Son los tres personajes más simpáticos de la historia, real o imaginada, de toda la Humanidad. Si algunos creyeron que lo multicultural es un invento reciente es porque no habían reparado antes en estos tres tíos cojonudos, uno blanco, otro negro y el tercero de Asia. Distintas razas llevando a cabo juntas una de las misiones más asombrosas que jamás vieron los tiempos: conseguir la felicidad en una mañana de invierno, al despertar del día 6 de enero. Leyeron lo que incontables niños les habían enviado y, a pesar de la mala letra, cumplieron con lo que estaba allí escrito en caracteres temblorosos, emborronados, desortografiados y distorsionados por la ilusión.
Niños y demás. Aunque hay que ser un poco niño para escribirles porque sólo así funciona este invento. Y nos atrevimos a serlo, niños, para redactar desde encajabaja una carta a los Reyes Magos.
Niños reflexivos. Hay que meditar esto de los deseos, tarea que suele resultar delicada a tenor de tantas historias donde tres peticiones suelen causar más problemas que la felicidad buscada. Pensamos. Tal vez hubiéramos tenido que pedir no tener que hacer más páginas ilustradas con niños palestinos destrozados por misiles, como las que hacemos estos días. Allí no llegará rey ninguno, ni felicidad fugaz de regalos porque el dolor seguro que todo lo aplasta. Ni maquetar la muerte de mujeres a manos de quien un día las amó y ellas amaron. Ni tan siquiera poner títulos en Helvética, de momento, a quien engaño y robó a todos los que confiaron en él, amigos e hijos incluidos, durante años; o diseñar espacios para colocar gráficos donde las cifras del desempleo suben en color rojo como la fiebre en los termómetros.
Podríamos haberles escrito todo esto, decíamos, pero no quisimos ponerles en un aprieto porque si toda la magia de Oriente no fuera suficiente para que allí, o aquí, dejáramos de matar, de robar o de mentir intencionadamente para hacer daño, entonces se nos acabaría también la ilusión. Además son gente práctica, este trío multicolor y exótico, alejado de ideales abstractos y centrado en regalos tangibles. El amor no se pide a los Reyes; o la paz, la amistad. No se pide, se da a quienes nos rodean. O se intenta al menos. Puede que con eso fuera suficiente.
Por eso nos miramos, algunas veces lo hacemos los miembros del equipo de encajabaja, asentimos en silencio y escribimos:
Niños y demás. Aunque hay que ser un poco niño para escribirles porque sólo así funciona este invento. Y nos atrevimos a serlo, niños, para redactar desde encajabaja una carta a los Reyes Magos.
Niños reflexivos. Hay que meditar esto de los deseos, tarea que suele resultar delicada a tenor de tantas historias donde tres peticiones suelen causar más problemas que la felicidad buscada. Pensamos. Tal vez hubiéramos tenido que pedir no tener que hacer más páginas ilustradas con niños palestinos destrozados por misiles, como las que hacemos estos días. Allí no llegará rey ninguno, ni felicidad fugaz de regalos porque el dolor seguro que todo lo aplasta. Ni maquetar la muerte de mujeres a manos de quien un día las amó y ellas amaron. Ni tan siquiera poner títulos en Helvética, de momento, a quien engaño y robó a todos los que confiaron en él, amigos e hijos incluidos, durante años; o diseñar espacios para colocar gráficos donde las cifras del desempleo suben en color rojo como la fiebre en los termómetros.
Podríamos haberles escrito todo esto, decíamos, pero no quisimos ponerles en un aprieto porque si toda la magia de Oriente no fuera suficiente para que allí, o aquí, dejáramos de matar, de robar o de mentir intencionadamente para hacer daño, entonces se nos acabaría también la ilusión. Además son gente práctica, este trío multicolor y exótico, alejado de ideales abstractos y centrado en regalos tangibles. El amor no se pide a los Reyes; o la paz, la amistad. No se pide, se da a quienes nos rodean. O se intenta al menos. Puede que con eso fuera suficiente.
Por eso nos miramos, algunas veces lo hacemos los miembros del equipo de encajabaja, asentimos en silencio y escribimos:
"Queridos Reyes Magos del Lejano y Misterioso Oriente. Como este año nos hemos postado muy bien, encajabaja os pide con la humildad propia de nuestras minúsculas, si tenéis a bien concedernos un rediseño del blog. Vosotros sabéis bien cómo hacerlo, armados con tipómetros de oro permufados en incienso y bañados de mirra... que de nada sirven en este mundo de pantallas de luz. Si sois capaces de desentrañar los códigos endiablados que diseñan la Red, y casi nos parece ofensivo dudar de vuestra sabiduría alquímica mágica astrológica htmlística, quisiéramos disponer de tres columnas en el blog, la última de ellas dedicada a una revista de blogs actualizándose cuando lo hagan los respectivos sitios webs que destacamos; quisiéramos todos nuestros actuales elementos en la segunda columna y en la primera, de mayor tamaño, los artículos que esperamos poder seguir publicando con regularidad; quisiéramos tipos de letra algo más elegantes y legibles, alguno destacado con un toque de color, aunque somos conscientes de que tampoco los Reyes Magos pueden solucionar todavía el problema de las fuentes en internet; quisiéramos en definitiva aprovechar mejor las pantallas en las que llegamos a nuestros lectores. Gracias, Majestades, por anticipado."
Pedimos, pues, un rediseño del blog a los Reyes Magos de Oriente... ¡Y nos lo han traído! ¿Tal y cómo lo pedimos? Vosotros tenéis la palabra
Postdata: Ahora que terminan las Navidades comienza realmente este 2009 que llega cargado de malos augurios, de crisis amenazante para los periódicos y para todos en general. Podemos asustarnos (es posible que ya lo estemos) y quedarnos agazapados, escondidos para que no nos vea, o podemos esperarle de pie, con el ordenador encendido y dispuestos a lo que sea para salir adelante. Nosotros ya hemos decidido, renovamos nuestro pequeño proyecto, seguiremos haciendo páginas, escribiendo sobre ello y presentando aquí nuevas ideas, la primera de ellas la de animaros a luchar siempre, en el sentido no violento de la palabra. No es fácil, pero merece la pena aunque no se gane siempre. Esta vez, seguro que sí. Feliz 2009 a todos.
Postdata: Ahora que terminan las Navidades comienza realmente este 2009 que llega cargado de malos augurios, de crisis amenazante para los periódicos y para todos en general. Podemos asustarnos (es posible que ya lo estemos) y quedarnos agazapados, escondidos para que no nos vea, o podemos esperarle de pie, con el ordenador encendido y dispuestos a lo que sea para salir adelante. Nosotros ya hemos decidido, renovamos nuestro pequeño proyecto, seguiremos haciendo páginas, escribiendo sobre ello y presentando aquí nuevas ideas, la primera de ellas la de animaros a luchar siempre, en el sentido no violento de la palabra. No es fácil, pero merece la pena aunque no se gane siempre. Esta vez, seguro que sí. Feliz 2009 a todos.