lunes, 17 de diciembre de 2007

Un mito

Cuenta la leyenda que hace miles de años el cronista de un grupo de cazadores le pidió hasta en tres ocasiones al decorador de las cuevas que cambiase la posición de los bisontes ya pintados, que los hiciera más pequeños para que entrasen más en aquella oscura pared en la que más no cabían y que, entonces, desde el interior de la gruta salió un alarido maldiciendo en el protoidioma de los humanos. Desde aquel inicio, y sin remedio, los maquetas son, somos, unos bordes. Lo tenemos ya escrito. Pero hoy quiero llevarme la contraria.

Es un mito. Porque por cada grito que hayamos dado, por cada mala cara, hemos ofrecido cada día toneladas de paciencia y de soluciones a problemas insolubles. Conseguimos ser amables y condescendientes día tras día, con esa amabilidad que fácilmente se olvida en cuanto una vez, una entre mil, cansados de cargar con las inseguridades de la redacción, decimos que no. No es fácil intentar, en más ocasiones de las razonables, dar forma a las ideas de quien no tiene ni idea, ni ideas. Como no es fácil pelear contra los mitos.



Porque los mitos son como verdades establecidas para quienes no gustan de la reflexión, tantos, para los que no cuestionan casi nada y dan por sentado, por ejemplo, que nosotros sí tenemos que aguantar sus malas palabras porque para eso estamos y se muestran asombrados cuando, enfadados, pedimos respeto y consideración para nosotros y para nuestro trabajo, actitud propia de bordes claro está. "No seas impertinente", me espetó un redactor jefe en cierta ocasión cuando le pedí que me dejara de empujar hacia mi silla para que le hiciera una página. Debía tener prisa, pero nuestra relación no terminó allí, qué va, seguimos igual que siempre, riéndonos unos días y malencarándonos otros, hasta que le ficharon para un periódico nacional de reciente aparición con cuyos maquetadores se estará riendo ahora. Otras veces, el comportamiento incorrecto ha sido el mío pero eso lo dejo para que sean ellos quienes lo cuenten, porque seguro que lo cuentan mejor.

Con los mitos sucede que incluso los interiorizamos de tal manera que hasta los propios maquetadores sostenemos que "maquetar perjudica seriamente el carácter", algo que posiblemente sea cierto pero que yo no puedo afirmar o desmentir puesto que mi carácter debio resultar perjudicado ya en el útero materno, si no mucho antes según sostienen los creyentes en la reencarnación. En definitiva, que unas veces se enfadan unos, y otras veces nos enfadamos otros, aunque unos y otros demos por sentado que los enfadados son siempre los mismos. Porque ya hemos explicado, pero insistimos, que la relación contenido-forma, redactor-maquetador en este caso, es una relación dialéctica y que tanto del entendimiento como del conflicto surgen las páginas. Reducir esto a la simpleza de que los maquetas somos unos bordes, y algunos lo somos, es lo más fácil, lo primero que se nos viene a la cabeza porque allí nos lo han puesto para que no pensemos. Un mito.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Una batalla perdida

En ocasiones es necesario perder algunas batallas para ganar la guerra. Porque no nos engañemos, lo nuestro es una guerra, aunque dentro del buen rollo y en sentido figurado, pero una guerra al fin y al cabo. En ocasiones nosotros somos los buenos, pero en otras somos los malos, malísimos de la película.

En esta lucha sin cuartel, el pasado jueves perdimos una batalla. Nuestras tropas avanzaban sin resistencia, hasta tomar las posiciones enemigas. Les habíamos derrotado y parecía que de ahí no nos movía ni Perry. Nuestra arma era insuperable, lo tenía todo. Un titular a una línea muy limpio y una foto en color con mucha fuerza (aunque luego la publicaran en blanco y negro), que salvaba la página de la mina (o como quieran llamar a ese 9x2) que nos habían colocado nuestros "enemigos" de publicidad, una de los miembros del nuestro eje del mal particular. Aquí está nuestra baza.

Mientra celebrábamos la victoria se acercó sigilosamente Alfonso Mateos, redactor de Opinión, y contraatacó rápida y hábilmente. Joven (aunque sobradamente preparado) comentó amablemente que teníamos que cambiar la página porque ahí no entraba el texto del corresponsal. "No será para tanto" dije. Pero efectivamente, sobraba casi la mitad del texto. Antes de admitir nuestra derrota luchamos hasta la extenuación. Cortamos la foto al máximo, intentamos darle una vuelta, pero no había manera, estábamos rodeados. La foto había que darla a dos columnas sí o sí, lo contrario sería desaprovecharla.

Rendidos a la evidencia, cambiamos la maqueta. Y optamos por una foto a tres con bastante menos fuerza pero que nos venía perfecta para poder encajar casi todo el texto del corresponsal. Este es el resultado final y artífice de nuestra derrota.

"Habéis vencido, pero no convencido", como dijo Unamuno. Volveremos.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

¿Mímesis o sutileza?



Es curioso lo sutiles que podemos llegar a ser con tal de aumentar las ventas. ¿Soy el único al que le parece que Sport ha cambiado la tipografía de sus titulares de portada para parecerse descaradamente a Marca?

Aquí al lado observamos una portada del madrileño Marca con la tipografía implantada un tiempo antes del rediseño (ordenación más bien) efectuado a la par que la compra de Recoletos por parte de Unedisa. Debajo de ella, a la izquierda, portada actual del barcelonés Sport; a la derecha, imagen de su típica portada de hace semanas. La tipografía no es la misma, claro, pero el uso del track, la pérdida de la característica cursiva y un texto más pesado hacen que se parezcan demasiado. ¿Casualidad?

lunes, 10 de diciembre de 2007

Del blanco al negro...

...o ni tanto ni tan calvo. Son palabras de Paco Oca en Maquetadores. Hablaba yo la semana pasada sobre si las portadas debían caminar hacia mantener el estilo clásico con texto o tender hacia más imágenes y cada vez más grandes. La tendencia del nuevo siglo parece ser más imágenes y menos texto, pero hay consenso en este punto en que debe haber una que mande, "que nos haga comprar ese periódico al ir al quiosco".

Paco nos enseña dos ejemplos clarividentes aquí de excesos en ambas tendencias.



De Morgen, noticia completa en portada;
La Presse, collage artístico.

Seguiremos hablando sobre portadas, tipos de portadas y tendencias en portadas.

viernes, 7 de diciembre de 2007

En cajas de cartón

Esta noche sí que podría escribir las líneas más tristes. Escribir, por ejemplo, la redacción está vacía, la metieron en cajas de cartón y se la llevaron, tan lejos.
La redacción, además de aquel artículo periodístico primero que nos mandaron hacer en en colegio para que contáramos nuestras vacaciones, un día hace cada vez más tiempo, es un sitio, un lugar distinto. No ahora. Es distinto siempre, tan especial que hace especiales a quienes estamos en ella, por eso la quise, la quiero, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos y ahora la desmantelan y nos quedamos en un edificio que deja de ser ella pero todavía no, noche sin estrellas con ella aún aquí pero yéndose mientras asistimos sin poder evitarlo, haciendo fotografías y riéndonos para acallar la tristeza, que se me queda dentro.
En una caja de cartón. Espero que esté allí dentro, que ella y los trozos de vida que le dimos para que existiera no se queden en este edificio de Pradillo 42, que ahora dejamos pero siempre recordaremos. Porque confío en que la hayamos recogido toda, todos, en esas cajas de cartón que van de camino a la avenida de San Luis de Madrid para que allí sigamos haciendo páginas, contando lo que sucede, lo que hicimos este verano... en líneas menos tristes que las de esta noche.

Dichosos críos...




Por favor, hoy y siempre, que los niños sepan lo que es un libro y que lo amen. Ayúdenles como padres. Déjenselos, regálenselos, cómprenselos. Aunque luego les gusten cosas más malsanas, pero si aman los libros y los saben apreciar no todo estará perdido.

Visto el pasado viernes, día 7, en Deia.

Las portadas-póster y su impacto




El diario Público, que desde sus inicios se ha identificado en sus portadas con el estilo del inglés The Independent, impacta hoy con un primera muy similar a las que idean cada cierto tiempo nuestros compañeros de El Periódico de Cataluña (los tres diseñados por el sello Cases, no lo olvidemos). Esas portadas, alejadas de la tan cacareada ortodoxia -a la que aludimos en estas líneas tan a menudo- de la página inicial, compuesta por titulares, subtítulos, entradillas, texto e imágenes, como cualquier otra página interior, nos gustan, o a mí me gustan, no se si siempre. Depende del día, depende del tema, depende del matiz y acierto del recurso, pero impactan, llaman la atención, dan ganas de comprar el periódico.

Hemos comentado a veces que lo importante es la información, el contenido, y que estética sin contenido es poco menos que contraproducente en la prensa diaria o no diaria. Pero que duda cabe que arriesgar así muchas veces puede suponer ganar. Evidentemente El País o El Mundo, que presentan un esquema de portada clásica no pueden de un día para otro saltarse su estilo salvo por casos extremadamente graves o importantes (11-S, 11-M... qué se yo... que España ganase el Mundial de fútbol de una vez...), y ABC o La Razón podrían con sutilidad. Para poder hace esto de vez en cuando sin que el medio pierda credibilidad y estilo hay que seguir una línea de portada más proclive a ello a diario como las de Público o las de El Periódico de Cataluña, que apuestan por fotografías de mayor fuerza, un uso de la tipografía a mayor cuerpo e incluso con color, fondos también de color y afán de síntesis e impacto. Eso cada día. Por eso pueden permitirse experimentos así cuando el tema creen que lo merece. Y te golpean en la cara. Ya lo vimos otro día y hay miles de ejemplos. Y a mí me parece salirse del corsé y me gusta.

Quizás las portadas en prensa no deberían llevar tanto texto y sí más imagen, no lo se, quizás si esto fuera una norma se verían tremendos dislates. Pero con elegancia y buen gusto el resultado es llamativo. Esta portada de Público de hoy puede que no sea la mejor de la historia, o que se pudiera haber planteado mejor, pero llama la atención y cumple su cometido. Esperemos que el contenido esté a la altura. Terreno para otros...