.

No es tarea fácil este rediseño, además, por el material con el que esta nueva empresa cuenta para hacer un buen trabajo 'informativo' y sobre todo de diseño periodístico. Y es que, según pusieron de manifiesto varios medios de comunicación locales y podría haber comprobado cualquier vecino que en vez de tirarlo directamente confundido con la publicidad decidiera hojear sus páginas, nuestro querido alcalde aparece en uno de sus últimos números nada más y nada menos que ¡27 veces en 17 páginas!, portada incluida, con cuatro fotografías suyas en alguna de las páginas. "Álbum familiar", denuncian en el ElBercial.com.; "el alcalde se postula como modelo para Vogue", en GetafeHoy. No es fácil hacer esto y que quede bien, de verdad. Yo no sabría.














Además de dar a conocer a los vecinos de Getafe quién es su alcalde Juan Soler, labor que aunque él diga que "me da un poco de apuro (...) porque al final la revista parece un publireportaje" puede ser sin embargo muy necesaria porque se empadronó en la localidad muy poco antes de las elecciones en un piso de alquiler y según la oposición pasa bastante más tiempo en Madrid capital donde seguiría residiendo de facto, otro de los empeños de este nuevo "rediseño" pudiera consistir en un intento de borrar el pasado. ¿Observan que el Boletín Municipal es ahora el "Boletín de Getafe" y que pese a los muchos años que lleva editándose aparece 'renacido' como NÚMERO 1? Como si al cambiar el director de un periódico o revista hubiera que empezar a numerar desde el comienzo.




No crean que toda la crítica es negativa para este 'nuevo' Boletín Municipal. Hay incluso cosas que me gustan en su primer número. Y mucho. En cuanto a la forma, porque se trata sin duda de la página doble mejor maquetada, y sobre todo en cuanto al contenido. Me refiero a la entrevista al periodista Ángel del Río, la persona a cuyas órdenes tuve el honor de trabajar en los servicios informativos de la Cadena Cope y en el periódico local del que ha sido director durante más de 30 años junto a Sebastián Carro, Acción Getafense, que ahora continúa como página web y que ha sido uno de los medios impresos más longevos de toda la Comunidad de Madrid —sólo ABC y el Diario de Alcalá, que yo sepa, comenzaron a publicarse antes— y del que también prepararemos un artículo próximamente. Y es que hablar de Angel del Río, a quien admiro y quiero, es referirnos a uno de los más grandes cronistas de la información local de Madrid y de su comunidad.


Entrevista al periodista Ángel del Río en el 'primer número' del rediseñado Boletín Municial, de 2011



Periódico local Acción Getafense, dirigido por Angel del Río y Sebastián Carro, una publicación privada que ha estado publicándose ininterrumpidamente durante más de 30 años en Getafe.

El grupo municipal de UPyD, que mantiene con sus votos a Soler en la alcaldía porque el Partido Popular no obtuvo mayoría suficiente para gobernar en solitario, presentó formalmente en el Pleno de noviembre pasado la supresión total de este Boletín Municipal por entender que "supone un gasto innecesario para el Ayuntamiento y se limita a hacer propaganda del Gobierno" municipal. PP e IU desestimaron la propuesta de UPyD (lean en el enlace anterior las cifras, el dinero destinado a "publicidad y propaganda", tal cual). UPyD, no obstante, sigue manteniendo su apoyo al alcalde. Y como, además, denuncian que en el Boletín no se informa de la actividad del resto de políticos locales, pues utilizan parte de la asignación del dinero público que aprobaron entre todos para el funcionamiento de los grupos políticos para publicar a su vez su propia versión de los hechos, impresa y buzoneada a todos los vecinos:


Y, claro, tampoco es plan de que el PSOE no 'informe' también a los vecinos a costa del erario público. Ambos, UPyD y El Progreso de Getafe a todo color y en papel couché, aunque con menos páginas que el Boletín.



No sé exactamente si éste es el "cambio" que demandaron los vecinos de Getafe en las últimas elecciones municipales, el cambio de foto. Porque si lo que votaron fue, por ejemplo, una política municipal de austeridad y racionalidad en las cuentas públicas, los famosos recortes no han llegado en el área de rediseños y propaganda, quiero decir de "comunicación". Claro que también se presentó el Partido Popular local a las elecciones prometiendo una bajada de impuestos y hace unos días hemos recibido, unos antes y otros después, distintas cartas del propio Juan Soler informándonos —ahora sí— de que a unos nos subirá el IBI —para pagar entre otras cosas los 143.000 euros anuales del Boletín— y a otros no, les bajará un poquito. Según nuestro risueño y fotogénico alcalde si de él dependiera, ¡¡¡¿¿¿???!!!, el Boletín Municipal "desaparecería" porque dice ser "contrario a los medios públicos de comunicación". Pero, si no depende de él... de ¿quién puede depender tal decisión? De momento, en el último número de junio-julio seguimos igual, y con la misma 'línea editorial' y fotográfica, tal y como puede verse en el enlace que nos proporciona la página web del Ayuntamiento de Getafe, que está ilustrada con una única fotografía... ¿adivinan de quién?





martes, 10 de julio de 2012

Estas portadas de 'La Razón'

De un tiempo a este tiempo, las noches de tuiter se llenan de indignados y escandalizados enlaces a las portadas que cada jornada [nos ofrece] Marhuenda, director del periódico madrileño La Razón.


Y cada noche me niego a retuitear y a enlazarlas, a participar en la campaña de promoción gratuita que generan sus airados detractores sin pretenderlo. Por eso resulta cuando menos contradictorio que ahora escriba no un tuit sino todo un artículo sobre el asunto, con imágenes de las [...] portadas incluidas. Pero es que ya está bien, porque esta forma de actuar, como una [...] y [...] para lograr difusión como sea, o bien por una total conjunción de [...] y absoluto [...] y falta de [...], considero que hace daño a mi profesión. Al diseño periodístico. Al periodismo, pues. Como nos dijo también en tuiter sobre este tema, y dijo bien, Víctor de la Serna —destacado columnista del diario El Mundo con, entre otras, una imprescindible columna sobre medios de comunicación que os recomendamos—  "no hay otro remedio que desmarcarse lo máximo posible de eso". Así que antes de desmarcarme del todo romperé mi tozudo no querer mencionar siquiera el tema sólo en esta ocasión para señalar que, en mi opinión, estas portadas en concreto —no así el conjunto del periódico— contribuyen aún más al [...] de la prensa impresa porque, independientemente de su contenido, su diseño periodístico, hay que decirlo con toda la claridad y rotundidad necesarias, es [...].


A no ser que consideremos que como forma y contenido deben ser uno —algo que, por otro lado, repetimos siempre—, los contenidos fueran del mismo nivel [...] que tiene su diseño, el diseño de estas portadas en concreto. En tal caso, improbable porque supondría elaborar contenidos así de [...] de manera consciente, el diseño sería perfecto. Pero de contenidos, en esta ocasión, no hablamos.

También es posible que la causa esté en [...], circunstancia que sinceramente desconozco. Que [...] el propio Marhuenda, quien en primera persona se enorgullece de sus [...] portadas y las promociona desde su tuiter. Silvia Cobo se preguntaba también en tuiter una noche de éstas a propósito del tema de cada noche por lo mal que debía pasarlo el director de arte, y no supe contestarle —porque no lo sé— si el periódico en cuestión tiene o no este cargo porque en la mancheta del periódico no figura que exista. Evidentemente, a los profesionales 'obligados' a esto no se les puede reprochar o elogiar nada sino todo lo contrario, más bien solidarizarse con su delicada situación. Quien se responsabiliza de las famosas portadas dice de sí mismo ser "un hombre muy preparado", así que esperemos que se refiera con ello a disciplinas distintas a las del periodismo —creo que es doctor en derecho—, y especialmente al diseño periodístico, parte fundamental en el valor añadido de los periódicos impresos para lograr credibilidad y rigor, tal y como las propias portadas de La Razón muestran.




Estas portadas de La Razón pertenecen a lo que podríamos denominar un 'estilo' de diseño periodístico: las portadas póster, o viewspaper, como lo llaman últimamente gurúes y modernos con la simplona pretensión de que el viewspaperismo es algo moderno y divertido y rompedor y joven... Y guay. Y sí, lo es. O no. Depende de cómo se haga, pero no por el mero hecho de serlo. Lo de guay, decimos. Porque lo de moderno, basta un simple vistazo a la monumental 'Historia gráfica de la prensa diaria española' de nuestro querido Fermín Vílchez para comprobar que existe casi desde que los periódicos existen, desde que las posibilidades técnicas lo permitieron. Se trata sencillamente de hacerlo bien o no, de hacerlo de manera profesional y digna, como lo hacían en el desaparecido Público —con la excepción del maltrato tipográfico por un inexplicable abuso del track negativo, tanto en las portadas como en todos los títulos de las páginas interiores— y hacían y siguen haciendo en El Periódico de Cataluña (que combina además los dos principales estilos de diseño en un interesante híbrido, unos días más 'visual' y otros más 'textual') tal y como podemos ver en estos magníficos ejemplos:




O de hacerlo [...]... por muy viewspaper que sea:



De la misma manera que existen gradaciones en el otro 'estilo' de diseño periodístico, el que podríamos llamar 'textual', o más clásico —si de verdad creemos que el estilo 'visual' es más reciente—. Vean esta absoluta maravilla del Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung que algún amante del 'diseñismo' calificó del "triunfo de lo vulgar" cuando resultó premiado por la SND como periódico mejor diseñado del mundo (galardón que sólo parece merecer la pena cuando recae en algún viewspaper para una manera de entender el diseño periodístico más volcada en la decoración que en la información).


Como también se pueden hacer verdaderas [...] dentro de este denominado 'estilo textual' con el mismo [...], [...] y [...] que 'las' portadas de La Razón:



Volviendo al tema que espero no volver a tratar, el de 'estas' portadas que por supuesto seguiré sin enlazar ni retuitear, existe también la hipótesis de que nos encontremos ante el fenómeno que podríamos llamar del '[...] intencionado', o '[...] identitaria', es decir, una realización [...] como marca de la casa, lo [...] como seña de identidad. ¿Recuerdan el famoso primer fotomontaje del Huffington Post español?


Si hasta el tipo de letra parece que hubiera fallado... La voluntariosa señora Arianna Huffington triunfó —y vaya si triunfó— con un modelo de esos de "pues mi cuñao se acaba de comprar un ordenador cojonudo, nos hace gratis una página web y venga..." y ahora, con todos los medios y pudiendo contratar a los profesionales más preparados, los contrata para que hagan, precisamente, ESO mismo que hizo su 'cuñao' —es un decir, no sé si tiene 'cuñao'— y que se ha convertido en su identidad visual. Un 'amateurismo espontáneo', supuestamente espontáneo pero en realidad buscado. El Huffington Post es ASÍ. ¿Y ASÍ quiere ser La Razón?


¿No es como de [...] ajena?

Y estas portadas... ¿Por qué? ¿Es una [...]?, ¿recortes [...]?, ¿diseño [...] intencionado al servicio de un determinado contenido?, ¿la [...] como seña de identidad?, ¿una provocación [...] y fácil para conseguir a gritos frenar el progresivo descenso de ventas y difusión?... Posiblemente sea una conjunción diabólica de todos estos factores lo que hace que cada noche, de un tiempo a este tiempo, tuiter se llene de enlaces y retuiteos criticándolas y criticando durísimamente a quien las hace y promociona, poniéndolas literalmente a parir, enlaces y reuiteos que parecen buscar desesperadamente estas portadas de La Razón y a los que no voy a contribuir. Que no quiero. Que no me da la gana, coño.


PD: El presente artículo estaba escrito originalmente de otra manera, como supongo que nuestros lectores habrán advertido. Incluso se ha reescrito hasta en tres ocasiones con la ayuda inestimable de mis compañeros de blog Javier Vidal y Luis Blasco. Pero como aun así me quedaba la duda, y el temor, de que mis adjetivos e hipótesis sobre tan [...] portadas pudieran malinterpretarse, muy especialmente en el sentido de que se tomaran por una crítica hacia el trabajo de nuestros compañeros en ese periódico, circunstancia que es precisamente lo último que quisiera puesto que estoy absolutamente convencido de que estas portadas son responsabilidad exclusiva de quien de ellas se responsabiliza y las enlaza y promociona y defiende cada noche en tuiter, pues decidí finalmente que esos adjetivos y las hipótesis del porqué de estas portadas sean nuestros lectores quienes los pongan; cada uno los que quiera o estime oportunos, en sus propias pantallas.
No obstante, si algún lector especialmente curioso está interesado en leer el texto original, en cada una de sus tres versiones —de más a menos...— podríamos estudiar la manera de quedar algún día a tomar unas cañas —a costa del supuesto lector, evidentemente— para que pueda consultarlo impreso en papel. No habrá copias digitales susceptibles de difundirse por la red.