Cuando hablamos de cómo se hace un periódico mucha gente piensa en los redactores, maquetadores y otros periodistas que intervienen en el proceso de producción del diario. Estos son una parte importante del proceso, pero para que todo lo que hayan hecho pueda ser leído, hace falta imprimirlo. Lo que hacemos en el periódico no es más que una versión digital, hasta que no está impreso no podemos decir que tenemos el periódico. Encajabaja visitó el pasado jueves la nueva e inmensa rotativa del diario El Mundo, gestionada por Fabripress. La antigua rotativa será montada en la misma nave que la nueva proximamente.
Poco antes de las 23.00 Paco y Luis nos recibieron en la sede de la rotativa, situada en Meco. A continuación comenzaron a explicarnos el proceso para que el periódico se imprima y distribuya por toda España.
El primer paso del proceso es la recepción de las páginas. Desde la mesa de cierre se envían las páginas que están cerradas (textos y maquetas terminados y corregidos). Poco a poco van llegando hasta la rotativa, que las empieza a distribuir por pliegos (dos páginas por pliego). Cuando los pliegos se van completando se imprimen en las planchas de aluminio, a través de láser, y que, posteriormente, servirán para imprimir el papel periódico. Se imprimen un total de cuatro planchas, una por cada color (CMYK). Esas planchas se colocan posteriormente en un distribuidor que indica en que cuerpo de la rotativa tienen que ir colocadas para imprimirlas según el orden correcto.
Paco nos muestra el ordenador donde se reciben las páginas que envía la mesa de redacción.
Detalle de las páginas recibidas (en verde). En naranja las que se están recibiendo.
Una de las planchas de aluminio recién impresa. Cada una cuesta dos euros.
Luis coloca las planchas en el distribuidor ante la mirada de Mercedes.
El distribuidor con casi todas las planchas colocadas.
Las planchas y el papel que imprimirán.
Una vez impreso el papel pasa por esta sección donde la rotativa cortará las páginas del periódico.
Paco le enseña a Nacho un detalle del plano de la rotativa.
Aquí se prepara el papel...
...para que los robots lo distribuyan.
Y aquí se almacenan para cambiar los rollos cuando se agotan.
Detalle de una parte del circuito.
Los ejemplares preimpresos se guardan en enormes cilindros para usarlos el día de publicación.
Varios cilindros de ejemplares preimpresos.
Detalle de uno de los cilindros preimpresos.
En esta máquina se insertan hasta seis encartes distintos, entre ellos los ejemplares de suplementos preimpresos.
Periódicos listos para embalar. Los primeros son los de las líneas aéreas, trenes, etc. y los que se tienen que distribuir más lejos.
Operarios embalan ejemplares de suscriptores en una máquina semiautomática.
Detalle de las páginas recibidas (en verde). En naranja las que se están recibiendo.
Una de las planchas de aluminio recién impresa. Cada una cuesta dos euros.
Luis coloca las planchas en el distribuidor ante la mirada de Mercedes.
El distribuidor con casi todas las planchas colocadas.
Cuando las planchas de los cuatro colores están impresas, los operadores las vas colocando en la rotativa según indica el distribuidor. Ahí es donde la plancha se impregnará con las diferentes tintas e imprimirá el papel para obtener la página de periódico. La propia rotativa es la que se encarga de cortar las páginas y distribuirlas para ordenar el periódico.
Las planchas colocadas perfectamente en la rotativa. Los rodillos las impregnarán de tinta para imprimir el papel.Las planchas y el papel que imprimirán.
Una vez impreso el papel pasa por esta sección donde la rotativa cortará las páginas del periódico.
Paco le enseña a Nacho un detalle del plano de la rotativa.
Una de las partes más llamativas del proceso es la gestión del papel . El transporte del papel lo hacen robots sin ningún tipo de control humano. Programados según las características de la nave en la que están, son capaces de ir a recoger el papel a la zona de desembalaje y colocarlo en la parte de la rotativa que se ha quedado sin papel. Todo ello sin intervención humana y gracias a unos sensores colocados en las paredes y columnas de la nave que alberga la rotativa.
Papel salmón para los periódicos económicos. También se emplea papel blanco y reciclado.Aquí se prepara el papel...
...para que los robots lo distribuyan.
Y aquí se almacenan para cambiar los rollos cuando se agotan.
Cuando todo está listo, las máquinas arrancan y comienza la función. En los puestos de control la actividad es frenética y se trabaja a destajo para ajustar la impresión a la máxima calidad. Se trabaja con varias pantallas de ordenador donde se calibran las tintas, el agua, la velocidad, etc. y se sacan ejemplares de control para ver cómo va la impresión. "Esta rotativa consigue ejemplares buenos a partir de los 500-600", comenta Paco. A partir de esos ejemplares la máquina está calibrada y los ejemplares son perfectamente válidos para su venta.
El papel sigue el circuito de la rotativa para imprimir las páginas.
El puesto de control donde se maneja la velocidad, tintas, agua, etc. Trabajo a destajo.
Gráfica con las cargas de tinta de una parte de la rotativa.
70 ejemplares/minuto es lo que marca el ordenador. Poco a poco aumenta la velocidad. Puede tirar hasta 1000 en un minuto.
Dos operarios controlan los ejemplares impresos.
Por esta ventana se sacan los ejemplares de control.
La banda de colores que hay en el medianil del periódico sirve para controlar la impresión.
Comparando dos ejemplares ven que algo no va bien, los parámetros de una tinta no son correctos y las fotos salen verdes.
Depósitos de tinta de la rotativa.
Tuberías por donde discurren las distintas tintas, una por cada color.
Detalle del depósito de tinta amarillo (no os recuerdan las letras al word art).
Una vez que la máquina está ajustada, todo marcha sobre ruedas. Los ejemplares van saliendo hacia la zona de cierre a través de un complicado circuito donde se insertan los encartes, se dividen las ediciones, se embalan y se mandan a distribución.
El puesto de control donde se maneja la velocidad, tintas, agua, etc. Trabajo a destajo.
Gráfica con las cargas de tinta de una parte de la rotativa.
70 ejemplares/minuto es lo que marca el ordenador. Poco a poco aumenta la velocidad. Puede tirar hasta 1000 en un minuto.
Dos operarios controlan los ejemplares impresos.
Por esta ventana se sacan los ejemplares de control.
La banda de colores que hay en el medianil del periódico sirve para controlar la impresión.
Comparando dos ejemplares ven que algo no va bien, los parámetros de una tinta no son correctos y las fotos salen verdes.
Depósitos de tinta de la rotativa.
Tuberías por donde discurren las distintas tintas, una por cada color.
Detalle del depósito de tinta amarillo (no os recuerdan las letras al word art).
Una vez que la máquina está ajustada, todo marcha sobre ruedas. Los ejemplares van saliendo hacia la zona de cierre a través de un complicado circuito donde se insertan los encartes, se dividen las ediciones, se embalan y se mandan a distribución.
Detalle de una parte del circuito.
Los ejemplares preimpresos se guardan en enormes cilindros para usarlos el día de publicación.
Varios cilindros de ejemplares preimpresos.
Detalle de uno de los cilindros preimpresos.
En esta máquina se insertan hasta seis encartes distintos, entre ellos los ejemplares de suplementos preimpresos.
Periódicos listos para embalar. Los primeros son los de las líneas aéreas, trenes, etc. y los que se tienen que distribuir más lejos.
Operarios embalan ejemplares de suscriptores en una máquina semiautomática.
Una vez que los ejemplares están embalados y empaquetados, están listos para su distribución a través de las furgonetas de prensa, encargadas de llevarlas a los kioscos, donde podemos comprar el periódico por sólo un euro. No os parece poco después de este proceso.
Las furgonetas listas para distribuir los periódicos.
P.D. Desde aquí queremos dar las gracias a Paco, Luis y todos sus compañeros por la amabilidad con la que nos atendieron. ¡Muchas gracias!
P.D. Desde aquí queremos dar las gracias a Paco, Luis y todos sus compañeros por la amabilidad con la que nos atendieron. ¡Muchas gracias!