Primero un ensayo. Escrito por un matemático sobre la lectura de periódicos. Un matemático que confiesa tener como primeros recuerdos el silbido de un tren y a su abuelo, "en la mesa de la cocina, leyendo el Chicago Tribune". El libro es "Un matemático lee el periódico", y su autor el norteamericano John Allen Paulos, doctor en matemáticas y profesor universitario además de prestigioso divulgador y colaborador en distintos medios de comunicación de su país. Está publicado por Tusquets, y aunque apareció hace ya más de 10 años (1995, en Estados Unidos), se viene reeditando desde entonces porque no sólo está escrito con agilidad y un estilo lleno de ironía sino sobre todo por el original punto de vista de su completísimo contenido.
Está estructurado a la manera de un periódico, dividido en cinco grandes secciones (Política, economía y nacional; Local; Estilo de vida, confusión y noticias light; Ciencia, medicina y medio ambiente; y la sección final dedicada a Alimentación, libros, deportes, necrologías) para que al igual que en la prensa escrita los lectores eligan por dónde empezar y continuar su lectura, uno de los aspectos "atractivos" de los periódicos para el autor ("heterogeneidad y aleatorias vías de acceso", lo llama matemáticamente). Además, están precedidos de una jugosa introducción y una conclusión final. En cada una de las secciones analiza los temas y la manera en la que son tratados habitualmente en la prensa y pone al descubierto paradojas, errores y manipulaciones que sufren incluso los propios periodistas por parte de sus fuentes, en especial las institucionales, en parte por desconocer principios básicos matemáticos. Las estadísticas y las encuestas se llevan la mayor parte porque Allen es también uno de los teóricos del llamado "periodismo de precisión" (Philip Meyer, 1973), una técnica de investigación periodística que a grandes rasgos, consiste en utilizar bases de datos para cruzarlas y compararlas utilizando técnicas estadísticas. Métodos de investigación social e informáticos aplicados al periodismo.
Por poner un ejemplo de lo que nos cuenta el libro, el capítulo titulado "Teléfonos móviles relacionados con el cáncer cerebral" es una divertida y a la vez espeluznante muestra de lo que se puede hacer manipulando datos, puesto que con cifras en la mano se puede "demostrar científicamente" que los móviles son tanto culpables de generar tumores cerebrales como capaces de prevenirlos. Pero hay mucho más, porque cada uno de sus breves capítulos son tan sorprendentes y aleccionadores como éste.
En las conclusiones de este matemático amante de los periódicos (para él no van a desaparecer sino que enriquecen al resto de medios, aunque eso sí, han pasado trece años desde que lo escribiera y resultaría interesante saber qué piensa ahora, cuando todo parece empeorar en "progresión geométrica", que algo de matemáticas, poco, también sabemos) propone "aumentar la serie de preguntas habituales que los periodistas formulan y que a los lectores les gustaría ver contestadas. Además de Quién, Qué, Dónde, Cuándo, Por qué y Cómo, habría que incluir Cuántas, Con qué probabilidad, Qué fracción, Comparado con qué..." y unas cuantas más que os animamos a que descubráis leyéndolo. Porque "Un matemático lee el periódico" es un libro interesante y divertido para los aficionados a leer, necesario para los lectores de periódicos y debiera ser imprescindible en las facultades de periodismo como texto obligatorio para quienes quieren escribirlos.
Está estructurado a la manera de un periódico, dividido en cinco grandes secciones (Política, economía y nacional; Local; Estilo de vida, confusión y noticias light; Ciencia, medicina y medio ambiente; y la sección final dedicada a Alimentación, libros, deportes, necrologías) para que al igual que en la prensa escrita los lectores eligan por dónde empezar y continuar su lectura, uno de los aspectos "atractivos" de los periódicos para el autor ("heterogeneidad y aleatorias vías de acceso", lo llama matemáticamente). Además, están precedidos de una jugosa introducción y una conclusión final. En cada una de las secciones analiza los temas y la manera en la que son tratados habitualmente en la prensa y pone al descubierto paradojas, errores y manipulaciones que sufren incluso los propios periodistas por parte de sus fuentes, en especial las institucionales, en parte por desconocer principios básicos matemáticos. Las estadísticas y las encuestas se llevan la mayor parte porque Allen es también uno de los teóricos del llamado "periodismo de precisión" (Philip Meyer, 1973), una técnica de investigación periodística que a grandes rasgos, consiste en utilizar bases de datos para cruzarlas y compararlas utilizando técnicas estadísticas. Métodos de investigación social e informáticos aplicados al periodismo.
Por poner un ejemplo de lo que nos cuenta el libro, el capítulo titulado "Teléfonos móviles relacionados con el cáncer cerebral" es una divertida y a la vez espeluznante muestra de lo que se puede hacer manipulando datos, puesto que con cifras en la mano se puede "demostrar científicamente" que los móviles son tanto culpables de generar tumores cerebrales como capaces de prevenirlos. Pero hay mucho más, porque cada uno de sus breves capítulos son tan sorprendentes y aleccionadores como éste.
En las conclusiones de este matemático amante de los periódicos (para él no van a desaparecer sino que enriquecen al resto de medios, aunque eso sí, han pasado trece años desde que lo escribiera y resultaría interesante saber qué piensa ahora, cuando todo parece empeorar en "progresión geométrica", que algo de matemáticas, poco, también sabemos) propone "aumentar la serie de preguntas habituales que los periodistas formulan y que a los lectores les gustaría ver contestadas. Además de Quién, Qué, Dónde, Cuándo, Por qué y Cómo, habría que incluir Cuántas, Con qué probabilidad, Qué fracción, Comparado con qué..." y unas cuantas más que os animamos a que descubráis leyéndolo. Porque "Un matemático lee el periódico" es un libro interesante y divertido para los aficionados a leer, necesario para los lectores de periódicos y debiera ser imprescindible en las facultades de periodismo como texto obligatorio para quienes quieren escribirlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario