En segundo lugar, una novela. Stieg Larsson era un periodista sueco que para su mayor gloria, y desgracia, decidió una noche a sus 47 años empezar a escribir una trilogía de novelas policiacas a las que llamó Millennium. Reportero de guerra y de investigación especializado en los grupos de la ultraderecha alemana y nórdica, miembro fundador del proyecto antiviolencia Stop the Racism y director de la revista Expo, en la que trabajaba y trabajan gratuitamente periodistas para contar allí lo que no publican los grandes medios, aficionado desde niño a la novela negra y viviendo al día porque ninguno de sus muchos proyectos generaba precisamente dinero, dedicó las noches a escribir sobre el periodista ideal que él hubiera querido ser (y todos), investigando corrupciones y crímenes para Millennium, la revista ideal en la que Larsson hubiera querido trabajar (y todos).
Escribió unas 1.500 páginas a un ritmo frenético, a base de café, cigarrillos y "fast food" durante tres enloquecidos y agotadores años en los que apenas durmió y cuando entregó la tercera novela de la trilogía y estaba a punto de publicarse la primera, falleció inesperadamente de un ataque al corazón. Estaba convencido de que tendría éxito y, por fin, ganaría dinero con alguno de sus proyectos. Apenas habían pasado diez días de su visita al editor, el ascensor de la revista Expo estaba estropeado y Stieg Larsson subió a pie los siete pisos que separan la redacción de la planta baja. Media hora después, una ambulancia se lo llevó al hospital y al poco tiempo falleció sin llegar a ver ni a disfrutar del éxito de sus novelas. Ni él, ni su pareja durante 30 años, la arquitecta Eva Gabrielsson, porque al no estar casados no ha recibido ni un céntimo de los varios millones de euros que ha generado como derechos de autor "Los hombres que no amaban a las mujeres", la primera parte de Millennium que ha triunfado primero en Suecia y en los países nórdicos, después en Gran Bretaña, Alemania y, sobre todo, en Francia. Ahora ha llegado a España.
Lo primero que hay que decir es que se trata de una novela absolutamente fascinante, adictiva (hay quien nos ha reconocido haber leído sus casi 700 páginas en un día y medio, prácticamente sin hacer otra cosa que leer durante horas seguidas, posiblemente como la escribió Larsson). Es una maravilla independientemente de que sea un best seller o no, condición que en la mayor parte de los casos supone precisamente lo contrario, e independientemente también de la increíble historia de cómo fue escrita que os hemos contado.
Pero es que, además, y en lo que a nosotros nos concierne, se trata de una novela "periodística", en la que el protagonista, Mikael Blomkvist, ese periodista ideal, libre, brillante, inteligente y honesto, rodeado de mujeres que lo desean y a quienes él satisface con generosidad, caballeroso... en fin, de todo, se ve envuelto en la investigación de un crimen en el seno de una saga familiar con poder y dinero, acompañado por el personaje más extraño y cautivador del libro, la joven Lisbeth Salander, "lo que podría haber sido Pipi Calzaslagas de mayor", según comentó el autor en la única entrevista que hizo sobre su novela. La trama es envolvente, llena de giros que no te dejan salir del mundo creado por Larsson y que te llevan a leer cada vez más rápido lamentando a la vez que aquello se va a acabar, que cada página es una página menos.
Se investiga un crimen que luego será otra cosa más y mil cosas más después, como en las grandes novelas del género, pero se utilizan técnicas de investigación periodística y otras que no os vamos a contar, sobre todo con las que nos sorprende la enigmática y brutal jovencita Salander. Es mucho más que una novela policíaca porque aborda la condición humana en general, se habla de mujeres y violencia contra ellas, y se muestran los entresijos del poder económico, de las empresas periodísticas, el funcionamiento oculto de la maquinaria de la información hasta el punto de que para nosotros es, posiblemente, la mejor novela "periodística" que conocemos. "Los hombres que no amaban a las mujeres. Millennium I", de Stieg Larsson. Leedla... y luego hablamos.
Escribió unas 1.500 páginas a un ritmo frenético, a base de café, cigarrillos y "fast food" durante tres enloquecidos y agotadores años en los que apenas durmió y cuando entregó la tercera novela de la trilogía y estaba a punto de publicarse la primera, falleció inesperadamente de un ataque al corazón. Estaba convencido de que tendría éxito y, por fin, ganaría dinero con alguno de sus proyectos. Apenas habían pasado diez días de su visita al editor, el ascensor de la revista Expo estaba estropeado y Stieg Larsson subió a pie los siete pisos que separan la redacción de la planta baja. Media hora después, una ambulancia se lo llevó al hospital y al poco tiempo falleció sin llegar a ver ni a disfrutar del éxito de sus novelas. Ni él, ni su pareja durante 30 años, la arquitecta Eva Gabrielsson, porque al no estar casados no ha recibido ni un céntimo de los varios millones de euros que ha generado como derechos de autor "Los hombres que no amaban a las mujeres", la primera parte de Millennium que ha triunfado primero en Suecia y en los países nórdicos, después en Gran Bretaña, Alemania y, sobre todo, en Francia. Ahora ha llegado a España.
Lo primero que hay que decir es que se trata de una novela absolutamente fascinante, adictiva (hay quien nos ha reconocido haber leído sus casi 700 páginas en un día y medio, prácticamente sin hacer otra cosa que leer durante horas seguidas, posiblemente como la escribió Larsson). Es una maravilla independientemente de que sea un best seller o no, condición que en la mayor parte de los casos supone precisamente lo contrario, e independientemente también de la increíble historia de cómo fue escrita que os hemos contado.
Pero es que, además, y en lo que a nosotros nos concierne, se trata de una novela "periodística", en la que el protagonista, Mikael Blomkvist, ese periodista ideal, libre, brillante, inteligente y honesto, rodeado de mujeres que lo desean y a quienes él satisface con generosidad, caballeroso... en fin, de todo, se ve envuelto en la investigación de un crimen en el seno de una saga familiar con poder y dinero, acompañado por el personaje más extraño y cautivador del libro, la joven Lisbeth Salander, "lo que podría haber sido Pipi Calzaslagas de mayor", según comentó el autor en la única entrevista que hizo sobre su novela. La trama es envolvente, llena de giros que no te dejan salir del mundo creado por Larsson y que te llevan a leer cada vez más rápido lamentando a la vez que aquello se va a acabar, que cada página es una página menos.
Se investiga un crimen que luego será otra cosa más y mil cosas más después, como en las grandes novelas del género, pero se utilizan técnicas de investigación periodística y otras que no os vamos a contar, sobre todo con las que nos sorprende la enigmática y brutal jovencita Salander. Es mucho más que una novela policíaca porque aborda la condición humana en general, se habla de mujeres y violencia contra ellas, y se muestran los entresijos del poder económico, de las empresas periodísticas, el funcionamiento oculto de la maquinaria de la información hasta el punto de que para nosotros es, posiblemente, la mejor novela "periodística" que conocemos. "Los hombres que no amaban a las mujeres. Millennium I", de Stieg Larsson. Leedla... y luego hablamos.