viernes, 1 de febrero de 2008

Tintín

Hace unos días, Luis Blasco nos rememoraba la felicidad que le embargaba cuando era niño al reencontrarse con los tebeos de Tintín que guardaba su tía. También me hizo recordar la biblioteca pública a la que mis amigos y yo íbamos las tardes de verano y pasabamos horas leyendo tebeos (ahora cómics), relatos de misterio, obras de Salgari, Verne, Stevenson, Dumas, Dickens y todos esos autores que nos transportaban a mundos de piratas, bandidos, princesas secuestradas y exploradores que luego se convertían en protagonistas de nuestros juegos. En los tebeos, mis preferidos de niño eran Asterix y Mortadelo y en la etapa adolescente, Spiderman.

En Encajabaja nos anima un constante espíritu crítico, incluso entre nosotros. Y, al igual que Mario Benito defenestraba a Warhol y yo le defendía, con Luis me pasa lo mismo. Al contrario de la suya y de una mayoría de opiniones en la web, a mi no me gusta Tintín.

Siempre leí a Tintín si no quedaba otro remedio (he llegado a leer la composición de un champú con tal de poder leer algo). Su aspecto, sus amigos, sus tramas me parecieron siempre muy lejanas. Y no tiene nada que ver con las ideas políticas de Hergé (Georges Remi), que fue detenido cuatro veces acusado de simpatizar con el nazismo en su juventud (dibujaba en Le Soir, periódico católico de extrema derecha en donde tenía de compañero a Leon Degrelle que fue nombrado responsable de los nazis en Bélgica por Hitler). Ni porque fuera belga. Tampoco me gusta Hercules Poirot, que también es belga. En cambio, me gusta mucho Audrey Hepburn, que además de belga era una diosa. Ni por su ausencia de personajes femeninos. En los tebeos de Tintín sólo sale un personaje (Castafiore) y, la verdad, es tratada como un adefesio travestido por su ‘amado’ Haddock (un marinero solitario con evidentes problemas de alcoholismo, al que le gusta viajar cual Michael Jackson con el joven Tintín).

El dibujo utiliza el plano película siempre, no hay primeros planos para resaltar emociones, ni picados, ni nada de nada. Además, las tramas pueden gustar más o menos, pero no son el colmo de la originalidad. Particularmente, me sigue gustando bastante más Asterix (trama y dibujo). Tampoco me quedó nunca claro si Tintín era como Michael J. Fox, un hombre pequeño con cara de niño o un niño resabiado y con cuerpo de Joselito. Además, de sus padres no tengo noticias.

En España, teníamos a Mortadelo, Anacleto y si queriamos un periodista en cómic teníamos al Reportero Tribulete que podría haber sido venerado por una profesión tan chauvinista como la periodística en vez del niño de los bombachos (bueno tambien estaba Roberto Alcazar, pero ese también merece un blog aparte).

Tintín de joven te puede entretener pero, al igual que otros personajes de ficción, pertenece más al mundo comercial de las camisetas, figuritas, tacitas y demás avalorios. A mi me encantaba ‘Starcky y Hucht’. No os podeís imaginar la vergüenza al ver un capítulo de la serie hace poco.

Quizá su secreto sea la nostalgia. Entre otros muchos (bastante mejores) nos recuerda cuando con once años íbamos a la biblioteca o la casa de nuestra tía y viajábamos por mundos de piratas, rufianes y exploradores.

miércoles, 30 de enero de 2008

Divinas páginas

Creí que ya no existían; como los dioses. Pero siguen allí, llamando a la puerta de las casas los sábados por la mañana, vestidos de domingo. En cierto sentido me resultó reconfortante no por el mensaje religioso que traían sino porque aquellas dos personas significaban que no todo lo que sucedía cuando éramos niños ha desaparecido. Los testigos de Jehová, al menos, siguen siendo lo que eran, incluso se diría que no les han tomado el relevo, que son exactamente los mismos con el mismo atuendo ofreciendo la misma revista, pero exactamente igual, como si rezaran con éxito para que el tiempo no transcurra.


Con las religiones suele suceder que comienzan como una explosión revolucionaria que cambiará el mundo y el corazón de los hombres para convertirse después en organizaciones esclerotizadas más interesadas en permanecer que en trascender, grupos inmovilistas que perciben cualquier cambio como una amenaza, porque sus verdades son eternas e inmutables, no se pueden discutir.

Y de eso padecen también sus publicaciones. Las revistas de los testigos de Jehová se contaba entonces que se hacían en los Estados Unidos para difundirse desde allí a todo el mundo con iguales contenidos y maquetación, traducidas a nosecuantas lenguas. Nuestros muchos amigos de América podrán corroborar si allí las publicaciones son como las que os mostramos: "Atalaya" y "¡Despertad!", las que me dejaron el sábado en casa.

La primera impresión no es buena, algo falla. No se puede decir que estén mal diseñadas o que no cuenten con buenos dibujantes para sus ilustraciones, o que no estén bien tratados y escritos sus textos. No, lo que sucede es que vienen haciéndolo exactamente igual desde hace, no sé, ¿treinta?, ¿cuarenta?, ¿más? años. Lo que nos provoca rechazo es, evidentemente, ese estilo rancio del que parecen haber hecho ideología, o haberlo asociado más bien a sus creencias.



También desde el sector católico se empeñan en enviarme publicaciones a casa. En este caso por error, o por designio divino, vaya usted a saber. Lo cierto es que el arzobispado de Madrid cree que en mi casa vive el párroco del barrio y a pesar de mis reiterados avisos al párroco para que les comunique la dirección correcta me siguen remitiendo a mí su Boletín Oficial de la Diócesis de la Provincia Eclesiástica de Madrid. Esta semana me ha llegado el correspondiente a noviembre de 2007 (sí parece que van despacio las cosas, sí, como para corregir la dirección de un día para otro, bueno de un año para otro quiero decir), pero yo no tengo la paciencia del santo Job y me he cansado ya de hacer de cartero del párroco.


Mucho análisis no puede hacerse en tan árido Boletín. Lo más destacado es ese atractivo anuncio sobre antenas que no acierto a comprender qué sentido tiene en esta amena publicación. Todas sus páginas son exactamente iguales, unas a otras y número tras número: un texto a una columna compuesto en Times; texto, por otro lado, que si alguien es capaz de leer, seguro que se gana el cielo.

Para terminar, una mención cariñosa al suplemento religioso Alfa y Omega, que se publica con el diario ABC una vez a la semana, los viernes, el único suplemento de este tipo del que tengo noticias. Cariñosa la mención por Paco Flores, compañero de páginas hace años en el desaparecido diario La Información de Madrid, donde nació este suplemento para pasar después a ABC, y que ahora figura en el staff de Alfa y Omega como flamante director de arte. De sus páginas poco puedo decir, es mucho más interesante la persona que las hace. Tienen, eso sí, una curiosa característica: siguen siendo exactamente igual que entonces, cuando se diseñaron por primera vez.

lunes, 28 de enero de 2008

Diseñario (II)

Nueva entrega del Diseñario elaborado por el comité de expertos en exclusiva para encajabaja, obra irreverente, colectiva y abierta a la participación de cuantos quieran aportar ideas a través de comentarios o de nuestro correo electrónico.



Apoyo. Se les conoce así a las piezas informativas que complementan la información de un texto general. Están vinculados con el tema principal pero no llegan a tener la entidad informativa necesaria para que se les considere información secundaria relacionada. Los apoyos son unos elementos fundamentales para que la lectura de un periódico sea fácil, ágil y satisfactoria. Confieren dinamismo a la edición, ya que trocean las páginas, y son el necesario aval al que recurrir cuando se necesita una explicación o un flashback informativo. También se les conoce como despieces o destacados. Al diseñar un periódico, y para destacar su importancia y utilidad, se les diferencia tanto tipográfica como formalmente. Son de tal utilidad que muchas veces, en las secciones de diseño, se recomiendan con tal entusiasmo que no es raro oír: "Ven, ven, que te voy a poner un apoyo... como una olla".

Arial. También conocida como la prima pobre de la Helvética, es un tipo de letra sans serif presente en varias aplicaciones de Microsoft y que fue concebida principalmente para su lectura en pantalla. Fue diseñada por Robin Nicholas y Patricia Saunders de la Fundidora Monotype como respuesta a la popularidad de la tipografía Helvetica de Linotype que no quería incluir Microsoft por considerarla demasiado costosa (será porque no tienen pelas, ja). Por eso le compró a Monotype los derechos de una (mala) copia de la Helvetica de mucha menor calidad.
Debido a que la Arial viene incluida en Windows (y a que sale la primera en la lista de tipografías, añadiría yo), se ha convertido en una de las tipografías más populares del mundo (mano a mano con la Comic Sans). Sin embargo, es considerada por los expertos como una burda y barata copia de la Helvética. Otros, los de la conspiración de Bill Gates contra el mundo libre creen que es un virus más (en este caso tipográfico) de la factoría Windows.
Total, que son pocos los que defienden estas letras. Basta con introducir "I hate Arial" en Google para darse cuenta que no cuenta con muchos adeptos. Incluso se han hecho camisetas con la famosa frase, que portan orgullosos sus detractores. Pero nada mejor para darse cuenta de la inspiración tipográfica de Microsoft que echarle un vistazo.
Quiso ser la fuente de los ordenadores, como tantos otros proyectos de Bill Gates, pero los ordenadores siguen inventando fuentes.

Artistas. Subespecie de diseñadores de prensa, alérgicos al periodismo y centrados únicamente en la forma de las páginas, en su decoración más bien, ya que consideran el contenido algo absolutamente secundario y que por tanto nunca leen a no ser que trate sobre cualquier moda pasajera, muy novedosa y esteticoide. Se les conoce en la profesión también con el apelativo cariñoso de "paginitas" (éste es un "paginitas", ése es un "paginitas", nunca yo soy un "paginitas", evidentemente). Las páginas son productos bonitos o feos, en vez de productos informativos, para estos señores que también muestran un vivo interés y centran sus elegantes esfuerzos en el arte de subir a lugares altos o poco accesibles valiéndose y ayudándose de pies y manos, trepar lo define en una palabra la Real Academia.
Pululan por doquier, nada escapa a sus redes, ni por supuesto la Red ya que el ciberespacio es guay y se suele prestar a lugares vacíos de contenido y llenos de estilo.
Un aspecto muy a tener en cuenta en lo que a los artistas se refiere es que, siempre y de manera indispensable, necesitan alguien a su lado que no sea artista para que realice el trabajo que ellos, bajo ninguna circunstancia, están dispuestos a realizar mientras le "dan otra vuelta" a esa página que tienen entre manos desde hace días. Por eso un artista siempre necesitará de alguien que no lo sea a su lado mientras que un maquetador normal puede vivir perfectamente sin artistas cerca, casi lo prefiere.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.

jueves, 24 de enero de 2008

El mundo de Hergé en Madrid

Uno de los recuerdos más nítidos de mi infancia me sitúa en casa de mi tía Merche en Zaragoza. Tras abrir la puerta y los correspondientes abrazos, besuqueos y frases del estilo "cómo has crecido, qué alto estás", salgo disparado hacia el pasillo. A mitad de camino me paro en un armario y abro uno de sus cajones. Acto seguido saco uno de los tebeos de las aventuras de Tintín que mis primos Javi y Pedro guardan ahí. A partir de ahí mi memoria se diluye en las aventuras del periodista, sus inseparables compañero y su entrañable mascota Milú.

Algo parecido, elevado a la enésima potencia, le ocurrió a Jordi Tardá, aunque en diversas etapas de su vida y en grado superlativo en cada una de ellas. No en vano, y gracias a todo el material recopilado (impresionante) durante tantos años ha montado en la Fundación Carlos Amberes una magnífica exposición denominada "Tíntín en el mundo de Hergé".

Flyer de la exposición

Apasionado por el dibujante belga, no se declara coleccionista del mundo de Tintín, sino "Hergeólogo", o lo que es lo mismo, arqueólogo de Hergé. Y vaya si es un buen arqueólogo. Se ha trillado todas las tiendas de antigüedades de Bruselas, la ciudad que vio nacer a Georges Remí, verdadero nombre del creador de Tintín, todo con un único objetivo: conseguir todo el material posible relacionado con Hergé.

Pero volvamos a la exposición. La cantidad de material es tan grande que es difícil no salir de la misma con la sensación de que antes no habíamos visto nada más que una ínfima parte del universo hergeriano (¿se dirá así?), que el tebeo que leímos y releíamos no era más que la puerta de entrada a un mundo inabarcable. Ediciones de múltiples países, pruebas de imprenta, bocetos, fotolitos, ideas, trazos inacabados, periódicos de la época en los que trabajó, incluso objetos atípicos, como botellas de champán decoradas con viñetas de Tintín, cartas del propio Hergé o bustos del dibujante, son solo algunos de los ítems que podemos encontrar aquí. Y también material de Hergé en otras facetas de su vida o material de otras fuentes en las que se habla de él (periódicos, libros, etc). Toda una labor arqueológica.

Uno de los objetos de la exposición (perdón por la calidad, mi móvil no da para más)


Todo esto se completa con una variada y detallada exposición de todas los cómics con su cronología, tanto en España como en las ediciones originales, anécdotas, personajes principales, libros en los que se inspiró Remi, etc. Y, cómo no, una detallada evolución de la vida del propio Hergé, que marcó a fuego el desarrollo de ese gran personaje que fue Tintín y su inimitable flequillo. Un personaje pegado a la actualidad. Recordemos algunos de los temas con los que tiene que lidiar el joven periodista: la Guerra Fría, tráfico de armas, espionaje o temas paranormales.

Con tanto material, es difícil no caer rendido ante los trazos de Milú, Hernández y Fernández y el genial Archibald Haddock, entre otros personajes. Personajes que marcaron la infancia de muchos de nosotros.

Para los que fueron a ver la exposición de Tintín en París (entre los que me encuentro), simplemente decirles que vayan también a ver esta exposición. No tiene nada que ver. La cantidad de material y la variedad la hacen complementaria e imprescindible para los amantes del universo de Hergé.

Cabecera de la gaceta que dan en la exposición

Por último recordaros que la exposición estará hasta el día 3 de febrero en la Fundación Carlos Amberes de Madrid (Claudio Coello, 99). La entrada es gratuita, aunque si donas un euro te obsequian con una gaceta dedicada a la exposición en la que personajes de todos los ámbitos (Gallardón, Miguel Ángel Aguilar, Benoit Peeters, entre otros) se declaran fanáticos "tintinólogos".

Os dejo que tengo que pegarle un toque a mi tía Merche para ver si todavía tiene el armario en el pasillo.

miércoles, 23 de enero de 2008

El móvil de Triviño

Los fines de semana en la nueva sede del periódico están siendo un poco raros. Durante la semana hay ocasiones en que es bastante complicado encontrar El Mundo o El País para poder echarlo un vistazo. Sin embargo, los fines de semana tenemos todos los periódicos españoles (con edición nacional) y una gran parte de los europeos. Podemos leer La Gazzetta dello Sport, Liberation, The Sunday Times o The Mail on Sunday.

Precisamente de este último queremos hablar hoy. De los ingleses admiramos muchas cosas: su té, algunas de sus series de televisión, su cine social (Full Monty Lloviendo piedras, etc), sus galletas, sus escritores, algunos de sus músicos y sus increíbles ciudades. Pero también "odiamos" (entre unas grandes comillas, por favor), su clima, que conduzcan por la izquierda, su alimentación (porque al sándwich de pepino con mantequilla no se le puede llamar nunca comida), que no hayan adoptado el euro y el diseño de alguno de sus periódicos (no todos, por supuesto).

Concretamente de The Mail on Sunday, una recopilación de todo lo que no se debe hacer si no quieres que te tachen de periódico sensacionalista. Ellos lo son y no les importa, pero ¿sería esto posible en España?

Todos conocemos cómo es el diseño de estos periódicos, pero vamos a ver por qué con cada página que pasamos de este periódico recibimos un golpe en la retina del que es difícil recuperarse.

Titulares gigantescos, tramas en los títulos y/o fotos, imágenes pixeladas, desproporcionadas o silueteadas sin ton ni son, subtítulos casi más largos que el propio tema, publicidad al más puro estilo Bakunin o el uso indiscriminado del color (en una azúl, en otra amarillo) son solo algunos de los ejemplos. Y mi "favorita", siluetas encima de los titulares. Genialidad, creación, que dirían los chicos de Muchachada Nui.

He aquí algunas muestras de titulares, subtítulos, siluetas, etc:


Y aquí un par de ejemplos del uso del color:


Y aquí viene(n) la(s) pregunta(s) del millón. ¿Es necesario?, ¿tiene que ser realmente así?, ¿por qué el caos domina todo esto?, ¿es este caos el único orden en el que pueden diseñarse estos periódicos?, ¿la gente que los compra no se siente un poco mareada cuando termina de leerlos?, y por último y no por ello menos importante, ¿se merece Inglaterra un diseño periodístico de este calibre? 

Por Dios, si Triviño ha estado varios meses en Reino Unido rediseñando los periódicos de Murdoch, ¿no podían haberle pegado un toque al móvil?.

lunes, 21 de enero de 2008

Diseñario (I)

Encajabaja inicia hoy la publicación del que hemos bautizado como Diseñario, un diccionario de términos relacionados con el diseño en prensa elaborado por un comité de expertos en exclusiva para nuestro blog durante los últimos meses. El Diseñario es una ambiciosa iniciativa sin pretensiones académicas ni doctrinales que tal vez sirva de algo a quienes se inician en nuestro muy honorable quehacer o a quienes se inciaron hace ya mucho y, como nosotros, se empeñan en seguir aprendiendo cada día. Si no es así, al menos confiamos en que les entretenga. El Diseñario es, además, una iniciativa abierta y participativa, a cuantas sugerencias o aportaciones quieran hacer nuestros lectores a través de sus comentarios o enviándolas a nuestro e-mail. El mencionado comité de expertos, que casualmente coincide con el equipo de encajabaja, evaluará las aportaciones de nuevas entradas, añadidos a las existentes, rectificaciones, modificaciones, críticas y cuantas propuestas nos lleguen para la publicación posterior en la web de una versión definitiva.

Cada semana se publicará una nueva entrega del Diseñario que hoy ve la luz, hasta completar todas sus voces.




A

Aire. Elemento que permite que una página respire o no. La falta del mismo es la causa directa para que nuestro trabajo "no respire", y el exceso provoca que la página salga volando... por la ventana, abierta para que entre el aire.
También puede utilizarse con la acepción de "parecido" (ejemplo: "tiene un aire a...").

Álbum. La primera cosa en la que piensa el redactor jefe de cualquier sección de un periódico cuando el director le encarga para ya mismo, o sea siempre, que dedique muchas páginas (de tres en adelante) a un mismo tema. ¿Por qué? Pues porque un álbum, como su propio nombre indica, está compuesto por fotos, es una página hecha sólo con fotografías, y por consiguiente los redactores no tienen que hacer nada excepto poner en cada foto su pie correspondiente, labor que para algunos tampoco parece resultar fácil.
Otra de las ventajas del álbum es que si la página queda bien el redactor jefe en cuestión, y no quienes verdaderamente la hacemos, será felicitado por ello. Estas dos circunstancias unidas, no tener que hacer nada y ser felicitado por ello, son la causa directa de la proliferación de este tipo de antipáginas en los últimos tiempos con la triste excusa de que "hay que hacer un periódico muy visual".

Alinear. Hacer que dos o más objetos sigan un mismo eje visual (un borde superior, un centro físico o visual, etc.). En diseño es importante buscar la alineación de los elementos, para conferir a las páginas estabilidad. También se conoce como alineación (del inglés aligment) a la justificación de los párrafos. Pueden estar alineados a la izquierda, derecha, centro, forzados dejando la última línea libre o forzados en su totalidad. En una última acepción, es la distribución cósmica que se produce en los astros cuando no hay forma posible de plantear una página y de pronto, por arte de magia, la solución se presenta sola irrumpiendo en la inmensidad del folio en blanco. Cabe decir que los astros se alinean de este modo muy de vez en cuando, aun así, suele darse cuando el cierre se te echa encima de manera inexorable.

Antetítulo. El elemento que antecede al título y complementa su significado, aportando o clarificando aspectos informativos del mismo. Su buen uso potencia los distintos niveles de lectura de una publicación. Pero la realidad muestra que no es tan habitual usarlos bien. Abundan los ejemplos de antetítulos mal usados en la práctica del día a día. Hay quien los usa para situar una noticia (para eso ya está la data). También hay quien utiliza el antetítulo para titular directamente. Empieza por el antetítulo y termina en el título, y a lo tonto, gana una línea. Una virtud del correcto antetítulo es la concreción y la capacidad de síntesis. Bien, hemos llegado a ver antetítulos de varios párrafos. Hay quien cuenta su vida en un antetítulo y hay quien posee una sorprendente capacidad de no decir absolutamente nada en una frase con sujeto, verbo y predicado.

Anuncio. Dícese de la información comercial que normalmente se coloca en el último momento cuando ya está la página terminada y que hacer variar por completo la concepción de la misma. El contenido de estos anuncios es variado: ofertas comerciales, compra-venta de productos, contactos, etc. La variedad más odiada es la de publirreportaje por intentar parecer lo que no es: información. Normalmente se mide en módulos. Segunda acepción: lo que nos da de comer.

sábado, 19 de enero de 2008

Nuevo Euskadi, para los de aquí y los de allá

Hace unos días conocíamos el nacimiento de Nuevo Euskadi, revista gratuita dedicada a los inmigrantes del País Vasco. Puestos en contacto con Jordi Álvarez, su maquetador, conocemos un poco más sobre esta nueva publicación.


Nuevo Euskadi nace bajo la batuta de tres personas: Wilson Quintero (Director), Alberto Galindo (Publicidad) y Jordi Álvarez (Subdirector y responsable de diseño). Quintero cuenta con experiencia en este tipo de publicaciones ya que anteriormente había trabajado en revistas como Voces del mundo, también dedicado a los inmigrantes. Por lo tanto aunque el proyecto es nuevo, la experiencia no es desconocida.

Como nos cuenta Jordi, su maquetador, no sólo va dirigido a los inmigrantes, sino también a todos aquellos interesados en esa "nueva realidad generada por la mezcla de culturas y creencias". Con tipografías como Din Black (nombre de sección), Trebuchet (entrevistas), Century (texto base) y Din Light (pies, subtítulos y antetítulos), su objetivo es favorecer la integración en todos los aspectos. Todo ello articulado desde secciones como "El mundo del inmigrante", donde se tratan las relaciones con los vascos o "De aquí y allá" donde se trata el otro lado de la moneda, es decir, la "diáspora" vasca.



De periodicidad mensual y diseñado "bajo criterios periodísticos", se nutre fundamentalmente de reportajes y entrevistas y se distribuye en los lugares de paso habituales de este colectivo (locutorios, instituciones, asociaciones culturales, etc.). Todo ello elaborado por tan solo cinco personas, que buscan a la "gente anónima que tiene mucho que contar y que vaya más allá de los clichés".